Un tal Ray Loriga (conocido en su casa a la hora de comer porque este pájaro no le suena a nadie normal), presunto director de cine español, está rodando una película que de momento ya cuenta con el apoyo del diario EL PAÍS, de los insectos de la Cadena Ser y financiada, seguro, con sustanciosas subvenciones gubernamentales (ya nos enteraremos pero apuesto 10 a 1 a que no me equivoco).
En esta ocasión le toca el turno a una de las más insignes místicas españolas, doctora universal de la iglesia católica, y una de las santas más veneradas: Sta. Teresa de Jesús.
La versión cinematográfica de la vida de nuestra santa se dedica a mostrarla como revolucionaria sexual, describiendo sus experiencias místicas como "orgasmos carnales". El País describe una de las escenas ya rodadas así: "Aparece Sta. Teresa en el claustro vestida con el hábito blanco diseñado por la japonesa Eiko Ishioka y dan ganas de quitárselo. El traje es una belleza y Paz Vega (la actriz protagonista) está arrebatadora, morbosamente sexy".
El director, Loriga, sostiene que esta versión "ha querido huir de la Sta. Teresa de las estampitas para acercarse al fondo de esa Teresa mujer, humana, sexual, revolucionaria, feminista, inteligente y verbosa". "Teresa fue una de las primeras mujeres de la historia que se negó a aceptar los roles femeninos que le ofrecían la sociedad y la Iglesia. No quiso ser ni María Magdalena ni la Virgen María, esos dos arquetipos monstruosos; ni tampoco esposa y madre esclava. Por eso escribió La libertad está en la celda. Pero lo que la hizo extraordinaria de verdad fue su capacidad para expresarlo todo: la sexualidad, el amor, la mística, la política".
Añade Loriga "su relación con Cristo la expresó como una relación muy sexual. En sus transverberaciones -un proceso espiritual y carnal muy complejo que se parece mucho a un acto sexual pero que no se puede reducir a la palabra orgasmo, porque muchísimas mujeres tienen orgasmos y santa Teresa sólo hay una- se sentía traspasada por el dardo de Dios; así que, si hay escándalo social, será suyo, no mío".
Espero que ninguna sala de cine tenga el atrevimiento y la desvergüenza de emitir esta película aunque me temo que que es una esperanza vana...
Todavía me sorprendo ante la permanente obsesión maníaco-compulsiva de la mayoría de los directores de cine españoles de insultar y mentir sobre los tesoros del catolicismo español para ensuciarlos con sus mentes invertidas y pervertidas.
En fin, avisados estamos todos y en nuestras manos está el denunciar y no consentir que se juegue o mofe con lo más arragaido de las creencias del pueblo español.
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