¡Qué diferencia! La noche y el día.
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¡Qué diferencia! La noche y el día.
Sede berreta
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-Wanderer –me preguntaron hace unos días- ¿En Roma hay sede vacante?
-No –le respondí al preguntón-. En Roma hay sede berreta.
La palabra berreta es un americanismo que, en general, indica a la persona que se comporta con vulgaridad. Sin embargo, en Argentina, posee un matiz particular: hace referencia también a todo objeto falsificado, en apariencia legítimo pero que, en realidad, está adulterado. O bien, es una chafalonía u objeto de poca calidad.
Pongamos un ejemplo: berreta sería la camisa marca Lacoste que compro en la feria de La Salada por $100: seguro que es falsa aunque pase por legítima a los ojos de muchos. Y berreta es también una camisa de poliéster en relación a otra de algodón. Sirve en lo inmediato y a los fines prácticos –no se arruga y no hay necesidad de plancharla-, pero es insufrible usarla porque ahoga a todo el cuerpo.
La sede de Pedro es hoy una sede berreta. No estoy diciendo que el papa Francisco es un falso papa. Es -mal que nos pese-, el legítimo sucesor de Pedro, pero es berreta, es de poliéster, es de bajísima calidad. Confunde a la mayoría que lo consideran la gran revelación del Espíritu para nuestro siglo, cuando en realidad es un producto de La Salada. Y la reacción de cualquier persona con un mínimo de sentido común cristiano es de hastío, asco y vergüenza.
Vergüenza y escándalo
Empeñado en popularizar a la Iglesia, abriendo ventanas a fin de que entre luz luego de los años de oscuridad y elitismo del papa Benedicto, Bergoglio no se ha detenido frente a nada. Relativizó la moral católica en relación a las personas divorciadas y a los homosexuales. La objeción neocona dice, por supuesto, que en realidad sus palabras fueron mal interpretadas. Pues peor para él: debería saber que cada una de sus expresiones debe ser medida porque se prestará a malas interpretaciones. Cuestión de prudencia básica de cualquier gobernante y, si no posee esa virtud y esa cautela, indica que no está habilitado para el cargo que ejerce.
Pero en todo caso, esos intentos tenían un cierto matiz de “seriedad teológica”. Dicho de otro modo, podían ser discutidos seriamente por teólogos o conocedores de la materia. Pero a Bergoglio le gusta la popularidad que se mide en puntos de audiencia y en fotografías mediáticas; le gusta la popularidad de impacto, y así, hace algunos meses, plantó el arbolito de la paz junto a los líderes de los gobiernos judíos y palestino. Todo el mundo aplaudió y, en Argentina, el zonzo de Nelson Castro afirmó en su programa periodístico que se trataba de un día histórico: se había firmado finalmente la paz en la región de Oriente Medio por obra de un papa argentino. Pues bien, a la semana de la plantación, judíos y palestinos comenzaron a matarse como nunca antes. Un fracaso total y un papelón del que debería haber aprendido. Pero no fue así. Ahora se le ocurrió organizar y promocionar un partido de fútbol interreligioso por la paz, ocasión de graves escándalos que, supongo yo, pesarán en su conciencia, y en la balanza que levantará frente a sus ojos el arcángel San Miguel en el día del juicio.
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El papa Francisco, en el día de ayer, se abrasó con el futbolista Diego Maradona, drogón y adúltero público, que se ha cansado de denostar y de burlarse de la Iglesia en repetidas ocasiones y que no paró mientes en declarar ayer mismo: “Este papa es más humano. Al otro le tuve que besar el anillo”. En esa misma fotografía que recorrió el mundo, se ve al pontífice luciendo junto al Anillo del Pescador, dos pulseritas de plástico con los colores de la bandera argentina.
No paró allí del desatino pontificio. Saludó efusivamente y se fotografió –como puede verse aquí mismo- con Wanda Nara y el futbolista Pablo Icardi, su concubino de turno. La señora en cuestión saltó a la fama cuando siendo apenas más que una niña, se “filtró” un video en el que aparecía realizando un acto inmoral y perverso con un empresario amigo de su padre. Luego, tuvo una corta relación de verano con Maradona. Famosa ya del todo, participó en el programa de Marcelo Tinelli desprovista de ropas y de vergüenza, y terminó casándose con el futbolista Maxi López, con quien tuvo tres hijos.
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El año pasado, en medio de un escándalo mayúsculo ventilado por ella misma, y con fotografías incluidas, dejó a su marido legítimo para revolcarse con su mejor amigo, el también deportista Icardi, con quien vive ahora en público concubinato. Hasta Maradona salió a decir ayer que había pedido no jugar el partido de fútbol con Icardi porque había quebrantado reglas que no se quiebran: robarle la mujer a un amigo.
Ya conocemos la objeción neocona: Cristo se juntó con prostitutas y pecadores públicos. Y ya fue respondida amplísimamente en los comentarios del post anterior. Yo solamente agrego: es verdad, Nuestro Señor se juntó con la Magdalena, a quien le dijo: “Ve y no peques más”; y con Mateo y Zaqueo, quienes dejaron todo y lo siguieron. Francisco se junta con Tinelli, Maradona e Icardi quienes continúan, más envalentonados que antes a raíz de la bendición pontificia, con sus desenfrenos.
Salta Violetta y grita Moreno
Los encuentros pontificios de ayer incluyeron también al vergonzante funcionario argentino Guillermo Moreno. Es indignante verlo en la sala pontificia ordenando a los gritos qué funcionario o empresario se sentaba delante y cuál iba al fondo. Es indignante verlo abrazado a Maradona y Eduardo Valdés, puntero del PJ porteño, esperando la llegada del Pontífice.
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Y es indignante ver la foto que ilustra estas líneas: la sola pose de quienes allí aparecen, incluido el que se viste de blanco, es demostrativa de lo que quiero expresar con berreta, y esto por decir lo menos.
También recibió el papa a la cantante argentina Martina Stoessel, Violetta, junto a su novio, el actor robacunas Peter Lanzani. La joven de 17 años fue la encargada de abrir el famoso partido de fútbol cantando Imagine, de los Beattles.
La misma Violetta declaró ayer en canal 13, que había sido invitada “personalmente” por el Sumo Pontífice para el acto. ¿Caemos en la cuenta del impacto simbólico que tiene todo esto? Un acto organizado oficialmente por las más altas esferas de la Iglesia católica, la Esposa Inmaculada del Cordero, es abierto por una mocosa que canta a los gritos: “Imagina un mundo en el que no hay cielo y en el que no haya religión”.
Pero hay una vuelta más sucia todavía: Violetta es hija de Alejandro Stoessel, histórico productor de Marcelo Tinelli, el mismo conductor argentino que fue recibido en tres ocasiones por el papa Bergoglio y que hace apenas dos semanas estuvo brindando con champagne con Mons. Karcher, el secretario privado del pontífice, en un elegante hotel romano. Nadie puede ser ciego para no ver el enorme envión que significó la presentación de la cantante –que es icono de Disney Channel- en un evento planetario como el partido de ayer, para su carrera y para los bolsillos de su padre y de Disney, y quizás tendríamos que agregar también, para las faltriqueras de Karcher.
Da asco, indignación, vergüenza. El mismo personaje que dejó plantada a una sala llena que le ofrecía en homenaje un concierto de Mozart aduciendo que él no era un príncipe del Renacimiento, auspicia a Violetta. El mismo personaje que durante años señalaba públicamente a la gente de la clase media argentina que iba a comer a restaurantes de Puerto Madero o que despreciaba a las señoras gordas que organizaban un té de caridad, no duda ahora en abrazarse y entretenerse contando chascarrillos con drogones, matones, corruptores y proxenetas, adúlteros con las mujeres de los amigos, ricachones ostentosos e insolentes en un mundo de pobres. Sí, todos ellos expresión más acabada de la mundanidad abyecta del mundo contemporáneo. Justamente él, el papa Bergoglio, que nos ha predicado que “la Iglesia debe despojarse de toda mundanidad espiritual, que mata el alma y a las personas y a la propia Iglesia” y “lleva a la vanidad, a la prepotencia, al orgullo”, durante su encuentro con los pobres en la Sala de Expoliación del Obispado de Asís, cuna de del santo que inspiró su papado.
Vergüenza, infinita vergüenza: un argentino como yo se está llevando la Iglesia puesta.
The Wanderer
Cita:
Da asco, indignación, vergüenza.
El mismo que hace unos meses dijo algo así como que el "capitalismo mata". Es cierto. Pero, permítanme ser escéptico y pensar que eso lo dijo Francisco más que todo porque eso es lo que a la gente le gusta oír, que por otra razón. ¿Hace unos meses no recibió también a los jugadores de la selección argentina? Jugadores que ganan millones de millones de dólares por su "esforzado trabajo"; todos ellos millonarios y más ricos que la mayoría de empresarios. Pues bien, ¿les dijo algo, si quiera indirectamente, acerca de las desigualdades de ingresos, la necesidad de la caridad, etc.? Creo que no.Cita:
no duda ahora en abrazarse y entretenerse contando chascarrillos con drogones, matones, corruptores y proxenetas, adúlteros con las mujeres de los amigos, ricachones ostentosos e insolentes en un mundo de pobres.
Flashes de la iglesia francisquista
El Santo Padre Francisco se fotografía abrazando a la actriz pornográfica Wanda Nara junto a sucompañero adulterino Mauro Icardi, que supo ser el mejor amigo de su marido.
Mons. Guillermo Karcher, secretario privado del Santo Padre, se fotografía junto a la presentadora italiana Antonella Clerici (la Susana Gimenez peninsular), momentos antes del partido interreligioso por la paz. Detrás, las tribunas vacías, elocuente símbolo del éxito de las iniciativas del papa Francisco.
La cándida cantante argentina Violetta, iniciando su recital en el partido pontificio.Llama la atención el recato y la decencia de su vestido, del mismo color que los hábitos papales y con el símbolo de la paz estampado en el abdomen.
LO MUCHO QUE SE DIGA ES SIEMPRE POCO
Perplejos ya no: asqueados. Transidos de una repugnancia que sólo apagaría el escarmiento ejemplar del impostor y su cohorte de sacrílegos, la recia venganza de un Dios celoso de Su nombre y de Su gloria. Ya no perplejos: saturados. Y es que el Hombre del Paroxismo, contando muy a sabiendas con la permisión y la paciencia de lo Alto, apura el saqueo de todo remanente de dignidad en la Iglesia adulterada, donde la cizaña ahoga a la mies.
Otros depusieron, gradualmente, los símbolos de la monarquía pontificia: éste directamente huélgase en el cieno, entre las deyecciones varias, dando lugar a que unos malandrines célebres sean quienes regulen el trato que conviene para con el Vicario de Cristo. «Al otro había que besarle el anillo...» La rebelión universal de los viles, que se han sentido atraídos al Lugar Santo para hollar, para hozar, para dar coces, que han visto llegada la oportunidad de desfogar su duradera tirria para con el misterio y sus trémulos destellos entre las cosas; ésa, la revolución que aún aguardaba a realizarse, ya se consuma ante unos guardias suizos que permanecen tiesos, sin reflejos defensivos. Bien hizo en recordar De Maitre que a los hilos de la revolución los mueve el diablo.
https://encrypted-tbn1.gstatic.com/i...orNjQwbpsyBd5g El Santo Padre aceptó engalanarse a lo Maradona
Un montón de pulpa humana engarzada a profusión con pedrerías vanas, a menudo herrada con dibujos, cuya conciencia no luce menos sombras, toda en racimos en torno de aquel hombre de blanco y brunos propósitos. Sonrisas y risotadas ilustrativas del pecado de banalidad, no menos que de la banalidad del pecado. Los piolas cohonestados, hallando pábulo a sus desmanes allí donde debieran hallar reconvención y penitencia, en el mismísimo momento en que millares de cristianos encuentran el martirio en Medio Oriente.
A justos cien años de que la Belle Époque despertara de sus ilusiones por los cañonazos de la Granguerra, el actual ambiente histórico se espesa en nuevos y no menos múltiples conflictos. Si hoy un Stalin sarraceno, el gran califa adveniente, preguntara con arrogancia como el ruso: "¿cuántas divisiones tiene el Papa?", habría que señalarle esa pila de tahúres, malas hembras, traidores y pornógrafos que atestan los apartamentos pontificios desde que el Papa del fin del mundo se dispusiera a poner el mundo al revés y completara la deconstrucción de papado y cristianismo, todo en uno.
https://encrypted-tbn1.gstatic.com/i...YiOrrh08AygDy7 Tilinguería a dos columnas
Lo mucho que se diga es siempre poco. A cada queja o desazón que se manifieste por la nueva trastada pontificia, éste opondrá triunfante otra mayor, en una pulseada al infinito, inextinguible como la sed del hombre. A esta cruel dinámica adoptada no será la razón quien la detenga. Por mucho que lo propongan a Francisco como presidente de una «Sociedad mundial de las religiones», la segur parece aparejada a la raíz, y las bombas -si hay que atender a creíbles amenazas- ya apuntan a Babilonia.
In exspectatione
A 100 años de la Primera Guerra Mundial, se venció al ultimo enemigo del Imperio Anglosajón: el Papado.
Pax.
Un sacerdote de la FSSPX celebra Misa en el Vaticano
5 septiembre 2014
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Lo cuenta Acción Litírgica, que cita al portal francés “La Porte Latine”.
En una reciente peregrinación a Roma de la Parroquia francesa de Saint-Martin-des-Gaules de Noisy-le-Grand, el reverendo Michel de Sivry, sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X pudo celebrar la Santa Misa tridentina en el altar de San Pío X, en la Basílica de San Pedro.
Esta semana la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X ha sido noticia de nuevo, al conocerse que Monseñor Fellay se reunirá con el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe , Cardenal Müller, el próximo 21 de septiembre.
Fuente: Infovaticana | Un sacerdote de la FSSPX celebra Misa en el Vaticano
El rito de la paz en misa: es preferible no hacerlo, a hacerlo "de cualquier manera"
* * *
Una carta del cardenal Cañizares explica cómo hay que hacer bien este gesto litúrgico
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En los debates del Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía (2005, Propositio 23) se planteó la cuestión de la oportunidad o no del “signo” de la paz en el modo y el momento que se encuentra hoy en el ordinario de la misa. Para tener las cosas claras el papa Benedicto XVI en su exhortación apostólica postsinodal ‘Sacramentum caritatis’ (del 22 de febrero del 2007), en el nº 49 (con la nota n. 150) ha invitado a la congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a estudiar el tema.
Después del estudio el Cardenal prefecto de dicha congregación Antonio Cañizares Llovera, ha firmado el día 8 de junio, Solemnidad de Pentecostés, una carta circular sobre dicho tema, con el visto bueno del Papa Francisco el día anterior, para ser enviada a todas las Conferencias Episcopales del mundo. El día 12 de julio dicha carta circular fue enviada al presidente de la Conferencia Episcopal Española Mons. D. Ricardo Blázquez Pérez y a todos los obispos españoles.
En dicha carta circular “El significado ritual del don de la paz en la misa”, tomando en consideración las opiniones de las diferentes conferencias episcopales del mundo (solicitadas en mayo del 2008), se decide mantener el ‘rito’ y ‘signo’ de la Paz en el lugar y forma que tiene en el Ordinario de la Misa, al considerarlo una característica del rito romano y no introducir cambios estructurales en el Misal Romano.
La carta circular del prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dice que “el rito de la Paz llega a su significado más profundo con la oración y el contexto mismo de la Eucaristía, por lo cual darse la paz correctamente entre los participantes de la Misa enriquece su significado”.
El documento además hace unas observaciones prácticas para expresar mejor el contenido del signo de la paz y para moderar los excesos que generan confusión en la asamblea litúrgica momentos antes de la Comunión. Dice el documento que: “por tanto, es totalmente legítimo afirmar que no es necesario invitar “mecánicamente” a darse la paz, si se prevé que tal intercambio no se producirá de una manera adecuada”. Entonces se invita a omitirlo.
Así mismo, en este sentido, la Congregación del Culto Divino recomienda evitar abusos, tales como la introducción de un canto por la Paz, inexistente en el rito romano; desaconsejar el desplazamiento de los fieles para intercambiarse la Paz; evitar que el sacerdote abandone el altar para darla a algunos fieles; y que las solemnidades como pascua y navidad o algunas circunstancias el gesto de la paz sea ocasión para felicitar o expresar condolencias entre los presentes.
¿En qué se basó el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía para plantearse el tema? Pues se vio la conveniencia de moderar el gesto de la paz que podía adquirir expresiones exageradas, provocando cierta confusión en la asamblea precisamente antes de la comunión. Y el Papa Benedicto XVI, en el documento antes citado, quería ese estudio con el fin de salvaguardar el valor sagrado de la celebración eucarística y el sentido del misterio en el momento de la comunión sacramental.
En dicha carta circular el Cardenal Prefecto, también invita a las Conferencias Episcopales a preparar catequesis litúrgicas sobre el significado del rito de la paz en la liturgia romana y sobre su correcto desarrollo en la celebración de la Santa Misa. Y así considerar y profundizar en el significado espiritual del rito de la paz.
Fuente: El rito de la paz en misa: es preferible no hacerlo, a hacerlo "de cualquier manera" - Aleteia
Pólvora mojada
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Al Santo Padre se le está mojando la pólvora. Desde que el Sacro Colegio eligiera en marzo de 2013 al más inepto de sus miembros para ocupar la sede Pedro dijimos en este blog que los cartuchos no le iban a durar mucho. Y así nomás está pasando.
En una comida de la que participé ayer, se encontraban presentes también tres neocones –dos de ellos hiperclericales-, una católica liberal y una monja de 85 años. La liberal no podía entender que el Papa hubiese recibido a Tinelli y a Wanda Nara. Los neocones se dividían: dos de ellos estaban resentidos porque solamente recibía a los famosos y, cuando ellas habían visitado Roma, apenas si lo habían podido ver a la distancia. El otro, intentaba una defensa aunque sabía desde el comienzo mismo que sería inútil. La única feliz y contenta era la monja octogenaria formada en el progresismo más feroz de los ’60: el papa Francisco, decía, representa lo que la Iglesia es para ella.
Pero más allá de la anécdota personal, conviene leer con atención la columna de la infaltable Elizabetta Piqué en La Nación de ayer. La vaticanista ya no sabe qué decir para sostener su relato del papa revolucionario que, desde que asumió, está prometiendo revoluciones y bombas, y por ahora sólo tuvimos fuegos artificios y, últimamente, algunos chasquibum. Por cierto, la Piqué se cuida mucho de hablar del chasco mayúsculo del partido interreligioso por la paz, ese mismo cuyo jugador estrella, Diego Maradona, –que fue recibido, abrazado y besado por el papa en dos ocasiones- no saludó a los tres jugadores judíos porque “él defiende a los palestinos” y tampoco saludo a Mauro Icardi por falta de códigos y que, nos enteramos hoy, ayer se agarró a las piñas en Croacia luego de una noche de juerga porque alguien le mencionó a su exyerno, el Kun Agüero.
La Piqué hace descansar el ímpetu renovador del Papa en el G9, el grupo de cardenales que lo asesoran y ayudan en el gobierno de la Iglesia desde hace más de un año, y detalla las próximas reuniones en las que, con toda seguridad, tomarán café machiatto y no decidirán nada, porque el que decide es el jesuita devenido Papa. No habrá, como todos saben, reforma alguna de la Curia, y la prueba está en que la designación más rimbombante de Bergoglio fue la de su Secretario de Estado Parolín, nada menos que un curial hecho y derecho, sin experiencia pastoral alguna y con vahos que más recuerda a Givenchy que a ovejas apestosas.
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Y es por eso que la Piqueta amaga con los cambios que ella prevé revolucionarios. No me parece que licenciar al cardenal Sardi como patronus de la Orden de Malta comporte mucho cambio. Con el respeto que me merecen los Caballeros de Jerusalén, de Rodas y de Malta, su Orden no posee demasiada gravitación en los salones de Santa Marta. Sí me parece que hay algún peligro en la designación del sucesor del cardenal Cañizares al frente de la Congregación del Culto. Veremos a quién pone, pero sospecho que, por ser un área de cierta sensibilidad, se inclinará por una suerte de Poli, es decir, alguien que ni fú ni fá.
Finalmente, la perlita del día acaba de aparecer en La Nación: el papa Francisco le envió una carta manuscrita a la presidente argentina Cristina Kirchner invitándola a almorzar en Santa Marta. Hasta aquí –saltos de protocolos incluidos- no sería sorprendente. Lo curioso es que, quien hizo de cartero, fue nada menos que el dirigente peronista Eduardo Valdez, que había asistido a Roma para el famoso partido. Como los periodistas argentinos están ya comenzando a decir en voz alta, Bergoglio no sólo peronizó el Vaticano sino que, decididamente, jugará un papel fundamental en las próximas elecciones presidenciales.
Cierro con el comentario de un lector agnóstico aparecido ayer en La Nación:
Duguesclin13:46 07/09/2014
Desde mi posicion de agnostico -aunque no ateo- no puedo menos que preguntarme, -desde el punto de vista politico ya que la religion no es de mi incumbencia- como puede ser que la institucion papal este representada por una persona que no para de hacer un papelon tras otro, debido a una farandularizacion impropia de su investidura y de la politizacion pro-kirchnerista que ha tomado, recibiendo a todos los funcionarios K y elogiando publicamente a la Campora. Los agnosticos nos sentimos inclinados al dialogo con la iglesia -con todas las iglesias- sobre temas filosoficos y tambien teologicos. Pero con Bergoglio eso es imposible, porque parece no entender nada, ni siquiera la importancia de su cargo. Todo lo que ha hecho hasta ahora es ocuparse de asuntos mundanos, de la guerra, de la politica, de los gays. Pero absoltamente nada sobre lo que es de su incumbencia: el dogma, la doctrina, la liturgia, la teologia, o informar como ha continuado con la tarea de sanacion de Ratzinger respecto de la pedofilia.. Parece que se propone destruir a la institucion que preside, que es la Iglesia. Lo que es para nosotros los agnosticos es irrelevante, pero los catolicos no van a tardar en extranar a un papa serio como Ratzinger.
The Wanderer
El Papa de la revolución
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El título de esta entrada parecería haber sido puesto por Elizabetta Piqué, expectante aún de la revolución franciscana que, por cierto, nunca llegará. Sin embargo, el sentido de la expresión es otro: no me refiero a una revolución en la curia vaticana o en la Iglesia universal, sino a la revolución por antonomasia, la Francesa, pues pareciera que el papa Bergoglio ha asumido ya abiertamente sus ideales.
Los hechos son los siguientes: entre el domingo y lunes pasados fueron ultrajadas y asesinadas en Burundi tres ancianas religiosas italianas, misioneras algunas de ellas durante décadas en ese país africano. Técnicamente no fue un martirio, ya que no fueron muertas por odio a la fe sino que el asesino, que sería un desequilibrado mental, confesó que lo hizo porque el convento habitado por las monjas se levanta en lo fuera la casa de su padre.
Pero no cabe duda que las tres misioneras podrían haber pasado sus vidas, o los últimos años de sus vidas, en una cómoda y mullida casa religiosa italiana y, sin embargo, prefirieron hacerlo en los calores, incomodidades y olores africanos. Frente a esto, no queda más que admiración y veneración por tres vidas entregadas a la causa del Evangelio.
Sin embargo, apenas conocida la noticia, se pensó que la causa de los asesinatos había sido religiosa dado que es eso lo que está sucediendo desde hace ya varios meses en otros países del continente negro. Y ni lento ni perezoso, como es de oficio, el Santo Padre envió sendos telegramas al obispo africano y a la superiora general de la congregación de las monjas muertas, condoliéndose por lo sucedido. Y aquí viene la cuestión. Es en ese telegrama donde el papa de la revolución (francesa), escribe: “…, EL SANTO PADRE ASEGURA SU VIVA PARTICIPACIÓN AL PROFUNDO DOLOR DE LA CONGREGACIÓN POR LA GRAVE PÉRDIDA DE ESTAS ENTREGADAS RELIGIOSAS, Y MIENTRAS ESPERA QUE LA SANGRE DERRAMADA SE CONVIERTA EN SEMILLA DE ESPERANZA PARA CONSTRUIR LA AUTÉNTICA FRATERNIDAD ENTRE LOS PUEBLOS,…”
Suena feo, muy feo, o muy revolucionario. En realidad, el papa Francisco esta torciendo en el sentido que le gusta escuchar al mundo contemporáneo, a quien él se ha rendido, la célebre frase de Tertuliano que decía, promediando el siglo II: “La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.
A Bergoglio no le importa, pareciera, que germinen nuevos cristianos. Lo que le importa es que haya paz entre las naciones. Se trata del mismo ideal de Felsenburg de Benson o, digámoslo sin ambages, el mismo ideal de la Bestia. Sabemos por las profecías reveladas, que el Enemigo de Nuestro Señor proclamará la paz entre los pueblos como sustitutivo del mensaje evangélico y, con él, de la espada de doble filo que ese mensaje supone.
Ya sabemos que, desde los años conciliares, la mayor parte de los misioneros católicos más se preocupan por la promoción humana que por la conversión de los paganos a Cristo. Lo importante es que sigan su conciencia, aseguran y, en última instancia, que sean respetuosos de los demás. En otras palabras, que asuman como propia y como norma de vida la declaración de los derechos del hombre, y tomen del Evangelio, lo que se adapte a sus culturas. La praxis ahora se confirma con las declaraciones pontificias: mártires laicos para un mundo laico.
Nobleza obliga: Ha llegado a mi conocimiento una actitud de finísima caridad cristiana, totalmente gratuita y desinteresada, que ha tenido un importante superior del Instituto del Verbo Encarnado. Sin desdecirme en una sola palabra de mis opiniones acerca de ese Instituto, no puedo menos que reconocer la nobleza y el auténtico espíritu cristiano que han demostrado en este caso concreto.
The Wanderer
Bergoglio descalifica a Marcelo Tinelli
¡Lástima que no lo haga público!
http://4.bp.blogspot.com/-EfCGYIw2uB...%2BTinelli.jpg La Biblia junto al calefón
Desde que el productor de programas eróticos televisivos Marcelo Tinelli empezara a visitar al Papa, muchos nos hemos preguntado si corresponde que un pontífice privilegie de ese modo a quien afrenta tan manifiesta y eficazmente la moral católica.
Sin embargo de su actual disposición hacia Tinelli, en una carta escrita por Bergoglio, en sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires, se expresan conceptos que marcan la frivolidad del personaje.
Los encontrarán nuestros amables lectores en el artículo que el Prof. Antonio Caponnetto acaba de publicar en la revista Cabildo, y que copiamos abajo:
Cabildo
Alguien tiene que decir la Verdad
Artículo aparecido en el nº 109,Buenos Aires, septiembre-octubre 2014, p.6-7
TINELLI,VATTIMO Y FRANCISCO
Por Antonio Caponnetto
Saben los lectores amigos, y sobre todo quienes no lo son, que seguimos con dolorosa pesadumbre el pontificado del Cardenal Bergoglio. Y ello, en principio, motivado por una doble causa. La primera, la de sus antecedentes preñados de heterodoxia, de los que nos hemos ocupado en La Iglesia Traicionada, libro cuya no buscada vigencia se ha vuelto trágica. La segunda, la de muchas de sus enseñanzas y declaraciones, a los que nos hemos visto obligados a calificar -no sin la mortificación que esto supone- de atentatorias contra la Verdad, sea por vía de la confusión, la ignorancia, el error o la mentira.
Parece sumársele ahora una tercera causa, no menos hiriente. Y es la de ciertas actitudes o conductas de Francisco que -para abreviar el amargo trago- calificaríamos de impropias de la silla petrina. Puesto que bien decía San Norberto de Magdeburgo que la silla de Pedro exige la conducta de Pedro. La gravitas y el decus no son virtudes que puedan menoscabarse, sin menoscabo inmediato de la personalidad que opta por conculcarlas. Tanto más si tales virtudes son reemplazadas por talantes rayanos en el plebeyismo, la vulgaridad o el simple mal gusto.
Acaso baste un solo y angustiante ejemplo de cuanto decimos; que, para nuestra desdicha, no constituye un caso aislado. Y es la cálida, hospitalaria y frecuente recepción de la que goza en Roma el señor Marcelo Tinelli, de quien sólo diremos lo que es: un corrupto y degenerado millonario abocado a la industria pública de la prostitución colectiva.
No se trata de la visita de un pecador, con sayal de penitente y rostro suplicante de reconvenciones y de endechas; sino la de un insolente y orgulloso personaje envilecido, que ingresa cuando quiere y por la puerta grande al Vaticano, portando trofeos futbolísticos o una troupe de sujetos patibularios. Y que vuelve a sus ruines tareas habituales sin el más mínimo asomo de haber modificado sus hábitos crapulosos tras las visitas a la Santa Sede. Y que lejos de recibir apercibimientos o reproches públicos por sus inconductas, como correspondería para evitar el escándalo y la zozobra de tantas almas justas, recibe de parte del Papa cordiales gestos de bienvenida, de simpatía y de aquiescencia, sin la más mínima referencia a las perversiones que lo enjoyan, en el sentido crematístico de la palabra.
Le debemos a nuestro amigo Luis Alvárez Primo, la autorización para hacer pública la carta que el entonces Cardenal Bergoglio le hiciera llegar, en respuesta a una suya, el 13 de junio de 2012. En uno de los párrafos pertinentes, que ahora cobran particular relieve, decía el otrora Primado de la Argentina: [hay] "una gran calamidad que está en la base de nuestra civilización: el pensamiento débil; y esto, en la política, es desastroso. Ya lo había advertido Platón, cuando decía que la retórica es a la política lo que el maquillaje a la salud. Cuando el pensamiento no es consistente, termina en maquillaje, una forma mentis que se asemeja a Tinelli o a Susana Giménez".
Cuatro cosas, para simplificar, llaman la atención del admirable párrafo.
La primera, que conociendo "la calamidad" que constituye el "pensamiento débil", el Cardenal Bergoglio, máxima autoridad de la Iglesia Argentina y Canciller de la Universidad Católica Argentina, no prohibiera el ingreso a la misma del fundador y mentor del llamado "Pensamiento Débil", el invertido y cristiano-comunista (ambas cosas convicto y confeso) Gianni Vattimo, cuando en el año 2006, fue llevado triunfante por el rector Alfredo Zecca a las aulas de la UCA.
La segunda, que el susodicho Gianni Vattimo -personaje indecente,si los hay- cubra de elogios al ya convertido en Pontífice, Cardenal Bergoglio, diciendo de él: "Me parece un personaje notable[...] Francisco me parece que comenzó dando mucha confianza, se presenta muy bien. Tiene estilo[...]. Empezar diciendo: “Felices Pascuas, buen provecho, buenas noches” es algo que otros Papas jamás habían hecho. Merece atención por ese estilo. Pero a la larga no bastará con eso. Sin embargo, Francisco tiene todos los rasgos para ser un buen Papa [...].Por ahora hay un hecho estilístico, que permite esperar. Yo espero que del estilo pase a la sustancia" (Cfr.Suplemento "Ñ" de Clarín, 8-3-2013, Ver AQUÍ)
La tercera, que si Francisco posee tanta claridad conceptual acerca de la amenaza del pensamiento débil,al punto de cuestionarlo como lo hizo en su homilía de Santa Marta el 29 de noviembre de 2013, porqué lo practica en no pocas de sus declaraciones, consejos, entrevistas, notas, reportajes y ocurrencias múltiples. Los casos de pensamiento débil en la pedagogía cotidiana de Francisco, conforman ya una preocupante antología del desatino.
La cuarta, al fin, si Tinelli es, de mínima, quién queda retratado en el párrafo de la carta mencionada, por qué ese juicio descalificatorio no lo convierte el Papa de privado en público, para edificación de los cristianos fieles, para la obligatoria prevención moral de los miles de ciudadanos que diariamente se intoxican con sus basuras televisas, y para que nadie pueda sospechar doblez ,fragilidad u oportunismo en quien ocupa hoy la Silla de Pedro.
Dios permita que la Verdad resplandezca y Roma sea, como está llamada a serlo, el Faro del Mundo. Pero si quienes están llamados a custodiar ese Faro, con sus ritmos, sus vibraciones, sus pausas y sus signos, tuvieran un plan distinto, que se cumpla de una vez la súplica de Cristo: "lo que tengas que hacer, hazlo pronto"(Jn. 13,21). Porque el Iscariotismo en la Iglesia tiene la solución teológica en el Campo de Sangre (Hechos 1,17-19). Pero el Tinelismo no tiene solución alguna.
Página Católica: Bergoglio descalifica a Marcelo Tinelli
¡Golpe de estado en Ciudad del Este!
Bergoglio echó a Mons. LivieresEntre gallos y medianoche, sin guardar el debido proceso, ni la caridad cristiana, ni aún las más mínimas normas de educación, Bergoglio depuso a Mons. Rogelio Livieres Plano, Obispo de Ciudad del Este. El pronóstico que habíamos hecho hace ya muchos meses, se ha cumplido con una sentencia dictada antes de que los visitadores apostólicos cayeran sobre el Paraguay.
¡Fuerte operativo policial!
http://3.bp.blogspot.com/-nwLgMoJGJi...vieres%2B1.jpg ¡Lo odian por esto!
Esta entrada incluye extraordinaria carta de Mons. Livieres
Cuando leímos esta mañana los decretos correspondientes y, sobre todo, la carta de la Nunciatura Paraguaya por la que se daba a conocer la medida, nos quedó clara la maniobra: mientras se llamaba a Roma y se entretenía allí al pastor, el nuncio era instruido para que se dirigiera de inmediato a Ciudad del Este, en compañía del nuevo Administrador Apostólico sede vacante, a fin de tomar el poder, ¡antes de que la noticia se le comunicara al despedido!
Maniobra golpista que deja ver el temor a una sublevación popular si acaso Mons. Livieres estuviera presente.
Esa nuestra impresión ha sido confirmada por el mismo obispo en la carta que publicamos abajo, y que será una página de antología en la historia de la Iglesia, si es que después de Bergoglio le quedara mucha historia; y a la que remitimos a nuestros lectores pues explica lo ocurrido acabadamente.
Y así fue. Esta mañana, rodeados por un fuerte operativo policial, los enviados de Francisco llegaron a Ciudad del Este y tomaron la curia Arzobispal que quedó custodiada por efectivos armados.
Según nos informan, la madre del Obispo de 89 años que vive allí y que fue tratada con displicencia, tuvo que empaquetar las cosas del obispo y las suyas propias. Se pusieron candados. El Golpe quedó consumado; mientras el obispo no puede volar desde Roma hasta el próximo Lunes.
Bergoglio es buen estratega; esperemos que esa habilidad le sirva para salvar su alma.
