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El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
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El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Ofrecemos a continuación un extracto traducido de una nueva entrevista realizada por la televisión francesa France2 al cardenal Burke. Si bien es muy breve sus palabras son de suma importancia porque por primera vez un cardenal afirma publicamente que en caso de dar cuerpo legal a la nueva “tendencia” él va a resistirlo . El entrevistador, tras mencionar la comunión a los divorciados y la nueva línea hacia la homosexualidad, caracterizada por el “quién soy yo para juzgar”, pregunta:
- France2:”¿Si el Papa persiste en esta dirección que hará usted?
- Burke: “Resistiré, no puedo hacer otra cosa. Hay un malestar, es indudable”
- France2: “¿Es doloroso?”
- Burke: “sí”
- France2: “¿Es preocupante?”
- Burke: “sí”
- France2: “¿Según usted la Iglesia está amenazada en tanto que institución?”
- Burke: “El Señor nos ha asegurado, como dijo a San Pedro en el Evangelio, que las fuerzas del mal no vencerán”
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(El video no se puede copiar pero se puede ve en la página de Adelante la Fe siguiendo el enlace, o aquí:)
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Sería bueno que este hilo se incorporara a Habemus Papam.
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
No sería mala idea. Y vuelvo a proponer que "Habemus Papam" se mueva al subforo "Crisis de la Iglesia".
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Re: Habemus Papam - Francisco I
NUESTRAS EXTRAVAGANTES (Y ESTÉRILES) CONCESIONES
Ya Veuillot advertía, ciento cincuenta años atrás, que las calenturientas mentes revolucionarias no se iban a satisfacer tan fácilmente con la política clerical de mano tendida. «Saben que nuestras más extravagantes concesiones jamás llegarán a mitad de camino de la meta a la que tienden sus doctrinas. Pero aún así, creen captar en nosotros un oculto desfallecimiento de esta fe que los asombra y los desespera. Si no tienen más que odio, su odio se aviva con nuestras incertidumbres; si tienen alguna quimera, algún absurdo sistema de renovación social, su confianza se acrecienta a medida que la nuestra parece disminuir». Esto no ha hecho más que comprobarse a lo largo de todo el siglo veinte: memorable por lo claudicante la monserga de Paulo VI en la última sesión del Vaticano II en que, refiriéndose a las bravatas del humanismo secular profano, advirtió aquello -horresco referens- de que
la religión del Dios que se hizo hombre se encontró con la religión del hombre que se hace Dios ¿Qué sucedió? ¿Una lucha, una batalla, una condena? Podría haber sido así, pero no sucedió. La antigua historia del samaritano fue el paradigma de la espiritualidad del Concilio. Un sentimiento de simpatía sin límites lo impregnó todo.
A cincuenta años de aquel hito verbal, sucedido por las más olímpicas reculadas que podían ensayar los alzacuellos ante las corbatas, las iglesias vienen siendo regularmente profanadas por escuadrones del Mandinga que abogan por una mayor profundización del laicismo, y la "simpatía sin límites" de Montini es correspondida con escupitajos e insultos. No se puede negar que a estos malditos los asista alguna razón: les repugna una Iglesia que deja languidecer esa fe que «los asombra y desespera», porque en su aburrimiento secular preferirían batirse con cruzados que los muelan bien a palos, o al menos que les desbaraten con afiladas razones el aparato de pamplinas que las ideologías les dejaron por legado. Así como nosotros ansiamos esa gloria supereminente que tenemos prometida, ellos podrían desear esa fe incomprehensible si notaran al menos sus efectos entre nosotros. Pues tanto como a su propio y aherrojante hastío odian la tibieza en nuestras filas, y se entiende que así sea: ésta, siquier por reflejo, los condena a irremisible desesperanza.
Pero estas comprobaciones evidentes por sí mismas, capaces de afectar todos los cinco sentidos externos, no hacen mella alguna en la bien posicionada Jerarquía, que continúa extenuando su ralliement quién sabe con miras a ocupar qué lugar de privilegio en el inminente naufragio. Ahí les darán a probar su adobada democracia... Como al secretario general de la revesada orden de los Franciscanos de la Inmaculada, padre Alfonso Maria Bruno, quien, refiriéndose al encuentro entre Francisco y el recientemente electo presidente italiano Sergio Matarella y a la colaboración entre los dos Estados, augura «un Tíber más estrecho» pues «nos asiste una concepción del bien común que está por encima del ser laicos o católicos, hombres de Estado u hombres de Iglesia, para ser -integralmente y simplemente- hombres». Que no se sienta tan seguro: bien decía Kierkegaard -y sujetos como el padre Bruno lo comprueban hasta la fatiga- que todo el drama del hombre moderno consiste en haber olvidado lo que significa ser hombre.
Ya lo dijo no hace mucho un articulista que reparó en la manía oportunista de hombres como Bruno: el pragmatismo es un juego que favorece la propia visibilidad en el mundo de la apariencia; el pragmatismo se vuelve sinónimo de protagonismo. De ahí el desprecio usual por la doctrina y la insistente cantilena pastoral, mucho más apta para colocar a estos actores en el centro de la escena, excediendo siempre con mucho la incumbencia y el ámbito del pastor de almas. Cosa bien ensayada, como es noto, por el Bocón, a quien ahora se le ocurrió pedir por «una mayor presencia de la mujer en la vida de la Iglesia, en el mundo laboral y en la familia» (no hay necesidad de aclarar que la mayor presencia de la mujer en el ámbito laboral menoscabó su presencia en la familia, ni es menester reparar en lo que sugiere el pedido de una mayor presencia femenina en la Iglesia en época tan flaca de vocaciones). Filólogo al fin, muy en la salsa de sus cavilaciones terminológicas, graficó al fin para el aplauso: «la Iglesia es mujer, es la Iglesia, no el Iglesia. Esto es un reto que no se pospone más».
Lo que no debe seguir posponiéndose es la defenestraciónde elemento semejante, al precio de que se cumpla la amenaza de los terroristas islámicos de convertir la basílica de San Pedro en establo para sus animales. Porque éste es el término obligado de tantas concesiones a la jerga democrático-laicista, de tanta sonrisa cómplice al ministro masón de turno. Dicen que en el silencio recogido de la oración puede advertirse el paso modulatorio del «¿hasta cuándo?» que los mártires dirigen al Señor clamando por la consumación de su obra (Ap 6, 10) al «¿hasta cuándo?» mudado en catilinaria cada vez que éstos vuelven el rostro hacia Francisco.
In exspectatione
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Cita:
Iniciado por
Hyeronimus
No sería mala idea. Y vuelvo a proponer que "Habemus Papam" se mueva al subforo "Crisis de la Iglesia".
Hecho.
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
La nada in actu exercitu
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Hace pocos días el papa Francisco nos sorprendió con una noticia que dejaba atrás ya los matices teológicos para entrar de lleno en lo grotesco: recibió en la residencia pontificia a un transexual español con su “novia” –con la que se casará civilmente en pocas semanas- y les aseguró que habían también para ellos un lugar en la Iglesia. Lo más repugnante fue la vía por la cual se llegó a ese encuentro, relatadas por la misma señora/señor, quien previamente le había escrito al Santo Padre una carta: “Poco antes de las dos y media de la tarde, el día de la Inmaculada, mientras cuidaba a su padre enfermo entonces en su casa, recibe una llamada. «Era de un número oculto. La verdad es que no sé muy bien por qué descolgué el teléfono, porque esas llamadas nunca las contesto», recuerda. Esta vez el azar o lo que fuera hizo que Diego Neria respondiera. «Soy el Papa Francisco», escuchó. Y el cuerpo le dejó de responder. No sabía qué estaba pasando hasta que el Santo Padre le dijo que había leído su carta y le había llegado al alma. La emoción apenas le permitió abrir la boca, pero el Papa le pidió que se calmara y le dijo que quería verle, y que le llamaría más adelante para fijar la fecha del encuentro. Ocurrió pocos días después. El 20 de diciembre, mientras paseaba por Sevilla, ciudad en la que reside su prometida. El Santo Padre volvió a telefonear a Diego. Y le propuso, si les venía bien a él y a su mujer, la fecha del 24 de enero, a las cinco de la tarde, en El Vaticano para verse. El Papa agregó que no se preocuparan por el costo del viaje, porque los gastos corrían por cuenta de la Santa Sede”.
No se trata, por cierto, de negar los reales sufrimientos por los que debe atravesar una persona que padece la enfermedad de la señora Neria Lajarraga, y es nuestro deber como cristianos el acompañamiento y la compasión. Se trata de sufrimientos análogos a los que debe soportar un diabético o un celíaco. Pero la solución que nos señala la fe no consiste en comprarle caramelos o una hogaza de pan sino en acompañarlos con el afecto y la oración a fin de que pueda atravesar esta vida, que es un valle de lágrimas, del modo más cristiano posible para que alcance de ese modo la corona que el Señor nos ha prometido. Esto no es ninguna novedad. Es catecismo básico. Pero las novedades pontificias nos sorprenden, si no con chocolatines y pastelitos, con permisos implícitos para la fornicación contranatura.
Frente a esta situación de propio y verdadero escándalo, un católico diría: “El Papa Francisco es progresista y quiere transformar la teología católica, derribando algunos de sus dogmas y preceptos morales”. Pues no es así. Sería ese el caso si el pontífice fuera, por ejemplo, el cardenal von Schonborn, o el cardenal Ravasi o, incluso, el cardenal Scola. Tendrían mucho más estilo y compostura, pero su teología sería claramente progresista, porque esa es su formación. Serían asesinos con navaja, que sabrían muy bien donde asestar los cortes y tajos a fin de extraer limpiamente lo que ellos consideran tumores o excrecencias producidas por las rémoras de la teología medieval.
Pero volviendo a Roma, ayer el Papa Francisco tuvo otras palabras curiosas. Luego de visitar una villa miseria y rodearse de pobres inmigrantes latinoamericanos y europeos del Este –y una buena legión de fotógrafos-, arengó a los scouts de una parroquia vecina: “¿A quién prefieren? ¿A Jesús o al diablo?”. La respuesta, afortunadamente, fue la correcta. [Recordemos que, cuando el histriónico Juan Pablo II, en 1987, se arriesgó a una seguidilla de preguntas a los jóvenes chilenos que respondían con un ruidoso “¡Sí!” a preguntas: “¿Queréis buscar la vida eterna?” o “¿Queréis seguir a Cristo?”, respondieron en cambio con un rotundo “¡No!” cuando el papa polaco les preguntó: “¿Queréis vivir la castidad y absteneros del sexo hasta el matrimonio?”]
Más de un neocón habrá salido corriendo a festejar con sus amigos que el papa es católico porque habló del diablo a pesar de la contradicción flagrante con sus dichos y actos de la semana anterior. Y muchos creerán entonces, que Bergoglio tiene una teología ortodoxa.
El error está en considerar que Bergoglio tiene algo, sea teología progresista o teología conservadora. Bergoglio no tiene nada. Bergoglio es la nada in actu exercitu, como bien lo afirma un amigo wanderiano. O bien, como alguna vez lo dijimos en esta misma bitácora, Bergoglio es el jesuitismo llevado a su máxima expresión: puro intelecto práctico, con prescindencia absoluta del especulativo, ordenado exclusivamente a obtener el poder y la exaltación de la propia persona, de la Compañía y de la Iglesia, todo esto, por supuesto, ad maiorem Dei gloriam.
Si un cardenal progresista en el papado hubiese sido un asesino con navaja, Bergoglio en el mismo puesto, es un mono con navaja. Y si me dan a elegir entre los dos, prefiero al asesino, porque la capacidad de daño de un simio armado se acerca al infinito.
The Wanderer
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
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Card. Burke ratifica: Resistiré
[Secretum Meum Mihi] Para los escépticos, como nosotros, llega esta ratificación del directo protagonista respecto de una expresión por él proferida (ver aquí).
Información de Catholic News Agency, Feb-09-2015. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Ciudad del Vaticano, Feb 9, 2015 / 05:27 pm (CNA/EWTN News).- El cardenal Raymond Burke dijo que estaba “respondiendo a una situación hipotética” cuando afirmó que resistiría a cualquier posible movimiento del Papa Francisco que se aparte de la doctrina Católica.
“Simplemente afirmé que es siempre mi sagrado deber defender la verdad de la enseñanza y la disciplina de la Iglesia respecto al matrimonio”, dijo a CNA en Febrero 9.
“Ninguna autoridad puede absolverme de tal responsabilidad, y entonces, si cualquier autoridad, incluso la más alta autoridad, fuera a negar esa verdad o ese acto contrario a ella, estaría obligado a resistir, en fidelidad a mi responsabilidad delante de Dios”.
El cardenal Burke dijo que su entrevista con el canal de la televisión francesa France 2, fue informada adecuadamente respecto a la pregunta y la respuesta acerca de resistir al Papa Francisco.
[…]
Card. Burke ratifica: Resistiré | Adelante la Fe
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
De tal maestro, tal discípulo.
El Papa Francisco ha iniciado una reforma en la Iglesia que «no tiene marcha atrás»
L. Daniele
El jesuita Juan Carlos Scanonne y profesor de griego de Bergoglio alerta de que «no a todos les gusta» la línea del Papa
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ABC
El jesuita Juan Carlos Scanonne, uno de los referentes argentinos de la conocida «Teología del Pueblo», este martes en Madrid
El padre Juan Carlos Scanonne conoce bien al Papa Francisco. Fue su profesor de Griego, Latín y Literatura cuando el entonces aspirante a jesuita estudiaba en el seminario diocesano de Villa Devoto en Buenos Aires. Luego compartieron residencia durante diez años en la localidad bonaerense de San Miguel, donde la Compañía de Jesús cuenta con una prestigiosa facultad de Teología y Filosofía denominada el Colegio Máximo de San José.
De aquellos años, el padre Scanonne guarda muchos recuerdos personales, pero sobre todo conserva «el trasfondo teológico y espiritual» que explican muchos de los gestos y decisiones que toma a diario hoy el Papa Francisco.
Para este filósofo «las raíces teológicas» del Papa argentino se encuentran en la «Teología del Pueblo», una corriente dentro de la Teología de la Liberación con características muy propias, ya que pese a centrarse en la opción preferencial por los pobres no lo hace desde las categorías sociológicas marxistas de algunas de sus ramas más conocidas.
Entre los mensajes claves de la Teología del Pueblo están los conceptos de “cultura” y de “pueblo de Dios", la revalorización teológica y pastoral de la religión del pueblo y de la piedad popular y la relación de ésta con los pobres. "La Teología del Pueblo está en la base de lo que el Papa Francisco hace y dice. Es una de sus raíces teológicas básicas para comprender su pensamiento", señaló Scanonne, durante un encuentro con periodistas, con motivo de su paso estos días por Madrid para impartir la conferencia «El Papa Francisco: ¿Teólogo de la liberación?, que tendrá lugar este miércoles 11 de febrero, en el Aula Magna del campus de Cantoblanco de la Universidad Pontificia Comillas.
«La comunión en la diferencia»
Al respecto, Scanonne precisó que el Papa Francisco "es un pastor no un teólogo aunque teologiza", por ejemplo, cuando describe su concepto "tan peculiar" de pueblo. "Para él la figura de pueblo no es una esfera donde todos los puntos son uniformes con respecto al centro si no la de un poliedro donde se respetan las diferencias. Aún los que están en un error tienen algo que aportar. En esta idea de pueblo como poliedro, cada uno y cada ámbito tiene algo que aportar. Es la comunión en la diferencia", señala el jesuita, para quien este concepción también explica esta preocupación del Papa "por escuchar a todos".
Según este filósofo y uno de los referentes argentinos de la conocida «Teología del Pueblo», el Papa Francisco además "está convencido de que desde la periferia se puede ver toda la realidad. En cambio, desde el centro no se ve la periferia, que es donde están los pobres y las villas miserias". De allí, "su interés de que la Iglesia se encamine hacia todas las periferias, ya sean las existenciales o las geográficas".
Scanonne señala también que el Papa "quiere reformar la Iglesia en el sentido evangélico". "Muchos de sus gestos van en esa línea aunque a no todos les gusta", apunta el jesuita, quien aplaude la enorme libertad con la que pudieron intervenir los obispos en el pasado Sínodo sobre la familia. "El Papa ha impuesto una manera nueva de ver las cosas. Hay mucha gente que ha vuelto a ver a la Iglesia con simpatía gracias a él. Si hubiera una muerte, las cosas están de tal manera que no hay marcha atrás", apunta.
El Papa Francisco ha iniciado una reforma en la Iglesia que «no tiene marcha atrás» - ABC de Sevilla
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
¿LO DIJO IVÁN KARAMAZOV? ¿ACASO SARTRE? NO, FRANCISCO
De lo que abunda el corazón habla la boca. El sabio, del rebalse de su contemplación, vierte munífico las gemas; el necio, en cambio, agobia con su nulidad, con su operoso menoscabo de la verdad y el bien. Es creíble que Francisco -como muchos lo aseguran- planifique sus eloquios aun los más banales en busca de inducir ciertos efectos en la percepción de esa tele-feligresía de acatólicos y de bobo-católicos pendientes de sus belfos. Pero hay veces que habla de sopetón, urgido como por fuera del libreto por alguna ocasional pregunta, y entonces dice francamente lo que piensa, lo que abundan sus entrañas. Y se da a conocer con la mayor de las transparencias, y nos indica de paso el tenor de la gravedad de la crisis de la Iglesia, la espiral de dolores como de parto a los que ésta se halla abocada hasta que Dios disponga lo contrario.
Resulta que en su reciente viaje a Filipinas, una niña convocada para dirigirse al pontífice, integrante de un grupo de menores en situación de desamparo, lo interpeló acerca de «¿porqué los niños sufren?», rompiendo a llorar no más planteada la cuestión. Pese a su deber de representar a Cristo, en tanto Papa, a Francisco ni siquiera se le ocurrió mentar los dolores del Redentor: su respuesta fue un lacónico «no hay respuesta» (ver aquí).
Es noto que Iván Karamazov, el personaje de Dostoievski, funda su petulante ateísmo en la cuestión irresuelta -a su entender- del sufrimiento de los niños. Sartre, para quien el hombre es «una pasión inútil», sostiene una ética fundada en el rehuir el absurdo del sufrimiento. Las consecuencias del pecado original, el problema de la libertad y la responsabilidad, el valor expiatorio del dolor, son todos asuntos que tienen sin cuidado a estos exponentes extremos del delirio racionalista. De aquí que Camus pretendiera que la bondad de Dios sólo era admisible si se descartaba su omnipotencia.
La lección de Francisco (menos genial, bah) se emparenta y solidariza horriblemente con las precedentes. Hasta donde era posible pensar la mengua del testimonio cristiano, el eclipse de la conciencia de salvación, el olvido de la menor traza de soteriología en la parla del más indigno de los sucesores de Pedro, el actual pontífice llegó y fue más allá, allende las más tenebrosas expectativas.
In exspectatione
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Papa Francisco: “El tema de los sacerdotes casados está en mi agenda”
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Tomado deLa Reppubblica:
19 de febrero de 2015
CIUDAD DEL VATICANO — Sucedió el martes 10 de febrero, pero el Santo Padre no lo ha hecho saber hasta hoy durante su encuentro con el clero de Roma. Mientras celebraba la Misa habitual en la Casa Santa Marta, Bergoglio ha abordado el tema del matrimonio de los sacerdotes.
En la celebración se encontraban presentes siete sacerdotes que celebraban sus bodas de oro como presbíteros, pero también otros cinco que habían colgado los hábitos para casarse. Cuando uno de los clérigos presentes, el padre Giovanni Cereti, preguntó por la cuestión de los sacerdotes casados (recordando el caso de las iglesias orientales, en las que los casados pueden se ordenados mientras que millares de sacerdotes casados del Rito Latino no pueden celebrar), Bergoglio respondió: “El problema está en mi agenda”. [Actualización: En el texto de la nota publicada originalmente por La Reppubblica decía “la cuestión” (la questione), como sigue diciendo en otras fuentes. Más tarde se corrigió para que dijera: “Bergoglio respondió sorprendido: “El problema está en mi agenda”. La palabra en sí no altera el sentido de lo que se dijo].
Esta nota de ZENIT (en inglés) sobre el incidente en cuestión confirma que el Papa habló de los sacerdotes casados.
[Fuente, en italiano. Artículo original]
Papa Francisco: “El tema de los sacerdotes casados está en mi agenda” | Adelante la Fe
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
¡AY DE MÍ SI EVANGELIZARA!
Imitándose tresdobladamente a sí mismo, haciendo uso de una fraseología ramplona y previsible que no tiene nada que tributarle a ese «Dios de las sorpresas» revelado en la pensión de Santa Marta, Francisco instruyó a los obispos norteafricanos acerca de cómo arrostrar el avance de los terroristas islámicos: se trata de acoger a todos “amablemente y sin proselitismo”, demostrando que son “una iglesia con las puertas abiertas” capaces de alentar el diálogo ecuménico e interreligioso con el Islam para contribuir “a un mejor conocimiento mutuo”. Incurso en el llamado error socrático, consistente en explicar toda maldad como ignorancia (error ahora agravado por la materia de la culpa, cual es la persecución y muerte de quienes representan a Cristo a los ojos de los infieles), abundó que es “el desconocimiento [...] la fuente de tantas incomprensiones, e incluso de enfrentamientos”, perífrasis ésta que vale por degüellos y crucifixiones masivas.
Justamente por estos días se difundía el editorial de una valiosa revista digital, Radicati nella fede, que señalaba que «no será la religión de la masonería la que nos libre del Islam». No lo será sin dudas aquella pésima doctrina enseñada por buena parte de la hodierna Jerarquía eclesiástica consistente en «releer toda la Revelación, todas las verdades de fe, toda la acción pastoral y sacramental subordinándolas a la ideología de la modernidad, que en el fondo se resume en el colocar en el centro al hombre en lugar de Dios». Este «cristianismo agnóstico», viéndose forzosamente enfrentado a las hordas de Mahoma, les pide a éstas «que acepten la modernidad, que pongan en el centro a la persona en vez de Dios» a los fines de encontrar un ámbito común para el ejercicio del sobado diálogo. «El catolicismo reinterpretado a la moderna tiene el descaro de exponerse» con su verdadero rostro a los infieles, que por fuerza «comprenderán que no creemos más en Dios».
Se ha abandonado la certeza en la capacidad persuasiva de la Verdad, que conlleva su pathos y sus límpidas exigencias, a cambio del fetiche de la no-violencia, que no sirve ni siquiera para atenuar la violencia de un enemigo reo de falaces convicciones y de odio sanguinario. Y lo más paradójico es que la réplica musulmana a estas mojigaterías no se reduce sólo al uso del cuchillo, sino en ocasiones al de la mismísima razón. No sin ejercitar la fantasía, pongamos unos párrafos del ensayista persa y muslim Seyyed Hosein Nasr en boca de los yihadistas convidados por nuestros obispos al banquete del diálogo y los derechos humanos: los encapuchados, bien conocedores de lo que constituye nuestro oprobio y la causa de nuestra debilidad en enfrentarlos, podrían aducir sin disputa que
hoy en día, la discusión del concepto de libertad en Occidente está tan profundamente influida por la noción renacentista y posrenacentista del hombre como ser en rebeldía contra el cielo y dueño de la tierra, que es difícil considerar el significado de la libertad en el contexto de una civilización tradicional como la del Islam. Es necesario, por tanto, resucitar el concepto del hombre tal como lo entiende el Islam a fin de poder estudiar seriamente el significado de la libertad en el contexto islámico. Tratar de estudiar la noción de libertad en el Islam desde el punto de vista del significado que se ha atribuido a este término en Occidente a partir de la aparición del humanismo es algo que carece de sentido”. Se podría decir que la mayoría de las discusiones que se plantean en occidente sobre la libertad, versa sobre la libertad de hacer o actuar, mientras que desde el punto de vista del hombre tradicional, la forma más importante de libertad es la libertad de ser, de experimentar la pura existencia misma.
La pura libertad pertenece sólo a Dios; por lo tanto, cuanto más somos, más libres somos. Y esta intensidad en el modo de existencia sólo se puede alcanzar mediante la sumisión y la conformidad con la Voluntad de Dios, el único que es en sentido absoluto. No hay libertad posible en la huida y la rebelión contra el Principio que es la fuente ontológica de la existencia humana y que nos determina desde arriba. Rebelarse contra nuestro propio Principio ontológico en nombre de la libertad es quedar cada vez más esclavizado en el mundo de la multiplicidad y la limitación.
Los jurisconsultos consideran la libertad humana como un resultado del abandono personal a la Voluntad divina, más bien que como un derecho personal innato. Para ellos, puesto que estamos creados por Dios y no tenemos poder para crear nada por nosotros mismos (en el sentido de la creación ex nihilo), dependemos ontológicamente de Dios y por lo tanto sólo podemos recibir lo que nos es dado por el origen de nuestro propio ser.
Los derechos humanos son, según la charia, una consecuencia de las obligaciones humanas, y no su antecedente. Poseemos ciertas obligaciones para con Dios, la naturaleza y los demás seres humanos, todas las cuales están definidas por la charia. Como resultado del cumplimiento de estas obligaciones obtenemos ciertos derechos y libertades que, a su vez, también están definidos por la Ley divina. Los que no cumplen estas obligaciones no poseen derechos legítimos, y cualquier pretensión de libertad que expresen con respecto al entorno o a la sociedad es ilegítimo y constituye una usurpación de aquello que no les pertenece.
Exceptuando las repetidas alusiones a la charia y al Islam, son palabras que pudieran arrancarle al Señor, para nuestra renovada vergüenza, las entonces dirigidas a aquel intérprete de la Ley (Mc 12, 34): «tú no estás lejos del reino de Dios». Porque lo que es el Papa y sus colaboradores, amordazados por los respetos humanos y por lealtades contrarias al Evangelio, cabe aquello de que «ni vosotros entráis ni dejáis entrar...» (Mt 23, 13).
In exspectatione
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Pepinos en vinagre
"...y al final nuestra cara no transmite esa alegría sino la nostalgia, una melancolía que no es sana. A veces estos cristianos melancólicos tienen más cara de pepinos en vinagre que de personas alegres que tienen una vida bella".
S.S. Francisco, Homilía en Casa Santa Marta, 10 de mayo de 2013.
The Wanderer
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Jubileando
Yo tenía 15 años cuando el Jubileo de 1975, el primero que recuerdo. El siguiente que se preveía sería el del 2000, pero en el intervalo Juan Pablo II celebró el Jubileo Extraordinario del MCML aniversario de la Redención, en 1983, como secuela del que proclamó, también extraordinariamente, Pio XI en 1933. Con este recién anunciado por PP Franciscus - Deo volente - vamos a tener el tercer año jubilar extraordinario en menos de un siglo; y contando los ordinarios de 1950, 1975, 2000 y el ya previsto del 2025, sumando el también extraordinario concedido por Pablo VI con motivo de la clausura del Concilio Vaticano IIº, del 1 de enero al 29 de mayo de 1966, en cien años se habrán celebrado nueve jubileos, cinco ordinarios y cuatro extraordinarios.
El registro de las jubilosas efemérides hace inflexión en el Año Jubilar de 1950, con Pio XII rigiendo una Iglesia Católica pujante; el de 1975 ya estaría marcado por la crisis del post-concilio, y los de Juan Pablo II llevaron impresa la huella voluntariosa de un siglo cerrado y otro abierto por el entusiasmo juanpablista característico de aquellos años de continuos fastos y decadencia católica continua.
Este nuevo extraordinario de PP Franciscus, desde la Inmaculada del 2015 a Cristo Rey del 2016, no se explica salvo por la voluntad de èl mismo. Tiene de bueno que así, por encima de sinodalidades y colegialismos, usa una prerrogativa exclusiva del Papa que es, realizando algo que sólo el Papa puede hacer.
Lo discutible es el recurso, acumulando jubileos en un plazo tan corto entre uno y otro, desvirtuando por la repetición inmoderada el valor del jubileo en sí, cuyo significado depende, en cierto sentido, de su periodicidad según la tradición.
Y lo preocupante, dadas las circunstancias que coinciden con las sesiones del Sínodo de la Familia: ¿No se pretenderá misericordiear algunos temas polémicos como la admisión a los sacramentos de los divorciados re-casados y/o el reconocimiento de las parejas gays?
Con redundante expresión PP Franciscus ha dicho que el Jubileo tendrá como centro la misericordia. ¿Se habrá querido referir a alguna nueva misericordia hasta ahora inédita en un jubileo?
Oremus, ergo, fratres, pro fructibus Iubilei Misericodiae et pro conversione iubilanturorum ómnium.
+T.
EX ORBE
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
Dos pícaros sinvergüenzas
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Elizabetta Piqué, la sinvergüenza corresponsal del diario La Nación publica hoy en el matutino una nota sobre el inicio del tercer año del pontificado de Francisco. Allí nos dice que el pontífice sigue fascinando y sorprendiendo a cientos de millones de personas de todas las confesiones e, incluso, a agnósticos y ateos.
A los católicos, claro que nos sorprende día a día. Nos sorprendió ayer cuando, al presentarle el bastón con el que la gran Santa Teresa se ayudaba a caminar en sus últimos años de vida, dijo “espontáneamente”: “¿Así que con esto caminaba la vieja?”. El pobre fraile que lo acompañaba salió a decir que esa expresión es signo de afecto en Argentina. Pues en Argentina, como en cualquier país de lengua castellana, esa expresión es una grosería. Es verdad que por estos lares, en lenguaje muy coloquial, un hijo puede referirse a su madre como “mi vieja”, y que también es propio de las clases menos educadas que los esposos se traten entre sí de “viejo” y “vieja”. Pero a ningún director de escuela se le ocurriría decir frente a sus alumnos la “vieja” para referirse a la Macacha Güemes o a Mariquita Sánchez de Thompson. Sería una muestra de grosería y ordinariez imperdonable.
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Hoy mismo nos acaba de sorprender el papa Francisco cuando, a un periodista mexicano, le dijo que “a veces se ha sentido usado por los políticos argentinos”. ¿Alguien puede creerle este amague de candidez? ¿Alguien puede creer que fue sorprendido en su buena fe cuando se fotografió rodeado obscenamente por militantes de La Cámpora o por cuanto politicucho de quinta categoría que iba a Roma? ¿Es que pensó que el catatósfrico gobierno kirchenerista, que se mantiene en pie gracias a su apoyo, continuando de ese modo con la ruina del país, no lo iba a usar políticamente luego de las visitas presidenciales a Santa Marta?
Bergoglio es tan pícaro y sinvergüenza como lo es su agente de prensa, la impresentable Piqué. Su nota de hoy sobrepasa ya cualquier límite y es sorprendente que un diario pretendidamente serio como La Nación la haya publicado. La muy caradura basa buena parte de su escrito en las opiniones del vaticanista irlandés Gerard O’Connell que, por ejemplo, dice: “En un sector de la Iglesia Católica algunos piensan que entendieron todas las cuestiones y que tienen todas las respuestas y están cerrados a ver más allá. Para Francisco, esto es una falta de apertura al Espíritu Santo. Es un gran problema cambiar el corazón y la mentalidad de esta minoría, un gran desafío, porque hay no sólo obispos, sino muchos sacerdotes jóvenes que se formaron bajo estas estructuras de pensamiento, cerrados”.
La cuestión que el tal O´Connoll es un excura que se amancebó con la Piqué, y ahora la parejita vive en Roma medrando con su oficio de vaticanistas y operando para Francisco. Claro que no dicen que, por ejemplo, que la plaza de San Pedro, los días miércoles, día de audiencia pública del pontífice, se encuentra semi vacía como pudo verse recientemente en una foto publicada que tuvo escasísima difusión, cosa que jamás había sucedido.
En cualquier medio de prensa serio, si una periodista cita a su marido como una autoridad sin hacer el disclosure de su relación, la echan de una patada. Lo único que falta es que, en los próximos días, La Nación publique una nota que diga: "El entusiasmo con Francisco contagia a las generaciones. Dos niños que la semana pasada agitaban banderas durante el Angelus, Mikki O'Connell y Yamila O'Connell, dijeron a esta corresponsal que el Papa era lo mejor que les podría haber pasado, dado que sus padres tenían ahora trabajo e ingresos como nunca y les compraban todos los juguetes; en tanto, una anciana cercana a ellos, Eva Piqué, aseguraba que gracias a Francisco los mayores ahora podían visitar en Roma a sus familiares".
En definitiva, dos pícaros y sinvergüenzas.
The Wanderer
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Re: El Cardenal Burke declara que resistirá si el Papa persiste en esta dirección
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Carta de Fray Tomás de Aquino al Papa Francisco
Santísimo y Reverendísimo Padre Francisco, por la Divina Providencia Papa, fray Tomás de Aquino, de la Orden de Frailes Predicadores, con devota reverencia.
He leído la Carta que Vuestra Santidad dirigiera, con fecha 3 de marzo A D 2015, al Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Poli, Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica Santa María de los Buenos Aires, en ocasión del primer centenario de la Facultad de Teología de esa celebérrima Universidad. No ha dejado de llamar mi atención las palabras de Vuestra Santidad a los teólogos bonaerenses toda vez que allí recomendáis, Beatísimo Padre, que aquellos realicen su labor “desde las fronteras” y en las calles de las ciudades de América Latina. Son vuestras mismas palabras: “La teología que desarrollan ha de estar basada en la Revelación, en la Tradición, pero también debe acompañar los procesos culturales y sociales, especialmente las transiciones difíciles. En este tiempo, la teología también debe hacerse cargo de los conflictos: no sólo de los que experimentamos dentro de la Iglesia, sino también de los que afectan a todo el mundo y que se viven por las calles de Latinoamérica. No se conformen con una teología de despacho. Que el lugar de sus reflexiones sean las fronteras”.
En mis tiempos, Santidad, os aseguro, las calles y las plazas de París eran escenario de vivos conflictos. No menos sucedía en el interior de los claustros. Me tocó vivir, como no ignoráis, un tiempo de transiciones difíciles. Si habéis tenido la benevolencia de leer algunos de mis escritos recordaréis cómo tuve que enfrentarme a Guillermo de San Amour y a quienes con él negaban a los religiosos mendicantes el derecho a enseñar en la Universidad, cómo hube de vérmelas con los averroístas latinos, cuánto hube de oponerme a tantos en defensa de la verdad, los innúmeros conflictos en los que me vi envuelto por mi “aristotelismo” (incluso alguna condena episcopal) y de los que salí airoso gracias a la Divina Bondad y al apoyo de vuestros Predecesores. Por todo esto, Santidad, nada me resulta menos ajeno y lejano que los conflictos.
Pero, si Vuestra Santidad me lo permite, quisiera deciros al respecto dos cosas. La primera, que aquellos conflictos de mi tiempo tenían que ver, por encima de todo, con la verdad de la Fe. Por eso, tomando como guías a San Agustín y a San Anselmo tuve en cuenta aquello que se lee en Isaías 7, 9: si no creéis, no entenderéis; y busqué el intellectus fidei procurando entender lo que Dios ha revelado para nuestra salvación eterna.
Me apliqué, pues, a estudiar a los maestros de la sabiduría humana y divina extrayendo de cada uno cuanto pudiera ser útil a esta inteligencia de la fe, inteligencia que no es “teología de despacho”, ni mirar al mundo “desde un castillo de cristal” sino buscar a Dios con las alas de la razón y de la fe. No se trataba, por tanto, de conflictos sociales (que los había ciertamente) ni de las peleas del Emperador con mi familia (que las hubo y no me dejaron indiferente), ni de los menesterosos de París (cuyo socorro estaba a cargo de gente piadosa urgida por la caridad). De eso se ocupaban los buenos y santos reyes que, por entonces, solían temer a Dios, y de los Papas que procuraban que los Reyes impregnaran con el Evangelio la vida social. Los teólogos, como tales, teníamos otra misión: el intellectus fidei, no por vanidad ni por vanagloria (aunque algunos sucumbieron a ambas) sino por la gloria de Dios y la salvación de los hombres. Ese era nuestro servicio, el propio de nuestro estado de vida y de nuestro oficio.
Lo segundo que deseo deciros, Santidad, es que en mi tiempo no hacíamos teología desde las fronteras ni desde las calles sino desde el Sagrario. Era allí, en la oración y en la contemplación donde se alimentaba nuestra teología. El olor de las calles no era un clima propicio para contemplar. Pero, ay de nosotros si, además de contemplar, no éramos capaces de inclinarnos, movidos por la misericordia, ante las llagas de los hombres. La misericordia es dolerse de la miseria ajena; y la mayor miseria, la mayor indigencia, en mi tiempo y en el vuestro, Santidad, es la ausencia de Dios. De ella derivan las demás indigencias. La tarea de los teólogos es procurar que los hombres conozcan a Dios y lo busquen. Lo otro, viene por añadidura.
Lo conmovedor de vuestra carta es cuando afirmáis que teología y santidad van juntas. Quiera Dios que la entiendan los destinatarios de vuestra misiva porque en mi tiempo, en el vuestro y en todo tiempo lo más escaso es la santidad.
Recibid Padre Santo con estas líneas el obsequio de mi filial afecto y servicio.
Fray Tomás de Aquino
Carta de Fray Tomás de Aquino al Papa Francisco | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Para De Renzis y Jack Tollers:
Cita:
"Al Papa no le gusta que lo etiqueten de peronista, es una falta de respeto"
PAPA ARGENTINO
Monseñor Karcher dijo que con motivo de las elecciones, Francisco “ya no recibe más políticos”.
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Funcionario papal. Guillermo Karcher dijo ayer que al Papa le preocupa la “sana democracia” argentina. /NOTIMEX
Monseñor Guillermo Karcher habló hoy y volvió a poner el ojo en las fotos de los políticos argentinos con el Papa.
Según el oficial de protocolo del Vaticano, “El Papa ya no recibe más políticos, no quiere el uso político de la foto".
Karcherhabló hoy por Radio La Red y manifestó que "al Papa no le gusta que lo etiqueten de peronista. Es una falta de respeto".
Y sumó que Francisco “tiene la sensación de ser usado políticamente pero no por la foto sino por los mensajes que usaron".
"El Papa no se puede poner ninguna camiseta, es un Jefe de Estado; la única camiseta que se pone el Papa es la de San Lorenzo", dijo en diálogo con Jorge Rial.
Días atrás, en una nota con un medio mexicano, Francisco dijo que se sintió “usado” por los políticos argentinos.
FUENTE
Un poco más de respeto, señores, estamos hablando del Santo Padre, no de un político cualquiera.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
1ª Parte de la entrevista de Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa en Roma, al Santo Padre.
Destaco la parte en que el Papa le explica a la periodista porque Satanás se ha ensañado con México.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El jubileo de Bergoglio
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El Año Santo que acaba de ser proclamado ¿estará centrado sobre Jesucristo, como los precedentes, o sobre el Papa Bergoglio? Deberán decidirse, el Papa y la Iglesia, a esclarecer el equívoco porque todos los titulares de los diarios más importantes -todos ellos ateos pero entusiastamente bergoglianos- han sido unánimes. El Corriere della Sera: “El jubileo del Papa Francisco”. Repubblica: “El Año Santo de Francisco”. La Stampa: “Es el jubileo de Francisco”. Es un concepto absurdo, porque no se celebra con un jubileo a un Papa sino al Señor. El Papa debe ser “el Siervo de los siervos de Dios” y no se puede poner en lugar de Dios. Podrán decir que son los medios los que entiende mal. En parte es verdad, pero ninguno desmiente a estos diarios que, por otra parte –caso curioso-, son cabezas de potentes bancos, grandes financieras y multinacionales, y a todos les importa un bledo el así llamado “Papa de los pobres” que lanza truenos y relámpagos contra el capitalismo.
Además, a parte de los diarios ateos, también la corte pontificia, en sentido lato, contribuye en el mundo católico a la transformación del Papa en una deidad. Incluso el mismo Bergoglio, en una entrevista de los primeros meses, despreció la “franciscomanía” diciendo: “No me gustan las interpretaciones ideológicas, una cierta mitología del Papa Francisco… Sigmund Freud decía, si no me equivoco, que en toda idealización hay una agresión. Pintar al Papa como una especie de superman, una especie de estrella, me parece ofensivo”, Por tanto, Bergoglio, comprendió desde el comienzo que esta “divinización” fanática de su persona es para él un peligro. Pero, en vez de “descentrar” a la Iglesia con respecto a sí mismo y centrarla en Cristo, rápidamente ha mostrado una cierta condescendencia y mucha complacencia.
De hecho, su corte es un fábrica de triunfalismo adulatorio y los medios católicos, como los ateos, esparcen a mares una fanática “franciscomanía”. Y no sólo eso. En la Iglesia, tal “franciscomanía” es propuesta –incluso a obispos y cardenales- como el pensamiento único al cual hay que uniformarse si no se quiere correr el riesgo de ser maginado y ser puesto en el Índice.
Aquí nace el problema del Año Santo. Se espera que sea Bergoglio quien quiera hacer “el jubileo del Papa Francisco”. Él mismo, en los comienzos de su pontíficado, invitó a gritar “Viva Jesús” en vez de “Viva Francisco”. Pero lo hizo sólo una vez. Luego permitió que la “franciscomanía” continuase. Hoy no soporta diversidad de puntos de vista o de opiniones. Es pródigo en mitras y reconocimientos a quienes lo aplauden, castiga a los disidentes y permite que la corte imponga en la Iglesia una plumbea papolatría.
Los diarios se han equivocado también porque Bergoglio eligió anunciar el jubileo justamente en el día del segundo aniversario de su elección, cuando todos los diarios contenían páginas elogiosas para él. Además, salió a la misma hora una entrevista suya en que dice que su papado será breve (no hay muchas opciones: tiene 78 años), poniéndose de ese modo en el centro de atención de los medios. Ha sido, por tanto, natural para los diarios redactar esos títulos sobre el jubileo centrándolo en él.
Se dirá que esta no era la voluntad de Bergoglio. Eso espero. Pero preguntémonos: ¿por qué un Año Santo extraordinario en 2016? El jubileo –desde el primero de ellos en el 1300- siempre fue proclamado en las fechas que se relacionaban con los años del nacimiento o de la muerte de Jesucristo. Incluso los jubileos extraordinarios, que han sido poquísimo. El de 2016 es el primer jubileo en la historia de la Iglesia que no tendrá como centro el advenimiento histórico de Jesucristo en su vida terrena. Y, como era necesario encontrar alguna razón para convocarlo en 2016, Bergoglio ha decidido que sean los 50 años de la clausura del Vaticano II. ¿Pero qué aniversario? Nunca se hizo un jubileo por un Concilio. Y, por otra parte, el Vaticano II terminó en 1965, por lo que en 2016 no se celebra el 50º aniversario sino el 51º aniversario del 21º Concilio de la Iglesia. Es, por tanto, un pretexto, sobre todo ideológico y de pura autoreferencialidad, dado que se centra en un hecho eclesiástico más que en Cristo (se se debiesen considerar tales tipos de aniversario de la historia de la Iglesia, todos los años se podría proclamar un Año Santo).
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El primer jubileo de la historia que no tiene como centro a Cristo tendrá, como protagonista mediático indiscutible, al Papa Bergoglio, el Papa que, además, no saluda a los fieles con el tradicional “Alabado sea Jesucristo”, sino con un “Buenos días” o “Buenas noches”, siendo elogiado por esto por los medios al considerarlo un “Papa amable”. Será, por tanto, un año de triunfalismo bergogliano. También el llamado a la “misericordia” querido por el Papa, va en esta dirección. Escribe el Corriere en la primera página: “Será dedicado a la misericordia”. Pero es totalmente pleonástico porque todos los jubileos, por su misma naturaleza, están dedicados a la misericordia. La catedral de Siena posee en su portal una lápida esculpida que reproduce las palabras con las que Bonifacio VIII proclamó el primer jubileo de la historia en 1300, y la palabra clave es, justamente, “Misericordia”.
Entonces, ¿por qué se ha querido afirmar que el jubileo de 2016 estará de modo particular centrado en la misericordia y se caracterizará por eso? ¿Se busca anunciar y dar –como en todos los otros jubileos- la Misericordia de Dios o, más bien se quiere celebrar la misericordia del Papa Bergoglio, que es considerada por los medios como más grande que la de Dios? La pregunta es de mucha actualidad ya que durante todo el 2014 Francisco ha intentado hacer, a través del cardenal Kasper, una revolución por el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar justamente en nombre de la “misericordia”.
El Papa argentino fue puesto sustancialmente en minoría tanto en el Consistorio de 2014 como en el Sínodo sucesivo, porque la Iglesia le ha recordado que la Misericordia no puede implicar la cancelación de la ley de Dios y de las palabras de Cristo sobre el sacramento del matrimonio. Sin embargo, en el nuevo sínodo de octubre próximo tendrá la revancha. Hay quienes piensan que la proclamación del jubileo “de la misericordia” puede ser una forma de presión para que el Sínodo apruebe las reformas bergoglianas. Y quienes sostienen que, en cambio, sirva a Bergoglio para ubicar al Sínodo en una segundo plano ya que no podrá conseguir la revolución que se esperaba. Es decir, una maniobra distractiva para eludir la desilusión de los fanáticos y de los medios ateos.
