
Iniciado por
Javier Irrizary
Monseñor Williamson está confundiendo las posturas personales de uno de los encargados del Concilio Vaticano II con las premisas y conclusiones mismas del Concilio.
Hay que recordar que en el Concilio Vaticano II participaron numerosos teólogos, sacerdotes y Obispos. También hay que recordar que Jesucristo prometió la asistencia del Espíritu Santo a su Iglesia.
¿Acaso el Espíritu Santo falló en asistir a la Iglesia Católica al celebrarse el Concilio Vaticano II? Yo creo que no.
Negar legitimidad y validez al Concilio Vaticano II, así como a cualquier otro Concilio anterior, es negarse a creer que Jesucristo haya dejado al Espíritu Santo en su Iglesia, y por tanto negar que el Espíritu Santo esté asistiendo a su Iglesia.
Es un gravísimo error negar que el Concilio Vaticano II sea válido y legítimo, como sostiene el Monseñor Williamson.
Lo que hace el Monseñor Williamson es abrir las puertas a negar la validez y legitimidad de anteriores Concilios de la Iglesia.
¿Quién le dio autoridad al Monseñor Williamson para decir qué Concilio es válido y cuál no? ¿Acaso el Monseñor Williamson es Papa o habla en nombre de la autoridad apostólica de la Iglesia Católica o de su Magisterio?
La postura del Monseñor Williamson, así como de los sedevacantistas y de los seguidores de Lefebvre, hará un gran daño a la Iglesia, porque entonces la validez de los Concilios de la Iglesia dependerá del parecer y del criterio de cualquier católico y no de que sean la voz del Espíritu Santo por medio del Papa y de sus Obispos.
Lefebvre es el nuevo Lutero, el Lutero del tradicionalismo. Si Lutero se apegaba fanáticamente a la Biblia, Lefebvre se apega fanáticamente a la tradición. Tanto Lutero como Lefebvre olvidaron que la Biblia y la Tradición de la Iglesia son enseñadas e interpretadas por los Sucesores de los Apóstoles en Pedro, es decir, por el Papa y el Magisterio de la Iglesia.
Tanto Lutero como Lefebvre querían imponer su criterio sobre el de la Iglesia. Ya vimos en el protestantismo el gran daño que le hizo Lutero a la cristiandad. Ahora vemos en el Monseñor Williamson y en los sedevacantistas los daños que le están haciendo a la Iglesia Católica al decidir por su propia cuenta, según su criterio, cuál Concilio es válido y cuál no.
Es el mismo criterio con el que los modernistas rechazan los Concilios anteriores al Concilio Vaticano II. No debemos ser tradicionalistas ni modernistas, sino católicos.
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