Mons. Livieres ha sido depuesto ante todo porque es un tradicionalista sin pelos en la lengua; y porque ha demostrado que se puede construir un seminario lleno de vocaciones siguiendo la tradición de la Iglesia; lo cual no puede menos que contrastar con el desierto Seminario de Devoto, asentado en una de las ciudades más grandes del mundo y con la mayor matrícula católica del país, y testigo de la esterilidad modernista.
Llama la atención que la misma persona que habla de misericordia, incluso rozando la herejía, practique la máxima intolerancia. Que el mismo que declama por Justicia, practique la arbitrariedad. Que el reformador "democrático" de la curia romana ejerza el poder como un déspota consumado... contra los débiles; pues luego festeja a los poderosos sin importarle lo inmorales o enemigos que puedan ser.
Según el comunicado oficial de la diócesis de Ciudad del Este, su obispo fue destituido "por la falta de unidad en la comunión con los otros Obispos del Paraguay". ¡Enhorabuena Mons. Rogelio Livieres! No está Ud. en comunión con Lugo, el lujurioso desenfrenado que vendió su primogenitura por un plato de lentejas podridas, ni con el homosexual Cuquejo cabeza de la Iglesia en Paraguay, ni con los herejes que destruyen la doctrina y la liturgia en las tierras del Mariscal Francia. ¡Enhorabuena!
Y parafraseando al cardenal Ratzinger, cuando se dirigió al luego cardenal Domenico Bartolucci, director del Coro de la Capilla Sixtina, nombrado por Pío XII y despedido injustamente por JPII, le decimos: "Resista Mons., resista" .
Carta de Mons. Rogelio Livieresal Prefecto de la Congregación para los Obispos
Jueves, 25 de Septiembre de 2014
Cardenal Marc Ouellet
Prefecto de la Congregación para los Obispos
Palazzo della Congregazioni, Piazza Pio XII, 10,
00193 Roma, Italia
Eminencia Reverendísima:
Le agradezco la cordialidad con que me recibió el lunes 22 y el martes 23 de este mes en el Dicasterio que preside. Igualmente, la comunicación por teléfono que me ha hecho hace unos momentos de la decisión del Papa de declarar a la Diócesis de Ciudad del Este sede vacante y de nombrar a Mons. Ricardo Valenzuela como Administrador Apostólico.
Tengo entendido que el Nuncio, prácticamente en simultáneo con el anuncio que Su Eminencia me acaba de dar, ha realizado una conferencia de prensa en el Paraguay y ya se dirige hacia la Diócesis para tomar control inmediato de la misma. El anuncio público por parte del Nuncio antes de que yo sea notificado por escrito del decreto es una irregularidad más en este anómalo proceso. La intervención fulminante de la Diócesis puede quizás deberse al temor de que la mayoría del pueblo fiel reaccione negativamente ante la decisión tomada, ya que han manifiestado abiertamente su apoyo a mi persona y gestión durante la Visita Apostólica. En este sentido recuerdo las palabras de despedida del Cardenal Santos y Abril: «espero que reciban las decisiones de Roma con la misma apertura y docilidad con que me han recibido a mí». ¿Estaba indicando que el curso de acción estaba ya decidido antes de los informes finales y el examen del Santo Padre? En cualquier caso, no hay que temer rebeldía alguna. Los fieles han sido formados en la disciplina de la Iglesia y saben obedecer a las autoridades legítimas.
Las conversaciones que hemos mantenido y, aparentemente ya que no los he visto, los documentos oficiales, dan por justificación para tan grave decisión la tensión en la comunión eclesial entre los Obispos del Paraguay y mi persona y Diócesis: «no estamos en comunión», habría declarado el Nuncio en su conferencia.
Por mi parte, creo haber demostrado que los ataques y maniobras destituyentes de la que he sido objeto se iniciaron ya desde mi nombramiento como Obispo, antes incluso de que pudiera poner un pie en la Diócesis –hay correspondencia de la época entre los Obispos del Paraguay con el Dicasterio que Su Eminencia preside como prueba fehaciente de ello. Mi caso no ha sido el único en el que una Conferencia Episcopal se ha opuesto sistemáticamente a un nombramiento hecho por el Papa contra su parecer. Yo tuve la gracia de que, en mi caso, los Papas san Juan Pablo II y Benedicto XVI me apoyaran para seguir adelante. Entiendo ahora que el Papa Francisco haya decidido retirarme ese apoyo.
Sólo quiero destacar que no recibí en ningún momento un informe escrito sobre la Visita Apostólica y, por consiguiente, tampoco he podido responder debidamente a él. A pesar de tanto discurso sobre diálogo, misericordia, apertura, descentralización y respeto por la autoridad de las Iglesias locales, tampoco he tenido oportunidad de hablar con el Papa Francisco, ni siquiera para aclararle alguna duda o preocupación. Consecuentemente, no pude recibir ninguna corrección paternal –o fraternal, como se prefiera– de su parte. Sin ánimo de quejas inútiles, tal proceder sin formalidades, de manera indefinida y súbita, no parece muy justa, ni da lugar a una legítima defensa, ni a la corrección adecuada de posibles errores. Sólo he recibido presiones orales para renunciar.
Que mis opositores y la prensa local hayan recientemente estado informando en los medios, no de lo que había pasado, sino de lo que iba a suceder, incluso en los más mínimos detalles, es sin duda otro indicador de que algunas altas autoridades en el Vaticano, el Nuncio Apostólico y algunos Obispos del país estaban maniobrando de forma orquestada y dando filtraciones irresponsables para «orientar» el curso de acción y la opinión pública.
Como hijo obediente de la Iglesia, acepto, sin embargo, esta decisión por más que la considero infundada y arbitraria y de la que el Papa tendrá que dar cuentas a Dios, ya que no a mí. Más allá de los muchos errores humanos que haya cometido, y por los cuales desde ya pido perdón a Dios y a quienes hayan sufrido por ello, afirmo una vez más ante quien quiera escucharlo que la substancia del caso ha sido una oposición y persecución ideológica.
La verdadera unidad eclesial es la que se edifica a partir de la Eucaristía y el respeto, observancia y obediencia a la fe de la Iglesia enseñada normativamente por el Magisterio, articulada en la disciplina eclesial y vivida en la liturgia. Ahora, empero, se busca imponer una unidad basada, no sobre la ley divina, sino sobre acuerdos humanos y el mantenimiento del statu quo. En el Paraguay, concretamente, sobre la deficiente formación de un único Seminario Nacional –deficiencias señaladas no por mí, sino autoritativamente por la Congregación para la Educación Católica en carta a los Obispos de 2008. En contraposición, y sin criticar lo que hacían otros Obispos, aunque hay materia de sobra, yo me aboqué a establecer un Seminario diocesano según las normas de la Iglesia. Lo hice, además, no sólo porque tengo el deber y el derecho, reconocido por las leyes generales de la Iglesia, sino con la aprobación específica de la Santa Sede, inequívocamente ratificada durante la última visita ad limina de 2008.
Nuestro Seminario diocesano ha dado excelentes frutos reconocidos por recientes cartas laudatorias de la Santa Sede en al menos tres oportunidades durante el pontificado anterior, por los Obispos que nos han visitado y, últimamente, por los Visitadores Apostólicos. Toda sugerencia hecha por la Santa Sede en relación a mejoras sobre el modo de llevar adelante el Seminario, se han cumplido fielmente.
El otro criterio de unidad eclesiástica es la convivencia acrítica entre nosotros basada en la uniformidad de acción y pensamiento, lo que excluye el disentimiento por defensa de la verdad y la legítima variedad de dones y carismas. A esta uniformidad ideológica se la impone con el eufemismo de «colegialidad».
El que sufre las últimas consecuencias de lo que describo es el pueblo fiel, ya que las Iglesias particulares se mantienen en estado de letargo, con gran éxodo a otras denominaciones, casi sin vocaciones sacerdotales o religiosas, y con pocas esperanzas de un dinamismo auténtico y un crecimiento perdurable.
El verdadero problema de la Iglesia en el Paraguay es la crisis de fe y de vida moral que una mala formación del clero ha ido perpetuando, junto con la negligencia de los Pastores. Lugo no es sino un signo de los tiempos de esta problemática reducción de la vida de la fe a las ideologías de moda y al relajamiento cómplice de la vida y disciplina del clero. Como ya he dicho, no me ha sido dado conocer el informe del Cardenal Santos y Abril sobre la Visita Apostólica. Pero si fuera su opinión que el problema de la Iglesia en el Paraguay es un problema de sacristía que se resuelve cambiando al sacristán, estaría profunda y trágimente equivocado.
La oposicion a toda renovación y cambio en la Iglesia en el Paraguay no sólo ha contado con Obispos, sino también con el apoyo de grupos políticos y asociaciones anti-católicas, además del apoyo de algunos religiosos de la Conferencia de Religiosos del Paraguay –los que conocen la crisis de la vida religiosa a nivel mundial no se sorprenderán de esto último. El vocero pagado y reiteradamente mentiroso para tales maniobras ha sido siempre un tal Javier Miranda. Todo esto se hizo con la pretensión de mostrar «divisón» dentro de la misma Iglesia diocesana. Aunque la verdad demostrada y probada es la amplia aceptación entre el laicado de la labor que veníamos haciendo.
Del mismo modo que, antes de aceptar mi nombramiento como Obispo, me creí en la obligación de expresar vivamente mi sentimiento de incapacidad ante tamaña responsabilidad, después de haber aceptado dicha carga, con todo el peso de la autoridad divina y de los derechos y deberes que me asisten, he mantenido la gravísima responsabilidad moral de obedecer a Dios antes que a los hombres. Por eso me he negado a renunciar por propia iniciativa, queriendo así dar testimonio hasta el final de la verdad y la libertad espiritual que un Pastor debe tener. Tarea que espero continuar ahora desde mi nueva situación de servicio en la Iglesia.
La Diócesis de Ciudad del Este es un caso a considerar que ha crecido y multiplicado sus frutos en todos los aspectos de la vida eclesial, para felicidad del pueblo fiel y devoto que busca las fuentes de la fe y de la vida espiritual, y no ideologías politizadas y diluídas creencias que se acomodan a las opiniones reinantes. Ese pueblo expresó abierta y públicamente su apoyo a la labor apostólica que hemos venido haciendo. El pueblo y yo hemos sido desoídos.
Suyo afectísimo en Cristo,
+ Rogelio Livieres Ex obispo de Ciudad del Este (Paraguay)
Página Católica: ¡Golpe de estado en Ciudad del Este!
¡COSA 'E MANDINGA!
A esta altura de la noche, diríase que la infalibilidad que asiste aún a Francisco estriba en la del olfato: olfato para reconocer todo resto de vitalidad religiosa para combatirla, olfato para todo lo que huela a santidad y así caerle con garras y colmillos. Hierognosia pero al modo de Caín, esto de los "islotes de cristiandad" parece no convenir a su pontificado, cuyo programa al respecto resulta inmejorablemente ilustrado por la imagen del Dragón que arroja un río de agua por la boca para sumergir a la Mujer (Ap 12,15). Ya lo había reconocido hace unos meses el propio pontífice, en una de sus crisostómicas homilías: «el demonio no puede ver la santidad de la Iglesia o la santidad de una persona sin hacer algo».
No fue bastante la devastación de los Franciscanos de la Inmaculada. Ahora, y tal como lo hacía presentir la reciente «visita apostólica» que lastimó a su diócesis, le tocó salir por la ventana (de-fenestrado) a monseñor Livieres, ordinario de Ciudad del Este (Paraguay). Se sabe de la inquina de los restantes obispos paraguayos por monseñor, a quien no le perdonaban que su Seminario concentrara mayor población de aspirantes al sacerdocio que la suma de todos los otros del país. Alguna vez ofrecimos desde aquí el enlace a una página de informaciones de la diócesis de Ciudad del Este: basten algunas cifras de entre las muchas que allí se nos ofrecen para reconocer en éste un caso único en el mundo de la Iglesia conciliar, en el que los guarismos respectivos tienden invariablemente a cero en casi todas las latitudes.
https://encrypted-tbn3.gstatic.com/i...nRyHNlzzZnU5Jw Habían acertado el titular
los mercenarios de siniestra
(En todos los casos, la cifra inicial corresponde al año 2004 y la segunda al 2014, correspondientes al inicio y al fin del mandato de Livieres) Total de sacerdotes: 79 - 140; cursos y conferencias pro-vida: 0 -19; miembros de cofradías de adoración perpetua: 0 - 5813; comunidades de retiro: 0 -54; personas que hacen retiros por mes: 0 - 2080; capillas de adoración perpetua: 0 - 8; retiros mensuales para el clero: 0 -10; capellanes para hospitales: 1 -7; matrimonios: 1257 -6277; bautismos: 9543 -21556; internos de las cárceles atendidos espiritualmente: 203 -1400. Y un largo y elocuente etcétera.Cuando se conoce que el motivo de la remoción de este pastor ha sido el presunto encubrimiento de un sacerdote acusado de pedofilia (acusación presentada ante el fuero penal norteamericano y rechazada in limine no sólo por falta de pruebas, sino incluso por el absurdo de que quien se decía agraviado por el sacerdote era mayor de edad al momento de los supuestos hechos) y que, contemporáneamente, Bergoglio confirma en la Curia romana y en el próximo Sínodo de la Familia a un reconocido cómplice de la depravación de sus clérigos como el belga cardenal Danneels (sigamos con los números: 476 casos imputados al ex-obispo de Brujas, cobijado por Danneels), entonces los niveles de indignación trepan a las nubes.
Más cuando esta jugada le sirve al Obispo de Roma, aparte de saciar un deseo personal de venganza contra uno de aquellos que tiene por sus enemigos desde los años de su primado en la Argentina, para acreditarse ante la prensa sahumadora con la filfa de la "tolerancia cero" con los pretes pederastas. Entonces, pues, y viendo aglutinarse en la figura del pontífice prendas de tanto bulto como oportunismo, rencor, venganza meticulosamente preparada, injuria, devastación, hipocresía (que, a decir verdad, no le van en zaga a las que enumera el Apóstol en II Tim 3,2), ¿qué mucho que, como el protagonista de La femme pauvre, de Léon Bloy, a quien le tocó ver encarnado en otro sujeto un parecido cortejo de vicios, exclamemos, mesándonos los cabellos con horror: «amiga mía, ¡he visto al diablo!».
In exspectatione
Valiente y esclarecedora carta de Mons. Livieres. Dice muchas cosas claramente y poniendo los puntos sobre las íes. Qué lastima todo lo que está ocurriendo.
Así informan escuetamente los infocatólicos. Ojo, no han permitido comentarios a la noticia.
El Papa cesa a Mons. Livieres como obispo de Ciudad del EsteCita:
Pide obediencia y docilidad a los fieles
El Papa cesa a Mons. Livieres como obispo de Ciudad del Este
Según informa la Santa Sede,después de un cuidadoso examen de las conclusiones de las visitas apostólicas efectuadas por la Congregación para los Obispos y la Congregación para el Clero, al obispo, la diócesis y los Seminarios de Ciudad del Este, el Santo Padre ha procedido a la sucesión de S.E. Mons. Rogelio Ricardo Livieres Plano nombrando Administrador Apostólico de la misma sede, ahora vacante, a S.E. Mons. Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, Obispo de Villarrica del Espíritu Santo.
25/09/14 2:46 PM | Imprimir | Enviar
http://infocatolica.com/files/rogeliolivieres.jpg
(Vatican.va/Infocatólica) El Santo Padre, en el ejercicio de su ministerio de «fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles" (LG 23) pide al clero y a todo el Pueblo de Dios de Ciudad del Este que acoja la decisión de la Santa Sede con espíritu de obediencia, docilidad y sin desavenencias, guiado por la fe».
«Por otra parte, se invita a toda la Iglesia de Paraguay, guiada por sus pastores, a un serio proceso de reconciliación y superación de cualquier sectarismo y discordia, para no herir el rostro de la única Iglesia "adquirida con la sangre de su Hijo" y para que el "rebaño de Cristo" no se vea privado de la alegría del Evangelio (cf. Hch 20, 28)».
Esta noticia no admite comentarios.
Ciudad de Solada
Aspice, Domine, quia facta est desolata civitas.Quomodo sedet sola civitas.
Algunas reflexiones sobre lo ocurrido con la vacancia de la sede episcopal de Ciudad del Este.
En primer lugar, no podemos negar que se cometieron varios desatinos por parte de los actores involucrados, y señalo los dos más notorios:
1. El P. Carlos Urrutigoity, o Father U., excusa del escándalo, venía de un juicio en Estados Unidos, del que había sido absuelto, pero que despertó un vendaval en los medios de prensa y le terminó costando la sede a Mons. Timlin, obispo de Scranton. Más allá de lo justo o injusto de la situación, lo cual no trataré en este blog (y advierto que no publicaré ningún comentario en ese sentido), lo cierto es que, frente a los hechos, lo prudente hubiese sido mantener un perfil bajísimo y no asomar la cabeza porque, seguro, lo iban a cascotear. Larvatus prodeo, diríamos en latín, o Hacete el muerto para que no te maten, en criollo.
2. Mons. Rogelio Livieres cometió también, a mi modesto entender, errores garrafales. Si se jugó aceptando a Fr. U. en su diócesis, sabiendo cómo venía la mano, jamás debió ubicarlo en un puesto de alta exposición como el de Vicario General. No tengo dudas de la gran capacidad del P. Carlos, pero bien podría haber puesto un cura fantoche y presta-nombre en ese cargo, y que la diócesis la manejara el cura mendocino desde las sombras, astucias básicas de cualquier gobernante mínimamente avezado.
Por otro lado, sus declaraciones a la prensa sobre el carácter retozón del arzobispo de Asunción fue una imprudencia mayúscula por mucho motivos, pero señalo uno de ellos: le dio a Francisco el motivo que necesitaba para echarlo.
Pero vayamos ahora a lo que me parece más significativo en orden a los temas que venimos tratando últimamente en el blog. No es inusual que obispos sean removidos de sus diócesis: así ocurrió con Maccarone y Bargalló, que renunciaron voluntariamente, y con Mons. Rey, cuya renuncia le fue "sugerida" antes de que estallara un escándalo mayúsculo. Pero el caso de Mons. Livieres es distinto: él se negó a renunciar más allá de las presiones que ejercieron los curiales romanos, lo cual obligó al Santo Padre a declarar a Ciudad del Este "sede vacante" y nombrar un nuevo obispo. Esto me parece sumamente revelador y una señal que manda el Papa a todos los obispos: "No se hagan los locos, porque los corro". Y pienso:
1. Me dirán los historiadores y canonistas si es acertado, pero me parece muy inusual la declaración por parte de Roma de una "sede episcopal vacante". ¿Es algo propio de las misericordias y diálogos francisquistas?
2. Más allá de que se hayan vulnerado canónicamente todos los derechos y garantías que podría aducir el obispo, lo cierto es que en la Iglesia latina el Papa tiene poder absoluto sobre cada uno de los bautizados que caminan sobre el planeta y puede hacer con ellos lo que quiera. Y las consecuencias de este disparate de absolutismo pontificio, que con tanto ahínco defiende los lefes y otros tradicionalistas, están a la vista. Una cosa es tener de Papa a San Pío X o a Benedicto XVI, y otra es tener a un chimpancé con navaja.
3. Una situación de este tipo jamás podría ocurrir en las iglesias orientales, sean católicas u ortodoxas. Me animaría a decir, y corríjame algún canonista, que si a Bergoglio se le ocurriera declarar la vacancia de una sede de, supongamos, Ucrania, el sínodo de obispos lo sacaría a los escobazos, como sacó a escobazos Hincmaro, arzobispo de Reims, al papa Juan VIII a fines del siglo IX cuando éste pretendió meterse en la jurisdicción de los metropolitanos. Insisto entonces sobre lo que hemos discutido varias veces en este foro: el absolutismo papal es un peligroso disparate y no tiene tradición apostólica, sino que surge en los primeros siglos del segundo milenio por cuestiones meramente políticas. Ha traídos sus beneficios, no hay duda de ello, pero los riesgos están a la vista.
4. Llama la atención lo expeditivo y la voluntad ejecutiva de la Santa Sede para resolver el caso. En un mes, se limpió al obispo y comenzó la destrucción de todo lo que se había hecho en la diócesis paraguaya. Y llama la atención, digo, porque en casos muchos más graves, se procedió mucho más lentamente o, directamente, no se precedió. O peor aún: si la acusación a Mons. Livieres, obispo conservador, es que protegió a un sacerdote sospechado de pederastia, ¿por qué no se actuó del mismo modo con el cardenal Godfriend Daneels, obispo progresista? Recordemos que hace poco tiempo el escándalo de Daneels en su sede flamenca involucró el allanamiento de la catedral y del palacio episcopal por parte de la policía belga y el secuestro de las computadores del purpurado donde se encontraron pruebas irrefutables de su protección de curas y obispos pervertidos, entre ellos Mons. Vangheluwe, obispo de Brujas, que abusó durante años de su propio sobrino cuando éste era menor de edad. ¿Y dónde está ahora Daneels? ¿Penitente en algún monasterio por orden del severo papa Francisco que no deja pasar una? Pues no. El cardenal Daneels acaba de ser nombrado por el papa Bergoglio, personalmente, miembro del próximo sínodo sobre la familia. Así como para la presidente argentina, Cristina Kirchner, hay buitres malos (como el Fondo Elliot) y buitres buenos (como George Soros), para el papa argentino hay encubridores malos (como Mons. Livieres) y encubridores buenos (como el card. Daneels).
5. Finalmente, llama también la atención que la razón que aduce el documento de la Curia Vaticana para la remoción de Mons. Livieres de su sede sea la "falta de comunión" con el resto de los obispos del Paraguay. ¿Es necesario, acaso, que un obispo, para ocupar legítimamente su sede, esté en comunión con sus "hermanos" obispos (con tales hermanos, mejor ser unigénito...)? Siempre pensé que la comunión debía darse con el sucesor de Pedro. Pero todo cambia en épocas bergoglianas.
Y una perlita final: el papa Francisco nombró hace poco al cardenal australiano George Pell como Prefecto de la nueva Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede. Este purpurado, egresado de Oxford y de índole conservadora, se expresó públicamente la semana pasada en contra de la posibilidad de que los divorciados y vueltos a casar puedan comulgar, al unísono de muchos otros obispos. Y, oh casualidad!, han comenzado a aparecer en varios medios de prensa noticias acerca de que, mientras era arzobispo de Sydney, protegió a un cura pederasta, acusación de la que fue sobreseído, aunque eso no se dice. No me extrañaría que, en las próximas semanas, el papa Francisco, en su cruzada anti-encubrimiento, descabece al cardenal Pell de su puesto curial y lo mande de Patronus de la Orden Equestre del Santo Sepulcro.
By the way, ¿qué pasaría si aquí contamos los casos de encubrimiento a sacerdotes sodomitas que pesan sobre el ex-cardenal Bergoglio durante su desempeño en la sede porteña?
The Wanderer: Ciudad de Solada
OTRA MÁS QUE NOS REGALA
Por si no bastara con el Sínodo, y en una escalada verborrágica urticante ya de más, Francisco entrega el estrambote, la clave hermenéutica de aquel terrible «no existe un Dios católico» confiado hace un año a su amigazo marxista Eugenio Scalfari para su ulterior divulgación orbital. Ahora abundó, en el marco de sus acostumbradas homilías semi-pías (esas piezas de la más ostensible vaguedad doctrinal que pronuncia innecesariamente cada mañana), queDios no existe: ¡no se escandalicen! ¡Dios así no existe! Existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: son personas, no son una idea en el aire… ¡Este Dios spray non existe! ¡Existen las personas!Cualquiera que contextualice el discurso en el pontificado en curso entenderá que la inmediata afirmación trinitaria o la aclaración «existen las personas» no arregla nada. Ni sirve pedirles a los presentes que «¡no se escandalicen!», salvo con una obvia intención antifrástica. Este hombre pretende lanzar la piedra y detenerla a la mitad de su recorrido. Y esto no es posible, máxime cuando no queda apenas vidrio sano a causa de otras afines bromas ya ensayadas.
Todo consuena rigurosamente. Si Bergoglio se atreve a escupir al cielo, tal como lo demuestra en ocasiones como ésta, ¿qué mucho que escupa en el plato del que come, cada vez que denigra a la Iglesia en su historia y en sus hábitos? ¿Por qué no será capaz, como el Viejo Vizcacha, de escupirles el asado a los demás para comérselo todo él, como consta en los casos de sañuda persecución emprendida contra las poquísimas órdenes religiosas y diócesis aún florecientes en medio del erial postconciliar?
«Dios no existe: lo dije, lo dije», podría monologar en lo escondido de sus aposentos este sujeto de quien permanecerá insoluble el problema de la legitimidad de su elección -problema que, después de conocerse el libro de Antonio Socci, divide a canonistas y suscita fuertes discusiones. La pregunta a esta altura es si no cabe sugerir la vacancia de la Sede ante un caso notorio de demencia, cualquiera sea la etiología de la misma, si psíquica o pneumática.
El caso es que, sea en el fragor de las tormentas que en la placidez de un manso crepúsculo, en cualquier momento del doliente día del católico que asiste a los horrores que vierte Roma sobre el mundo, los oídos logran captar los acentos de una catilinaria sideral que avisan sobre la Mano pronta a caer: quousque tandem abutere, Francisce, patientia nostra? Y no hay blasfemia de Bergoglio que logre ahogarla.
In exspectatione
Confidencias y premoniciones
http://2.bp.blogspot.com/-lk-grhtEOS.../s1600/tau.jpg
Visto que ya son varios los lectores que han hecho su confesión pública acerca de lo que experimentaron el 13 de marzo de 2013 cuando escucharon al cardenal Protodiacono di Santa Romana Chiesa proclamar el inesperado “YIORYIUSMARIUS” y, luego, aparecer en el balcón petrino al Personaje, aquí va la mía: fue una sensación y una intuición. Sentí un escalofrío aterrador e, inmediatamente, una idea se me “apareció”, sin razonarla, en la inteligencia: es el Falso Profeta. El mal rato me costó dos meses de insomnio. Seguramente fue exageración de mi mente que estaba aún seriamente afectada por el jetlag de un viaje reciente…
Pero, para continuar con las confidencias, debo decir que anoche tuve una premonición. Mientras comenzaba ya a quedarme dormido, en esos momentos que los médicos llaman Etapa I del sueño, y los antiguos denominaban “ensoñación”, se me vino de la nada una idea a la cabeza: “Bergoglio va a nombrar Prefecto para la Congregación del Culto Divino a Mons. Piero Marini entre el 23 y el 26 de octubre mientras se realiza en Roma la peregrinación Populus Sumorum Pontificum”. Me desperté y me costó un buen raro conciliar nuevamente el sueño. No sé si el anuncio fue de un ángel, de un demonio o, simplemente, de los vapores del Glenlivet.
Hoy por la mañana, ya con la mente fresca, me puse a pensar: sería una típica jugada de Bergoglio. Y mucho más si, como dice hoy un blog colega, en el sínodo es mayoría aplastante la posición tradicional. Sería un finísimo modo que tendría Francisco de desquitarse por la derrota que se le infligiría.
- Pero Wanderer, ¿usted está diciendo que el Papa Bergoglio es resentido y vengativo?
- Yo no lo digo. Pregúntele a los curas de Buenos Aires, a ver qué le dicen.
The Wanderer
Hipocresía en tres actos
1º acto: Quino, Mafalda y Susanita
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2º acto: El cardenal Bergoglio y Cáritas. 2009
http://3.bp.blogspot.com/-ymjsimfrf6...-Bergoglio.jpg
"Muestro lo difícil que es llevar hoy día la misión caritativa de la Iglesia. Uno de los dirigentes de un centro de Cáritas tenía que hacer un festejo, e hicieron el festejo en uno de los treinta y seis restaurantes que están en Puerto Madero, donde la cena más barata serán $250 por cabeza. Treinta y seis restaurantes que están a 1 km. de un tugurio, de una villa naciente. Si vos entrás en la solidaridad del servicio de Cáritas, tus hábitos de vida tienen que cambiar y no te podés permitir ciertos lujos...".
El video completo pueden verlo aquí.
3º acto: Papa Francisco - 2014
Por primera vez en la historia un Sumo Pontífice autorizó la apertura de los Palacios Vaticanos a fin de que sean alquilados para un evento exclusivo para millonarios que poseen automóviles Porsche. Como informa el sitio de la empresa fabricante de los lujosos automóviles, el evento se desarrollará según el siguiente programa:
1. Acceso exclusivo a los Museos Vaticanos fuera del horario de apertura oficial.
2. Magnífico concierto en la Capilla Sixtina organizado exclusivamente para los participantes.
3. Inolvidable comida en medio de las obras de arte de los Museos Vaticanos.
4. Visita a los Jardines Papales del Vaticano.
5. Paseo en Porsche por la región sur del Lacio.
6. Número máximo de participantes: 20 personas.
7. Costo de la entrada: € 5000.
Por lo demás, no se trata de un hecho aislado ya que la política del Papa Francisco es abrir el Palacio Apostólico y los Museos Vaticanos para visitas privadas y exclusivas de personajes particularmente conocidos por su vida frívola y mundana. Se supo que la semana pasada el cantante Justin Bieber gozó de una de estas visitas, por la que pagó € 16000, aunque la experiencia no fue del todo positiva para el monsignorino que hacía de guía, ya el que artista pop se dedicó a patear pelotas de fútbol dentro de los corredores de las dependencias papales.
No es un invento, aunque lo parece. El hecho fue publicado por el Catholic Herald.
La Santa Sede aclaró que el Papa aceptó la realizar estos eventos a fin de recaudar fondos para las obras de caridad.
- Santo Padre, ¿qué hará con el dinero que paguen los dueños de automóviles Porsche por comer caviar, salmón ahumado, faisán y otras delicatessen en medio de las obras de Rafael, Miguel Ángel, y en el lugar sagrado donde la Iglesia elige a sus papas?
- Vamos a comprar sémola, arroz, fideos y todas esas porquerías que comen los pobres.
The Wanderer
Desenmascarando a Bergoglio. 1ª Parte
Los argentinos que hemos tenido la oportunidad de conocer al Papa Francisco mientras era arzobispo de Buenos Aires tenemos, creo yo, el deber de revelar a los cristianos de otros países el enorme estropicio que sufrió la Iglesia en Argentina durante su mandato. Concretamente, hoy y mañana publicaré algunos datos que dejan ver que Bergoglio siempre tuvo la "agenda gay" entre sus planes. Si bien a nivel internacional todo comenzó con el fatídico "¿Quién soy yo para juzgar?" y terminó -si es que terminó-, con el escándalo sinodal, sus antecedentes sus numerosos. Es cuestión de preguntarle al clero porteño acerca de la constante protección que prodigó a numerosos sacerdotes homosexuales.
El Papa Francisco afirma que él no es “nadie para juzgar” a los sodomitas y considera que no hay que arrojarles el Evangelio por la cabeza a los adúlteros sino tener con ellos la “audacia de la misericordia”.
Lo curioso es estas modalidades de misericordia inclusiva están reñidas con el “modelo de exclusión” que la Iglesia practicó durante veinte siglos. En este post quiero recordar dos hechos ocurridos en Argentina durante el desempeño del cardenal Bergoglio como Primado y presidente o miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, y contrastarlo las enseñanzas y disciplinas que la Iglesia Católica ejerció a lo largo de su historia.
Caso 1: Mons. Juan Carlos Maccarone.
El hecho
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Este arzobispo era la “estrella” –o, mejor deberíamos decir, “la diva”- del Episcopado argentino. El gran teólogo de consulta permanente, el abanderado de la causa de los pobres y desvalidos, el campeón de la democracia y de la vida cívica y el poseedor de un futuro promisorio que le aseguraba la púrpura a la vuelta de la esquina. En el mismos clero tenía un ascendiente reverencial: los curas del gran Buenos Aires, mientras era obispo de Lomas de Zamora, acudían en masa los días lunes a escuchar las palabras de sabiduría de Macca, como le gustaba hacerse llamar.
Hasta que ocurrió algo terrible: un día del mes de marzo de 2005, se difundió un video en el que aparecía el arzobispo manteniendo juegos sexuales con un jovencito que resultó ser su chofer. Eran los tiempos del papa Benedicto XVI y el obispo fue inmediatamente apartado de su cargo y confinado al Cottolengo de Clypole.
La reacción de Bergoglio
Por una carta que él mismo Maccarone dirigió en sus hermanos obispos, puede deducirse fácilmente que toda la pandilla episcopal argentina sabía de su debilidad por los efebos y por los choferes. De hecho, había tenido denuncias previas aunque había quedado sobreseído. Y, a pesar de eso, igualmente lo promovieron al cargo episcopal de la diócesis más antigua del país y lo colocaron en el firmamento estelar.
Cuando el caso salió a luz, el cardenal Bergoglio junto con la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal emitió un comunicado en el que manifestaba su “agradecimiento” al ex obispo de Santiago del Estero por la labor cumplida en aquella diócesis “al servicio de los pobres y de quienes tienen la vida y la fe amenazadas” y le expresaban su “afecto, comprensión y oración”. No contentos con eso, en una carta le aseguraban “todo el apoyo y afectuosa cercanía” y “les alegra comprobar” que en esta dolorosa situación “la Iglesia está dando válidas respuestas… e iluminando con el Evangelio…”.
El vocero del arzobipado porteño salió a decir, además, que el video difundido correspondía a “la vida privada” de Mons. Maccarone.
La enseñanza y práctica de la Iglesia
San Pedro Damián, monje benedictino, cardenal del siglo XI y Doctor de la Iglesia, escribió una carta (la nº 31) al papa León IX acerca de cómo comportarse con los clérigos y obispos que tuvieran conductas similares a las de Mons. Maccarone. Esa misiva es conocida también como Liber Gomorrianus cotra nefandum sodomiae crimen y pueden leerla, en latín, en el tomo 145 de la Patrología Latina. Traduzco aquí un par de párrafos significativos.