Las hipótesis son de lo más diversas. Pero hoy el problema que se impone, y que el jubileo amplifica, es sobre todo este: ¿La Iglesia debe estar centrada en Jesucristo o sobre el actual pontífice? Juan Pablo II, en sus 33 años de pontificado, fue circundado de un gran afecto por parte de los fieles. Pero fue un fenómeno que ni siquiera lejanamente puede ser comparable a la actual “franciscomanía” planetaria, y sobre todo por parte de los ateos. Incluso ese calor del pueblo cristiano bastó al Papa Luciani para poner en guardia del riesgo de la papolatría: “Tengo la impresión-dijo- que la figura del Papa sea demasiado alabada. Hay algún riesgo en caer en el culto de la personalidad que yo no quiero en absoluto. El centro de todo es Cristo, es la Iglesia. La Iglesia no es del Papa, es de Cristo… El Papa es un humilde servidor de Cristo”.
Jesús mismo, en los Evangelios, pone en guardia a los apóstoles con respecto a los aplausos del mundo y elogió a quien desconfía de los halagos del mundo y busca sobre todo el consenso de Dios.
También a los papas de hoy, a los papas de la era mediática, se la impone la elección más dramática: entre el testimonio (heroico) de la Verdad o la búsqueda del consenso mundano. O Dios o Mamón. El cardenal Ratzinger, cuando murió el Papa Montini en 1978, dijo: “Pablo VI resistió la telecracia y la demoscopía, las dos potencias dictatoriales del presente. Pudo hacerlo porque no tomaba como parámetro el éxito y la aprobación, sino más bien la consciencia, que es la medida de la verdad, sobre la fe”. De este modo han actuado, aún contra la presión de los medios, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Hasta ahora, Francisco ha hecho lo opuesto.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Francisco lava los pies a un transexual al que luego dan la Comunión
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¿Se acuerdan de aquel texto borrador del Sínodo de los obispos sobre la familia del 2014 párrafo temático N° 50 que decía: “Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”
Bueno, acá ese texto llevado a la praxis por la máxima autoridad:
Adelante la Fe, 06-Abr-2015.
Nos limitamos a reproducir el vídeo donde el propio transexual cuenta la experiencia. Ignoramos qué conocimiento tenía el Papa de esta circunstancia, pero sí es cierto que no fueron personas espontáneas, sino elegidas previamente no sabemos por quién ni con conocimiento de quién. Igualmente parece que esta “peculiaridad” era ya vox populi con carácter previo a la ceremonia. Nosotros simplemente constatamos el hecho. Alguien debería aclararlo pues puede llevar a escándalo. A tenor de lo que se ve el transexual no parece un caso de arrepentimiento, puesto que se sigue presentando y vistiendo en tanto que tal, y como tal actúa y comulga.
https://www.youtube.com/watch?featur...;v=2_igxE9f8Oo
Nota de Stat Veritas:
Este acto de Fracisco es completamente escandaloso porque, mediante él, se confirma a un “hermano” en el pecado y no en la Fe, como es deber de todo aquél que se sienta en el trono de Pedro. En vez de corregir su pecado, lo confirma con un acto de “bendición” que, más bien, se troca en maldición. Vayan estas palabras de advertencia de San Pablo para aquél que comulga en pecado mortal de sodomía, pecado que -sin arrepentimiento de por medio- clama al Cielo:
“De modo que quien comiere o bebiere el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Pero pruébese cada uno a sí mismo, y así coma y beba del cáliz; porque el que come y bebe, no haciendo distinción del Cuerpo (del Señor), come y bebe su propia condenación.” (I Cor; 9, 27-29).
También, como hemos visto en el video, la comunión del “transexual” es filmada y publicada por la misma TV oficial del Vaticano. El escándalo es oficializado. Esperamos escuchar las voces de los obispos y sacerdotes de la Tradición, condenar este escandaloso acto público perpetrado por la máxima autoridad de la Iglesia.
Algunas imágenes del escandaloso acto papal:
http://4.bp.blogspot.com/-OFE-TtSOaB...Btrans%2B1.jpg
http://1.bp.blogspot.com/-gFzeD1y2UE...vo%2Btrans.jpg
Los rostros con la cuota de emotivo sentimentalismo, típico de los modernistas.
STAT VERITAS
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El travesti pontificio
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En los últimos días, la blogósfera tradi reprodujo escandalizada la última boutade del Papa Francisco: lavarle los pies el Jueves Santo, durante la misa in coena Domini, a un transexual preso en una cárcel romana.
¿Vale la pena dedicar un post a comentar esta nueva payasada del pontífice jocosamente reinante, al decir de Tollers? El primer año, apenas días después de su elección, Bergoglio lavó los pies de una mujer musulmana. Me consta de una fuente inobjetable que, poco después, un altísimo prelado de la Curia Romana le advirtió al Santo Padre que eso no se podía hacer porque las rúbricas de la liturgia latina indicaban que los pies debían ser lavados solamente a varones y era eso lo que siempre había hecho la Iglesia. El Papa, sorprendido, respondió que agradecía el dato, que el desconocía esa norma y que, en adelante, haría solamente lo que estaba prescrito. Y así salió muy contento el purpurado y admirado, además, de la humildad papal. Y yo me reí a carcajadas.
¿Por qué asombrarnos entonces del nuevo lavado de pies pontificio? El primer año fue una musalmana, el tercer un travesti y el quinto, si continúa en la misma progresión, será un marciano, si es que Mons. Karcher logra cazarle alguno. Recordemos que el año pasado el Papa nos adelantó que estos seres extraterrestres podían ser bautizados; con cuanta más razón entonces, podrán ser higenizados por el vicario de Cristo.
Desde el punto de vista litúrgico, lo ocurrido es un disparate. No solamente porque se viola la rúbrica que habla de los viri selecti sino, y sobre todo, porque viola el rito y lo convierte en una mera vidriera sociológica con fines de marketing que los medios del mundo reparten gustosamente y la gente del mundo compra indiscriminadamente.
En la mente bergogliana, desprovista de cualquier matiz especulativo y volcada totalmente a lo práctico, las rúbricas y los ritos importan nada: él es el Papa y el Papa puede hacer lo que quiera. ¿Aun con la liturgia? Sí, lamentablemente, aun con la liturgia. Y al respecto no podemos decir nada. Veamos: la realidad es que el Papa, por más Papa que sea, no puede hacer lo que se ocurra con la liturgia. Concretamente, no puede reformar la liturgia pero, un siglo atrás, esa regla se rompió: San Pío X reformó el Breviario Romano –algo que jamás había ocurrido previamente en la historia de la Iglesia-, Pío XII reformó los ritos de la Semana Santa, Juan XXIII reformó el Misal Romano y Pablo VI lo destruyó pocos años después con el así llamado Novus Ordo. Lamentablemente, Francisco tiene varios antecedentes recientes de papas que mentieron mano allí dónde ninguno de sus predecesores se había atrevido a hacerlo.
Pero si abstraemos la cuestión litúrgica -que es la única que importa desde el punto de vista católico-, y vemos lo sociológico: ¿qué podemos decir de lavar los pies a un transexual?
Yo me pregunté qué era un transexual. Descubrí que no es más que un travesti, el cual no es más que un hombre o una mujer que se viste con indumentarias propias del sexo opuesto y actúa en consecuncia. Es decir, es una persona que sufre una enfermedad psíquica que le provoca una distorsión en la percepción de su realidad, con la particularidad de que, si esa enfermedad no es controlada a través del ejercicio de la voluntad y, quizás, de terapias psicológicas, conduce necesariamente a conductas gravemente pecaminosas que no solamente ofenden a Dios y a la naturaleza, sino al mismo sujeto, toda vez que se produce una disociación o alteración de la propia identidad, identidad que le fue dada por el Creador.
Planteados estos principios universales, es necesario, y es cristiano, atender al caso particular. Es difícil imaginar el sufrimiento que esta enfermedad causa en quien la sufre: sufrimiento psicológico provocado por su problema de identidad, sufrimiento social que lo condena a vivir en una continua discriminación y burla por parte de los otros. En el caso concreto del travesti papal, sufrimiento por el desarraigo –es inmigrante- y por las vejaciones a las que se habrá visto sujeto en el ejercicio de la prostutución y, finalmente, sufrimiento al estar encarcelado. En resumen, una vida espantosa, mucho peor de la que cualquiera de nosotros lleva. Es parte de la caridad cristiana, porque así nos lo enseñó Nuestro Señor con su palabra y su ejemplo, acercarnos a estos hermanos que sufren. Nos guste o no, Él comió con publicanos, pecadores y prostitutas y, además, no temió acercarse a los leprosos y demás parias sociales.
Pareciera, entonces, que el Santo Padre no está haciendo más que un acto de finísima caridad en imitación de los gestos de Cristo.
Pero claro, hay un detalle que a ninguno de los lectores de este blog se le habrá pasado por alto pero que, pareciera, el Romano Pontífice no ha tenido en cuenta: Jesús exigió en todos los casos el arrepentimiento del pecador y le otorgó su perdón. Luego, comió con ellos o los curó. No pareciera que ha sido el caso del travisti que nos ocupa. No aparecen atisbos de arrepentimiento en el breve discurso del video que circula en varios blogs: allí solamente plantea un relato emotivo de encuentro, miradas y lugares comunes con el Pontífice. No hay testimonio de adhesión al mensaje cristiano ni a la liberación que trae consigue el perdón y la paz del arrepentimiento. Más aún, se acerca a comulgar y aparece en fotografía vestido como una señorita y maquillado como una casquivana, señal inequívoca de que su voluntad no se ha modificado y que no se ha enmendado de su pecado.
Por eso mismo, no es imprudente afirmar que el gesto sociológico del Papa Francisco es escandaloso en el sentido evangélico del término. ¿Cuántos serán, por ejemplo, los travestis que, con conciencia tranquila, continuaran su vida de pecado y de enfermedad?
En fin, no sé si sirven para algo estas reflexiones. El pontificado de Francisco es una payasada. Y veces me pregunto si la reacción más adecuada no sería la de una continua y chestertoniana carcajada.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
UN CANTOR PARA LAS MISAS DE FRANCISCO
No tendría que sorprender a nadie si ahora mismo, transcurridos los rigores (¡!) cuaresmales y vueltos a sonar el Aleluya y el Gloria in excelsis en nuestros templos, las misas dominicales en San Pedro se vieran aderezadas con el canto de aquel andrógino barbado premiado hace poco en cierto festival televisivo del occidente Occidente. Es sin dudas el cantante más idóneo para las misas de Francisco después de que éste, en su escalada de sorpresas sin respiro, llegara a proponer a los transexuales como viri probati pasibles del lavatorio de los pies del Jueves Santo.
https://encrypted-tbn1.gstatic.com/i...sZcQY3UXUMqqUjAl fin de cuentas, Bergoglio no es ningún príncipe renacentista, motivo por el que puede permitirse desairar olímpicamente al coro y a la orquesta dispuestos a agasajarlo con un concierto programado meses antes en la Capilla Sixtina (en aquella memorable ocasión, a poco de su inopinada elevación al Solio, la imagen del sitial vacío debió servir para poner de acuerdo por fin a los propugnadores y a los adversarios de la tesis de la sedevacancia, que al menos esta vez no podía sensatamente discutirse). Pero a lo que el Santo Padre y el poderoso lobby que lo secunda no le hurtarán jamás el bulto, vistas las cosas en su cruda evidencia, es a prodigar toda suerte de atenciones a los reos del vicio nefando, tal como lo dejaba entender el inaudito mamarracho redactado en el pasado Sínodo de la Familia (¡!): «las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana», etc., etc.
La eventual presencia en una misa pontificia de Conchita Wurst (tal el alias del depravado cantor aludido más arriba) no revistiría, en rigor, mayor gravedad que el lavado de los pies de un pervertido contumaz concretado por el propio pontífice, al que luego -pese a la prescripción que hace de las Sagradas Especies aquel eminentísimo bien non mittendus canibus- se le dio la sacrílega comunión para regocijo de las cámaras. No faltará un Paco Pepe de la Pecunia que sepa valorar a su debido tiempo la osadía de un Wurst refregándose contra las columnas de Bernini, tal como valoró positivamente el reciente caso del transexual.
Lo cierto es que, si hay que atender a las galopantes pruebas que así lo indican, ese magma de herejías que genéricamente denominamos «modernismo» ha revelado al fin su inspiración bajoventral, agravada por los usos contra natura. Si no menos evidente resulta la difusión del fenómeno en todos los ámbitos (el legislativo, las finanzas, la política, el espectáculo), su irrupción ostensible y ostentosa en la nueva Iglesia parece estar sellándole a ésta la frente con aquel nombre que leyó el Apokaleta (17, 5): Mysterium: Babylon magna). Símbolo elocuente de este estado de cosas -el de la sustitución arquetípica de la santidad por la sodomía- es la probable remoción de la estatua del padre Junípero Serra, evangelizador de los indios de California, por una de la lésbica astronauta Sally Ride en el Capitolio de los Estados Unidos.
La consagración oficial -aún en ciernes- del más vergonzoso de los desafueros en la misma Iglesia, sazón última en la espiral descendente de los tiempos, no puede sino atraer plagas y calamidades sobre todo el mundo, aparte de las ya en vigor. Motivo por el que la ciudadanía, incluso la honorable turba de los ateos y antinomistas varios, debería evitar congraciarse con tanto prelado apóstata, acarreador seguro del mayor de los daños para la muelle esperanza terrena. Y serrucharse las manos antes de aplaudir la futura presencia de travestidos en el presbiterio de San Pedro.
In exspectatione
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Re: Habemus Papam - Francisco I
La bula misericordiadora
El nombre de la bula es muy bueno, Misericordiae Vultus. El texto de la bula, un dechado francisquista, muy largo, con cierta impresión de desorden en la exposición. Un documento francisquista, ya digo (leer aquí).
Me afecta la insistencia triunfalista vaticanosecundista.
Me inquieta la ausencia de un mea culpa post-vaticanosecundista, amplio, profundo y sincero.
Detecto la vuelta del optimismo entusiasmado y entusiasmante del juanpablismo.
Me preocupan los pormenores y particulares anunciados/esbozados, a falta de concreciones y disposiciones prácticas.
Me revuelve la atrabilis católico-consciente el estrambote con la mención de judíos y mahometanos más la invitación a simpatizar con paganismos, como si la misericordia fuera compatible con el error religioso y el jubileo suspendiera la práctica de las obras de misericordia espirituales: -Enseñar al que no sabe. -Corregir al que yerra. -Dar buen consejo al que lo necesita.
Oremus etiam, pro fructibus iubilaei, fratres.
p.s. Por cierto, en la web del Vaticano el texto de la bula está disponible en Alemán - Árabe - Español - Francés - Inglés - Italiano - Polaco - Portugués...pero no en latín (salvo el título Misericordiae Vultus).
+T.
EX ORBE
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Francisco cita a Juan Pablo II y Turquía protesta
Comenzó en el curso de la semana pasada cuando varios medios se preguntaban si durante la celebración de la Misa con los fieles de rito Armenio que se celebraría hoy con ocasión del centenario del “martirio” (Metz Yeghern) armenio, Francisco pronunciaría la expresión “genocidio”. La Misa se celebró efectivamente hoy en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, durante los saludos iniciales al inicio de la celebración Francisco ciertamente utilizó el término “genocidio”, citando a Juan Pablo II (Declaración común de S.S. Juan Pablo II y S.S. Karekin II, Sep*27*2001):
La humanidad conoció en el siglo pasado tres grandes tragedias inauditas: la primera, que generalmente es considerada como «el primer genocidio del siglo XX» (Juan Pablo II y Karekin II, Declaración conjunta, Etchmiazin, 27 de septiembre de 2001), afligió a vuestro pueblo armenio –primera nación cristiana–, junto a los sirios católicos y ortodoxos, los asirios, los caldeos y los griegos. Fueron asesinados obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres, hombres, ancianos e incluso niños y enfermos indefensos. Las otras dos fueron perpetradas por el nazismo y el estalinismo. Y más recientemente ha habido otros exterminios masivos, como los de Camboya, Ruanda, Burundi, Bosnia. Y, sin embargo, parece que la humanidad no consigue dejar de derramar sangre inocente. Parece que el entusiasmo que surgió al final de la segunda guerra mundial está desapareciendo y disolviéndose. Da la impresión de que la familia humana no quiere aprender de sus errores, causados por la ley del terror; y así aún hoy hay quien intenta acabar con sus semejantes, con la colaboración de algunos y con el silencio cómplice de otros que se convierten en espectadores. No hemos aprendido todavía que «la guerra es una locura, una masacre inútil» (cf. Homilía en Redipuglia, 13 de septiembre de 2014).
La misma cita de Juan Pablo II aparece en el mensaje a los Armenios que al final de la celebración Francisco consignó a S.S. Karekin II, Supremo Patriarca y Catholicos de Todos los Armenios; S.S. Aram I, Catholicos de la Gran Casa de Cilicia; S.B. Nerses Bedros XIX Tarmouni, Patriarca de Cilicia de los Armenios Catolicos y a S.E. el Sr. Serž Sargsyan, Presidente de la República de Armenia.
La agencia Anatolia, señala las reacciones del gobierno turco (históricamente Turquía jamás a reconocido el genocidio armenio), cuyo ministerio de relaciones exteriores ha hecho saber su descontento al Nuncio apostólico en Ankara, Mons. Antonio Lucibello
Este es un despacho en español proviniente de agencia EFE.
El Gobierno turco ha convocado hoy al nuncio vaticano en Ankara en respuesta a la mención del papa Francisco al "genocidio armenio" durante una misa católica celebrada esta mañana en el Vaticano. La decisión se ha tomado tras consultar al ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, que se encuentra de visita oficial en Mongolia, informa el diario "Hürriyet" en su edición digital. Ankara decidió así dar una respuesta diplomática dura a las palabras del Papa en memoria de la matanza de armenios a manos del Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial, que describió como "generalmente considerada como 'el primer genocidio del siglo XX'".
Este otro es un despacho de agencia Notimex.
Ankara, 12 Abr 15 (Notimex).* El gobierno turco llamó hoy a consultas al nuncio apostólico en Ankara, Antonio Lucibello, para expresar su malestar después de que el Papa Francisco calificó como “genocidio” la matanza de armenios por parte del antiguo Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial. Durante la homilía de la misa celebrada en El Vaticano, en la que estaban presentes las máximas autoridades de la iglesia armenia y el presidente de ese país, Serz Sargsián, el pontífice recordó los 100 de la masacre de los armenios, la cual definió como “el primer genocidio del siglo XX” y exhortó a la comunidad internacional a reconocerla como tal. El Papa destacó que era su deber honrar la memoria de hombres, mujeres, niños, sacerdotes y obispos, víctimas de la masacre “insensata” perpetrada por los turcos otomanos. “Ocultar o negar el mal es permitir que una herida siga sangrando sin vendarla”, dijo al comienzo de una misa en la Basílica de San Pedro, en una declaración que en Turquía generó molestia. Turquía mostró su asombro y le hizo llegar al nuncio apostólico en Ankara su malestar y decepción por esos comentarios, al argumentar que las declaraciones del Papa están “lejos de la realidad histórica”. Turquía, sucesora del Imperio Otomano, reconoce la muerte de civiles armenios, pero rechaza que se haya tratado de un genocidio, arguyendo que jamás hubo un plan de exterminio masivo, sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial. Asimismo, Turquía rebaja de manera significativa la cifra de fallecidos respecto a lo estimado por los armenios, que aseguran que más de 1.5 millones de personas fueron asesinadas cuando el Imperio Otomano llegaba a su fin entre 1915 y 1917. El ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlu Cacusoglu, consideró que la opinión del Papa es “infundada” y está “alejada de la realidad”. “Las declaraciones del Papa, que están alejadas de la realidad histórica y legal, no pueden ser aceptadas, además las autoridades religiosas no son los lugares para incitar al resentimiento y al odio con acusaciones infundadas”, dijo Cavusoglu
Así informa agencia AFP.
El ministro turco de Relaciones Exteriores Mevlut Cavusoglu consideró el domingo que la opinión del papa sobre el genocidio armenio es "infundada" y está "alejada de la realidad", al referirse a las masacres de los armenios por las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial. "Las declaraciones del papa, que están alejadas de la realidad histórica y legal, no pueden ser aceptadas", dijo Cavusoglu en Twitter. "Las autoridades religiosas no son la instancia para incitar al resentimiento y al odio con acusaciones infundadas", agregó. Tras las declaraciones, Turquía convocó al representante del Vaticano en Ankara, el arzobispo Antonino Lucibello, para que explique por qué el papa utilizó la palabra "genocidio" durante la misa en la Basílica de San Pedro para conmemorar el centenario de las matanzas Otro comunicado del ministerio de Exteriores, citado por medios turcos, también expresaba la decepción y la tristeza de Turquía por las declaraciones de Francisco y reprocha al papa haber "tomado partido", ignorando así el sufrimiento de los musulmanes y de otros grupos religiosos en el mismo periodo. Las declaraciones del Papa "contradicen el mensaje de paz, reconciliación y de diálogo" pronunciado durante su visita a Turquía en noviembre, agregó el comunicado. Este domingo, Francisco dijo en una misa en memoria de los armenios masacrados entre 1915 y 1917, que estos crímenes fueron "el primer genocidio del siglo XX", citando por primera vez en público una declaración firmada por Juan Pablo II y el patriarca armenio Karekin II en 2001. Turquía ha rechazado la utilización del término "genocidio" para referirse a los hechos y no ha manifestado hasta ahora que fuera a cambiar de opinión, en un momento en el que se cumplen 100 años del inicio de las matanzas el 24 de abril de 2015.
Y así reporta Associated Press.
El papa Francisco recordó el domingo el centenario de la masacre de los armenios, a la cual calificó de "el primer genocidio del siglo XX" y exhortó a la comunidad a internacional a reconocerla como tal, en una declaración políticamente explosiva que enfureció inmediatamente a Turquía. Horas después de las palabras del papa, Turquía convocó a su enviado a la Santa Sede para expresar su malestar ante las declaraciones de Francisco, informó la cancillería en Ankara. Los historiadores calculan que alrededor de 1.5 millones de armenios fueron masacrados por los turcos otomanos en la época de la Primera Guerra Mundial y muchos lo consideran el primer genocidio del siglo XX. Francisco, que tiene lazos estrechos con la comunidad armenia argentina, dijo que era su deber honrar la memoria de hombres, mujeres, niños, sacerdotes y obispos, víctimas de la masacre "insensata" perpetrada por los turcos otomanos. "Ocultar o negar el mal es permitir que una herida siga sangrando sin vendarla", dijo al comienzo de una misa de rito católico armenio en la Basílica de San Pedro. En un mensaje dirigido a todos los armenios, Francisco pidió a todos los jefes de Estado y las organizaciones internacionales que reconozcan la verdad de lo sucedido y se opongan a semejantes crímenes "sin ceder a la ambigüedad o el compromiso".
Por su parte, Turquía se niega a hablar de genocidio, dice que las cifras son exageradas y que los muertos fueron víctimas de la guerra civil. Ha realizado campañas para impedir que los países, incluida la Santa Sede, lo califiquen de genocidio. La embajada de Turquía en la Santa Sede canceló una conferencia de prensa prevista para el domingo, presumiblemente al enterarse de que el papa emplearía la palabra "genocidio". La embajada no respondió a los pedidos de declaraciones. Las palabras de Francisco provocaron una reacción inmediata en San Pedro, donde el titular de la iglesia Apostólica Armenia, Aram I, agradeció la condena expresa y recordó que el "genocidio" es un delito de lesa humanidad que exige reparaciones. El gobierno turco dijo que las declaraciones del papa contradecían su mensaje de paz y diálogo durante una visita a Turquía en noviembre. Dijo que próximamente emitiría una respuesta en la cual expresaría "gran desilusión y tristeza", informó el ministerio de Relaciones Exteriores.
También calificó el mensaje papal de discriminatorio por mencionar solamente los padecimientos de los armenios cristianos, no los de los musulmanes u otros sectores religiosos. Las reacciones en las calles de Estambul fueron mixtas. Algunos dijeron que apoyaban las palabras del pontífice, pero otros no. "No apoyo el uso de la palabra genocidio por una gran figura religiosa con muchos seguidores", dijo Mucahit Yucedal, de 25 años. "El genocidio es una denuncia grave". Varios países europeos reconocen que la masacre de los armenios fue un genocidio, aunque Italia y Estados Unidos, entre otros, evitan el término debido a la importancia que Turquía tiene para ellos como aliado. La Santa Sede también atribuye gran importancia a sus relaciones con la nación musulmana moderada, sobre todo al exigir a la jerarquía islámica que condene las matanzas de cristianos por extremistas musulmanes en Irak y Siria.
Sin embargo, con estas declaraciones, Francisco demostró una vez más que está dispuesto a correr riesgos diplomáticos cuando se trata de asuntos que considera importantes. No es el primer pontífice que habla de genocidio: ya lo hicieron san Juan Pablo II y el jerarca armenio Karenkin II en un comunicado en el cual mencionaron el "primer genocidio del siglo XX". El contexto de la declaración de Francisco fue significativo: la hizo durante una misa de rito armenio en la Basílica de San Pedro en el centenario de la matanza, acompañado por el patriarca católico armenio Nerses Bedros XIX Tarmouni, otros jerarcas cristianos armenios y el presidente Serzh Sargsyan, quien ocupó un lugar de honor en la basílica.
SECRETUM MEUM MIHI
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Turquía retira su embajador en el Vaticano por el comentario del Papa sobre el "genocidio armenio"
Ankara considera un "insulto al pueblo turco" las declaraciones del pontífice
DOMINGO, 12 DE ABRIL DEL 2015 - 19.01 H
Turquía ha retirado su embajador en el Vaticano, según ha informado este domingo el ministro de Exteriores turco, tras las declaraciones del Papa Francisco, que ha calificado a la masacre de armenios por parte de el Ejército otomano en 1915 de genocidio. En un comunicado, Ankara ha explicado que considera estas palabras son "un insulto" a la población turca.
El Gobierno turco acepta que en las deportaciones de armenios murieron miles de personas pero niega que fuera un exterminio organizado.
EL GRAN CRIMEN
El genocidio armenio (conocido como Mec Yetern o Gran Crimen) consistió en las deportaciones forzosas decretadas por el Gobierno de los Jóvenes Turcos de cientos de miles de armenios, obligados a largas marchas sin ningún medio de subsistencia. En esas marchas, que se llevaron a cabo entre 1915 y 1924, murieron entre millón y medio y dos millones de armenios.
http://www.elperiodico.com/es/notici...rmenio-4093701
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Re: Habemus Papam - Francisco I
UNA PAVOROSA CRUZ ECUMÉNICA
«Ése no es el estrumento de nuestra redención», clamó un paisano al paso de la informe cruz, al tiempo que una bandada de siriríes hacía sentir su rechifla y las fisgonas lechuzas chistaban. Si el periplo hubiese incluido nuestro altiplano, la «Cruz ecuménica de la resurrección» (tal su sesquipedal alias) no se hubiera librado del esputo de los guanacos.
Se trata de una cruz de caños cromados rematada por un vidrio de colores. Vino de Alemania, como Hegel y como Marx, acarreada por una comitiva de la diócesis de Rottenburg-Stuttgart, y fue entregada a las Comunidades Eclesiales de Base y organizaciones ecuménicas de la Argentina en una parroquia de la diócesis de Quilmes con el fin de que «peregrine por las comunidades, barrios y parajes». Había sido bendecida por Francisco en el pasado mes de febrero, poco tiempo después de lo cual su autor murió, víctima de una extraña y fulminante infección (más información e imágenes aquí).
El secreto (si tiene alguno) del arte contemporáneo es su cinismo. Una vez deshecha la figura y burlada la representación, lo que queda es poner descaradamente en su lugar lo que el arbitrio mande. El siguiente paso ha sido, con frecuencia, la risa del "artista" en las barbas del público y la crítica, reprochándoles su candor. Así ocurrió repetidas veces con varios de los capitostes del llamado pop art, que se desenmascararon ellos mismos ante la prensa luego de ofrecer en salas de exposición las etiquetas de latas de conservas o de productos de limpieza; así lo hizo Picasso, quien no temió afirmar en un reportaje, a propósito de sus lucrativas imposturas, que «a fuerza de divertirme con todos estos juegos, con todas esas paparruchas, con todos estos rompecabezas, jeroglíficos y arabescos, me he hecho célebre, y muy rápidamente. Y la celebridad significa para un pintor: ventas, ganancias, fortuna, riqueza [...] Pero cuando estoy a solas conmigo mismo, no tengo valor de considerarme como un artista [...] Yo soy solamente un entretenedor público que ha comprendido a su tiempo y se ha aprovechado lo mejor que ha podido de la imbecilidad, la vanidad, la avidez de sus contemporáneos».
Lo notable -y aún no previsto en tiempos de Picasso- es que los receptores de estas deposiciones de arte sean ya no los snobs de antaño sino los católicos de hogaño, comenzando por el propio pontífice, cuya función acaba por ser la de un sol frío y húmedo a coronar la lúgubre explanada de los tiempos. Pues no se trata ya de confirmar a los hermanos en la fe sino de confirmar a los que yerran en su error. Y que esta desdichada pantomima tiene por actores a papas que precedieron a Francisco, lo comprueba el que la misma cruz y su propio autor fueran ya recibidos por Benedicto XVI en noviembre de 2010. Lo que se dice toda una «hermenéutica de la continuidad».
Si la fealdad en la mujer es más horrible que en los demonios, según proverbial expresión de Shakespeare, qué habrá que decir de la fealdad y de la calculada nimiedad emplazadas en el templo, bendecidas y honradas allí donde el pulchrum debiera reflejar la gratitud de los hombres por la obra de la Redención. No puede ser esto sino un signo -y de veras elocuente- de una presencia abominable invitada a demorarse allí donde no debe.
In exspectatione
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El Señor del Mundo, o casi
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Hace pocas semanas en este blog nos conmovíamos ante la candidez del Sumo Pontífice que, con pesar, reconocía haber sido usado por los políticos argentinos. Y, al mismo tiempo, sus lenguareces vaticanos salían a comunicar que no recibiría a ningún otro político argentino hasta pasadas las elecciones de octubre.
Sin embargo, esta semana nos enteramos que la Santa Sede confirmó la audiencia que le fuera solicitada por la presidente Cristina Kirchner para el próximo mes de junio, semanas antes de las elecciones primarias.
¿Cómo se explica que el Santo Padre haya cambiado tan rápidamente de opinión? No entraremos aquí en la polémica que periodistas de la colectividad hebrea armaron hace pocos días con el caso ni en la melosa carta de reconciliación que recibieran desde Roma. Agudicemos el ingenio, como hicimos con algunos amigos, para interpretar el hecho:
1. Hay que rechazar de plano la explicación que dan los políticos de la oposición y, seguramente, la que dan también los neocones, siempre prestos a defender al indefendible pontífice: “Bergoglio es un jefe de Estado y no puede negarse a recibir a otro jefe de estado”. Falso. Claro que pude, y mucho más cuando sabe que esa visita será usada no sólo política sino también electoralmente, y que a esa misma jefa de estado ya la recibió en varias ocasiones.
2. Dos motivos pueden llevar a Bergoglio a desdecirse de sus palabras en menos de un mes y arreglar una antrevista con la Viuda:
2.1 El temor a que, si se negaba, se venía el carpetazo. Las hilachas del caso Nisman han sacado a la luz las miles de horas de grabaciones de conversaciones telefónicas que el gobierno posee de políticos, jueces, empresarios y también, del entonces cardenal Bergoglio. Lo que pueden contener esas cintas, sólo Dios, y Bergoglio, Cristina y Stiuso, lo saben. En las más que humildes oficinas del Wanderer conocemos sólo los inicios de un par de ellas. No creo equivocarme si digo que, si se dieran a conocer esas grabaciones, Bergoglio debe irse.
Y el Papa sabe de sobra que la Viuda está completamente desequilibrada y que, si se indispone contra ella, no dudará en publicar el expediente.
2.2 Bergoglio tiene un interés concreto en favorecer electoralmente al que, por decantación, pareciera que es el candidato de Cristina: Daniel Scioli. Y esto por varios motivos: porque detesta a Massa y Macri, los otros posibles ganadores de la contienda, y porque sabe que Scioli es “pastoreable”. Bergoglio tendría influencia directa sobre el Manco, quien se dejaría influir pacíficamente; y sabe que los otros dos se le resistirían.
Además, si se le alienan los astros, la conformación política de Argentina podría quedar así: Scioli, presidente; Julián Dominguez, un católico de parroquia protegido de Bergoglio desde hace muchos años, gobernador de Buenos Aires, y Gabriela Michetti, una católica intelectual muy cercana al entonces arzobispo aunque viva en adulterio público, jefa de gobierno de la Ciudad. Y estoy implicaría, sin más, que Bergoglio sería el presidente virtual de Argentina.
Otra que Maquiavelo; otra que animal de poder: Señor del Mundo, o casi.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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¿Esto es lo que merece la familia de Asia Bibi?
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El Papa Bergoglio recibe (y repetidamente) a Scalfari, recibe a Maradona, recibe a Paolo Brosio, recibe el cantante argentino, recibe al transexual español (con novia), recibe un mar de otras personas.
Pero no al marido y la hija de Asia Bibi, que están en Roma. Para ellos sólo un fugaz saludo después de la audiencia general en la Plaza de San Pedro, de pie, tras las barreras…
Una pobre mujer cristiana que se encuentra desde hace seis años en una celda oscura, con una espeluznante sentencia de muerte sobre sus hombros, sólo por ser cristiana, no merece tan pequeño gesto…
Tengo una palabra… y no es nada agradable. La tristeza de estos tiempos es interminable. Pero un día todos tendremos que comparecer ante el juicio de Dios.
Antonio Socci
¿Esto es lo que merece la familia de Asia Bibi? | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Marquetería pontificia
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La “revolución” del Papa Francisco tiene sus peligros y consecuencias. Desde la blogósfera venimos adviertiendo con mayor o menor acierto sobre esta situación desde el nefasto 13/3/2013 (¡vaya numerito!). Sin embargo, hay un elemento que no siempre tenemos en cuenta pero que, a la postre, es el más importante de todos. Lo llamaría “el efecto distractivo del Papa Francisco”. Concretamente, Bergoglio es un arma de distracción masiva que, con sus payasadas, oculta el problema más grave que implica su jocoso pontificado, al que ha encarado como un típico producto posmoderno. Las “cosas sólidas” de la Iglesia, como la doctrina y la liturgia, no tienen importancia y las deja como objeto de discusión de teólogos sabelotodos, y prioriza las “cosas líquidas”, como el problema de la inmigración, el calentamiento global o el ecumenismo flué. Pero la cuestión es que esa estrategia política posmoderna no se puede hacer con el papado, sencillamente, porque el papado es una cosa seria, mal que le pese a Bergoglio.
Veamos un ejemplo. La semana pasada el Santo Padre espetó esta frase: "¡Cuánto quisiera que las comunidades parroquiales en oración, al entrar un pobre en la iglesia, se arrodillaran en veneración, así como hacen cuando entra el Señor!" Hasta un niño de catecismo se da cuenta que la frase es un disparate: el Papa está asimilando -o confundiendo- la presencia verdadera, real y sustancial de Nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía con su presencia en los pobres. Si seguimos el criterio pontificio, deberíamos arrodillarnos con mayor razón cuando el que entrara en la iglesia fuera un hombre en gracia de Dios puesto que en él inhabita la Trinidad, y también deberíamos arrodillarnos cada vez que nos topáramos con una Biblia e, incluso, cuando viéramos un clavel o cualquier otra especie vegetal o animal, porque en definitiva, Dios está también presente en toda la Creación. Lo curioso es que nadie se “escandalizó” de estos dichos, y fue así porque nadie los tomó en serio. ¿Qué hubiese ocurrido si la frase la hubiera dicho un pontífice en serio, pongamos como ejemplo Gregorio XVI o Pío XI? Inmediatamente, el cardenal prefecto de la Congregación de Ritos habría comenzado a preparar las ceremonias necesarias para recibir a los pobres en las iglesias y el prefecto del Santo Oficio hubiese encargado a sus teólogos la redacción de un tratado De praesentia Christi in pauperibus.
Sin embargo, más allá que el papado de Francisco sea un pontificado líquido, el pontificado en cuanto tal es una cuestión sólida, y seria. Dicho de otro modo, un día Bergoglio no estará más –Festina tempus, Domine!- pero la Iglesia continuará pero, ¿de qué modo podrá continuar después de esta catástrofe? ¿Qué hacer con la colección de disparates que no se cansa de esparcir al mundo día a día? Este es, creo yo, el elemento más preocupante de su pontificado: que el papa argentino sea capaz de cambiar no ya los atuendos pontificios sino la misma doctrina de la Iglesia a fuerza de debilitarla y deslegitimarla como consecuencia de la liquidez de su magisterio.
Aquí entra en juego la guerra sorda que se está librando en los palacios vaticanos, una “guerra de marquetería”, pues se trata de batallar por los “marcos” o “encuadres” en los cuales deben ser leídas las afirmaciones pontificias. El cardenal Kasper hace algunas semanas afirmó que para que las palabras del Papa Francisco sean correctamente comprendidas por teólogos y académicos, deben ser encuadrados dentro de la tradición de la Iglesia, tarea que, ciertamente, él pretende realizar (recordemos su argumentación para permitir la comunión sacramental a los divorciados). Pasando en limpio, para que las los dichos de Bergoglio puedan ser tomados en serio y tengan gravitación en la Iglesia, deben ser dichos “teológicamente”, o sea, resignificados en lenguaje y argumentaciones teológicas.
Pocos días después, el cardenal Müller, Prefecto de la Doctrina de la Fe, respondía: «La llegada a la Cátedra de Pedro de un teólogo como Benedicto XVI es probablemente una excepción. Juan XXIII no era tampoco un teólogo de profesión. Papa Francisco es también más pastor y la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene una misión de una estructuración teológica del Pontificado». Es decir, se arrogaba con toda lógica para sí y para su dicasterio la función de “marquetero” pontificio: a él le corresponde “estructurar teológicamente el Pontificado”. Y es lo que el pobre teuotón viene haciendo desde hace dos años: ir detrás del farabute porteño tratando de arreglar y componer católicamente lo que dice.
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Por cierto, los sectores progresistas se levantaron como leche hervida. El mismo Vatican Insider, donde apareció la noticia, se encargó de decir, citando documentos, que la Congregación de la Doctrina de la Fe no tiene como función “estructurar el pontificado”. No reparó que, cuando esos documentos fueron redactados hace décadas, nadie pudo imaginar de que el magisterio petrino iba a caer en tales manos. Otros se asombraron del inaceptable paternalismo demostrado por Müller, propio de otras épocas, que pretende poner cerco a las iluminadoras e inspiradas palabras que el papa argentino nos regala todos los días.
La pregunta a la que se reduce la cuestión no es ya “¿Quién le pone el cascabel al gato?” sino “¿Quién le pone el marco al Papa?” Veremos como se resuelve esta batalla en la que se juega, me parece a mí, lo poco que está quedando de la autoridad magisterial de la Iglesia.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El exhibicionismo de estilo “pobre” que hace Francisco.
Visto en Catapulta, 12-May-2015.
PEQUEÑO APUNTE TDEL DÍA
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MAMARRACHADA
Francisco pone a prueba nuestra paciencia, cansando ya con su “humilditis” y su exhibicionismo pobrista: el domingo 3 de mayo se presentó en una parroquia “periférica” de Ostia con una sotana prolija y deliberadamente raída. No es creíble que en apenas dos años se la haya desgastado tanto y tampoco es creíble que tenga una sola sotana. Es simplemente otra de sus grotescas artimañas demagógicas para conseguir la jefatura espiritual de los “pobres” del mundo. (¿Pronto tendremos que rezar las “Letanías de los Pordioseros”?)
Frente a tal mamarrachada, bueno es acudir a Santo Tomás y a su Suma:
-“ el fin de la vanagloria es la manifestación de la propia excelencia… a lo cual puede el hombre tender de dos modos: primero, directamente, ya por palabras, y así tenemos la jactancia, ya por hechos, y entonces, si son verdaderos y dignos de alguna admiración, tenemos el afán de novedades, que los hombres suelen especialmente admirar, y si son ficticios, la hipocresía”. (II-IIae – Cuestión 132)
-“…la humildad, en cuanto virtud, lleva consigo cierto laudable rebajamiento de sí mismo. Esto se hace, a veces, sólo con signos externos y es fingido, constituyendo la falsa humildad, de la cual dice San Agustín, en una carta, que es gran soberbia, porque parece que busca la excelencia de la gloria”. (II-IIae – Cuestión 161)
-“Andrónico asigna tres virtudes al ornato externo. La primera es la humildad, que excluye la intención de vanagloria. Por eso dice que la humildad no se excede en gastos ni en preparativos. La segunda consiste en contentarse con poco, que excluye la intención de regalo. Y dice: El contentarse con poco es el hábito por el que nos contentamos con lo conveniente, y que señala lo que necesitamos para vivir (según lo que dice el Apóstol en 1 Tim: Teniendo alimento y con qué vivir, estemos satisfechos). La tercera es la sencillez que excluye la excesiva solicitud, diciendo que la sencillez es el hábito por el que recibimos las cosas tal como vienen.
El desorden por defecto puede ser, también, doble, según el afecto. Primero, por negligencia del hombre, que no pone el cuidado y empeño necesario en usar el ornato externo conveniente. Al respecto, dice el Filósofo, en VII Ethic., que es molicie el dejar que el vestido arrastre por tierra sin levantarlo. En segundo lugar, cuando se ordena a la vanagloria el mismo defecto en el ornato exterior. De ello dice San Agustín, en De Serm. Dom. in Monte: No sólo en el esplendor y pompa corporal, sino en los vestidos más viles y degradantes, se puede buscar vanidad. Y este segundo defecto es más peligroso por presentarse con capa de virtud. Y el Filósofo dice, en IV Ethic., que tanto la superabundancia como la deficiencia desordenada pertenecen al mismo género de jactancia”.(II-IIae – Cuestión 169)
Pero si Tomás fue lo que fue y escribió lo que escribió es porque siempre pedía:
“Hacedme, oh Jesús, amor mío y mi vida, obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin disipación, maduro sin pesadumbre, diligente sin inconstancia, temeroso de Vos sin desesperación, veraz sin doblez; haced que practique el bien sin presunción, que corrija al prójimo sin soberbia, que le edifique con palabras y obras sin fingimientos. Dadme, dulcísimo Dios mío, un corazón velador, que ningún pensamiento lo aparte de vos; un corazón noble, que ningún bajo deseo lo cautive; un corazón valeroso, que ningún trabajo lo quebrante; un corazón libre, que ningún poder lo fuerce, y un corazón derecho, que ninguna mala intención lo pueda doblar”.(La oración es del mismo santo.
Texto completo en
http://www.oocities.org/espanol/igle...ocionario.html)
La plegaria es hermosísima y la deberíamos rezar todos los días. Y me permito recomendársela al mismo Papa Francisco.
STAT VERITAS
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El rey está desnudo
El poeta Juvenal se lamentaba, en su tercera Sátira, de que el Orontes hubiera desembocado en el Tiber, es decir, que la marejada de los pueblos sirios hubiese invadido en Roma. La misma imagen la usó Ralph Wiltgen cuando escribió su libro El Rin desemboca en el Tiber, narrando el desembarco de los teólogos alemanes en tierras romanas durante el Vaticano II. Y los problemas fluviales de la Urbe no terminaron allí ya que, últimamente, lo que ha desembocado en ella es nada menos que el Riachuelo del cual es afluente el Río Cuarto, como nos enteramos hace poco. Sin embargo, esta inesperada inundación ha traído algunos beneficios de los que no siempre somos conscientes. Concretamente, el pontificado del papa Bergoglio tiene ventajas ya que ha permitido que toda la suciedad y los desechos que circulaban por los albañales de la Iglesia de Roma haya salido a la luz, y es muy difícil ya hacerse el distraído sobre la realidad de esta situación, a no ser, claro, que se pertenezca a la cándida raza de los lectores de Infovaticana.
El problema viene de lejos; ya lo hemos dicho muchas veces en este sitio. Focos de incendio se diseminaban por toda la Iglesia desde comienzos del siglo XX y el papa Juan XXIII no tuvo mejor idea que juntar a todos los focos y provocar así, previsiblemente, una enorme y voraz que hoguera que consumió en años, o en meses, gran parte de la Iglesia. La hoguera, claro, fue el Concilio Vaticano II. Fue un suceso que aún muchos celebran como “la primavera de la Iglesia” cuyas consecuencias meteorológicas hoy más que nunca están a la vista. Ejemplo de ello es que la arquidiócesis de Córdoba, una de las más grandes e importantes de Argentina, ha recibido este año un solo seminarista en su Seminario Mayor. Así de raquíticas, o aún más, están las órdenes y congregaciones religiosas, los seminarios y las parroquias. Y sin embargo, muchos aún siguen felices en esta Iglesia que “canta y camina”, viviendo en la fantasía de que todo está mejor que nunca.
