Que triste y doloroso es ver como los Autodemoledores de la Iglesia son apoyados desde las mas altas Jerarquías.
Esto hace mucho mas daño que la Revolución Francesa y la Soviética.
Es la destrucción del sacro Culto Litúrgico, de la Tradición Católica, reeplazado por una parodia de Misa.
Más allá de las buenas o malas intenciones de los "catecúmenos", lo cierto y concreto es que son signos parusíacos.
La abominación de la desolación que se introduce en el lugar Santo.
Ya no se trata del humo del padre de la mentira, entrando por una grieta, sino del fuego aquerontico abriéndose paso por la puerta principal de la Iglesia, recibido con todos los honores...
Recemos para que el Santo Padre ponga orden en estos tiempos babélicos en que nos están aniquilando desde adentro.
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