Con respecto al pecado de la sodomía, este santo Doctor de la Iglesia se consideraba apto para juzgar:
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“Absolutamente, no hay otro vicio que pueda ser razonablemente comparado con este, que sobrepasa a todos en suciedad. Por este vicio es, de hecho, viene la muerte del cuerpo y la destrucción del alma; mancha la carne, extingue la luz de la mente, expulsa al Espíritu Santo del templo del interior del hombre, y lo reemplaza con el demonio, provocador de la lujuria. Remueve completamente la verdad de la mente y la orienta hacia la falsedad. La sodomía pone trampas en el camino del hombre y, cuando cae en ellas, no lo deja escapar. Este vicio abre las puertas del infierno y cierra las puertas del cielo, y convierte a los ciudadanos de la Jerusalén celestial en los herederos de la Babilonia infernal”. (Cap. 16; PL 145, 175)
Y San Pedro Damián determina también de qué modo hay que actuar en estos casos:
“El clérigo o el monje que acosa a los adolescente o a los jóvenes, o ha sido sorprendido besándolos o en otros actos torpes con ellos, será azotado públicamente y perderá su tonsura. Luego de haber sido rapado, será cubierto de escupidas y, sujeto con cadenas de hierro, sea dejado podrirse en la angustia de la cárcel por seis meses. Al anochecer, durante tres días a la semana, coma pan de cebada. Después, durante otros seis meses, que viva bajo la custodia de un padre espiritual, separado en un pequeño patio, y esté ocupado en trabajos manuales y en la oración. Sea sometido a ayunos y camine siempre bajo la mirada de dos hermanos espirituales, sin prenunciar ninguna frase perversa, y nunca se una a reuniones con los más jóvenes. Que este sodomita considere si supo administrar bien sus oficios eclesiásticos, porque es así cómo la sagrada autoridad juzga estos ultrajes tan ignominiosos cuanto torpes”. (Cap. XVI)
Caso 2: Mons. Fernando Bargalló
El hecho
Se trata del entonces obispo de Merlo y presidente de Cáritas Latinoamericana que fue descubierto, en junio de 2012, junto a una mujer, en un exclusivo y lujoso resort de Puerto Vallarta (México) en actitudes más que de explícito enamoramiento. Cuando fue interrogado al respecto, Mons. Bargalló mintió al decir que desconocía lo que las fotos probaban; y mintió después al decir que las fotos eran verdaderas pero que no implicaban dolo pues la dama era una amiga de la infancia. El obispo fue depuesto de su cargo por el Papa Benedicto.
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La reacción de Bergoglio
Conocida la vacancia de la sede episcopal de Merlo, se dirigió a ella presuroso el cardenal Bergoglio quien, el día domingo 29 de junio, pronunció una homilía en la atestada catedral diocesana. Allí, entre otras cosas dijo, que el obispo amancebado "Trabajó para los pobres y esto le valió la persecución. Trabajó también por los ancianos y para escuchar a los chicos. Hoy tenemos a la Iglesia unida, humanitaria y misionera y venimos a dar gracias por estos 15 años caminando juntos". Mientras el concelebrante, Mons. Cassaretto, aseguraba: “"Ahora le toca a Fernando estar en un tiempo de retiro, de penitencia y de oración. Mi misión es acompañar al hermano Fernando en su camino de reflexión”.
"¡Viva Fernando María Bargalló!", gritó un hombre desde el fondo del templo y la misa terminó con un fuerte y sostenido aplauso de todos, incluido el cardenal Bergoglio.
La enseñanza y práctica de la Iglesia
Para casos semejantes, la Iglesia contemplaba la ceremonia de “degradación” del Obispo, la cual figuraba en la Pontificale Romanum. Aquí pueden leer la descripción de la ceremonia. Y les copio la traducción de algunos de sus pasos más importantes, tal como la leyera Mons. Gustavo Podestá en la memorable homilía en su parroquia porteña Mater Admirabilis:
“Ceremonia impresionante, que se realizaba en las escalinatas de las catedrales frente al inmenso atrio donde se reunía el pueblo. Ese mismo pueblo que había sido herido por el escándalo de un pecado público y, más, cuando se trataba de un clérigo. Peor aún si constituido en dignidad. A los crímenes públicos la Iglesia públicamente los castigaba, ya que, en verdadera caridad, restituía a los fieles la confianza en la justicia y probidad de sus autoridades, mostraba la gravedad del delito y, al mismo tiempo, estimulaba el propósito de enmienda y la penitencia y conversión del reo.
Allí, en las escalinatas que subían hacia la puerta del templo, se colocaba un asiento bajo y sin respaldo, tipo sillón frailuno, llamado 'faldistorio', en el cual se sentaba el obispo oficiante. A su lado una pequeña mesa con un mantel, en donde, en medio de cirios apagados, se colocaban las vestiduras sacerdotales junto con un trozo rectangular de vidrio en forma de cuchillo.
Traían al que, después de juicio y sentencia, había sido hallado culpable y los clérigos lo revestían, por última vez, c
on sus hábitos sacerdotales si era sacerdote, o pontificales si era obispo o arzobispo.
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En medio de un silencio sepulcral el Obispo celebrante se ponía de pie y comenzaba:
“En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por cuanto yo (...) Obispo de tal lugar, por gracia de Dios y de la Sede Apostólica, habiendo sido probado fehacientemente de acuerdo a los sagrados cánones (o según propia confesión) el crimen del Obispo o Presbítero tal (...) resultando evidente y público el crimen cometido, y por lo tanto no solo grave y condenable, sino dañoso a la salud de los fieles, y aún enorme por la dignidad del que lo cometió, habiendo no sólo ofendido la divina Majestad sino inferido gravísima conmoción a la ciudad, y por esto haberse hecho indigno de su oficio eclesiástico, por ello, tanto por la autoridad de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, como por la de nuestro cargo pastoral, mediante estos escritos lo privamos de todos su cargos y oficios y, por nuestra palabra, lo deponemos, y, según la tradición de la Iglesia, lo sentenciamos a ser degradado”.
Luego, con lágrimas en los ojos -según cuentan frecuentemente las crónicas- el oficiante se ponía de pie y, si el reo era obispo, le sacaba la mitra de la cabeza, diciendo: “Desnudamos tu cabeza de la mitra, ornato de dignidad pontifical y que enlodaste en el ejercicio de tu autoridad”.
A continuación, un acólito traía un evangelio y se lo ponía al depuesto en las manos. El oficiante entonces se lo retiraba diciendo: “Devuelve el Evangelio, porque, habiendo despreciado la gracia de Dios, te hiciste indigno del oficio de predicarlo”.
Después le sacaba el anillo: “Te arrancamos este anillo, signo de fidelidad a tu esposa la amada Iglesia de Dios, a quien temerariamente traicionaste”.
Otrosí: “Te quitamos el báculo, para que no te atrevas más a ejercer el oficio de dirigir que tan gravemente perturbaste”.
Y, finalmente, la parte más emotiva. Con el vidrio -sin filo, por supuesto- habiéndole quitado los guantes ceremoniales -las 'quirotecas'- le raspaba los dedos y las manos simbólicamente y decía: “En cuanto está en nuestro poder hacerlo, así te privamos de tu bendición sacerdotal y de tu unción episcopal, para que pierdas el honor y la gracia de santificar, bendecir y consagrar”.
También pasaba el vidrio por su frente: “Borramos de tu frente la consagración, la bendición y la unción que se te confirió, y te deponemos del orden pontifical para el cual te has hecho indigno”.
Al final, conmovido, lo exhortaba a la penitencia y al arrepentimiento y, si lo que había cometido era un delito común, lo entregaba al fuero civil”.
The Wanderer
Desenmascarando a Bergoglio. 2° parte
https://www.youtube.com/watch?featur...;v=JRKESxVPvbQ
Hace algunos días, un lector del blog envió un comentario en el que decía que le parecía divertido que diez o veinte sedevacantistas se entretuvieran criticando al papa Francisco, a partir de lo cual un psicólogo freudiano encontraría un tendal de actos fallidos que dejan traslucir nuestras más oscuros deseos y pensamientos.
La cosa no es así:
- No somos veinte. En los últimos días, según las estadísticas de Blogger, el blog ha tenido cerca de las cuatro mil visitas diarias.
- No somos sedevacantistas. Reconozco que sería la solución más fácil, pero sería incorrecta.
- Me tiene sin cuidado lo que puedan pensar los psicólogos que practican el psicoanálisis o su pariente cercana, la psicoterapia simbólica, tan de moda por estos días en ciertos medios neocones. Al hombre se lo conoce y se unifica por lo propiamente humano, el logos, y no por la oscuridad del inconsciente.
Sin embargo, el comentario da pie para aclarar algo importante: el problema aquí no es la homosexualidad dentro y fuera de la iglesia. Esa tendencia existió siempre porque desde Adán y Eva el hombre carga con la caída original. Los textos de San Pedro Damián que publicamos ayer son bastante claros al respecto. El problema es el abordaje que está haciendo el papa Francisco sobre el problema. Y lo grafico del siguiente modo: María Magdalena era una pecadora pública y Jesús le dijo: “Mujer, levántate y no peques más”. Sin negar la particular gravedad que tiene el sexo contranatura, Dios perdona al pecador que se arrepiente y los cristianos tenemos el deber de recibirlo y acompañarlo. La Magdalena fue recibida, a pesar de su vida escandalosa, por los discípulos y se convirtió en unos de los personajes más importantes de la primera comunidad cristiana.
Pero la actitud de Francisco sería decirle a Magdalena: “Dale Male, levántate y seguí con tu vida, porque lo que hacés no es pecado”. No se pueden repartir grajeas de misericordina a los pecadores que no se arrepienten y no tienen firme propósito de cambiar de vida. Y esta enseñanza básica del catecismo es la que nos quieren cambiar.
El video de este post es una recopilación de tres entrevistas realizadas por periodistas serios –Ernesto Tenenbaum, CNN y Fox News- a tres epígonos de la reivindicación gay: Bruno Bimbi, el pastor luterano Andrés Albertsen y el “teólogo” Marcelo Márquez. Los testimonios son coincidentes entre sí y con lo que muchos católicos argentinos sabíamos y no decíamos para evitar el escándalo: el doble discurso del cardenal Bergoglio y su apoyo a la legislación progay. Causa indignación y repugnancia escuchar el modo en el cardenal primado argentino corría presuroso a pedir disculpas a los sodomitas por lo que, según él mismo, se veía obligado a decir por presión de los sectores conservadores de la Iglesia.
A quienes les interese conocer más profundamente el verdadero rostro de Bergoglio, pueden bajar desde aquí algunos capítulos del libro La Iglesia traicionada, del Dr. Antonio Caponnetto. (Para comprar el libro, aquí están las coordenadas)
Breaking news: Los medios de prensa de hoy nos informan que el papa Francisco le dijo ayer a un obispo: “Rezá por mí; la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado”. ¡Lo que nos faltaba! ¡Un nuevo San Bartolomé! Las diferencias son de detalles: mientras que el apóstol fue desollado vivo por los paganos armenios, Bergoglio lo es por los católicos tradicionalistas.
- Santo Padre, si usted estuviera desacralizando el papado, yo me preocuparía pero no gastaría tiempo y energía en mantener este blog, y lo mismo ocurriría con los cientos de sitios como este. El problema es que usted está desacralizando a la Iglesia y traicionado el mensaje de Cristo. El Señor le ordenó al apóstol Pedro, de quien usted es sucesor, que “confirmara a los hermanos en la fe”. Usted, en cambio, pretende cambiar la fe que recibimos de nuestros padres.
The Wanderer
Off topic: al final del artículo de Valores Religiosos vean quienes son los auspiciantes;).
Nepotes del Papa
Cuando Francisco I subió al poder pontificio –que no al Solio-, una de las primeras confidencias que hizo a la prensa fue que él no era un príncipe renacentista. Llamó la atención de todos cuando no asistió a un Concierto en el que se esperaba su presencia, mostrando su lejanía con el concepto de Pontífice del Renacimiento. Más bien desde entonces ha querido que le veamos como Príncipe Popular, que es lo que a todos los progres les suele gustar que les llamen. Hacía tres meses que había sido sabiamente elegido y entonces estas cosas sonaban raras. Hoy ya no se extraña nadie. Es más, a estas alturas año y medio después, se extrañaría el pueblo fiel si le viera asistir a algún evento culto, mientras no produce asombro alguno verle tomar mate durante sus paseos por la Plaza de San Pedro, o besuquear a Cristina Kitchner y abrazar a Maradona o a algún que otro cura mariquita (aunque en el pecado lleva la penitencia, la verdad).
Sin embargo, como siempre suelo decir, basta que alguien presuma de algo para hacer notar en seguida alguna carencia como dice el refrán: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Una de las características de los Papas Renacentistas, fue su labor como mecenas de la cultura occidental. Grandes papas que se ocuparon quizá excesivamente de estos temas, pero que no se dedicaron a patear la doctrina de la fe. Creían en el pecado y ellos mismos se sabían pecadores. Y ni se les hubiera ocurrido decir de pasada que la corrupción es un mal mayor que el pecado. Pero bueno, es que aquellos papas habían estudiado teología. Tenían estilo, maneras y modos grandiosos. Y dejaron un legado monumental. Gracias, por ejemplo al Papa Julio II, que decoró con Miguel Angel la Capilla Sixtina, hoy puede el Papa Francisco alquilarla a los de Porsche para que hagan un evento millonario, de esos que nunca le han gustado a él porque lo suyo son los pobres. Yo creo que debe habérselo sugerido el cardenal Burke, porque eso no le pega a Francisco. Otra característica propia de los pontífices renacentistas fue la de colocar nepotes entre sus cardenales, obispos y corte palaciega. Cosa que sí veo que le gusta al papa actual. Pero también en esto hay diferencias. En aquellos tiempos gloriosos, los nepotes tenían categoría y también poseían estilo. Sabían teología y eran auténticos señores en lo que se refiere al empaque con que se movían. Pensemos por ejemplo en el gran San Carlos Borromeo, nepote del papa Pío IV que le nombró cardenal y administrador de los Estados Pontificios con tan solo 22 años y además de eso arzobispo de Milán (antes de que desembarcaran allí Montini y Martini cuatro siglos después), que tanto contribuyó al Concilio de Trento y colaboró con Pío V en la obra de la Reforma Tridentina. https://fraygerundiodetormes.files.w...pg?w=300&h=260
Hoy día los nepotes son vulgares y advenedizos. Como los nuevos ricos. Ni se hubieran imaginado que los podrían crear arzobispos (de la nada), ni que iban a tener acceso a los Palacios Pontificios, ni que la Prensa les iba a tener en vilo y podrían contar cotilleos y dogmatizar sobre lo divino y lo humano. Pensemos en el arzobispo Fernández (Rector de la Universidad A-Católica Argentina); o en el ya famoso secretario particular; o en el nuevo cardenal de Buenos Aires; o el nuevo secretario de la Conferencia Episcopal de Italia. Y en otros nombramientos a dedo que ha ido haciendo Francisco. Y los que vienen por ahí. Todos son nepotes. Nepotes de pacotilla. Corte de pelotilleros que aplauden y firman documentos con tal de no caer bajo las iras del Príncipe.
https://fraygerundiodetormes.files.w...ucho.jpg?w=529
Por eso insisto en que no me suelo creer las declaraciones de principios, hasta que los veo cumplidos. Hoy suben puestos los amiguetes. Siempre y cuando amen a los pobres, claro. Alguno de los expertos en nombramientos del Papa y que se conocen la Curia a fondo, deberían hacer la lista de Nepotes de Francisco. Nos enteraríamos de muchas cosas interesantes. Y veremos que en el fondo, el papa Francisco se parece en algunas cosas a los Príncipes Renacentista. ¡Ya lo creo!
fraygerundiodetormes
http://fraygerundiodetormes.wordpress.com/
¿Dónde estamos?
10/23/2014
Apreciaciones sobre el post sínodo y el futuro inmediato
Marcelo González
En relación al Sínodo Extraordinario y sus consecuencias, en el contexto del pontificado de Francisco y en el más amplio (si cabe decirlo así) de la situación mundial, quizás prematuramente, en todo caso provisoriamente, podemos intentar respondernos dónde estamos.
La primera duda que tiene el observador es si este Sínodo fortaleció o debilitó la posición de Francisco.
La propagandista oficial del papa, Elisabetta Piqué afirma, junto con su contraparte clerical, Mons. Tucho Fernández, que los números finales de la votación demuestran una amplia tendencia de apoyo a sus reformas. Aunque los párrafos más cuestionados no hayan recibido la mayoría necesaria de dos tercios para su aprobación.
Nuestro amigo New Catholic, de Rorate Caeli, acompaña la posición del Prof. De Mattei en este sentido: el peso de la figura papal es determinante sobre los votos de los padres sinodales (o conciliares en su momento). Y si se compara la resistencia que Paulo VI recibió de parte de los padres conciliares tradicionales, en particular en los documentos más cuestionados, porcentualmente, los votos contrarios a las posiciones ultraliberales presuntamente sostenidas por Francisco son muchísimos más en el Sínodo que lo fueron en el Concilio.
2308 contra 70 para la aprobación de la Dignitatis humanae; 2221 contra 88 para la Nostra Aetate. Además, agrega el editor norteamericano, el Concilio Ecuménico incluye a todos los obispos, superiores religiosos, patriarcas, etc. Mientras que el Sínodo es una muestra mucho más pequeña y manipulable (de hecho manipulada) donde el papa tiene la posibilidad de excluir a sectores significativos. Por lo tanto 104 contra 74, o 118 contra 62 son números mucho más auspiciosos para la Resistencia, comparados con aquellos del Vaticano II.
Este análisis no es anecdótico, refleja un estado de malestar profundo en un sector que puede ser minoritario (habrá que esperar los acontecimientos para comprobarlo), pero para nada insignificante.
El papel de la prensa católica fiel
El periodista Michael Voris, de Church Militant TV, en un especial desde Roma contó detalles valiosos sobre la presencia de la prensa católica fiel al Magisterio de la Iglesia en las salas de prensa vaticanas.
Mientras suelen ser habitualmente terreno conquistado por los medios laicos y las publicaciones católicas dependientes de la estructura formal de la Iglesia, y por lo tanto oficiosas, en este caso tuvieron acceso muchos representantes de organizaciones pro familia y algunos medios católicos independientes, que lograron una inesperada acreditación oficial. Esto motivó el disgusto de los periodistas “profesionales”, molestó por la aparición de preguntas “incorrectas” donde predomina la corrección política.
¿Cómo se lograron estas acreditaciones? Sin duda los obispos y cardenales que preveían un Sínodo manipulado abrieron las puertas a la prensa fiel a la Iglesia, que hoy se multiplica en innumerables blogs, radios, o canales de TV online, gracias al acceso a la tecnología de las redes que no impone costos imposibles para pequeñas organizaciones.
Emprendimientos tan escasos de medios y tan lejanos al lugar como el nuestro han hecho su aporte, en otro tiempo imposible. Los católicos ya no tienen excusas para estar “en Babia” sobre lo que pasa en la Iglesia. Este elemento fue una sorpresa para los progresistas y los golpeó fuerte. Debemos ser conscientes de esto y aprovecharlo al máximo. El apagón informativo que dominó el Vaticano II ya no es posible.
Pero las voces que hablan de una resistencia no se limitan solo a la prensa militante tradicional. Omitimos entrar en detalles, por demasiado conocidos, de figuras como Sandro Magister, Marco Tosatti, Antonio Socci, Alessandro Gnocchi, o diarios como Il Foglio, que dan lugar a figuras críticas muy relevantes, como el valiente Prof. de Mattei.
Un periodista liberal como Jean-Marie Guenois, vaticanista de Le Figaró, hombre que simpatiza con Francisco, ha hecho declaraciones notables: existe en la Iglesia, dice, un cisma silencioso. “Hay ya en la Iglesia cismas de hecho entre muchos sacerdotes y fieles que no aceptan ya la fe católica sobre la Virgen María, la Eucaristía, por ejemplo, y que se llaman católicos cuando son, más que cristianos, auténticos, protestantes. (…) El Sínodo abre una crisis en la Iglesia en el sentido antiguo de la palabra, esto es, el imponer una elección o decisión. (…) El shock del Sínodo puede ser abra los ojos de algunos. Este nuevo papa no es solo eso, representa una nueva orientación”.
En otro lado afirma, con notable honestidad, que el Papa Francisco, pese a su fraseología habitual de diálogo, escucha, etc. adopta procedimientos autoritarios. Hay otros ejemplos. La prensa laica ya muestra fisuras sobre el hasta ahora aclamado universalmente Papa Francisco.
El clero de la resistencia
Parece obvio destacar que personalidades como el Card. Burke, que se ha empleado a fondo para frenar los disparates del Sínodo, está en jaque, y su expulsión de la curia, sumada a su prestigio personal, lo constituye, digamos así, en el jefe de la oposición y en un futuro gran elector de papa. Al liberarlo del peso del Dicasterio, Francisco le libera también las manos para actuar y le quita la mordaza que todo curial romano se pone al aceptar el cargo. Es decir, en el próximo cónclave, ya hay un jefe de partido que oponer al “vicepapa” y probable candidato de Francisco, el Card. Rodríguez Maradiaga.
Pero no olvidemos el peso de las figuras que acompañaron a Burke: Müller, prefecto de la Fe; Pell, prefecto de la economía (y ya son tres cabezas de dicasterio). Mons. Gadecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, quien ha dicho: “Si no hubiera hablado, el Sínodo hubiera sido mucho peor”. El card. Ruini, el Card. Cafarra, el Card. de Paolis, y otros cuyas cabezas no asomaron tanto, pero sin duda respaldan estas posiciones y comparten estas preocupaciones. Sumemos una cantidad de obispos africanos y de todo el mundo. Hasta en la Argentina, hoy un desierto episcopal, un obispo cuyo nombre naturalmente debo reservar, ha comentado que el “cisma es inminente”.
Su propia dinámica “se lo lleva puesto”
Sabrán disculpar los lectores esta expresión demasiado coloquial, pero tan significativa de la jerga rioplatense. “Se lo lleva puesto como una echarpe”, se lo carga, dirían los españoles. Francisco, actualmente, huye hacia delante como alguien corrido por un aluvión de nieve que él mismo provocó a fuerza de jugar con materias peligrosas en lugares peligrosos.
Ya lo hemos observado en otra parte: está atado a una dinámica que lo empuja a alta velocidad contra un muro: la doctrina. Por ahora, a pesar de los horrores dichos en el Sínodo, él ha mantenido silencio sobre su postura, aunque sus hechos sean elocuentes. Sin embargo, en un momento deberá firmar y aprobar un documento de rango papal. Ahí está el muro.
Si busca una componenda, será repudiado por los liberales extremos que son su sostén. No parece tener vuelta atrás sobre posiciones tradicionales después de semejante Sínodo, promovido y alentado por él. Pero aún en tal supuesto, muy difícilmente ganaría la confianza de los prelados y fieles que han visto con espanto lo que se preparó y ejecutó con astucia de político maquiavélico para imponer sobre las mayorías unos temas y un tratamiento que ha sido muy resistido, si tenemos en cuenta que hay otra Iglesia en África, en Medio Oriente, en Europa Oriental, en Asia y aún en bolsones de resistencia europeos y americanos, al menos en esta materia tan sensible que no se ha podido expresar.
Un amigo cercano de Bergolio y confidente papal, el diputado Gustavo Vera, presidente de la Fundación Alameda, ha dicho en un programa de TV, a poco de la elección, que Francisco le había confesado: mi poder se limita a tener la plaza llena. Vera es un personaje pintoresco que se caracteriza por la franqueza con que habla. Tal vez no le haya hecho un favor a Francisco, pero sí a nosotros. Nos reveló cuál es su debilidad y cómo Francisco la conoce.
Nuestra impresión, por si algo vale, es que Francisco ha quedado debilitado. Se ha jugado todo a octubre de 2015, y allí todos irán preparados para la guerra, si no estalla antes. Si acaso no ha estallado ya.
No tiene freno, la inercia lo lleva a velocidad incontrolada y creciente contra un obstáculo imposible de remover para un papa, esto es, permanecer en la doctrina de Cristo. “Motus in fine velocior”.
Y, claro, no debemos olvidar que Dios puede decir “basta” en cualquier momento.
Fuente: PANORAMA CATÓLICO INTERNACIONAL
ASÍ LE PAGAN AL PAPA SUS ATENCIONES
Parece que hubo algún revuelo hace unos días por la portada de un tabloide argentino que, a raíz de las lamentables capitulaciones del Sínodo en orden a la moral sexual, se animó a insultar rotundamente al Papa. Se trata de una publicación que, al amparo del capital contante y sonante, entrega sus regulares cretinadas para el gusto de un público cuyo cinismo viene a ocupar el lugar que otros otorgan al honor.
No les basta con ser burgueses, sino que lo son de izquierdas, lo que pone un sensible coto a su desparpajo. Vaya alguno, si no, a burlarse de las Madres de Plaza de Mayo delante de estos lanzadores de fango, y verá si no tienen sus vacas sagradas -cuyo explícito culto, por añadidura, es capaz de otorgar ese empleo remunerado tan necesario en los días que corren. Ése es el momento en que el omnímodo guasón se trueca insospechadamente en apologista; el momento en que una voz anuncia desde las sombras, al tintineo del metal áureo y con vagas inflexiones yiddish, que «se acabagon las bgomas».
Pero no vamos a detenernos en estos plumíferos para quienes las señales del desenlace escatológico de la historia serán siempre interpretadas conforme a la segunda acepción del término, la única que conocen: como una arrolladora marea fecal. Atendamos sólo al retraimiento culpable de la Iglesia que, deponiendo en las últimas décadas todo ímpetu de lucha, ha permitido a sus enemigos que se le rían en la cara, aun cuando se mostraba tan condescendiente y tan proclive a pactar con ellos.
Vuelve a las mientes el pasaje del Apocalipsis (17, 16), cuando se habla de aquellos diez cuernos y de la Bestia marina que, pese a sus pasadas componendas con ella, «odiarán a la prostituta y la despojarán de sus vestiduras» para comer al fin sus carnes. Si de algo estamos seguros es de que, a diferencia de la conciliar, la Iglesia fustigada por los modernistas como "constantiniana" nunca hubiera podido decirse "prostituta". Sus enemigos le temían, y no esperaban intercambiar dones con ella. Ahí está el caso de los rojos, en la Guerra Civil española, que evitaban por todos los medios enfrentarse a requetés recién comulgados.
A expensas del aggiornamento en vigor, hoy hay que soportar todo tipo de afrentas (y algunas, como la que aquí nos ocupa, no tan precisamente infundadas). Con razón alertaba dom Guéranger, hace más de cien años, que los enemigos del nombre cristiano «triunfan viendo a católicos a remolque de sus sistemas y se aplauden por el progreso que han hecho, hasta imponer su lenguaje y sus ideas» (El sentido cristiano de la historia, trad. por Cora de Zaldívar, Buenos Aires, Iction, 1984, pgs. 58-60). Tanto que no faltan entre el enemigo aquellos que, entre el universal y sospechoso coro laudatorio, son capaces de manifestar su asco ante tanta cobardía.
Lo supo el gran benedictino de Solesmes:
hoy más que nunca, que se comprenda bien, la sociedad necesita doctrinas fuertes y consecuentes consigo mismas. En medio de la disolución general de las ideas, solamente el aserto, un aserto firme, denso, sin mezcla, podrá hacerse aceptar [...] Como en los primeros días del cristianismo, es necesario que los cristianos impresionen a todas las miradas por la unidad de sus principios y de sus juicios. No tienen nada que recibir de ese caos de negaciones y de ensayos de toda clase que atestiguan bien alto la impotencia de la sociedad presente [...] Mostraos pues a ella como sois en el fondo, católicos convencidos. Ella tal vez tenga miedo de vosotros durante algún tiempo; pero, estad seguros, ella volverá a vosotros. Si la halagáis hablando su lenguaje, la divertiréis un instante, luego os olvidará; porque no le habréis hecho una impresión seria. Se habrá reconocido en vosotros más o menos, y como tiene poca confianza en sí misma, tampoco la tendrá en vosotros.
In exspectatione
FUENTECita:
¡Sorpresa! ¡No hubo Vaticano III!
La reciente sesión del Sínodo sobre la Familia ha sido comparada no pocas veces por los analistas como un intento de un mini-Vaticano III. Y esta apelación tiene cierta validez, ya que durante el último año o más, se ha visto la reaparición de personajes tales como Hans Küng (aunque no en forma vigorosa), Gustavo Gutiérrez, y, al menos en espíritu, Karl Rahner, y, en persona, el incansable cardenal Kasper, todos ellos ejemplos de aquellos que parecían estar decepcionados de que el Vaticano III no se realizó cercanamente al Concilio Vaticano II, con el fin de tratar los asuntos pendientes: conseguir que la Iglesia siguiera firmemente en el mismo camino del “chu-chu” del tren de la post-Ilustración; el secularismo moderno y post-moderno, cuyo “combustible” es el anti-dogmatismo y el individualismo radical.
Parecería que Kasper y sus secuaces – y Kasper ciertamente creía que el Papa los apoyaba – pensaban que mientras que podría haber algunos obstáculos en el camino, lo que ellos querían en términos de cambiar la práctica pastoral con respecto a los católicos divorciados vueltos a casar y con respecto a las uniones civiles y las uniones homosexuales sería al final fácil de lograr. ¿Sobre qué basaron su optimismo? Tal vez su optimismo disparatado fue basado en cierta medida en su creencia de que estaban respaldados por Francisco. Pero incluso si esto no fuera cierto, estaban apostando a las tácticas utilizadas en el Concilio Vaticano II, donde los principales frutos de ese Concilio fueron traídos por la astucia de los “directores de escena”, aquellos encargados de las cuestiones de procedimiento, que alegremente hablaron sobre sus logros después del Concilio. Y una vez que esos frutos se habían incorporado en los documentos oficiales elaborados en la ambigüedad, fueron difundidos a través de la prensa que en aquel tiempo – como la prensa actual – se regocijaba en la idea de que la Iglesia Católica había visto la luz del Mundo moderno liberal. Aquellos de nosotros que somos de cierta edad recordamos la serie de artículos en el New Yorker durante el Concilio Vaticano II que fueron escritos por un sacerdote que firmaba como Xavier Rynne, un seudónimo con clase para un sacerdote Redentorista que filtró cuidadosamente lo que estaba pasando en el Concilio a través de su propia lente, una lente que refractaría los hechos de una manera que él sabía iba a complacer a los lectores de ese periódico sofisticado y mundano. A él se le atribuye ser el primero en utilizar los términos “conservador” y “liberal” para definir esas fuerzas opuestas en la Iglesia que fueron evidentes en los debates. Eso no es un buen legado para dejar atrás.
Por lo tanto, parecía evidente a Kasper y a los demás, que podrían hacer el mismo tipo de cosa con el Sínodo. Tenían los directores de escena, pero resultaron no ser tan celosos y astutos como los que estuvieron en lo que el cardenal Marx llamó “El Concilio”. Pero hay tres diferencias importantes en la Iglesia y en el mundo de 1968 y en el del 2014 que no tomaron en cuenta, y no lo hicieron debido a su miopía severa que los deja fuera la realidad, incluso dentro de la Iglesia.
El primer factor de diferenciación es que la mayoría de los Obispos y los Cardenales presentes en el Sínodo eran los descendientes de San Juan Pablo II. Ellos fueron moldeados en la imagen del Papa Polaco que estaba decidido a regresar, después de la confusión post-conciliar, a la continuidad doctrinal y a limpiar la enseñanza, al menos por parte del Papado, dentro de la Iglesia, una tarea que fue llevada a cuestas por su Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger. Los directores de escena y el propio Kasper, a través de su peculiar visión de la realidad, asumieron que todos los obispos estaban irritados por la mano dura de Juan Pablo II y Benedicto XVI y fueron justo a la espera de una oportunidad para mostrar sus verdaderos Colores del Concilio y terminar lo que el Concilio Vaticano II había comenzado. Pero en muchos casos, tal vez incluso en la mayoría de los casos, obviamente eso no fue verdad. Muchos de estos hombres realmente creen en la enseñanza de la Iglesia que se encarna en su Tradición. Y se opusieron decididamente. Pero, como se ha señalado acertadamente por un número de comentaristas del Sínodo, queda el hecho deprimente que más del 50 por ciento de los obispos no se opuso al intento de cambiar la enseñanza de la Iglesia por la puerta trasera pastoral.
El segundo factor que los dirigentes no tuvieron en cuenta es la presencia ubicua del Internet. Atrás han quedado los días cuando el secreto podía ser impuesto estrictamente por edicto, cuando la información podía ser impuesta en movimientos cuidadosamente controlados, cuando uno tenía que esperar durante días o incluso semanas para averiguar lo que estaba pasando. Ciertamente sabemos también que el Internet se utiliza frecuentemente de manera negativa con fines reprobables. Pero también es la fuente de información instantánea y el debate interminable sobre todos los temas bajo el sol. No tuvimos que esperar para la siguiente edición del New Yorker para dejar que hombres y mujeres sofisticados supieran, incluso los Católicos, qué es lo que realmente está pasando en los Concilios y los Sínodos. El Internet también está haciendo la Oficina de Prensa del Vaticano cada vez más irrelevante, excepto como en donde uno escucha el sesgo particular de los que están a cargo quieren poner sobre una nota informativa.
El otro factor de diferenciación es menos obvio para muchos Católicos, ya que la mayoría de los Católicos viven en un mundo post-conciliar que asume que todo lo que sucedió en los años posteriores de “El Concilio”, incluyendo y especialmente la vida litúrgica de la Iglesia, debe ser la voluntad de Dios, una actitud engendrada por la constante y creciente invasión del hiper-papismo que supera incluso los sueños ultramontanos del Cardenal Manning en el siglo XIX, y por la muy arraigada tradición de un laicado no pensante. Este segundo factor es que la mayoría de los sacerdotes jóvenes y de los jóvenes que están en el seminario hoy en día así como la mayoría de las y los jóvenes que están en las Órdenes Religiosas con crecimiento, quieren conocer y amar la tradición cada vez más profundamente. Ellos son muy diferentes de los sacerdotes que estaban dispuestos a adoptar cada cambio litúrgico (No por mandato del Concilio) de la era post-conciliar. Nunca derribarían retablos y altares mayores. Nunca arrancarían los comulgatorios. Ellos anhelan cantar algo en la Misa que no sea una ñoña imitación del sacro-pop de los 70s. Y – este es el meollo del asunto – muchos de ellos han descubierto el Rito Romano Tradicional de la Misa, también conocida como la Forma Extraordinaria. Bugnini afirma en alguna parte que para completar la revolución litúrgica, la Misa Tradicional tenía que ser borrada durante dos generaciones enteras. Eso no sucedió, gracias a Benedicto XVI.
El redescubrimiento de la Tradición Católica por los sacerdotes jóvenes y por los jóvenes en su conjunto, especialmente por medio de la Misa Tradicional y por la belleza del arte, de la arquitectura y de la música que ésta dio luz ha pasado casi desapercibido no sólo para aquellos de la generación de Kasper y sus directores de escena contemporáneos sino también para la gran mayoría de los Católicos ordinarios, que se han mantenido en una burbuja de tiempo durante los últimos cincuenta años. Pero es real, y está ahí, y esto a pesar de la oposición de los obispos que están deliberadamente ciegos al poder de la Misa Tradicional y su necesario papel en la Nueva Evangelización de la Iglesia y del mundo. Esto no es, como los detractores nos quieren hacer creer, mero esteticismo o romanticismo o conservadurismo. Porque por el amor a la Tradición siempre lleva al cimiento de la doctrina, la praxis y la fe, lleva a un verdadero amor por la persona de Jesucristo, que luego hace posible a la persona, sacerdote o laico, practicar su fe con amor y misericordia hacia el prójimo.
