Doctrina católica actual: La herejía nuestra de cada día
Hará un par de meses estrenaron con trompetería el Vatican Insider, una (otra) web de noticias y actualidad eclesial. Se la presentaba como afín al Vaticano, con un elenco periodístico de lo más selecto: Vaticanistas y eclesiólogos, curia-expertos, dicasterio-peritos, etc. A mí se me encendió la alarma cuando supe quien era el 'corresponsal' español del Vatican Insider, el siempre equívoco Antonio Pelayo, un clérigo aseglarado que se pasea por Roma con cuidado look de tweed y corbata. Mala tarjeta de presentación, pensé para mí.
Claro que anunciaban también a otros, como Andrea Tornielli, que escribe sensatamente, con un tono católico. Pero voy descubriendo cada día una flora periodística inquietante, preocupante, descomponente. Por ejemplo un tal Fabrizio Mastrofini que publica hoy este artículo:
Parábolas, antídoto contra los dogmas
El articulito replantea las Parábolas del Señor según una cada vez más extendida y aceptada explicación de nuestros modernistas exegetas y teólogos des-católicos. Como dice el tal Fabrizio Mastrofini "...dejando al margen la pregunta si el Jesús histórico coincide con el Jesús de la fe", nuestros pseudo-exegetas des-católicos pasan, prescinden, abandonan, cuestiones y problemáticas modernistas de la hermenéutica y exegéticas del siglo pasado y se acercan a las Parábolas con un mero interés de género, sumergiéndose en ellas sin referencias sacras que puedan marcar una determinada intencionalidad (la intención de Cristo que las predicó, justamente), sin atender propiamente al marco escriturístico o a aquel célebre 'sitz im leben' que decían los alemanes. No. Eso pasó, esa exegética protestante ya pasó.
Ahora las Parábolas se gustan y paladean como un cuento chino, como (y esto es lo que dice el autor sin decirlo) una de esas historietas que popularizó el heterodoxo Anthony de Melo s.j. en La Oración de la Rana, El Canto del Pájaro y demás lecturas recreativas. Cuchufletas, fábulas del Oriente fascinante y sabio. Eso son las Parábolas. Ciento y pico dice que cuenta entre lo Santos Evangelios, las Epístolas y demás libros del Nuevo Testamento, y también los Apócrifos, todo junto, sin distinguir ni separar, como si valiera lo mismo un Evangelio Canónico que un escrito apócrifo.
Total, si de lo que se trata es de extraer de ellos historietas, fabulillas, apólogos ¡que más da todo lo demás! Ni importa Cristo (ni el que llaman 'histórico' ni el que llaman 'de la fe') ni nada que tenga que ver con Él, salvo esas historietas, esas Parábolas, tan atractivas por su sabor oriental, no por ser de Cristo y contener Revelación, eso no importa.
No quiero dejar de subrayar el título de todo ello, tal como aparece en el Vatican Insider: Las Parábolas como antídoto del dogma. Que si son antídotos quiere decirse que el Dogma es veneno, que los Dogmas Católicos son letales tósigos como el acqua toffana.
Tocando otro particular pero en la misma corriente, tambien he encontrado esta mañana otro artículo, esta vez en un medio definidamente anti-católico, muy agresivo:
¿Dieron culto a Jesús los primeros cristianos?
¿Cual piensan ustedes que es la respuesta del autor, ese James Dunn? Pues que no; como subraya el impío articulillo "...no, los primeros cristianos no dieron culto a Jesús, sino a Dios mediante Jesús en el Espíritu Santo."
Respuesta, por su parte, sutilísima porque es susceptible de una interpretación recta echándole una capa de buena voluntad y dos tomos de explicación ortodoxa. Aunque, en realidad, lo que esconde es una tesis neo-arriana que niega la Divinidad de Cristo, visto sólo como un 'mediador' pero no de naturaleza divina, co-sustancial al Padre, Segunda Persona de la Trinidad. Es decir, que se profesa una confesión de estilo pre-niceno desde un pre-juicio a-cristológico y con una supuesta base escriturística.
Yo - y ustedes, supongo - me quedo en la perplejidad de verme de pronto ridiculizado por creerme con toda sinceridad aquel versículo de San Mateo, el del Evangelio de los Magos "...procidentes adoraverunt eum / postrándose le adoraron" Mt 2, 11. Y lo mismo cuando recuerdo otras escenas, las del Apocalipsis, por ejemplo, con toda su rutilante descripción de las liturgias celestiales que rinden culto y adoran al Cordero.
Lo grave, amigos míos, es que las tesis no-católicas y heterodoxas de estos dos artículos que comento las profesan comunmente, como lo más normal, nuestros escrituristas, nuestros teólogos, nuestros profesores de seminario.
Y nuestros seminaristas.
Y nuestros curas.
Y nuestros obispos.
¿Y qué creen Uds. que piensa al respecto un Cardenal? Por citar a uno, digamos Ravasi, por ejemplo.
¿Lo adivinan ustedes?
+T.
EX ORBE
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