Respuesta: Género Apocalíptico
Iniciado por
Antonio Hernández Pé
Hay algo bueno en la contemplación de esta película y es que, gracias a los efectos especiales, nos percatamos de lo insignificantes que somos los humanos. Nos damos cuenta de nuestra pequeñez y miseria y de la futilidad de las cosas del mundo. Todo esto ya ha sido enseñado en las Sagradas Escrituras y tratado por los Santos de todas las épocas, pero en estos "filmes" lo apreciamos en toda su espantable crudeza. Esto nos debería servir para volver los ojos a lo Alto y dar gracias a Dios porque nos ha hecho herederos de su Reino. A mi, al menos, me ha servido.
Siempre se ha dicho que en este mundo nada es negro o blanco, sino que entre ambos extremos caben toda una gama de grises. Es indudable que tu enfoque es válido, lamentablemente no representa la actitud mayoritaria de quienes van a ver esas películas, pues su actitud es morbosa y cargada con verdadera saña, y en modo alguno pasa por sus estrechísimas mentes que puedan obtener una lección moral de ellas. Claro que en la mente e intención de su equipo realizador tampoco se encuentra esa pretensión. En cambio, sí he podido leer reseñas que nos hablan de que este tipo de cine nos sirve para tomar conciencia de lo que le estamos haciendo al planeta, como si esto fuese la causa del brutal incremento de neutrinos en el núcleo solar, que es el justificante del "tremebundismo" de esta película. Es decir, este tipo de cine no busca llamar a las conciencias, eso lo sienten espectadores serios que obtienen algo de la trama, lo demás es puro marketing aprovechando la coyuntura.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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