El Cardenal Burke celebró una Solemne Misa Pontifical en el Rito Latino Tradicional en San Pedro justo la semana pasada, el 25 de Octubre, como parte de la Peregrinación Summorum Pontificum. Hay fotos de la Misa en muchos sitios en Internet. Le sugiero a todo mundo que mire esas fotos. Usted verá bastantes jóvenes sacerdotes y seminaristas presentes, algunos al servicio de la Misa. El coro que cantó la música de la Misa estuvo compuesto por seminaristas del Colegio Norteamericano (North American College), lo cual es casi asombroso. Estos sacerdotes y seminaristas han encontrado una perla de gran valor y, con la ayuda de Dios, van a dar todo lo que tienen para hacer suya esa perla en su ministerio en la Iglesia Católica.
La Misa Tradicional no puede ser manipulada. Esta es la raíz de la oposición entre los obispos, sobre todo en Europa. Es la propia Tradición la que dirige la Misa de siempre y cualquiera que celebra esta Misa; ya sea Cardenal, Obispo o Sacerdote, debe someterse a la Misa, debe someterse al Sacrificio que está ofreciendo, y en esa sumisión realiza su ministerio como Sacerdote de Dios.
[Tradución: Eduardo Alfaro Robles]Fr. Richard G. Cipolla, DPhil
FUENTECita:
Leonardo Castellani y el Sínodo
Publicado por: Hildebrando Tittarelli 31 octubre, 2014
Dije en mi primer artículo que la intención era, primordialmente, aportar claridad, en estas épocas de confusión, desde la luz que proyecta la obra del Padre Leonardo Castellani. No es el propósito poner bajo examen el papado de S.S. Francisco –menos aún criticar a Maradona-, sino rescatar pinceladas de la obra del jesuita argentino que, con su genio, abarcó todas las facetas y lo constituyó un escritor inclasificable. Por supuesto que muchas de las citas de este autor –y de otros que vengan al caso- harán ineludible referencia a temas actuales. El don profético de Castellani fue una de las características más asombrosas. La mayoría de sus cosas parecen escritas ayer.
El protagonismo del Cardenal Kasper en el Sínodo recientemente concluido nos permite traer un texto de Leonardo Castellani de 1967. Hace referencia a un artículo de Karl Rahner en la revista de teología “Concilium”, muy en boga en la década del ´60 y frecuentada por los más importantes teólogos del CV II, como Yves Congar, Hans Küng, Edward Schillebeeckx y hasta el mismísimo Josep Ratzinger –quien luego se distanciaría del pensamiento de Rahner-.
No se puede ignorar la tremenda influencia de la teología de Rahner sobre los padres conciliares y del episcopado alemán sobre el Concilio Ecuménico. Kasper es tributario de la Nueva Teología de Rahner, que Castellani pone al descubierto hace casi cincuenta años –en plena primavera pos conciliar- y que ayudan a entender el desarrollo de los acontecimientos.
Dice Castellani: “…He leído el N°23 de una revista teológica “CONCILIUM” que sale en 4 o 5 idiomas, español incluso, dirigida por Rahner, un teólogo muy agudo no muy seguro, dedicada toda ella (200 páginas) al problema del ateísmo. Dicen que el ateísmo es un fenómeno actual, que debemos analizar el ateísmo, que la Iglesia debe convertir a los ateos, que hay que buscar un camino nuevo hacia los ateos –todo lo cual es verdad. Pero dicen que también que muchos ateos son inculpables, lo cual negaba la antigua teología; que gran parte del ateísmo la tenemos los católicos romanos, lo cual es cargarnos demasiado la romana; que hay que establecer un diálogo con los ateos, por el cual diálogo alguno destos teologazos ya han sido arrollados o contaminados. Todo eso lo refieren al Concilio, pero confesando que el Concilio no lo dijo. Lo que dijo el Concilio es que hay ateos culpables; y puede haber, por excepción, ateos inculpables; y pare Ud de contar. Pero esa cuestión de si Ateo Fulano tiene culpa o no, pertenece a Dios, que es el único que penetra en el fondo de los corazones; para nosotros es una cuestión ociosa. Lo que nosotros sabemos cierto es que el ateísmo en sí mismo es un tremendo pecado contra Dios, un pecado de impiedad, el peor que se puede cometer; y que el hecho de que cunda hoy en día es un hecho del Diablo, y no un hecho de la Ciencia, o la Civilización Moderna, o nosotros los católicos. Estas pueden ser causas incidentales, pero nunca la causa principal. Si vemos que un tipo mata a otro, podemos pensar que quizá no tiene culpa ante Dios; pero el homicidio queda homicidio.
Al salir de los intrincadísimos análisis y los intrincadísimos remedios de la última palabra de la Nueva Teología que es esta revista “CONCILIUM”, lo que se nota más fuerte que un dedo en el ojo es que:
1°No recuerdan nunca la Gran Apostasía.
2°No tienen en cuenta la Segunda Venida.
3°Tienen como un dogma inconcuso que la Iglesia y el Mundo tienen que ir adelante, ir adelante, ir adelante siempre, lo menos durante 17 millones de años; y eso no solamente es un error en la fe sino un disparate ante la razón. No valía la pena sustituir la esperanza en la Parusía, que es un dogma de fe, por semejante macanazo…”(“Domingueras Prédicas”, Homilía sobre la Parábola del Convite Regio -1967-, Ediciones Jauja, Mendoza 1997, ps.266/267).
Las expresiones de conspicuos participantes, al concluir el Sínodo, mencionan que fue “una etapa del camino”, que hay que “continuar la reflexión y el debate” sobre los temas controvertidos, “intensificar el acompañamiento pastoral”, “profundizar el diálogo”, que “el tiempo es superior al espacio” y un montón de frases vacuas, pero que trasuntan esta idea subyacente que la Iglesia y el mundo nunca acabarán, y que ellos son pastores que guían al pueblo de Dios en un camino sin final.
Cabe preguntarse, con Castellani, Cristo ¿vuelve o no vuelve?
Hildebrando Tittarelli
LA VICTIMIZACIÓN DEL LOBO Y LA IGLESIA AVANT-GARDE
Anda circulando por la internete, a través de correos electrónicos, un texto que podría tenerse por conmovedoramente ingenuo si no fuera porque evidencia más bien la avidez por encubrir, con las peores artes, la escala del daño que Francisco y sus cómplices están infligiéndole a la Iglesia. Según muy previsible esquema, pretende revelar la existencia de una conspiración de carcamanes contra el Papa, intentos a mezclarle al pontífice algún poco de estricnina en el mate y despacharlo al más allá, como se supone que ocurrió otrora con Juan Pablo I. El pasquín es demasiado torpe como para reproducirlo íntegro: mala y vulgar redacción, pésima secuencia de las ideas, etc. Baste con traer las ideas principales. A saber, quesectores radicales conservadores de la Iglesia Católica Romana han iniciado duras críticas y feroces ataques contra el Papa Francisco, a través de medios de comunicación, sitios web y redes sociales por su actitud reformistaimputándosele, en primerísimo lugar, el haber violado el rito romanoal realizar el lavado de pies del jueves Santo fuera de los muros vaticanos, en la prisión de menores "Casal del mármol" en Roma, incluyendo a dos musulmanes y dos mujeres no católicas.Como si se tratase del principal de los escándalo que podrían imputársele a Francisco. Pero no sólo eso: los férreos guardianes de la ortodoxia que desfilarían por los pasillos vaticanos, por otro risible nombre «el alto poder enquistado en la cúpula vaticana», estotalmente opuesto a los planes del Papa Francisco de reformar, eliminar, modificar la pompa, el ritualismo y el lujo y ostentación de la Iglesia Católica Romana (Francisco tiene un deseo y pensamiento secreto y es el de permitir que la mujer pueda acceder al sacerdocio católico, lo cual tendría un efecto tipo terremoto a lo interno de los ensotanados)¿Reformar para eliminar? ¿Y luego modificar, qué? ¿Lo previamente eliminado? Pónganse de acuerdo, señores, para hacer más creíble la diatriba. Lo de la pompa y el ritualismo da risa: se diría que el pamphlet fue redactado antes de la reforma litúrgica de Bugnini. También trascendió quela Curia Romana y los grupos de poder rechazan que el Papa Francisco haya hecho un llamado público a la Iglesia Católica a estrechar el diálogo y las relaciones con el Islam. Lo acusan de ser un relativista teológico.Y varias otras incriminaciones que harían concebir esperanzas ciertas de resistencia a la agenda progre, si no fueran más falaces que Pinocho. No falta la nota despampanante:acusan al Papa Francisco de hacer caso omiso a las reglas y normas de la Iglesia Católica Romana, ya que, como Papa, está actuando sin consultar ni pedir permiso a nadie para hacer excepciones sobre la forma en que las reglas eclesiásticas se relacionan con él [sic].https://encrypted-tbn2.gstatic.com/i...09ByZnS2l7rWUM
Y luego vienen las increíbles acusaciones: nada menos que contra el correctísimo Opus Dei que, conjuntamente con la Masonería, estaría conspirando para sacarse de encima al pesado de Francisco, a quien deberíamos venerar como al campeón del saneamiento de las finanzas vaticanas, cuyos rapaces beneficiarios se suman al variopinto grupo de sus enemigos. Y es que «el Papa Francisco no está de acuerdo en que delincuentes con sotana vivan en terreno vaticano».
Seguramente estas cortinas de humo encuentran su ocasión en el mismo guiño que les ofrece Bergoglio, quien supo hace poco pedirle confidencialmente a un obispo (para que el correveidile lo voceara luego a los periodistas): «rezá por mí: la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado». Queda claro que se ha montado un cínico aparato de confusión para hacer pasar al más autócrata de los papas en muchos siglos, a aquel que no reconoce condicionamiento alguno a su poder -ni siquiera de parte de la Tradición que debiera guardar, ni siquiera de parte del resto de piedad que cualquier hombre debe saber conceder a sus enemigos derrotados- como a un tímido corderito acorralado por una jauría de rapacísimos lobos. A los que hay que acusar con arreglo a la palabra-talismán de la corrección política: derechas. La promoción del clero pederasta y de los prelados saqueadores de finanzas tiene vía libre como nunca: se ha encontrado la temible fórmula para conjurar toda resistencia.
En tanto, prosigue su vergonzoso y acomodaticio curso la «Iglesia de vanguardias», la que puja con el mundo para dirimir quién se impone en la carrera progresiva de la muda de principios y costumbres. Lo constata Maurizio Blondet en un reciente artículo:es tristemente cómico el destino del progresismo vaticano: apenas osan una apertura más avanzada hacia el mundo, el mundo los deja atrás. Los modernistas clericales son siempre superados, hagan lo que hagan. Fue ayer no más que monseñor Forte se abrió a las parejas gay, a sus «derechos», que reconoció sus «cualidades». Monseñor Marx, de Munich, se lanzó más hacia adelante: «no todo en la vida de ellos es condenable: si por 35 años permanecieron fieles el unos al otro, si el uno cuida del otro hasta el fin de la vida, como Iglesia, ¿qué debo decir? ¿Que no tiene ningún valor? Esto no es cierto». Qué audaces se habrán sentido: que se entienda, de «pecado que grita venganza a los ojos de Dios» llegar a reconocerlo como un derecho civil, es ya un buen paso para un purpurado. Embriagante, hallarse a la vanguardia.¡Pero qué! Pronto llega Tim Cook, el millonario líder de Apple, y declara: «considero mi homosexualidad entre los más grandes dones que Dios me ha dado».¡Caramba! Ahora el ex pecado impuro contra natura ha devenido un don de Dios. No bastaba absolverlo, atenuarlo: el mundo, a través del millonario, ya lo ha santificado y glorificado. Qué desdicha: los cardenales más avanzados han sido nuevamente superados, se quedaron atrás, deben barajar y dar de nuevo.Sólo pocos días antes la vieja marica ultrapotentada de Elton John había declarado: «¿el papa Francisco? Es mi héroe. Hagámoslo santo súbito, ¿o.k.?» Cierto, o.k. Apenas bendecidos, ahora son los ricos maricones quienes decretan a los santos. Es así que debe ser: es la fuerza irresistible del progreso.De hecho, es cada vez más clara la estrategia de misión hacia las «periferias existenciales» del papa Bergoglio. Trato de recapitular: la cordial amistad con Scalfari, quien pudo decir (sin ser desmentido) que este Papa «ha abolido el pecado»; la afirmación de la libertad absoluta de la conciencia privada, como lo ha confirmado al mismo tiempo Scalfari: «cada uno de nosotros tiene una visión propia del bien y del mal. Nosotros debemos incitarlo a proceder en función de aquello que cree que es el bien...», etc., etc.Ahora, por último, Francisco se declara abiertamente contra la pena de muerte, e incluso partidario del abolicionismo penal. Esperemos, pues, una nueva doctrina jurídica consagratoria de los peores delitos. Es más, que promueva explícitamente a los más altos cargos a quien acumule los más aberrantes crímenes: no otra ha de ser la redoblada apuesta de los juristas que obtuvieron la venia papal a sus dislates. Y en lo tocante a las aberraciones sexuales, urgidos los prelados -si quieren seguir en carrera- a reconocer a la homosexualidad como un don, esperemos la exaltación próxima del bestialismo y del coito con cadáveres. Es la espiral frenéticamente descendente del infierno la que llama a gritos. Y la jerarquía modernista, siempre atenta al bon ton, no querrá mostrarse descortés con quienes la cortejan.
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In exspectatione: LA VICTIMIZACIÓN DEL LOBO Y LA IGLESIA AVANT-GARDE
Bergoglio, cómplice de los abortistas
Los recibe y festeja sin exigir que se retractenSe ha comentado por todos los medios estos días, la visita de Estela de Carlotto y su séquito a Francisco. Al respecto, todas son mutuas loas y alabanzas, aunque para ello la mujer se debió disculpar de su antigua oposición al cardenal Bergoglio.
Sin embargo no hay sorpresa ninguna para quien vea lo que nos muestran: todos los partidarios del nuevo orden mundial anticristiano, los adversarios izquierdistas de Jorge Mario, incluso los jesuitas que lo denunciaron por su actuación durante la guerra antisubversiva desarrollada en los años 70/80 en nuestro país, han reculado como por arte de magia luego del cónclave de 2013.
Y esto en virtud de que Francisco es funcional a las políticas del gobierno mundial, sobre todo con su llamado a la "cultura del encuentro", aunque no solamente por eso. Baste recordar la aprobación que ha dado a los "movimientos marxistas" que lo visitaron en Roma en ocasión del Encuentro mundial de los mismos.
Luego, todas estas gentes, que reciben los beneficios de la masonería mundialista, de buen grado se avendrían a lamerle los zapatos a Bergoglio, si fuera necesario, según indicación de sus altos mandos.
A propósito, y haciendo un paréntesis al tema central de nuestro artículo, Francisco dijo frente a los "movimientistas" queSolidaridad …es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman…Mientras decía estas palabras, ¡llamaban a la puerta de Francisco, hasta ahora sin respuesta, quinientos empleados de la Limosnería Apostólica expulsados poco tiempo ha, cuyas familias han quedado en la calle!.
No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados.
Nos parece elevado el número pero es el que da Sandro Magister en su artículo respectivo.
Mientras en público se comporta con una demagogia y una imprudencia indigna del pontífice, para agradar o fogonear la revolución, elijan nuestros lectores, lejos de las cámaras no le tiembla el pulso al practicar el liberalismo laboral más descarnado. ¿Tomará su dósis de misericordina?
Volviendo al tema, lo desarrollaremos en dos partes:
La visita de la Abuelita Abortista:Todos sabemos las ventajas económicas de que disfruta Estela de Carlotto al amparo del gobierno actual, y de los organismos multilaterales que la financian. Al punto que tuvo varias personas en el séquito que la acompañó a Roma.
Todos sabemos que vulnerando los más elementales derechos, han conseguido del Congreso una ley que obliga, incluso por la fuerza pública, a los argentinos a ceder células de su cuerpo si acaso se dudara sobre la procedencia de cualquiera de ellos; sin importar si el involucrado tiene interés en conocer su pasado, en el caso de que sea distinto al que él conoce.
Todos sabemos las persecuciones que han realizado contra sus enemigos valiéndose de esta ley; por ejemplo a la familia Noble propietaria del diario Clarín, cuyos hijos se vieron obligados a entregar sus prendas íntimas, allanamiento mediante; para que luego se les diga que no tenían nada que ver con el asunto de los desaparecidos.
Actualmente ha ocurrido un vergonzoso episodio que muestra cómo operan estas leyes, el cual se puede ver en el siguiente video. Tengan en cuenta nuestros lectores que todo el despliegue que se registra tiene como objeto "secuestrar" células del cuerpo de una persona, a quien se quiere obligar a un análisis que no desea:
<em>https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=DIqUpMmM5Vs
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=VIo6ILuiSyg
Nos preguntamos: ¿qué habrán sentido las víctimas de todos estos atropellos, al ver al Papa recibiendo a su la presidente de las Abuelas? La respuesta está en 4' 00" del video de arriba.
Pero más allá de todo esto, y de la polémica que pudiera generar, hay algo mucho más grave si acaso que debió evitar que Estela de Carlotto traspasara las puertas del Vaticano: su militancia proabortista y progay, así como la de su hijo Remo Carlotto, diputado nacional que impulsa firmemente la instalación del infanticidio en nuestro país, ¡y que estuvo en el séquito de su madre!
En efecto, véase las siguientes declaraciones de la Abuelita Abortista (17/02/11):
La titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, consideró que el proyecto que busca despenalizar el consumo de drogas "es una ley para la vida" y pidió que "el Parlamento trabaje mucho sobre este tema" para que pueda aprobarse "este año".
De Carlotto aclaró que esta iniciativa, como la de permitir el aborto, se deben "explicar con palabras muy claras, sensatas y respetuosas" porque son cosas que "existen en otros países del mundo y salvan vidas", al tiempo que remarcó que "no son para la muerte".
"Yo pienso que como salió la ley de matrimonio igualitario va a salir esto. Aquello fue bravo porque trajo rispidez en la Iglesia y algunos sectores ultracatólicos o retrógrados. Hay que explicar bien para qué se quieren estas leyes, para bien, para dar vida, no para matar", precisó en declaraciones formuladas a la revista THC.
http://3.bp.blogspot.com/-opkyv8O8U_...%2Balmeyda.jpg Dos tiernos corderitos luchando por el aborto Por si esto fuera poco, en la fotografía de arriba la vemos visitando la sede de La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito, donde firmó la solicitada de esa entidad por el aborto legal, en compañía de Taty Almeida, otra dulce abuelita que también firmó.
En la solicitada se ve también la firma de su hijo, el diputado Remo Carlotto, impulsor ferviente del aborto y que acompañó a su madre durante el encuentro Papal, como ya dijimos.
A propósito, la diputada Bullrrich contó hace pocos días la forma patotera en que Remo y otros diputados, intentaron forzar el tratamiento del aborto en la Comisión de Legislación Penal. (ver AQUÍ a 2' 15"):
Pregunta el periodista: "Ud dice que hace poco más de un mes se produjo un intento de sacar casi "manu militari" el dictamen (sobre el aborto); ¿puedo preguntarle quienes fueron... los que propusieron este dictamen el 30 de septiembre pasado?"Habrán quedado claro para nuestros lectores, los dientes que muestra esta abuelita y su familia a poco que se lea sobre ella, aunque sea someramente.
Fueron varios diputados de La Cámpora, el diputado Grosso, ..., el diputado Carlotto".
La finada defensora del Pueblo:
Los diarios traían la noticia, hace un par de días, del fallecimiento de Alicia Olivieri, quien fue Defensora del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nueva que fue acompañada unánimemente con la siguiente frase: "La amiga del Papa".
En principio podría pensarse que era una treta de los períodicos para llevar agua a su molino. Pero según se publica Aquí:
"el secretario de Protocolo y Ceremoniero del papa Francisco, Guillermo Karcher, dijo que "el papa Francisco reza por el eterno descanso de Alicia Oliveira, quien fuera una gran jueza y defensora del pueblo argentino".Para más abundamiento L'Osservatore Romano publicaba una necrológica bajo el título: "È morta Alicia Oliveira", como si hubiera fallecido el presidente de un país; donde se relata la amistad que mantuvieron Alicia y Jorge Mario durante abundantes años.
Claro que toda esa proximidad al padre Jorge, no le sirvió a la difunta para renegar de sus posiciones abortistas, no. Pues en el año 1998, cuando se presentó el caso de una joven mujer demente embarazada por su violador, según ellos decían, y ni el juez quiso emitir un permiso para realizar el aborto, ni el hospital involucrado llevarlo a la práctica, Alicia Oliveira trabajó intensamente para defender el "derecho" de la mujer a matar a su hijo. Según decía Página 12:
El lunes, dictó una resolución por la cual recomendó al secretario de Salud, Héctor Lombardo, que "instruya a todos los hospitales públicos con servicios de ginecología y obstetricia para que proporcionen los medios materiales y humanos" para realizar los abortos no punibles que pudieran demandar las mujeres o los representantes legales de las víctimas de violaciones o abusos deshonestos contra mujeres incapaces.
Asimismo, Oliveira recomendó que se exceptúe a los médicos y demás profesionales que por razones religiosas o de conciencia no deseen suministrar ese servicio. Pero las resoluciones del ombudsman actúan sólo como recomendaciones. Por eso, Oliveira pretende elaborar un proyecto para que sea una ley la que obligue a los hospitales a realizar estas operaciones.
Tiempo después, en 2001, se produce un hecho similar que relata La Botella al Mar:
Las funcionarias izquierdisto-furiosas, Carmen Storani -Presidente del Consejo Nacional de la Mujer- y Alicia Oliveira -Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires-, resolvieron hacer de éste un caso piloto, para abrir las puertas al aborto amplio del cual son partidarias. Recomendaron a la señora Silvia X. consultar a la "Fundación Unos con Otros" para ser patrocinada en sus intentos de abortar.Seguramente se podría seguir con los antecedentes abortistas de Alicia Oliveira. Pero dejémoslo ahí; sugiriendo a nuestros lectores que pidan por ella la indulgencia plenaria que corresponde a la Conmemoración de los fieles difuntos, y que se puede lucrar hasta el próximo Domingo inclusive.
Nuestro problema no son principalmente ni Carlotto, ni las personas como Oliveira; el problema está en Roma y se llama Francisco.
Es imposible de creer y luego de aceptar, que un Papa le haga la corte a esta runfla de abortistas que abrevaron en el marxismo, enemigo acérrimo de la Cristiandad.
Los que luchan por la vida, no pueden superar el hecho de que desde la cúspide de la Iglesia se ayude a los planes de enemigo, mientras muchas veces se ponen ruedas al accionar amigo.
Bergoglio quiere agradar al mundo porque el mundo contribuyó a que llegara donde está, y es el mundo el que lo mantiene en la cima de la popularidad a través del control que ejercen por los medios.
Pero debería meditar más en las palabras del Apostol San Juan (2 Jn. 1, 7-11), pues si "el que recibe en su casa y saluda a un hereje se hace cómplice de sus acciones perversas", del mismo modo, el que recibe y alaga a un abortista, no puede dejar de ser cómplice de los asesinatos que genera.
Página Católica: Bergoglio, cómplice de los abortistas
UNA PETICIÓN PARA DEFENESTRAR A FRANCISCO
Circula por la internete -con la invitación a suscribirla cuantos fieles católicos lo juzguen pertinente- una petición al Colegio Cardenalicio para que éste evalúe las graves irregularidades doctrinales de Bergoglio antes y después de su elección al Solio a los fines de su ulterior deposición. Sin más comentar, ponemos a disposición el enlace correspondiente y trascribimos aquí las tres cuestiones elevadas a los cardenales, apoyadas en pasajes tomados de la bula de Paulo IV Cum ex apostolatus officio que constituyen el criterio concreto para la imputación de ciertos graves cargos al reinante pontífice. Podrá razonablemente desestimarse la eficacia de esta solicitud para mover la conciencia de los cardenales, pero esto no porque carezca de suficiente fuerza suasoria sino más bien por la vigencia de una desviada y desvaída concepción de la Iglesia como «tiranía de faits accomplis».
Consciente de que por el decreto del papa Paulo IV Cum ex Apostolatus officio (de 21 de diciembre de 1566), el Colegio -y, de hecho, toda la Iglesia- está gravemente obligado a elegir solamente y a reconocer como válidamente electo a un hombre de la Fe Católica; y consciente de que Jorge Mario Bergoglio, tanto antes como después de su elección el 13 de marzo de 2013, se ha expresado y actuado de maneras largamente condenadas por la Sede Apostólica, les solicito humildemente -siendo yo uno entre muchos fieles- que cumplan con su deber de proteger a la Iglesia y la Sede Apostólica de la corrupción, mediante la convocatoria -en lugar que se repute conveniente- a juzgar a las preguntas acerca de:1) si Jorge Mario Bergoglio fue elegido válidamente, en cumplimiento del decreto de Paulo IV que acabamos de mencionar, por cuanto antes de su elección promovió durante años en la Argentina la concesión de la comunión a aquellos sujetos incursos en matrimonios irregulares junto a los «curas villeros» (cf . Sandro Magister, "La revolución paciente de Francisco", Espresso on-line, 24 de octubre 2014), lo que contradice directamente la enseñanza del Concilio de Trento, Sesión 13, canon XI:
Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.
Si él estaba sujeto a esta censura, se sigue entonces que -de acuerdo con el decreto del Papa Paulo IV mencionado anteriormente (nº 6)- fue inválidamente elevado a la dignidad del cardenalato, y también inválidamente elegido Romano Pontífice.
2) Si pese a esto ustedes juzgaran que fue válidamente elegido, entonces les pido que diriman si acaso no haya perdido el cargo de Romano Pontífice a causa de su negación pertinaz de la Fe y/o de su propósito manifiestamente malicioso de perseguir a los fieles apegados a las antiguas tradiciones eclesiásticas, cada una de cuyas causas viola el anatema del Concilio de Nicea, celebrado en 787: si alguno rechazare cualquier tradición escrita o no escrita de la Iglesia, sea anatema (cuarto anatema sobre las Imágenes Sagradas), entre cuyas tradiciones se cuentan la celebración del Antiguo Rito Romano y la práctica perenne de la Iglesia Católica, desde los tiempos apostólicos, de negar la comunión a los adúlteros y los pecadores públicos.Si cae, pues, bajo esta censura de Nicea, se sigue del mismo modo que su elección resultaría invalidada por el decreto del Papa Paulo IV.La petición, en inglés en original: Petition Petition to the Cardinals of the Roman Church regarding the grave improprieties of Pope Francis
3) Por último, aunque los anatemas y cánones que el Papa Paulo IV declara válidos a perpetuidad (ibid. nº 2), no ofreciesen razón suficiente a ningún miembro del Sacro Colegio para hacer al hombre convicto de herejía o de pérfida malicia en orden a derrocar la tradición eclesiástica, persiste una verdad teológica que versa sobre la ley divina y la eclesiología, a saber: que nadie que busque dañar a la Iglesia en cosas esenciales, como Su fidelidad a la Enseñanza de Cristo, puede estar en comunión con Ella; y como por esto mismo un cismático, moralmente hablando, no puede considerarse en comunión con la Iglesia, por ello debe y tiene que ser removido de su cargo.
In exspectatione: UNA PETICIÓN PARA DEFENESTRAR A FRANCISCO
La Defenestración
Fray Gerundio de Tormes
Mal deben andar las cosas, y bastante se deben estar abriendo los ojos, para que algunos ya se atrevan a solicitar al Colegio Cardenalicio que se piense bien si Francisco debe seguir en su puesto, o por el contrario sería mucho mejor que pasara al dichoso, feliz y bienaventurado escaño de los Eméritos, de manera que alguien pudiera reconducir la divina doctrina revelada por los cauces que previó el Señor. Los que siempre han visto con naturalidad que en otras épocas hubiera Papas desastrosos para el gobierno de la Iglesia, papas débiles, papas políticos, papas inmorales e incluso –¿por qué no decirlo?–, papas sinvergüenzas; los que aceptan con toda serenidad los datos de la Historia de la Iglesia en torno a papas inútiles, bajo cuyo pontificado la Iglesia quedó debilitada y seriamente dañada… no se atreven a admitir que hoy en día pudiéramos estar viviendo una de esas etapas calamitosas y catastróficas de la historia eclesial y que por eso mismo esté necesitada de una seria reforma. No se atreven a admitir –al menos con la boca grande y hacia afuera–, que este Pontífice nos está dejando por los suelos la Institución y la Doctrina. Creo que para los sedevacantistas, esto no constituye problema. Están esperando que les caiga del cielo un Papa auténtico. Y cada día se les hace más difícil, porque encontrar ahora un Cardenal que hubiera sido ordenado sacerdote y obispo antes del Concilio, es bastante improbable. Como según ellos estamos ya muchos años en Sede Vacante, parece difícil poder remontar la situación. Por eso, aunque me merecen profundo respeto, los sedevacantistas están enquistados en la necesidad de fundar para ellos otra nueva Iglesia que mantenga esas coordenadas. Más acertados me parecen los seguidores de Monseñor Lefebvre, que no son sedevacantistas y reconocen que Roma perdió el norte hace muchos años. Al fin y al cabo estaba predicho en multitud de profecías, que era posible que Roma perdiera la Fe o que la apostasía se instalara en sus muros. Pero también desde esta perspectiva las cosas tienen difícil solución. Solamente les queda esperar a ser reconocidos con pleno derecho en esta Iglesia actual, y de ahí proceder a una reforma absoluta de arriba abajo. Pero claro está que dialogar ahora mismo, tal como está el panorama, no deja de ser un riesgo. De ahí que entre los propios obispos y miembros de la Hermandad de San Pío X haya cismas internos, reacciones y contra-reacciones, abandonos, quejas y luchas que no producen otra cosa que permitir que el Enemigo se frote las manos y el desconcierto siga siendo monumental. Por eso mismo me siento favorable a que sigan como están por el momento, haciendo el bien y proclamando la doctrina de siempre… y Dios proveerá. Comprendo que es tal la confusión, –de manera semejante, aunque mucho mayor a la de otras épocas de la Iglesia–, que hay opiniones para todos los gustos. Y no puedo desdeñar ninguna de ellas, porque la gravedad de la situación así lo exige. Suelo ser muy respetuoso con todos ellos, unos y otros, aunque a veces ellos no muestran excesivo respeto por los que pensamos de otro modo; o por los que sencillamente, no han tenido más remedio que estar dentro de esta Iglesia que tanto nos hace sufrir, viendo lo que vemos, pero aguardando que Dios Nuestro Señor ponga fin a esta situación, bien con su Venida Gloriosa, bien con su Amor por la Iglesia de la cual es Cabeza y a la que por lo tanto, algún interés tendrá en reconducir. Aquí podríamos recordar aquél versículo de Isaías citado también por Jesús: La caña cascada no la quebrará y el pabilo vacilante no lo apagará, porque no puede Dios dejar que la Iglesia muera, aunque sí está permitiendo que resulte gravemente herida. Me parece que si no adoptamos esta postura, nos vemos obligados y necesariamente abocados a pensar que podemos construir cada uno de nosotros una Iglesia separada de Roma. Comprendo que este punto de vista desagradará a muchos (de hecho tengo en mi convento opiniones de todo tipo), pero me parece que es la única salida. También en esto el grano de trigo tiene que morir para dar fruto. Las preocupaciones de tantos cristianos, las oraciones de tantos fieles desarmados por los hechos actuales, el sufrimiento de tantos sacerdotes, la sangre de tantos mártires, serán las encargadas de conseguir de Dios que esta situación se enderece, cuando lo crea conveniente Su Voluntad. Pero volviendo al actual Pontificado, si hubiera que poner un ejemplo gráfico y bien visible del desastre, los españoles lo entenderían muy bien si dijera que este Papa en el Vaticano, es como Zapatero en la Moncloa. Y supongo que cualquier hermano hispanoamericano puede poner en sus labios un ejemplo análogo. Todos nos entendemos. Pero ya hay muchos que hablan de la defenestración como una solución posible. Nada habría de extraño. Nos han bombardeado tanto en este último año y medio con actitudes inesperadas y cambios repentinos, que nos vamos haciendo a la idea de que pueden pasar cosas impensables hasta la fecha, sin que se produza ningún trauma. Los que nos quedamos de piedra cuando Benedicto XVI -menuda decisión que sólo Dios conocerá- anunció su renuncia, veríamos ahora con bastante gusto la renuncia de Francisco. Él mismo lo dijo hace poco en su habitual estilo: tenemos un Papa Emérito, y nada pasaría si tuviéramos dos, igual que tenemos muchos obispos eméritos y nadie se extraña de ello. Claro que lo que se propone ahora no es solamente el hecho de la renuncia, sino una renuncia precedida de defenestración. O sea, una expulsión en toda regla, por las consecuencias inevitables de la traición a la misión recibida. Lo explican muy bien los que proponen tal cosa. Usted está incapacitado para gobernar, usted está despedido.
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Pero los cardenales nunca harán esto. No olvidemos que ellos mismos son lo que eligieron abrumadoramente al cardenal Bergoglio. Y no se van a dar ahora un baño de humildad diciendo que se equivocaron. Pocos serían los que reconocieran todos estos hechos. En realidad, ellos han sido los grandes culpables de esta situación y de ello tendrán que dar cuenta a Dios. Por tanto, no creo en esa defenestración organizada y mayoritariamente aprobada. A pesar de que estoy seguro de que alguno habrá que pronto tendrá que hablar todavía más claro. Sin embargo, reconozco que tal pensamiento me agrada. Ya no es posible ver con los mismos ojos a quien está destrozando la Viña con sus manipulaciones, su soberbia, su displicencia hacia la fe, su totalitarismo disfrazado, su impiedad y su populismo de pacotilla. La alegría de los Enemigos de la Fe ante esta situación es prueba de ello. Y una buena defenestración en el momento adecuado, probablemente no estaría mal. Aunque con ella habría que reducirlo al silencio más profundo, porque un incontinente verbal emérito es un más peligroso que el ébola. Habría que enviarlo al páramo, a hacer penitencia y estar a pan y agua hasta el fin de sus días, con la boca cosida y sin posibilidad de manipulaciones mafiosas de esas que tanto denuncia. El tema está en manos de los Cardenales. Pero no esperen ustedes gran cosa. Mientras tanto, las malas noticias se agolpan y seguirán acumulándose. Pero para Dios nada hay imposible. Tendrá que suscitar reacciones. De momento ya hay mucha gente bastante descontenta y malhumorada. Hay mar de fondo. Dios puede actuar.