A nivel macro, sin embargo, la calamitosa situación de nuestra Iglesia no era tan visible. El Papa Pablo VI, responsable de haber continuado el Concilio y sancionado sus enseñanzas –los polvos de donde vienen estos lodos-, estaba envuelto en un áurea de intelectual refinado y aristocrático, y todos confiaban en su criterio, aún viendo los desastres que se suscitaban en los ’60 o ’70.
Después vino Juan Pablo II, con su insoportablemente extenso pontificado, que hizo un dogma de la línea media: no más progresismo que este, pero tampoco más tradicionalismo. Un fundamentalista del Vaticano II que, habiendo tenido el poder para retroceder e impedir la avalancha, prefirió seguir la farsa. Caminó por el medio, evitando “extremos” y, con su convocante carisma, haciendo creer a muchos que reuniones multitudinarias en las que se cantaran “Juan Pablo II te quiere todo el mundo”, era prueba suficiente de que la primavera, efectivamente, había estallado, y la Iglesia estaba en su mejor momento.
El breve pontificado que lo siguió se envolvió en el prestigio teológico de quien ocupó la cátedra de Pedro, el papa Benedicto XVI, que intentó hacer lo que pudo, que fue más bien poco. No mucho se podía hacer ya con las plantas mustias y agostadas que había recibido como presente primaveral de un Concilio del que él mismo fue parte y al que, inexplicablemente, reivindicó en el último discurso de su ministerio. Pero sus lúcidas palabras, sus gestos y el boato que lo circundaba nos nublaba aún la vista a varios que queríamos creer en la posibilidad de una restauración.
Y después vino el fruto más maduro que pudo producir el Vaticano II: el papa Bergoglio que es, sencillamente, la manifestación clara y rotunda de lo que significó ese concilio para la Iglesia. Y esa es justamente la ventaja de este grotesco pontificado: deja totalmente claro cuáles son las consecuencias de la irresponsabilidad mayúscula del Papa Bueno.
Para ponerlo en imágenes del infante don Juan Manuel: hasta la llegada del Papa Francisco, nadie se había animado a decir que el rey estaba desnudo. A Pablo VI, a Juan Pablo II y a Benedicto XVI los vimos desnudos pero la cosa era aún vidriosa, no muy clara y, razonablemente en muchos casos, era mejor callarse como los súbditos del rey moro: quizás era verdad que el rey estaba finamente vestido y que era nuestra miopía e impureza la que nos impedía ver sus atuendo y nos mostraba, en cambio, la desnudez del soberano.
Pero la llegada de Bergoglio cambió todo: el rey está, evidentemente, desnudo. Y cada vez hay menos modos de negarlo ya que que el monarca se empeña todos los días en hacer cabriolas con sus partes pudendas al aire. No querer ver la desnudez del rey no es problema ya de inocencia o de prudencia. Es problema de pertinacia.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Magisterio de lío, lioso, liador, liando, liante
Las cosas que enseña PP Franciscus son magisterio lioso, enredado, enmarañado, ya sea una alocución en una audiencia de miércoles o una intervención ante órganos tan importantes como la Conferencia Episcopal Italiana. Tiene ese carisma.
La CEI no es una conferencia episcopal cualquiera. Yo diría que es una de las más importantes del mundo católico, por contexto y por referencias. Italia es la nación donde está Roma-Vaticano, Italia es la patria de los Papas. Sea para bien o para mal, Italia no es una anécdota en la historia, siendo el pasado y la actualidad de la Iglesia. Con Francisco, la relación Papa-CEI no pasa por sus mejores momentos. Se mantienen formas pero se nota, cada vez más, el desencuentro, la distancia.
En su alocución a la CEI, entre otras cosas, los medios han destacado esta frase:
"...In realtà, i laici che hanno una formazione cristiana autentica, non dovrebbero aver bisogno del Vescovo-pilota, o del monsignore-pilota o di un input clericale per assumersi le proprie responsabilità a tutti i livelli, da quello politico a quello sociale, da quello economico a quello legislativo (...)"
'En realidad, los laicos que tienen una formación cristiana auténtica no deberían tener necesidad del obispo-piloto o del monseñor-piloto o de un estímulo clerical para asumir la propia responsabilidad a todos los niveles, desde el político al social, del económico al legislativo'
Seguidamente dijo que sí tendrán necesidad del obispo-pastor; supongo que lo diría para quitar metralla a lo dicho. Pero lo dicho, dicho estaba. Y lo que les dijo a los obispos italianos es que son, mayormente, obispos-pilotos, monseñores-pilotos. Prelados manipula-láicos, cioé.
Como Uds. ven, muy fino el PP Franciscus, según costumbre.
Y muy temerario y sumario. Porque las cosas no son así. Empezando por la misma constitución sagrada del episcopado cristiano y su triple munus (docendi, santificandi, regendi), que sale muy herido si se examina a la luz (poca luz) de esa crítica (porque es crítica muy crítica) de PP Franciscus. Una crítica hecha a los Obispos de la CEI. Considérese y no se olvide.
Además, las cosas suceden ya de otra forma, como se ha comentado esta misma semana sobre el caso de los manipuladores laicos-muy-formados de Suiza:
La Iglesia suiza fue manipulado por los des-católicos empleados laicos (asistentes pastorales, catequistas, teólogos) de la Conferencia Episcopal helvética.
Permítaseme agregar que viniendo PP Franciscus de donde viene y teniendo entre los prelados de su confianza a pasteleros politicastros de la laya del Cardenal Maradiaga, baldón político de Honduras, lo que PP Franciscus dice a los obispos de la CEI suena tragicómico-bailable-rítmico-poético-estrambótico.
Concluiré diciendo que, extrapolando las liadoras-liosas-liantes palabras de PP Franciscus, a lo peor esos católicos sin cura de que hablábamos hace poco, quizá tengan razón de ser: Si están bien formados, ¿para qué necesitan cura, obispo...o Papa?
p.d. Para rechifla de los lectores de Ex Orbe - risum teneatis !!! - cierro con este yutube melodramático: Maradiaga canta el himno oficial francisquista
https://www.youtube.com/watch?featur...&v=f0rLLmIo-pw
Apréndanlo Uds. por si acaso.
+T
EX ORBE
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Pésame, Dios mío
En los últimos días el Santo Padre alentó a los católicos
a involucrarse activamente en la política. No discutiremos este tópico
puesto que ya lo hemos hecho en numerosas ocasiones en esta bitácora. Lo
que me resultó llamativo, si no escandaloso, fue una de sus frases:
“Mézclate. Haz política: te hará sufrir, tal vez te haga pecar, pero el Señor está contigo. Pide perdón y avanza”.
El Papa está considerando que la política es una
ocasión próxima de pecado -lo cual, en las condiciones actuales,
ciertamente lo es- y, aún así, alienta a los fieles a ensuciarse en
ella, total, después se confiesan.
Cuando de niño me enseñaron a rezar el Pésame,
que en Argentina aún rezamos muchos en la confesión, aprendí que hay que
prometer evitar las ocasiones próximas de pecado. Durante mi
adolescencia y juventud, me enseñaron también que, si uno se coloca en
situaciones de pecado, difícilmente pueda evitar la falta y ofensa a
Dios. Y es por eso, por ejemplo, que un joven católico no puede asistir
habitualmente a boliches o discotecas.
El mensaje del Romano Pontífice, en cambio, es que no
importa pecar porque después, en todo caso, uno se arrepiente. ¿Qué
diría Santa María Goretti de esta enseñanza? Ella prefirió morir antes
que pecar. En los tiempos que corren, habría sido tomada por una idiota:
“Disfrutá, aunque peques, total después pedís perdón”, podría haber
sido el consejo francisquista.
Y no se trata aquí de promover la posición timorata y
escrupulosa de aquel que prefiere quedarse encerrado en su casa para no
tener ocasiones de pecado que, en los tiempos que corren, nos rodean por
todas partes. Se trata de ponerse voluntariamente en una situación concreta y fehaciente de pecado grave.
Que esta situación se dé en la política o no, es una anécdota. Lo
importante es el fondo de la cuestión: la “teología” moral del Papa
Bergoglio.
“Antes morir que pecar”, decía Santo Domingo Savio, y todos los santos de la Iglesia vivieron siempre en santo temor de Dios,
que no es paralizante, sino que es energía movida por el amor que nos
provoca naturalmente odio al pecado por temor a ofender a Dios.
No es una pesadilla. No es ficción. Es el pontificado de Jorge Bergoglio.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
¡¡ Rece por mí !!
Fray Gerundio de Tormes
Esta expresión se ha hecho muy famosa últimamente. Jaleada por los pelotilleros de turno, y puesta en boca de Francisco, vendría a expresar la tremenda humildad de Su Santidad cuando se comunica con sus semejantes. No dejó de ser sorprendente que la utilizara el primer día de su Pontificado ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro. Se podría pensar que -en aquella ocasión-, el nuevo Papa solicitaba la oración de sus fieles ante la carga apostólica que acababa de caer sobre sus hombros.
Parece que el tiempo ha demostrado que esta frase no es más que una coletilla muy bien estudiada, casualmente pronunciada siempre delante de las cámaras. No hay visita de autoridad mundial o de personaje cualquiera, en la que no aparezca en la prensa la humilde frasecita. Clara muestra, según algunos, del nuevo talante del Papado. Si los Papas anteriores suprimieron la Silla Gestatoria (porque eso era muy elevado), Francisco ha rebajado todavía más el nivel, ha quitado la tarima donde se ponía el Sillón Pontificio, ha quitado incluso el mismo Sillón Pontificio (que ahora está en el trastero) y no ha puesto una banqueta de plástico made in China, porque no le han dejado los conservadores que le rodean. Pero la pondrá.
Lo mismo ha pasado con la oración, que ha sido rebajada hasta extremos increíbles. Si el Papa es quien tiene que confirmar en la fe a sus hermanos, tiene que orar por sus hermanos. Y si pide oraciones para él, aunque sea sin las cámaras enfocando, será para que Dios le dé la gracia de no caer en las manos de sus enemigos, para que Dios le dé la gracia de ser fiel al mandato recibido, para que Dios le dé fuerzas para no permitir que la Iglesia sea destruida por las fuerzas diabólicas que atentan contra ella, y sobre todo para que Dios le ayude a salvar almas con su Magisterio Paternal. Mis novicios modernistas, se relamen de gusto cada vez que escuchan al Papa decirle a alguien que rece por él. Pero no se dan cuenta de la estafa.
Sin irnos muy lejos, el Papa ha pedido en estas últimas semanas oraciones especiales por él a Raúl Castro (comunista y tirano de alta alcurnia, antiguo alumno de los jesuítas -qué coincidencia-), a los jerifaltes de la ONU (todos ellos tan preocupados por la Madre Tierra y por esterilizar a todos los pobrecillos que sufren), a los protestantes pentecostales italianos (que además lo han bendecido con sus manos consagradas), al Presidente Palestino Mahmoud Abbas (tierno discípulo de Yaser Arafat), al Presidente de Rumanía (luterano) y seguro que también se lo habrá pedido miles de veces a Maradona (que se pasa la vida en el Vaticano). No quiero pensar mal, pero seguro que también se lo pidió a los dos novios-esposos-adúlteros-gay-lesbis-trans y todo eso… procedentes de Granada con todos los gastos pagados (gratis total).
https://fraygerundiodetormes.files.w...ales.jpg?w=791Emoción y Piedad al recibir la bendición
El caso es que no me imagino al Señor diciendo al tirano y adúltero Herodes que pidiera por Él, ni a San Pedro diciendo lo mismo a Simón el Mago, ni a San Pablo dirigiéndose al incestuoso de Corinto, ni a San Ambrosio ante Teodosio el Grande, ni a los papas ante Diocleciano y sus misericordiosas persecuciones, ni a San Gregorio VII suplicando oraciones por él al Emperador Enrique IV, ni a Pío XII, si acaso alguna vez se hubiera encontrado con Stalin. Eran otros tiempos, en los que la Iglesia todavía no se había despertado a la preocupación por el Hombre, se suele decir ahora. Jamás habrían declarado un Jubileo de la Misericordia aquellos majagranzas, que solamente pensaban en el pecado, la condenación y los sacramentos. Y no pedían oraciones a los herejes y perseguidores.
https://fraygerundiodetormes.files.w...osio.jpg?w=791Teodosio, reza por mí
Curiosamente, los mártires de todos los tiempos, no solicitaban de sus verdugos una oración, sino que ellos mismos aseguraban a sus asesinos que iban a rezar por ellos desde el Cielo, para que Dios les convirtiera: Rezaré por ti, decían todos. Tampoco me imagino a San Esteban diciendo a los judíos que le apredreaban que pidieran por él (más bien él pedía por ellos, según nos cuentan los Hechos de los Apóstoles), o a los sacerdotes, religiosos y seglares asesinados en Paracuellos por ser católicos, solicitando que le dijeran a Santiago Carrillo que rezara por ellos. Ni a los Cristeros pidiendo oraciones por su alma a los mismos que los acribillaban a balazos. ¡Cómo han cambiado las cosas!
Me parece a mí que esto no es una mera casualidad, o un mero juego de palabras o una superficialidad más. Esto es la expresión de que la oración ya no se entiende como antes. Ni siquiera por el Papa. Cuando se cree solamente en el Hombre, todos podemos rezar por el Hombre. Da igual que alguien sea musulmán, ateo, agnóstico, budista o chamán, nueva-era o podemita. Todos rezamos a Aquél-que-Gobierna-Todo y que Todo-lo-Ve. Qué bonito. Todos juntitos nos dirigimos al mismo Dios-Hacedor. Porque todos buscamos el bien del hombre.
Una oración de Raúl Castro por Francisco es muy eficaz, y una de Francisco por Raúl también lo es. Los dos están en el empeño decidido de superar dificultades y contradicciones en una Síntesis Superior que olvida los muertos del Régimen Castrista por los que no hace falta que Raúl, y de paso Fidel, -su hermano del alma-, se arrepientan. Dios es Misericordioso. Gracias a eso, y si el Papa sigue hablando como hasta ahora, Raúl ha dicho que se va a hacer católico. No me cabe duda de lo primero, aunque no creo que llegue nunca lo segundo.
¡¡Recen por mí!!
https://fraygerundiodetormes.wordpress.com/
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Darse cuenta
Decía Chesterton que, cuando algo ocurre, primero ocurre y después uno se da cuenta. En otras palabras, es habitual no darse cuenta de lo que está ocurriendo mientras está ocurriendo, sino cuando ya ocurrió. Y es entonces cuando nos espantamos con la atrocidad de lo ocurrido.
Hace pocos días coincidíamos con un amigo en que resulta muy difícil caer en la cuenta de lo que está ocurriendo en la Iglesia y calibrar su gravedad. Aquí va una recopilación de lo ocurrido en los últimos días:
1) En este video, el cardenal Rodriguez Madariaga entona con el solo acompañamiento de sus palmas, un himno en honor al Papa Francisco. Produce vergüenza ajena, lástima y bronca. Este lamentable personaje, además de ser arzobispo de una importante arquidiócesis centroamericana, es el líder del G9, es decir, el grupo de purpurados que colabora estrechamente con el Santo Padre en el gobierno de la Iglesia.
Si Rodriguez Madariaga no hubiese entrado en religión, ciertamente no habría pasado de dependiente de un mercado de barrio. Un personaje menor, incapaz y ridículo. ¿Alguien puede pensar, por ejemplo, en San Ambrosio cantándole este tonadita al papa San Siricio? Y para no poner la vara tan alta, ¿alguien imagina al cardenal Aramburu entonando cantitos aduladores a Pablo VI?
2) Un obispo colombiano, Mons. Mons. Juan Vicente Córdoba, se despachó de un modo propiamente increíble, en la forma y en el contenido, acerca de los homosexuales y su vida de perversión, tal como reportamos en este blog. Días después, y presionado por el episcopado colombiano, el obispo jesuita se disculpó, aunque hubiese sido mejor que no dijera nada. Entre otras cosas, afirmó: “Para ilustrar a los asistentes sobre dicha realidad -desconociendo la presencia de medios de comunicación en la sala- me permití utilizar algunas expresiones coloquiales que, fuera del contexto del encuentro académico y del diálogo establecido con los asistentes, resultan claramente desafortunadas”. Es decir, las cosas que dijo era cosas “secretas”, para ser dichas solamente al grupo de iniciados en ciertas doctrinas y ciertas prácticas, ya que no hubiesen sido dichas s hubiera sabido que allí estaban los medios (Que vuestro hablar sea sí sí, no, no, dice Nuestro Señor en el Evangelio [Mt. 5,37). Además, el prelado de la Compañía considera que su vocabulario soez y grosero (“De la abundancia del corazón hablan los labio”, dice el Señor [Lc. 6,45]), indigno no ya de un obispo sino de un cristiano, es lenguaje académico, es decir, lenguaje propio del ámbito universitario. ¿Qué diría Santo Tomás de Aquino, el Ángel de la Academia, de esto? Y para no poner la vara tan alta, ¿Qué diría Mons. Octavio Derisi?
3) El Papa Francisco, como es habitual, nos instruyó con su sapiencia. El 13 de mayo, por ejemplo, iluminó al mundo con su agudeza: “Sobre esta puerta de entrada están escritas tres palabras, que ya he utilizado en la plaza otras veces. Y esas palabras son: «permiso», «gracias», «perdón». En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz”. Después de más de dos años de escuchar sandeces día a día (“Pero, por qué no te callas?”, dijo el rey don Juan Carlos a otro charlatán ya felizmente difunto), era dable esperar que algún miembro prominente de la Iglesia lo hubiese enfrentado. Algo hizo el cardenal Burke el año pasado -y fue misericordiado-, y nada más hasta ahora. Más bien al contrario. Uno de los purpurados con más gravitación en la vida eclesial, el cardenal Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, dijo hace pocos días que “Todos miramos con gratitud el alto magisterio del Santo Padre Francisco”. Pensé que era una broma; que se estaban burlando de un pobre sudaca de Flores. Pero no. Es verdad. Este señor arzobispo de Génova considera que las majaderías y simplezas con las que Bergoglio nos desayuna a diario son “alto Magisterio”. Y me viene a la memoria San Atanasio oponiéndose valientemente al Papa Liberio, o San Máximo y San Sofronio haciendo lo propio con el Papa Honorio.
4) En las últimos entradas que he publicado en este blog referidas al “magisterio” del Papa Francisco, han sido varios los comentarios de bienintencionados lectores que hacían imposibles piruetas a fin de salvar las palabras pontificas y entenderlas en sentido católico. Y lo mismo ocurre cotidianamente en la multitud de sitios católicos neocones. Justamente lo inverso a lo que debiera ocurrir. La tarea más importante del oficio petrino es “confirmar a los hermanos en la fe”. Es decir, el Papa debe esclarecer la doctrina a fin de que los fieles puedan seguirla con seguridad y fortalecer su fe. Actualmente, en cambio, son los fieles los que diariamente deben esclarecer la doctrina del Sumo Pontífice.
5) En las últimas semanas nos hemos dedicado también al estudio y discusión de las intrincadas tesis teológicas del arzobispo Tucho Fernández. La realidad incontestable es que un personaje absolutamente menor, orillero de la teología y de la academia, y cuyo único mérito científico es una ristra de libros de autoayuda, es el principal asesor teológico del Papa y quien redacta los documentos más importantes del pontificado. Como lo reporta el informadísimo Sandro Magister, fue el Tucho quien escribió el esperpento de la Chantae gaudium, y fue él también quien escribió, en marzo último cuando se instaló en Santa Marta, la próxima encíclica sobre la ecología, la que fue rápidamente desestimada in toto por el Papa Francisco porque se dio cuenta que no podía ni siquiera amagar con presentar ese bodrio en la Congregación de la Doctrina de la Fe porque el cardenal Müller la iba a incinerar por la inanidad absoluta del escrito, y probablemente renunciara con un escándalo. Es este el motivo, y no otro, del atraso de su publicación.
El arzobispo Fernández, que logró trepar por las lianas eclesiales merced a los empellones de un mediocre como él -you know who- y desplazando inescrupulosamente, a través de las más bajas maniobras curiales y la traición a sus amigos sacerdotes (pregúntenle al P. Carlos Galli), es quien establece los líneas de la doctrina teológica pontificia.
¿Qué diría San Pío X, que se rodeó como asesores teológicos de fuste, como el P. Lemius o el futuro cardenal Billot, frente a la preferencia de su sucesor rioplatense?
La Iglesia viene en caída libre desde hace más de un siglo. Con Bergoglio en el pontificado ha tocado fondo. Cuando termine de ocurrir lo que está ocurriendo, y de lo que no nos terminamos aún de dar cuenta, quizás encontraremos cenizas, como relata el Microcuento de Ludovicus, o quizás nos encontremos con el Hijo de la Perdición a las puertas.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Microcuento
El Rey Blanco invitó a todos los mendigos de la comarca a una gran fiesta. Vendió todas las obras de arte de su Palacio y compró toneladas de carne y pan. Cambió sus vestes. "En adelante, me llamarán el Multicolor", declaró. "Soy uno de ustedes, un hombre normal".
Amontonó en el gran patio los muebles finos, los trapos y los brocados y las capas ceremoniales, que fueron a alimentar una enorme fogata para las carnes. Sirvió el festín más magnífico en una noche impoluta. Al final y como gesto de desprendimiento e igualdad, prendió fuego al Palacio. Fue la gloria. Todos comieron y lo vivaron como un hermano más, mientras el fuego parecía anunciar una aurora sin ocaso.
A la mañana siguiente, sirvieron para el desayuno cenizas. Alguien lo llamó al Rey "compañero", hubo una pelea, todo terminó muy mal.
Desde entonces, los habitantes se refieren a esa fecha como la Fiesta de los Antropófagos.
Ludovicus
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Dejate farandulizar
Breaking news: Para la Conferencia Episcopal Argentina, la "farandulización de la política es penosa", y su Secretario General, Mons. Humberto Malfa, opinó que "debemos subirnos al carro de Francisco en el nivel conceptual" de su pontificado.
Perfecta coherencia, le dicen.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Aclaración para los lectores no argentinos: "Berreta" significa cutre, vulgar, de baja calidad.
Un berreta en Santa Marta
El último fin de semana largo decidí fugarme de Argentina. Nunca me interesó participar de los festejos de la Sedición de Mayo de 1810 y mucho menos en esta ocasión en que se convertirían en los festejos de la Liberación de Mayo de 2003.
“Me voy a Roma”, dije, y así fue. Y el viernes pasado, después de visitar la basílica de San Pedro y despotricar contra los cardúmenes de japoneses que no me dejaron besar el pie broncineo del Apóstol, me puse a merodear por el Arco de las Campanas. Tenía la esperanza de que, a lo lejos, pudiera distinguir la blanca silueta de Su Santidad entrando o saliendo del hotelito de Santa Marta donde se hospeda.
De pronto, se me acercó presuroso un hombre de mediana edad que enseguida noté que era argentino. Y él, claro, había notado lo mismo en mí.
-¿Sabe sacar fotos? -me preguntó sin mediar saludo alguno- Soy Juan Berretta.
Le respondí que me podía defender en esa tarea como se defiende cualquier turista.
- Es suficiente -me dijo, y tendiéndome una pequeña cámara fotográfica, continuó:
- Venga conmigo. Tengo una entrevista con el Papa Francisco y se me enfermó el fotógrafo.
Y me fui con don Berretta a sacar algunas fotos berretas de lo que, sin duda alguna, sería una entrevista berreta que finalmente se publicó en La voz del pueblo, un diario berreta.
Cual Mingo y el Preso, míticos corresponsales de La voz del Rioba , atravesamos el Arco de las Campanas custodiado por dos Guardias Suizos, que se cuadraron cuando nos escucharon hablar en argentino. Y, mientras nos acercábamos a los cuarteles pontificios, me dijo Berretta preocupado:
-El reportaje va a ser en castellano, pero como el Santo Padre ya se ha compenetrado, es probable que hable también en esas lenguas, y como yo soy medio berreta en cuestión de idiomas, no voy a entender…
-No se apure- le respondí- Cuando usted no entienda algo, hágame una seña con su cabeza, y yo le traduzco.
Nos recibió Su Santidad cordialmente y enseguida, tuteándonos, nos hizo pasar a una salita. Mi función sería, exclusivamente, fotografiar. Pero no pude con mi genio y pasión periodísticas, e intercalé algunas preguntitas o acotaciones a las preguntas berretas que Berretta hacía. La voz del pueblo no publicó mis intervenciones, pero aquí se las dejo a los lectores del blog. En bordó encontrarán mis acotaciones y en azul las traducciones.
- ¿Soñaba con ser Papa?
- ¡¡¡Nunca!!! Tampoco con ser presidente de la República o general del Ejército. Viste que hay algunos pibes que sueñan con eso. Yo no.
Santidad, me cuesta creerle. Daría la impresión que, desde el día que usted ingresó a la Compañía de Jesús, se propuso ser Papa o, al menos, ocupar los cuerpos de mayor autoridad posible. Es lo que dicen por lo bajo quienes fueron sus compañeros y súbditos en la Compañía, y es lo que dijo por lo alto, cuando usted era aún arzobispo de Buenos Aires, el nuncio Adriano Bernardini a varios funcionarios argentinos: “Bergoglio es un hombre enfermo de poder” [Diego GENOUD, Massa. La biografía no autorizada, Sudamericana, Buenos Aires, 2015, p. 96).
- ¿A pesar de que en 2005 fue el segundo más votado luego de Ratzinger?
Esas son cosas que se dicen. Lo cierto es que al menos en la otra elección estaba en los diarios, aparecía entre los papables. Adentro era claro que tenía que ser Benedicto y hubo casi unanimidad por él y eso a mí me gustó mucho. Era clara su candidatura, en la segunda no había ningún candidato claro. Había varios posibles, pero ninguno fuerte. Por eso me vine a Roma con lo puesto y con pasaje para volver el sábado a la noche y poder estar en Buenos Aires en el Domingo de Ramos. Incluso dejé hecha mi homilía sobre el escritorio. Nunca pensé que iba a pasar.
Santidad, no condice con su figura de jesuita metódico y cuidadoso que deje el texto manuscrito de una homilía, o de lo que fuere, encima de su escritorio y se venga a Roma. Parece más bien un detalle cuidadosamente pensado y ejecutado para crear pistas falsas. Estaba usted armando la escena del crimen para que, cuando los peritos la estudiaran, fueran conducidos a resultados equivocados.
Además, me han comentado sacerdotes que en marzo de 2013 vivían en la Catedral y Curia porteña, que el día en que se conoció la renuncia del Papa Benedicto, usted recibió la llamada de más de 20 cardenales de todo el mundo. ¿Eran solamente para llorar penas por la situación?
Recuerde también Santo Padre, que su amigo y biógrafo Omar Bello (q.e.p.d.) relata en su libro la actividad bifronte que usted desarrolló frente a la infausta renuncia, al punto de que un sacerdote de la Curia le comentó al periodista que no entendía la duplicidad que ustede exhibía de fingir que no le interesaba ir a Roma a despedir a Benedicto al tiempo que ”hablaba con todo el mundo y operaba a lo loco". De la lectura del libro de Bello, queda claro que la rosca para que usted fuese elegido estaba bien armada y que usted había participado en el juego concienzudamente. Incluso en esa, su biografía, se revela su estrategia de apoyar al cardenal O’Malley, previendo que una candidatura yanqui se caería en la recta final y surgiría la suya. Todas estas jugada fueron acompañadas con un enmascaramiento brutal de sus pretensiones, para no despertar el dragón dormido de la inteligencia argentina que podía volver a perjudicarlo como había ocurrido en el cónclave de 2005. [Omar BELLO, El verdadero Francisco, Perfil, Buenos Aires, 2013, cap. III).
- Me llevaron a la Sacristía, me cambiaron la sotana, y a la cancha. Y ahí dije lo que me vino.
Santo Padre, ¿dijo lo que se le vino a la cabeza? Al breve discurso que pronunció desde la loggia lo debe haber ensayado cien veces frente al espejo, desde el Buona sera hasta el pedido de bendición de los fieles. Fue una puesta en escena, que parecía tomada de Armarcord de Fellini o del El acorazado Potemkin de Eisestein, aunque con mucha menos calidad. Nadie medianamente sensato puede reputar a la espontaneidad su aparición.
- Fue algo natural entonces.
-Sí, sentí mucha paz y dije lo que me vino del corazón.
[En ese momento me largué a reír a carcajadas. Berretta me miró desconcertado y el Papa posó sobre mí una mirada de misericordia que me heló la sangre en las venas. Me recompuse en seguida]
- ¿Reconoce el magnetismo que genera en la gente? Lo digo por el plus que le da su figura a la investidura papal.
- Y, sí… Sé que la gente… (duda, hace silencio) Primero no entendía por qué ocurría eso. Y me cuentan algunos cardenales que la gente dice “le entendemos”. Claro, yo trato de ser plástico en las audiencias, en las cosas que hablo, como hoy (por la audiencia pública del miércoles) que conté una anécdota de cuando estaba en cuarto grado. Entonces es como que la gente entiende lo que quiero decir. Como cuando hablé del caso de los padres separados, que usan de rehenes a los hijos, algo muy triste, los victimizan, el papá le habla mal de la mamá, o al revés, y al pobre chico se le arma un corso a contramano en la cabeza. Trato de ser concreto y eso que vos llamás magnetismo, ciertos cardenales me dicen que tiene que ver con que la gente me entiende.
Santidad, su capacidad de “ser plástico en las audiencias” y de “adaptar su discurso a fin de que la gente lo entienda”, algunos lo llaman “magnetismo”; yo, en cambio, lo llamo “sindrome de Zelig”. Toma su nombre del título de la película Zelig, de Woody Allen, estrenada en 1983. El protagonista, Leonard Zelig, ha logrado fama mundial gracias a su singular capacidad de adoptar la personalidad de cualquier persona que se encuentre a su lado. El protagonista posee una curiosa habilidad camaleónica que le permite confrontar su identidad individual y la colectiva y el desapego como medio para entrar a formar parte de manera complaciente en el núcleo de la masa social. Zelig afirma en la película: “Miento [soy plástico] porque quiero caerle bien a todo el mundo”. Y el relator comenta: “Estaba loco por asimilarse”. Más aún, el proceso patológico de Zelig lo lleva a “adquirir gusto plebeyos”, y la película se cierra con el colofón: “Esto demuestra que lo puedes hacer si eres un psicópata”.
- ¿Disfruta de la audiencia pública?
- Sí, lo disfruto en un sentido humano y espiritual, las dos cosas. La gente me hace bien, me tira buena onda, como se dice. Es como que mi vida se va involucrando en la gente. Yo, psicológicamente, no puedo vivir sin gente, no sirvo para monje, por eso me quedé a vivir acá en esta casa (en la residencia de Santa Marta). […] Yo me hice cura para estar con la gente. Doy gracias a Dios que eso no se me haya ido. […]
Santo Padre, yo siempre creí que la gente se hacía cura para estar con Dios, o para el servicio del altar, como se decía antes. Si alguien quiere estar con la gente y abrazar sus causas, mejor es que se haga asistente social o voluntario de Amnesty International. La verdad es que no me imagino a santos que se caracterizaron por su gran servicio a los hombres como San Vicente de Paul, San Damián de Molokai o San Francisco Javier, su hermano en religión, diciendo que habían abrazado la vida consagrada “para estar con la gente”.
- ¿Qué añora de su vida previa al papado?
Yo siempre fui callejero. De cardenal me encantaba caminar por la calle, ir en colectivo, subte. La ciudad me encanta, soy ciudadano de alma. No podría vivir en una ciudad como la tuya por ejemplo, me costaría mucho…
[Berretta mi miró con cara de espanto y de bronca; era señal que no había entendido y yo debía traducir: “El Santo Padre dice que él es un porteño puro y jamás se bancaría vivir en un pueblucho de morandanga como Tres Arroyos u otro similar del interior del país”. El Papa enseguida respondió:]
- No, Tres Arroyos no es tan chico, sí podría vivir ahí. En el campo no podría vivir.
[Esta vez el que miró con bronca fui yo. Antes de comenzar la entrevista le había comentado al Papa Francisco que yo era del campo de la provincia de Buenos Aires. Él, ni corto ni perezoso, se corrigió: “En los campos de la pampa húmeda sí podría vivir. Donde podría vivir sería en los campos desérticos y ventosos de la Patagonia”. En este caso el que lo miró fiero fue Ceferino Namuncurá desde un cuadro que presidía la sala, pero como el araucanito no podía hablar, el Papa no le hizo caso].
- ¿Acá recorre la ciudad?
- Noooo, (otra vez se ríe con ganas). Voy a las parroquias… Pero no puedo salir. Imaginate que yo salgo ahí (por la calle) y se arma. Un día salí en el auto sólo con el chofer y me olvidé de cerrar la ventanilla, estaba abierta y no me di cuenta. Y se armó un lío… Yo iba en el asiento del acompañante, teníamos que ir ahí nomás, pero la gente no dejaba avanzar el auto. Claro, que el Papa esté por la calle…
Discúlpeme una vez más Santo Padre, pero no puedo creer lo que dice. Usted es un Jefe de Estado, le guste o no, y uno de los más importantes del mundo. El jefe de seguridad de su Estado, si tiene un mínimo de responsabilidad y quiere cuidar su cabeza, jamás permitiría que usted saliera acompañado solamente de su chofer.
Pero, supongamos que efectivamente es así. El chofer que le asignarían nunca sería el primer empleadillo vaticano que se cruzara en el camino sino un profesional de la seguridad y, por eso mismo, si usted se hubiese olvidado de cerrar la ventanilla tal como dice, él seguramente se lo habría advertido antes incluso de encender el auto.
Pero supongamos incluso que usted está rodeado de una manga de inútiles. Cuando usted empezó a ver que la gente se aproximaba al vehículo y, humilde como es, no hubiera querido recibir las naturales muestras de veneración del gentío, sólo era cuestión de cerrar la ventanilla. Los vidrios polarizados que estimo tendrá su Renault 4L impedirían verlo.
- Eso tiene que ver con su forma de ser.
- Es verdad que acá tengo el apelativo de indisciplinado, el protocolo mucho no lo sigo. El protocolo es muy frío, aunque hay cosas oficiales a las que me atengo totalmente.
El protocolo no es frío, Santidad. Ese es la apreciación que han instalado los medios democratistas y que usted ha comprado. El protocolo es una muestra exquisita de caridad cristiana, porque está diseñado para evitar ofensas, malosentendidos y desplantes. Si usted, salteándose el protocolo, recibe a la presidente Cristina Kirchner con la bullanguera estudiantina de La Cámpora, el mismo derecho le asiste al presidente Putin de presentarse con un grupo de jóvenes rusos bebiendo vodka o al presidente de Nigeria con un acompañamiento de ruidosos negros en taparrabos tocando el tambor. Y mucho se ofenderían si no se los permitiera. Son las mismas situaciones dolorosas que usted provoca a diario cuando, saltándose el frío protocolo, habla por teléfono a Cacho Castaña para consolarlo por su enfermedad, y en cambio, no habla a las miles de buenos cristianos que también le escriben porque necesitan su consuelo.
- ¿De noche puede descansar, se desconecta?
- Yo tengo un sueño tan profundo que me tiro en la cama y me quedo dormido. Duermo seis horas. Normalmente a las nueve estoy en la cama y leo hasta casi las diez, cuando me empieza a lagrimear un ojo apago la luz y ahí quedé hasta las cuatro que me despierto solo, es el reloj biológico. Eso sí, después necesito la siesta. Tengo que dormir de 40 minutos a una hora, ahí me saco los zapatos y me tiro en la cama. Y también duermo profundamente, y también me despierto solo. Los días que no duermo la siesta lo siento.
Santo Padre, no logro entenderlo. Usted dice que en cuanto se tira en la cama se queda dormido, y a renglón seguido, que se acuesta a las nueve y lee hasta las diez, o hasta que le da sueño. ¿En qué quedamos? ¿Se duerme enseguida como un bebé o tarda una hora en conciliar el sueño?
[…]
- En la visita que realizó a Manila en el verano, habló de la importancia de llorar. ¿Usted llora?
- Cuando veo dramas humanos. Como el otro día al ver lo que ocurre con los del pueblo rohingya, que andan arriba de esos barcones en aguas tailandesas y cuando se acercan a tierra les dan un poco de comida, agua y los echan otra vez al mar. Eso me conmueve profundamente, ese tipo de dramas. Después, los chicos enfermos. Cuando veo lo que acá llaman “enfermedades raras”, que son producidas por descuido del ambiente, se me revuelve todo. […]
Santidad, me da la impresión de que usted llora por los prójimos lejanos pero no se la cae una sola lágrima por los cercanos. ¿Lloró, acaso, cuando hizo echar de Radio María al Prof. Mario Palmaro porque lo había criticado, cuando sabía que estaba muriendo de cáncer? ¿Se compadeció, acaso, de la mujer que lo había criado cuando fue a visitarlo a la Curia porteña y no quiso recibirla? ¿Lloró por los empleados de la Curia a los cuales dejó sin trabajo? ¿Lloró por Mons. Livieres, a quien dejó literalmente en la calle, y que ahora sobrevive gracias a la caridad de los amigos, viviendo en una casita alquilada con su madre nonagenaria?
[…]
- ¿Siente presión?
- Las presiones existen. […] El otro día en la parroquia de Ostia, cerca de Roma, voy saludando a la gente, y habían puesto a los ancianos y a los enfermos en el gimnasio. Estaban sentados y yo pasaba y los saludaba. Entonces dije: “Miren qué divertido, acá donde jugaban los chicos están los ancianos y los enfermos. Yo los comprendo a ustedes porque también soy anciano y también tengo mis achaques, soy un poco enfermo”. Al otro día salió en los diarios: “El Papa confesó que estaba enfermo”. Contra ese enemigo no podés.
- ¿Sigue la evolución de la política en Argentina?
- No, para nada, corté acá la recepción de políticos porque me di cuenta de que algunos usaban eso y mi foto, aunque también es cierto que algún otro ni dijo que había estado conmigo y ni se sacó la foto. Pero para evitar eso, los políticos en audiencia privada, no. Si vienen van a las audiencias generales, los saludo. Pero no sé cómo van las elecciones ni quiénes son los candidatos. Me imagino quiénes deben ser los principales, pero no sé tampoco cómo van las tensiones. Sé que en las PASO de Buenos Aires ganó el PRO porque lo vi en el diario, salió hasta en La Repubblica.
Santidad, ¿nos toma por estúpidos? ¿Quiere hacernos creer que se enteró que el PRO ganó las Paso porque lo leyó en La Reppublica? Si usted no quiere involucrarse en la política argentina y por eso “cortó la recepción” de políticos en audiencia privada, ¿por qué, entonces, recibió pocos días antes de las Paso a Gustavo Vera, su amigo trostkista y candidato a Jefe de Gobierno por el partido “Bien común” (que sacó el 0,6% de votos)? ¿Por qué recibió a Roberto Carlés, días antes que el gobierno kirchnerista lo propusiera como juez de la Suprema Corte de Justicia? ¿Por qué recibirá nuevamente dentro de un par de semanas a la presidenta Kirchner, apenas dos meses antes de las elecciones nacionales?
- ¿No es utópico pensar en que se puede erradicar la pobreza?
- Sí, pero las utopías nos tiran para adelante. Sería triste que un joven o una joven no las tuviera. Hay tres cosas que tenemos que tener todos en la vida: memoria, capacidad de ver el presente y utopía para el futuro. La memoria no hay que perderla. Cuando los pueblos pierden su memoria está el gran drama de descuidar a los ancianos. Capacidad de hermenéutica frente al presente, interpretarlo y saber por dónde hay que ir con esa memoria, con esas raíces que traigo, cómo la juego en el presente, y ahí está la vida de los jóvenes y adultos. Y el futuro, ahí está la de los jóvenes sobre todo y la de los niños. Con memoria, con capacidad de gestión en el presente, de discernimiento y la utopía hacia el futuro, que ahí se involucran los jóvenes. Por eso el futuro de un pueblo se manifiesta en el cuidado de los ancianos, que son la memoria, y de los niños y jóvenes, que son los que van a llevarla adelante. Los adultos tenemos que recibir esa memoria, trabajarla en el futuro y darla a los hijos. Una vez leí algo muy lindo: “El presente, el mundo que hemos recibido, no es sólo una herencia de los mayores sino más bien un préstamo que nos hacen nuestros hijos para que se lo devolvamos mejor”. Si yo corto mis raíces y me desmemorizo me va a pasar lo que le pasa a toda planta, me voy a morir; si yo vivo solamente un presente sin mirar la previsión a futuro, me va a pasar lo que le pasa a todo mal administrador que no sabe proyectar. La contaminación ambiental es un fenómeno de ese estilo. Tienen que ir las tres juntas, cuando falta alguna un pueblo empieza a decaer.
Ah, Santo Padre, me estoy desilusionado de usted. ¿Es necesario que utilice el lenguaje de género? “Un joven y una joven”, dice. Además, hace apenas un momento nos contó que le dijo a los miembros de una parroquia de Ostia que usted era un anciano, y ahora nos dice que es un adulto, y habla de los ancianos en tercera persona. ¿Será que, acaso, tiene algún problemita de disforia de edad?
Pero lo que más me decepciona es que usted cita eso “tan lindo” que leyó: esa frase, o una muy similar, yo la leo todos los días en un grafitti pintado en una de las paredes de mi ciudad. ¿Es que no hay algo un poquito más inteligente, más incisivo, más original que lugares comunes de grafittis callejeros con los que usted pueda iluminarnos?
- ¿Cuáles son los peores males que aquejan al mundo hoy?
- Pobreza, corrupción, trata de personas… Me puedo equivocar en la estadística, pero qué me decís si te pregunto ¿qué ítem viene en gasto en el mundo después de alimentación, vestido y medicina? El cuarto son los cosméticos y el quinto las mascotas. Es grave eso, eh. El cuidado de las mascotas es como el amor un poco programado, es decir, yo puedo programar la respuesta amorosa de un perro o de una gatita, y ya no necesito tener la experiencia de un amor de reciprocidad humana. Estoy exagerando, que no se tome textual, pero es para preocuparse.
Santidad, ¿usted es el Papa u Obama? Le pregunto porque para un cristiano básico, de parroquia, común y corriente, los peores males que aquejan al mundo de hoy son la apostasía, el rechazo de Cristo y de su redención, el abandono de las prácticas cristianas. Y, si no quiere jugarse tanto, puede repetir a sus predecesores, como Juan Pablo II que decía que los peores males eran la “apostasía silenciosa y la cultura de la muerte”, o Benedicto XVI que opinaba que era la “dictadura del relativismo”. ¿Y usted nos viene con que lo peor es la corrupción y la prostitución? Santidad, ¿usted es cristiano?
Por otra parte, no entiendo la fijación que tiene contra las mascotas. Un psicólogo encontraría allí un bloqueo afectivo importante. No puedo creer que usted no distinga entre las multifacéticas caras del amor, que son complementarias. ¿Por qué opone el amor a los demás seres humanos con el amor a los animales? ¿Por qué los considera tan poca cosa? ¿Es que alguna vez se detuvo a mirar la mirada de un Golden Retriever o, como usted es un Papa pobre, de un perrito callejero que es aporreado por todos los que pasan? ¿En serio usted cree que puede “programar la respuesta amorosa de una gatita”? ¿Alguna vez vivió usted con un gato, Santidad? Pregúntele al Papa Benedicto que, siendo cardenal, tenía dos felinos en su departamento y, siendo Papa, hablaba en un lenguaje que él mismo se había inventado con los gatos residentes en los Jardines Vaticano. ¿Qué le diría usted a Ulises, que amaba a su perro Argos, o a Aquiles, que no podía vivir sin sus caballos, o a Tobías, que nunca se separaba de su perro, o a San Roque, cuyo cuzquito le lamía las llagas, o a Nuestro Señor que, en el invernal día de su nacimiento, fue calentado por un burro y un buey?
[…]
- ¿Cómo le gustaría que lo recuerden?
Como un buen tipo. Que digan: “Este era un buen tipo que trató de hacer el bien”. No tengo otra pretensión.
¿A tan poco apunta Santidad? Qué no lo escuchen los jóvenes de la parroquia, porque se arma. A ellos siempre se les dice que hay que ser mucho más que “un buen tipo”. Pareciera que nos está proponiendo un nuevo modelo de santidad. Una santidad devaluada, y de baja cotización: ser un buen tipo. Está usted vindicando la mediocridad.
