Qué vio Galileo ya se sabe , pero cómo lo vio es más complicado de saber, aunque para ello hay que dirigirse como fuente directa a su Sidereus Nuncius, pero se desconoce la calidad óptica del pequeño telescopio que usó, probablemente muy mala, así como la capacidad de aumentar que logró y es que las explicaciones que da en el libro citado no son nada aclaratorias. También es preciso recordar que no inventó ni la teoría heliocéntrica, ni el telescopio refractor.
En los siguientes vídeos un amateur de la Astronomía explica con bastante aproximación cómo era el telescopio usado por Galileo, a escala real así como sus resultados prácticos (sólo aproximados), mediante un instrumento construido artesanalmente por él. Sobre la mesa en la que va dando sus explicaciones se puede apreciar a la derecha de las imágenes un modelo mecánico del Sistema Solar y a la izquierda un modelo, a escala real también, del telescopio de Isaac Newton. En el fondo se aprecian diversos instrumentos de los que habitualmente usa cualquier aficionado.
www.youtube.com/watch?v=7W-i6nn7esU
www.youtube.com/watch?v=nzXnnwxJmSg#t=271
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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