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Pero cada día tengo una cosa más segura. Quien decidió que Francisco viviera en Santa Marta, no fue él mismo sino el Señor. No es posible que Dios permita habitar en los Palacios Vaticanos, a este hombre que vino del fin del mundo a demolerlo todo. Dios no ha querido permitirlo. Y por eso lo ha dejado en el vestíbulo. Al menos las estancias donde vivió San Pío X o Pío XII no se han visto rebajadas y degradadas en su dignidad.
Y es que Dios actúa poco a poco. Sin prisas. Pero actúa.
Fray Gerundio de Tormes
Ni mú
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A la ambigüedad, a las imprecisiones, al general desorden en sus expresiones, a los frecuentes oxímorons, a las contradicciones (a veces incluidas en un mismo párrafo), a los insultos vagamente apuntados hacia nosotros—a todo esto, agréguese la cantidad de cosas que este Papa viene diciendo desde que asumió su pontificado: su verborragia es también cosa de notar.
De tal modo que cualquier intento de sistematizar o resumir lo dicho y hecho por este Papa constituye un desafío que supera mi capacidad (supuesto el caso de que eso habría que hacer). En efecto, ¿cómo clasificaríamos las incontables gaffes, faux pas y tonterías dichos por este tipo? ¿Cómo agruparíamos sus expresiones plebeyas, sus quasi-herejías (o herejías, simplemente), sus dichos anti-estéticos, sus pleonásticos neologismos, sus redundantes puerilidades, su afición por la retórica más barata (famosamente, “¿Quién soy yo para juzgarlo?”), su infalible instinto por lo políticamente correcto, su manifiesta aversión por la elegancia en la expresión, la precisión de la lógica, el buen gusto y la claridad de un lenguaje correctamente articulado.
Y eso sólo referido a lo que el Papa ha dicho, no hemos mencionado siquiera todo lo que ha hecho (y aún así, todavía queda por referirnos a todo lo que no ha dicho y todo lo que no ha hecho, que es lo que presumiblemente indujo al Cardenal Burke a decir, en curiosa expresión, que la Iglesia es una nave sin timón).
Y finalmente sus gestos, sus actitudes, sus sonrisas y sus expresiones de enojo.
Es demasiado para tratar en un post de Internet, es demasiado difícil, como ya he dicho, hacer una síntesis de tanta cosa… fea.
De modo que, dicho brevemente, ¿cómo picarle el boleto a este hombre?
Pues nada, se me ha ocurrido intentarlo siguiendo el orden jerárquico de las peticiones incluidas en el Pater, la oración dominical, el Padre Nuestro, la oración que Jesucristo mismo nos enseñó.
Y la primera petición, la más importante de todas, es que el nombre de Dios sea santificado, una obvia referencia a la necesidad de un culto reverente, decoroso, digno de Dios.
De eso, Bergoglio, ni mú. O, mejor dicho, gestos en contrario, como colocar la pelota de las JMJ sobre el altar, y no arrodillarse jamás cuando celebra misa (algunos atribuyen eso a un problema fìsico, pero no: cuando tiene que lavarle las patas a una musulmana, no hay ningún problema). Y perseguir a quienes quieren ejecutar el “Motu Proprio” de su antecesor.
Se va la segunda, que es pedir que Cristo vuelva en Gloria y Majestad, pedir que se adelante la Parusía, el Marán Athá y toda esa clase de cosas.
De eso Bergoglio, ni mú. Esta segunda petición del Pater lo tiene perfectamente sin cuidado, y claramente subyace en todos sus discursos y prédicas una melodía suavemente anti-parusíaca como puede detectar cualquiera que preste mínimamente atención. (Sus referencias al “Señor del Mundo” de Benson esquivan, justamente, el asunto principal de aquella novela).
La tercera petición, que se cumpla la voluntad de Dios, es cosa a la que Bergoglio se refiere bien poco: de la ley de Moisés, de los preceptos evangélicos, de los preceptos de la Iglesia, casi nunca dice nada, casi nada (aquí me puedo equivocar, que tampoco lo sigo tan de cerca, mi estómago no aguanta tanto).
Ahora lo que sí hace todo el tiempo es atribuirle a la voluntad de Dios cosas que nunca habíamos oído antes: Bergoglio inventa nuevas leyes, nuevos preceptos, nuevos pecados, la corrupción es peor que el pecado, las mafias son pecaminosas y no sé yo cuántas estupideces por el estilo (y luego, recientemente, que la eutanasia es un pecado contra Dios: no sé yo qué pecado no es contra Dios, ni cómo podría no serlo y ser pecado, l.p.q.l.p. cómo impacienta este hombre). Y luego está el “decálogo” ese de la felicidad con su “vivir y dejar vivir”, etc…
La cuarta petición del “Pater” que todos los Padres interpretan como primeramente referida a la Eucaristía, ¡bueh!, para qué vamos a hablar… ¿qué le importa a él eso? ¿Y cuándo le importó? Esto, claro está, enlaza con el modo en que celebra la misa y el “odium theologicum” contra los que la dicen, como ya hemos señalado, siguiendo el “vetus ordo”. Luego, no recuerdo que hable nunca de la Providencia, sino que tiene una fuerte sensibilidad socialistoide, con toda la carga retórica del “rumbo de la historia”, del “cambio de estructuras” de “liberación o dependencia” y otras antigüallas de los queridos ’70.
Pero de la Providencia de Dios, creo yo, hasta donde recuerdo, ni mú.
(Más le gusta a él hablar del “Dios de las sorpresas”).
Ya hemos señalado que las peticiones de esta oración siguen un orden jerárquico, de más importantes a menos importantes: estas últimas tres, que perdonemos a los demás que así Dios nos perdonará a nosotros, que nos libre Dios de la tentación, del mal y del Malo, aparecen referidas por el Papa aquí y acullá (siempre con sus modos desordenados, un lenguaje más o menos confuso y expresiones impropias).
¿Y bien? ¿Qué has demostrado con esto?
No mucho, lo sé.
Pero si el Papa no quiere hablar o no puede hablar o no sabe hablar sobre las peticiones del “Pater” es claro indicio de que estamos en el horno.
Y que él mismo se dirige hacia allí, con pasos agigantados.
A menos que se detenga y se convierta y crea.
Y rece el Padre Nuestro como Jesucristo, Él mismo, nos lo enseñó.
(Nosotros, en el mientras, hagamos otro tanto).
Jack Tollers
The Wanderer
Otro cura en rebelión
Aquí va un escrito del P. Jorge González Guadalix en el que reflexiona acerca del primaveral pontificado del papa Francisco:
El dato, que recoge y explica ampliamente en su blog Juanjo Romero, es escalofriante. Uno de cada cinco hispanoamericanos ya es protestante en alguna de sus innumerables confesiones. Pero es que además el número sigue aumentando a día de hoy. Habla de personas que se bautizaron y formaron como católicos pero que posteriormente han abandonado esta fe para pasar a engrosar las filas de los evangélicos o directamente las de los no creyentes.
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Llevamos año y medio bajo el pontificado de Francisco. Un pontificado que muchos vienen calificando de primaveral, cercano, evangélico, de sencillez, comprometido con los pobres. Pontificado que hasta ha realizado signos más que evidentes de estar en comunión con los últimos de los últimos y apoyando sus reivindicaciones más extremas con actos como el encuentro con los movimientos populares hace días en el Vaticano.
Nos han venido contando desde hace años la milonga de que los católicos de Hispanoamérica abandonaban la Iglesia porque desde el Vaticano no comprendían sus luchas sociales y sus reivindicaciones de justicia nacidas desde la fe. Que mientras gente tan buena como los sandinistas, por ejemplo, o los teólogos, ideólogos y pastores de la liberación convencían al pueblo de que abandonaran su mística y su religiosidad para abrirse al auténtico espíritu de Jesús de Nazaret consistente por lo visto en renunciar a la vieja vida de fe, caduca y tradicional y cambiar el credo, el catecismo y la liturgia católica por reuniones de marcha e ideología izquierdosa sazonada con un bastante de Palacagüina, desde el Vaticano llovían palos e incomprensiones (palos, en verdad pocos).
Tras lo que desde Hispanoamérica y algunos sectores, cada vez más minoritarios, de Europa se afirmaba estaba acabando con la fe, por lo visto estaban dos mindundis como san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Dos cualquiera.
Bueno, pues llega un papa nuevo. Hispanoamericano, cercano a los pobres, sencillo, comprensivo, que apoya a los movimientos sin tierra, que acoge a los desheredados del mundo en el Vaticano, se reúne con ellos y apoya directamente sus reivindicaciones más históricas. Vamos, era como para que las parroquias católicas estuviesen abarrotadas, los confesionarios con colas kilométricas, las misas dominicales multiplicándose y las clases de catecismo impartiéndose en plazas públicas.
Pues nada. Nada de nada. Algo falla. Porque todo el mundo tiene claro que cae bien, que es amable, simpático, sencillo, sobre todo sencillo… pero la gente no va a la Iglesia. Ya lo dijo en su momento González Faus con una de esas frases que me resultaron sangrante: “este papa posiblemente no va a convertir a nadie”.
Qué quieren que les diga… Pareciera que Francisco tenga todas las cualidades que el mundo expresa para ser el papa ideal. Algo falla. Porque hoy, y a pesar de que sí, que viva Francisco, en América la gente se sigue largando a las sectas. ¿Las razones? Vaya usted a saber. Se las he preguntado a Rafaela. Me dice: “si a mí que sea simpático me parece bien, pero como no nos enseñe a rezar, a confesarnos, a ir a misa los domingos y a vivir según los mandamientos, lo otro ná de ná, pa cuatro días”.
The Wanderer
Hermeneútica de la Corrupción
Fray Gerundio de Tormes
Ya fue olvidada hace tiempo la famosa hermeneútica de la continuidad, tan popularizada por el anterior Pontífice Benedicto XVI, hoy de nuevo cardenal Ratzinger (nada de Papa Emérito). En aquellos días no tan lejanos (pero ya tan distantes…), todavía podía haber alguien que creyera en tamaña monserga, que pretendía ocultar el enorme abismo existente entre la doctrina de siempre y las nuevas doctrinas post-conciliares: en el espíritu sobre todo y también en la letra. Recién metido yo en estos menesteres blogeros, inaugurados con el terrible cambio de aires de la nueva iglesia de Francisco, tuve la ingenuidad de escribir sobre la hermenéutica de la contradicción. Llevábamos tres meses de nuevo Pontificado y no nos creíamos lo que estábamos viendo. Ahora ya estamos curados de espanto y nos quedamos tan tranquilos cuando escuchamos un disparate homilético, con la seguridad de que el disparate del día siguiente dejará en mantillas al de hoy. Por eso creo que, en la evolución de la Divinidad Hegeliana con que nos andan catequizando, hemos llegado a un nuevo estrato interestelar en el presente momento de la evolución creadora: la hermeneútica de la corrupción. Con ella se puede entender todo mucho mejor. Ella nos abre el camino para comprender los dislates verbales de estos días, así como las actitudes que les acompañan. Gracias a ella, se puede abordar el nuevo estilo lingüístico con que se revisten las herejías de hoy. Porque una herejía es una herejía, la diga Agamenón o su porquero. Siempre que el Papa habla de corrupción, parece que disfruta de lo lindo. No hace mucho dijo que la corrupción es peor que el pecado, brillante frase con la que mis mentecatos novicios quisieron debatir conmigo, sin saber los pobres que no pasaba de ser una frase más de encandilamiento de los oyentes, en ese momento favorables a escuchar tamaña insensatez. Como los magos de feria: Nada por aquí, nada por allí, la serpiente se levanta al sonido de la flauta.
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Señalar con el dedo a los corruptos es algo muy laudable. Pero hay que llevar mucho cuidado, porque el dedo puede volverse contra uno mismo. En la lista de los diversos grados de corrupciones, resulta mucho más rechazable la de aquello que deberia ser más puro. Ya lo dijeron los antiguos: Corruptio optimi, pessima: la corrupción peor, es la de los mejores. O la de los que deberían ser mejores, claro. Por eso es muchísimo peor la corrupción de las Altas Magistraturas que las de la gente de a pie. Un disparate, un contrasentido, un dislate, una herejía… tiene mucho más peligro cuando la dice alguien que debe velar por la desaparición de las mismas. Y eso mismo es lo que define la corrupción. Corromper es destruir, alterar la naturaleza de una cosa, dejar que hieda, que se pudra. Y por eso mismo, se puede hablar de corromper a la juventud, corromper el lenguaje y tantas otras cosas que hoy día preocupan a nuestros dirigentes.
Sin embargo, también se puede corromper la doctrina, se puede corromper el catecismo, se puede corromper una verdad inmutable. Claro que esto no se persigue por la justicia, ni es noticia de primera página de los diarios. Y tampoco se ve como motivo suficiente para pedir la dimisión cuando a uno le pillan con las manos en la masa. A lo mejor, lo que se exije ahora tan contundentemente a los Obispos, se podría exigir también a los Cardenales de la Curia o a más gente de arriba, digo yo.
Corromper de manera sibilina por parte de quien debería cuidar la doctrina, es mucho peor. No es que sea peor que el pecado, si no que es un pecado. Porque no hay nada peor que el pecado. Y es un pecado de gran calado. Si se dijera por ejemplo, que todos vamos al cielo. Todos, Todos, Todos…, dejando en el aire la doctrina de la condenación eterna, compadreando con el error, manipulando la verdad, obstruyendo la conversión de los pecadores, cercenando la necesidad de penitencia… se está corrompiendo a las almas. Se está escandalizando a los fieles. Y esto, solamente tiene una respuesta en el Evangelio, que es contundente. Y como fue el mismo Señor el que la dijo, tiene valor eterno: El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgaran una piedra de molino y le echaran al mar.
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Dejar que la doctrina se corrompa es pecado, especialmente si el artífice es quien debería preservar la doctrina de la corrupción. Corromper a las almas con doctrinas falsas, es pecado. En otros tiempos le habríamos llamado Alta Traición. Ahora, lo mismo son méritos para el Premio Nobel de la Paz.
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Semántica del discurso bergogliano, o la apologética desorbitada
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En su momento, hemos analizado las unidades semánticas mínimas en que se desenvuelve el discurso bergogliano, los bergoglemas. Queremos ahora ahondar en la estructura del disgregador discurso empleado por Bergoglio, para desentrañar sus claves, como forma de prevenir el efecto más visible que producen: la confusión y el error.
Partimos de la siguiente base: nos encontramos ante la fase final, de decadencia extrema, de la apologética.
La apologética nace como una disciplina complementaria de la simple evangelización, es decir la anunciación del Kerygma. Como tal, consistía en la defensa de los cristianos frente a los errores y calumnias que soportaban de los paganos, y una explicación didáctica de los contenidos de la fe, mostrando su congruencia con la razón. Despejar prejuicios y dar la razón de la esperanza cristiana: esta es la esencia de la apologética. Para lograrlo, el apologista debe contar con buena información, conocimiento de los contenidos de la fe y buen manejo de la lógica y la filosofía, y, en lo posible, buenos modales, además de una sólida autoestima y firmeza de carácter. Como la defensa de la fe se da en un contexto de crispación y desinformación cuando no de persecución, el apologista debe captar la benevolencia del público, mostrar lo razonable de la fe, descartar toda falsedad o leyenda instalada, para lograr, si Dios quiere, la convicción del antagonista. Anotemos que si lo acompaña cierto complejo de inferioridad frente a las ideologías vigentes, la apologética corre el riesgo o bien de cerrarse en un discurso autoritario, amargado e ideológico, con alto riesgo de perseguir a Tolkien o a la Novicia Rebelde, o bien, como decía Newman jugando con las palabras, de convertirse en pedido de disculpas por ser como somos (apology).
Es fácil advertir los riesgos de la apologética barata. La captatio benevolentiae es conveniente, qué duda cabe. Fue San Pablo quien la inauguró al calificar a los areopagitas como los "varones más religiosos de todos los hombres" (analogía bastante laxa) y predicando al dios desconocido, con poco éxito la verdad. Pero puede degenerar en un desesperado intento por agradar al auditorio, a toda costa, incluso comprometiendo el honor de generaciones pasadas. El trabajo de desmalezamiento de prejuicios a veces lleva a crear hombres de paja del adversario, usar ciencia barata para "demostrar" la verdad de la religión, o negar hechos históricos con total mala fe para resaltar el "milagro moral" de la Iglesia (recordemos los interminables tratados de apologética negando la Noche de San Bartolomé, los errores de la Inquisición, la mala conducta o los errores de algunos papas o más acá en el tiempo, la existencia de estructuras de encubrimiento de abusos sexuales en la jerarquía).
También puede llevar a un vicio contrario: aceptar los prejuicios sin beneficio de inventario y sin crítica, justamente para reforzar la dichosa captatio, en un alocado, voluntarista y pelagiano intento de convencer al antagonista, reducirlo a mi discurso y mi voluntad de poder renunciando a la verdad. Como toda actividad práctica, pende sobre ella el peligro de independizarse de la verdad y convertirse en una técnica más de propaganda. Curiosamente, el mismo Pontífice que pidió perdón por el pasado de la Iglesia, en una bastante discutible "apology" de un pasado que no le pertenecía y cuyas conciencias de cristianos estaban fuera de su jurisdicción, fue el mismo que se negó a aceptar problemas bien reales de conciencias del presente de la Iglesia que presidía y juzgaba, pensando que eran calumnias del enemigo.
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Ni que decir cuando, en una vuelta de tuerca - y aquí llegamos al discurso bergogliano - el punto de partida es no sólo aceptar los prejuicios históricos o actuales sobre la Iglesia, sean reales o ficticios (el reciente discurso sobre las tarifas sacramentales, la leyenda de los curas reluctantes a bautizar bastardos, las entusiastas quemas de luteranos, etc), sino también los presupuestos filosóficos propios de los enemigos de la visión católica. En ese sentido, el discurso bergogliano es claramente progresista, en la medida en que la modernidad lo es, y este tipo de apologética quiere mostrar que se es vigente, actual, "en onda". Lo que ocurre es lo que debe ocurrir, la voluntad de Dios se expresa en la Historia o es la Historia, y resulta inútil y nostálgico cualquier esfuerzo por intentar detener esa corriente. La Iglesia está atrasada doscientos años, como decía el "Padre" Martini y sus estructuras caducas, incluida su práctica sacramental, resultan intolerables, dado que el Evangelio debe ser leído a la luz de la cultura moderna. En los primeros tiempos de su Pontificado, Bergoglio recibía a sus visitantes con una muletilla : "Todo esto es muy loco". La Iglesia concreta e histórica es algo muy loco, algo extraño, en resumen una anomalía medieval en un mundo en progreso, a la que hay que ajustar para poder convencer a la gente.
En suma: lo que viene diciendo el Iluminismo, el socialismo y el progresismo liberal moderno sobre la Iglesia es sustancialmente cierto, y la Iglesia debe revertir esa lamentable realidad para ponerse al nivel de los tiempos. En realidad, la Iglesia para el mundo, como tal, es insalvable: lo que se salva es la persona del papa, al cual se le da un waiver mental para que acabe con Ella usando una dignidad que se quiere también destruir. En este sentido, la noción de "progresismo adolescente" tan usada por Bergoglio, tiene el carácter de un guiño al proceso de la modernidad: tranquilos, el progreso está asegurado, pero se trata de no apresurar las cosas con el riesgo de que no haya regresiones no queridas. El izquierdismo, recordaba Lenin, es la enfermedad infantil del comunismo.
Aquí la apologética se convierte en canibalismo institucional, en una especie de construcción ya no de un Arca sino de un bote salvavidas en que Bergoglio y quienes lo siguen aceptan abordar a cambio del perdón por haber tripulado tal malvada nave del infierno, tal bochornosa institución oscurantista que constituye el oprobio de Occidente. La apologética ha dado una vuelta de campana: es una disculpa por pertenecer, y una aceptación de los presupuestos del enemigo para poder salvar la cara. Y es la cara la que salva a la Iglesia, si tal cosa es posible.
Ludovicus
The Wanderer: Semántica del discurso bergogliano, o la apologética desorbitada
Semántica del discurso bergogliano (II): La increpación
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Pasemos ahora a otra nota característica del discurso de Bergoglio, al que llamaremos, a falta de mejor término, la increpación. También este género tiene una ilustre historia de desarrollo desde el tiempo de los Profetas. Recordemos la dramática historia de Natán, haciendo recaer sobre el mismo rey su juicio: “Tú eres ese hombre”. Naturalmente, las fuertes increpaciones de Juan El Bautista, de Nuestro Señor contra los fariseos, de San Pablo, etcétera. Siempre el contraste entre el mensaje evangélico y las costumbres del siglo integraron el patrimonio de nuestra religión. Si hasta Dante, en un pasaje célebre, llega a censurar la avaricia de los ciudadanos de Cahors o los escotes de las florentinas cuyas intimidades debían reservar a los lactantes.
Más cercanamente, existieron los reproches que desde el púlpito valientes predicadores sagrados vertían bien contra las costumbres de los soberanos, bien contra el pueblo corrompido. Los reyes cristianos aceptaban, de mayor o menor grado, estas invectivas. A veces los sermones costaban muy caro, como ocurrió con los franciscanos que se atrevieron a atacar la conducta de Enrique VIII en su propia capilla real, al comienzo del affair Bolena. A veces las fórmulas eran estereotipadas o el mismo predicador dejaba entrever, fuera del púlpito, sus limitaciones profesionales. Conocido es el caso de Massillon, del que se dice que Luis XIV decía “cuando lo oigo predicar me aterro; cuando lo veo comer me reconforto”.
Con el tiempo y la moralización barroca de la predicación (que pasó del metanoete! al penitenciagite! sin traducción integral), este tipo de censura moral entró en franca decadencia, llegando incluso a relegar la prédica del Kerygma, y reduciendo el sermón o la plática a crítica de costumbres a veces amargada. La reacción a esta actitud llevó a su vez al vicio contrario en el posconcilio: la omisión de los temas ligados a la moral, sobre todo sexual, como insistentemente pedía el Cardenal Bergoglio en su diócesis a los sacerdotes.
La increpación profética es tan peligrosa como la apologética. Debe estar contextualizada dentro de un marco teológico, para que no se coma toda la predicación y se convierta en una requisitoria de moral atlética y pelagiana. Requiere integridad de vida, so pena de que el que reprocha a dedo alzado se acuse con otros tres, como dice el proverbio inglés, convirtiéndose en hipocresía.
Exige además un sentido de justicia integérrimo, que evite tres cosas: la acepción de personas (critico un grupo y dejo afuera a otro por motivos de conveniencia personal); el agravio comparativo (critico ciertas conductas y otras igualmente graves también quedan afuera); el subjetivismo (critico desde mis fobias o gustos personales y no desde el Evangelio).
Finalmente, la amonestación requiere precisión. No hay cosa más dañina que una crítica imprecisa, difusa, confusa. El predicador no puede disparar al bulto, tiene que apuntar a la cabeza, como decía Bloy, para que el tiro no pegue más abajo del corazón. Que el dicterio sea tal que su destinatario pueda, sin ejercicio de la mala fe, recibirlo, o al menos quienes no lo son o lo son en menor medida puedan discernir que no les incumbe. De lo contrario, el primer dedo acusador mutará en un bosque nocturno de dedos apuntándose recíprocamente con un fragor de mil demonios de confusión.
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De eso se trata: el discurso moralista bergogliano, sus invectivas, son con frecuencia intrínsecamente difusas y confusas. Esto no es de ahora: no conozco muchos obispos que hayan calificado a su propia diócesis, a Buenos Aires como una "Ciudad corrupta y coimera", que "no ha llorado lo suficiente", a partir de un suceso municipal trágico pero que de ningún modo justificaba tales expresiones sobre la totalidad, como una especie de nube negra de hollín que cubriera a todos los ciudadanos y a nadie. Nunca se sabe bien quién cae bajo su censura; nunca se sabe quién escapa de ella. Muchos lo escuchan y se sienten aliviados, con la típica función falsamente purificadora de la conciencia sucia que tiene estigmatizar chivos expiatorios (“debe ser otro”); muchos, preocupados (“¿seré yo?”). Muy probablemente, los malos se reconfortarán, los buenos se preocuparán. Todos se confundirán. Porque no nos engañemos: el discurso sigue siendo intensamente moralista - y violento -, como en el preconcilio, sólo que ha cambiado su objeto formal y su objeto material: ahora es la moral de la corrección política, y se extiende a ciertas materias vinculadas con transgresiones a un vago sentido populista de la moral social. Pero sigue habiendo réprobos y elegidos, como no, y con la misma violencia de siempre. Sólo que ahora se llaman pecadores y corruptos, respectivamente. Otros términos se trastocan: la condena a la "mundanidad" recae sólo sobre algo que parece tener cierto olor a reuniones con aristócratas, conciertos de música o buenos modales; no caben en dicho concepto la frecuentación de mafiosos del futbol mundial, de los tratantes de carne humana, de los traficantes, de los promotores del aborto y de los dictadores populistas elegidos democráticamente.
Coadyuva a esta característica la frecuente transgresión de las normas de justicia que más arriba hemos indicado: la acepción de personas, las preferencias inexplicables por ciertas personas o grupos, el subjetivismo. Las críticas parten de las fobias y preferencias del predicador: ¿desde cuándo forma parte del repertorio homilético atacar como algo grave los gastos en mascotas o a las personas que las tienen, por ejemplo, sobre todo cuando se odian los animales de compañía, como es el caso de Bergoglio? ¿Por qué criticar los gastos en industria de los cosméticos y hablar poco de materias vinculadas con la generación, como reconoció Bergoglio que omitía? ¿Se predica la moral evangélica o la moral políticamente correcta, donde los preceptos específicos de moral cristiana se silencian en aras de una moral común planetaria? ¿Por qué se ataca a los curas que cobran estipendios y al mismo tiempo se prestan lugares sagrados emblemáticos para saraos de millonarios? ¿Qué es más grave, los gastos de un obispo que viaja a Cancún con su amante o los integrantes de Caritas que festejan un cumpleaños con una comida de cincuenta o cien dólares? ¿El gasto de un gay alojando en una nunciatura a su militar compañero de sodomías no cifra en la cuenta de las defraudaciones a los pobres y se llama simple y benévolamente “pecados de juventud”?
Sin contar el continuo “fuego amigo” sobre los fieles, los resistentes, los cumplidores de mandamientos, que son fustigados por el predicador con una sospechosa sincronía con el ataque del mundo: hipócritas, apegados a la ley, no se dejan sorprender, son amargados, etcétera. La moralina políticamente correcta se vuelve cómplice e idiota útil de la inmoralidad más desenfadada, la del mundo, que ha tirado a los perros el orden natural y divino hace siglos y reputa al cristiano practicante como “beato”, “pacato”, chupacirios”, “meapilas”, “comehostias”. Comprar el hombre de paja del enemigo tiene sus costos.
Estas alteraciones de baremos, estos virtuales caprichos, estas injusticias verbales, no dejan de echar más humo al fuego de la confusión. En eso estamos.
Ludovicus
The Wanderer
Semántica del discurso bergogliano (III): el lejónimo
En nuestros anteriores posts se analizaba el discurso de Bergoglio como instancia final de una apologética decadente, y se caracterizaba a la diatriba como una de sus armas dialécticas favoritas. Cabe ahondar ahora un poco en lo que llamábamos “fuego amigo”, esto es la propensión a descargar en los cercanos dichas furias y reservar los halagos a quienes se hallan en las periferias. Se podría resumir esta propensión en la máxima: “Despreciarás a tu prójimo y amarás (o mejor, adularás) a tu lejónimo”.
Nada en el cristianismo indica que el pecador, en tanto tal, en tanto enemigo de Dios, merezca una predilección especial. Por el contrario, se lo ama y prefiere en tanto criatura, capaz de Dios, y deseándole que atraviese su lejanía para acercarse a la verdad y al amor. Se lo ama para rescatarlo. Se lo ama con la locura de la Redención, no de la complacencia. La parábola de los obreros de última hora no dice que el Señor haya pagado a los que nunca se arrimaron a la labor. La del Hijo Pródigo tampoco registra que el Padre haya mandado algunos empleados a seguir sufragando los gastos del hijo cuando las bellotas de los cerdos habían pasado a ser su próximo recurso.
Por lo mismo, las invectivas de Nuestro Señor nunca fueron contra los justos (i.e., los que intentan, con todas las dificultades y caídas del caso, vivir la gracia), ni contra los amantes de la verdad (i.e, los que intentan con la ayuda de la gracia conservar la fe). Cuando Cristo fulmina a los fariseos, los juzga como pecadores, y graves pecadores. Cuando rectifica a los saduceos, los corrige por heréticos. No es contra el resto fiel que conserva la fe e intenta vivir los mandamientos contra quienes alza su voz. A este resto le corresponde una advertencia: velad, no sea que se agote el aceite de la lámpara, no sea que el Hijo del Hombre venga como un ladrón en la noche. Cuando el joven rico se presenta ante Cristo, no le dice, ante su confesión de cumplimiento de la ley, que abra su mente y se deje sorprender por las novedades. Lo invita a ahondar en la ley de la gracia, que no implica arrojar por la ventana los mandamientos. Por último, Nuestro Señor no compara a los justos con las prostitutas y los publicanos. Dice a los pecadores (fariseos) que se tenían por justos que las prostitutas y los publicanos (pecadores convertidos) los precederían en el Reino de los Cielos, lo que es muy diferente.
Este largo excursus es para diferenciar el discurso bergogliano del evangélico, al que se le parece pero no. Hay una vuelta de tuerca: aquí el Hijo Pródigo es preferido cuando está en el muladar; “quia” está en el muladar; la oveja perdida es preferida a las 99, a las que se deja a merced de los lobos; en esta versión sesentista y desvertebrada, Esaú recibe la elección sobre Jacob. La periferia de fe y de moral se vuelve preferible porque es periferia, no porque quienes habitan en las tinieblas y a las sombras de la muerte deben ser rescatados, advertidos, corregidos, llevados al centro mismo de la luz.
Las consecuencias semánticas son tremendas. Los cercanos, primero de todos los sacerdotes, son caracterizados con todos los lugares comunes del mundo: codiciosos, avaros, grasosos, hipócritas, que cargan sobre las espaldas de los fieles (en realidad infieles) cargas insoportables, etc. El amor a la verdad de los fieles es cerrazón; el amor a la tradición, pelagianismo y fariseísmo; el cumplimiento de los mandamientos (como si fuera común) rutina y tibieza. En fin, el desprecio del cercano, del prójimo. En un plano personal, sabemos que quienes rodean a Bergoglio no la pasan bien: tienen que estar dispuestos a echar su honra a los perros, como le ocurrió recientemente a varios colaboradores (Omar Bello en su libro cuenta que quienes asistían al antiguo arzobispo de Buenos Aires terminaron, en su mayoría, en terapia).
Mientras tanto, los lejónimos, en tanto lejónimos, son colmados de halagos, de mohines, de guiños cómplices. No se le hace asco a nadie. No se exige ninguna condición previa, ninguna ablución más que la corrección política y la adhesión al populismo inmanente bergólatra. Un diputado abortista suspende por una semana su labor para abrazarse con el Pontífice. Vuelve luego y retoma sus tareas genocidas como si hubiera estado una semana en Las Vegas. Los ateos, los perversos, los corruptos cumplen la visita a la Meca y retornan a una vida pública más negra que la piedra de la Kaaba. Sin cambios, sin condiciones, con todas las felicitaciones, con todas las inadvertencias. Para ellos no hay profetismo, que se reserva con una violencia insólita y a veces con mucha injusticia, para los de la casa. Pegarles a los curas, exaltar a los imanes y rabinos; abrazarse con los turcos, dejar colgados del pincel a los armenios; reventar a los Franciscanos de la Inmaculada, idolatrar a los pentecostales.
La conducta es curiosa. Consta en el libro de Bello que el antiguo arzobispo de Buenos Aires pasaba la Navidad en la Catedral, con un grupo de judíos, alejado de su familia y comiendo bocaditos sin jamón. En la Misa de la Institución de la Eucaristía trocó el rito del lavado de pies de sus hermanos sacerdotes por el de laicos y personas de otras religiones. Recientemente, desautorizó a su ceremoniero frente a su antigua enemiga Cristina Kirchner. No queremos multiplicar los ejemplos, que parecen responder a una estructura de personalidad, no sólo a una estrategia de marketing o a una pastoral extraviada. Como esos padres de familia que sólo ven defectos en sus hijos y se desviven alabando a los de sus amigos, quizás haya cierto complejo de inferioridad o baja autoestima en esta semántica del lejónimo.
Pero en esas alturas, la baja autoestima es institucional. Duele, y cómo. Y las consecuencias, de no interrumpir esta semántica, pueden ser muy nocivas. Pregunten a los sacerdotes.
Ludovicus
The Wanderer
GALERÍA DEL DESQUICIO ECUMÉNICO
Llevando a sus últimas desatinadas consecuencias -al menos, hasta lo que al día de hoy se haya visto- el dictado conciliar acerca de los «elementos de santificación y verdad» pasibles de ser hallados fuera de la Iglesia (Nostra aetate,2; cfr.Lumen gentium,16), en el giro de unos pocos días se lo ha visto a Francisco en su salsa, inclinándose ante el patriarca ecuménico Bartolomé I para ser bendecido por éste, y rezando luego en la mezquita azul de Estambul junto al gran muftí. El multipolarismo religioso propiciado por el romano pontífice (ya sin embozos, para las cámaras, con el fin inocultable de condensar en imagen el desquicio doctrinal) se nos ofrece como el clímax de esta prolongada estación post-conciliar que vio trocada, para sorpresa de los astros, lacertitudo fideien su mismísima opuesta.
Mérito del autor de Il blog di Baronio ha sido ofrecer el siguiente antídoto humorístico a una impostura de tan vasto y deletéreo alcance. Nos hacemos eco entre risas y llanto.
http://1.bp.blogspot.com/-COpDyM6sbu...0/bergo-01.jpg Georg van Bergoglien,
obispo luterano de Roma
http://3.bp.blogspot.com/-VCH0QFnBhd...0/BERGO-01.jpg Jorge Mario I,
patriarca de Roma
http://4.bp.blogspot.com/-AKmNaXynyT.../bergoglio.jpg Bergoglio,
imán de Roma
http://2.bp.blogspot.com/-D7WjEMuSfK...0/BERGO-02.jpg Francisco,
reencarnación conciliar del Dalai Lama
http://1.bp.blogspot.com/-RH2SE4I4Fl...0/BERGO-04.jpg
http://4.bp.blogspot.com/-fmuz1IdTMx...0/BERGO-03.jpg Rabí Bergoglio,
gran rabino de Roma
Ber Go Glin,
del templo sintoísta de Roma
http://4.bp.blogspot.com/-Qg39L7R046...00/bergo-2.jpg Jorgesh Bergoglijt,
santón hindú del Tíber
http://2.bp.blogspot.com/-lQmrpyLvMX...1600/bergo.jpg Jorghbhergogl,
ministro ecuménico maya del templo de Roma
http://2.bp.blogspot.com/-tlDzrJqJpL...0/bergo-08.jpg Baila-con-los-ateos,
jefe de la tribu de los conciliares
In exspectatione
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Un Papa post-cristiano
Comentarista estrella de la Radio Francesa: “Francisco, el Anti-Benedicto XVI, está llevando a los cristianos serios a la desesperación.”