En eso entró a la salita Mons. Karcher que le traía la merienda al Santo Padre: un sánguche de mortadela con un vaso de Cunnington Cola. El Papa le convidó la mitad a Juan Berreta y, mientras comían, Karcher me pidió que le sacara una foto con el periodista de La voz del pueblo. “Es para el Facebook”, me dijo.
Salimos caminando con Berreta por el mismo Arco de las Campanas. Todo había sido perfectamente armónico: un periodista berreta, de un diario berreta, de una ciudad berreta, haciendo una entrevista berreta a un Papa berreta, acompañado de un fotógrafo berreta.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
La elusión de su Santo Nombre
Si evangelizar es predicar a Jesucristo, Hijo de Dios, encarnado, muerto y resucitado, que se sienta a la Diestra del Padre y ha de venir a juzgar a vivos y muertos, si eso es evangelizar ¿qué es eludir, callar, ocultar el nombre de Jesucristo voluntariamente, deliberadamente, con toda intención? ¿Cómo se llama ese acto? ¿Noevangelizar? ¿Pseudo-evangelizar? ¿Negavangelizar?
Dice el Señor: 'Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.' Mt 10, 32-33
En Mc 8, 38: '...Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles.'
En Lc 9, 26: '...Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.'
Callar, no decir, no pronunciar el Nombre del Señor ante infieles, ¿es renegar o es avergonzarse?
Es, indudablemente, falta de parresía, aquel don, aquella virtud de los Apóstoles y los primeros cristianos, que testimoniaban por doquier a Cristo, con su nombre y sus hechos, sin vergüenza, con santa impudicia, con la contundente caridad de aquel lema paulino 'veritatem facientes in charitate', obrando la verdad en caridad.
Lo desconcertante es que el negacionista, el silente, el taciturno, el púdico, el timorato, el acomplejado es, ni más ni menos, que PP Franciscus, el mismo que luce tanto desparpajo con los de casa y que hoy se ha amilanado ante un rabino y un alfaquí, en Sarajevo.
¿Por qué? ¿Por respeto? ¿Qué respeto?
Con pena he leído (no he rezado) la 'oración interreligiosa' PP Franciscus para la ocasión:
Dios todopoderoso y eterno, Padre bueno y misericordioso; Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles; Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, Rey y Señor del pasado, del presente y del futuro; único juez de todos los hombres, que recompensas a tus fieles con la gloria eterna. Nosotros, descendientes de Abrahán según la fe en ti, único Dios, judíos, cristianos y musulmanes, humildemente nos ponemos en tu presencia y con confianza te pedimos por este país, Bosnia y Herzegovina, para que puedan habitarlo en paz y armonía hombres y mujeres creyentes de distintas religiones, naciones y culturas. Te pedimos, Padre, que esto mismo suceda en todos los países del mundo. Refuerza, en cada uno de nosotros, la fe y la esperanza, el respeto recíproco y el amor sincero por todos nuestros hermanos y hermanas.Haz que, con valentía, nos comprometamos a construir la justicia social, a ser hombres de buena voluntad, llenos de comprensión recíproca y de perdón, pacientes artesanos de diálogo y de paz. Que todos nuestros pensamientos, palabras y obras estén en armonía con tu santa voluntad. Todo sea para tu honor y gloria, y para nuestra salvación. A ti sea la alabanza y la gloria, por los siglos de los siglos, Dios nuestro. Amén.
(ver aquí)
No la recen Uds. tampoco. No recen ese texto que elude nombrar a Cristo, Dios verdadero.
Recen ustedes, mejor, un Avemaría por las (rectas) intenciones del Papa, las misiones católicas, la conversión de los infieles, extirpación de las herejías y exaltación de la Santa Iglesia Católica, como rezaban nuestros padres, sin vergüenza.
Y añadan, en desagravio, un rotundo: ¡ Bendito y alabado sea el Santísimo Nombre de Jesús !!!
...en el Cielo, en la Tierra, en el infierno...y en Sarajevo.
Amén, Jesús.
+T.
EX ORBE
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Sanata si
La sanata es un género humorístico inventado por el comediante argentino Fidel Pintos, que consiste en monologar largamente con murmullos y palabras inconexas y sin sentido, pero manteniendo la postura y dando la apariencia de que se trata de pensamientos profundos y coherentes. Por extensión el término se incorporó al lunfardo, para denominar toda forma de hablar confusa e incomprensible, en la que se expone un argumento sin sentido ni ideas claras; una manera de hablar sin decir nada, pero con el fin de que el interlocutor piense que se ha dicho algo. De más está decir que el más clarificado discípulo de Fidel Pintos fue un joven técnico químico llamado Jorge Bergoglio.
Cuando leí hace años la encíclica "Spes salvi" del papa Benedicto XVI, por momentos era difícil no emocionarse o experimentar ciertos remezones interiores frente a la claridad y profundidad de sus observaciones. Cuando se lee la encíclica del Papa Francisco Laudato si sobre el cuidado del planeta se experimentan también remezones pero, en esta ocasión, son provocados por la vergüenza cósmica que se siente como católico, y como argentino, frente al hecho de que este personaje tan básico y elemental documente su ignorancia frente al mundo y la posteridad.
Ludovicus ha tenido la paciencia y generosidad de rescatar algunas perlitas del texto pontificio que aquí comentamos brevemente:
1. "Existe un consenso científico muy consistente que indica que estamos en presencia de un preocupante calentamiento del sistema climático".
Justamente sobre ese punto no hay ningún tipo de consenso científico. Más aún, hay una fuerte sospecha de que se trata de enorme fraude movilizado por intereses financieros. Basta ver, por ejemplo, el documental de Martin Durkin sobre el tema. Yo no soy climatólogo; no sé quién tiene razón. Lo que sí sé es que es el calentamiento global es un tema científicamente controvertido y sobre el que no hay acuerdo.
2. "El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sostener los ecosistemas terrestres y acuáticos".
Una expresión de cegador brillo. Este hombre está iluminado. Esperemos que no de a conocer todos los arcanos de la revelación primordial, como que la vaca nos da la leche.
3. "Los océanos no solamente contienen la mayor parte del agua del planeta sino también la mayor parte de la vasta variedad de los seres viviente".
Las universidades deberían adoptar este texto para su análisis. Es increíble lo que se aprende leyendo la encíclica.
4. "Adentrándonos en los mares tropicales y subtropicales, encontramos las barreras de coral, que corresponden a los grandes bosques de la tierra, porque son el hogar de aproximadamente un millón de especies, incluidos peces, moluscos, algas".
La Enciclopedia Británica y la National Geographic son un poroto al lado de la sapiencia de Francisco.
5. "Estas situaciones provocan los gemidos de la hermana tierra, que se unen a los gemidos de los abandonados del mundo, con un lamento que reclama de nosotros una respuesta".
Poesía simbolista pura, quizás con toques de expresionismo alemán tipo Munch. El Santo Padre debe ser considerado seriamente para el Nobel de Literatura.
6. "... aunque no basta para modificar los hábitos nocivos de consumo, que no parecen retroceder, sino más bien extenderse y desarrollarse. Es lo que sucede, para dar solamente un simple ejemplo, con el creciente aumento del uso y de la intensidad de los acondicionadores de aire: los mercados, buscando una ganancia inmediata, estimulan aún más la demanda".
Intervención de neto corte bergogliano. Seguro les tiene tirria a Garbarino, a Frávega y a otras cadenas de electrodomésticos. Ya conocíamos una de sus fobias: las mascotas; ahora conocemos la segunda: los acondicionadores de aire.
7. "¿Por qué incluir en este documento, dirigido a todas las persona de buena voluntad, un capítulo referido a las convicciones de la fe?"
Discúlpeme, Santo Padre, pero no sé si usted se dio cuenta que es el Pontífice Máximo de la Iglesia Católica, que algo tiene que ver con la fe.
8. "Todo maltrato hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana".
Argumento jurídico con fundamento teológico al que recurrirán los jueces la próxima vez que interpongan un habeas corpus por un orangután del zoo. No se puede ejercer un dominio despótico sobre un chimpancé, sino que el dominio tiene que ser político, en lo posible a través de una urna.
El final es, sencillamente, grotesco: es la primera vez que un Papa propone dos oraciones, una para el bolsillo de la dama y el caballero no cristiano y otra para cristianos.
¿Por qué no pensar en adaptar esas oraciones como Plegarias Eucarísticas, para ser usadas en la Misa votiva "Contra el recalentamiento climático", en sus dos versiones¨: una cristiana y la otra monoteísta? Lo complicado, por cierto, va a ser la consagración, pero si el Tucho se pone las pilas, seguro le encuentra la vuelta. Eso sí, en esta Misa el Padre Nuestro tendría este final propio: "No nos dejes caer en el basural, mas líbranos de los deshechos".
En resumen, con esta encíclica el Papa Francisco pasará a ser el fundador de la teología de la basura.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Dejate enfriar
http://4.bp.blogspot.com/-iSzIcHT4Fa...0/Ecosofia.jpg
Se dice que existe un consenso científico muy consistente que indica que estamos en presencia de un preocupante calentamiento del sistema climático. ¿Existe tal consenso científico o estamos ante un tópico de la corrección política?
La cuestión de es índole científica pero cabe anticipar las incertidumbres en torno al tópico del denominado calentamiento global.
“A día de hoy, la teoría del Cambio Climático consiste en la conjunción de tres hipótesis que no siempre suelen distinguirse, pese a que cada una de ellas posee un grado distinto de corroboración. Éstos son los tres pilares del consenso:
A. Existe un calentamiento global de la Tierra.
B. La causa principal del calentamiento global es el efecto invernadero.
C. La causa principal del efecto invernadero son las emisiones de CO2 de origen antrópico.”
El lector interesado en obtener una explicación de los tres puntos mencionados, puede leer este enlace. Y se encontrará con que en estos temas, sólo hay conjeturas de baja probabilidad. Lo cierto es que hay científicos que directamente niegan la existencia de un cambio climático; los hay que aseguran que el cambio climático es real pero que es imposible demostrar que el culpable sea el hombre a través de su emisión de gases de efecto invernadero; o los que creen que efectivamente el clima está cambiando y el responsable es el ser humano, pero advierten que la acción política y científica se ha vuelto ciertamente histérica y se preocupan por el grado de sectarismo y gregarismo que envuelve al tema y que impide la correcta toma de decisiones. A todos estos científicos les une el escepticismo en torno al cambio climático y al calentamiento global terrestre y por eso son objeto de ataques, insultos, infamias, marginación, ostracismo.
Todo esto no sería objeto de atención en nuestra bitácora si no fuera porque el tema aparece en recientes “filtraciones” sobre una eco-encíclica bergogliana próxima a publicarse. No sabemos si el texto oficial contendrá finalmente alguna mención al “calentamiento del sistema climático”.
En todo caso, parece un momento oportuno para recordar que la Iglesia tiene como campo de intervención en los problemas sociales sólo sus aspectos morales: la doctrina social se limita a las consecuencias sociales de la teología moral. El Magisterio no tiene competencia en los aspectos estrictamente científicos y técnicos. Ni la Iglesia, ni ciencia alguna, puede aportar la solución definitiva de un problema cuyos datos se renuevan constantemente. Con el cambio de las circunstancias, lo que ofrece permanencia, en estos campos del saber, son los principios de moral. Las aplicaciones concretas, por ser contingentes, variables y opinables, no pueden constituir un cuerpo doctrinal que se pueda denominar con propiedad Doctrina Social de la Iglesia (en adelante, DSI).
Antes de enseñar sobre lo que deben hacer u omitir los cristianos respecto del calentamiento global, es necesario establecer con certeza moral que: a) tal hecho existe; b) es efecto de causas humanas, dependientes del uso de la libertad. Suponemos que Francisco, asesorado por el Doctor Eximio Tucho Fernández, ha consultado a las más altas autoridades científicas en la materia antes de emitir juicios morales…
La finalidad de la DSI es promover el bien espiritual de los fieles. Pero si esta pretendiera aplicar los grandes principios buscando agradar al mundo, promover intereses temporales o hacer triunfar determinados puntos de vista científico-técnicos, subvertiría su finalidad.
InfoCaótica
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Re: Habemus Papam - Francisco I
http://www.adelantelafe.com/wp-conte.../francisco.jpg
Ocho seglares hispanoamericanos preguntan a Francisco
Carta entregada en la Nunciatura Apostólica de La Paz, Bolivia
Oruro, 12 de junio de 2015
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
A S. S. Francisco
Obispo de Roma
Ciudad del Vaticano
Su Santidad,
Estando muy próxima su visita pastoral a Sudamérica, los seglares cuyos nombres figuran en este reverente documento, nos dirigimos a Usted motivados por los aspectos que cada cual le planteamos y preguntamos.
Esperando su palabra clarificadora, rezamos a la Reina del Mundo, para que Ella bendiga su visita al Ecuador, Bolivia y Paraguay, a fin de que este «Continente de la Esperanza» siga siendo el lugar privilegiado donde se siga anunciando la salvación en Jesucristo.
- Hay una deserción de la Catequesis después de la Primera Comunión, y este período debe ser un período de perseverancia para formarse moralmente. ¿Por qué no preparamos una evangelización eficaz?
Es evidente que después de su primera confesión, los niños necesitan una evangelización de perseverancia, que les ayude a confesarse mejor, a discernir mejor entre el bien y el mal. No basta con decir que aman mucho a Jesús, si no están dispuestos a seguir conociéndolo más y formarse en la fe. Que no sea una evangelización de ‘valores’, como lo hacen en las escuelas públicas, sino que promueva las virtudes y la formación de su conciencia.
¿Cómo podemos desarrollar una evangelización adecuada para este período que sea efectiva tanto en la formación de ellos y la de sus padres de familia? Podría ser una evangelización cristiana, que también incluya otra actividad que les guste y favorezca su desarrollo integral. Esta Evangelización debe desarrollarse con algún programa que permita a sus padres participación en esta formación.
Los catequistas/evangelizadores que no pueden comulgar no deben ser catequistas de grupos de niños porque los confunden. Por lo general, el acompañamiento que necesitan los niños y adolescentes se limita, además de que la catequesis que imparten tiende a ser laxa sobre el pecado. ¿Cuáles serían las cualidades esenciales que debe tener un catequista/evangelizador? Sabemos que no se trata de requisitos ni de ‘perfiles’. Pero, ¿cómo podemos promover una identidad que también permita atraer a catequistas/evangelizadores con verdadera vocación de servicio?
El trabajo de catequesis/evangelización se realiza en equipo, ya que con frecuencia tenemos que interactuar con los otros grupos. Los catequistas/evangelizadores que no se acercan a los sacramentos no pueden hacer ‘equipo’ con el resto. Resalta la apatía, el ausentismo y la falta de atención hacia los niños y sus familias. También es muy evidente su falta de fidelidad a la Iglesia. De hecho, no resaltan en su catequesis el rol de la Iglesia, como Cuerpo místico de Cristo ni las enseñanzas del Magisterio, ni mucho menos la Tradición. Estas personas necesitan su propia evangelización y se pueden organizar programas para ellos, entre ellos el Catecumenado. También nos pudieran servir como testimonio cuando ya hayan manifestado señales de conversión y perseverancia.
Promover las virtudes asociadas a la Castidad y la Pureza. He observado que la cultura ‘light’ también ha llegado a nuestros servidores en la pastoral; muchos de ellos ni siquiera lo advierten. A los grupos de asociacionismo juvenil, les acercan sicólogos, les hablan de educación sexual, se les habla de la alegría, de su propia imagen, de actividad diversa, etc. ¿Por qué la castidad y la pureza han tomado el asiento trasero? Hemos notado hasta sacerdotes que prefieren no hablar de eso porque quieren ser más populares entre los muchachos.
Proselitismo de las Sectas, la Teología de la Liberación y su costo social. Las sectas desnacionalizan a América Latina y le hacen perder el fervor cívico. Cuando Juan Pablo II visitó el Sur de México, condenó enérgicamente a la Teología de la Liberación porque tenía la evidencia de sus estragos a la mano. Con su teología marxista, estos misioneros y teólogos hicieron que la gente pobre y los indígenas se alejaran de la Iglesia porque ya no encontraban en ella el sustento espiritual. Encontraron un falso refugio en las sectas, que les robaron su identidad nacional y Católica: Perdieron su fe en María; ya no luchaban por defender sus derechos como ciudadanos porque las sectas los volvieron apáticos; ya no votaban; ya no tenían participación cívica en nada; y hasta terminaron por faltarle el respeto a la bandera. En varias escuelas, los maestros reportan que muchos niños no quieren saludar a la bandera porque se los prohíbe su fe. Abandonaron a los indígenas y el costo social era evidente: más pobreza, más marginación, más explotación….mientras que la Iglesia ya no los acompañaba. Hace falta más evangelización de defensa de la fe y llevar a Cristo a sus corazones, en vez de ideología. México pagó muy caro por eso, hasta al gobierno le costó -y en 1994, muchos indígenas de Chiapas se aliaron a las guerrillas del Comandante Marcos. ¿Qué debemos hacer para desterrar esas ideologías que aún proliferan en los seminarios? Es evidente que benefician a las sectas y alejan a la gente de la Iglesia.
Yvette Camou, México
- «Una mirada muy especial se dirige al pueblo judío, cuya Alianza con Dios jamás ha sido revocada, porque ‘los dones y el llamado de Dios son irrevocables’» (Rm 11,29)… «Los cristianos no podemos considerar al Judaísmo como una religión ajena, ni incluimos a los judíos entre aquellos llamados a dejar los ídolos para convertirse al verdadero Dios» (cf. 1 Ts 1,9). «Creemos junto con ellos en el único Dios que actúa en la historia, y acogemos con ellos la común Palabra revelada». (Evangelii Gaudium, 247)
Teniendo en cuenta que de acuerdo a la definición dogmática del Papa Eugenio III y del Concilio de Florencia, así como la doctrina enseñada por el Papa Benedicto XIV en Ex Quo Primum, en la cual establece siguiendo el antes mencionado Concilio sostiene que la Alianza mosaica ha sido «revocada» y «abrogada»; ¿Cómo podríamos considerar que no se cae en herejía al sostener lo mencionado en el documento Evangelii Gaudium?
¿Cómo podríamos entonces entender las palabras de la Sagrada Escritura en Hebreos 8,6-9: «porque ellos no permanecieron fieles a mi alianza, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor». «Mirad, días vendrán, dice el Señor, en que concluiré una alianza nueva con la Casa de Israel y con la Casa de Judá, no conforme a la alianza que concerté con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto»?
¿Cómo podemos obedecer dichas prescripciones sin contravenir el dogma de «Extra Ecclesiam Nullas Salus», al no llamar a la conversión a los mismos por considerar que creemos en el mismo Dios a pesar de lo expresamente establecido por Nuestro Señor: «Porque así amó Dios al mundo, hasta dar su Hijo único, para que todo aquel que creen en Él no se pierda y tenga vida eterna…» «Quien cree en Él no es juzgado, pero quien no cree, ya tiene sobre sí la condena, por lo mismo que no cree en el nombre del Hijo unigénito de Dios»(Jn 3, 16-18)?
Augusto Espíndola, Argentina
- Contemplando que la verdad de Dios es su sabiduría que rige todo el orden de la creación y del gobierno del mundo, que Dios es el único Creador del cielo y de la tierra, que es el único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas en su relación con Él.
Considerando que la creación es el fundamento de «todos los designios salvíficos de Dios», «el comienzo de la historia de la salvación», tomando en cuenta que el fin último de la creación es que Dios, «creador de todos los seres y las cosas, se hace por fin todo en todas las cosas» (1 Co 15,28), procurando al mismo tiempo Su gloria y nuestra felicidad,
¿qué acciones concretas debe llevar a cabo el católico para promover una ecología que esté intrínsecamente ligada a la gloria de Dios y que también reafirme y esté en completa armonía con todos y cada uno de los dogmas de la Santa Religión Católica – depositaria de la Verdad, y columna y fundamento de la Fe – definidos solemnemente a lo largo de los más de dos milenios de existencia de la Iglesia de Cristo?
Javier G. López, Cochabamba, Bolivia
- Santo Padre,
se habla mucho del próximo Sínodo sobre la Familia. En estos días se habla mucho sobre la posibilidad de dar la Comunión a los divorciados en situación de adulterio, algunos a favor otros en contra. Mi pregunta ¿si los Padres Sinodales en su mayoría aceptaran la posibilidad de que estas personas puedan acceder al Sacramento, S. S. estaría de acuerdo?
Juan Carlos Bertao, Ciudad del Este, Paraguay
- Santo Padre Francisco,
En el videomensaje que envió para la jornada que organiza la diócesis de Phoenix junto con pastores evangélicos, Ud. afirma: «Me viene a la mente decir algo que puede ser una insensatez, o quizás una herejía, no sé. Pero hay alguien que ‘sabe’ que, pese a las diferencias, somos uno. Y es el que nos persigue». Considerando que el primer deber del Papa es confirmar en la Fe a los fieles (Lc 22, 32), ¿qué objeto tiene pronunciar afirmaciones de cuya conformidad al Evangelio duda el Pontífice? ¿No se corre el riesgo de inducir a los fieles al error en la Fe?
Jesús Herrera, Bogotá, Colombia
- Santo Padre:
En febrero de 1879 el país de Chile, alentado por oscuras élites, con intereses económicos perversos y expertas en guerras y robos, desató una contienda bélica, en contra de Bolivia, un país sin ánimos de guerra, un país desprovisto de conocimientos y tácticas bélicas, y terminó cercenándonos 400 kilómetros de playa y 120.000 kilómetros de territorio, sometiéndonos desde entonces a un enclaustramiento marítimo, ocasionándonos una desventaja económica, misma que repercute en problemas sociales.
Recientemente Bolivia ha interpuesto una demanda en contra de Chile ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, reclamando un espacio marítimo.
Usted Santo Padre, ¿cómo ayudaría a Bolivia en este caso, en el entendido que este hecho atenta directamente al séptimo y décimo mandamientos, y que además la mayoría de la población en Bolivia profesa la Fe Católica?
Marcelo Leytón Jiménez, Oruro, Bolivia
- Mc 8, 38: ‘…Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles.’
«Presión política y económica, aquí pienso en nuestra hermana y madre tierra, en el planeta, si somos libres de presiones políticas y económicas para cuidarlo, para evitar que se autodestruya. Tenemos adelante Perú y Francia dos conferencias que nos desafían, cuidar el planeta. Recuerdo una frase que escuché de un anciano hace muchos años, Dios siempre perdona… las ofensas, los maltratos, Dios siempre perdona, los hombres perdonamos a veces, la tierra no perdona nunca. Cuidar a la hermana tierra, la madre tierra para que no responda con la destrucción». (En discurso del Visita del Santo Padre Francisco a la Sede de la FAO en Roma con motivo de la II Conferencia Internacional sobre Nutrición Jueves 20 de noviembre de 2014)
Como ciudadana del país que propuso ante la ONU, que el 22 de abril se cambie el nombre de la celebración por el «Día Internacional de la madre tierra», y leyendo en el discurso citado que en ningún momento se nombra a Nuestro Señor Jesucristo, surge la duda: ¿Cómo es posible que este bien citar a una deidad de un culto neo-pagano (madre tierra – como si fuera un ser personal) y omitir proclamar a Jesucristo y su acción salvadora en el mundo?
«Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres» Mt 10, 32-33.
¿Qué debe perdonar la tierra? ¿Tiene alma/espíritu esta tierra o como ahora la llaman madre tierra? En mi país Bolivia, se realizan ofrendas a este ente, que no es el Dios que proclamamos en el Credo, y razón de más para entender toda la injusticia, engaño, corrupción y más frutos de la dureza del corazón que gobiernan y abundan en mi país, pues no servimos ni adoramos al ÚNICO DIOS UNO Y TRINO. Los corazones se han dejado inundar con deidades como esta de la madre tierra, que cada mes de agosto recibe sacrificios y ofrendas sin cesar, incluso de bautizados en la Iglesia Católica.
Rm 8. 22-23: «Pues sabemos que hasta el presente todo lo creado gime y siente dolores de parto. Ni es sólo eso, sino que también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, suspirando por la adopción, por la redención de nuestro cuerpo». ¿Cómo podrá responder lo creado ante el Poder Supremo de Dios? ¿No somos NOSOTROS quienes debemos aprender a arrepentirnos ante Dios, transformar nuestra vida en Cristo, clamar al Espíritu Santo y bajo su guía aprender a perdonar a nuestro prójimo?
Cecilia González Paredes, La Paz – Bolivia
- Como Usted sabe, no obstante la laicidad del Estado boliviano, en los pasados 6 años las autoridades nacionales y regionales han sido las organizadoras de celebraciones denominadas en principio «ecuménicas», luego «inter-confesionales», con la concurrencia de sectas protestantes y de «amautas». Se ha pretendido asimismo sustituir el matrimonio sacramental católico, efectuando matrimonios colectivos aymaras, en los que las parejas concurrentes recibieron la «bendición» de chamanes.
Como en su momento había procedido Hugo Chávez en Venezuela creando la herética y disidente colaboracionista «Iglesia Católica Reformada», en Bolivia, junto a los intentos de dar forma a una nueva religión de Estado sincrética y panteísta con el culto a la Pachamama, se ha dado la conformación de una iglesia títere, una pseudo iglesia, llamada «Iglesia Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional de Bolivia».
Estando ya cerca su visita a Bolivia, ¿cuál es su postura respecto de estos temas que afectan al desarrollo de la Iglesia Católica en el Estado Plurinacional de Bolivia?
Germán Mazuelo-Leytón, Oruro, Bolivia
En nombre de todos ellos suplico del Romano Pontífice su católica bendición.
Germán Mazuelo-Leytón
Ocho seglares hispanoamericanos preguntan a Francisco | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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¡Santo Padre, basta de confundir!
Una vez más…y van… Otra vez una intervención del papa Francisco es motivo de escándalo y confusión. El viernes 29 de mayo de 2015 en la Casa Santa Marta durante un encuentro con 20 niños gravemente enfermos –acompañados de sus padres y voluntarios– el papa intentó decirles “algo” sobre el dolor. Y nuevamente, como hace algunos meses atrás, cuando una niña filipina le preguntó sobre por qué Dios permite que incluso los inocentes sufran, el papa dijo esencialmente que “no hay respuesta” (Encuentro con los jóvenes en la Universidad de Santo Tomás, Manila, 18 de enero de 2015). En ese momento, en Filipinas, el papa, improvisando, dijo textualmente: “Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas”. Y en vez de responder uno de los interrogantes más acuciantes y profundos de la historia, se limitó a decir que “no tengamos miedo de llorar”.
Por supuesto hay que ver cómo casi todos los medios del mundo titularon al día siguiente: “Una niña filipina dejó al papa sin respuesta”, “La pregunta de una niña filipina que el papa no supo responder”, redactados casi con la lógica conclusión de que, justamente, si un papa no puede responder esto, qué pretensión más estúpida es la de una religión, la católica, que en el pasado supo acreditarse como “experta en Humanidad” como la calificó alguna vez Paulo VI. Y para risa de los incrédulos, no faltaron por supuesto los papólatras francisquistas que, ciegos ante el escándalo de un papa que no sabe hablar sobre el dolor, no tuvieron mejor idea de decir que lo que había logrado la niña era inspirar al papa una “sublime teología del llanto” (¡la idiotez humana no tiene límites!).
En el caso de la homilía en Santa Marta no es que no hubo algún tipo de declaración. Sí, por supuesto, algo se pretendió decir, pero si esta es la respuesta del papa católico, si esta es la respuesta de los cristianos frente al dolor, entonces nos merecemos toda las diatribas de los humanistas ateos que siempre nos han acusado de “vender humo”, de “dar opio” a la gente, de disolver los problemas “tirando la pelota al córner” (como decimos “futboleramente” cuando alguien quiere eludir el asunto). Frente al tema del dolor y el sufrimiento, y especialmente frente al sufrimiento de los niños, no basta hallar una mera solución retórica que satisfaga mi inteligencia. Es mi alma herida la que quiere ser confortada sin ser engañada, ser curada sin ser anestesiada.
Y el papa comienza su intervención con una comparación cuanto menos confusa:
Cuando en la catequesis nos han enseñado la Santísima Trinidad, nos han dicho que era un misterio: que sí, está el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, pero que comprenderlo todo no se podía. Es cierto, tenemos las pruebas de que es verdad, pero comprenderlo es otra cosa. Las pruebas las tenemos. También aquí, si miramos a Jesús, la Eucaristía, en aquel pedazo de pan está Jesús, es verdad. Pero ¿cómo así? No entendemos cómo puede…pero es verdad, es Él. Es un misterio, decimos. Es así, si hacemos algunas otras preguntas de la catequesis, no podemos explicar profundamente, pero tenemos las pruebas”.
¿Realmente tenemos las “pruebas” de la Santísima Trinidad? Esto es novedad, jamás lo había escuchado así. Si se refiere a las pruebas “de la fe” entonces no tiene sentido la comparación respecto al dolor porque también los católicos tenemos las “pruebas de la fe” para creer que el dolor tiene un sentido, incluso el dolor de los niños inocentes. Lo mismo para el caso de la transubstanciación eucarística (salvo que queramos incluir como pruebas “racionales” los milagros eucarísticos, pero sabemos que los milagros son motivos de credibilidad de nuestra fe y que son creídos como tales justamente en un contexto de fe. Que los milagros no reemplazan el acto de fe es algo evidente para cualquiera que haya experimentado la necedad de corazón del incrédulo. Por eso Cristo advierte que para algunos los milagros son inútiles: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, ni aún cuando alguno resucite de entre los muertos”, Lc 16, 31). Por lo tanto, el papa comienza con una indebida comparación entre el misterio de la Santísima Trinidad y el misterio eucarístico (de los que tenemos “pruebas”, aunque no aclara cuáles) enfrentándolos al misterio del dolor (del que parece –y veremos que lo sugiere– que no tenemos “pruebas”). Respecto a la Santísima Trinidad el papa olvida distinguir (y por lo tanto confunde), como sí distingue santo Tomás de Aquino, que se puede probar racionalmente la existencia de Dios, incluso deducir sus atributos entitativos y algunos operativos a partir de la noción del “ipsum esse subsistens”, pero no podemos hablar con puras razones filosóficas del misterio de la Santísima Trinidad, y si intentamos hacerlo daremos pábulo a la “irrisión de los infieles”.
“Es imposible llegar al conocimiento de la Trinidad de las Personas divinas por medio de la razón natural. (…) Luego mediante la razón natural puede conocerse de Dios lo que pertenece a la unidad de esencia, pero no lo referente a la distinción de personas. El que, pues, se empeña en demostrar la trinidad de personas por medio de la razón natural, atenta contra la fe de dos maneras. Primero, contra la dignidad de la misma fe, que tiene por objeto las cosas invisibles que exceden la capacidad de la razón humana… Segundo, contra el intento de atraer a otros a la fe, pues cuando alguien, para probar los dogmas, alega argumentos que no son demostrativos, la expone a la irrisión de los infieles, quienes se imaginan que nosotros nos apoyamos en semejantes razones y que en virtud de ellas creemos. Por consiguiente, no debe intentarse demostrar las verdades de fe más que por vía de autoridad, para con los que la acaten. Respecto a los otros, es suficiente probar que en el contenido de la fe nada hay que sea imposible…”(S.Th. I, q. 3
2, a.1 c).
Después el papa continúa:
Hay también una pregunta cuya explicación no se aprende en la catequesis. Es la pregunta que tantas veces me he hecho, y tantos de ustedes, tanta gente se la hace: ‘¿Por qué sufren los niños?’. Y no hay explicaciones. También esto es un misterio. Solo miro a Dios y pregunto: ‘¿Pero por qué?’. Y mirando la Cruz: ‘¿Por qué tu Hijo y ellos? ¿Por qué?’. Es el misterio de la Cruz. Tantas veces pienso en la Virgen, cuando le han dado el cuerpo muerto de su Hijo, todo herido, escupido, ensangrentado, sucio. ¿Y qué hizo la Madre? ‘¿Llévatelo?’. No, lo abrazó, lo acarició. También la Virgen no comprendía. Porque ella, en aquel momento, recordó aquello que el ángel le había dicho: ‘Será Rey, será grande, será profeta…’; y dentro de sí, seguramente, con aquel cuerpo así herido entre los brazos, con tanto sufrimiento antes de morir, dentro de sí seguramente habría tenido deseo de decirle al ángel: ‘¡Mentiroso! Fui engañada’. También ella no tenía respuesta.
Como vemos, el papa no aprende ni siquiera de sus errores. Tropieza dos veces con la misma piedra. Esta expresión ya había causado escándalo. Pero vuelve a repetir la inaudita blasfemia contra la Virgen Santísima que ya había formulado en un sermón de Santa Marta en diciembre de 2013:
“La Madre de Jesús ha sido el icono perfecto del silencio. Desde el anuncio de su excepcional maternidad hasta el Calvario. Pienso, ha observado el papa, en “cuántas veces se ha callado y cuántas veces no ha dicho lo que sentía para preservar el misterio de la relación con su Hijo”, hasta el silencio más crudo, “a los pies de la Cruz”:
“El Evangelio no nos dice nada: si ha dicho una palabra o no… Era silenciosa, pero dentro de su corazón, ¡cuántas cosas le decía al Señor! ‘Tú, ese día –esto y aquello que hemos leído– me has dicho que sería grande; tú me has dicho que le darías el Trono de David, su padre, que reinaría para siempre y ahora ¡lo veo ahí [en la Cruz, ndr]!’. ¡La Virgen era humana! Y tal vez ella tenía el deseo de decir: ‘Mentiras! ¡He sido engañada!’: Juan Pablo II decía esto, al hablar de la Virgen en ese momento. Pero Ella, con el silencio, ha cubierto el misterio que no entendía y con este silencio ha dejado que este misterio pudiera crecer y florecer en la esperanza”.
Solo basta repetir aquí lo que ya se ha dicho acertadamente en Panorama Católico Internacional cuando el papa se mandó esta burrada:
“La fe de la Santísima Virgen era perfecta, sus pasiones completamente ordenadas, sus emociones no pudieron haber sido afectadas por las sombras que afectan al resto de los mortales, inclusive a los más grandes santos antes de alcanzar la cima de las virtudes. Ella fue concebida, nació y vivió con la plenitud de gracia. Llena eres de Gracia. (No de gracias, sino de gracia). Plenitud absoluta de todas las virtudes. Altísima contemplación, inmutabilidad de sus pasiones, aún cuando el dolor, la tristeza, la desolación ante la Pasión y Muerte de Jesús hayan sido en ella tan arrasadores casi como en la adorable humanidad de su Hijo. Casi, por eso es Corredentora. Lo más alto que un ser humano podía alcanzar siendo solamente humano.
La Santísima Virgen no pudo tener nunca una duda de fe ni una moción de rebeldía para con Dios.
Esto lo define la dogmática mariana y lo explica la abundante teología tradicional sobre ella. (Panorama Católico Internacional, ¡Hay que ser bestia!, 23 de diciembre de 2013).
Pero vamos a las afirmaciones papales de que “ella no comprendía” y “ella no tenía respuesta” que es el núcleo de lo que tenemos que decir frente a esta nueva intervención confusa, confundida y disolvente del predicador de Santa Marta.
¿Es que la Virgen no tenía ninguna luz sobre lo que le estaba pasando a su Hijo? ¿Es que no tenía idea alguna de que era Dios mismo ofreciéndose en holocausto y en expiación por los pecados de todos los hombres? ¿No sabía nada, a punto tal que lo único que se le puede ocurrir al papa es que la Virgen interiormente se sentía engañada, y encima calificando de “mentiroso” a un enviado directo de Dios? ¿Cómo hubiera podido el magisterio de los papas hablar de la “corredención de la Virgen” si simplemente hubiera sido una pobre madre como cualquier otra viendo a su hijo sin comprender siquiera por qué estaba recibiendo tan crudelísimo suplicio? ¿Dónde queda aquello de que la Virgen vivió y padeció en su corazón los dolores acerbísimos de la cruz? ¿Dónde aquello de san Pío X: “Y cuando fue para Jesús la hora suprema, se vio a la Virgen de pie junto a la cruz, horrorizada por el espectáculo; dichosa, sin embargo, porque «su Unigénito era ofrecido por la salvación del género humano, y además tanto padeció con él, que, si hubiera podido hubiera sufrido con más gusto Ella todos los tormentos que sufrió el Hijo»” (San Buenaventura I sent. D. 48, encíclica de san Pío X Ad diem illum, 2 de febrero de 1904). Evidentemente, el papa Francisco parece ignorar todo esto (si no es algo mucho peor).
Hasta el pobre de Mel Gibson (con todas sus macanas personales a cuestas) lo vio con mucha más fe católica que el papa Francisco, al expresarlo de manera clarísima en su película “La Pasión del Cristo”, cuando muestra a la Virgen acompañando con sus miradas maternales el Vía Crucis de su Divino Hijo, y asintiendo con casi imperceptibles gestos a que continuara su camino a la Cruz para completar su misión (es notable cómo, en el film, cada vez que aparece Cristo en el suelo, luego de un cruce de miradas con su Santísima Madre, se levanta para continuar).
Y siguen las confusiones de Francisco:
‘Pero Señor, ¿por qué? ¿Por qué los niños sufren? ¿Por qué este niño?
El Señor no nos dirá palabras, pero sentiremos su mirada sobre nosotros y esto nos dará fuerza. No tengan miedo de preguntar, también de provocar al Señor. ‘¿Por qué?’. Quizá no llegará alguna explicación, pero su mirada de Padre te dará la fuerza para seguir adelante. (…) La única explicación que podrá darte será: ‘También mi Hijo sufrió’. Pero aquella es la explicación. La cosa más importante es la mirada. Y su fuerza está ahí: la mirada amorosa del Padre.
¿Es lo único que se le ocurre decir? ¿Nada sobre la naturaleza caída, sobre un mundo roto por el pecado, y cómo el Único Inocente cargó sobre sus espaldas todos los pecados del mundo? ¡¿2000 años de teología para que un Papa diga que lo único que se puede decir es que Cristo también sufrió?!
Son este tipo de respuestas las que provocan “la irrisión de los infieles”. Frente al dolor del niño inocente no se puede, simplemente, decir que “no hay explicación”, pero que “la mirada del Padre te dará la fuerza para seguir adelante”. ¿Adelante hacia dónde? Como siempre, el papa nos deja en la estacada. No lo dice. Simplemente no lo dice.
Pongámonos por un momento en la piel de un ateo, tratemos de entrar en la mente de esas personas que ven justamente al mal y al sufrimiento de los inocentes como el motivo principal para no creer en Dios, porque si un dios así existiera, donde no hay respuestas de ningún tipo para el problema del mal, estaríamos frente a una especie de Sádico cósmico que nos entretiene un rato cual ratas en su experimento de laboratorio. Escuchemos la respuesta que da Camus a la religión en la boca de uno de los protagonistas de su obra La Peste: No, Padre. Yo tengo otra idea del amor y estoy dispuesto a negarme hasta la muerte a amar esta creación donde los niños son torturados”. “Humanistas ateos” se llaman a sí mismos, “ateos” porque no creen en Dios, y “humanistas” porque pretenden defender al hombre de un dios que si así existiera (desentendiéndose del sufrimiento humano) evidentemente sería un dios malo.
Pongámonos en el lugar de estos “humanistas”, lo que pueden llegar a opinar frente a este tipo de respuestas del papa. Sería bastante lógico que se preguntaran: ¿“Estos católicos pretenden creer que una persona histórica, Jesucristo, es LA clave de toda la historia humana, el alfa y la omega, y resulta que frente a la simple pero fundamental pregunta de una niña de 12 años, lo único que se le ocurre decir al representante principal de esa religión es que “no hay respuesta”? ¡Por favor!”.
Seguramente lo único que logran este tipo de salidas (más que “salidas” parecen “huidas”) papales es confirmarlos en su ateísmo.
Y estos ateos (y cualquier persona medianamente inteligente lo puede ver) se ven fortalecidos en su opinión de que la religión es el opio del pueblo cuando el papa reafirma una y otra vez que no tiene respuestas frente al dolor:
“ ‘Pero él que es obispo –ustedes pueden hacer la pregunta–, que ha estudiado tanta teología, ¿no tiene nada más que decirnos?’. NO. [destacado mío] La Trinidad, la Eucaristía, la gracia de Dios, el sufrimiento de los niños son un misterio. Y se puede entrar en el misterio solamente si el Padre nos mira con amor. Yo de verdad no sé qué cosa decirles…”.
¿Por qué sufren los niños? Es un misterio. Se debe llamar a Dios como el niño llama a su papá y dice: ‘¿Por qué? ¿Por qué?’, reclamar la mirada de Dios, que la única cosa que nos dirá es: ‘Mira mi Hijo, también Él’.
Y sigue insistiendo el Papa en que no hay respuestas:
Les agradezco su ejemplo. No sé qué cosa más decir, de verdad, porque estas cosas me impresionan tanto. También yo no tengo respuesta. ‘Pero él es papa, ¡debe saber todo!’. No, sobre estas cosas no hay respuestas, solamente la mirada del Padre. Y después, ¿qué cosa hago yo? Rezo por ustedes, por estos niños, por aquel sentimiento de alegría, de dolor, todo mezclado, del cual ha hablado nuestro hermano [se refiere a la intervención de un padre de los niños enfermos]. Y el Señor sabe consolar este dolor en modo especial. Que dé Él la consolación justa a cada uno de ustedes, aquella que necesitan”.
En realidad hay mucho por decir. No porque seamos genios ni nada por el estilo. No porque hayamos “resuelto” el problema del dolor. No porque no sea un misterio, ¡claro que sí lo es! Pero la Iglesia no se ha “sacado de encima” el problema del dolor diciendo “frasecitas hechas” que “suenan lindo”. Hay mucho más que “solamente la mirada del Padre” (por cierto, el papa Francisco jamás aclara a qué se refiere con eso de “la mirada del Padre”). Notemos que el papa está hablando no solo a niños sino que también hay adultos: están presentes sus padres y otras personas (y además el papa sabe con absoluta certeza que sus palabras serán reproducidas ad nauseam por todos los medios del mundo). Hay una cantidad de cosas que ha dicho la Iglesia durante siglos, algo que por cierto no parece saber o tener en cuenta el predicador de Santa Marta. Quizás, ante la cantidad de veces que deja de lado los discursos escritos y se lanza a la improvisación, cree (“humildemente” por supuesto) que cada una de sus intervenciones están inspiradas por el Espíritu Santo.
Estoy seguro que a varios de los que han llegado hasta aquí les gustaría saber de qué manera me comporto al experimentar dolor, no cuando escribo artículos o doy charlas sobre ello.
Pero hay que arriesgarse a hablar. Los católicos se han arriesgado a hablar (y también muchos han arriesgado hasta la vida al hacerlo a lo largo de la historia). Pretendemos decir algo sobre el sentido del sufrimiento, insisto, no porque tengamos resuelto el problema como si de un teorema matemático se tratase, sino porque la experiencia nos dice que la quintaesencia del sufrimiento es la falta de sentido en el dolor humano: sufre más profundamente el que no sabe por qué sufre. “Cuando un hombre tiene un porqué vivir, soporta cualquier cómo” (Nietzsche).
Como señala ese gran filósofo católico, Robert Spaemann, la pregunta acerca del sentido del sufrimiento es la pregunta acerca de la experiencia de la falta de sentido, pues justamente en esa experiencia consiste el verdadero sufrimiento.
Podríamos empezar, quizás, por el pecado original, que el papa, en esta intervención, nunca menciona. ¿Será acaso que comparte la visión de su hermano de la orden jesuita, el hereje modernista Teilhard de Chardin?:
“El Pecado original, bajo la figura actual, contraría a cada instante la expansión de nuestra religión, corta las alas de nuestras esperanzas y nos lleva cada vez más inexorablemente hacia las sombras dominantes de la reparación y de la expiación… Si el dogma del pecado original nos ata y nos anemia se debe simplemente a que, en su expresión actual, representa una sobrevivencia de las vistas estáticas perimidas, en el seno de nuestro pensamiento, que se ha convertido en evolucionista. La idea de caída no es, en efecto, en el fondo, sino un ensayo de explicación del mal en un Universo fixista… de hecho y a despecho de las distinciones sutiles de la teología, el cristianismo se ha desarrollado bajo la impresión dominante de que todo el mal alrededor nuestro ha nacido de una falta inicial. Dogmáticamente vivimos en la atmósfera de un Universo en el que el principal negocio es reparar y expiar… Por todas especies de razones científicas, morales y religiosas la figuración clásica de la caída no es ya, para nosotros, sino un yugo y una afirmación verbal con la que no alimentamos nuestros espíritus y nuestros corazones” (“Cristología y evolución”).
