Es conocido el retraimiento de los niñOs ante actividades que ellos identifican como "de niñAs" (ballet, coros, teatro, recitación), generalmente "aburridas", regladas, estáticas y rutinarias; o en actividades que las niñAs son gran mayoría. Y aparentemente servir en misa parece tener esos ingredientes digamos "estéticos y psicologicos", más afines a las niñas.
Es esa una verosímil explicación sociológica del fenómeno de la propagación de niñas monaguillas y del consiguiente retraimiento de niños monaguillos. Se lee en el foro catholic.net:
"TE daré mi versión de por qué pasa esto.
Un ejemplo: en tiempos muy remotos TODOS los que cantaban en el coro de casi cualquier Iglesia eran varones (obvia excepción cuando hablamos de comunidades de monjAs). Por eso la parte aguda no era la de LAS sopranos sino la de LOS tiples. Herencia de eso es que nos referimos a las cantantes mujeres como la sorpanO y la contraltO cuando son palabras que parecen masculinas.
Dicho sea de paso, la polifonía renacentista suena más auténtica cuando las partes agudas las cantan niñOs y no damas...
En el coro de niños (y niñas) que dirijo casi todas las voces son niñAs... conseguir niñOs para el coro es sumamente difícil. De acuerdo con la sabiduría de campo de fut, cantar en el coro de la Iglesia -y casi que participar en cualquier cosa de la Iglesia- es cosa de "niñAs". Casi todos los niñOs que tengo en el grupo participan como instrumentistas. Tocar guitarra o percusión no parece dañar la masculinidad. El sistema se retroalimenta... si el coro tiene 8 niñAs y 2 niñOs, es más fácil que quieran unirse al coro más niñAs que niñOs... ¿y a quién van a invitar las niñAs?... pues a más niñAs.
Entonces... percibo el mismo patrón que Arcturus, hay mas interesadAs en el coro, en ser monaguillAs, etc...
Ahora la explicación...
Creo que el problema es la figura del sacerdote en Latinoamérica... por la falta de vocaciones, se han ido envejeciendo al punto que el sacerdote de ciudad tiene una imagen más de "abuelito" que de cualquier otra cosa... los niñOs prefieren de modelos a personajes mas estilo Rambo que estilo Santa Claus. Mucho se compondría, creo yo, si periódicamente los misioneros jóvenes que les toca ir a vivir estrecheces y penas en los lugares remotos de nuestros países visitaran las parroquias de Ciudad y se encargaran por unos tres días de los grupos de niñOs.
Imagínense un personaje de menos de 30 años que está tostado por vivir a la intemperie, que en vez de zapatos usa botas, que pasa sus días atravesando selvas y montañas para atender las almas, que lee su breviario con la luz de una lámpara de kerosén, que antes de decir Misa saca las culebras y alacranes de la choza que sirve de Iglesia... ESE es el que les recordará a los niñOs que la Iglesia puede ser para los que buscan la aventura...
Cuando se pasee por las ciudades este Supermán vestido de negro las cosas van a cambiar y ya verán como regresan los monaguillos y los cantantes de coro. Me imagino que a los jesuitas del tiempo de San Francisco Javier nunca les escasearon las vocaciones."
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