Éric Zemmour es probablemente el más famoso e influyente periodista y comentarista en la Francia contemporánea. Aunque no es católico (tiene orígenes judíos de Argelia, y proviene de una familia a la que se concedió la ciudadanía francesa con el histórico Decreto Crémieux, de 1870), es considerado “polémico” en Francia ya que es un descarado conservador en un medio ambiente fuertemente progresista – y no tiene miedo, como un pensador conservador, de defender la gran historia de Francia, incluyendo sus raíces católicas. (Más acerca de él, y su reciente libro, “El Suicidio Francés”, sobre cómo el “progresismo” extremo está destruyendo Francia, en este reciente artículo del Weekly Standard.)
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Lo que sigue es el comentario editorial que hizo en la radio de noticias más popular de Francia, RTL, sobre la visita de Francisco a Estrasburgo. Lo publicamos sobre todo para el registro de los acontecimientos históricos de cómo la corriente principal de comentaristas conservadores en Europa están empezando a ver este pontificado.
Éric Zemmour: “Francisco va a Estrasburgo y hace caso omiso de la Catedral”
Es la historia de un Papa que va a Estrasburgo y hace caso omiso de la Catedral. Sería como un musulmán que viajara a Jerusalén y no rezara en la mezquita de Al-Aqsa. O como un presidente francés que celebrara 11 de noviembre sin visitar la Tumba del Soldado Desconocido. O como si la Reina de Inglaterra desdeñara a la Royal Navy, o un presidente estadounidense que no prestara su juramento sobre una Biblia.
Francisco habla de las raíces de Europa, pero nunca deja claro que éstas son cristianas. Exalta la espiritualidad, pero apenas menciona el nombre de Dios, y nunca el de “Cristo”. Menciona “derechos humanos”, “solidaridad”, “explotación”, ” diversidad “, “medio ambiente “, la “globalización” y la” inmigración “, pero no dice “aborto”, “eutanasia” o “matrimonio homosexual”.
Él pronuncia las palabras que son agradables, no las palabras que molestan. Habla de la “Europa de los pueblos”, pero no de la “Europa de las
Naciones”. Él aboga por la generosa acogida de los inmigrantes, sin tener en cuenta que estas olas incesantes en el Mar Mediterráneo están transformando a Europa en tierra del Islam – y esto a pesar de que todos los que llegan a Lampedusa son musulmanes. Pero el líder de los cristianos no parece que le preocupara o que siquiera le importase.
Este Papa está obsesionado con el diálogo entre el Cristianismo y el Islam, pero más allá de un diálogo convencional y protocolar, ¿cómo puede dialogar útilmente el cristianismo con un Islam que considera a todos los cristianos como a musulmanes que todavía no saben que lo son, o que niegan su identidad?
[Presentador:. Pero todo esto, Éric, es simplemente porque él está llevando adelante, de esta manera, la obra de sus predecesores]
Ah, pero Francisco es de hecho, el Anti- Benedicto XVI, que había causado escándalo al exaltar al Cristianismo, impregnado con la razón griega, que es lo contrario del Islam. Benedicto XVI recordó los principios de la Iglesia, socavando el culto pseudo-compasivo de la pobreza [lit. misérabilisme] difundido por los medios de comunicación. Francisco actúa sobre este culto de la pseudo-pobreza para mejorar su popularidad entre los medios de comunicación. Benedicto XVI, en cambio, recordó el dogma en una época que lo rechaza. Francisco lanza fuera el dogma para complacer al espíritu de estos tiempos.
El reciente Sínodo sobre la familia y sus deferencias hacia el “matrimonio” homosexual ya había causado preocupación entre los cristianos serios. Y si en Francia, los que habían protestado contra el “matrimonio” entre personas del mismo sexo en nombre de su fe se sintieron traicionados, este viaje a Estrasburgo terminó llevándolos a la desesperación.
Si ya el Vaticano II trajo la devastación de la orientación litúrgica de los Cristianos, Francisco parece estar decidido en deshacerse de las orientaciones culturales y religiosas. Francisco es el ídolo de los medios de comunicación, de los miembros del Parlamento Europeo y de la izquierda de Occidente, y no pareciera importarle que es aplaudido por los más resentidos y sarcásticos críticos de la Iglesia.
El Papa parece ser más bien el heredero de Jacques Delors * que de Juan Pablo II. Un demócrata cristiano convertido a la socialdemocracia. Un alemán de la Gran Coalición **, todo en uno. Un Papa post-cristiano. Un partidario de un cristianismo sin dogmas, que es adorado por los progresistas contemporáneos que han tirado todo lo que es sagrado en los cubos de basura de la historia. Un papa que encarna las famosas palabras de Chesterton de que ” El mundo moderno está lleno de viejas virtudes cristianas que se volvieron locas.”
Francisco está en el proceso de transformación de la Iglesia en una simple ONG, [algo] entre Greenpeace y Terre d’Asile. ***
_____________
* Famoso y muy influyente ex presidente de la Comisión Europea
** Democristianos de la CDU y los socialistas del SPD
*** France Terre d’Asile, ONG francesa dedicada a establecer la más amplia comprensión posible de asilo y migración en Europa. [Audio, en francés]
Para los registros: Comentarista estrella de la Radio Francesa: “Francisco, el Anti-Benedicto XVI, está llevando a los cristianos serios a la desesperación.” | Adelante la Fe
CON LAS BESTIAS, AL CIELO
Y entonces Francisco se decidió a dilatar los lindes de su delirante apocatástasis incluyendo a los animales. Pues si no era suficiente con aquella reciente y entusiasta lección relativa a la gloria irrestricta («todos nosotros nos encontraremos allí. Todos, todos, allí, todos. Es bello»), ahora -y abusando por enésima vez de la petrina potestad de atar y desatar- resulta que metió a las mascotas en el empíreo, a empujones. Según lo reportan los azorados cronistas, «un día veremos a nuestros animales de nuevo en la eternidad de Cristo. El Paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios».
Alguien tendría que advertirle al Santo Padre que sus sorprendentes máximas, si es que las inspira su declamado "Dios de las sorpresas" (que no, sin dudas, el Dios «admirable en sus obras y en sus santos»), corren el riesgo de causar un tedio insoluble a fuerza de atraer la atención por vías tan poco fecundas. Que acaba volviéndose repetitivo y machacón con sus sorpresas, que sus recursos resultan previsibles hasta el sopor. Y sobre todo: que si bien el foris canes del Apocalipsis no versa precisamente acerca de los perros sino de otra porción entre los protegidos de Su Santidad, lo cierto es que sirve a señalar con eficacia los límites de la Ciudad Celeste.
http://www.almendron.com/arte/pintur...nes/cap_42.jpg Goya. De los «Caprichos»: Tú que no puedes.
Uno de los más visibles frutos de la demencia de la vida moderna, después de la fortísima caída de la natalidad experimentada en los últimos 50-60 años, es la adopción de mascotas a las que se les concede el trato de hijos. Esto, en el fondo, supone menos la ilusión de creer dotados a los perros de condición personal que lo contrario: sentirse el hombre degradado al nivel de las animalias. Se cumple irónicamente, en pago a la presunción antropocéntrica, aquello de Daniel 5, 21: «su corazón fue hecho semejante al de la bestias y marchó a convivir con los onagros». O lo que en una de las vibrantes invectivas de León Bloy contra sus contemporáneos, a quienes fustigó por no temer el «alcanzar un destino de perros, hijos de perra, parientes del cerdo».
Hay un poema de un autor francés poco traducido en nuestra lengua, Francis Jammes, contemporáneo y amigo de Paul Claudel, que se titula Oración para ir al cielo con los burritos. Allí se lee, a guisa de súplica final:
Dios mío,
haz que me acerque a Ti
con los burritos [...]
haz que,
en ese recreo de las almas,
inclinado sobre tus aguas divinas,
yo me parezca a los burritos
que contemplarán su pobreza humilde
y suave en la limpidez
del amor eterno.
Pero esto no deja de ser atribuible a la fantasía y a la emotividad del poeta, que quisiera rescatar para el Cielo todo cuanto cae bajo su simpatía cordial. La invención teológica de Bergoglio supone otra cosa, y el cielo que éste parece indicar -a juzgar por la ancha y espaciosa senda que señala como conducente a él- no debería ser otro que aquel cuyo ingreso custodia el can Cerbero.
In exspectatione
The Wanderer: La noche de los bastones blancosCita:
La noche de los bastones blancos
Los argentinos sabemos bien qué fue la Noche de los Bastones Largos. Se trató del desalojo por parte de la Dirección General de Orden Urbano de la Policía Federal Argentina, el 29 de julio de 1966, de cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en Argentina, ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, en oposición a la decisión del gobierno militar de intervenir las universidades y anular el régimen de gobierno. Por cierto, profesores y estudiantes eran marxistas que no querían dejar sus guaridas de adoctrinamiento. Las dejaron a bastonazos, pero los efectos no pudieron ser evitados.
Un lector me envió la traducción de una columna que apareció el 12 de diciembre en la página de Sandro Magister, sobre los "bastones blancos" que está asestando democráticamente el Papa Francisco a todos aquellos que osan oponerse a sus designios.
EL CLIMA DEL PONTIFICADO y UNA NUEVO DESEO DE BASTONEAR
por Pietro De Marco. Profesor emérito de sociología de la religión,
en la Universidad de Florencia, facultad teológica de la Italia central.
Me cuenta este caso reciente, sintomático del clima católico que está floreciendo: hace unos meses, en una histórica asociación florentina de voluntariado, han sido expulsados algunos miembros por sus críticas al papa Bergoglio.
Al parecer, las pruebas han sido obtenidas mediante infiltración en el trabajo social donde ellos expresaban, o acaso gritaban su disenso. Conclusión: una expulsión sin proceso ni defensa, invocando articulos estatutarios inaccesibles a los acusados.También de otros ambientes toscanos nos llegan señales de una gran disponibilidad para actos sancionatorios contra tendencias “tradicionales”, que jamás fueron intentandos en el pasado contra ideas y comportamientos anti-institucionales, cuando no subversivos del rito y del dogma.
Quien ha vivido en la Iglesia recordará, así, la encubierta hostilidad por décadas, de ciertos ámbitos y personas contra los papas Wojtyla y Ratzinger, con la toleracia de la autoridad católica (así se tratase de obispos o de dirigentes de asicaciones laicales) formalmente alineada con Roma. Resulta singular que tal alineamiento, inerme por entonces, ahora se ejercita en una fuerte defensa del papa reinante sólo para pegar a individuos o ambientes ortodoxos.
Naturalmente, como en toda represión que se digne, nadie resulta “expulsado”. Losimputados, de dice, se han puesto afuera por sí mismos, y no es importante (salvo como agravante) que en sus polémicas se opongan a la religiosodad líquida queimpregna la predicación, la pastoral, la ética católica, etc. De modo semejante, y como se habla peyorativamente en la vida política de “enemigos de la Constitución”, sa ha ido consolidando dentro de la Iglesia el uso de fórmulas letales como “enemigos del Concilio” o bien “hostiles a Francisco”.
Baste el ejemplo modelo, en todo caso sangrante, del Comisariato impuesto a los Franciscanos de la Inmaculada, caso en el cual el derecho de la Iglesia es usado como un bastón, es decir de un modo antijurídico, con Comisarios que reaccionan a las críticas con lenguajes intimidatorios propios de procesos políticos de otras épocas. Estos hechos graves, no menos que las pequeñas depuraciones que he mencionado, resultan legitimadas recurriendo a los dichos y a los gestos del mismo papa Francisco. Es el conocido fenómeno del abuso de las palabras del Jefe para ejecutar una venganza.
Pero, hay que decirlo, hay algo más que la simple voluntad de complacer al Papa y a su entorno, que estambién terreno fértil para este inédito frente filo-papal. Con el final del pontificado de Benedicto XVI, laicos y clérigos parecen no tener ya más anticuerpos (ya tenían pocos tenían antes) para confrontar toda esa basura cristiana postmoderna que consiste en recepción y pedido de disculpas, en autocrítica del pasado a la luz del Evangelio, en abrazar cualquier tema por el hecho de estar en la agenda de los medios.
La cultura católica está acabada, frente a un renovado anticlericalismo –que pasa por las cruzadas, la inquisición y a la pedofilia— incluso alimentado por una catarata de best sellers y costosas producciones cinematográficas. Aún más: para los católicos críticos, una Iglesia así empantanada estaría en coincidencia con la “Iglesia del no”, de la cual también hay que liberarse. Y el pontífice reinante no resulta un dique ante tamaña auto-destrucción.
De tal suerte que no me he sorprendido que, para permanecer en la Iglesia y en la Toscana, el clero, los religiosos y los laicos han recientemente aplaudido un nuevo producto cinematográfico (1), financiado con fondos públicos, en el cual el director, puntualmente “católico”, nos muestra la vida en los seminarios de los años 50, durante el gran pontificado de Pio XII, pero aludiendo a tal cantidad de estupideces contra la formación en los mismos, que deberían haber reaccionado muchos católicos con sentido común y algo de rigor.
La infeliz expresión “quién soy yo para juzgar?” resulta,entonces, válida....salvo cuando se trata del pasado de la Iglesia. Para el resto, eximirá del esfuerzo de evaluar, discernir, oponerse al mundo; eximirá, en suma, del específico testimonio católico. Una “liberación” que, sin más freno procedente de Roma, obliga incluso a los moderados a decir “sí, sí”, complulsivamente a conductas, ideas y leyes presentadas como finalmente “humanas”, y a unirse al coro de las deprecaciones públicas rituales contra la pobreza, la guerra, la mafia, temas que a cualquier ciudadano o católico medio no cuestan nada, y menos reflexión.
De este modo --olvidando que es sólo el nihilismo quien tiene siempre un rosto humano, benevolente, que no juzga, solícito por la felicidad pública, como el Anticristo de un celebre escritor ruso—muchos católicos calificados, clérigos y laicos, dejan de cumplir con su deber esencial: recordar al Occidente y al mundo la antropología cristiana que tiene a la base, ya se trate de cuerpo o de alma, de vida o de muerte, de reproducción o de identidad de genero. Actualmente casi ninguna voz católica dotada de autoridad de oficio se levanta contra la infundada (filosófica y científicamente) y neurótica manipulación libartaria de lo masculino y lo femenino que se intenta imponer en nuestra cultura difusa, sobre los parlamentarios, en la escuelas, etc.
Junto con esa mezcla de miedo y atracción hacia el Papa que trastorna al clero y al laicado, co-existe también el son de la razón católica, una conciencia de sí en los mínimos términos, una sujeción a la ética pública tan diversa que –se dice—bajo este papa Bergoglio no existen más razones para ser disimuladas. Además, miméticamente, dependiente de una opinión pública que simula estar en pro de los valores, y creyéndose legitimada por un papa interpretado por los “mass media” (formadores de opinión), muchos laicos y eclesiásticos con responsabilidad sobre hombres y organizaciones se transforman (conforme a una constante de la sociología política) en “tiranos democráticos” ante los disidentes.
“Nada nuevo”, se dirá.. Pero en el pasado las sanciones eran motivadas para proteger la integridad de la fe y a las instituciones necesarias para ese fin. En cambio hoy se usa el bastón bajo el efecto de formulas impuestas por una falsificación secular del cristianismo, como cuando se habla de “amor” y de “misericordia” en contra de responsabilidades y juicios rectos; o de “natuarelza” y “felicidad” contra pecado y salvación, o bien de “Concilio” contra tradición cristiana. Éste es el horizonte de muchas homilías, en las cuales parece escucharse, ambiguo y fuera de tiempo, lo peor del mismo post-Concilio.
Hemos pasado, pues, del Gran Inquisidor al Anticristo ? No, ni lo uno ni lo otro resultan adecuados a la realidad de la Iglesia. Pero la pregunta resulta buena para ser pensada.
(1) Il film, del 2014, è “Il seminarista“, ideato e diretto da Gabriele Cecconi, premiato al Gallio Film festival 2014 con il gran premio della giuria “Emidio Greco” e presentato, in settembre
Esta vez vale la pena publicar los comentarios:
AQUEL GRAVOSO AYUNO EUCARÍSTICO
No será un maestro de la polisemia como Quevedo, pero lo cierto es que Francisco logra a menudo agolpar tal cantidad de desmanes en una sola frase que obliga a reconocerle dotes poco usuales. Tanto, que si un venturo Von Pastor se diera a componer la historia de los papas de nuestro oscuro período podría anteponer a los dicta y a los acta Francisci el virgiliano horresco referens a mo' de acápite, pudiendo aderezarse la analecta con gárgolas y toda una siniestra imaginería a mo' de guardas. Morisquetas con vida propia, capaces de morder los dedos del lector o de escupirle tinta a la cara: tal el complemento más adecuado a una colección de este tenor.
Un mérito tiene, en todo caso, este pontificado, y cumple en buena ley enunciarlo: el de venir a ser como el sumidero de todos los topicismos típicos del fofo clero conciliar. La paciente acumulación de alusiones insípidas, de desleídas verdades que pueden pasar también por sus contrarias, toda esa inane abundancia de lugares comunes y palabras sin nervio fundadas en la mera adhesión sensible (sensiblera) a Cristo, esa fe afirmativa pero con ruido a hueco propia de la impostura modernista (tan parecida a su medio hermana, la sola fides luterana), todo este inerte montón propalado durante décadas desde casi todas las diócesis del mundo ha venido a confluir, al fin, en ese imprevisto foco de efervescencias que es la lengua de Francisco, señaladamente fértil en estupideces, en vulgaridades, en errores y aun en blasfemias más o menos manifiestas. Como si un furor oculto, escondido -pero capaz de hacer incontenible acto de presencia en el curso de un sermón o una entrevista-, acabara por dar al traste con tan calculado disimulo y exhibiera al cabo el sulfuroso genio de la Contraiglesia.
La más reciente de las erupciones orales del Santo Padre, en todo caso, luce como una de las más horrísonas en estos veintiún meses de extravío, y es mucho decir. Resulta que en el curso de una de sus homilías diarias, luego de ensayar el consabido "tiro al blanco de la moral católica" y luego de insultar por enésima vez a la ley de la Iglesia por su dolosa comparación con las prescripciones farisaicas, el Obispo de Roma tuvo a bien acotar que
«Pío XII nos liberó de aquella cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico. Tal vez alguno de ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía beber una gota de agua. ¡Ni siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo mismo de joven fui a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad.»Sin dejar por ello de mesarse las barbas ante lo espantoso de la enseñanza, el buen lector podrá comprobar sin esfuerzo que hay tres o cuatro agravios contra la fe de la Iglesia condensados en tan breve pasaje, a saber:
1- «...nos liberó de aquella cruz tan pesada...». No es de católicos cabales asociar la cruz, signo e instrumento de nuestra redención, a la mera idea de «carga» o «fardo», sin más. El Señor no habla nunca de liberarse de la cruz, sino de lo contrario: si quis vult post me venire, abneget semetipsum et tollat crucem suam (Lc 9, 23). Bergoglio ve a la cruz con ojos profanos, con mal disimulado rencor.
2- «...que era el ayuno eucarístico». Era cosa asaz pesada, según Francisco, el ayuno eucarístico de tres horas. Pero el Señor recuerda que «la reina del sur vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y acá hay uno que es más que Salomón». ¿Qué esfuerzo puede ser excesivo comparado con la excelsitud de un tal Objeto que lo reclama?
3- «Ni siquiera se podía beber una gota de agua». Acá o falsifica a sabiendas con tal de fortalecer la desventurada tesis, o habla con grosera ignorancia, pese a haber conocido en su juventud el régimen entonces en vigor. Lo detalla el nº 635 del Catecismo de San Pío X al prescribir para el ayuno eucarístico la abstención «de alimento sólido o bebida alcohólica tres horas antes de comulgar, y de alimento líquido o bebida no alcohólica, una hora antes de la comunión. El agua natural puede tomarse a cualquier hora y en cualquier caso», pues ésta no rompe el ayuno. [Nota: sobre este punto, recomiendo leer el aporte de Martin Ellingham más abajo, en la casilla de comentarios]
Este pasaje, pronunciado para fustigar a los "rígidos" que mantienen que "la disciplina no se toca, es sagrada" en el contexto siempre latente de las presiones por extender la comunión a los re-casados, redondea así su sentido y aviesa intención. Habría que recordarle a Bergoglio y a su gota de agua que la única disposición vital que permite comprobar experimentalmente aquello de que «mi yugo es suave y mi carga ligera» es la plena centralidad de Dios y no la del hombre: entonces los mandatos divinos se hacen cumplideros y se gruñe menos. Lo dice el Tridentino en su decreto sobre la justificación: Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar avisa que hagas lo que puedas, y pidas lo que no puedas, y ayuda para que puedas.
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7 comentarios:
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Martin Ellingham15 de diciembre de 2014, 23:12
Estimado:
Tenemos que rectificar un punto sobre el ayuno eucarístico. Recién con Pío XII se estableció un nuevo principio como general y común para todos, fieles y sacerdotes: el agua natural no quebranta el ayuno eucarístico. Antes de la constitución Apostólica Christus Dominus (1953) el ayuno eucarístico era total desde la medianoche e incluía el agua si era bebida. La anécdota del Papa sí es reveladora de una mala comprensión, tal vez escrupulosa, de una disciplina que definía el ayuno con los siguientes rasgos:
“¿Qué condiciones se requieren para infringir el ayuno? Cinco, que son : 1ª Que lo que se toma sea cosa exterior, porque lo que proviene ab intrínseco, como la sangre que proviene de la boca , lengua , encías, etc., aunque se degluta, no viola el ayuno. 2ªQue dicha cosa pase al estómago; porque si se echa fuera antes de llegar á él , tampoco infringe el ayuno. 3ªQue tenga razón de comida ó bebida, esto es, que sea cosa alterable en el estómago , pues de otro modo no la estima el hombre como comida ó bebida, porque nadie dice come hierro, vidrio, madera, etc. 4ªQue se tome per nioclum cíbi, potus aut medicince; porque según la estimación del hombre, sólo de ese modo se viola el ayuno natural, pues lo que se toma per modum salives, respirationis vel atractionis, v. gr. : el polvo, una mosca ú otra cosa que venga de la atmósfera, tampoco infringe el ayuno. 5ªY que dicha cosa se tome precisamente después de la media noche , ó desde que dé la primera campanada de las doce...”
“¿Las gotas de agua que se mezclan con la saliva, infringen el ayuno si se pasan con ella? Si se toman por casualidad praeter intentionem, no; á no ser que sean en mucha cantidad. Y lo mismo diremos de las gotas de agua que se tragan involuntariamente lavándose la cara; porque no se toman per modum potus. Consta de dicha rúbrica. Pero si se toman de propósito, sí; porque entonces nada les falta para tener razón de bebida, aunque no se ordene á ese fin.” (Diez, Clave de Teología Moral, ed. 1891).
Es probable que el Catecismo de San Pío X sea de una edición retocada para adaptarla a la disciplina de Pío XII.
Saludos.
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Martin Ellingham15 de diciembre de 2014, 23:18
Notemos que el principio anterior a Pío XII era la prohibición de comer o beber per modum cíbi, potus aut medicince.
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Respuestas
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Flavio Infante16 de diciembre de 2014, 2:18
Gracias, Martin, por el esclarecido comentario. Me queda la duda sobre si la cita del Catecismo de San Pío X corresponde efectivamente a una ulterior edición retocada. De no, habría que aducir el absurdo de que la constitución Apostólica Christus Dominus vino a reformar algo que ya estaba reformado.
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Flavio Infante16 de diciembre de 2014, 3:25
Y acá compruebo, en una vieja edición impresa del «Compendio de la doctrina cristiana prescrito por la Santidad del Papa Pío X a las diócesis de la provincia romana» (sin pie de imprenta, pero emitido por el papa en julio de 1905) que:
- para hacer una buena comunión son necesarias tres cosas: 1ª estar en gracia de Dios; 2ª estar en ayunas desde medianoche hasta el acto de la comunión; 3ª saber lo que se va a recibir y acercarse a comulgar con devoción;
agregándose que
-quien tragó alguna cosilla que quedó entre los dientes o alguna gota de agua al lavarse, puede con todo esto comulgar, porque entonces esas cosas, o no se toman por modo de comida o de bebida, o han perdido la naturaleza de tales.
Esto corrige lo expuesto más arriba, en el punto 3 de la nota. Pero corrige a su vez a Francisco con su casuística de la gota de agua.
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Martin Ellingham16 de diciembre de 2014, 6:02
La casuística de Francisco es mala. O está queriendo decir que había interpretaciones escrupulosas de la disciplina. Que no son buenas, como tampoco lo es la laxitud imperante...
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Anónimo16 de diciembre de 2014, 4:46
lo que yo veo una vez mças es que Bergoglio resume lo que la progresía hace rato estaba diciendo,a saber, que el ayuno no hace falta. Y por otro lado,equipara insidiosamente a los fariseos con ´´los cristianos rígidos de hoy" que seguramente vendríamos a ser nosotros.Es muy vivo...pero Él que ríe último ríe mejor.
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Jose16 de diciembre de 2014, 5:05
¡Guias ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! Mt 23, 24.
Es cierto que el Señor llamo hipócritas a letrados y fariseos por hacer lo que denuncia, pero nunca dijo que superado los escrúpulos con el mosquito, siguieran tragandose el camello del rencor y el resentimiento.
Creo que Bergoglio aquí no ha llegado; alguién en su entorno de palmeros se lo debería advertir, aún cuando sólo fuera por caridad.
In exspectatione: AQUEL GRAVOSO AYUNO EUCARÍSTICO
La cáscara de banana
Fray Gerundio de Tormes
Esto es lo que necesitan los cristianos rígidos. Una banana ante sus pies, para que resbalen y pequen y así puedan aprender a ser menos rígidos y más misericordiosos. Esta es la consigna del papa emitida, proferida o vomitada ayer, si me lo permiten ustedes. Una nueva vuelta de tuerca, con mensaje claro a los que se atan a la disciplina de la Iglesia.
Hombre, yo creía que lo que hay que hacer es evitar el pecado; y siempre había entendido que la disciplina de la Iglesia, que con tanta displicencia es mentada en el sermoncito de Santa Marta, es algo necesario que nos ayuda, nos lleva de la mano, nos sirve justamente para eso mismo. Por supuesto, como todo, si se saca de sus límites, se convierte en algo rígido e hipócrita. Pero también creo que es verdad que si se pasa olímpicamente de ella, se hace mal. Claro que para este Papa, que anda intentando cargarse la Ley Natural apoyando (con tantas simpatías) a los homosexuales que quieren comulgar y que se quieren casar; que anda intrigando para dar la Comunión a los divorciados o que anda dando instrucciones constantes para que se olvide todo lo que huela a verdad permanente y/o a dogma en la Iglesia, despacharse con esta soltura unas cuantas leyes eclesiásticas, es una cosa sin importancia.Lo que me ha irritado esta vez, ha sido que se utilice el nombre de Pío XII para decir que nos liberó de la disciplina del ayuno eucarístico. Ahora ya no me queda duda de que este hombre no habla por hablar, sino que es un sofista y un engañador y puede que me quede corto.
Tal vez alguno de ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía tomar una gota de agua. ¡Ni siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo mismo de muchacho fue a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad. Cuando Pío XII cambió la disciplina – ‘¡Ah, herejía! ¡No! ¡Ha tocado la disciplina de la Iglesia!’ – tantos fariseos se escandalizaron. Tantos. Porque Pío XII había hecho como Jesús: ha visto la necesidad de la gente. ‘Pero pobre gente, ¡con tanto calor!’. Estos sacerdotes que celebraban tres Misas, la última a la una, después de mediodía, en ayunas. La disciplina de la Iglesia. Y estos fariseos eran así – ‘nuestra disciplina’ – rígidos en la piel, pero como Jesús les dijo, ‘putrefactos en el corazón’, débiles, débiles hasta la putrefacción. Tenebrosos en el corazón.
Puestos a comentar las cosas de las que nos liberó Pío XII, podría haber hablado de su encíclica Humani Generis, que nos liberó del neomodernismo (aunque sólo por unos años), de su encíclica Mediator Dei, que nos liberó de doctrinas heréticas y enseñó verdades fundamentales sobre la liturgia y especialmente sobre el Sacrificio de la Misa, ahora pisoteadas; de su encíclica Mystici Corporis, que nos liberó de doctrinas protestantes y habló de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, ahora fulminado en la vaporosa doctrina del Pueblo de Dios; que nos dejó instrucciones bellísimas sobre la música sacra, y nos liberó de las misas criollas de Su Santidad; que exhibió en todo momento un estilo y un porte pontificio, y nos liberó de las patochadas presentes y las que nos esperan en el futuro. Ver una grabación suya es respirar aire puro, aunque luego necesitemos una cáscara de banana para despertar de nuestro sueño dogmático.
Desde luego, Pío XII nos liberó, sin lugar a dudas, de un Papado vulgar, zafio, cochambroso y vergonzoso.
Pero no. Ni una palabra sobre la importancia del ayuno eucarístico. Ni una palabra sobre el desmadre posterior. Ni una palabra sobre el peligro de comer el Cuerpo del Señor sin estar preparado. Al contrario, todos a comulgar. Y los primeros los divorciados, los maricas y los adúlteros. Los demás, ya se sabe, comulgan con hipocresía. Ni una palabra sobre el sentido de respeto que conllevaban aquellas denostadas leyes eclesiásticas. ¡Qué manera de hablar con desprecio!
Si esto es lo que dice en público, qué será lo que comente en privado, las instrucciones que se distribuyan entre los sátrapas más fieles, las actuaciones directas para las convenientes purgas o las normas estrictas para el funcionamiento de las guillotinas….
Necesaria Despedida
He escrito ya demasiadas veces sobre este tipo de denuncias proféticas. Ya no me quedan fuerzas. Entre la vejez, las dificultades de los ojos para trabajar ante estas malditas pantallas de ordenador, entre la guerra a muerte que se está gestando contra todo lo que suponga aferrarse a la Iglesia de siempre, y los pequeños toques cardiovasculares… me recomiendan mis allegados muy seriamente que deje de escribir. Así lo voy a hacer, sin duda.
Siempre aconsejo vivamente a todos aquellos con quienes hablo, que no se desanimen ni se desesperen. Que se aferren a los buenos pastores. Gracias a Dios, internet está suficientemente dotado de buena doctrina, si se sabe hacer una correcta selección. Hay que huir de los malos pastores, de los pastores que son lobos con piel de oveja. Porque ya parece que ha llegado el tiempo en que se cumpla, más plenamente que nunca, la profecía del libro de Zacarías, 11, 16-17:
He aquí que suscitaré en la tierra un pastor que no cuidará de las ovejas que se pierden, que no buscará las descarriadas ni curará las heridas, ni alimentará a las que están sanas; sino que comerá la carne de las gordas y les romperá las pezuñas.
¡Ay del pastor inútil, que abandona el rebaño!
¡Espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho!
¡Que se seque completamente su brazo y oscurézcase del todo su ojo derecho!"
https://fraygerundiodetormes.wordpress.com/
Parece que se van a reanudar las relaciones cubano-estadounidenses, lo que sin duda es un gran triunfo para los Castro. Obama y Raúl Castro agradecen al Papa la intermediación.
El papa, feliz tras ser clave en el inicio de las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos - 20minutos.es
PD: Por lo menos que sirva para mejorar algo los niveles de vida de los cubanos; pero "el tanto" ya sabéis quién se lo va a adjudicar.
Lo dices como si los 53 años de bloqueo les hubieran perjudicado en algo. A los cubanos mucho, pero a los Castro nada en absoluto.
Pero bueno, eso aparte, si Francisco ha ayudado a termine esa canallada made in USA, bien por él.
Pues sí, nunca les ha quitado el sueño a los Castro el tema del bloqueo (ellos comen muy bien). Lo malo es que o mucho me equivoco, o esto les va a reforzar bastante internacionalmente; por no hablar de lo contentísimos que se van a poner todos los modernistas. Pero en fin, al menos los cubanos se podrán alimentar algo mejor.......
Ya hace tiempo que están fortalecidos en ese aspecto, precisamente gracias al bloqueo se pueden vender en todas partes como los primeros y más veteranos resistentes a EEUU, lo que les da prestigio en toda Hispanoamérica que ha sufrido a esos mismos EEUU, mientras pueden ocultar todas sus deficiencias con la excusa del mismo bloqueo. Como siempre hace EEUU cuando parece que "combate el mal", en realidad lo fortalece.
¿Vale la pena seguir?
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La pregunta que titula esta entrada es pertinente. Después de un año y medio de dedicar esta bitácora casi exclusivamente a alertar sobre los peligros que entraña el pontificado del Papa Francisco, me da la impresión de administrar un blog dedicado a advertir que la comida chatarra es dañina para la salud. Creo que es hora de volver a temas más amables y formativos, y propongo un proceso de desentoxicación para estas vacaciones, lo cual no obsta para que, cuando sea necesario, volvamos a ocuparnos del personaje.
Sin embargo, antes de iniciar esa tarea sanitaria, me quiero detener en un par de expresiones de Francisco y sobre Francisco.
El día lunes, en sus indigestas homilías de Santa Marta, dijo:
“Pío XII nos liberó de aquella cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico:
Tal vez alguno de ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía tomar una gota de agua. ¡Ni siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo mismo de muchacho fue a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad. Cuando Pío XII cambió la disciplina – ‘¡Ah, herejía! ¡No! ¡Ha tocado la disciplina de la Iglesia!’ – tantos fariseos se escandalizaron. Tantos. Porque Pío XII había hecho como Jesús: ha visto la necesidad de la gente. ‘Pero pobre gente, ¡con tanto calor!’. Estos sacerdotes que celebraban tres Misas, la última a la una, después de mediodía, en ayunas. La disciplina de la Iglesia. Y estos fariseos eran así – ‘nuestra disciplina’ – rígidos en la piel, pero como Jesús les dijo, ‘putrefactos en el corazón’, débiles, débiles hasta la putrefacción. Tenebrosos en el corazón”.