Por algo los modernistas siempre han odiado este misterioso dogma. Sin el pecado original, se cae de raíz todo el edificio de la dogmática católica, empezando por la Redención de Cristo y, si esto es así, queda mutilada, desde la base, cualquier reflexión que se quiera hacer sobre el sufrimiento humano que pretenda ir más allá de la racionalización pagana y atea. Sin la Revelación y la “condición humana caída” la visión sobre el hombre queda radicalmente incompleta y deformada, y, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, “ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres” (CIC, N°407).
Pero volvamos a lo del sentido del sufrimiento. Si los niños enfermos de Santa Marta o la niña filipina de Malinas hubieran estado frente a un verdadero maestro de la fe (y no, por lo que parece, frente a un “humilde ignorante”), podrían haber escuchado algo sobre un cierto pecado en los comienzos del Tiempo, sobre cómo el pecado del hombre hizo entrar la muerte en el mundo, cómo el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, se rebeló contra él y provocó una ruptura de proporciones cósmicas en todos los órdenes, físicos y espirituales. Incluso hasta podrían haber escuchado que, como enseña el padre Giocchi, apóstol de los niños sufrientes, sus cuerpecitos enfermos e inocentes pueden llegar a salvar al mundo si sus dolores son ofrecidos en reparación por los pecados de los hombres. ¡Tantas cosas les podría haber dicho el papa! ¡Tantas maravillas de la fe les podría haber transmitido!
La cuestión sobre el sentido del sufrimiento es específicamente bíblica. Presupone la fe en una ilimitada totalidad de sentido, la fe en que el universo en su conjunto descansa dentro de un contexto de sentido. Sólo desde ahí tiene sentido preguntar sobre el sentido del sufrimiento. Tal pregunta se plantea ante todo allí donde se cree en un Dios omnipotente y bueno, es decir, allí donde, por tanto, es posible preguntar: «¿cómo se armoniza ese hecho con la existencia de sufrimiento en el mundo?». (Spaemann).
Y también podrían haber escuchado todo lo que está dicho y, especialmente, lo que se ha vivido desde siempre en la religión católica…: la aceptación cristiana del dolor (que no es mera resignación fatalista), el amor al dolor de los discípulos de Cristo (“el que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame”, Mt 16, 24), que el dolor nos hace más comprensivos, que la gente madura por el sufrimiento y, entonces, logra una profunda sabiduría e indulgencia para con el prójimo. Se podría hablar de la finalidad física del dolor, timbre de alarma de los peligros, fuente de alegrías (como cuando encontramos a un hijo extraviado), el dolor inspirador del arte (solo el sufrimiento puede lograr que una Comedia sea “divina”). O hablar de la finalidad moral del dolor: que expía nuestras culpas, que purifica y sana, redime, preserva, identifica el verdadero amor porque éste solo puede llegar a conocerse en medio de las pruebas más dolorosas. O hablar del valor social del dolor, que puede disipar la atmósfera envenenada de todo un pueblo con una tempestad purificadora. Y para el final, por qué no hablar de la finalidad religiosa del dolor, que es, en definitiva, el camino al Cielo (del cual, como vimos, tampoco el papa les habla a los niños enfermos), y de los grados de amor al sufrimiento cuyos ejemplos vivos y patentes se han dado en toda la historia cristiana por medio de la acción transformadora de la gracia divina: la de aquellos que no omiten ningún deber a pesar del dolor que producen, los de quienes aceptan con resignación las cruces que Dios permite o nos envía, los de quienes practican la mortificación voluntaria, los de quienes llegan a preferir el dolor al placer (no por masoquismos enfermizos sino por identificación con Cristo mismo), o los ejemplos de quienes llegaron a ofrecerse a Dios como “almas víctimas” como san Pío de Pietrelcina, cuya vida entregada en la identificación total de sus dolores con los de Cristo, no fue óbice para aliviar también los dolores físicos y espirituales de sus semejantes.
Y si me apuran podemos enriquecernos con la Pedagogía del dolor inocente, esa reflexión asombrosa del padre don Carlo Gnocchi, uno de los más grandes apóstoles de la Caridad en el siglo XX, que dedicó su vida al auxilio espiritual primero, y físico después, de los niños sufrientes (cfr. Sánchez, Sebastián, Don Carlo Gnocchi, pedagogo del dolor inocente, revista Arbil).
De todo esto y más todavía podría haber hablado el papa Francisco. Pero no, frente a la fundamental pregunta de una niña de 12 años, frente al testimonio provocador de niños inocentes enfermos gravemente, lo único que hay por parte del líder católico es…silencio y confusión. Silencio, confusión y…escándalo, porque si una religión tiene la pretensión de ser la única revelada por Dios (por lo tanto la única verdadera) y, frente a lo que ha sido por siglos desde siempre un espantoso enigma para el mundo pagano, su líder principal no puede decir nada, entonces esta religión “divina” debería ser considerada, lisa y llanamente, un gigantesco fraude.
Por el contrario, lo mejor de la reflexión católica sobre el dolor nos recuerda que esta vida no es LA VIDA. Desde las Sagradas Escrituras, pasando por todos los santos y doctores de la Iglesia, esto está clarísimo. Todo hombre sabe que algo anda mal cuando está sufriendo. El dolor destroza la ilusión de que todo anda bien. Destroza la ilusión de que lo que tenemos, ya sea bueno o malo en sí mismo, es nuestro y suficiente para nosotros. Como señala brillantemente M. Schmaus, Teología dogmática, tomo 1, pág. 627):
El hombre olvidadizo, amenazado continuamente por la tentación de enamorarse de sí mismo y del mundo, necesita esta revelación constante y recuerdo. El dolor es un profundo y oscuro misterio iluminado por la luz de un futuro glorioso. Nos impide que consideremos la Tierra como patria definitiva; mantiene viva en nosotros la inquietud y comunica dinamismo a nuestra alma. El dolor es un testimonio de la finitud del mundo y en pro de la infinitud de Dios, hacia el cual estamos siempre en camino, lo sepamos o lo ignoremos. El dolor nos saca fuera de nuestra sujeción al mundo, de nuestro egocentrismo, de nuestro autoenamoramiento. El dolor hace brotar valores que de otro modo quedarían siempre en un estado de penumbra. Descubre profundidades psíquicas que de otro modo quedarían siempre ocultas.
Es cierto que, como señala el papa Juan Pablo II en la Salvifici doloris (26), Cristo no responde directamente ni en abstracto a esta pregunta humana sobre el sentido del sufrimiento. Como señala Claudel, Cristo no vino a explicarnos el dolor. Contrariamente a las expectativas puramente humanas (“Pues mis pensamientos no son vuestros pensamientos y vuestros caminos no son mis caminos, dice Yavhé”, Is 55, 8) no vino a destruir la Cruz sino a extenderse sobre ella. Pero esa misma Cruz es un gigantesco faro que nos ilumina en tema tan oscuro. No destruyó el dolor sino que vino a transformarlo. Y como escribí en otra parte, yo, vaso de barro, soy testigo de ello…
13 de enero de 2004. Martes. Ocho de la noche. Estoy doblado sobre mis rodillas porque me acabo de desplomar en mi cuarto por el dolor. Estoy al pie de la cama. Las manos aprietan mi estómago. Mi boca se abre en un grito silencioso porque no sale ningún sonido. Me falta el aire. Me ahogo. Mi corazón arde como si tuviera clavado un dardo de fuego. Acabo de recibir la noticia más terrible que un padre puede escuchar. Las palabras se atropellan en mi mente: “Hubo un accidente…”, “un pozo…”, “¡venite ya!…”.
Mi hijo de 15 años acaba de morir en el campo de sus abuelos, aplastado por un bloque inmenso de hormigón.
Todavía no hay lágrimas en mi rostro, aún no, ya habrá tiempo para eso. Levanto la cabeza y mi mirada se clava en el cuadro de la crucifixión que está en el centro de la pared. Lo observo detenidamente. Me fijo en cada detalle: los rostros, los gestos… Lo miro de una manera como nunca antes. Y, de repente, una gracia, un don… Ahora entiendo… por fin entiendo…
Frente a las posturas ateas y agnósticas, y concretamente, frente a todos los dolores de toda la historia, Dios no sólo no ha permanecido indiferente sino que ha respondido. ¡Y cómo! Y lo ha hecho de la manera más inaudita: enviando a su propio Hijo a “hacerse cargo”.
Si me preguntaran si creo en la existencia de Dios, creo que ahora no diría que “creo”. Supongo que sería más sincero decir que simplemente “lo sé”. Curioso, ¿no? Porque esto lo descubrí gracias a la muerte de mi hijo.
Pero esto es algo íntimo y personal. Un don, la gracia de vivirlo y experimentarlo. Un dolor terrible que nos ha transformado a todos y a cada uno. Un dolor que incluso ha sido transformador y vivificante para otros. Ya veremos cuando el dolor físico me invada personalmente. Ya veremos. También ahí necesitaré de la gracia de Dios para aceptarlo y vivirlo…como Dios manda. Pero mientras tanto, nos arriesgamos a hablar, nos arriesgamos a decir algo que ayude a los demás a mirar con otros ojos, con los ojos de la fe católica, el sufrimiento, para decirles que “no existen las casualidades”, la “suerte”, que si hay un Dios providente y amoroso, no existe el absurdo y el sinsentido del dolor.
Spaemann cuenta que lo que le causaba la impresión más honda cuando estaba en el santuario de Lourdes no eran las curaciones (él fue testigo de alguna), totalmente incomprensibles para la medicina. Lo que más lo impresionaba eran los enfermos que se iban de Lourdes sin haber sido curados. Se hubiera podido suponer que estarían llenos de la más profunda desesperación. Por el contrario, señala Spaemann, el mayor milagro de Lourdes es la serenidad de los que la abandonan sin ser curados. Y reflexiona el filósofo alemán: “¿Cómo puede suceder eso? Tal realidad está relacionada con el hecho de que para ellos la curación milagrosa de alguno les hace entender que el sufrimiento que padecen no es un fatal destino. Si Dios puede curarme, debe tener un motivo para no hacerlo. Un motivo, es decir, ¡un sentido¡ y el sentido consuela” (R. Spaemann, El sentido del sufrimiento. Distintas actitudes ante el dolor humano).
Además, los enfermos de Lourdes saben positivamente que el dolor que sufren no tiene la última palabra. Desde el Domingo de Resurrección, los cristianos saben que la muerte no es lo último. Y para los enfermos de Lourdes que no han sido curados, pero han sido testigos directos de curaciones milagrosas, la fe y la esperanza se han fortalecido aún más.
“[La frase] sentido del sufrimiento –escribe Spaemann– solo puede significar la integración del sufrimiento en un contexto absoluto, donde al final ya no sea sufrimiento. Es como en el caso del hambre, que solo tiene pleno sentido en cuanto que impulsa a comer y se ha comido. Del mismo modo, la historia de Job tiene como final natural que se le devuelva todo; si esa historia no hubiese acabado así, todo el discurso no hubiese sido sino puras palabras”.
La fe católica es fe en la verdadera supresión del sufrimiento. El dolor que se ha sufrido, de manera contraria al pecado, no es un motivo de tristeza sino de alivio cuando se considera retrospectivamente. Cualquiera puede entristecerse, aunque las cosas vayan bien, por el dolor que haya causado a alguien. Pero nadie se entristece porque haya padecido dolor, si ese dolor ya no se padece. El sufrimiento aparentemente total solo alcanza a tener sentido cuando ha sido ya relativizado por una más total alegría.
Spaemann dice que fuera de la perspectiva cristiana no se puede hablar del sentido del sufrimiento. Afuera de eso solo existe la “ oscura lucidez” del sinsentido y el absurdo.
Por eso san Pablo advertía que si Cristo no hubiera resucitado no solo hubiera sido vana nuestra fe sino que hubiéramos sido los más desgraciados de todos los hombres (porque sin duda habría más desgracia en cuanto buscadores de la verdad en un hombre que creyera en “la mentira más grande la historia”, como calificó Nietszche al cristianismo, que en aquel ateo o incrédulo que simplemente aceptara el absurdo del sufrimiento). El sufrimiento solo puede tener sentido si es relativo, y solo es relativo si todos los sufrimientos pueden ser suprimidos. Y la respuesta real a eso solo se encuentra en el cristianismo. Cristo, con su resurrección, ha demostrado que esa supresión será total y real.
“¡He aquí la morada de Dios entre los hombres El habitará con ellos y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos, y les enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte no existirá más, no habrá más lamentación, ni dolor, porque las cosas primeras pasaron. Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí, Yo hago todo nuevo” (Ap 21, 3-5).
No despreciemos la reflexión sobre el dolor y el sufrimiento de tantos santos y doctores de la Iglesia. Somos, como tantas veces se ha dicho, “enanos subidos a los hombros de gigantes”. Sería bueno que el papa Francisco lo recordara y confiara un poco más en la sabiduría católica de siglos y mucho menos en sus “iluminadas” improvisaciones.
Augusto del Río
¡Santo Padre, basta de confundir! | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
UN DESECHO, UN PURO DESPERDICIO
En atención al futuro de las especies, no menos que en implícita alusión a las cualidades de hombres como Bergoglio y su escriba el «Tucho» Fernández -ambos de suceso inexplicable si hubiese que juzgar por sus talentos-, la nueva encíclica podría ir encabezada por este acápite genial de Gómez Dávila: se avecinan las épocas en que sólo podrá sobrevivir lo que repta. Rastrero el destino de una humanidad globalizada a golpe de consigna, disciplinada bajo la capa de plomo de axiomas engañosos, sin ya el menor adarme ascensional, sin alguna dilección celeste; rastrera la comandancia del ínfimo entre los parvenus, coronado tras décadas de paciente selección inversa.
Unas pocas consideraciones al vuelo -relativas apenas a lo que podría llamarse "rasgos de estilo"- ya que la administración de este espacio nos obliga ingratamente a detenernos siquiera un rato en unas páginas que no son para leídas ni que sea bajo amenaza de fusta. Primero: la profusión de obviedades, como en aquel nº 22 que incorpora al magisterio la lección de ciencias naturales de tercer grado: «las plantas sintetizan sustancias nutritivas que alimentan a los herbívoros; éstos, a su vez, alimentan a los carnívoros, que aportan importantes cantidades de desechos orgánicos, los cuales dan lugar a una nueva generación de vegetales». Una risueña selección de obviedades de este tipo, con sus merecidos cáusticos comentos, puede leerse en The Wanderer. Segundo: los imprevistos saltos de tono, como cuando después de describir con el más parsimonioso recurso a los lugares comunes los problemas de los países subdesarrollados al momento de afrontar las catástrofes telúricas y la deuda externa, prorrumpe en románticas expresiones del tipo de «estas situaciones provocan los gemidos de la hermana tierra» (53). Tercero: la fumosa impronta panteísta, como en pasajes (67) como aquel en el que, en referencia al libro del Génesis, se recuerda el mandato de «cultivar y custodiar» el jardín del mundo. «Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre ser humano y naturaleza», sic, como si la naturaleza, así, en general, estuviese dotada de espíritu como el hombre -único éste entre los seres, en rigor, dotado de responsabilidad. Todo el texto, pese a las inevitables concesiones a la dignidad peculiar del hombre, rezuma este vaho panteísta que hace del hombre un ser más entre los seres. Cuarto: el altruísmo inmanentista, como cuando, al tratar del episodio de Caín y Abel y el primer homicidio, concluye: «soslayar el deber de mantener una relación correcta con el prójimo, hacia el cual tengo el deber del cuidado y la custodia, destruye mi relación interior con mí mismo, con los demás, con Dios y con la tierra» (70). Como se ve, Dios aparece en tercer lugar, recién después de mí mismo y el prójimo y apenas antes de la tierra, lo que podría justificar una reversión del orden del doble mandato, ahora a enunciarse así: «amarás al prójimo como a ti mismo y al Señor tu Dios con todas tus fuerzas». Por lo demás y en estricto rigor, consta que el desorden de Caín comenzó por su desordenada relación con Dios, a quien le ofreció un sacrificio no acepto.
Esto, sin el menor ánimo de rebasar más que una tercera parte del indigesto: sin dudas lo siguiente debe abundar en no más gratos hallazgos. Hemos leído al pasar, en otras reseñas, que pese a las justificadas y a menudo también obvias críticas al modelo de producción capitalista, la encíclica señala que el derecho natural a la propiedad privada (que la Iglesia siempre sostuvo como inviolable y como garantía de la dignidad del hombre) debe subordinarse a la "función social" y a los "derechos de los desposeídos", lo que implica la eventualidad de tener que negar este derecho. Ya sabemos a cuántos siniestros despojos y a cuánta granjería de burócratas condujo la impostura marxista para que nos vengan con este cuento. También se ha notado el aparente contrasentido en deplorar las políticas antinatalistas impuestas a los países pobres con el tributo implícito a Jeffrey Sachs, neo-malthusiano de cabecera de Francisco y apóstol de la llamada "salud reproductiva" y del derecho al aborto, e impulsor de la indemostrable hipótesis de la causalidad humana en el presunto «cambio climático» (hipótesis que anima de punta a punta al documento). Bien han recordado en Infocaótica que «el Magisterio no tiene competencia en los aspectos estrictamente científicos y técnicos» porque «ni la Iglesia, ni ciencia alguna, puede aportar la solución definitiva de un problema cuyos datos se renuevan constantemente». Resulta por lo menos paradójico que a la Iglesia se le haya endilgado el cargo de haberse supuestamente inmiscuido en discusiones científicas durante el proceso a Galileo (proceso que, en realidad, no versó sobre la teoría heliocéntrica) y que ahora se la inste a tomar parte en las disputas sobre esta materia. Capítulo aparte, en punto a contrasentidos, merece el impulso a una llamada "ecología integral" en la que quepa la continuidad de las migraciones masivas, según consta habitualmente en el demagógico discurso de Francisco.
Horroriza el ver citados como autoridades a Teillard de Chardin y a la «Carta de la Tierra», no menos que aquel parágrafo 175, en el que se repite una escabrosa iniciativa común al menos a varios de los pontificados post-conciliares: «el siglo XXI, mientras mantiene un sistema de gobernanza propio de épocas pasadas, es escenario de un debilitamiento de poder de los Estados nacionales, sobre todo porque la dimensión económico-financiera, de características transnacionales, tiende a predominar sobre la política. (…) Como afirmaba Benedicto XVI en la línea ya desarrollada por la doctrina social de la Iglesia, "para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, como fue ya esbozada por mi Predecesor, Juan XXIII" (subrayado en el original)». Habida cuenta de que no estamos ya en tiempos del Sacro Imperio, ¿de qué signo puede llegar a ser esa mentada «Autoridad» añorada por los últimos pontífices? (Un detallado comentario a este deseo puede leerse en el capítulo 13 del Apocalipsis.)
Ahora falta esperar la apoyatura cinematográfica de la imagen del Papa eco-paladín, la pantomima del justiciero orbital opuesto a los intereses más desorbitados, los mismos que se esmeran en dorarlo. Por lo pronto ya circula el anticipo, tan ridículo como el sujeto homenajeado:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=sr6l_xEhUfs
Hace unos meses publicamos una entrada anticipando lo que Francisco omitirá decir en su encíclica. No era arriesgada la predicción, se entiende, que el rey está desnudo desde su primera aparición pública, pero allí -entre otras omisiones cantadas- se recordaba la necesidad de recuperar el concepto clásico de naturaleza, entendida no sólo unívocamente como el «conjunto de todos los seres creados» sino también como «esencia en tanto principio de la actividad», lo que implica reconocer las leyes inherentes a lo real -incluidas las leyes morales, que signan como contrarias a la naturaleza a las aberraciones sexuales, tan sistemáticamente soslayadas por Bergoglio. La difusión de Laudato sii confirmó las peores expectativas a este respecto.
En la primera encíclica de la historia no dirigida, según es uso, «a los obispos, el clero, los religiosos y fieles en general» sino más genéricamente «a todas las personas de buena voluntad», aquel mismo que detenta el cargo de Sumo Pontífice llega a preguntarse: «¿por qué incluir en este documento [...] un capítulo referido a las convicciones de fe?» (62). Apaga y vámonos, que esto ya es el mundo al revés, y la principal entre las especies en extinción es la fe misma.
La «cultura del descarte», frecuentemente censurada en el texto, resulta el sustrato mismo de una encíclica -como era previsible- descartable.Un desecho, un detritus al que no le cabe ni siquiera el mezquino honor del reciclado.
In exspectatione
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Re: Habemus Papam - Francisco I
¿EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS O EL CÁNTICO DE LAS IMPOSTURAS?
La situación de la Iglesia es dramática, con una Europa que abandona en masa la fe y la otra mitad de planeta persiguiendo o masacrando cristianos. Ante este panorama, ¿qué hace el papa Bergoglio? ¿Publica una encíclica sobre la presencia de los cristianos en el mundo, su difícil situación y la libertad de conciencia? No. Publica una encíclica ecológica sobre la clasificación de residuos y la limpieza de los ríos.
Recuerda a la hilarante escena de Johnny Stecchino, en la que un automovilista de Palermo explica a Benigni cual es en realidad la grave y trágica plaga que afecta a la ciudad: “¡El tráfico!”.
GUSANOS Y CRISTIANOS
Resulta conmovedor ver a qué extremos de precisión llega el papa argentino en el mencionado documento preocupándose por la supervivencia de “las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles”, especies que “suelen pasar desapercibidas” (nº 34). Por el contrario, a la incierta supervivencia de los cristianos perseguidos, torturados y deportados no se les dedica encíclica alguna. Son masacrados sin que nadie alce la voz para defenderlos.
¿Cómo se sentirán todos aquellos cristianos de Iraq, Pakistán, Corea del Norte, China o Nigeria que por no renegar de su fe han perdido su casa y su trabajo, han visto morir a seres queridos o han sido objeto de violación, tortura, crucifixión, decapitación o deportación, al leer la preocupación del Sumo Pontífice por la suerte que corren los gusanos y los reptiles?
Sabe Dios cómo se sentirán los cristianos que han tenido que huir de su pueblo y viven en campamentos de refugiados al leer que el Papa dedica su encíclica a las especies animales que, por los nuevos cultivos y los embalses “no pueden migrar ni desplazarse libremente”. Menos mal que tenemos un papa que se ocupa de esos animalitos y propone “la creación de corredores biológicos” para que esas especies puedan migrar con toda libertad.
¿Se ha ocupado alguna vez el Vaticano de Bergoglio de defender a las poblaciones cristianas amenazadas de exterminio? ¿O a los cristianos que desde hace años se pudren en cárceles por su fe?
Por ejemplo, Asia Bibi, la pobre madre paquistaní que lleva seis años recluida en una celda sucia y oscura con una condena a muerte sobre sus espaldas por el simple hecho de ser cristiana. En ningún momento ha hecho el papa Bergoglio la menor declaración a favor de ella solicitando su liberación, o por lo menos para pedir oraciones por ella.
EL VERDADERO SAN FRANCISCO
Esta larguísima encíclica (recordemos que el propio Bergoglio había criticado los extensos documentos episcopales) es una recopilación de los más triviales lugares comunes ecocatastrofistas.
Ennoblece las tesis ambientalistas más discutibles desde el punto de vista científico, como el origen humano del calentamiento global. Al consagrar estas tesis, la encíclica corre el riesgo de repetir el error del caso Galileo, es decir, de otorgar autoridad teológica a lo que no es más que una hipótesis científica, y muy dudosa.
Podría resultar más bien un “Cántico de las imposturas” que un “Cántico de las Criaturas".
Si esa es la idea, ¿para qué reducir al pobre San Francisco de Asís a un monigote ecologista? Está demostrado que es de todo punto absurdo imaginar a un ecologista en el siglo XII, cuando el hombre carecía de la capacidad tecnológica que posee hoy y la naturaleza le imponía unas condiciones de vida sumamente rigurosas.
El Cántico de las criaturas que escribió S. Francisco es un himno bíblico que hace paráfrasis de los salmos para alabar a Dios y proclamar la bondad de la creación en una época en que los cátaros, haciéndose eco de las doctrinas gnósticas, consideraban malo todo lo creado.
En el himno de San Francisco, el bien supremo no es la protección del medio ambiente, sino la salvación eterna de las almas. Hasta tal punto es así que concluye advirtiendo del peligro de morir en pecado mortal porque conduce al suplicio sin fin del infierno (“Ay de aquellos que mueran en pecado mortal. Bienaventurados aquellos a los que [la muerta] encontrará en tu santísima voluntad, porque la muerte segunda no les hará mal”).
Por el contrario, en el bergoglismo no hay lugar para el pecado original, el pecado mortal, el purgatorio o el infierno, cuando la doctrina católica afirma que la salvación de las almas es la suprema ley de la Iglesia. Lo único que importa.
UNA SOLA ALMA
Digo más: a los ojos de Dios, la salvación de una sola alma es más valiosa que todo el universo natural (con perdón de los Verdes). Lo dice también Santo Tomás de Aquino: “El bien sobrenatural de uno solo es superior al bien natural de todo el universo” (Summa TheologiaeI-II, q.113 a.9 ad 2).
Y el otro maestro supremo, San Agustín de Hipona, escribe: “La justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra, porque el cielo y la tierra pasarán, pero la salvación y justificación de los elegidos no pasará jamás” (In Evang. Johan., 72,3).
¿En qué se funda esta doctrina? En el Evangelio mismo, donde Jesús dice precisamente: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mt. 24,35).
Refiriéndose a la actitud de Cristo para con los seres humanos, los Evangelios dicen con frecuencia: “Tuvo compasión”. Este pesar íntimo por todos los seres humanos que le brotaba del fondo del corazón a Jesús revela la concepción de la realidad que caracteriza al Salvador.
Puede definirse así: para Él, “el mundo entero no vale tanto como la más minúscula persona” (Luigi Giussani, All’origine della pretesa cristiana). Ciertamente Dios ha venido a morir por cada uno de los hombres, y de una muerte ignominiosa. A los ojos de Él, un insignificante y desconocido ser humano vale la muerte de cruz de su único Hijo.
Al fin y al cabo, ya en el Génesis el Creador otorga al hombre la realeza sobre el universo. Es sabido que para los modernos conceptos ecologistas este decreto sagrado es insoportable, porque invierten la jerarquía bíblica de valores colocando al hombre en el mismo plano que las otras especies vivientes. O peor aún, hay quienes consideran al hombre como el cáncer del planeta.
¿LA DEGRADACIÓN DEL HOMBRE?
Hasta ahora, la Iglesia se oponía a esta ideología verde. Pero en la encíclica bergogliana hay un pasaje que deja perplejo. No sólo porque cita como autoridad a Teilhard de Chardin, sino porque llega a afirmar: “El fin último de las demás criaturas no somos nosotros” (nº 83).
Sin embargo, este concepto es todo lo contrario de lo que afirma el Concilio Vaticano II. La Constitución Gaudium et spes de hecho declara: “Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en este punto: todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos” (nº 12).
Por su parte, el Catecismo dice: “Dios creó todo para el hombre, pero el hombre fue creado para amar y servir a Dios y para ofrecerle toda la creación” (nº 358).
El Catecismo cita a San Juan Crisóstomo: “¿Cuál es, pues, el ser que va a venir a la existencia rodeado de semejante consideración? Es el hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que la creación entera; es el hombre, para él existen el cielo y la tierra, el mar y la totalidad de la creación, y Dios ha dado tanta importancia a su salvación que no ha perdonado a su único Hijo por él. Porque Dios no ha cesado de hacer todo lo posible para que el hombre subiera hasta Él y se sentara a su derecha” (Sermones in Genesim, 2, 1: PG 54, 587-588).
Con esta encíclica, el papa Bergoglio corre el riesgo de dar una terrible señal de rendición a la agenda de Obama, a la del pensamiento dominante que tiene una clara connotación neopagana, anticristiana y antihumana.
No sé si Bergoglio se da cuenta de la confusión a la que está llevando a la Iglesia (y no sólo con el Sínodo). La verdad es que en las últimas semanas ha habido muy buenas intervenciones del Papa sobre temas como la familia, el hombre y la mujer y la colonización imperialista de la ideología de género.
Habrían sido unas consideraciones perfectas para esta encíclica en la línea de la "ecología humana" de Benedicto XVI. Desgraciadamente, ha tomado otro camino. Esperemos que sea una moda pasajera.
Antonio Socci
Tomado de “Libero”, 17 de junio de 2015
Cantico di frate sole o Cantico di frate sòla ? - Lo StranieroLo Straniero
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Como siempre, Fray Gerundio da en el clavo:
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Enfriamiento Global
Si no fuera porque ya me conozco el paño, me resultaría raro que el Papa ande preocupado por el calentamiento global del planeta, mientras se está produciendo un enfriamiento global en el mundo católico. Y además, de proporciones siderales. Supongo que esto último debería ser lo que más le quitara el sueño, en vez de andar obsesionado con las ballenas o con los agujeros de ozono. Mucho me temo que si aplicamos lo que dijo el Señor de que por sus frutos los conoceréis, se ven aquí unos frutos bastante alejados de lo que debería ser su principal preocupación: la salvación de las almas y confirmar en la fe a los católicos, que es al fin y al cabo lo que Dios le ha encomendado.
Me parece que le pasa al Papa lo que le ocurre a esos que abandonan sus obligaciones más elementales para dedicarse a pequeñas o grandes aficiones. Como esos padres de familia que no hacen mucho caso de sus hijos, pero están trabajando de voluntarios para ayudar a los niños del Nepal, pongo por caso; y regresan a la casa a última hora de la noche, sin poder estar un rato con los niños, porque había mucho trabajo en la ONG de turno. O esas esposas que no cocinan nunca en la casa porque les da pereza, pero se apuntan al curso de cocina de la asociación de amas de casa del barrio. O esos párrocos que nunca visitan a sus enfermos porque tienen mucho trabajo o no dan catequesis porque están muy liados con las actividades culturales de la parroquia. Se podrían poner muchos ejemplos de estas actitudes que en castellano reciben el calificativo de irresponsabilidades, pero que requieren un apelativo mucho más fuerte cuanto mayor es el cargo. Si esto le sucede a un Sumo Pontífice, la gravedad es espantosa.
He de reconocer que no tengo fuerzas ni humor para leerme entera la Laudato, pero basta con acercarse a ella en alguno de los resúmenes que se nos ofrecen. Me ha gustado el de Sandro Magister por una doble razón: porque está bien hecho, y porque ahora mismo es el nuevo misericordieado de la Santa Sede, sobre el que se ha construido ya el cadalso para su ejecución, como en las viejas películas del Oeste. Otro caso más de Guillotinas Fulminantes.
Por otra parte, resulta muy divertido saber que tiene uno entre las manos una encíclica del Papa, en la que se habla del aire acondicionado, del huerto en la casa, de apagar la luz, de dar las gracias y de embellecer una fuente. Qué hermoso. No se pierdan lo que dice sobre el elogio del domingo, equiparado al sábado judío: día de la sanación de las relaciones del ser humano con Dios, consigo mismo, con los demás y con el mundo. He de reconocer que en mis años de monje no he escuchado nunca una interpretación tan masónica del Día del Señor. Si esto es así, creo que se puede dejar de ir a Misa (como de hecho ya hacen la mayoría de los cristianos). Bastaría con darle un abrazo al vecino, saludar al repartidor de periódicos, sonreir a la churrera y quemar una varita de incienso mirando al Sol Naciente con un taparrabos indigenista.
Creo que esta pseudo-encíclica es un vertido tóxico y hay que evitar el contagio que transmite. Este reciente y disparatado engendro, supone un nuevo derrumbamiento de algo tan tradicional y clásico como eran hasta ahora las encíclicas papales. A partir de ahora, como ha ocurrido con tantas otras cosas, las encíclicas podrán tratar sobre cualquier tema. El Papa podrá exhortar a los católicos (y a todos los hombres de buena voluntad, que no se me olvide), sobre el cultivo del melón caucásico, el cuidado de la foca bigotuda septentrional o la necesidad de la aplicación de la economía paleolítica al mundo actual. Total, da lo mismo. Otra institución pontificia destruída. Ya nunca se podrá citar una encíclica como algo perteneciente al Magisterio Pontificio, tras este Papa tan magistralmente anti-magisterial. Como las canonizaciones, desde ahora las encíclicas irán ya al cubo de la basura (reciclada, por supuesto).
Creo que la misión del Vicario de Cristo en la Tierra (perdón, en la Madre Tierra), es la de predicar y dar testimonio del Evangelio de Jesucristo.
Nunca la de enredarse en cuestiones humanas por muy importantes que puedan parecer. Y menos todavía si son cuestiones que están en entredicho por parte de la comunidad científica. Pero es que además de eso, me parece muy grave que sus preocupaciones magisteriales y educadoras de sus ovejas vayan por estos caminos. Con la que está cayendo en este momento.
Preocuparse de la extinción de ciertos animales, mientras están extinguiendo cristianos como animales en Oriente Medio, denunciadas con la boca pequeña y con muy poca energía, me parece como poco una hipocresía descomunal (de esa de sepulcros blanqueados).
Andar preocupado por las especies marinas y oceánicas, mientras se manosea, se pisotea, se cometen sacrilegios sin número con las especies sacramentales (valga la analogía) es -como poco-, de una gravedad inconmensurable.
Dar la alarma porque no se cuida todo lo que el Creador nos ha dado, mientras se permite la sistemática destrucción de la Revelación y la Tradición -que constituye el depósito que Jesucristo nos ha transmitido-, es una tomadura de pelo. Es muy curioso que se hable de la conservación de la Creación, mientras se olvida, se desprecia y se deja de lado la conservación de la Redención. Ustedes me entenderán, a poco que piensen.
Menos mal que ya quedó todo escrito para nuestra enseñanza. En el Evangelio está todo claramente explicado. Estas “doctrinas” pontificias son cosas humanas. Decía San Juan en su primera carta que ellos son del mundo y por eso hablan del mundo. Y se dirigen a todos (y todas), para cuidar la casa común, cuando hay un lío descomunal en la Iglesia común, fomentado desde allá arriba.
San Pedro, el primer Papa, se empeñó en zascandilear con los judíos para que le aprobaran su actitud y chalaneaba con ellos en ambigüedades notorias. Menos mal que estaba San Pablo por allí y le puso en su sitio: Tú eres como los demás. No te es lícito decir una cosa cuando estás con los judíos y otra cuando estás con los cristianos. Y el mismo Señor, nada más nombrarlo Vicario y Piedra, le tuvo que llamar al orden porque quería barrer de un plumazo la Pasión de Cristo:Apártate de mi, Satanás, porque tú piensas como los hombres y NO como Dios. Menos mal que San Pedro comprendió el disparate y aceptó la recriminación. Pudo hacerlo porque no estaba esperando que le concedieran el Premio Nobel de la Paz, o el Gran Delantal del Sumo Hacedor, o el Toisón de Oro de la ONU, o la Mención Honorífica de la Nueva Era.
A mí no me la pegan. Lo realmente importante no es el calentamiento global del planeta (suponiendo que lo hubiera), sino el enfriamiento global del catolicismo. Con razón dijo el Señor que en los últimos tiempos se enfriará la caridad de muchos. Y parece que no estaba muy seguro de encontrar fe sobre la tierra cuando viniera de nuevo en gloria y majestad. A este paso, va a ser que sí…..
Fray Gerundio
Enfriamiento Global | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Levavi oculos meos in montes...
https://lh3.googleusercontent.com/-d...-225815349.jpg
Como no podía ser de otra manera, la mayor parte de las personas sensatas han tenido una buena dosis de carcajadas con la encíclica Sanata si. Basta ver los comentarios que aparecieron en blogs de todas las lenguas. Hasta los americanos hicieron un divertidísimo video para promocionar el documento pontificio que contiene revelaciones tan profundas como que el agua es fundamental para la vida y que las barreras de coral están repletas de biodiversidad.
Si vemos la parte positiva, se trata de un documento que pone seriamente en cuestión al remanido concepto de "Magisterio" y, además, sepulta con una lápida de difícil remoción a la no menos manida Doctrina Social de la Iglesia. En efecto, el documento pontificio se abre diciendo que espera que el mismo entre a formar parte de la DSI. Es imposible sostener que un panfleto socialdemócrata compuesto por capas geológicas de lugares comunes y obviedades distribuidas en doscientas páginas y que nada tienen que ver con la función magisterial de la Iglesia, forme parte de su doctrina.
Sin embargo, hay una cuestión mucho más grave que pocos han notado y que, si bien como corriente subterránea recorría todo el pontificado de Francisco, ahora se ha patentizado en un documento oficial.
Son por todos conocidas las correrías del cardenal Bergoglio durante su ejercicio como arzobispo de Buenos Aires, en el que se ponía él mismo y la Iglesia Católica, en pie de igualdad con las otras religiones. Han circulado profusamente por la web fotografías en las que aparece encendiendo junto a un grupo de rabinos la menorá o recibiendo de rodillas la "bendición" de pastores pentecostales. Y sus programas radiales y televisivos, además de libros y artículos, escritos con judíos de todos lo pelajes y protestantes de todos los matices, son más que abundantes e ilustrativos de la situación. Para Bergoglio, el cristianismo y la Iglesia católica, son una tradición religiosa más de entre todas las que pueblan el planeta.
Y las cosas no cambiaron cuando fue elegido Sucesor de Pedro. Pocos meses después de su elevación, decía en Brasil que “es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia. La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas". La visión del Romano Pontífice es clara: la sociedad debe estar gobernada por un Estado neutro en materia religiosa que permita el desarrollo de todas las religiones pues ese es el modo de fecundar el tejido social.
Más allá de que esto es un cambio brutal en las enseñanzas de la Iglesia -y después me vienen a hablar de Magisterio...- corresponde preguntarse qué es lo que pasa por la cabeza de este hombre. Si él es el jefe máximo y absoluto de la religión más importante en término políticos, ¿en qué lugar se autoubica dentro de esa maraña de "tradiciones religiosas" a las que hace referencia en sus discursos? La pregunta no es difícil de responder: él es quien asume el liderazgo religioso de todas esas tradiciones y el referente planetario de las fuerzas morales que aportan las religiones a las sociedades democráticas. Una suerte de espeluznante pontífice universal, no en tanto católico, sino de Gran Maestre de la unión mundial de Iglesias.
Pareciera que es mucho. Pareciera que me estoy deslizando hacia el fangoso terreno de los aparicionistas garabandalianos, lasaletteanos, fatimistas y demás, o que me estoy constituyendo en el enésimo intérprete y exégeta del Apocalipsis. Sin embargo, la última encíclica contiene un mensaje muy claro e inquietante y, creo yo, absolutamente inédito en la historia de la Iglesia: el Papa Francisco culmina su escrito con dos oraciones: una para los fieles de todas las religiones que creen en la existencia de un ser superior, y otra para los cristianos (no siquiera para los católicos).
¿Cómo puede entenderse que un Papa, vicario de Cristo en la tierra, redacte e incluya en un documento oficial y magisterial, dos oraciones diversas para usar según conveniencia del orante? No estamos en presencia de un vendedor de baratijas que ofrece el indispensable peine para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
Detrás no sólo ya de los gestos papales y de las homilías martonas sino ahora de un escrito de la más alta jerarquía y que no deja lugar a libertad de interpretaciones, se dibuja con toda nitidez la silueta del Pontífice Máximo del Gran Arquitecto del Universo.
Quizás sea hora de pensar en alquilar alguna cueva en las montañas: Levavi oculos meos in montes, unde veniet auxilium mihi.
The Wanderer: Levavi oculos meos in montes...
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Re: Habemus Papam - Francisco I
DE LO MALO, LO PEOR
http://bucket3.glanacion.com/anexos/...054495w645.jpg
El nuevo decálogo, o los diez consejos del papa Francisco para hacer feliz a la Madre Tierra
Es cierto: lo más grave de la reciente encíclica no reside en la adopción de una controvertida hipótesis científica que ni siquiera roza los contenidos de la fe y la moral cristiana, ni en el empleo -a todas luces abusivo- de un instrumento del Magisterio para convencer a los hombres que separen la basura orgánica de la inorgánica o que eviten derrochar electricidad, ni en la fatigosa transcripción de enteras páginas del manual escolar de ciencias naturales. Todo esto no es poco, y en todo caso señala el paroxismo de un «estilo» adoptado por los últimos pontífices, que ya se distingue netamente de lo que antaño se conocía como «carta encíclica». Ésta, que no significó sino la adaptación a los cambiantes tiempos de lo que otrora fueran las bulas pontificias, aparece después de la Ilustración como un instrumento para pertrechar a las conciencias cristianas -extendido ya el alfabetismo y la pública propaganda de opinión- de un bagaje con el que afrontar los ataques de las "Luces" y el racionalismo. Hemos leído por ahí que
las encíclicas del siglo XIX y el primer siglo XX son lúcidas y claras. Su propósito es exponer la doctrina católica y defenderla de los errores modernos, cosa que cumplieron admirablemente. Rememorando documentos como la Pascendi, Quas Primas, Casti Connubii y otros, se puede inmediatamente recordar la esencia de los mismos y la fuerza de sus argumentos. Pío XII enseñaba que la encíclica era el medio normativo por el cual el Romano pontífice ejercía su oficio de enseñar. No se puede decir lo mismo de las modernas encíclicas: ¿quién podría resumir fácilmente lo que tratan la Redemptor Hominis o la Populorum Progressio sino en los términos más vagos?
En esencia, la encíclica post-conciliar no sabe lo que quiere ser a medida que se va desenvolviendo. Los papas han continuado utilizándola como un medio de enseñanza, pero en vez de enseñar en qué consiste la doctrina católica, [las encíclicas] se han crecientemente convertido en la ocasión para que los papas expliquen porqué la doctrina católica es lo que es.
Esto no es enteramente malo: fides quaerens intellectum, ¿cierto? Pero en algún punto del camino parece que los papas dejaron perder el aspecto declarativo de la encíclica con la esperanza sobremanera optimista de que si pudiésemos solamente explicar nuestra doctrina al mundo -simplemente haciéndolos caminar a través de nuestros pensamientos, paso a paso- entonces quizás el mundo aceptaría el mensaje cristiano. Quizás si apenas "propusiéramos" humildemente nuestra razón para creer en vez de declarar que "poseemos" la verdad, ¿no nos mostraría el mundo su reciprocidad, no entraría en un "diálogo fructífero" con el cristianismo de manera de enriquecernos mutuamente?
Con cuánta razón exponía entonces Rafael Gambra que «la nebulosa dogmática de estos tiempos deja paso a una comunidad en el quehacer por el bien de la humanidad, pacífica y feliz, a cuya consecución la Iglesia parece dirigir todos sus esfuerzos y prédicas. Prédicas que dejan de ser exposición de las enseñanzas eternas que elevan a la contemplación de Dios para convertirse en informaciones sobre el estado del mundo y en llamamientos a la acción». Esto, evidente en los engendros firmados por las Conferencias Episcopales, no dejaba de serlo -aunque con algún decoro proporcionado a la investidura- en los documentos papales del post-concilio. Francisco hereda esta propensión verborreica y la lleva a su culmen -léase: al delirio de la beodez.
Pero entonces no: ya no es el consabido riesgo del errar por hablar de más, ni el de malbaratar los contenidos de la fe en un imposible diálogo con ese mundo que -testigo la Escritura- «yace bajo el poder del Maligno». No son ni siquiera los solecismos y los tropiezos argumentativos recurrentes en un pontífice que no nació para doctor: lo más grave de la eco-encíclica es esa igualación de todas las religiones sugerida por la doble oración final, una para uso de católicos y otra para el resto. Igualación anticipada en puntos como el 62 («no ignoro que,
en el campo de la política y del pensamiento, algunos rechazan con fuerza la idea de un Creador o la consideran irrelevante, hasta el punto de relegar al ámbito de lo irracional la riqueza que las religiones pueden ofrecer...»), en los que habla en defensa de todas las religiones en su conjunto, como abogado de todas ellas. O el 217, en el que insta a «algunos cristianos comprometidos y orantes» a una «conversión ecológica» que completaría las deficiencias del Evangelio. En fin, por toda síntesis de las bondades que deben reconocérsele a la doctrina de Jesús, brilla una cita lapidaria: «la espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida» (222).
Por supuesto que a todas estas naderías nos tiene acostumbrados a través de sus sermones diarios y las entrevistas que concede para escándalo de las conciencias católicas. Pero no bastaba con un pontífice que hablara como superior del Gran Oriente: era menester que -por aquello de que scripta manent- cifrara su mensaje por escrito. Así ha de placer a la Autoridad política mundial evocada en el punto 175 (a quien el autor de la Laudato sii arde en ganas de secundar como chamán), que sin dudas prefiere ver refrendado en el papel, convalidado por la imprenta vaticana, aquel viejo proyecto de la fusión de todas las creencias.
In exspectatione: DE LO MALO, LO PEOR
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Re: Habemus Papam - Francisco I
No creo haber entendido bien tu comentario, Hyeronimus. Soy nueva en el foro, me interesa el tema pero temo que deberé volver a él para entenderlo en profundidad y comentarlo. En tanto, querría que me dijeras algo más concreto sobre tu visión del papa Francisco.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Después de tantos mensajes en este hilo, no sé a qué comentario te referís. Y como verás, la mayoría (si no todos) son artículos de procedencias diversas. Pero está claro que no nos parece que cumpliendo muy bien su misión. En la Iglesia ha habido papas santos y papas pecadores. No digo que este sea un pecador (todos lo somos), pero desde luego, aunque no sea su intención, está dejando muy mal a la Iglesia. De todos modos, ahí está la Providencia, que no dejará que naufrague la nave de San Pedro. Ya lo ha impedido en otras ocasiones.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
PP Franciscus valdenseando
Cuando en el Jubileo del MM JPII pidió perdones hasta por las Cruzadas, abrió una vena de complejos auto-inculpatorios difícilmente justificable para todo aquel a quien se le pueda suponer una conciencia eclesial de cierto nivel. Al Papa, verbigracia; precisamente por ser el Papa, en primerísimo y sin par lugar entre todos los fieles de la Iglesia. En aquella ocasión, de todas formas y por encima de buenos consejos (que los tuvo) el voluntarioso Papa Wojtyla se empeñó y pidió perdones universales, en San Pedro del Vaticano, el 1er. Domingo de Cuaresma del MM, ante el miracoloso Crocifisso de San Marcello. Se hicieron fotos muy bonitas del Papa abrazado al Cristo. Todo muy wojtyliano.
Se preparó todo con cuidado. Hasta la Comisión Teológica Internacional elaboró un documento ad casum. Y se cuidó especialmente la ceremonia a celebrar en la Basílica de San Pedro (ver aquí documentos). Se marcaba no sólo un hito sino que se argumentaba su eventual continuidad, presumiendo próximas ocasiones de lo mismo.
Con su desmañado estilo, pobre dicción y vulgar formato, PP Franciscus ha protagonizado en Turín otra escena de los perdones con los Valdenses, los herejes cismáticos sedicentes discípulos de Pedro Valdo. Simplemente, escenifica, esta vez en la propia casa de los viejos herejes, la ceremonia ya estrenada por su predecesor.
Me temo que con la efemérides del quinto centenario de la herejía luterana a la vuelta de la esquina, el mea culpa ante los valdenses haya sido sólo un pequeño happening, para ir ambientando lo que se esté preparando.
Quizá a Uds. que me leen les pase lo que a mí, que esto escribo: No me siento inserto en la escena del perdón. Ni yo he descalabrado nunca a un valdense (jamás he tenido esa oportunidad) ni me echo encima la culpa de ningún valdensinófobo. Muchísimo menos le echo la culpa de los pecadores a nuestra Santa Madre la Iglesia, ni comparto la ocurrencia de que el Papa pida perdones.
Pero lo que más me inquieta de la escena de los perdones con los valdenses son estas palabras que PP Franciscus pronunció:
"...ha sucedido y continúa sucediendo que los hermanos no acepten su diversidad y terminan por hacer la guerra uno contra otro".
El resumen de Zenit lo empeora porque dice (¡¡¿lo dijo el Papa?!!) que - "...Por otro lado, el Papa ha recordado que la unidad que es fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad." (ver aquí).
Es para leer y no creer (o dejar de creer).
Si esto sigue así, tendrán de introducir un equipo permanente de correcciones ortodoxas en la AAS.
+T.
EX ORBE
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Re: Habemus Papam - Francisco I
LOS NUEVOS MOTIVOS
DEL LOBO
Amigos:
En las famosas Florecillas de San Francisco, el santo relata el caso del lobo de Gubbio; esto es de la ciudad italiana sita en la actual provincia de Perugia. Según el relato,el animal era un depredador al que sólo sosegó la intervención taumatúrgica del varón de Asís.
El tema fue abordado literariamente por diversos artistas, siendo una de las composiciones más famosas al respecto, el vigoroso poema “Los motivos del lobo”, escrito por Rubén Darío, y publicado en 1913. Hay un sinfín de ediciones gráficas y recitadas, y el interesado podrá consultar,por ejemplo, la siguiente versión digital: Los motivos del lobo - Poemas de Rubén Darío
En estos días de junio de 2015 pidieron mi cooperación para publicar una antología de textos críticos sobre el Pontificado de Francisco. Dicho texto saldrá, Dios mediante, en la tercera semana de julio, bajo el título: Francisco: la amenaza del sincretismo.
Tras terminar de ofrecer mi ayuda bibliográfica, me venía a la mente, una y repetidas veces, el notable poema de Rubén Darío. Y a la par, algunas aventuras satírico-trágicas del Padre Castellani cuando traducía o acomodaba a su gusto un poema. Y hasta memoré la Antología Apócrifa de Conrado Nalé Roxlo,llena de humor y de lirismo.
Animado por estos precedentes, y consciente de que es aconsejable imitar lo bueno, aunque con las inevitables e insalvables distancias que tal imitación suponen en mi caso, escribí la siguiente versión de Los motivos del lobo del precitado Darío. He hecho el intento de respetar la métrica,el ritmo,el lenguaje y el tono. Sólo reduje su extensión para no agobiar al lector.
Va con un par de salvedades, por las dudas. La primera, para los mojigatos: no está abolido y nos es lícito practicar el castigat ridendo mores.La segunda para los prosaicos de todas las internas eclesiales:no se puede leer un poema como quien lee la Summa. Por eso el Aquinate, además de su portentosa manualística racional nos regaló su poemario eucarístico.
Antonio Caponnetto
LOS NUEVOS MOTIVOS DEL LOBO
El pastor que cuida de un inmenso aprisco,
pleno de ternura, de olor rebañal,
el humilde argento, el Papa Francisco
está con un fiero y extinto animal.
Peor que aquellos canes de la policía
que hincaban sus fauces en el criminal,
el lobo de Trento que al infiel rugía
celoso ha asolado las calles de Roma
reclamando el Credo,latines, sotana,
aullando a los gritos, que incluso una coma
pedía San Mateo que fuese cristiana.
Duros cancerberos de la Nostra Aetate
fueron engullidos.En crueles dentadas
tragábase frailes, nuncios y un abate
que diera herejías por normas sentadas.
Francisco salió,
al lobo buscó
en las catacumbas.
Lo halló de rodillas al pie de las tumbas
de mártires, santos,insignes caídos.
Viendo la amenaza le habló a los oídos,
sandwich en la mano
al salvaje ofrece: una silla, hermano
lobo. El preconciliar
oyó un verbo nuevo: misericordiar;
ya no levantisco
cesó el agresivo rezo del rosario
y dijo: está bien, fratello Francisco.
¡¿Cómo?!, dijo el Papa, ¿eres reaccionario,
restauracionista,
cara-vinagrista,
un príncipe acaso de la Iglesia regia
que se cree egregia.
De las periferias temor y temblor,
del maestro Kasper eres desertor,
sigues empeñado con el Vetus Ordo,
vienes de Nicea,
quién te ha convencido que hay que dar pelea
al hereje a bordo?
Algún tiempo el lobo dejó sus desdoros
sin juzgar manfloros.
Amaba a gurúes,imanes,deicidas
y al besar a todos dando bienvenidas
aprendió a hacer lío, a ahorrar combustible,
supo que ni Cristo fue tan infalible,
puesto que aquel cuento de peces y panes,
no lo creen Tucho Fernández ni Manes.
Un día Francisco fue a la sinagoga,
y el lobo sin riñas, sin cepos ni soga
se encolerizó,llegó a Santa Marta
y en feraz embiste a todos aparta.
Corrió a los masones, los pentecostales,
los mil fariseos infestos de males,
los ecumenistas de saber hediondo
y mordió las tabas de Sanchez Sorondo.
De nada servían los buenos modales
pues el cavernario
no retrocedía de furia jamás,
era un emisario:
la espada de Pablo, la luz de Tomás.
Jorge Mario entonces se puso severo.
Volvió a Santa Marta
a retar al lobo por camandulero.
Lo halló y de ternezas por poco lo ensarta.
¡En nombre de Gea, la tierra divina
conmínote, digo,a no usar naftalina.
No sabes acaso que el hermano piojo,
la hermana polilla…!
Lo interrumpe brusco el lobo y un ojo
le clava en la cara cual punzante abrojo:
¡Ay Papa Francisco!,cuida tu mejilla,
no me llamo Kiko ni Skorka o Cristina
no me doy la paz,
heredé del Tata esta carabina
y soy montaráz.
Me eduqué en la escuela de fiel obediencia
y si te hice caso por no ser audaz,
hoy el Catecismo y la Sacra Ciencia
me indican el riesgo de ser tu secuaz.
¡Ay Papa Francisco! Te apartaste mucho
de las tradiciones y la Ceremonia
central de la Fe,
del misterio expuesto allá en Calcedonia
piensas que ya fue.
No nos canonices a felones rojos,
nunca de insensatos tengas el tupé
que no te bendigan herejes,de hinojos.
Palos me da el mundo si amo a Cristo Rey,
ese mundo que unges con sus embelecos,
el de tus obispos, más necios que un buey
casi tan hebreos que kipá con flecos.
No soporto el vicio de estos recovecos
vaticanos. Ni soporto aquí
la guaranguería junto al plebeyismo,
la Evangelii gaudium, la Laudato si.
Déjame en el templo, el caliz y el solio,
déjame el breviario, el coro,el altar
vuelto hacia el Oriente, hermano Bergoglio
déjanos del monje saber contemplar.
El lobo de Trento no dijo más nada.
Como un hesicasta bajó su celada
de paz silenciosa, de cielo y de luz.
Rezó cual si fuera la última odisea
Rezó con los fieles de Laodicea:
No tardes, Dios mío. ¡Ven Señor Jesús!
Antonio Caponnetto
CABILDO - Por la Nación contra el caos
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Re: Habemus Papam - Francisco I
http://www.adelantelafe.com/wp-conte...francisco1.jpg
Las “partes positivas” del magisterio de Francisco
[Panorama Catolico Internacional] “Por lo tanto, la Iglesia, por la potestad que le fue por su Fundador divino encomendada, tiene no sólo el derecho, sino principalmente el deber de no tolerar, sino proscribir y condenar todos los errores, si así lo reclamaren la integridad de la fe y la salud de las almas; y a todo filósofo que quiera ser hijo de la Iglesia, y también a la filosofía, le incumbe el deber de no decir jamás nada contra lo que la Iglesia enseña y retractarse de aquello de que la Iglesia le avisare”. Pío IX, Carta Apostólica Gravissimas Inter
El magisterio de la Iglesia es una de sus misiones. El munus docendi, o sea la misión de enseñar. Esto lo ha establecido Dios y es un dogma de la Fe católica el abecé de la doctrina sobre el fin de la Iglesia.
Esta función es, como establece el papa Pío IX en la carta apostólica citada, derecho y deber. Por lo tanto lo que se espera del Magisterio, sea el de carácter infalible o el ordinario, es exponer la doctrina revelada y condenar los errores que la contrarían, es decir, que constituyen doctrinas o proposiciones heréticas.
Lo dicho, no por sabido está de más repetir. Muchas veces hemos oído en boca de católicos de buena fe y bien formados en la doctrina, en estos tiempos de crisis, de tal o cual documento del Magisterio que –si bien tiene partes oscuras- “por lo menos dice”… esta o aquella verdad.
Es algo repetido en los ambientes más conservadores en los últimos 50 años. Hace poco recordábamos el desafío del P. Meinvielle, el gran teólogo argentino, que debatió con Maritain y refutó sus errores: si le daban algunas horas, decía, podía encontrar una forma correcta de interpretar los nuevos documentos magisteriales en sus partes dudosas…
Esto solo puede significar una cosa: el Magisterio se ha oscurecido.
Y oscurecido el Magisterio por el lenguaje, o el tratamiento de los temas, o por los temas mismos, las frases que deberían iluminar a los fieles, los entenebrecen. Con giros, terminología y estilos extraños al Magisterio eclesiástico de siempre se desató este debate: ¿cómo podría el Magisterio, en particular ejercido por el papa o por los obispos junto al papa, como en el caso de los concilios ecuménicos, apartarse de la rectitud de la Fe o dar pie a que sus lectores puedan extraviarse por causa de la confusión de los textos?
Mucho se ha escrito sobre este tema, y el debate de los teólogos continúa. La situación es única. Hoy parece que la única del problema radica en que estos textos no pueden ser parte del verdadero Magisterio (y por lo tanto no gozan del privilegio de certeza, que le es propia). Un documento en el cual no se exponen en el lenguaje clásico del Magisterio católico las verdades de la Revelación, trasmitidas por la Tradición se excluye a sí mismo de la categoría de Magisterio. Pasa a ser mera opinión de quien lo formula, y su valor será opinable.
Formulado de otro modo el mismo problema: si no se utiliza las categorías del pensamiento aristotélico-tomista, sino uno modo de concebir la realidad inficionado por sistemas filosóficos erróneos, en particular por el idealismo hegeliano, lo dicho bajo este sistema de pensamiento no puede de ser vehículo de las verdades de la Fe. Ni aún queriéndolo su autor podría decir lo que la Iglesia dice.
La cuestión práctica
Pero hay que dejar fuera de este comentario la ardua tarea de los teólogos para dilucidar el problema del magisterio posconciliar, y pasar a algunas consideraciones sencillas sentido común, es decir, lo que podemos hacer desde el llano respecto a las consecuencias prácticas de lo dicho.
Esta necesidad de “enderezar” la interpretación de los textos magisteriales que tantos hoy sienten como un deber de fieles católicos ha puesto ante nosotros con toda crudeza uno de los desafíos más difíciles. Y la creciente degradación del neomagisterio va revelando la hondura creciente de la crisis. A la vaguedad se suman ahora los temas ajenos a la órbita magisterial, la fraseología incomprensible, y más recientemente la vulgaridad ramplona.
Arduo como es el tema para los fieles de a pie, como nosotros, la cuestión sin embargo, a medida que la crisis avanza, se esclarece a fuerza de oscuridad, algo que en cierto modo debemos considerar auspicioso. La media luz confunde todas las cosas. La penumbra, por el contrario, pone en claro al menos algo: la ausencia completa de la luz. Y Francisco es la penumbra.
Hasta los textos de Benedicto, y en especial con él, porque su pensamiento más indulgente hacia la liturgia tradicional confundió a muchos, los documentos magisteriales eran un entramado de luces y sombras. De donde muchos católicos fieles, ante el vértigo que produce la idea de rechazarlos, han buscado desesperadamentejustificarlos. O bien se han ido acostumbrando a la fraseología ripiosa.
Ni criticarlos ni defenderlos
Hasta Pío XII ningún católico cuestionaría un documento del Magisterio. Pero tampoco sentiría la necesidad de enmendarlo para que se entienda en un sentido correcto. O a lo más, ante alguna expresión poco feliz, se recurría a lo que la Iglesia ha dicho siempre, en todas partes y por todos. Que es la definición de “tradición”.
Tan condenable sería, ante un Magisterio indubitable, la crítica como el innecesario el esfuerzo justificativo. Cuando un documento produce en algunos la urgente necesidad de lo primero y en otros de lo segundo, hay que dudar de la legitimidad de tal documento como parte del Magisterio.
Sin darse cuenta, los conservadores, movidos por el sano reflejo de respetar el Magisterio, y tironeados a la vez por el más sano reflejo de ser fieles a la doctrina del Magisterio de todos los tiempos, se han visto empujados a encontrar la forma de salvar las proposiciones de los papas conciliares que resultan extrañas al sentido de la Fe. Esto entre luces y sombras, entre textos oscuros y otros aceptables -a la luz de la Tradición, o sea, interpretándolos en el sentido en que la Iglesia lo ha hecho siempre- aun cuando mostrasen desprolijidades en su estilo y formulación.
“El último que apague la luz”
Hoy en cambio, bajo el “magisterio” de Francisco, la tarea se ha vuelto titánica e inútil. Tan desmesurada que, si nos sentamos un minuto a reflexionar, advertimos que es cruelmente ridícula: el doctor supremo de la Iglesia necesita de un grupo de católicos que enderecen en un sentido aceptable sus dichos, cotidianamente.
Tan trágicamente ridículo como celebrar con entusiasmo que Francisco diga -cada tanto- un par de frases indubitablemente católicas, si acaso ha dicho alguna en un contexto de ese tenor. El Vaticano está en Italia, pero no por eso el papa y los fieles debemos convertirnos en personajes de Fellini.
En estos días se pueden leer en diversos medios las justificaciones conservadoras de ese engendro literario ecologista que responde al título de Laudato Sì. Todo tiene un límite y con Francisco hace tiempo que lo hemos pasado. Hasta el Card. Burke dijo de la Evangelii Gaudium que no es magisterio, sino tan solo un programa de su pontificado. ¿Qué dirá de esto?
Hay quienes admiten lo pantanoso, pero destacan que en medio de tanta agua estancada y nauseabunda flotan algunas flores de gran belleza: se apoya, dicen, la teoría del calentamiento global (que en definitiva es una opinión científica), pero se condena el aborto. Y otras cosas por el estilo que no vale la pena repetir.
Si no resistimos el falso magisterio no nos salvaremos
Si caemos en el absurdo de buscar las frases rescatables en medio de la confusión estamos comprometiendo seriamente nuestra obligación de defender la Fe. Frases que por otra parte están dichas en un lenguaje lavado y confuso, al mismo nivel o por debajo de otras reflexiones sobre temas ajenos al Magisterio y por momento tan ajenos a la pluma de un papa, como el uso de los acondicionadores o el ahorro de la energía eléctrica, que llegan a lo grotesco. Se puede hacer una apología de la austeridad y la templanza sin adoptar la agenda ecologista.
Señores, tomemos el problema por donde el problema debe ser tomado: Laudato Sì es una lamentable caricatura del magisterio pontificio, y por lo tanto no tiene el menor valor como tal.
No olvidemos que este problema, como todos los que ha planteado Francisco en su pontificado, no es nuevo, aunque nos sorprenda por el nivel de degradación al que el ha llegado. Si para algo nos sirve es para suscitar una reflexión seria sobre las contradicciones que arrastra desde su origen el “magisterio conciliar”, incluso cuando defiende las buenas causas, generalmente mal, urgido por la necesidad de hablar el lenguaje del mundo.
La cosa viene de lejos
Si llegamos como llegamos, al Sínodo de octubre no es solamente por culpa de Francisco, sino porque el magisterio previo no ha sido lúcido sino más bien lo contrario. Si los fieles dudan sobre la naturaleza del matrimonio o han devaluado de tal manera el modo de hablar de él es porque, entre otras cosas, en una encíclica en su defensa Juan Pablo II invierte los fines de la sociedad conyugal. Menudo error que estamos pagando, como tantos otros.
Cuando el clero dice a sus fieles que salgan a vocear la consigna “queremos un papa y una mamá” contra la pretensión de legalizar el homosexualismo como “matrimonio” los está engañando: los católicos no deben pedir la existencia de dos sujetos de sexo opuesto que puedan procrear, sino que deben defender la institución del matrimonio.
Deben vocear “queremos que se respete el matrimonio”, cuyos miembros son “los esposos”, no meramente personas de sexo distinto bajo cualquier circunstancia, “parejas” casadas, no casadas, recasadas… Todo igual.
Tampoco debemos celebrar, a riesgo de caer en el ridículo, cuando Francisco pide perdón a los jóvenes por proponerles la castidad. Casi como si fuera imposible y por lo tanto un buen ideal que nunca se podrá cumplir. El lenguaje magisterial hablaría virilmente de la pureza que Dios quiere en el corazón y en las costumbres para ser dignas moradas del Espíritu Santo y ser dignas de alcanzar la visión beatífica.
Cuando los católicos nos enfrentamos a estos documentos, o a los interminables sermones y discursos del “magisterio ordinario” (nunca tan ordinario como en estos tiempos) lo que debemos exigir, ya que la Iglesia tiene “el deber de no tolerar sino de proscribir todos los errores”, es que se nos hable un lenguaje claro, nítido, rotundo y católico. De cuestiones atinentes al Magisterio, no de otras. De un modo tal que se nos deje en claro lo que es de Fe, y lo que manda Nuestro Señor en materia Moral. Todo lo que se sale de allí, sobra. Todo lo que no se dice con la certeza de iluminar las mentes, solo sirve para confundirlas.
No hay “por lo menos habla de”… que valga. No en el Magisterio. Y si eso es lo que hoy rescatamos, ya estamos perdidos. No encontraremos nunca el límite que nos pide exige la resistencia a toda autoridad civil o eclesiástica que nos trata de llevar fuera de la recta doctrina.
Las “partes positivas” del magisterio de Francisco | Adelante la Fe
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Y con "ésta", Su Santidad ha perdido definitivamente para mí toda su credibilidad intelectual. Desde luego, que cruz de Pontificado...........¿Así que el "grito de independencia nació de los oprimidos"?. Sí, de los oprimidos por las fuerzas demoniacas, "iluminados" por las doctrinas de la masonería antiespañola.
El Papa dice que independencia de Hispanoamérica nació del grito de saqueados - La Razón
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Son chorradas que creen el 90% de los hispanoamericanos, incluidos los católicos. Y las han aprendido de los españoles peninsulares.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Eso esta en la mentalidad de los hispanoamericanos, al nivel casi de como la Iliada estaba en la mentalidad de los griegos.
Piensa que son ya mas de 200 años de pura propaganda y educación ideologizada, mas aun si el Papa es Jesuita y creo que sabemos que responsabilidad tienen ellos en todo esto.
Agregarle a eso que son muy pocos los historiadores que han entrado al tema, y aunque son muy buenos lamentablemente son poco conocidos hasta en sus propios países y tocan campos muy específicos. Se prefieren mas los historiadores que tocan temas mas ideologizados y, en estos casos, los viejos de hace 100 años.
Ademas con la Iglesia hoy en día que busca ser mas democrática y, por lo tanto, intenta venderse mas como un producto de supermercados, obviamente le haría mala publicidad decir lo contrario a lo dicho... esto despierta el espíritu nacionalista o chovinista y hace que "el Papa sea mas simpático y cercano"...
ya no sé para donde va la Iglesia, no pido que sea como en la Edad Media, o ninguna época en general, pero simplemente ver que esta dando golpes de ahogado hacen sentir impotencia...
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Mentiras e injusticia
Lo primero que llamó la atención en la misa celebrada ayer por el papa Francisco en Quito fue su casulla. En realidad, un poncho con diseños indígenas de muy mal gusto. Nada nuevo. Es casi idéntico al que había usado hace treinta años, en el mismo lugar, Juan Pablo II. Como dice un amigo, "el bergoglismo no es más que un juanpablismo grasa... y eso que el juanpablismo era grasa".
Pero lo grave de esa celebración no fue el mayor o menor acierto en la elección de los ornamentos litúrgicos. Fue lo que dijo el Sumo Pontífice. Y lo que dijo fueron mentiras -no puede argüirse ignorancia- e injusticias.
Comenzó repitiendo las afirmaciones políticamente correctas que le aseguraran los aplausos: "El Bicentenario de aquel Grito de Independencia de Hispanoamérica. Ése fue un grito, nacido de la conciencia de la falta de libertades, de estar siendo exprimidos, saqueados, «sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno». Mentiras. Puras mentiras y, lo que es más grave aún, una enorme injusticia con respecto a España que se desangró por hacer de América un continente cristiano y convirtió a sus habitantes en súbditos de la Corona, tan súbitos y con tantos derechos como los que tenía un vecino de Castilla. Recomiendo el artículo al respecto publicado en Infocatólica.
Al papa Francisco le importa un bledo la verdad y la justicia. Intelecto práctico puro, no se fija en medios para alcanzar los fines que se ha propuesto: acumular poder e influencia.
Lo curioso es que, como bien señala Ludovicus, se viene a hacer el criollo cuando no es más que un tanito que nació en Hispanoamérica por casualidad. Mimetización tipo Zelig para parecerse a los ecuatorianos de tez oscura que lo escuchaban extasiados.
Pero no quedó todo allí. Un poco más adelante dijo: “La evangelización no consiste en hacer proselitismo, el proselitismo es una caricatura de la evangelización, sino evangelizar es atraer con nuestro testimonio a los alejados, es acercarse humildemente a aquellos que se sienten lejos de Dios en la Iglesia, acercarse a los que se sienten juzgados y condenados a priori por los que se sienten perfectos y puros”. En otro contexto, quizás hubiese acordado con algunas de las afirmaciones del pontífice. Pero todo texto debe ser leído y escuchado en su contexto. Decir que en Quito, delante de delegaciones aborígenes, y luego de haber exaltado injusta y falazmente la independencia americana, que “el proselitismo es una caricatura de la evangelización” es, lisa y llanamente, condenar la labor de los misioneros españoles que durante siglos dejaron su vida y su sangre en las tierras americanas.
¿Qué hicieron los jesuitas, franciscanos y dominicos? Proselitismo, tal como lo entiende el papa Francisco. Claro que atraían a los indígenas con su testimonio, pero también los atraían con el violín, como San Francisco Solano, y con la predicación del evangelio de Jesucristo. Esos millares de hombres admirables se acercaron ciertamente a los que se sentían alejados -en realidad, en poder de los demonios- y a los más pobres, pero se acercaban para predicarles la Buena Nueva y para bautizarlos en el nombre de la Trinidad. Pareciera que el pontífice está aludiendo a una mera cercanía humana, de consuelo emocional y de promoción social.
Por otro lado, es notable la sibelina maldad de las palabras papales. Dijo: “… acercarse a los que se sienten juzgados y condenados a priori por los que se sienten perfectos y puros”. Dichas esas palabras en el contexto en el cual fueron pronunciadas, ¿quiénes se sentían perfectos y puros y que, por tanto, juzgaban y condenaban? Los cristianos españoles que consideraban que los indígenas americanos eran impuros puesto que servían a dioses falsos detrás de los cuales se escondían los demonios.
En la homilía de ayer, Francisco no ha tenido vergüenza en renegar de sus hermanos jesuitas a los que América debe en buena medida la fe; de renegar de San Roque González, Alonso Rodriguez y sus compañeros que, jesuitas como él, fueron martirizados a machetazos por hacer proselitismo entre los aborígenes americanos. Y tampoco ha tenido vergüenza el Santo Padre en repudiar la obra evangelizadora de España en América, denigrándola y asumiendo claramente y sin tapujos los postulados que proclama el mundo.
El Papa se está cargando la Iglesia. Lo hemos dicho en varias ocasiones.
Ayer se lo vio con dificultades para subir los pocos escalones del altar, con la mirada perdida en ocasiones y la voz pastosa. El juicio de Dios está cerca. No quisiera estar yo en sus mocasines negros.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Corregidme si no estoy en lo cierto pero creo que la evangelización que pretende Francisco es hacer sentir a la gente no culpable de sus errores en lugar de ofrecer una solución a estos corrigiéndolos (Que para él sería proselitismo).
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Comparto vuestra indignación por las palabras del Papa en las que aludía a la presencia de España en América. Lo que ha dicho es mentira y ofende mis sentimientos de español, pero además está mal decir a la gente lo que quiere oír. Si no es bueno en un político que regale los oídos del populacho, mucho menos lo es en un papa.
Sin embargo, me ha hecho gracia que esto lo resalten con indignación en el blog argentino Wanderer, donde siempre han expresado una opinión muy parecida sobre la Emancipación de España, o en Infocatólica, donde han aprovechado para contrastarlo con los "idílicos" pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Parece que el pontificado de Francisco está provocando que algunos católicos sufran una suerte de amnesia en lo que respecta a los pontificados anteriores. Juan Pablo II se pasó medio pontificado pidiendo perdón por hechos gloriosos que protagonizó la Iglesia y en cambio se olvidó de pedir perdón por hechos muy negativos, que provocan la indignación en toda persona de bien, protagonizados por él mismo. Como nación destacada en la defensa de la Cristiandad, España no se salvó de la de la quema, y no escuché entonces el lamento de ningún neocón español:
¿Cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización? Hay que reconocer con toda verdad los abusos cometidos debido a la falta de amor de aquellas personas que no supieron ver en los indígenas hermanos e hijos del mismo Padre Dios
Fuente:
https://w2.vatican.va/content/john-p...i-america.html
Benedicto XVI tampoco se quedó manco cuando se le presentó la ocasión:
El recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del continente latinoamericano. No es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias hechas por los colonizadores a las poblaciones indígenas, con frecuencia avasalladas en sus derechos humanos y fundamentales.
Fuente:
El Papa se rectifica y admite que la Conquista avasalló a los indios
Esto es sólo un ejemplo. Seguro que se pueden encontrar más cagadas rebuscando por ahí. Y por supuesto, también dijeron cosas buenas, como las dice de vez en cuando Francisco. Pero me parece que algunos católicos están usando un rasero diferente para juzgar las palabras de este papa o bien han perdido la memoria en lo que respecta a los pontificados anteriores. Sería un error pensar que las cagadas de Francisco no hunden sus raíces en papados anteriores, lo que tampoco quiere decir que se exculpe a Francisco, sino que se tiene una mejor comprensión de la desgraciada situación en la que nos encontramos. Por cierto, en Infocatólica me censuraron el mensaje en el que exponía todo esto con otras palabras.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Re: Habemus Papam - Francisco I
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=7815&stc=1
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Un local de Burger King será utilizado como sacristía por el papa Francisco
El Sumo Pontífice dará una misa junto a 60 obispos este jueves en Santa Cruz de la Sierra; un grupo de operarios trabajó todo el día para acondicionar el predio
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=7816&stc=1
SANTA CRUZ DE LA SIERRA (Enviado especial).- La cadena norteamericana de hamburguesas Burger King tendrá este jueves un privilegio insólito. Los organizadores de la visita papal pidieron la utilización de uno de sus locales de esta ciudad, el ubicado junto al monumento del Cristo Redentor, como sacristía para que el papa Francisco y los 60 obispos que concelebrarán con él, se revistan para la liturgia.
"Para nosotros es un orgullo poder ceder nuestras instalaciones", dijo a LA NACION el gerente general de Bolivian Foods, Alfredo Troche, dueño de las marcas Burger King y Subway en el país.
Un grupo de operarios trabajó este miércoles a todo ritmo para cubrir con lonas blancas las promociones de las hamburguesas y las listas de precios, y darle así al local un tono más sobrio acorde con la ceremonia.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
UN NUEVO CRONISTA DE INDIAS
Si al Tribuno Mundial de la Plebe le faltaba echar mano de algún otro tópico mendaz con el que acrecer su ascendiente sobre las turbas, la ocasión -previsible y nada calva- la tuvo en su excursión amerindia. No hace falta abundar en aquellas sus palabras que abonan la tan explotada dialéctica "indios buenos-españoles malos": las reproducen multitud de medios, con el regodeo de rigor en casos como éste, en que se alude a la presunta «conciencia de la falta de libertades, de estar siendo exprimidos y saqueados» como causal de la independencia de los países americanos hace doscientos años. Pero de Francisco sabemos algo de cierto, y es su desordenada afición a congraciarse con todos y cada cual mientras esto sirva a encaramarlo: se diría que ante cualquier auditorio -trátese de los indígenas americanos, de una delegación de la ONU, de los balseros de Lampedusa o de una asociación de banqueros israelitas, lo mismo da- él no hace sino oír de boca del mismo, a modo de anhelosa súplica, aquel versículo de Isaías (XXX, 10): loquimini nobis placentia, «habladnos de lo que nos gusta». Y se dispone a complacerlo sin perder oportunidad.
Algo de esta suprema elasticidad de principios tuvimos que reconocerle aquí, aquí y aquí, junto con la notoria predilección por el oficio del flautista-encantador que va engatusando incautos con sus sones. Recordamos haber leído en otro blogue una hipótesis sobre el mimetismo de su personalidad, debatiéndose siempre todos entre la clave plenamente intencional y zorruna de sus oscilaciones y la interpretación patológica de las mismas. Es posible que la una no contradiga a la otra, y que el recurso a la lisonja del oyente, movido por la inicial avidez de poder y gloria mundanos, acabe por connaturalizarse hasta el trastorno psíquico. Como tampoco cabe excluir la más que plausible eventualidad de estar actuando de común acuerdo con los lobbies que crean la opinión pública y orquestan el inmediato devenir político del mundo.
Hecha abstracción de lo cual, y para sólo ceñirnos al tema «conquista e independencia de América», nos pareció oportuno y justo trascribir unas pocas líneas que replican victoriosamente el discurso denigratorio de Bergoglio. Son de Vicente Sierra (Así se hizo América, Dictio, Buenos Aires, 1977), y muy aptas para evidenciar en qué estriban las falencias del rupturismo histórico, tal como lo propició la facción liberal-iluminista que actuó detrás de la bicentenaria revolución cuyos mitos siguen siendo servidos en las escuelas -y ya incluso en los discursos papales. Lo que desconocen los historiadores más o menos aficionados y más o menos reos del actual clima espiritual de desarraigo, es que «es imposible considerar al hombre separado de la profundísima realidad histórica, y ésta se adentra en lo más hondo de la existencia, en sus mismos fundamentos, para revelar lo más auténtico de la realidad». Y que por indispensable que sea la heurística, la compilación de datos, en la conformación del juicio histórico, pues la historiografía necesita «del documento, de las fuentes, de los datos [...], quien sólo se atenga a ellos no verá nunca la verdad, esa verdad que debe vivir en el ser mismo del historiógrafo, mediante la cual se puede identificar íntimamente con los hechos del pasado por el nexo indisoluble de la tradición. Por muchos documentos que se pusieran en manos de un hindú para escribir la historia de la labor de España en el Nuevo Mundo, no se lograría que comprendiera el sentido espiritual de la misma». Es lo que ocurre cabalmente con un papa adscrito a las formas más rudimentarias y bastas del historicismo, cuyo veneno lo ha vuelto mental y emocionalmente ajeno a la institución que se le ha otorgado gobernar.
Aparte de faltar habitualmente a la verdad, el evolucionimo histórico incurre en frecuente inconsecuencia al abordar el capítulo americano. En efecto, ni aun reconociendo que la Conquista permitió a los aborígenes remontar un abismo cultural de tres mil o más años con el europeo (las culturas inferiores locales no habían superado el neolítico, y las superiores desconocían el uso del hierro), ni siquiera constando acabadamente la superioridad de las instituciones político-sociales a las que los naturales fueron integrados desde el mismo momento en que estas tierras pasaron a constituir Reinos incorporados a la Corona de Castilla, el juicio que todo esto suscita a sus adeptos no deja de ser paradójicamente negativo. Sigamos a Sierra: «el gran drama de la Conquista es que el indio carece de conciencia histórica; es un ser sumido en el destino, pero que no ha salido del estado de naturaleza. La dificultad con que tropieza el misionero es que el indio carece de nexos tradicionales que le permitan reconocer las tesis liberadoras que el evangelizador lleva consigo, y error de casi toda la historiografía americana es no haber medido la magnitud de esta circunstancia. No bastaba decir al indio: "tú eres libre; tu libre albedrío te permite realizar en eta vida tus fines terrenos y eternos"; el indio no podía entender ese lenguaje, porque el problema de la libertad no existía en él. Esas palabras expresaban un dinamismo histórico que no podía captar el indio, carente de conciencia histórica». Situación talmente reconocida por los capitanes de la Conquista como para suscitar pronto largas discusiones entre los juristas peninsulares acerca de los justos títulos de la misma: el hecho de que prevalecieran quienes sostenían el deber antes que elderecho de conquista expresa a suficiencia cuánto el acento estuvo puesto antes en el beneficio de los naturales que en el de la Corona o de los aventureros. De ahí también la absoluta extemporaneidad en el transponer la monserga libertaria de nuestros aciagos tiempos post-cristianos a los días previos a Colón. Las "ideas cristianas que se volvieron locas", ni locas ni cuerdas hubieran tenido cabida en las mientes de los súbditos de Moctezuma o de Atahualpa.
Estas son, aplicadas al caso americano, algunas de entre las aporías del historicismo en el que han sido formadas, volens nolens, las cabezas de los últimos pontífices, y que en Francisco encuentra la más grosera y eruptiva de sus derivas. Frente al repudio hodierno de los imperialismos, puede comprobarse el voraz apetito imperial de los reyes aztecas e incas, por el que los pueblos que les estaban sometidos saludaron con entusiasmo la llegada de los españoles; frente al rechazo de la esclavitud, su rigurosa vigencia en toda la latitud del Nuevo Mundo; frente a la hoy tan clamoreada conciencia del derecho de los más débiles (mujeres y niños), ahí están la poligamia y los sacrificios de niños al dios Sol, no menos que costumbres terribles como aquellas que describe el jesuita padre Florián Paucke relativas a los indios mocovíes del Chaco: «cuando la mujer del indio ha dado a luz y el padre no puede detenerse en el lugar del alumbramiento, bien sea por carencia de alimentos o por un próximo largo viaje, ordena a su mujer de matar al niño, orden que ella observa puntualmente». Las costumbres del infiel todavía vigentes en la segunda mitad del siglo XIX, tal como las refiere el Martín Fierro, no dejan de asombrar por su inhumanidad. No hay nada que exaltar en aquel mundo sumergido en hoscas tinieblas, deseoso de una redención que al fin llegó, al menos mientras duró la impregnación católica de América.
«La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad» es una conocida sentencia de León XIII que su lejano sucesor en nuestros días tiene acaso tan por indescifrable como el contenido mismo de su fe.
In exspectatione
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Burger Pope
Me levanté esta mañana con la intención de escribir un post sobre el imperdonable pedido de perdón realizado por el Papa Francisco a los pueblos originarios de América por haber sido conquistados por la Iglesia para Cristo y para España. Leí también el discurso que pronunció ante los Movimientos Sociales.
Francamente, no vale la pena escribir nada. Ya es tan obvia la necedad y maldad de este hombre que las palabras terminan aburriendo al que las escribe y al que las lee. O, peor aún, terminan enfermando.
La foto que ilustra el post es suficiente. El Papa Bergoglio saliendo de una hamburguesería que, por caso, pertenece a una de las grandes corporaciones multinacionales por él mismo criticadas, que ofició de sacristía. Definitivamente, es el Burger Pope, el Papa de la Hamburguesa, el Papa de la comida rápida y barata, que indigesta, enferma y termina matando. El Papa que ofrece con su palabras y sus gestos comida chatarra para el alma; la engaña, como las hamburguesas, haciéndole creer que se está alimentando cuando en realidad se está envenenando.
No vale la pena. Este hombre enferma.
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
FRANCISCO DEBE PEDIR PERDÓN
Si los múltiples medios oficiales y oficiosos no se han puesto de acuerdo para fabricar un horrible montaje, todos hemos visto y escuchado a Francisco en Bolivia, este 9 de julio de 2015, diciendo que “la Iglesia tiene que pedir humildemente perdón por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada Conquista de América”.
No fue el único extravío grave de palabras y de gestos que tuvo el Obispo de Roma en este viaje por América del Sur, pero sin dudas es uno de los más escandalosos y ultrajantes.
Ofende a la Verdad Histórica, a la Madre España y, sobre todo, a la Iglesia Católica, de la que se supone es su Pastor Universal. Son, en síntesis, las de Francisco, palabras inadmisibles, cargadas de injusticias, de calumnias, de vejámenes y de oprobio. Palabras mendaces que alimentarán todo el inmenso aparato mundial del indigenismo marxista, y que se sumarán al proceso de deshispanización y de desarraigo espiritual lanzado contra América Hispana. El daño que ya están provocando es incalculable.
Son muchos los historiadores y pensadores de nota que pueden desmentir fácilmente la temeraria afirmación de Francisco, pues la misma no resiste la confrontación con las investigaciones solventes y eruditas.
Hasta nosotros mismos, movidos por el amor filial a la España Eterna y a la Esposa de Cristo, nos hemos ocupado de este tema hace ya muchos años y desde entonces lo venimos haciendo en la escasa medida de nuestras fuerzas.
Por eso nos parece oportuno reflotar un viejo escrito, el cual —aunque publicado hace ya largo tiempo y sin las muchas actualizaciones que cabrían hacerle para mejorarlo— contiene una síntesis de criterios y de datos que contradicen el sofisma de Francisco. Lo adjuntamos tras estas líneas.
El Papa debe pedir perdón. Sin duda. Pero no por los supuestos crímenes contra los supuestos pueblos originarios, sino por haber violado la Verdad para agradar al mundo. Debe pedir perdón a la Iglesia, a la Hispanidad, al Occidente y a la Cátedra de la Cruz, profanada por la hoz y el martillo, cuyo símbolo funestísimo le fue entregado por un patán roñoso, y no tuvo el coraje de quebrar a golpes de báculo.
Recemos por él, como lo pide. Pero recemos asimismo por las víctimas de su docencia errática, confusa, engañosa, sincretista y heretizante. Esas víctimas somos todos nosotros. Nosotros, los fieles de a pie, los bautizados, los simples feligreses y parroquianos. Los católicos, apostólicos, romanos.
Tres lugares comunes
de las leyendas negras
Por Antonio Caponnetto
Introducción
La conmemoración del Quinto Centenario ha vuelto a reavivar, como era previsible, el empecinado odio anticatólico y antihispanista de vieja y conocida data. Y tanto odio alimenta la injuria, ciega a la justicia y obnubila el orden de la razón, según bien lo explicara Santo Tomás en olvidada enseñanza. De resultas, la verdad queda adulterada y oculta, y se expanden con fuerza el resentimiento y la mentira. No es sólo, pues, una insuficiencia histórica o científica la que explica la cantidad de imposturas lanzadas al ruedo. Es un odium fidei alimentado en el rencor ideológico. Un desamor fatal contra todo lo que lleve el signo de la Cruz y de la Espada.
Bastaría aceptar y comprender este oculto móvil para desechar, sin más, las falacias que se propagan nuevamente, aquí y allá. Pero un poder inmenso e interesado les ha dado difusión y cabida, y hoy se presentan como argumentos serios de corte académico. No hay nada de eso. Y a poco que se analizan los lugares comunes más repetidos contra la acción de España en América, quedan a la vista su inconsistencia y su debilidad. Veámoslo brevemente en las tres imputaciones infaltables enrostradas por las izquierdas.
El despojo de la tierra
Se dice en primer lugar, que España se apropió de las tierras indígenas en un acto típico de rapacidad imperialista.
Llama la atención que, contraviniendo las tesis leninistas, se haga surgir al Imperialismo a fines del siglo XV. Y sorprende asimismo el celo manifestado en la defensa de la propiedad privada individual. Pero el marxismo nos tiene acostumbrados a estas contradicciones y sobre todo, a su apelación a la conciencia cristiana para obtener solidaridades. Porque, en efecto, sin la apelación a la conciencia cristiana —que entiende la propiedad privada como un derecho inherente de las criaturas, y sólo ante el cual el presunto despojo sería reprobable— ¿a qué viene tanto afán privatista y posesionista? No hay respuesta.
La verdad es que antes de la llegada de los españoles, los indios concretos y singulares no eran dueños de ninguna tierra, sino empleados gratuitos y castigados de un Estado idolatrado y de unos caciques despóticos tenidos por divinidades supremas. Carentes de cualquier legislación que regulase sus derechos laborales, el abuso y la explotación eran la norma, y el saqueo y el despojo las prácticas habituales. Impuestos, cargas, retribuciones forzadas, exacciones virulentas y pesados tributos, fueron moneda corriente en las relaciones indígenas previas a la llegada de los españoles. El más fuerte sometía al más débil y lo atenazaba con escarmientos y represalias. Ni los más indigentes quedaban exceptuados, y solían llevar como estigmas de su triste condición, mutilaciones evidentes y distintivos oprobiosos. Una "justicia" claramente discriminatoria, distinguía entre pudientes y esclavos en desmedro de los últimos y no son éstos, datos entresacados de las crónicas hispanas, sino de las protestas del mismo Carlos Marx en sus estudios sobre “Formaciones Económicas Precapitalistas y Acumulación Originaria del Capital”. Y de comentaristas insospechados de hispanofilia como Eric Hobsbawn, Roberto Oliveros Maqueo o Pierre Chaunu.
La verdad es también, que los principales dueños de la tierra que encontraron los españoles —mayas, incas y aztecas— lo eran a expensas de otros dueños a quienes habían invadido y desplazado. Y que fue ésta la razón por la que una parte considerable de tribus aborígenes —carios, tlaxaltecas, cempoaltecas, zapotecas, otomíes, cañarís, huancas, etcétera— se aliaron naturalmente con los conquistadores, procurando su protección y el consecuente resarcimiento. Y la verdad, al fin, es que sólo a partir de la Conquista, los indios conocieron el sentido personal de la propiedad privada y la defensa jurídica de sus obligaciones y derechos.
Es España la que se plantea la cuestión de los justos títulos, con autoexigencias tan sólidas que ponen en tela de juicio la misma autoridad del Monarca y del Pontífice. Es España -con ese maestro admirable del Derecho de Gentes que se llamó Francisco de Vitoria— la que funda la posesión territorial en las más altos razones de bien común y de concordia social, la que insiste una y otra vez en la protección que se le debe a los nativos en tanto súbditos, la que garantiza y promueve un reparto equitativo de precios, la que atiende sobre abusos y querellas, la que no dudó en sancionar duramente a sus mismos funcionarios descarriados, y la que distinguió entre posesión como hecho y propiedad como derecho, porque sabía que era cosa muy distinta fundar una ciudad en el desierto y hacerla propia, que entrar a saco a un granero particular.