Es, literalmente, un caníbal; un caníbal institucional, como bien lo ha caracterizado Ludovicus. Más allá de la discusión acerca de si el ayuno eucarístico efectivamente era tal como afirma el Romano Pontífice, el problema está en su actitud. No dice nada acerca del sentido que tenía, y tiene, tal ayuno: purificación y penitencia para prepararse correcta al misterio que se va a recibir. No le importa en absoluto decir, indirectamente, que todos los pontífices –y la Iglesia misma- anteriores a Pío XII eran una suerte de sádicos que se solazaban imponiendo dolorosas condiciones y ocasionando graves problemas de conciencia a los fieles que querían recibir la eucaristía (¿Bergoglio con problemas de conciencia? Habrá sido hace mucho, mucho tiempo…). Y la misma acusación de sadismo y crueldad pesa para las Iglesias Orientales que mantienen ese ayuno hoy en día. No le importa utilizar como aliado de esta majadería al Papa Pío XII; no le importa confundir al calificar a quienes imponían esas prácticas –la Iglesia misma- como fariseos: rígidos en la piel, pero como Jesús les dijo, ‘putrefactos en el corazón’, débiles, débiles hasta la putrefacción. Tenebrosos en el corazón.
¿Qué logra Bergoglio con todo esto? Aumentar su autoridad y estima frente a los ojos del mundo a costa de canibalizar a la Iglesia. En el fondo, la actitud que ha tenido desde el comienzo mismo de su pontificado ha sido la de refrendar todas las críticas que el mundo hace a la Iglesia presentándose él como el salvador que viene a enderezar todos estos entuertos.
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La segundo observación tiene que ver con declaraciones que hizo ayer el inefable Mons. Karcher con ocasión de la caída del “Muro del Caribe”, artífice de lo cual pereciera que fue el mismo Papa. Aquí pueden leer, y escuchar, la nota. Yo sólo me detengo en esta frase:
“Yo creo que el papa está cumpliendo con su rol fundamental de “pontífice”, el que tiende puentes, el hombre que está llamado a crear y a mejorar relaciones entre los hombres y entre los pueblos”.
Me pregunto seriamente si esta gente fe. No solamente fe católica, sino fe a secas. Es básico y de manual: el pontífice –Cristo el primero de todos y, luego, los obispos- está llamado a ser “puente” entre Dios y los hombres. Es de ese modo como la Iglesia, desde el mismo San Pablo en adelante, siempre lo enseñó. El Secretario General de las Naciones Unidas podría ser, análogamente, un pontífice destinado a tender puentes entre los hombres y mejorar las relaciones entre los pueblos. El obispo de Roma ha sido elegido para en su cargo para tender puentes entre la humanidad caída y redimida, y Dios.
Decir lo que dijo Karcher –no me cabe duda que aleccionado por el mismo Bergoglio- es constituir a éste frente al mundo como un líder del mundo, sin ninguna referencia a su función sobrenatural. Es, en pocas palabras, bautizar a Bergoglio con el nombre de Julián Felsenburg. No pretendo ser apocalíptico ni tengo propensión a serlo, pero aquí se trata de cambiar radicalmente el papel del pontificado romano.
La antífona del Benedictus del día de hoy dice: “Vigilate animo, in próximo est Dominus, Deus noster”; “Que tu alma este vigilante, porque el Señor está muy cerca”. Aunque también podríamos hacer una variación: “Tened cuidado. Que vuestro ánimo no decaiga. Estad atentos. Falta poco. Ya estoy a las puertas”.
The Wanderer
15 pajas en ojos ajenos
Quince - casi docena y media - son las plagas que PP Franciscus detecta en su amada Curia.
(Cualquier cosa son amores /
dicen que decía la Curia /
oyendo las 15 flores). (aquí la noticia)
El docto Rosmini sólo vio, en su tiempo, cinco plagas en la Iglesia. Al fin, tanto concilio y concilieo para que las dolencias, en vez de curarse, se tripliquen en medio siglo. Un desatino. O una mala cura. O una intensa infección de patógenos curiali-víricos - ¡quién lo iba a decir! - que han proliferado en vez de la omnímoda mejoría que las recetas conciliares pregonaban.
A lo peor es por las ventanas abiertas y las malas corrientes (de aire), que son muy traicioneras y en cuanto te relajas y te quitas la sotana, pillas una de las 15 (dolencias) o las quince en ristra, una tras otra, como un rosario.
Si me pregunta algún impertinente si me hecho una analítica con el guión de PP Franciscus, le respondo que no, que como no soy curial estoy exento del rapapolvo pontificio, que no me atañe. Sólo he leído apenas la noticia, pensando que se trataría de una caridad amable más de esas que prodiga a sus bienamados, ogni giorno, en Santa Marta.
(Los bienamados decían /
al oir al Padre Santo /
¡Ay Santo Padre Francisco /
por Dios no nos quieras tanto!).
Así y todo, sólo con la lectura somera, puedo asegurar y aseguro que estoy absolutamente libre, indemne y sano de la décima afección maligna: 10ª - La enfermedad de divinizar a los jefes; es un piojo que nunca me ha picado.
Y muy particularmente me declaro ileso de la 10ª calentura tocante al jefe diagnosticador de las 15 neo-plagas curiales-eclesiales, porque desde que se asomó al balcón me resultó evidente. En cuanto salió, el espectro del Dante me sopló fríamente: -'Lasciate ogni speranza!'.
Yo me subí el alzacuellos, me re-abroché la sotana, me puse un solideo de lana y un tabarro veneziano, para no enfriarme.
Y así procuro conservarme. Mejorable siempre, pero de la 10ª, inmune.
+T.
EX ORBE
Adrián Salbuchi en RT:
Cita:
Una historia de dos papas
Adrian Salbuchi
Esta semana, la Iglesia Católica celebra su segunda Navidad teniendo dos papas vivos. ¿Tiene esto algún significado más profundo de lo que parece? ¿Estará revelando el Vaticano algún indicio "a plena luz del día", que sólo "quienes tienen ojos para ver y oídos para escuchar" puedan desentrañar?
La Iglesia Católica es la más importante institución cristiana del mundo. Ha transitado por profundos cambios para alinearse con los "signos de los tiempos" que corren. La clave para comprender el éxito de sus más de dos milenios de existencia la hallaremos en su propio nombre: la Iglesia es "Apostólica" (se apoya sobre la vida y obra de los discípulos directos de Jesucristo); es "Católica" (de griego καθολικός que significa universal; hoy diríamos "global"); y por último, es "Romana" (geográfica, cultural y geopolíticamente).
A pesar de los cientos de miles de primeros cristianos que fueron martirizados por los Emperadores Romanos, en verdad la Iglesia le debe mucho a Roma. No sólo fijó su sede central en el corazón de la Ciudad Eterna, sino que adoptó su idioma secular – el latín – convirtiéndolo en lengua sacra; absorbió gran parte de la estructura legal y administrativa romana, y adoptó muchos de sus símbolos, conceptos y estilos.
Así, el "Pontífice" – constructor de puentes – tiene la llave de la Salvación Eterna, y el propio nacimiento de Cristo lo celebramos el 25 de diciembre igual que Roma celebraba el de Mitra, dios iraní traído por los Legionarios Romanos cuando regresaron de lejanos confines orientales del Imperio. Incluso la Cruz – símbolo supremo de Martirio – era un artefacto creado por los romanos.
Independientemente de la opinión y Fe de cada uno, la verdad es que la Iglesia ha sobrellevado muy bien el paso del tiempo. Desde luego que hoy se la ve un poco cansada, desgastada y gris, mas sigue siendo la institución más antigua de Occidente, con dos mil años de continuidad, habiendo fijando su sede en la propia Roma. En verdad, es mucho tiempo.
¿Existirá algún plazo máximo vital para las instituciones colectivas que debe medirse en períodos muy extensos, que no logramos comprender dado que nuestras propias breves vidas nos obligan a pensar en tiempos muchísimo más cortos?
Tiempo, tiempo y tiempo
Las sutiles leyes que gobiernan el paso de los milenios seguramente son diferentes a nuestro moderno, materialista y cortoplacista concepto del tiempo. En verdad, en la Antigüedad había tres conceptos distintos para abordar el tiempo: "Cronos", que describía el tiempo profano y lineal; "Kairos" que señalaba los momentos significativos de la vida cuando Dios o los dioses manifestaban su plan divino a los hombres: "hitos cósmicos", podríamos llamarlos; y "Aion", del dios romano de los periodos muy extensos de tiempo cíclico, de donde se deriva el vocablo moderno "eón".
La historia de la Iglesia parece decirnos que Cronos deviene dentro de Kairós, que son sus hitos cargados de significado y que ayudan a explicar lo "profético" ("Mi "kairos" aún no ha llegado" le responde Jesús a su Madre cuando las Bodas de Cana…). Ambos, a su vez, se insertan dentro de Aion, el cíclico "tiempo de las edades" en que cambios sutiles, lentos y a muy largo plazo surgen y decaen dentro de la psique colectiva de los hombres.
En la oscura y aguda crisis que vive el mundo actual, ¿habrá algunos hombres iluminados dentro de la propia Iglesia que han comprendido estos complejos mecanismos, y les están permitiendo que se manifiesten según su naturaleza misteriosa?
El año pasado, el papado atravesó un hito – un "kairós" – sin precedentes cuando el papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) abdicó para ser reemplazado un mes después por el actual papa Francisco (Jorge Bergoglio).
¿Se debió este vuelco insólito en el orden sucesorio y ordenado al trono de San Pedro, según el cual los nuevos papas siempre ascendían luego de muerto su antecesor, tan sólo al hecho de que Benedicto se sintió demasiado viejo, cansado y débil para seguir desempeñando sus funciones mundanas y espirituales?
Pedro y Pablo: fundadores de la Iglesia
San Pedro (Simón Pedro, en latín; Petrus, la piedra) murió alrededor del año 64 AD crucificado por el emperador Nerón Augusto César. Fue uno de los doce discípulos originales ordenados por Jesucristo de quién dijo sería "la Piedra de mi Iglesia" (Mateo 16:18), que la Iglesia considera como su primer papa. La Tradición sostiene que Pedro fue crucificado donde hoy se erige la Capilla Clementina y que sus huesos descansan debajo de la Basílica de San Pedro.
San Pablo, es un caso distinto. Su nombre judío era Saulo; era más joven que Pedro y no formó parte de los doce apóstoles directos de Jesús. En realidad, Saulo comenzó persiguiendo a los discípulos de Jesús en Jerusalén, pero un día mientras se encaminaba hacia Damasco se le apareció el Cristo resucitado como poderosa Luz que lo encegueció. Luego de tres días, recuperó la vista y "habiendo visto la Luz", se convirtió, cambio su nombre al de Pablo, y comenzó a predicar que Jesús de Nazaret era el Mesías y el Hijo de Dios.
Pablo fue un intelectual prolífico y brillante: catorce de los veintisiete libros del Nuevo Testamento son tradicionalmente atribuidos a él. Sus Epístolas forman la columna vertebral de la teología, la fe y el ritual cristianos, no solo para el catolicismo sino también para ortodoxos y protestantes.
Pablo predicó principalmente a los paganos y a menudo se lo conoce como "el Apóstol de los Gentiles", mientras que Pedro mantuvo unidos a los judíos convertidos a la nueva Fe a pesar de las grandes persecuciones.
Podríamos decir que el leal Pedro es el "corazón" de la Iglesia – la mismísima piedra sobre la cual fue erigida y hoy sigue en pie en Roma; mientras que el brillante Pablo fue el "cerebro" de la Iglesia, forjador del Dogma que se mantiene hasta nuestros días (o casi, luego del Concilio Vaticano II…)
En términos generales, casi podemos decir que Pedro y Pablo magistralmente fundaron juntos la estructural mundana, temporal y espiritual de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. No ha de sorprender entonces que el santoral de la Iglesia los honre juntos el 29 de junio, Fiesta de las Solemnidades de San Pedro y San Pablo.
Veamos ahora a la Iglesia de nuestros días.
¿Estaremos presenciando hoy un reflejo contemporáneo de aquellos dos magníficos fundadores de la Iglesia Romana – Pedro y Pablo – que trabajaron juntos, vivieron juntos y casi murieron juntos, en los dos pontífices que hoy también viven y trabajan juntos (y probablemente mueran juntos) en Roma, Francisco (el papa "verdadero") y Benedicto XVI (el papa "emérito" retirado)?
La Lista de San Malaquías
Malaquías fue un santo irlandés del siglo XI, arzobispo de Armagh, y el primer hijo de Irlanda a ser canonizado. Hoy, sin embargo, Malaquías es más conocido por la visión apocalíptica que tuvo mientras viajaba a Roma, que rápidamente anotó, en la que "vio" a los 112 papas que reinarían luego de su tiempo hasta el Día del Juicio Final y la Segunda Venida de Jesucristo.
Aquella "Lista de Malaquías" quedó olvidada durante cuatro siglos hasta que el monje benedictino Arnold de Wyon la descubrió y publicó en el año 1590, llamándola la "Profecía del Fin de los Tiempos". Muchos investigadores, sin embargo, la consideran una falsificación del siglo XVI.
Puede que así sea… Sin embargo, hay algo muy extraño en la manera en que las 112 oscuras frases en latín que Malaquías asignó a cada uno de los 112 futuros papas a partir del Clemente II, parecieron luego revelarse como verosímiles - sea de manera pequeña o portentosa - en los sucesivos obispos que a lo largo de los siglos ascenderían al trono de San Pedro.
Si se trató de una falsificación, ¡decididamente fue urdida de manera muy inspirada! O, como dicen los italianos, se non e vero e ben trovato.
Agreguemos a esto otro factor insólito: el del tiempo. Desde el momento en que Malaquías anoto su visionaria Lista, hemos visto algunos papas reinar largos años como Pio IX y Juan Pablo II (31 y 26 años, respetivamente), mientras que otros tuvieron reinados tristemente breves, como los 33 días de Juan Pablo I.
Ante semejantes enormes variaciones en la duración de los sucesivos papados, la Lista de Malaquías bien podría haberse desviado siglos enteros terminando demasiado pronto (hace ya siglos), o sino transcurriendo demasiado lentamente (teniendo aún siglos por cumplir); y sin embargo…
Aquí nos encontramos en el Año de Nuestro Señor de 2014, viendo al ultimo papa de la Lista de Malaquías en el trono de San Pedro: un hombre que acaba de cumplir 78 años y que no debiéramos esperar que viva demasiadas décadas más…
De manera que conviene no descartar tan a la liviana el mensaje del viejo San Malaquías, a pesar de que su insólita Lista haya sido manoseada y banalizada por quienes se adscriben al "New Age" o "Zeitgeist". Después de todo, no olvidemos que en su Irlanda nativa, Malaquías era arzobispo del pueblo de Armagh, que tiene claros ecos de Armagedón... A menudo, Dios escribe verdades derechas con renglones torcidos…
¿A dónde vamos desde aquí?
¿Se habrán activado algún sutil factor psicológico colectivo en este tema? ¿Lo que muchos hoy sienten como la proximidad de "tiempos finales apocalípticos", será el reflejo de algún arquetipo colectivo hasta ahora adormecido? ¿De lo que hablara e investigara tan profundamente el psicoanalista suizo Carl G Jung en el siglo pasado?
Sin embargo, también puede que exista un fuerte componente de profecía auto-cumplida en todo esto.
En 1935, el dramaturgo inglés T. S. Eliot escribió una obra teatral llamada "Asesinato en la Catedral", en la que relata el asesinato en su propia catedral de Canterbury de su arzobispo Tomás Becket por dos caballeros al servicio del rey Enrique II Plantagenet de Inglaterra.
Rey y arzobispo estaban enemistados por una lucha política respecto de quién debiera tener la última palabra en los asuntos mundanos: si el rey instalado en Londres o el papa instalado en Roma.
En una magnifica escena, al ver acercarse a los caballeros armados del Rey Enrique, monjes leales a Becket pretenden bloquear las puertas de la Catedral para proteger al arzobispo. Becket, sin embargo, da la orden que las puertas permanezcan abiertas de par en par, atrayendo así y por propia voluntad su martirio; una verdadera "Imitación de Cristo" en el sentido de que la profecía siempre "debe cumplirse", lo que a Becket le ganó la santidad.
Cuando antiguas profecías se tornan sagradas y se enquistan profundamente en la psique colectiva, suelen generar una cada vez más fuerte compulsión inconsciente entre los pueblos de vivirlas en el tiempo y el espacio; casi como si fueran una obra teatral o una ópera.
Esta fascinación colectiva no disminuye por el mero hecho de que sepamos exactamente como concluirá el drama, se trate del Asesinato en la Catedral, Hamlet, Macbeth, Fausto, el Anillo del Nibelungo wagneriano, o …. La Lista de Malaquías.
Secreto de Secretos
¿Se estará dinamizando, consciente o inconscientemente, la materialización de estas profecías desde los corredores más profundos y ocultos del Vaticano, que tantos secretos y misterios ocultan?
Veamos a los cuatro últimos papas de la Lista de Malaquías:
- Juan Pablo I (109 de la Lista): Malaquías lo denominó "De la media luna". El pobre Albino Luciani fue entronizado durante una media luna en 1978 y hallado muerto 33 días despues durante la siguiente media luna...
- Juan Pablo II (110 de la Lista) fue descripto como "De las labores del sol" (que algunos interpretan como del eclipse – labor - solar): Karol Wojtyła nació durante un eclipse solar y sus funerales solemnes se realizaron durante otro eclipse 84 años después…
- Joseph Ratzinger (111 de la Lista) es denominado "Gloria del olivo". El nombre elegido por Ratzinger honra a San Benedicto de Nursia, fundador de la orden de los benedictinos una de cuyas ramas son los Oliventinos...
Pero entonces el año pasado ocurrió lo inesperado: Benedicto XVI abdicó, generando gran expectativa respecto del siguiente, y aparentemente ultimo, papa. Pues la Lista de Malaquías concluye con el papa 112 al que en lugar de asignar una breve descripción, le coloca el siguiente mensaje tremendo: "Durante la última persecución de la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas (¿Roma? ¿Jerusalén?) será destruida y el tremendo Juez juzgará a su pueblo. Fin."
Ese papa 112 sería el argentino Jorge Mario Bergoglio quien felizmente no eligió como nombre papal el de Pedro. En verdad, desde el primer Pedro, jamás algún papa eligió el nombre Pedro, tabú no aplicado a Pablo (hubo seis papas con su nombre).
Si San Pablo fue el "cerebro" de la Iglesia, ¿podemos ver en Benedicto XVI su contraparte moderna? Un intelectual brillante, frio, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, hombre alejado de las cosas mundanas?
Y si Pedro fue la "piedra" sólida, emotiva y simple sobre la cual Jesús erigió su Iglesia, ¿será Francisco – que tan rápidamente conquistó los corazones de católicos y no católicos con su estilo cálido, simple, llano y sin sofisticación – su contraparte moderna?
Hace seis siglos que la Iglesia no tenía a dos papas vivos al mismo tiempo. Aunque San Pablo jamás fue papa, reunir hoy a "Pedro y Pablo" nuevamente para "juntar fuerzas" - por así decirlo - en estos tiempos tan desafiantes para la Iglesia y su grey no parece una mala idea.
Especialmente viendo como todos los pueblos son agredidos por una misma compacta y oscura elite de poder que se ha enseñoreado sobre el mundo. Innegablemente todo ello viene cargado de oscuros presagios.
Pues estos son tiempos de "guerras y rumores de guerras" promovidos por las élites enquistadas dentro de EEUU, el Reino Unido, la Unión Europea e Israel (que hemos dado en llamar los "Cuatro Jinetes del Apocalipsis"): Ucrania y Siria; Corea, África e Irak; Afganistán, Egipto y Malí; Somalia, India, Paquistán, Libia, Crimea y, Sudán; Chechenia e Irán; las parasitarias deudas impuestas por la internacional dorada y la amenaza creciente de la bomba atómica…
¿Estará tomando la Iglesia mucho más en serio a San Malaquías de lo que admite abiertamente? ¿Habrá considerado que hoy resulta particularmente prudente "prepararse para lo peor, mientras se reza para que ocurra lo mejor"?
Si resultara ser cierto que, con toda la sabiduría, información, Profecía, verdades secretas, evidencia condenatoria y evidencias inconfesables hoy escondidas en los recovecos y salones más profundos del Vaticano, la Iglesia misma se prepara para lo peor, entonces quizás todos nosotros haríamos bien en seguir su ejemplo.
Las tragedias políticas suelen ocurrir porque relatos vitales son suprimidos; información clave es ocultada, y lo obvio no es reconocido.
Miles de millones de hombres y mujeres en todo el mundo experimentarían un cambio colectivo de entendimiento si esas Verdades vitales fueran reveladas al mundo; si los verdaderos culpables fueran desenmascarados; si perversos buscapleitos fueran justicieramente castigados, y si los leales buscadores de la Verdad fueran escuchados y honrados.
Hoy, más que nunca, el mundo está necesitado de un Mensaje Vital.
Quizás ya sea hora que la Ciudad Eterna hable con total claridad y urgencia… Pues si la Verdad no ha de venir de Roma, inspirada en el espíritu de Pedro y Pablo y por voluntad divina, entonces ¿de dónde habría de venir esa Verdad que hoy los pueblos tanto anhelan y necesitan? El mundo espera con aliento contenido…
Feliz Navidad y Paz a los hombres de buena voluntad…
Adrian Salbuchi para RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conductor del programa de televisión "Segunda República" por el Canal TLV1 de Argentina. Fundador del Proyecto Segunda República (PSR) –
www.proyectosegundarepublica.com
Hipocresías con Alzheimer
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Es muy notable, casi increíble. ¿Cuándo, en las últimas décadas, el discurso de fin de año de un Papa a la Curia Romana ha tenido tanta repercusión en los medios del mundo? Ayer ocupó durante varias horas la primera plana de los portales electrónicos de los principales diarios del planeta.
¿Cómo se entiende? Yo veo solamente una respuesta: porque el papa Francisco le dijo a la Curia lo que el mundo le viene diciendo desde hace años. Las palabras del Pontífice tuvieron tal repercusión porque son las mismas palabras las mundo.
Viéndolo desde otro costado: Bergoglio construye su poder basado en las fuerzas de este mundo: sus medios de prensa, sus tejes y manejes políticos, sus slogans y sus ideales y, para hacerlo, no tiene otra opción que canibalizar a la propia Iglesia. Y no le importa. Y lo hace cotindianamente. Es probable, por ejemplo, que festeje esta Nochebuena como lo hizo el año pasado: comiendo con judíos sandwiches sin jamón en la sacristía de San Pedro.
El Papa Francisco le habla al mundo y se debe al mundo. No le habla a los católicos sino para criticarlos y despellejarlos. ¿Será que pretende ganar de ese modo al mundo para Cristo? No lo creo capaz de tal ingenuidad.
Como decía ayer un encumbrado miembro de la Curia, entusiasta de las reformas francisquistas: “¿Es que este hombre dirá alguna vez algo positivo sobre nosotros?”.
El Papa Bergoglio tiene la infalible habilidad de retratarse cuando hostiga, sólo habla de sí y consigo. Estamos ante un autorretrato espiritual involuntario: “terrorismo de las habladurías”, “murmuración asesina”, “esquizofrenia existencial”, “Alzheimer espiritual”, “narcisismo”, son sus autodiagnósticos, en un juego de espejos que no puede percibir, característica típica de personajes enfermos y peligrosos.
"Oí una gran voz en el cielo que decía: Ahora llega la salvación, el poder, el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios de día y de noche".
Apocalipsis 12, 10.
The Wanderer
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Le Figaro: Guerra secreta en el vaticano. De qué manera el Papa Francisco revuelve la Iglesia
LE FIGARO MAGAZINE
VIERNES 19 Y SÁBADO 20 DE DICIEMBRE
Guerra secreta en el vaticano.
De qué manera el Papa Francisco revuelve la Iglesia.
Todos los sondeos muestran la popularidad planetaria del Papa Francisco. Pero, en el seno de la Iglesia, sus métodos de trabajo y algunas de sus ideas suscitan resistencia.
Jean-Marie Guénois relata los enfrentamientos que sacuden a la curia romana. Jean Sévillia nos describe la forma con la que este Papa, que trae un nuevo estilo, es percibido por los católicos franceses.
POR JEAN-MARIE GUÉNOIS
SU GUARDIA MÁS CERCANA.http://www.adelantelafe.com/wp-conte...ro-232x300.jpg
CARDENAL SEAN PATRICK O’MALLEY, arzobispo de Boston, despiadado con los asuntos de pedofilia. Aconseja al Papa muy de cerca.
CARDENAL OSCAR MARADIAGA. Este hondureño ha propuesto al Papa nombrar un matrimonio para un cargo clave de la curia romana.
CARDENAL GEORGE PELL. Este australiano es prefecto del nuevo secretariado para los asuntos económicos de la Santa Sede.
CARDENAL WALTER KASPER. Abogado del ecumenismo, este alemán es partidario del acceso a los sacramentos de los católicos divorciados y vueltos a casar.
CARDENAL REINHARD MARX, Arzobispo de Múnich, presidente de la conferencia episcopal alemana, quiere “una Iglesia que cierre”.
Una vez elegido Papa, Francisco ha roto enseguida con la cortesía de Europa y sus viejas costumbres. Es una “abuela estéril”, lanzó en Estrasburgo, a principios de diciembre, hablando del Viejo Continente. Todo lo que el papado conservaba de “imperial”, se ha desmoronado. Nada de genuflexiones delante de él. Menos aún el besamanos. Este Papa, que se siente antes obispo de Roma –la palabra “Papa” sale poco de sus labios-, ¿no le ha echado en cara su sotana, hace unos días, a un prelado que recibió para una reunión de trabajo? Basta el clergyman como vestimenta.
El 13 de marzo de 2013, cuando el cardenal Jorge Mario Bergollio, el irreductible cardenal-arzobispo de Buenos Aires, asumió el gobierno de la barca de Pedro, todo el mundo ha saludado a este “Papa que ha venido de fuera”, pero no se midió bien, entonces, hasta qué punto su origen le llevaría a mirar al mundo desde otra perspectiva: desde abajo, desde el hemisferio Sur.
Desde fuera, este Papa gusta. Como nunca antes: su brillantez, sus frases chocantes, sus gestos espectaculares han tenido éxito. Pero este estado de gracia se difumina entre los círculos dirigentes de la Iglesia. Incluso parece que algo se ha tambaleado desde el sínodo de la familia de otoño de 2014. Como si de la tormenta surgiese una majestuosidad que no se había manifestado a priori tras la elección papal. Y el cúmulo de indicios autoriza a preguntarse: ¿no se expone la Iglesia católica a afrontar una tempestad para fines de 2015, tras la segunda sesión del sínodo sobre la familia?
Dos razones fundamentales explican este contrasentido. En primer lugar, la visión eclesial de Francisco. Aunque es de espiritualidad clásica, parece claramente, ahora, que está directamente inspirado y aconsejado por las corrientes católicas herederas de la visión más progresista del Vaticano II. El contraste es más llamativo si tenemos en cuenta que estas tendencias fueron combatidas –frontalmente- por Juan Pablo II y por Benedicto XVI. Sin embargo, la Iglesia no puede “empequeñecerse”, como dice el Papa, ni a la derecha ni a la izquierda, solo cuenta que esta última “sensibilidad” está hoy al mando.
El segundo factor que explica esta degradación del clima eclesial: los métodos de Francisco. Decidido a conducir el cambio, practica un modo de hacer inspirado en la cultura viril de los argentinos, que le lleva a golpear… sin ponerse los guantes. Por tanto, hay añicos en esta tienda de porcelana que es también el Vaticano.
“Él se ocupa de todo”, se afirma en las oficinas que dominan la plaza de San Pedro. Este Papa es un patrón, efectivamente. El último ejemplo, como dato: el despido, sin explicaciones, del comandante de la Guardia suiza, Daniel Anrig, nombrado por Benedicto XVI. ……. Ha tocado, esta vez, a un obispo de Paraguay considerado muy conservador, Mons. Rogelio Livieres Plano. Acusado de distintos asuntos, y demostrando que no estaba implicado, este miembro del Opus Dei ha sido obligado a dimitir, el 25 de septiembre, denunciando su disgusto por no haber podido explicarse ante el Papa.
CUANDO GOLPEA, EL PAPA NO SE PONE GUANTES DE BOXEOUn pontificado que golpea por tanto. ¡En Argentina, su país de origen, Francisco ha desplazado o nombrado, en menos de año y medio de reinado, nada menos que… a 26 obispos de 74! Es decir, poco más de un tercio. Una fuente bien informada de ese país, muy cuidadoso para no ser identificada, considera que estos nombramientos van “todos en el mismo sentido”.
LOS CONTESTATARIOS.
CARDENAL WALTER BRANDMULLER. Este alemán se ha opuesto a las tesis del cardenal Kasper respecto al matrimonio y la familia.
CARDENAL RAYMOND LEO BURKE. El Papa ha retirado de su función en la curia a este estadounidense juzgado por él como demasiado conservador.
CARDENAL VELASIO DE PAOLIS. Este teólogo italiano se ha posicionado también muy fuertemente contra el cardenal Kasper.
CARDENAL CARLO CAFFARRA. Muy escuchado por Juan Pablo II y por Benedicto XVI, este italiano se opone al cardenal Kasper.
Otro ejemplo que ha saltado a los titulares, este otoño, en los Estados Unidos. El 20 de septiembre, Francisco ha nombrado para Chicago, una de las diócesis más importantes del país, a Mons. Blase J. Cupich, el obispo norteamericano considerado de los más progresistas. Francisco ha cogido totalmente a contrapié a la tendencia dominante entre los católicos estadounidenses, mucho más clásicos y “pro-vida”. La primera decisión del nuevo arzobispo, el 24 de octubre, fue abandonar el palacio episcopal sito en el distrito de alto nivel de Gold Coast para vivir en un lugar más modesto.
En Roma, el prefecto encargado del nombramiento de obispos, el cardenal canadiense Marc Ouellet, nombrado por Benedicto XVI, ha sido sobrepasado por su número 2, amigo de Francisco. El mismo método en el sector de la liturgia: el 24 de noviembre, el Papa ha colocado al muy conservador cardenal africano Robert Sarah a la cabeza de la Congregación para el culto divino, pero no sin haber cambiado antes, el 5 de noviembre –con “efecto inmediato”- a los que debían ser sus adjuntos: el inglés Anthony Ward y el español Miguel Ferrer Grenesche, dos prelados cercanos a la línea de Benedicto XVI en tal materia. Han sido reemplazados por un italiano, defensor de una vuelta a la liturgia moderna, el padre Corrado Maggioni.
Caso, por último, muy emblemático: el desplazamiento del cardenal Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal de la signatura apostólica. Nombrado por Benedicto XVI, se ha atrevido a expresar públicamente su desacuerdo con el Papa Francisco sobre la cuestión de los católicos divorciados y vueltos a casar y de los homosexuales. Consecuencia: dos semanas después de acabado el sínodo, el 8 de noviembre, ha sido degradado y “nombrado” capellán de la Orden de Malta.
“Su forma de gobernar desconcierta”, confiesa un alto responsable de la Santa Sede, considerado por su moderación. Apoyándose en esta serie de hecho, unos cuantos –que es preciso catalogar como “contrarios” a la línea del Papa Francisco, incluso si la Iglesia no es una organización política- han inventado un neologismo para caracterizar lo que denuncian: ¡la “desratzingerización” de la curia! Esta expresión, caricaturesca, da una idea de las tensiones presentes.
“El clima interno no es bueno. El miedo impera pues nadie a día de hoy está seguro de su futuro, puesto que la Santa Sede era, por encima de todo, sinónimo de estabilidad”, explica un laico que trabaja en el Vaticano. Informado de este mal ambiente dentro de su propia casa, Francisco ha convocado a todos los empleados del Vaticano, para el 22 de diciembre, a una reunión inédita. Andrea Riccardi, fundador de San Egidio, cercano a Francisco, justifica siempre estos golpes de timón.
Llamado para ocupar altas funciones en la curia, este laico escribe, el 22 de octubre, en el portal Vatican Insider: “El gobierno actual es el que dejó Benedicto XVI. Y es precisamenteen el equipo de su gobierno en el que Francisco encuentra las resistencias más fuertes al cambio. La reforma de la curia no puede limitarse a l a fusión de algunos dicasterios. El Papa tiene necesidad de colaboradores que estén en sintonía con él”.
En sí misma esta reforma no es revolucionaria. Su estructura debería estar publicada hacia mitad de febrero. Las dos medidas estelares consisten en suprimir todos los actuales consejos pontificios, que podrían compararse a las secratarías de Estado en el gobierno francés, para reunirlos en dos Congregaciones, lo equivalente a nuestros ministerios. Una de esas nuevas Congregaciones estaría encargada del mundo de los laicos, la otra de las cuestiones de justicia social. Pero es el espíritu de esta reforma lo que suscita más temores.
El cardenal Maradiaga es uno de los más cercanos consejeros del Papa ya que coordina el consejo de los ocho cardenales (“G8“ luego “G9”, con la admisión en este círculo del cardenal Pietro Parolin, el secretario de Estado del Vaticano). Explica que “la curia no puede ser considerada como la corte papal, ni como un super-gobierno de la Iglesia centralizada, sino como una estructura ágil al servicio del ministerio del Papa”.
EN EL PUNTO DE MIRA,“Una estructura ágil”, he ahí el cambio. Un documento interno, no hecho público, nos da el alma: los cardenales, los todopoderosos jefes de los dicasterios, serán reemplazados por prelados o por laicos, considerados como expertos en sus campos propios, para ayudar a gobernar en concreto al Papa. Si son obispos, no se convertirán automáticamente en cardenales. El tiempo de unos príncipes-cardenales alrededor de un rey-papa ha sido finiquitado.
LOS QUE MANTIENEN
LA LÍNEA RATZINGER.
Detrás de todo esto, Francisco conduce una guerra contra “el carrerismo eclesial”, así está escrito en el texto, pero pretende gobernar también según una modalidad sinodal. Si bien él es el único que decide, quiere apoyarse en procesos de maduración colectiva en los que serán consultados estructuralmente los obispos de campo y las conferencias episcopales. Esto viene de bastante lejos: con Benedicto XVI, el Secretario de Estado, el cardenal Bertone, había cogido todas las riendas. En ocho años de pontificado, el consejo de los jefes de dicasterio, los ministros, no se habían reunido más que dos o tres veces, y de un modo formal… este exceso provocó la exasperación de los cardenales que han exigido esta reforma. Pero esta reforma refuerza al Papa… A día de hoy, la política reformadora de Francisco la lleva a un cierto aislamiento. Pues, manteniendo a distancia a su administración natural, la curia, porque no tiene confianza en ella, el Papa se apoya en un equipo muy restringido y no siempre experimentado. Para las grandes decisiones, consulta a su consejo de cardenales, el G9, pero estos hombres no viven en Roma y solamente van allí cada dos meses. Un viejo “pateador” del Vaticano, italiano –conoce la casa desde niño, pues sus padres ya trabajaron también allí- puede perfectamente concluir: “Este Papa reformador está solo. Desconfía de demasiada gente. Pero algunos de sus consejeros, más realistas que el rey, empujan a veces demasiado lejos. No le hacen ningún servicio”.