Por eso, sólo hubo repartimientos en tierras despobladas y encomiendas “en las heredades de los indios”. Porque pese a tantas fábulas indoctas, la encomienda fue la gran institución para la custodia de la propiedad y de los derechos de los nativos. Bien lo ha demostrado hace ya tiempo Silvio Zavala, en un estudio exhaustivo, que no encargó ninguna “internacional reaccionaria”, sino la Fundación Judía Guggenheim, con sede en Nueva York. Y bien queda probado en infinidad de documentos que sólo son desconocidos para los artífices de las leyendas negras.
Por la encomienda, el indio poseía tierras particulares y colectivas sin que pudieran arrebatárselas impunemente. Por la encomienda organizaba su propio gobierno local y regional, bajo un régimen de tributos que distinguía ingresos y condiciones, y que no llegaban al Rey —que renunciaba a ellos— sino a los Conquistadores. A quienes no les significó ningún enriquecimiento descontrolado y si en cambio, bastantes dolores de cabeza, como surgen de los testimonios de Antonio de Mendoza o de Cristóbal Alvarez de Carvajal y de innumerables jueces de audiencias.
Como bien ha notado el mismo Ramón Carande en “Carlos V y sus banqueros”, eran tan férrea la protección a los indios y tan grande la incertidumbre económica para los encomenderos, que América no fue una colonia de repoblación para que todos vinieran a enriquecerse fácilmente. Pues una empresa difícil y esforzada, con luces y sombras, con probos y pícaros, pero con un testimonio que hasta hoy no han podido tumbar las monsergas indigenistas: el de la gratitud de los naturales. Gratitud que quien tenga la honestidad de constatar y de seguir en sus expresiones artísticas, religiosas y culturales, no podrá dejar de reconocer objetivamente.
No es España la que despoja a los indios de sus tierras. Es España la que les inculca el derecho de propiedad, la que les restituye sus heredades asaltadas por los poderosos y sanguinarios estados tribales, la que los guarda bajo una justicia humana y divina, la que Ios pone en paridad de condiciones con sus propios hijos, e incluso en mejores condiciones que muchos campesinos y proletarios europeos Y esto también ha sido reconocido por historiógrafos no hispanistas.
Es España, en definitiva, la que rehabilita la potestad India a sus dominios, y si se estudia el cómo y el cuándo esta potestad se debilita y vulnera, no se encontrará detrás a la conquista ni a la evangelización ni al descubrimiento, sino a las administraciones liberales y masónicas que traicionaron el sentido misional de aquella gesta gloriosa. No se encontrará a los Reyes Católicos, ni a Carlos V, ni a Felipe II. Ni a los conquistadores, ni a los encomenderos, ni a los adelantados, ni a los frailes. Sino a los enmandilados borbones iluministas y a sus epígonos, que vienen desarraigando a América y reduciéndola a la colonia que no fue nunca en tiempos del Imperio Hispánico.
La sed de Oro
Se dice, en segundo lugar, que la llegada y la presencia hispánica no tuvo otro fin superior al fin económico; concretamente, al propósito de quedarse con Ios metales preciosos americanos. Y aquí el marxismo vuelve a brindarnos otra aporía. Porque sí nosotros plantamos la existencia de móviles superiores, somos acusados de angelistas, pero si ellos ven sólo ángeles caídos adoradores de Mammón se escandalizan con rubor de querubines. Si la economía determina a la historia y la lucha de clases y de intereses es su motor interno; si los hombres no son más que elaboraciones químicas transmutadas, puestos para el disfrute terreno, sin premios ni castigos ulteriores, ¿a qué viene esta nueva apelación a la filantropía y a la caridad entre naciones.
Únicamente la conciencia cristiana puede reprobar coherentemente —y reprueba— semejantes tropelías. Pero la queja no cabe en nombre del materialismo dialéctico. La admitimos con fuerza mirando el tiempo sub specie aeternitatis. Carece de sentido en el historicismo sub lumine oppresiones. Es reproche y protesta si sabemos al hombre "portador de valores eternos", como decía José Antonio, u homo viator, como decían los Padres. Es fría e irreprochable lógica si no cesamos de concebirlo como homo aeconomicus.
Pero aclaremos un poco mejor las cosas.
Digamos ante todo que no hay razón para ocultar los propósitos económicos de la conquista española. No sólo porque existieron sino porque fueron lícitos. El fin de la ganancia en una empresa en la que se ha invertido y arriesgado y trabajado incansablemente, no está reñido con la moral cristiana ni con el orden natural de las operaciones. Lo malo es, justamente, cuando apartadas del sentido cristiano, las personas y las naciones anteponen las razones financieras a cualquier otra, las exacerban en desmedro de los bienes honestos y proceden con métodos viles para obtener riquezas materiales.
Pero éstas son, nada menos, las enseñanzas y las prevenciones continuas de la Iglesia Católica en España. Por eso se repudiaban y se amonestaban las prácticas agiotistas y usureras, el préstamo a interés, la "cría del dinero", las ganancias malhabidas. Por eso, se instaba a compensaciones y reparaciones postreras —que tuvieron lugar en infinidad de casos—; y por eso, sobre todo, se discriminaban las actividades bursátiles y financieras como sospechosas de anticatolicismo.
No somos nosotros quienes lo notamos. Son los historiógrafos materialistas quienes han lanzado esta formidable y certera "acusación" ni España ni los países católicos fueron capaces de fomentar el capitalismo por sus prejuicios antiprotestantes y antirabínicos. La ética calvinista y judaica, en cambio, habría conducido como en tantas partes, a la prosperidad y al desarrollo, si Austrias y Ausburgos hubiesen dejado de lado sus hábitos medievales y ultramontanos. De lo que viene a resultar una nueva contradicción. España sería muy mala porque llamándose católica buscaba el oro y la plata. Pero sería después más mala por causa de su catolicismo que la inhabilitó para volverse próspera y la condujo a una decadencia irremisible.
Tal es, en síntesis, lo que vino a decirnos Hamilton —pese a sí mismo— hacia 1926, con su tesis sobre “Tesoro Americano y el florecimiento del Capitalismo”. Y después de él, corroborándolo o rectificándolo parcialmente, autores como Vilar, Simiand, Braudel, Nef, Hobsbawn, Mouesnier o el citado Carande. El oro y la plata salidos de América (nunca se dice que en pago a mercancías, productos y materiales que llegaban de la Península) no sirvieron para enriquecer a España, sino para integrar el circuito capitalista europeo, usufructuado principalmente por Gran Bretaña.
Los fabricantes de leyendas negras, que vuelven y revuelven constantemente sobre la sed de oro como fin determinante de la Conquista, deberían explicar, también, por qué España llega, permanece y se instala no solo en zonas de explotación minera, sino en territorios inhóspitos y agrestes. Porque no se abandonó rápidamente la empresa si recién en la segunda mitad del siglo XVI se descubren las minas más ricas, como las de Potosí, Zacatecas o Guanajuato. Por qué la condición de los indígenas americanos era notablemente superior a la del proletariado europeo esclavizado por el capitalismo, como lo han reconocido observadores nada hispanistas como Humboldt o Dobb, o Chaunu, o el mercader inglés Nehry Hawks, condenado al destierro por la Inquisición en 1751 y reacio por cierto a las loas españolistas. Por qué pudo decir Bravo Duarte que toda América fue beneficiada por la Minería, y no así la Corona Española. Por qué, en síntesis —y no vemos argumento de mayor sentido común y por ende de mayor robustez metafísica—, si sólo contaba el oro, no es únicamente un mercado negrero o una enorme plaza financiera lo que ha quedado como testimonio de la acción de España en América, sino un conglomerado de naciones ricas en Fe y en Espíritu.
El efecto contiene y muestra la causa: éste es el argumento decisivo. Por eso, no escribimos estas líneas desde una Cartago sudamericana amparada en Moloch y Baal, sino desde la Ciudad nombrada de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, por las voces egregias de sus héroes fundadores.
El genocidio indígena
Se dice, finalmente, en consonancia con lo anterior, que la Conquista —caracterizada por el saqueo y el robo— produjo un genocidio aborigen, condenable en nombre de las sempiternas leyes de la humanidad que rigen los destinos de las naciones civilizadas.
Pero tales leyes, al parecer, no cuentan en dos casos a la hora de evaluar los crímenes masivos cometidos por los indios dominantes sobre los dominados, antes de la llegada de los españoles; ni a la hora de evaluar las purgas stalinistas o las iniciativas malthussianas de las potencias liberales. De ambos casos, el primero es realmente curioso. Porque es tan inocultable la evidencia, que los mismos autores indigenistas no pueden callarla. Sólo en un día del año 1487 se sacrificaron 2.000 jóvenes inaugurando el gran templo azteca del que da cuenta el códice indio Telleriano-Remensis. 250.000 víctimas anuales es el número que trae para el siglo XV Jan Gehorsam en su artículo "Hambre divina de los aztecas". Veinte mil, en sólo dos años de construcción de la gran pirámide de Huitzilopochtli, apunta Von Hagen, incontables los tragados por las llamadas guerras floridas y el canibalismo, según cuenta Halcro Ferguson, y hasta el mismísimo Jacques Soustelle reconoce que la hecatombe demográfica era tal que si no hubiesen llegado los españoles el holocausto hubiese sido inevitable.
Pero, ¿qué dicen estos constatadores inevitables de estadísticas mortuorias prehispánicas? Algo muy sencillo: se trataba de espíritus trascendentes que cumplían así con sus liturgias y ritos arcaicos. Son sacrificios de “una belleza bárbara” nos consolará Vaillant. “No debemos tratar de explicar esta actitud en términos morales”, nos tranquiliza Von Hagen y el teólogo Enrique Dussel hará su lectura liberacionista y cósmica para que todos nos aggiornemos. Está claro: si matan los españoles son verdugos insaciables cebados en las Cruzadas y en la lucha contra el moro, si matan los indios, son dulces y sencillas ovejas lascasianas que expresaban la belleza bárbara de sus ritos telúricos. Si mata España es genocidio; si matan los indios se llama “amenaza de desequilibrio demográfico”.
La verdad es que España no planeó ni ejecutó ningún plan genocida; el derrumbe de la población indígena —y que nadie niega— no está ligado a los enfrentamientos bélicos con los conquistadores, sino a una variedad de causas, entre las que sobresale la del contagio microbiano. La verdad es que la acusación homicida como causal de despoblación, no resiste las investigaciones serias de autores como Nicolás Sánchez Albornoz, José Luís Moreno, Angel Rosemblat o Rolando Mellafé, que no pertenecen precisamente a escuelas hispanófilas.
La verdad es que “los indios de América”, dice Pierre Chaunu, “no sucumbieron bajo los golpes de las espadas de acero de Toledo, sino bajo el choque microbiano y viral”, la verdad —¡cuántas veces habrá que reiterarlo en estos tiempos!— es que se manejan cifras con una ligereza frívola, sin los análisis cualitativos básicos, ni los recaudos elementales de las disciplinas estadísticas ligadas a la historia.
La verdad incluso —para decirlo todo— es que hasta las mitas, los repartimientos y las encomiendas, lejos de ser causa de despoblación, son antídotos que se aplican para evitarla. Porque aquí no estamos negando que la demografía indígena padeció circunstancialmente una baja. Estamos negando, sí, y enfáticamente, que tal merma haya sido producida por un plan genocida.
Es más si se compara con la América anglosajona, donde los pocos indios que quedan no proceden de las zonas por ellos colonizados -¿dónde están los indios de Nueva Inglaterra?- sino los habitantes de los territorios comprados a España o usurpados a Méjico. Ni despojo de territorios, ni sed de oro, ni matanzas en masa. Un encuentro providencial de dos mundos, aunque no con simetría axiológica. Encuentro en el que, al margen de todos los aspectos traumáticos que gusten recalcarse, uno de esos mundos, el Viejo, gloriosamente encarnado por la Hispanidad, tuvo el enorme mérito de traerle al otro nociones que no conocía sobre la dignidad de la criatura hecha a imagen y semejanza del Creador. Esas nociones, patrimonio de la Cristiandad difundidas por sabios eminentes, no fueron letra muerta ni objeto de violación constante. Fueron el verdadero programa de vida, el genuino plan salvífico por el que la Hispanidad luchó en tres siglos largos de descubrimiento, evangelización y civilización abnegados.
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Y si la espada, como quería Peguy, tuvo que ser muchas veces la que midió con sangre el espacio sobre el cual el arado pudiese después abrir el surco; y si la guerra justa tuvo que ser el preludio del canto de la paz, y el paso implacable de los guerreros de Cristo el doloroso medio necesario para esparcir el Agua del Bautismo, no se hacia otra cosa más que ratificar lo que anunciaba el apóstol: sin efusión de sangre no hay redención ninguna.
La Hispanidad de Isabel y de Fernando, la del yugo y las flechas prefiguradas desde entonces para ser emblema de Cruzada, no llegó a estas tierras con el morbo del crimen y el sadismo del atropello. No se llegó para hacer víctimas, sino para ofrecernos, en medio de las peores idolatrías, a la Víctima Inmolada, que desde el trono de la Cruz reina sobre los pueblos de este lado y del otro del océano temible.
CABILDO - Por la Nación contra el caos: Actualidad
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Creo que no soy sospechoso de integrista antipapal desde el CVII, pues afirmo que el Papa Francisco debe pedir perdón. Lo que ha hecho es de motu proprio, no como Papa, ha hablado por si mismo, no por la Iglesia, ha escandalizado a muchos católicos y ha ofendido a España y a los españoles presentando a nuestros antepasados como bárbaros, es decir ha incurrido en una de las más facilonas y comunes de las falacias, la de la generalización. Ha juzgado y condenado toda la conquista y toda la evangelización, no sólo aquellas situaciones concretas, por tanto ha faltado a la verdad. El Papa Francisco debe pedir perdón.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Excepto alguna precisión, o salvo algún posible error, creo que el siguiente artículo habla por si sólo y eso que está publicado en un medio nada apreciado por aquí:
El Papa y la independencia
Jesús Laínz
El vicario de Dios en la Tierra acaba de explicar en Ecuador que en estas fechas se celebra el bicentenario de la independencia de los países hispanoamericanos respecto de España, independencia "nacida de la conciencia de falta de libertades, de estar siendo exprimidos y saqueados".
Dejando aparte el significativo detalle de que dichas palabras, tan poco relacionadas con el reino de Dios, hayan sido pronunciadas en el continente de la teología de la liberación, sorprende la ignorancia necesaria para repetir tamaña vulgaridad negrolegendaria. Pues de todos los imperios que en la historia ha habido, fue precisamente el español el menos caracterizado por la opresión y el saqueo, como lo demuestra el hecho de que fue el único que desde el principio proclamó la dignidad de los nativos, inventó el derecho de gentes, germen de los actuales derechos humanos, y limitó el poder de conquistadores y gobernantes. Sobre ello se han escrito miles de páginas que no podemos repetir aquí.
Pero no ahorraremos unos breves datos. El primero, el curioso detalle de una Hispanoamérica en la que, mientras Washington y los suyos guerreaban contra Londres, nadie, ni criollos ni amerindios, tuvo el menor interés en separarse de Madrid. El segundo, el escaso interés por la emancipación de la metrópoli salvo entre unas muy minoritarias élites criollas ansiosas de manejar el cotarro sin sujeciones a la ley española. El tercero, el papel determinante de una Gran Bretaña deseosa de sustituir a España en el señorío suramericano, como probó el apoyo dado por las logias masónicas y los sucesivos gobiernos británicos a los independentistas criollos concentrados en Londres. No por casualidad el ministro de Exteriores británico, George Canning, pudo escribir en 1823:
Lo hemos conseguido. El clavo está puesto. La América española es libre, y si no descuidamos nuestro trabajo, es inglesa.
Respecto al carácter saqueador del Imperio español, quizá debiera conocer el Papa normas como la Real Provisión de la reina Isabel (1503) en la que mandaba al gobernador español que hiciese pagar a los nativos el jornal por su trabajo:
Lo qual hagan e cumplan como personas libres, como lo son, e non como siervos. E faced que sean bien tratados; e los que dellos fueren christianos, mejor que los otros. E non consintáis nin deis lugar que ninguna persona les haga mal nin daño nin otro desaguisado alguno.
O como las Leyes Nuevas de Indias de Carlos I (1542):
Encargamos y mandamos a los del dicho nuestro Consejo de las Indias tengan siempre muy gran atención y especial cuidado sobre todo de la conservación y buen gobierno y tratamiento de los dichos indios (…) mandamos que se informen siempre de los excesos y malos tratamientos que les son o fueren fechos por los gobernadores o personas particulares (…) y en lo que se oviere excedido o excediere de aquí adelante tengan cuidado de lo remediar castigando los culpables con todo rigor, conforme a justicia.
O como la Real Cédula de Felipe II, de 29 de diciembre de 1593:
Yo he sido informado de que los delitos que los españoles cometen contra los indios no se castigan con el rigor que se hacen en los de unos españoles con otros (…) os mando que de aquí adelante castiguéis con mayor rigor a los españoles que injuriaren, ofendieren o maltrataren a los indios, que si los mismos delitos se cometiesen contra los españoles.
Llegando al siglo XIX y al momento de la independencia mencionado por el Papa, un hecho digno de recordación fue el alistamiento masivo de los amerindios en los ejércitos realistas, sabedores de la que se les venía encima. Pues la mayor ironía del asunto reside en el hecho de que el tiempo duro para los nativos americanos comenzó precisamente con la independencia. Pues cuando la protección de las leyes españolas desapareció, los nuevos gobernantes de las recién nacidas repúblicas demostraron muy pocos escrúpulos en la tarea de limpiar la tierra de los que consideraban obstáculos para el progreso. Un solo ejemplo, precisamente de la patria del Papa; Darwin escribió sobre la localidad de Bahía Blanca en su diario:
El establecimiento es de reciente creación, y su desarrollo ha acarreado grandes trastornos. El gobierno de Buenos Aires lo ocupó injustamente por la fuerza, en lugar de seguir el prudente ejemplo de los virreyes españoles, que compraron a los indios el terreno cercano de la antigua colonia del río Negro.
También fue testigo Darwin de las matanzas de indios a manos del general Rosas, incluidas las mujeres en edad de procrear por "parir demasiado". Y, de nuevo en suelo argentino, a caballo de los siglos XIX y XX tuvo lugar el exterminio de los indígenas patagones, cuando, con la aprobación o indiferencia de los gobernantes, los grandes ganaderos, muchos de ellos ingleses, pagaban recompensa por cada indio muerto previa presentación de manos u orejas. Gracias a tan interesantes actividades grandes páginas de la historia argentina fueron escritas por personajes como Ramón Lista, Julius Popper, Mauricio Braun, José Menéndez, Alexander Mac Lennan, Esteban Bridges, Rodolfo Stubenrauch y Peter H. Mac Clelland.
En todo ello nada tuvo que ver esa "conciencia de falta de libertades, de estar siendo exprimidos y saqueados" que mencionó el Santo Padre como causa de la independencia hispanoamericana de principios del siglo XIX. Pero, indudablemente, con palabras como éstas, al igual que con las pronunciadas recientemente ante Raúl Castro, habrá conseguido una vez más el aplauso de comunistas y compañeros de viaje a la vez que el enfado de los católicos informados. Doctores tiene la Iglesia.
Jesús Laínz - El Papa y la independencia - Libertad Digital - Cultura
Se supone que cuando mejores medios de comunicación hay, mayores posibilidades de información y conocimiento, acceso cuasi universal a cualquier fuente documental que otorgan todas las oportunidades para saber la realidad de la historia de los hechos y acontecimientos, mayor es la cantidad de estulticia sobre la Leyenda Negra. Francisco será muy humilde, o eso afirma aunque cuidado con la soberbia de querer ser el más humilde entre los humildes, pedirá que se rece mucho por él, -evidentemente las oraciones no son suficientes hasta ahora-, pero con demasiada frecuencia se mete en cenagales de los que es muy difícil salir. Y lo que es peor, si cree que por meterse en semejantes líos la Iglesia sale favorecida, está totalmente equivocado. No sé si tendrá asesores o todo se le ocurre a él, si el caso es el primero más le vale ir dándoles puerta; si el segundo, más le valdría cerrar la boca y meditar lo que va a decir por lo menos diez o doce veces. antes de pronunciarse. No se amplía el rebaño intentando captar ovejas que andan a su aire mientras se espanta a las que están en el redil. En fin, yo no quiero pensar en Francisco como un mal Papa, sino como un Papa patoso.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
La verdad es que todo esto me parece tan insólito que no tengo palabras para explicarlo. Si me contaran esto hace años pensaría que en el Vaticano han puesto a mandar a un adolescente de 13 años. ¿Pero que clase de payasadas son estas? ¿Nos hemos vuelto majaras, o es que estoy soñando?.
Que nada menos que un papa de Roma, se permita el lujo de despreciar de una manera tan vulgar el buen nombre de una nación que evangelizó a tantos millones llamando a eso "proselitismo", y que lo haga para adular a una pandilla de monos con y sin bigote, que a base de mentiras y clientelas están mandando a los países donde gobiernan a tomar por saco es sencillamente DEMENCIAL. Es impropio de una persona medianamente prudente o consciente de la universalidad de su cargo, y me hace comprender la inexplicable sensación que me removió cuando lo eligieron sin conocerlo absolutamente de nada.
No seguí las retransmisiones de 13tv, pero ¿Decían algo los comentaristas ante estas burdas salidas de tono?
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Elogio del indigenismo (con unas gotas populistas y antiespañolas)
Cuando escribía hace ya dos años sobre la capacidad destructiva del nuevo pontificado, tenía yo más fuerzas. Ya se podía sospechar lo que se nos venía encima, aunque mi capacidad para la ironía estaba entonces mucho más fortalecida.
A día de hoy, solamente podemos levantar acta de que este Papa ha hecho suyos todos los tópicos comunistas, filo-marxistas, masónicos y populistas. Al tiempo que ha hecho suyas también todas las vulgaridades anti-litúrgicas, institucionales, protocolarias, de vestimenta y acicalado y en general de vulgarización extrema del Pontificado. Desde las mangas cutres de camisa, hasta el cochecito de repartidor de naranjas. Desde las sotanas trasparentes, hasta los besitos a Cristina. Desde los saludos sin bendición, hasta las oraciones al dios de todos. Desde las promesas eucarísticas a los adúlteros, hasta las recriminaciones a los de capisayos.
Teniendo en boca siempre la palabra descarte, se ha encargado él mismo de descartar de su feliz reinado a todo lo que esté medianamente relacionado con la Iglesia de sus predecesores, especialmente de aquellos que estuvieron (y están) infectados con el virus preconciliar, que ya se sabe que es la verdadera herejía de nuestro tiempo. Es notorio que todo lo que lleve fecha anterior a 1958 está caducado para este Sucesor de Pedro, que ha cargado sobre sus hombros la histórica y mesiánica tarea de descartar a aquella Iglesia equivocada y confusa, hipócrita y dogmática, autocomplaciente y vigilante del propio ombligo que padecemos desde que murió Nuestro Señor.
Este peligro viviente lo ve todo el mundo. Los que sufren por ello, porque son buenos católicos. Los que gozan por ello, porque son enemigos del catolicismo. Los que esconden su cabeza infocatólica, obracatólica, kikocatólica o etcéteracatólica también lo ven, aunque lo callen, lo silencien y lo nieguen pensando que con ello hacen un favor a la Institución.
¡Qué largo se nos está haciendo este Pontificado! Con razón que San Pablo nos recomendaba decir de vez en cuando aquello de ¡Ven Señor Jesús!
Las palabras pronunciadas como si nada en Quito, vienen a dar en el clavo sobre cuál es el pensamiento profundo de Francisco. Cosa que le agradecemos porque curiosamente coincide con las tesis marxistas de sus teólogos favoritos de la Liberación y más cercanas a la Leyenda Negra. Que un Papa hable de la evangelización española en América con ese desprecio larvado no puede ser por incultura o despiste. Tiene una palabra: rencor y maldad.Me imagino ese susurro de Jesús en la última Cena como un grito en esta misa que celebramos en «El Parque Bicentenario». Imaginémoslos juntos. El Bicentenario de aquel Grito de Independencia de Hispanoamérica. Ése fue un grito, nacido de la conciencia de la falta de libertades, de estar siendo exprimidos, saqueados, «sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno»
Y es que se impone el indigenismo y el pachamamismo. Sobre todo el día anterior a la visita a Evo Morales, que ya se sabe que es un adorador de los dioses más modernos del Olimpo Boliviano. Los dioses del Antiguo Testamento por los que tanto luchó el Pueblo Elegido con la ayuda de Dios (su santo brazo), se van imponiendo ante las evangelizaciones a base de proselitismo basado en el descarte. No tengo palabras.https://fraygerundiodetormes.files.w...ages.jpg?w=529
Esto es lo que tenemos. Miren si no, el corto video con unas palabras improvisadas en la puerta de la catedral de Quito. Cicerón era un novato y Demóstenes un chiquilicuatre al lado de esto. Pero se ve la maldad de fondo. Se percibe la baba concomitante. Y todavía dicen algunos que podría haber citado a García Moreno. Otro que para Francisco está bien caducado.
Les he dicho a mis hermanos frailes (todos felices y contentos), que a mí me están sirviendo de mucho las palabras de Francisco. El Señor le dijo a San Pedro: Confirma a tus hermanos. Y desde luego este sucesor lo está haciendo. Cada día que pasa, me confirma más en mi fe, porque me hace ver con claridad lo que es y lo que no es. Como con los malos adivinos o con los chalaneros. Piensa mal y acertarás. Creo que me explico.
https://fraygerundiodetormes.wordpre...antiespanolas/
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Lo que no dice Laínz, por ser quien es y escribir donde escribe, que los nuevos gobernantes de la independencia eran liberales e ilustrados. Que si hubieran sido comunistas, bien que lo habría dicho.
Pero por lo demás está bien el resumen.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
ya no entiendo nada, no sé que esta pasando. Perdónenme pero para mi la Iglesia esta por morir y ni siquiera cantando como un cisne, ni siquiera con dignidad, esto ya no lo entiendo. Si la Iglesia ha sufrido herejías fuertes, a pasado por cosas graves a penas vividas; la Iglesia no es una muralla, sin duda que ha sufrido toda su vida, pero ahora es realmente humillante lo que le pasa. Como los protestantes, unos grupos pequeños como los masones, los mismos jesuitas, este materialismo capitalista, han podido humillar a la Iglesia, la cual representa tanto para nosotros... ya no sé como sentirme frente a esto... porque sin duda que la Iglesia seguirá existiendo, quizás unos cientos o quizás mil años mas, pero sera vaciá, sin identidad y, por sobre todo, hipócrita, si es que sigue así; se morirá sin que nos demos cuenta y solo seguirá su cadáver.
De verdad lo siento si algo que les digo les molesta, pero no se como tratar con esta impotencia.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Iniciado por
Marcosmontt
ya no entiendo nada, no sé que esta pasando. Perdónenme pero para mi la Iglesia esta por morir y ni siquiera cantando como un cisne, ni siquiera con dignidad, esto ya no lo entiendo. Si la Iglesia ha sufrido herejías fuertes, a pasado por cosas graves a penas vividas; la Iglesia no es una muralla, sin duda que ha sufrido toda su vida, pero ahora es realmente humillante lo que le pasa. Como los protestantes, unos grupos pequeños como los masones, los mismos jesuitas, este materialismo capitalista, han podido humillar a la Iglesia, la cual representa tanto para nosotros... ya no sé como sentirme frente a esto... porque sin duda que la Iglesia seguirá existiendo, quizás unos cientos o quizás mil años mas, pero sera vaciá, sin identidad y, por sobre todo, hipócrita, si es que sigue así; se morirá sin que nos demos cuenta y solo seguirá su cadáver.
De verdad lo siento si algo que les digo les molesta, pero no se como tratar con esta impotencia.
Está escrito que todo esto ha de pasar antes del fin y el que perseveraré, será salvo. La Iglesia jamás será vencida, porque eso sería tanto como decir que Cristo murió inútilmente, que lo que Dios ha decidido para la Humanidad es un fracaso y que Él no lo puede todo. Toca pasar estos tiempos, toca soportar de todo, con mucha probabilidad veremos cosas cada vez peores, pero recuerda: "las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella" (Mt. 16, 18) y "el que perseverare hasta el fin, ése será salvo." (Mt. 24, 9-14), la Persecución del Evangelio, léetela entera.
No hay que perder ni la fe, ni la esperanza.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Del periplo intra-americano
Sigo con comedida circunspección el periplo de PP Franciscus. Salvo raras excepciones, los viajes papales me interesan poco. Juan Pablo II usó (y abusó) de un modelo viajero que se repite hasta el presente, incluso ahora, en pleno zarandeo francisquista. Todo parece, suena y se desarrolla como un déjà vu, como una enésima entrega del NO-DO (ver para quien no sepa qué es no-do), mutatis mutandis (el NO-DO era mucho más interesante que los Romereports de los periplos papales, of course).
Me preguntaba uno que qué me parecía que usaran un macdonal como sacristía. Respondo que las sacristías de las multitudinarias multi-concelebradas Misas papa-viajeras no desentonan con una hamburguesería, les va bien como recinto ocasional.
Quería otro que comentara lo del exabrupto-regalo del blasfemo-crucifijo de Evo Morales. Respondo que entra dentro de lo que cabe esperar del presidente boliviano (así como de la receptividad de la diplomacia francisquista que no evitó el caso, supuesto que esas cosas no son, propiamente, sorpresas, sino detalles que se preparan, se saben y se discuten previamente). Conque tal para cual. Cosas más vulgares se regalan, como la canasta de granja de la queen de la Gran Bretaña, no hace mucho, in palatio ipso vaticano. Si la reputadísima experta granbretañesa se portó así, que Evo, siendo Evo, regale un crucifijo look leninista, entra dentro de lo coherente coram PP Francisco.
De otros capítulos del viaje papal, diré, como otras veces, que me emocionan los católicos sencillos que aclaman al Papa (que sea, concretamente, Franciscus es una mera eventualidad de sujeto-persona) y le piden bendiciones (que Franciscus les da tan desmañadamente, pergeñando cruces minimalistas, apenas reconocibles en su desaliñado trazo). También me emocionan las devotas veneraciones de PP Franciscus a las imágenes de la Santísima Virgen, gestos sinceramente devotos: También son sinceros y emocionantes sus saludos y gestos de afectos a enfermos y humildes. Son de verdad y dan consuelo.
Las Misas, tocante a la liturgia, son un calco del estándar creado cuando JP2, tal cual, sin variantes perceptibles. Conservan esa conjunción de elementos discordantes-chirriantes en algunos detalles concretos. En la Misa de Stª Cruz, en Bolivia, por ejemplo, el Papa pronunció el 'por muchos/pro multis' en la consagración del Cáliz (¡bien!) pero el coro cantó el 'amen' de la doxología con música y ritmo de espiritual-song (¡muy mal!). Sirva el detalle de ilustración,passim.
Sin embargo, lo que más me alteró la bilis católica fue el sermón, la homilía repelente, del estilo de la que te puede predicar un abominable jesuita modernista:
"...Le piden a Jesús que los despida, ya que es imposible alimentar a tanta gente. Frente a tantas situaciones de hambre en el mundo podemos decir: «No nos dan los números, no nos cierran las cuentas». Es imposible enfrentar estas situaciones, entonces la desesperación termina ganándonos el corazón. En un corazón desesperado es muy fácil que gane espacio la lógica que pretende imponerse en el mundo de nuestros días. Una lógica que busca transformar todo en objeto de cambio, de consumo, todo negociable. Una lógica que pretende dejar espacio a muy pocos, descartando a todos aquellos que no «producen», que no se los considera aptos o dignos porque aparentemente «no nos dan los números». Jesús una vez más vuelve a hablarnos y nos dice: No es necesario que se vayan, denles ustedes de comer. Es una invitación que resuena con fuerza para nosotros hoy: «No es necesario que nadie se vaya, basta de descartes, denles ustedes de comer». Jesús nos sigue diciendo en esta plaza. Sí, basta de descartes, denles ustedes de comer. La mirada de Jesús no acepta una lógica, una mirada que siempre «corta el hilo» por el más débil, por el más necesitado. Tomando «la posta» Él mismo nos da el ejemplo, nos muestra el camino. Una actitud en tres palabras, toma un poco de pan y unos peces, los bendice, los parte y entrega para que los discípulos lo compartan con los demás. Ese es el camino del milagro. Ciertamente no es magia o idolatría. Jesús, por medio de estas tres acciones logra transformar una lógica del descarte, en una lógica de comunión, de comunidad. Quisiera subrayar brevemente cada una de estas acciones.
Toma. El punto de partida, es tomar muy en serio la vida de los suyos. Los mira a los ojos y en ellos conoce su vivir, su sentir. Ve en esas miradas lo que late y lo que ha dejado de latir en la memoria y en el corazón de su pueblo. Lo considera y lo valora. Valoriza todo lo bueno que pueden aportar, todo lo bueno desde donde se puede construir. Pero no habla de los objetos, o de los bienes culturales, o de las ideas; sino de las personas. La riqueza más plena de una sociedad se mide en la vida de su gente, se mide en los ancianos que logran transmitir su sabiduría y la memoria de su pueblo a los más pequeños. Jesús nunca se saltea la dignidad de nadie, por más apariencia de no tener nada para aportar o compartir.
Bendice. Jesús toma sobre sí, y bendice al Padre que está en los cielos. Sabe que estos dones son un regalo de Dios. Por eso, no los trata como «cualquier cosa» ya que toda esa vida, es fruto del amor misericordioso. Él lo reconoce. Va más allá de la simple apariencia, y en este gesto de bendecir, de alabar, pide a su Padre el don del Espíritu Santo. El bendecir tiene esa doble mirada, por un lado agradecer y por otro el poder transformar. Es reconocer que la vida, siempre es un don, un regalo que puesto en las manos de Dios, adquiere una fuerza de multiplicación. Nuestro Padre no nos quita nada, todo lo multiplica.
Entrega. En Jesús, no existe un tomar que no sea una bendición, y no existe una bendición que no sea entrega. La bendición siempre es misión, tiene un destino, compartir, el condividir de lo que se ha recibido, ya que sólo en la entrega, en el com-partir es cuando las personas encontramos la fuente de la alegría y la experiencia de la salvación. Una entrega que quiere reconstruir la memoria de pueblo Santo, de pueblo invitado, llamado a ser portador de la alegría de la salvación. Las manos que Jesús levanta para bendecir al Dios del cielo son las mismas que distribuyen el pan a la multitud que tiene hambre.Podemos imaginar cómo iban pasando de mano en mano los panes y los peces hasta llegar a los más alejados. Jesús, logra generar una corriente entre los suyos, todos iban compartiendo lo propio, convirtiéndolo en don para los demás y así fue como comieron hasta saciarse, increíblemente sobró: lo recogieron en siete canastas. Una memoria tomada, bendecida y entregada siempre sacia a un pueblo..."
Esto dijo. Con esa impresión de repetir la patraña de los impíos incrédulos que, como niegan el milagro de la multiplicación, idean la fábula comunitarista del 'compartir'.
Yo, pobre sacerdote católico, siempre indigno, cuando me pongo a escuchar al Papa que habla de la Eucaristía, del Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, del Sacrificio del Altar, espero más, mucho más, mucho, mucho más. Confieso que me daña espiritualmente la decepción de escuchar tan pobre sermón, tan archi-manida y poco-católica predicación post-vaticanosecundista, tan confusa, tan insuficiente, con flecos tan
descreyentes. Me afecta sacerdotalmente. Mucho.
Menos mal que, por otra parte, la gente no se entera de nada, porque en esas Misas la siembra se la llevan los pájaros volando y ni siquiera toca tierra.
Pero aunque la gente no lo oyera, ahí quedó lo dicho. Y hasta se publicará en la AAScomo un texto, una predicación, una doctrina - ¡¡ay!! - del Papa en Bolivia.
Junto a esto, lo del crucifijo hoz-martilleado de Evo es nada, un detalle de mal gusto, y poco más.
+T.
EX ORBE
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Buenas tardes Sres. Coforistas. S.S. Francisco pide perdón por los crímenes contra los indios. Que yo sepa el descubrimiento, conquista, colonización, civilización y evangelización del Nuevo Mundo lo efectuaron las potencias de hace cinco siglos, España y Portugal, el poder papal coto tal no envió un solo expedicionario, excepto los religiosos que concurrían junto con el resto de los descubridores, es decir, no es quién para pedir perdón ni nada por el estilo.-
Después lo trata de arreglar: la potencias efectuaron el "Trabajo Sucio", mientras la Iglesia era la componedora, un asco la explicación y por supuesto sigue con el rollito de la ecología y la pachamama.-
A continuación artículo al respecto, por supuesto en la línea de lo actualmente "Políticamente Correcto".-
Francisco pide perdón por «los crímenes contra los pueblos originarios en la conquista de América» - ReL
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
El papa Francisco habló sobre el polémico crucifijo que le regaló Evo Morales
Trató de no polemizar con el presidente boliviano por el obsequio de la hoz y el martillo; "No me ofendió", aclaró
Por Elisabetta Piqué | LA NACION
2495194
http://bucket1.glanacion.com/anexos/...064060w300.jpg
El Papa al recibir el crucifijo que le regaló Evo Morales. Foto: EFE
Más notas para entender este temaEl papa Francisco aclaró: "No probé coca"
La conferencia de prensa completa del papa Francisco a bordo del avión, tras su regreso de América del Sur
A BORDO DEL VUELO PAPAL.- Como no podía ser de otra manera, una de las preguntas al papa Francisco en el avión que lo regresaba a Italia tuvo que ver con el polémico crucifijo tallado en una hoz y un martillo que le regaló el presidente boliviano Evo Morales, cuya imagen dio la vuelta al mundo.
Como demostró en su momento su cara, el Papa confirmó que fue sorprendido por semejante crucifijo. Dijo que desconocía que lo había diseñado el padre jesuita Luis Espinal -asesinado por la dictatura boliviana en 1980, a quien homenajeó en su breve paso por La Paz. Dijo que catalogaba ese tipo de obras como "arte de protesta", aseguró que no se sintió ofendido y que se lo llevó a Roma.
- ¿Santidad, qué sintió cuando vio esa hoz y el martillo con el Cristo encima que le ofreció el presidente Morales? ¿Dónde está ese objeto ahora?
-Es curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre (Luis) Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mi fue una sorpresa. Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta. Por ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años atrás fue exhibida una muestra de un escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto. Era arte de protesta y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea. Entonces primero yo no sabía nada, segundo yo lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo. Tercero: El padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el cual la teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho de esto. Cuáles eran las diversas ramas y quienes. En el mismo años el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la compañía sobre el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va, son cosas diversas, no es justo, no van y cuatro años después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer documento pequeñito, una primer declaración sobre la Teología de la Liberación que crítica esto después vino el segundo que abrió las perspectivas más cristianas, estoy simplificando, ¿no? O sea, hagamos la hermenéutica en aquella época, aquí no. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra que, también las poesías de Espinal eran de ese género, de protesta pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba, él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como esta lo comprendo. Para mi no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones
-¿Dónde quedó la cruz?
-La traigo conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la Orden del padre Espinal, un nuevo orden. Si yo me los llevo: bueno, primero, jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto. Si me lo llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las verá entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de Bolivia, y las dos condecoraciones que he recibido irán al santuario de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo conmigo. Gracias.
El papa Francisco habló sobre el polémico crucifijo que le regaló Evo Morales - lanacion.com Â*
Nota.- Subrayado y negritas mías.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
El cardenal Bergoglio contradice al Papa Francisco.
http://3.bp.blogspot.com/-6iVz9x9v1L...2Brallador.jpg
Recordamos una vieja carta del Cardenal Bergoglio, con respecto a la muestra blasfema del entonces “artista” blasfemo
León Ferrari, ahora devenido en “
artista de protesta”.
A LOS SACERDOTES, CONSAGRADAS,
CONSAGRADOS Y FIELES DE LA ARQUIDIÓCESIS
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
Buenos Aires, 1º de diciembre de 2004
Queridos hijos y hermanos:
Desde hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asímismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.
Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere.
Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón. Por ello, el próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad. Que nuestra Madre de Luján nos acompañe con su cariño.
Card. Jorge Mario Bergoglio S.J, arzobispo de Buenos Aires.
STAT VERITAS: El cardenal Bergoglio contradice al Papa Francisco.
Nota. La conferencia de prensa completa del papa Francisco a bordo del avión, tras su regreso de América del Sur en:
STAT VERITAS: Francisco sobre el regalo de Evo Morales: “Para mí no fue una ofensa”.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
"La Verdad os hará libres"
El viaje del Santo Padre Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay llega a su fin. Se ha dado baños de multitudes y ha tenido momentos controvertidos como recoger una hoz y un martillo supuestamente ideado por un sacerdote jesuita español de nacimiento y boliviano de adopción, Luis Espinal. Esa encerrona de mal gusto es perdonable si entendemos que, como han dicho fuentes del Vaticano, no sabía que le iban a dar ese signo de revanchismo y manipulación. Cada persona debe ser responsable de sus actos, no de los actos ajenos, pese a ser el cuarto encuentro entre Evo Morales y el Papa Francisco y haber utilizado Evo Morales todos los anteriores para mejorar su imagen pública.
El motivo de este escrito es plantear unas reflexiones sobre uno de los momentos más mediáticos del viaje, la condena de la conquista de América por parte del Santo Padre, igual que hicieron sus predecesores. Ante esta moda papal de atizar ahora al que no se puede defender y alegrar los oídos al cacique demagogo-populista que tienen delante y les recibe cual serpiente con manzana envenenada, creo que es necesario dedicarle una Espada Lobera para ser justos con nuestra Historia y con la Historia de la Iglesia hispanoamericana.
¿Porqué ningún Papa ha sido capaz de condenar hechos concretos y sólo condenan de modo genérico un periodo digno de admiración por la Humanidad?
El número de católicos españoles, americanos más los católicos de Filipinas es superior al 50% del número total de católicos en el mundo, y hay claros ejemplos de mestizaje en todas las naciones. ¿Qué tiene el Poder Vaticano contra España y la conquista de América? ¿Alguno de tantos apesebrados como cuenta el Papa Francisco que hay en el Vaticano se ha atrevido a explicar estas cifras al Papa? ¿Qué habría pasado con la Iglesia Católica sin la Reconquista en España? ¿Quién hubiera descubierto América y cuantos indios quedarían sin la reina Ysabel la Católica? ¿Cree el Vaticano que la conquista de América ocurrió sin la bendición de Dios?
Los que alguna vez nos hemos hecho esas preguntas no entendemos el grado de hipocresía y desagradecimiento de los papas en este tema, y especialmente uno argentino, que debería ser conocedor y transmisor de la verdad del pueblo americano.
De ser la actual América tierra de Satanás hasta 1492, con la brutalidad de sacrificios humanos masivos y esclavitud de los pueblos indígenas menos desarrollados se pasó pronto y gracias a la conquista española, a florecer por todas partes ciudades con catedrales, universidades, leyes justas y dignidad para los pueblos indígenas que quedaban amparados por las Leyes de Indias que daban, desde el principio, a los nativos el estatus de súbditos libres de los Reyes Católicos. Eso sí es revolucionario en la Historia de la Humanidad y no la hoz y el martillo que representa la esclavitud de siempre. Pretender enjuiciar cualquier hecho histórico desde otro punto de vista distinto a las circunstancias del momento en que se desarrolló es una aberración normalmente al servicio de un fraude.
Si la conquista de América contó en su momento con todos los parabienes de los Papas de la época y los Santos Padres actuales tienen algo que lamentar, que empiecen haciendo crítica de aquellos Papas, y continuen con la devolución de todas las riquezas que tiene el Vaticano llegadas de América y donadas por España. Pero que las devuelvan a su legitimo dueño, España, que fue quien sufrió la sangría de hombres y medios para entregar tan generosos regalos a tan desagradecidos descendientes.
Cuando España fue expulsada de América hace dos siglos la mayoría de estos indígenas quedaron indefensos ante las élites masónicas que siguen hoy día dominando el continente. Sus tierras fueron arrebatadas y sus pueblos masacrados. Todos recordamos las películas de indios y vaqueros de Hollywood en las que engañaban y mataban a las distintas tribus de América del Norte, pero la situación fue igual o peor en América del Sur.
Da vergüenza ajena oír a un Papa argentino condenar la conquista de América y no decir ni una línea de los exterminios sistemáticos de indios mapuches (araucanos) o tehuelches, llevados a cabo en el siglo XIX en el país menos mestizo de Hispanoamérica. ¿Estando tan ocupado en coger el autobús en Buenos Aires no tuvo tiempo de saber que pasó en Argentina y en el resto de América en el siglo XIX?
¿Ha sido arzobispo de Buenos Aires y lo único que es capaz de condenar es la conquista de hace 500 años que convirtió a la Iglesia de Roma en realmente Católica?
La postura populista-tercermundista que ha mantenido el Papa Francisco hace difícil conceder la inocencia por desconocimiento pues debe poseer una cultura general del continente en que se crió acorde con los puestos que ha desarrollado allí.
El mensaje de Cristo en los Evangelios no puede ser sustituido únicamente por la lucha por la justicia social de los oprimidos, igual que el signo de la Santa Cruz no puede ser sustituido por la hoz y el martillo porque es una burla a los millones de mártires que este símbolo de odio ha causado entre los cristianos por todo el mundo. ¿Eso también lo desconoce el Santo Padre?
Y ya en el siglo XX, ¿Desconoce el Santo Padre el apoyo cercano a la complicidad que han dado durante años algunos curas y obispos a organizaciones criminales como ETA, las FARC, o Sendero Luminoso? ¿Para cuándo una condena concreta a esos falsos pastores que dignifique y consuele a sus víctimas y familiares?
Llegados a este punto nos queda rezar por el Papa, por la Iglesia y por España, pues opinar sobre el mayor o menor acierto de Francisco en sus opiniones no debe estar reñido con la fidelidad que le debemos como Papa. Todo esto con la humildad propia de un bautizado y sin ninguna intención de ofender a nadie.
Quiero terminar con la expresión de los Cristeros mejicanos, que en lucha desigual defendieron su fe contra el Estado opresor ante la desidia de las autoridades eclesiásticas de su época, para que sea como un abrazo en Cristo a toda la Iglesia Universal,
¡¡VIVA CRISTO REY!!
Juan Bermejo
A.C.T. Fernando III el Santo
A. C. T. Fernando III el Santo
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Hyeronimus
¿Qué tiene el Poder Vaticano contra España y la conquista de América?
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Iniciado por
Hyeronimus
y continuen con la devolución de todas las riquezas que tiene el Vaticano llegadas de América y donadas por España.
En uno de los programas de Grondona en los '90 estuvo un cretino que se presentó como dirigente indigenista que contó que cuando estuvo en el Vaticano se encontraba recorriendo el museo y se le acercó un cura y le dijo: "todo robado a la América":eek:.
P.D.: Hyeronimus, dejate enfriarhttp://i207.photobucket.com/albums/b.../icon_wink.gif.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Y ya en el siglo XX, ¿Desconoce el Santo Padre el apoyo cercano a la complicidad que han dado durante años algunos curas y obispos a organizaciones criminales como ETA, las FARC, o Sendero Luminoso? ¿Para cuándo una condena concreta a esos falsos pastores que dignifique y consuele a sus víctimas y familiares?
Es verdad, ya que al Papa le gusta tanto condenar crímenes imaginarios, al menos ahora que lo haga de cosas reales.
De paso, bien haría Evo (u otro líder rojo) seguir el "ejemplo" del Papa y pedir perdón por los 100 millones de muertos debidos a la barbarie comunista; en el caso de Evo, además podría aprovechar para pedir perdón por todos los crímenes llevados a cabo por los indígenas, incluyendo los millones de asesinatos por sacrificios humanos, el sometimiento a esclavitud de pueblos enteros o el desplazamiento forzoso de millones de personas (los llamados mitimaes) en el Tahuantinsuyo.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Pero bueno, Erasmus, si cada vez que se reproduce aquí algún artículo ajeno va a haber que cambiar o retocar alguna frase aunque el conjunto esté bien no acabaríamos nunca.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
domingo, 12 de julio de 2015
EL "CRUCIFIJO" MARXISTA QUE EVO MORALES REGALÓ AL PAPA
"La Iglesia Católica es un símbolo del colonialismo europeo y por la tanto debe desaparecer de Bolivia", había dicho Evo Morales
Evo Morales, luego de condecorarlo con el Cóndor de los Andes y la distinción Luis Espinal, regaló al papa Francisco una réplica del "crucifijo" elaborado por el padre Luis Espinal -jesuita español afín a la teología de la liberación, acribillado a balazos por paramilitares el 22 de marzo de 1980- en el que éste mostró y esculpió en madera su ideología al representar un Cristo crucificado sobre el símbolo marxista de la hoz y el martillo. El papa alcanzó a decir "no sabía eso", refiriéndose a que desconocía la historia de ese crucifijo, luego que escuchó la explicación del presidente de Bolivia. Algunos medios católicos informativos tergiversaron la frase de Francisco y dijeron erróneamente que el papa condenó -de inmediato- la irrespetuosa imagen y le dijo a Evo: "no está bien eso".
En el trayecto de El Alto a La Paz, Francisco ya había hecho un alto en el camino para homenajear al jesuita, en el lugar donde fue acribillado. Señaló: "Me detuve aquí para saludarlos y sobre todo para recordar. Recordar a un hermano, un hermano nuestro, víctima de intereses que no querían que se luchara por la libertad de Bolivia".
Mucha tinta corrió en todo el mundo por el regalo de Evo Morales al Papa. Se criticó el "presente" (el obsequio) con diferentes calificativos, desde inapropiado hasta blasfemo, pues en el "crucifijo" se sustituye la Cruz redentora por la hoz y el martillo marxistas. Incluso, a muchos extrañó que el papa Francisco, pasada la sorpresa, lo haya aceptado sin decir algo en contra de esa deformación de la Cruz. De ahí que hasta se le haya inventado que afirmó "no está bien eso" en lugar de lo que realmente señaló: "no sabía eso".
Morales quiere ahora matizar su postura por conveniencia circunstancial y capitalizar algunas declaraciones del Papa sobre Bolivia. En realidad el presidente Evo es un marxista radical que el 24 de junio de 2009 declaró: "La Iglesia Católica es un símbolo del colonialismo europeo y por la tanto debe desaparecer de Bolivia" (ver aquí). ¿De dónde le salió, ahora, la "cordialidad" para con la Iglesia?
La carga ideológica del "presente" entregado por Morales es evidente, por más explicaciones -de uno u otro lado- que quieran diplomáticamente suavizarla. Lo paradójico es que el simbolismo de clavar a Cristo en la hoz y el martillo se le puede revertir a Evo, pues realmente la intención marxista es terminar con la religión de paz y amor que vino a predicar Jesús y crucificarlo de nuevo en el símbolo del odio y la lucha de clases, pues consideran -con Marx- que la religión es "el opio del pueblo" y debe desaparecer. En la viñeta de arriba encontramos el número de víctimas que ha cobrado el marxismo y que bien podríamos considerar como el verdadero significado del falso e irreverente "crucifijo".
VER TAMBIÉN (haz clic): 1) EVO MORALES IMPULSA LA FUNDACIÓN DE LA SECTA "IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA RENOVADA DEL ESTADO PLURINACIONAL" 2) LA LÍDER PARLAMENTARIA DEL PARTIDO DE EVO MORALES SEÑALA QUE LA IGLESIA CATÓLICA DEBE SER EXPULSADA DE BOLIVIA
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Fuente:
Catolicidad: EL "CRUCIFIJO" MARXISTA QUE EVO MORALES REGALÓ AL PAPA
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Hyeronimus
Pero bueno, Erasmus, si cada vez que se reproduce aquí algún artículo ajeno va a haber que cambiar o retocar alguna frase aunque el conjunto esté bien no acabaríamos nunca.
No hombre, era por el artículo homónimo: Dejate enfriar.
Era para que te "enfríes" un poco después de recopilar tantos artículoshttp://i207.photobucket.com/albums/b...os/biggrin.gif.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Si eso que fuma es lo que creo que es y no un montaje.......yo no tengo palabras para explicar el grado de irresponsabilidad de este hombre, ni su absoluta confusión mental. Sería para obligarle a abdicar por cualquier medio, supondría lo mismo que verle borracho.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
La foto original sobre la que han hecho el montaje es esta: http://hispanismo.org/attachment.php...tid=7819&stc=1
Si vamos a hacer el idiota empiezo a largar gente del tema.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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miguelq
Parece que la imagen original es ésta, fechada en 2013:
https://patdonia.files.wordpress.com...80-901x600.jpg
En la imagen manipulada se nota una edición muy burda, por ejemplo en el humo.
En el montaje han metido con calzador a Evo Morales, lo que indica que la autoría del montaje es neocón o quizá de otra procedencia más a la derecha. En todo caso, un montaje tan asqueroso delata al autor como un maquiavelo sin vergüenza y sin moral, para el que todo vale con tal de golpear a Francisco. Sería bueno averiguar de quién parte la intoxicación.
Algunos neocones están muy nerviosos con Francisco, por razones muy diferentes de las que enuncian en público, y están recurriendo a tácticas inmorales para combatirlo. No debemos dejarnos contagiar por ese nerviosismo que no obedece a una legítima preocupación por la deriva de la Iglesia en las últimas décadas.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Hay una forma fácil para no caer en estas trampas con montajes. Simplemente hay que subir la foto sospechosa o muy escandalosa a algún buscador de imágenes como Google imágenes ( https://www.google.es/imghp ) o TinEye ( https://www.tineye.com/ ), y junto con el montaje saldrán todas la fotos originales. Por ejemplo, al subir el montaje que se ha puesto en este hilo salen estos resultados:
http://i62.tinypic.com/awwzeo.png
https://www.google.es/search?tbs=sbi...pSnyEa2ukfnbkg
http://i59.tinypic.com/2u77oeu.png
https://www.tineye.com/search/f087ef...0375296da402b/
Es recomendable, y hasta necesario, cuando nos enteremos o nos llegue alguna imagen o alguna "declaración" demasiado escandalosa o que nos mueva a duda, no precipitarnos y tomarnos un tiempo para corroborar la veracidad de lo que estamos viendo o leyendo. Hay muchos bulos que se están creando a costa del Papa (solo por poner un par de ejemplos, recuerdo unas supuestas "declaraciones" de Francisco acerca de que la noción de pecado había sido derogada, y otras donde decía que el Infierno no existía). A mí, sinceramente el pontificado de Francisco no me gusta; pero apelar a estos medios, es decir, al engaño puro y simple, y hasta a la burla de mal gusto, no puede ser sino reprobable, por lo tanto, no podemos estar de acuerdo con ellos (además, no pueden ser sino negativos para los fines que buscamos, que no son otros que el bienestar de la Iglesia).
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Kontrapoder
En todo caso, un montaje tan asqueroso delata al autor como un maquiavelo sin vergüenza y sin moral, para el que todo vale con tal de golpear a Francisco. Sería bueno averiguar de quién parte la intoxicación.
Algunos neocones están muy nerviosos con Francisco, por razones muy diferentes de las que enuncian en público, y están recurriendo a tácticas inmorales para combatirlo. No debemos dejarnos contagiar por ese nerviosismo que no obedece a una legítima preocupación por la deriva de la Iglesia en las últimas décadas.
Francisco se golpea solo. Buena prueba de ello son la mayoría de los mensajes de este hilo, rigurosamente veraces. No creo que vaya por ahí la cosa. Creo que se trata simplemente de una burla sin intencionalidad política, ya que es un personaje que se presta a ello. La seriedad que imponía el papado está quedando por los suelos.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Iniciado por
Rodrigo
La seriedad que imponía el papado está quedando por los suelos.
En realidad toda autoridad ya ha caído, es lo que desde hace tiempo se afirma, aunque hay quienes nieguen los hechos, que "el principio de autoridad ha quebrado". A la quiebra contribuyen en buena medida los mismos que se supone están investidos de dicha autoridad, como es el caso. Y es que la autoridad ha de ser justa, ecuánime y sabia, pero no cercana y menos popular -no digamos si pretende ser populista, porque cae en el caos-, así las cosas, no es que no haya intencionalidad política que, en mi opinión siempre la hay en casi todo lo que es social, es que lo que brilla por su ausencia es la total falta de la moral individual, y de ética o moral colectiva. En qué va a ir a parar todo esto, no lo sé y creo que nadie lo puede anticipar, pero que no sólo no es bueno ni positivo resulta muy evidente. Sin embargo, tiene todo el aspecto de que estamos ante el fin de la historia de Occidente.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Pues si como dice Valmadian es el fin de la historia de Occidente como tal (si no lo es del mundo entero), el vacío siempre lo ocupará otra cosa que muy a pesar nuestro podría ser el Islam; cada vez más fuerte en todo el continente europeo.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
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Iniciado por
DOBLE AGUILA
Pues si como dice Valmadian es el fin de la historia de Occidente como tal (si no lo es del mundo entero), el vacío siempre lo ocupará otra cosa que muy a pesar nuestro podría ser el Islam; cada vez más fuerte en todo el continente europeo.
Es que es lo que está pasando y se pueden observar dos hechos en todo el proceso: ese Islam si conserva el "principio de autoridad", obviamente el suyo, que va parejo al segundo de los hechos: "la descristianización de Occidente", la cual empezó con La Reforma que dividió a la Iglesia.
En mi opinión, la causa primordial del problema en que se ha convertido hoy España -parte esencial de Occidente-, es que ya no es católica. Por eso es por lo que no hay unidad ni cohesión, por eso la gente se pregunta "qué es España", pregunta que es a la vez absurda y también lógica. Absurda porque si después de cinco siglos aún hay que estarse preguntando por ello, es que la gente no ha entendido nada. Pero lógica al haber perdido su sentido católico de universalidad.
Si ahora el Papa Francisco al pasearse por esos países visitados condena a España por su labor de conquista y evangelización, a ver que nos queda. Sólo un consuelo, que el fenómeno es mundial y cuando uso el término Occidente es porque esa es -mejor dicho, debería ser-, la expresión que define a la cultura cristiana. Y a pesar de que a muchos no les agrada oírlo, todo está en las Sagradas Escrituras.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Iniciado por
Rodrigo
(...) No creo que vaya por ahí la cosa. Creo que se trata simplemente de una burla sin intencionalidad política, ya que es un personaje que se presta a ello. (...)
Bueno, al parecer originalmente la imagen manipulada proviene de la página de Facebook argentina EAMEO (la imagen aquí: https://www.facebook.com/eh.ameoo/ph...type=1&theater ), que es la página de unos payasos que se dedican a hacer montajes fotográficos burlescos de personajes populares (políticos, deportistas, gente del espectáculo, etc.). Hay varios montajes sobre el Papa (Francisco jugando cartas, arreglando un coche, con la insignia del club de fútbol Boca Juniors, y varios más). Así que esto claramente nació como una broma. Pero, también es cierto que muchos de los montajes (como, por ejemplo, el que se subió en este hilo) circulan sin la marca incrustada de EAMEO, lo cual puede servir para confundir y hacer pasar la foto como original. En algún momento alguien le ha sacado la marca al montaje, ¿cuál pudo haber sido el motivo?, ¿se buscaba así pasar la imagen como real para desacreditar a Francisco? No me atrevo a afirmar ni a descartar nada.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Pedir perdón
Juan Manuel de Prada
Hace unas semanas, escuchábamos al Papa (en sintonía con sus predecesores) pedir perdón «por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América». No entraremos aquí a señalar, por archisabidos, los peligros de enjuiciar acontecimientos pretéritos con mentalidad presente. Señalaremos, en cambio, que como cabeza de la Iglesia el Papa sólo puede pedir perdón por los crímenes que haya podido perpetrar o amparar la institución que representa; pues hacerlo por los crímenes que pudiera perpetrar o amparar la Corona de Castilla (luego Corona española) es tan incongruente como si mañana pidiese perdón a los sioux por los crímenes perpetrados por Búfalo Bill. Además, el Papa sólo puede pedir perdón por crímenes que la Iglesia haya podido cometer institucionalmente, con el amparo de leyes eclesiásticas, no por crímenes que hayan podido perpetrar por su cuenta clérigos más o menos brutos, salaces o avariciosos; pues pedir perdón por acciones particulares realizadas en infracción de las leyes emanadas de la instancia suprema es un cuento de nunca acabar que no sirve para sanar heridas, sino tan sólo para excitar el victimismo de los bellacos.
Yo vería muy justo y adecuado que la reina de Inglaterra o el rey de Holanda pidieran perdón por los crímenes institucionalizados que se realizaron en las colonias sojuzgadas por sus antepasados, donde los nativos por ejemplo tenían vedado el acceso a la enseñanza (en las Españas de Ultramar, por el contrario, se fundaron cientos de colegios y universidades), o donde no estaban permitidos los matrimonios mixtos (que en las Españas de Ultramar eran asiduos, como prueba la bellísima raza mestiza extendida por la América española), porque sus leyes criminales así lo establecían. Pero me resulta estrafalario que el Papa pida perdón por crímenes cometidos por españoles a título particular, y en infracción de las leyes promulgadas por nuestros reyes. Porque lo cierto es que los crímenes que se pudieran cometer en América fueron triste consecuencia de la débil naturaleza caída del hombre; pero no hubo crímenes institucionalizados, como en cambio los hubo en Estados Unidos o en las colonias inglesas u holandesas, pues las leyes dictadas por nuestros reyes no sólo no los amparaban, sino que por el contrario procuraban perseguirlos.
Colón había pensado implantar en las Indias el mismo sistema que los portugueses estaban empleando en África, basado en la colonización en régimen asalariado y en la esclavización de la población nativa. Pero la reina Isabel impuso la tradición repobladora propia de la Reconquista, pues sabía que los españoles, para implicarse en una empresa, necesitaban implicarse vitalmente en ella; y en cuanto supo que Colón había iniciado un tímido comercio de esclavos lo prohibió de inmediato. En su testamento, Isabel dejó ordenado a su esposo y a sus sucesores que «pongan mucha diligencia, y que no consientan ni den lugar a que los indios reciban agravio alguno ni en su persona ni en sus bienes». Este reconocimiento de la dignidad de los indígenas es un rasgo exclusivo de la conquista española; no lo encontramos en ninguna otra potencia de la época, ni tampoco en épocas posteriores. Los indios fueron, desde un primer momento, súbditos de la Corona, como pudiera serlo un hidalgo de Zamora; y los territorios conquistados nunca fueron colonias, sino «provincias de ultramar», con el mismo rango que cualquier otra provincia española.
Algunos años más tarde, conmovido por las denuncias de abusos de Bartolomé de las Casas, Carlos I ordenó detener las conquistas en el Nuevo Mundo y convocó en Valladolid una junta de sabios que estableciese el modo más justo de llevarlas a cabo. A esta Controversia de Valladolid acudieron los más grandes teólogos y jurisconsultos de la época: Domingo de Soto, Melchor Cano y, muy especialmente, Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda; y allí fue legalmente reconocida la dignidad de los indios, que inspiraría las Leyes de Indias, algo impensable en cualquier otro proceso colonizador de la época. Por supuesto que durante la conquista de América afloraron muchas conductas reprobables y criminales, dictadas casi siempre por la avaricia, pero nunca fueron conductas institucionalizadas; y la Iglesia, por cierto, se encargó de corregir muchos de estos abusos, denunciándolos ante el poder civil.
Antes de pedir perdón por crímenes del pasado, conviene distinguir netamente entre personas e instituciones; de lo contrario, uno acaba haciendo brindis al sol. Tal vez procuren muchos aplausos, pero son aplausos de bellacos.
Pedir perdón
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Re: Habemus Papam - Francisco I
A ver qué entendéis vosotros. Juan Manuel de Prada inicia una colaboración con L'Osservatore Romano, según se comenta en su cuenta oficial de Facebook:
Juan Manuel de Prada acaba de iniciar en el diario "L'Osservatore Romano" una colaboración en la que analizará algunas de las "fantasías papales" más famosas de la literatura. En su primer artículo ha evocado la figura de su admirado Leonardo Castellani y comentado su novela "Juan XXIII (XXIV)".
Para Juan Manuel de Prada ha sido un inmenso honor poder dar a conocer al gran escritor argentino a los lectores de "L'Osservatore Romano". Y agradece infinitamente a su director, Giovanni María Vian, la oportunidad que le ha brindado.
Lo cual es una excelente noticia. El artículo de L'Osservatore se puede encontrar aquí:
Un Papa argentino antes de Francesco
Del citado artículo entiendo que las virtudes que Castellani atribuye al imaginario Papa Ducadelio, Prada las considera aplicables a Francisco, sobre todo por lo que dice al final:
Sin duda alguna, la novela de Leonardo Castellani debió resultar chocante, incluso estrafalaria, cuando se publicó, allá a mediados de los años sesenta; pero su autor, poeta que sabía mirar más adentro y profeta que sabía mirar más allá de las apariencias, habría podido responder con aquel aforismo de Oscar Wilde: “La naturaleza imita al arte”. Aunque a veces tarde medio siglo en hacerlo.
¿Prada simpatiza con Francisco y lo está defendiendo sutilmente con este artículo?
Poco antes de publicarse la Laudato Si, Prada publicó un artículo --del que, por cierto, no se hizo eco ninguna de las páginas que suelen repicar sus artículos-- en el que defendía indirectamente las intenciones de Francisco y se anticipaba a las críticas que la encíclica iba a recibir en los ambientes conservadores:
Ecología - El Semanal
No sé qué opináis vosotros. A mí me parece que Prada está defendiendo a Francisco de ciertas críticas, pero quizá lo he entendido mal.
De la Laudato Si no he leído más que párrafos sueltos y, por lo tanto, no puedo opinar con propiedad. Ahora bien, mi primera impresión es que, a pesar de ciertos errores, tiene un tremendo potencial contrarrevolucionario que no se está atinando a ver precisamente en los círculos que se suponen contrarrevolucionarios, que han quedado escandalizados con lo del "calentamiento global" (seguramente un error) y de ahí no salen. Aunque consideremos este papado un desastre, creo que se podrían aprovechar muchos párrafos de esa encíclica en clave contrarrevolucionaria, lo que no implica pasar por alto otros errores de Francisco.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El artículo de Prada es, en efecto, anterior a la publicación de la encíclica. Yo tampoco me he leído las doscientas páginas de la encíclica, pero se ha publicado bastantes análisis (varios de ellos en este hilo) en los que quedan al descubierto los numerosos errores panteístas y despropósitos de la encíclica, desde un punto de vista doctrinal. En Internet se encuentran más, y no faltan los de tendencia neocón, claro. No sé si realmente se puede decir que sea contrarrevolucionaria. Desde luego, hay problemas de muchísimo más calado en la Iglesia, que sí necesitarían tal vez una encíclica, en vez de un supuesto calentamiento global, que ni siquiera está demostrado y en torno al que hay mucho camelo. Eso no impide que haya muchos neocones que quieran arrimar el ascua a su sardina con estos temas.
Se puede consultar también lo que dice en el Denzinger-Bergoglio sobre la encíclica. Es un blog imperdible en el que varios sacerdotes colaboran conjuntamente escribiendo entre todos extensas refutaciones de los disparates bergoglianos mediante un numeroso elenco de citas bíblicas y del Magisterio. Ha dedicado nada menos que tres capítulos Laudato Si:
Laudato si’ (I): Consideraciones colaterales: Qué es una encÃ*clica, qué es la doctrina social de la Iglesia y, en fin, cómo debe ser una encÃ*clica social – El "Denzinger-Bergoglio"
Laudato si’ (II): Los olvidos de Francisco – El "Denzinger-Bergoglio"
Laudato si’(III): “Quiero proponer a los cristianos algunas lÃ*neas de espiritualidad ecológica” – El "Denzinger-Bergoglio"
Es un sitio de toda confianza. No son sedevacantistas ni nada por el estilo, sino sacerdotes normales adscritos a parroquias y órdenes, pero llevan el blog colectivamente y de forma anónima para evitar represalias por parte de los obispos.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Siempre digo que esta enciclica no la pudo escribir alguien como ese Papa, por el hecho de que toca un tema muy profundo filosofica y teologicamente hablando y que sin duda esta en contingencia...
Como es el tema, sin duda, de la tecnica, y como esta esta dominando al hombre.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Hace muchísimo tiempo que los papas no escriben las encíclicas. Las encargan a sus teólogos y consejeros y dan orientaciones sobre lo que tienen que añadir, quitar, etc. Las dirigen y supervisan, pero son otros los que se cranean el texto y luego los papas ponen su firma.
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Pedagogía para ovejas del Papa Francisco
Damos la bienvenida a don Francisco José Soler Gil, de Sevilla, a quien esperamos tener como asiduo colaborador de este blog.
El verano es el tiempo de las largas tertulias nocturnas, a cielo abierto, con la familia o los amigos. Las amables temperaturas de la noche invitan a demorarse en todo tipo de especulaciones, quizás ante una buena mesa, en la que no faltará la botella de vino refrescante. En el campo o en la playa, a la luz de las estrellas, se aceptan preguntas que podrían ser tomadas como impertinentes en cualquier otro contexto.
Así, por ejemplo, si en un marco como éste un amigo me preguntara qué es lo que me parece peor del pontificado de Francisco, no lo llamaría al orden, ni le recordaría doctrinas de respeto filial, sino que, sin dudarlo ni un momento, simplemente le respondería que lo peor son los preparativos que, a todas luces, se están tomando para enmendarle la plana al mismo Jesucristo, de cara a agradar al mundo. Y es evidente que me refiero, muy en primer lugar, a la admisión a la comunión a los divorciados que vivan en adulterio. Que es algo que el Papa Francisco parece empeñado con firmeza en implantar, y posiblemente lo consiga, cosechando grandes aplausos de los enemigos mortales del cristianismo.
Pero si este insistente amigo me preguntara luego qué es lo segundo peor del actual pontificado, confieso que me pondría en un aprieto: ¡Hay tanto donde escoger!
Podría mencionar quizás la frase que quedará para eterna memoria de Francisco I: «¿Quién soy yo para juzgar?». Una frase que, además, por lo que llevamos viendo, sólo se aplica en determinadas direcciones, y preferentemente a favor de los deseos arcoiris.
Pero podría mencionar en su lugar el reverso tenebroso de esa frase, que son las continuas «misericordiaciones» de voces críticas ante el deterioro doctrinal que está sufriendo la Iglesia. Del benemérito cardenal Burke hacia abajo, la lista se va haciendo muy larga ya.
Y podría mencionar también las entrevistas aéreas del Papa, la verborrea inagotable, las madres conejas, los pepinillos en vinagre, las ostentaciones de humildad, la opción preferencial por los políticos, actores y futbolistas, el populismo de tres al cuarto, la intromisión en temas científicos y económicos ajenos a su competencia,... Verdaderamente, ¡hay tanto donde escoger!
Ahora bien, ante tan exuberante variedad, lo mejor es guiarse por las propias preferencias. Ya que nos hallamos en medio de la gran feria de los despropósitos, escoja cada cual el que más le moleste. A mí me molesta mucho que me tomen por imbécil, y por eso, una cosa que me cuesta especialmente soportar es la pedagogía para ovejas del Papa Francisco.
Como cada maestrillo tiene su librillo, el actual pontífice también usa, una y otra vez, de ciertos procedimientos que parecen ser de su agrado. Lo malo es que estos procedimientos presuponen ―o la menos esa impresión me da a mí― que la grey a su cargo está formada por ovejas estultas.
Mencionaré un único ejemplo, por no ser prolijo. El más reciente que se me ocurre. Estos días pasados hemos asistido a la enésima exhibición del método pedagógico bergogliano, en concreto durante la audiencia general del pasado día cinco. ¿Qué nos explicó el pontífice en esta ocasión? Habló de los divorciados que viven en adulterio, si bien en otros términos: «los que tras la ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia». Bien, esta terminología resulta un poco más larga que la empleada por Nuestro Señor, pero, atendiendo a la enseñanza de Cristo, las dos son equivalentes. No obstante, cada uno es muy libre de escoger las palabras con las que quiere expresarse, de manera que volvamos al núcleo del asunto: ¿Qué nos explicó el pontífice sobre los divorciados que viven en adulterio? Pues que no están excomulgados. Ni más ni menos.
Como era previsible, los medios de comunicación del mundo entero titularon que el Papa dice que los divorciados vueltos a casar pueden comulgar. Y, como era no menos previsible, los medios católicos salieron enseguida a responder que eso era una malinterpretación, cuando no una manipulación, de las palabras del Papa. Puesto que no es lo mismo no estar excomulgado que poder comulgar. Lo de siempre. Ocurrió lo de siempre. Lo que viene ocurriendo a lo largo de todo el pontificado.
¿De verdad no podía saber de antemano el Papa que sus palabras serían interpretadas del modo en que lo fueron? Por supuesto que lo sabía, ¿cómo no lo iba a saber? En realidad se trata ―junto con las destituciones y nombramientos― de una de sus maneras preferidas de influir en el desarrollo de una discusión: Realizar una declaración ambigua, que dé alas al bando heterodoxo que desea impulsar, al tiempo que dé pie a los católicos fieles a pensar que nada nuevo se ha dicho. Y así, la culpa del desaguisado la tiene siempre la prensa, que no entiende. Pero sí que entiende. ¡Vaya si entiende!
Por eso, si yo pudiera pedirle un favor al Sumo Pontífice, le pediría que, puesto que tiene muy claro a dónde quiere llegar, al menos no recurra a tales procedimientos, que, a fuerza de reiteración, presuponen ya la estupidez de los católicos que tratan de mantenerse fieles a las palabras de Cristo. Y que además convierten el camino en lento y tortuoso. Dicho con otras palabras: Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Francisco José Soler Gil
The Wanderer
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Re: Habemus Papam - Francisco I
“SIGA SU PROVECHOSA ACTIVIDAD”: FRANCISCO A ESCRITORA DE CUENTOS INFANTILES GAY
Una carta que no pensaba salir a la luz fue divulgada.
https://eccechristianus.files.wordpr...esca.jpg?w=600Titulo del libro: ¿Por qué tengo dos mamás?
La divulgación este viernes de la carta que el papa Francisco envió con la bendición apostólica a la escritora Francesca Pardi, autora de cuentos infantiles sobre familias formadas por parejas gays, suscitó polémica en Italia.
“Se trataba de una carta privada que no estaba destinada a ser divulgada”, precisó el portavoz adjunto del Vaticano, padre Ciro Benedettini.
La misiva de Francisco fue enviada como respuesta al pedido de la escritora de que leyera sus numerosos libros, censurados en Italia por sectores conservadores católicos por defender la llamada ideología de género.
La escritora, autora de cuentos y fábulas en los que describe historias de familias homoparentales, vencedora del premio internacional Anderson en 2012 por su libro Pequeño huevo, divulgó la carta papal, marcada por el tono tolerante del pontífice argentino.
En la misiva, el papa le desea que “siga su proficua actividad”, y se despide con la bendición apostólica “para toda la familia” de la escritora.
Y como siempre los portavoces saliendo en su defensa dicen:
“De ninguna manera la carta papal avala conductas y enseñanzas que no corresponden al Evangelio”.
https://eccechristianus.files.wordpr...pg?w=600&h=333Francesca Pardi es fundadora con su “pareja”, Maria Silvia Fiengo, de la editorial de literatura infantil “Lo Stampatello”
Pardi, fundadora con su pareja de la editorial Lo Stampatello, autora también del libro Pequeña historia de una familia. ¿Por qué tienes dos madres?, aseguró que “no quiere convertirse en un modelo”.
La escritora envió en junio a Francisco un paquete con todos los libros de su editorial, fotos de su familia y panfletos insultantes contra ella después de que el nuevo alcalde de Venecia anunciara que algunos de sus libros formaban parte de la lista de textos que serán retirados de las bibliotecas públicas.
En la carta, Francisco, apasionado lector, le agradeció también por su “delicado gesto” y la invitó a “seguir su actividad al servicio de las jóvenes generaciones y de la difusión de los auténticos valores humanos y cristianos”.
Con ese gesto “nos demostró respeto y nos dio dignidad”, aseguró conmovida Pardi.
Asimismo aseguró que ese gesto era un intento de “iniciar un cambio en los tonos que se están usando sobre el tema de las otras familias”.
“Para mí no es tan importante lo que dice el papa, porque no soy católica. Lo que sí me parece importante es la actitud, de no ponernos contra el muro. Sentir que puede haber diálogo”, agregó.
“Los libros se abren, se leen, se critican, pero no se censuran”, insistió.
https://eccechristianus.wordpress.co...nfantiles-gay/
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Re: Habemus Papam - Francisco I
MÁS, MÁS ABOMINACIÓN
Sobran los indicios de que Francisco entiende restablecer las calificaciones teológicas, otorgándoles el nihil obstat a obras como las de Francesca Pardi, escritora italiana de cuentos infantiles de temática homosexual. Según parece, la muy perdularia ventiló el contenido de una carta que el pontífice le enviara hace casi dos meses, en la que éste la alentaba a continuar «consu proficua actividad», impartiendo luego la bendición apostólica «para toda la familia» de la escritora, constituida por ella y su consorte -mujer-, más los cuatro infelices párvulos recibidos en adopción. Menos mal que el portavoz adjunto del Vaticano, padre Ciro Benedettini, salió a aclarar que «se trataba de una carta privada que no estaba destinada a ser divulgada», aunque éste y otros casos parecen revelar la astuta táctica de Bergoglio, consistente en instar a los destinatarios de sus beneplácitos a poner por obra la exhortación evangélica de proclamar desde la azotea lo susurrado al oído. [Ver la noticia aquí y aquí]
Se sabe que abundan los tontos proclives a excusar estos actos del magisterio oblicuo, toda vez que un accidente o la presunta deslealtad de algún quídam les hayan quitado su carácter de "secreto". Al fin de cuentas, el mismísimo Franciscus se encargó de minimizar la existencia de un lobby gay en el Vaticano. «Esto no puede probarse», dicen que dijo. Si acaso, lo único que pudiera probarse es la designación de prelados preferentemente bufarrones para los cargos de mayor relieve.
«Y en su frente tenía escrito este nombre: misterio, Babilonia magna». Que el cauce subterráneo de las herejías combatidas a lo largo de la historia (y acompañadas a menudo por la perversión venérea como por un signo visible de su intrínseca maldad) acabe por brotar a borbotones en la elevada colina vaticana, es cosa del mayor misterio, de una mística pervertida que apura el más insospechable desenlace de los tiempos. Revela, en todo caso, al Mysterium iniquitatis oponiéndose al Mysterium fidei, pretendiendo asentar su cloaca en el Templo, ganoso de todas las usurpaciones y retorcimientos.
Que alguien les recuerde a estos degenerados que a sus fétidas conquistas sigue un Juicio.
In exspectatione
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Re: Habemus Papam - Francisco I
El infierno tan temido
Es verdad lo que dicen algunos comentadores del blog: hay temas mucho más importantes que las correrías del papa Francisco. En absoluto los hay perorelativamente a las circunstancias actuales, el tema de Bergoglio no puede dejar de discutirse y, en conciencia, debemos estar alertas y alertar. El daño que está causando esté personaje no es fácil de medir.
La ilustración del post es una miniatura de una manuscrito renacentista: Livre de la Vigne nostre Seigneur, France ca. 1450-1470 (Bodleian, MS. Douce 134, fol. 85r). Representa el infierno donde, en un caldero, se hierven un papa, cardenales, obispos y frailes. En tiempos actuales, el monje ilustrador habría sido piadosamente misericordiado. Los hombres de otros tiempo, en cambio, tenían bastante claro cómo eran las cosas.
Yo no sé si merece el infierno. Eso lo sabrá Dios. Pero sí puedo afirmar la gravedad de una de las últimas travesuras pontificias.
En Italia, como en muchos otros países europeos, se organiza el Family Day, una enorme manifestación de la que participan movimientos de laicos, diócesis, colegios católicos, etc., a fin de reafirmar el valor de la familia tradicional (un papá y una mamá) y rechazar el matrimonio gay y la implementación de la teoría del género. Estos grupos no solamente se reúnen en el gran día (ver aquí) sino que también organizan campañas alertando a los padres de los peligros que aparecen para la educación de sus hijos en este sentido. Y así, una de las alertas era acerca de dos libros que habían aparecido: Piccolo uovo, que cuenta la historia de un huevo que no quiere nacer porque no sabe qué vida y qué familia le tocará en suerte. Para poder entenderlo, parte en un viaje a fin de conocer diversos tipos de familia: un papá y una mamá; dos papás, dos mamás, etc. La historia del libro se presentó en forma de obra de teatro a la que asistían alumnos de escuelas primarias italianas. Por supuesto, Family Day y otras organizaciones pusieron el grito en el cielo por este escándalo. Y algo similar ocurrió con el segundo libro de la misma autora: Jean tiene dos mamás. El alcalde Venecia ordenó retirar ambos libros de las escuelas.
La escritora de ambas obras se llama Francesca Pardi y vive en Venecia “en pareja” con otra mujer y sus cuatro hijos. La señora Pardi es una lesbiana militante por los derechos de los homosexuales que se ofendió por el ataque que sus obras literarias recibían por parte de los católicos. Y no tuvo mejor idea que escribirle al Papa Francisco relatándole la situación y enviándole copia de sus dos libros para que el Pontífice viera lo bueno que eran para la educación de la juventud.
Lo grave del caso es que el bondadoso Papa Bergoglio le respondió a doña Pardi a través de uno de sus secretarios. En la respuesta, el Santo Padre le agradece por el delicado gesto y por los sentimientos que los han provocado, y le desea una cada vez más fructuosa actividad al servicio de las jóvenes generaciones y de la difusión de los auténticos valores humanos y cristianos. Pueden chequear la noticia en varios sitios de Internet, por ejemplo acá y acá.
Por cierto, al rato tuvo que salir el Padre Lombardi a decir que la carta del Papa no pretendía promover enseñanzas contrarias al Evangelio.
Yo me pregunto: ¿se dá cuenta el Papa Francisco lo que está haciendo? ¿Se da cuenta del escándalo que produce? ¿Cómo quedan los miles de laicos y sacerdotes que hacen lo imposible para defender la doctrina católica en materia tan sensible como el matrimonio y la educación de los hijos, cuando el jefe de la Iglesia envía la bendición y el aliento a sus enemigos? Y recordemos que el Francisco en ningún momento envió su bendición y cercanía a Family Day o a Manif pour tous.
Si esto no merece el infierno, yo no sé qué lo merece.
The Wanderer: El infierno tan temido
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Re: Habemus Papam - Francisco I
Cita:
Imágenes y Palabras
Posted by fraygerundiodetormes in Artículos
Ayer tuve que emplear el recreo de la tarde dominical, para aclarar a algunos de mis novicios unas dudas que les surgieron. Me preguntaban qué había de malo en una novia que se va a casar y que está embarazada, y si yo condenaba esta actitud o la actitud del que los bendecía. Me hace gracia, porque parece que no quieren entender lo que está tan claro; pero no obstante, me dediqué a explicarles el porqué de mi extrañeza ante tales actitudes.
Partamos del hecho de que nunca se ha escandalizado la Iglesia de que una pareja de enamorados que haya estado conviviendo, decidan recibir el santo sacramento del Matrimonio. Bendito sea Dios.
Y nunca se ha quejado la Iglesia de que cuando ellos tienen ya descendencia o la están esperando, decidan igualmente casarse. Jamás he conocido a ningún sacerdote que haya hecho problema de esto o que los haya condenado explicitamente. Muy al contrario, la Santa Madre Iglesia (que siempre ha sido misericordiosa y comprensiva, incluso antes de estos tiempos que vivimos), les ha acogido gustosamente; porque no cabe duda de que es la reparación de una situación pecaminosa, tal como es la convivencia antes del Sacramento. Acogida exactamente igual a la de cualquier pecador que se arrepiente.
En mis tiempos de juventud, la Iglesia casaba a estas personas por la puerta falsa, sin trajes de boda blancos, pues se suponía que el sacramento cristiano había que recibirlo (si nos atenemos a la doctrina de siempre), en pureza y castidad. Al menos eso es lo que Dios desea, se nos decía. Por supuesto que ya sabemos que pocas veces era así en realidad, pero se guardaban las formas, para guardar el valor y la santidad del Sacramento. En estos tiempos actuales, parece que ya no se tiene esto tan en cuenta. Y no me parece mal, pues tampoco hay que exagerar las cosas. Muchos se casan por la Iglesia después de haber cohabitado varios años, o estando esperando un bebé, o teniendo el bebé ya bien crecidito. Y se casan de blanco y por todo lo alto. A mí esto no me escandaliza, con los años que tengo encima. Y lo comprendo.
Pero es que mis novicios no comprenden muy bien lo que yo quiero decir, aunque no les culpo. Por eso les he explicado bien el significado de la fotografía que añadí a la última charla que tuve con ellos.
Es que estas situaciones, aprobadas y muchas veces celebrada por miles de sacerdotes, sin problema alguno y sin resquemores, no la puede hacer el Papa. No la puede hacer, porque el Papa es el garante de la auténtica doctrina y tiene que dar muestra de ello. Y una imagen del Papa, antes de casar a unos cuantos matrimonios, bendiciendo a algunas de las novias que YA están embarazadas, transmite el sentido de que el matrimonio cristiano ES eso.
Y no es eso. Y precisamente es el Papa el que tiene que dejar bien claro lo que es la doctrina y el sentido de la doctrina. Y no dar lugar a ambigüedades. Por eso les he explicado a estos novicios perplejos, que yo no tengo nada que decir sobre si se han confesado, si están en pecado, o si hacen mal en casarse. Lían las cosas los pobres, porque enseguida entran en disquisiciones que solamente están en su mente, deseosa de polémicas.
Afortunadamente, les he podido ilustrar mi explicación con otro suceso que saltó ayer mismo a la prensa: El Papa asiste por sorpresa, como un fiel más, a la misa que se celebraba en la capilla de San Pío X en el Vaticano y como un fiel más, se puso en la fila de la comunión para recibir la Eucaristía.
En principio, todo parece muy bonito. Pero desde mi punto de vista, el Papa no debería hacer eso, pues transmite inmediatamente la idea de que asistir a una Misa es lo mismo que celebrarla. El Papa celebra todos los días la Santa Misa en su residencia y se supone que ya ha comulgado. No tiene por qué recibir de nuevo la comunión, a no ser que tenga causas graves. Porque eso transmite la idea de que se puede trivializar la Comunión. Desde que era un Oblato, me enseñaron que para un sacerdote no hay nada más grande que celebrar la propia misa y solamente en casos de enfermedad o imposibilidad, se tiene que contentar con recibir la Sagrada Comunión. Está en esto incluido todo el Misterio de la Santa Misa.
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Además de eso, el Papa ya no hace nada por sorpresa. Y si se pone en el primer banco, menos todavía. Su condición exige -mal que le pese-, que todas sus acciones aparezcan inmediatamente en la prensa y sean analizadas con lupa por los comentaristas. Un Papa asistiendo a una misa de otro sacerdote, mezclado entre el pueblo, puede ser muy guay, pero desmerece la Institución del Papado y bombardea la doctrina. Esta aparente actitud humilde del Papa, bombardea el sacerdocio, la jerarquía y la misma comunión. Débilmente, suavemente, pero la bombardea. Y con esto no estoy queriendo decir que esté en pecado, que sea un Papa falso o que se tenga que confesar, como algun los novicios malévolos querría hacerme decir. No entro en las intenciones-
De ahí que digamos que una foto dice más que mil palabras. A ningún Ministro de Hacienda se le ocurriría hacerse una foto -sonriente-, con los defraudadores de impuestos que se han arrepentido. Los perdona, los exculpa y punto. Pero sobra la foto, porque la naturaleza humana fácilmente deduciría de ahí, que se puede defraudar a Hacienda porque no pasa nada. Y a ningún politico del mundo se le ocurre hacerse fotos con terroristas arrepentidos, pues se entendería fácilmente por la gente, que no pasa nada y que todo da lo mismo. Se les perdona o se les exculpa y ya está. Pero no es necesaria la foto. Digo yo.
Esto lo saben muy bien los políticos, que pagan un montón por tener asesores de imagen. Se juegan todo con estas cosas. Y calculan consecuencias, beneficios o peligros.
Y esto lo sabe el Papa Francisco. Y lo mide bien. Por eso no hemos visto nunca al Papa asistir a alguna Misa Tradicional (que las hay), o recibir a alguno de los conocidos tradicionalistas para bendecirlos, o visitar algún convento de estricta clausura, o conceder entrevistas a algún periódico de corte tradicionalista, o hacerse fotos con seminaristas de sotana.
Y comprendo esta actitud del Papa, porque él sabe muy bien (a diferencia de mis novicios), que el día que se hiciera esas fotos, inmediatamente serían interpretadas por todos, como que el Papa está a favor de la Misa Tradicional y que promueve los seminarios tradicionalistas, o que no solamente se deja entrevistar por ateos y comunistas, sino por periodistas tradicionalistas y de derechas. Y eso evidentemente no le interesa. Y está en su derecho.
Los políticos saben muy bien que las fotos que se publican son las que les interesan a ellos. Y tienen medios para hacerlo. Y es que efectivamente,trasmite más una imagen que mil palabras.
https://fraygerundiodetormes.wordpre...es-y-palabras/