Detrás del timonel, están los hombres de la maniobra inmediata, los cardenales Maradiaga o Marx, en particular, miembros del G9, para mantener el tipo. Pero hay también teólogos que definen los nuevos conceptos. Son tres: el cardenal alemán Walter Kasper, el obispo italiano Bruno Forte y el obispo argentino Víctor Manuel Fernández. Ha sido este trío el que ha encendido el fuego en el sínodo de la familia. Hasta el punto de haber provocado el bloqueo de la asamblea que no ha votado –los dos tercios requeridos- los pasajes discutidos respecto a los divorciados vueltos a casar y los homosexuales.
El documento preparatorio del sínodo de la familia, encargado, en febrero de 2014, por el Papa Francisco al cardenal Walter Kasper (aquí al lado), ha desencadenado una batalla en el seno de la curia romana.Solicitado repetidas veces por Le Figaro Magazine para mantener una entrevista análoga a la que nos concedió el cardenal estadounidense Raymond Burke, adversario de estas tesis, el cardenal Kasper no ha encontrado el momento para la entrevista, pero tenemos aquí lo que nos ha respondido por escrito: “No estoy disgustado. Lo que se viene en llamar ‘el efecto Francisco’ se extiende lentamente. Por consiguiente estoy convencido de que llegaremos a un acuerdo bastante amplio hacia el final del próximo sínodo. Por tanto, no hay ningún motivo para dramatizar esta situación como lo han hecho algunos medios. Pero es preciso evitar igualmente el concentrar demasiado los debates en los puntos calientes, como la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Hay problemas mucho más fundamentales y urgentes en el contexto del matrimonio y de la familia, que debemos debatir conjuntamente”.
Como táctica, mons. Forte, el secretario del sínodo, para nada se desconcierta: “En el Concilio Vaticano II, explica, las verdaderas revoluciones se han hecho en los debates de las sesiones”. El prelado espera por tanto que los ánimos evolucionen a favor de las reformas, de aquí al próximo octubre, en la segunda sesión del sínodo. Pero paga muy caro su compromiso: candidato, a mitad de noviembre, a la vicepresidencia de la Conferencia episcopal italiana, fue derrotado ampliamente. La elección seguía al sínodo. Este fracaso fue percibido como un mensaje al Papa. De la misma manera, particularmente en África y en los Estados Unidos, los obispos han elegido, para la próxima asamblea, representantes especialmente contrarios a cualquier evolución. Sin embargo, estas tensiones galvanizan en Mons. Fernández, hombre clave de la triada, portador de una teología de corte muy progresista. Es “el” teólogo de Francisco. Los que se oponen al Papa. A sus ojos, son “fanáticos”. El 21 de octubre, al día siguiente del sínodo, ha confiado al diario argentino La Nación haber tenido que combatir a un “grupo de seis o siete prelados, muy fanáticos y muy agresivos, pero que no representan más que el 5% del total”. Palabras que confirma en un libro-entrevista publicado precisamente estos días en Roma.
LA ORDENACIÓN SACERDOTALEn este contexto tan conflictivo, el Papa Francisco trata de tranquilizar a fin de calmar a una opinión católica inquieta. En este sentido ha hablado tres veces en una semana: “Las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio, es decir, la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida” serán mantenidas, garantizó el 10 de diciembre. La víspera, sin embargo, hizo enviar a todas las conferencias episcopales diversos “puntos de profundización” de cara al próximo sínodo que parecen confirmar la reforma que está en camino. El documento insiste otra vez y muy claramente en los dos puntos que no tuvieron la aprobación de los dos tercios de la asamblea: el acceso a la comunión de los divorciados y vueltos a casar y la acogida a las personas homosexuales…
DE HOMBRES CASADOS
ENSAYADA EN BRASIL.
Otro dossier se perfila igualmente en el horizonte, pero esta vez muy discretamente: la ordenación de hombres casados, los viri probati, hombres en edad madura y de fe probada a los que la Iglesia conferiría el sacerdocio. En octubre, el Papa ha encargado a mons. Edwin Kräutler, un obispo brasileño de origen austriaco que le había pedido permiso para avanzar en este sentido, que le haga diversas propuestas. Apoyado por el cardenal Claudio Hummes, un amigo muy cercano del Papa (Francisco le había pedido estar a su lado en su primera aparición en el balcón de San Pedro), este obispo acaba de obtener de la Conferencia de los obispos brasileños la creación de un “comisión de estudio para la ordenación de hombres casados”. El proyecto ha sido ya puesto en marcha. Roma no hará otra cosa sino autorizar ad experimentum algunos casos en Brasil. “El episcopado alemán está preparado igualmente para esta “experiencia”.
¿Qué quiere, pues, Francisco? Un español que le conoce particularmente bien, ya que es el superior de los jesuitas, el padre Adolfo Nicolás, corrobora que Francisco no pretende hacer una reforma, sino una “revolución”. Si va hasta el final, “las consecuencias de estos cambios serán de una gravedad inaudita”, se intranquiliza el cardenal italiano Velasio De Paolis.
¿Hasta dónde irá pues Francisco respecto a las cuestiones morales en particular? A su regreso de Estrasburgo, preguntado sobre el sínodo, el Papa ha eludido el rumbo que ha tomado, insistiendo sobre el método: “Siamo in camino”, ha proclamado, “Estamos en camino”.
JEAN-MARIE GUÉNOIS
Le Figaro: Guerra secreta en el vaticano. De qué manera el Papa Francisco revuelve la Iglesia | Adelante la Fe
Si es cierto que tienen en mente hacer todo eso, lo único que puedo decir, es que san Malaquías acertó en su predicción sobre los papas con una precisión matemática.......y seremos NOSOTROS los que tengamos que contemplar el fin (que no sé cuánto podrá durar, si meses, años o décadas). Pero en todo caso y aunque en el fondo no prevalezcan "las puertas del infierno", la Iglesia como ha sido en 2000 años habrá dejado de existir.
La humildad del Papa Francisco
- ¿Se enteró Wanderer? Ya salió la revista dedicada exclusivamente al Papa Francisco.
- No lo creo.
- Aquí le estoy mostrando la tapa. Y aquí puede consultar el sitio web. Es un semanario.
- ¿Un semanario? Pero eso es un disparate... Debe ser algún neocon enajenado.
- No, no. Tiene el apoyo de Bergoglio. Fíjese que el director ha tenido una entrevista de una hora con el Pontífice, y aparecen abrazados en la portada.
- Pero esto no se puede creer, o más bien, yo podría creerlo de un papa como Pío IX, personalista y monárquico, pero del Papa Francisco, tan despojado de los oropeles del mundo, abierto, popular y democrático. ¿Cómo se entiende?
- ¿Se entiende?
- La verdad que cuesta. ¿Qué pasaría si en Alemania apareciera una revista titulada "Mi canciller", y se dedicara todas las semanas a promover el culto de Angela Merkel? Todos pondría el grito en el cielo: "Apareció un nieto de Goebbels"; "El nazismo y el culto a la personalidad del líder de regreso en Alemania", serían los titulares de los diarios. Ni a La Cámpora se le ocurrió crear una revista dedicada a Cristina...
- Bueno Wanderer, pero hay una diferencia: usted está comparando a gobernantes del mundo con el Vicario de Cristo...
- Pues entonces que funden una revista titulada "Il mio Signore Gesú Cristo" y no "Il mio Papa". Al final, ¿quién es el importante? ¿El titular o el suplente?
- ¡Qué disparate!
- Y fíjese bien: el mismo Papa que rechazó obstinadamente toda la pompa con la que la Iglesia rodeó desde hace siglos el ministerio petrino: muceta y zapatos colorados, estolón, ornamentos preciosos, etc., es el Papa que permite y alienta la pompa que recibe de los medios mundanos.
"Adorarán a la Bestia todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado". Apocalipsis 13, 8.
The Wanderer
The Wanderer: Último tango en San PedroCita:
Último tango en San Pedro
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Quizás los historiadores del futuro recordarán que en 2014, en la plaza de San Pedro, se bailaba el tango mientras que los cristianos eran masacrados en Oriente y la Iglesia se encontraba al borde del cisma. Esta atmófera de ligereza e inconsciencia no es nueva en la historia. En Cartago, recuerda Salviano de Marsella, se bailaba y daban festines en la vigilia de la invasión de los Vándalos y en San Petersburgo, según el testimonio del periodista americano John Reed, mientras los bolcheviques conquistaban el poder, los teatros y restaurantes seguian estando repletos de público. El Señor, como dice la Escritura, enceguece a quien quiere perder (Jn. 2, 27-41).
El drama principal de nuestro tiempo no es, sin embargo, la agresión que viene del exterior, sino el misterioso proceso de autodemolición de la Iglesia que está llegando a sus últimas consecuencias, después de haber sido denunciado por primera vez por Pablo VI en el famoso discurso al Seminario Lombardo del 7 de diciembre de 1968. La autodemolción no es un proceso fisiológico. Es un mal que tiene responsables. Y los responsables son en este caso aquellos hombres de Iglesia que sueñan con sustituir el Cuerpo Místico de Cristo con un nuevo organismo, sujeto a una perpetua evolución sin verdad y sin dogmas.
Un cuadro impresionante de la situación ha sido ofrecido hacia fines de 2014 por dos dossier sobre la Iglesia, publicados respectivamente por el diario francésFigaro y por el italiano Repubblica.
El Figaro, un diario de centroderecha, conocido por su moderación, dedicó su suplemento de diciembre “Figaro Magazine”, al tema Guerre secrète au Vatican. Comment le pape François bouleverse l’Eglise [publicado en español en elWanderer]: 11 páginas, con la coordinación de Jean-Marie Guénois, considerado uno de los vaticanistas más competentes.
“Algo parece parece agitarse en la Iglesia después del Sínodo sobre la familia del otoño de 2014 –escribe Guénois- y la acumulación de los indicios autoriza a preguntarse: ¿no hay riesgo de que la Iglesia enfrente una tempestad hacia fines de 2015, después de la segunda sesión del Sínodo sobre la familia?” Guénois revela la existencia de una “guerra secreta” entre los cardenales que no tiene como finalidad la conquista del poder. Lo que está en curso es una batalla de ideas que tiene como objeto principal la doctrina de la Iglesia sobre la familia y el matrimonio. El Papa Francisco es acusado, dentro de la Curia, de una gestión autocrática del poder que el periodista francés resume en la fórmula: “Cuando el Papa golpea, no usa guantes de boxeo”, pero el verdadero problema es su visión eclesial, inspirada y aconsejada por las corrientes más progresistas del Vaticano.
Según Guénois, son tres los teólogos los que definen los nuevos objetivos: el cardenal alemán Walter Kasper, el obispo italiano Bruno Forte y el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández. “Este es el trío que ha encendido la pólvora durante el Sínodo sobre la familia”. Kasper es el ariete para la admisión a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, Forte es el autor de la legalización de la homosexualidad y Fernández el exponenete de la teología peronista del pueblo.
Guénois entrevistó al cardenal Burke sobre lo ocurrido en el Sínodo quien, como es habitual, se expresó con total claridad: “El Sínodo fue una experiencia difícil. Había una línea, la del cardenal Kasper, con la que se alinearon los que tenía el gobierno del Sínodo. De hecho, el documento intermedio parecía que había sido escrito antes de las intervenciones de los Padres sinodales. Y escrito según una sola línea, la del cardenal Kasper… Además se introdujo la cuestión homosexual –que no tiene nada que ver con el matrimonio- buscando en ella elementos positivos (…) Todo ha sido muy desconcertante. Como también el hecho de que en el documento final se hayan mantenido los párrafos sobre la homsexualidad y sobre los divorciados vueltos a casar aunque no hayan contando con la aprobación de la mayoría de obispos necesaria. (…) Estoy muy preocupado –agregó el cardenal Burke-, y llamo a todos los católicos, laicos, sacerdotes, obispos, a dedicarse, desde hoy hasta la próxima asamblea sinodal, a fin de poner luz sobre la verdad del matrimonio”.
Que las preocupaciones del cardenal Burke están justificadas lo demuestra el suplemente semanal de la Reppublica del viernes 27 de diciembre de 2014, dedicado enteramente a una investigación sobre la Iglesia: 98 páginas con 20 artículos, en los que se describe “la nueva era de Francisco, entre adversarios, santos, perseguidos y pecadores”.
El campeón de la Repubblica es el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising, que confirma su apertura a los divorciados vueltos a casar y a las parejas homosexuales, niega la decadencia moral de Occidente y afirma que la “así llamada secularización es un desarrollo necesario de la libertad. Y una sociedad libre es un progreso según el verdadero punto de vista del Evangelio”. Francisco, explica, “quiere conducir a la Iglesia a la fuerza originaria de su testimonio. Tiene una clara visión de lo que quiere, pero no sigue un plan fijado, personal o prestablecido, ni un programa de gobierno. Lanza señales y da ejemplo, como ha hecho en el Sínodo dedicado al matrimonio y a la familia”.
En el mismo dossier, Marco Ansaldo, en una entrevista con el título “Franzoni, la venganza del ex abad rojo”, concede un amplio espacio a Giovanni Franzoni, ex abad de la basílica de San Pablo Extramuros, subrayando cómo las posiciones doctrinales por las cuales fue condenado se acercan ahora a las del Vaticano. Franzoni fue expulsado del estado clerical por su “sí” a las leyes del divorcio y del aborto y por su declaración de votar a favor del Partido Comunista. Casado con una periodista atea japonesa, hoy no reniega de sus ideas y afirma haber “descubierto la sexualidad como enriquecimiento total y no como privación de energías que deberían ser dedicadas al Señor”.
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Según algunas indiscreciones, el Papa Francisco tendría la intención de admitir al sacerdocio a algunos laicos casados (los así llamado viri probati) y de reintegrar a la administración de los sacramentos a sacerdotes casados que hayan sido reducidos al estado laical como al mismo Franzoni o al ex franciscano y teólogo no-global Leonardo Boff, que vive actualmente en Brasil junto a una compañera. El 17 de diciembre Boff, que pasó de la teología de la liberación a la eco-teología, confirmó a Ansa de haber enviado al Papa, respondiendo a su pedido, material para la próxima encíclica, y el 28 de diciembre, en polémica con Vittorio Messori, expresó a “Nosotros somos Iglesia” su apoyo al Papa Francisco contra un escritor nostálgico, con estas palabras: “Es sumamente importante una Iglesia abierta como la quiere
Francisco de Roma. Es necesario que sea abierta a la irrupción del Espíritu llamado por algunos teólogos la ‘fantasía de Dios’, en razón de su creatividad y novedad, en la sociedad, en el mundo, en la historia de los pueblos, en los individuos, en las Iglesias y también en la Iglesia católica. Sin el Espíritu Santo, la Iglesia se convierte en una institución pesada, aburrida, sin creatividad y que, en un cierto punto, no tiene nada que decirle al mundo más allá de doctrinas sobre doctrinas, sin suscitar esperanzas y la alegría de vivir”.
¿Quién puede negar la existencia de una confusión absoluta? El tango bailado en San Pedro el 17 de diciembre de 2014 por el cumpleaños del Papa Francisco recuerda a otra música: la que sonaba sobre el Titanic la noche de la tragedia. Pero en esa ocasión, la punta del iceberg apareció de improviso, y los danzantes no eran conscientes del desastre inminente. Hoy el iceberg es visible y hay quienes brindan por el imposible naufragio de la Barca de Pedro. Pero muchas personas están alarmadas y tienen la fuerte sensación, como dijo el cardenal Burke, que la Iglesia es un barco a la deriva. Nosotros estamos entres estos y por este motivo no saludamos al 2015 con bailes y fuegos artificiales, sino con la firme decisión de obedecer la llamada del mismo cardenal Burke a combatir, desde hoy y hasta el próximo Sínodo, y después también, para defender la verdad del Evangelio sobre el matrimonio.
Roberto De Mattei
Publicado en Il Floglio.
[Traducción de Wanderer]
¿MÁS CARDENALES? ¿PARA QUÉ?
Aun sabiendo que ni el feroz otomano vencido en Lepanto debió ser tan peligroso para la suerte del nombre cristiano como lo son las últimas generaciones de prelados, aun en la convicción de que el detalle ominoso que espiguemos en la trayectoria de uno u otro cardenal no hará más que sumarle un trazo a la cebra, no deja el horror de renovarse al comprobar lo obvio y esperado: los frutos podridos de la prolongada infición modernista de la Iglesia. Nihil novum sub sole, pues, cuando hablamos de la apostasía pública y notoria de tal o cual miembro del Colegio. Ni que la púrpura que hoy se concede ya no simboliza la sangre de los mártires sino el rubor, la vergüenza que debiera cubrir por entero a muchos de los portadores de tanta dignidad.
http://4.bp.blogspot.com/-8TnKj4ot4E...%2B%285%29.jpg Nos lo hacíamos a Ricca, el querendón, de púrpura
Los medios católicos de internete titularon hoy cosas como «Francisco, imprevisible» o «El Papa de las sorpresas», al comprobar que muchos de los "nombres puestos" para vestir la birreta roja resultaron felizmente desahuciados, tales el impresentable de Tucho Fernández, o los monseñores Bruno Forte, Piero Marini y Enzo Bianchi, entre otros demoledores. E incluso algunos se apresuraron a reconocer con alivio que dos o tres nombres de la lista corresponden a prelados proclives a la celebración de la ahora llamada forma extraordinaria del Rito Romano, como el mexicano Alberto Suárez Inda o el italiano Edoardo Menichelli. Una mayor indagación, en todo caso, y para no alentar mayores expectativas de coherencia en estos perfectos hijos de nuestro tiempo, comprueba rápidamente cómo el propio Menichelli supo manifestarse favorable a la concesión de la comunión a los re-casados y al reconocimiento de las coyundas sodomíticas, pese a no estorbarle a ningún de sus subordinados la celebración coram Deo. Se trata, parece, de un caso de pluralismo tan extremo como para hacer saltar por aire toda afirmación conclusiva. Misma preferencia manifestó el pontífice por otro de los prelados promovidos en la ocasión, como el neozelandés Dew, contra el natural candidato australiano y arzobispo de Sydney, mons. Anthony Colin Fisher, reacio éste a las novedades que pretenden introducirse en la disciplina de los sacramentos, según lo informa Sandro Magister. «Todo como Francisco lo manda, él solo», titula el vaticanista, que entiende que estas nóminas señalan «en qué dirección corren sus simpatías en lo tocante a la pastoral de la familia».
Otrosí se diga de las fobias bergoglianas: en condiciones normales se hubiese dado por descontado, por razón del prestigio de la Sede, el cardenalato del patriarca de Venecia, a la sazón monseñor Francesco Moraglia. Pero éste cuenta en su contra el pertenecer a la escuela del cardenal Siri, afección para la que no se entiende prescribir el fármaco conocido como misericordina ®.
No pudiendo, con todo, abarcar la amplitud de las nóminas -que Francisco se guardó representasen a los cinco continentes y a la entera rosa de los vientos-, como rioplatenses que somos queremos solamente aludir, al pasar, a los dos neo-purpurados de nuestras latitudes. Para muestra basta un botón: ahí lo tenemos al arzobispo de Montevideo, monseñor Sturla, que hace unos pocos meses, según lo comentáramos aquí, «se reunió con dirigentes de los colectivos gays y transexuales del país para pedirles disculpas en nombre de la Iglesia Católica por las continuas agresiones verbales recibidas desde la Iglesia», contándose al parecer entre estas agresiones el pasaje paulino que dice que «ni los afeminados ni los sodomitas heredarán el Reino de Dios» (I Cor 6,10). El otro es el actual arzobispo emérito de Tucumán, monseñor Villalba, partícipe junto con el entonces cardenal Bergoglio de una vergonzosa declaración episcopal acerca del juicio al que fuera sometido el padre Christian Von Wernich, juicio preñado de toda suerte de irregularidades en el que triunfó una vez más la venganza bolchevique, y con el que sus respectivas eminencias se esforzaron en exhibir su más pleno asentimiento. Recomendamos la lectura de una carta a los obispos sobre el inicuo juicio en cuestión, que fuera oportunamente difundida y que sirve a retratar a sujetos como monseñor Villalba.
Ateniéndonos a las abrumadoras evidencias de rigor en estos casos, es más que presumible que esta gente haya acabado por perder la cuenta de sus traiciones contra Cristo y su Iglesia. Encaramados precisamente a causa de las mismas, que no por sus méritos, más que la recepción de los atributos cardenalicios debieran presentarse a suscribir en masa el Actus formalis defectionis ab Ecclesia Catholica, y veríamos acaso un período de gloriosa restauración. Pero esto es soñar despierto. Cumplirá a los ángeles el día menos pensado, el día que estos cretinos crean celebrar victoria, cumplirá a los ángeles separar la cizaña del trigo.
http://4.bp.blogspot.com/-Y73prfkdP3...0001803627.jpg Los monseñores Bergoglio y Villalba, ambos con la cruz escondida,
y monseñor Arancedo, posando con miembros de la Corte Suprema
de Justicia, consumados y notorios enemigos de Cristo
In exspectatione
Después de tantos artículos posteados donde le buscan al Santo Padre hasta el pelo en la sopa (los de The Wanderer ya no saben que encontrarle), les dejo estos dos, veremos que le encontarán después:rolleyes::
Visto en: Religión en Libertad.Cita:
El Papa bautiza a 33 niños: «Enseñen a sus hijos que no se puede ser cristiano fuera de la Iglesia»
«Los bautizados somos “cristianos”, consagrados como Jesús por el Espíritu Santo, por ello, queridos padres, queridos padrinos y madrinas, ayuden a sus hijos a ser verdaderos cristianos “consagrados” en el Espíritu Santo». Es la exhortación del Papa en su homilía en la solemnidad del Bautismo de Jesús, celebrada en la Capilla Sixtina, durante la cual bautizó a 33 niños.
Comentando las lecturas bíblicas que la liturgia nos presenta este día, Francisco recordó la importancia de la Palabra de Dios en la vida de los creyentes. «Como un buen papá y una buena mamá, Dios quiere dar cosas buenas a sus hijos. Y ¿qué cosa es este alimento sustancioso que Dios nos da? Es su Palabra: su Palabra nos hace crecer, nos hace producir buenos frutos en la vida, como la lluvia y la nieve hacen bien a la tierra y la hacen fecunda. Así ustedes, padres, y también ustedes, padrinos y madrinas, abuelos, tíos, ayudarán a estos niños a crecer bien si les dan la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús».
E hizo una comparación con el alimento físico: «Ustedes mamás den a sus hijos la leche (incluso ahora, si lloran por hambre amamántenlos, ¿eh?, tranquilas). Agradezcamos al Señor por el don de la leche, y oremos por estas mamás –son muchas, lamentablemente– que no están en condiciones de dar de comer a sus hijos. Oremos y tratemos de ayudar a estas mamás».
Explicando la importancia de este sacramento, el Sucesor de Pedro dijo que la Palabra de Dios hace crecer la fe, y gracias a la fe nosotros somos generados de Dios y es esto lo que sucede en el Bautismo. En esta fe los niños son bautizados, en la fe de los padres, padrinos y madrinas. Es la fe de la Iglesia, dijo el Papa, en la cual estos pequeños reciben el bautismo. Pero mañana, con la gracia de Dios, será su propia fe, su personal “si” a Jesucristo, que nos dona el amor del Padre.
Además subrayó que el bautismo nos incorpora a la Iglesia, nos hace miembros de ella gracias a la fe que recibimos y que nos es transmitida de generación en generación. «El Bautismo nos incorpora en el cuerpo de la Iglesia, en el pueblo santo de Dios. Y en este cuerpo, en este pueblo en camino, la fe viene transmitida de generación en generación: es la fe de la Iglesia. Es la fe de María, nuestra Madre, la fe de San José, de San Pedro, de San Andrés, de San Juan, la fe de los Apóstoles y de los Mártires, que ha llegado hasta nosotros, a través del bautismo».
«Enseñen a sus hijos que no se puede ser cristianos fuera de la Iglesia, no se puede seguir a Jesucristo sin la Iglesia, porque la Iglesia es madre y nos hace crecer en el amor a Jesucristo», exhortó el Sumo Pontífice.
Antes de concluir su homilía, el Papa Francisco resaltó que en el Bautismo somos consagrados por el Espíritu Santo. Afirmó que la palabra “cristiano” significa consagrado como Jesús, en el Espíritu. «Él es el “Cristo”, los bautizados somos “cristianos”. Entonces, queridos padres, queridos padrinos y madrinas, si quieren que sus hijos se hagan verdaderos cristianos, ayúdenlos a crecer “consagrados” en el Espíritu Santo, es decir, en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra». Por esto, dijo Francisco, no se olviden de invocar siempre al Espíritu Santo, todos los días e invito a hacerlo con esta sencilla oración: “Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor”. «Cuando recen esta oración, recordó el Papa, sientan la presencia materna de la Virgen María. Ella nos enseña a rezar al Espíritu Santo, y a vivir según el Espíritu, como Jesús».
Texto íntegro de la homilía del Papa
Hemos escuchado en la primera lectura que el Señor se preocupa de sus hijos como un padre: se preocupa de dar a sus hijos un alimento sustancioso. Mediante el profeta Dios dice: «¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no sacia?» (Is 55,2). Dios, como un buen papá y una buena mamá, quiere dar cosas buenas a sus hijos. Y ¿qué cosa es este alimento sustancioso que Dios nos da? Es su Palabra: su Palabra nos hace crecer, nos hace producir buenos frutos en la vida, como la lluvia y la nieve hacen bien a la tierra y la hacen fecunda (cfr. Is 55,10-11). Así ustedes padres, y también ustedes, padrinos y madrinas, abuelos, tíos, ayudaran a estos niños a crecer bien si darán a ellos la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús. ¡Y también lo harán con el ejemplo! Todos los días, tendrán la costumbre de leer un pasaje del Evangelio, pequeñito, y será el ejemplo para los hijos, ver a papá, a mamá, a los padrinos, abuelos, abuelas, tíos, leer la palabra de Dios.
Ustedes mamás den a sus hijos la leche – incluso ahora, si lloran por hambre amamántenlos, ¿eh? Tranquilas. Agradezcamos al Señor por el don de la leche, y oremos por estas mamás – son muchas, lamentablemente – que no están en condiciones de dar de comer a sus hijos. Oremos y tratemos de ayudar a estas mamás. Entonces, lo que hace la leche por el cuerpo, la Palabra de Dios lo hace por el espíritu: la Palabra de Dios hace crecer la fe. Y gracias a la fe nosotros somos generados de Dios. Es esto lo que sucede en el Bautismo. Hemos escuchado al apóstol Juan: «Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios» (1 Jn 5,1). En esta fe sus niños son bautizados. Hoy es su fe, queridos padres, padrinos y madrinas. Es la fe de la Iglesia, en la cual estos pequeños reciben el bautismo. Pero mañana, con la gracia de Dios, será su propia fe, su personal “sí” a Jesucristo, que nos dona el amor del Padre.
Decía: es la fe de la Iglesia. Esto es muy importante. El Bautismo nos incorpora en el cuerpo de la Iglesia, en el pueblo santo de Dios. Y en este cuerpo, en este pueblo en camino, la fe viene transmitida de generación en generación: es la fe de la Iglesia. Es la fe de María, nuestra Madre, la fe de san José, de san Pedro, de san Andrés, de san Juan, la fe de los Apóstoles y de los Mártires, que ha llegado hasta nosotros, a través del bautismo. ¡Una cadena de transmisión de fe! ¡Y esto es muy bello! Es pasar de mano en mano la luz de la fe: lo expresaremos dentro de poco con el gesto de encender las velas del gran cirio pascual. El gran cirio representa Cristo resucitado, vivo en medio a nosotros. Ustedes, familias, tomen de Él la luz de la fe para transmitirla a sus hijos. Esta luz la toman en la Iglesia, en el cuerpo de Cristo, en el pueblo de Dios que camina en todo tiempo y en todo lugar.
Enseñen a sus hijos que no se puede ser cristianos fuera de la Iglesia, no se puede seguir a Jesucristo sin la Iglesia, porque la Iglesia es madre y nos hace crecer en el amor a Jesucristo.
Un último aspecto emerge con fuerza de las Lecturas bíblicas de hoy: en el Bautismo somos consagrados por el Espíritu Santo. La palabra “cristiano” significa esto, significa consagrado como Jesús, en el Espíritu con el cual ha sido consagrado Jesús en toda su existencia terrena. Él es el “Cristo”, ungido, consagrado, los bautizados somos “cristianos”, es decir, consagrados, ungidos. Entonces, queridos padres, queridos padrinos y madrinas, si quieren que sus hijos se hagan verdaderos cristianos, ayúdenlos a crecer “consagrados” en el Espíritu Santo, es decir, en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra. Por esto, no se olviden de invocar siempre al Espíritu Santo, todos los días. “¿Ella reza señora? ¡Sí! ¿A quién le reza? Yo le rezo a Dios”. Pero Dios así no existe: Dios es la persona y en cuanto persona existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. “¿Tú, a quién le rezas? Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”. Habitualmente nosotros rezamos el “Padre Nuestro”, rezamos al Padre. Pero al Espíritu Santo no le rezamos tanto…¡Es tan importante rezarle al Espíritu Santo! Porque nos enseña a llevar adelante la familia, los niños, para que estos niños crezcan en esta atmósfera de la Trinidad Santa. Es precisamente el Espíritu que los lleva adelante. Por esto, no se olviden de invocar con frecuencia al Espíritu Santo, todos los días.
Pueden hacerlo, por ejemplo, con esta sencilla oración: “Ven, Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor”. Pueden rezar esta oración por sus hijos, ¡además que por ustedes mismos!
Cuando recen esta oración, sientan la presencia materna de la Virgen María. Ella nos enseña a rezar al Espíritu Santo, y a vivir según el Espíritu, como Jesús. La Virgen, nuestra madre, acompañe siempre el camino de sus hijos y de sus familias. Así sea.
(Traducción del Italiano, Renato Martinez - RV)
Destaco:
Cita:
«El Bautismo nos incorpora en el cuerpo de la Iglesia, en el pueblo santo de Dios. Y en este cuerpo, en este pueblo en camino, la fe viene transmitida de generación en generación: es la fe de la Iglesia. Es la fe de María, nuestra Madre, la fe de San José, de San Pedro, de San Andrés, de San Juan, la fe de los Apóstoles y de los Mártires, que ha llegado hasta nosotros, a través del bautismo».
Cita:
«Enseñen a sus hijos que no se puede ser cristianos fuera de la Iglesia, no se puede seguir a Jesucristo sin la Iglesia, porque la Iglesia es madre y nos hace crecer en el amor a Jesucristo».
La Iglesia de siempre, la doctina de siempre.Cita:
“¿Ella reza señora? ¡Sí! ¿A quién le reza? Yo le rezo a Dios”. Pero Dios así no existe: Dios es la persona y en cuanto persona existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. “¿Tú, a quién le rezas? Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.
FUENTECita:
Francisco: «El Evangelio no condena la riqueza, sino que se idolatre»
Uno de los caballos de batalla del pontificado de Francisco está siendo la denuncia de la «economía que mata» y de «la cultura del descarte» que deja en la cuneta a pobres, ancianos y niños, entre otros colectivos. Siempre salen de su boca palabras para los más débiles, para los que sufren, y denuncias contra aquellos que se enriquecen a costa del descarte de otros, aumentando la pobreza y la desigualdad.
Pues bien, los vaticanistas de «La Stampa» Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi han escrito un libro, que sale a la venta mañana en Italia, en el que se reúne y reflexiona sobre el magisterio social y económico de Pontífice argentino, y que incluye opiniones de expertos como la del profesor Stefano Zamagni, economista asesor de los Papas, y la de Ettore Gotti Tedeschi, ex presidente del banco vaticano. Como principal reclamo, el texto incluye una entrevista que los autores realizaron al Papa Francisco a principios de octubre y en la que aborda distintas cuestiones económicas.
Habla así sobre el capitalismo y la crisis que ha sufrido nuestro mundo en los últimos años: «Es cierto que ha aumentado la riqueza mundial, pero este sistema se mantiene con esa cultura del descarte de la que ya he hablado en varias ocasiones. Existe una política, una sociología y una actitud del descarte. Cuando ya no es el hombre, sino el dinero lo que ocupa el centro del sistema, cuando el dinero se convierte en un ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos desequilibrios».
Una cultura que el Papa no relaciona sólo con cuestiones económicas, sino también «con el aborto que rechaza a los niños» o «la eutanasia oculta de los ancianos, que son abandonados». En este sentido, Francisco pide que se contruya una sociedad y una economía en la que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro». « Detengámonos, por favor. Debemos detenernos a tiempo. No debemos considerar las cosas como irreversibles, no debemos resignarnos», apunta.
Apuesta asimismo por la ética en la economía y en la política, y por no esperar más para resolver las causas estructurales de la pobreza, «para curar a nuestras sociedades de una enfermedad que sólo puede llevarnos hacia nuevas crisis». «Los mercados y las especulaciones financieras no pueden gozar de una autonomía absoluta. Nunca resolveremos los problemas del mundo sin una solución a los problemas de los pobres. Se necesitan programas y procesos orientados a una mejor distribución de los recursos, a la creación de trabajo, a la promoción integral de los excluidos», añade.
Francisco, que ha sido criticado desde algunos católicos liberales de Estados Unidos por sus tesis económicas, defendió que «la atención a los pobres está en el Evangelio y en la tradición de la Iglesia. No es una invención del comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia». Opina lo mismo cuando lo acusan de pauperismo: «No, es Evangelio. La pobreza aleja de la idolatría, del sentirse autosuficientes. (…) El del Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos, el Evangelio no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa idolatría que nos hace insensibles al pobre». También quiso dejar claro que la Iglesia está lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: «Movida únicamente por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en donde se custodien los unos a los otros».
En este sentido, insistió en que la preocupación de la Iglesia por los pobres no es «una novedad», pues tiene su origen en el Evangelio y está documentada ya en los primeros siglos del cristianismo. De hecho, afirmó que si repitiera algunos pasajes de las homilías de los primeros Padres de la Iglesia, correspondientes al siglo II y III, sobre cómo habría que tratar a los pobres, «algunos dirían que mi homilía es marxista». Y lo hizo, con palabras de San Ambrosio: «No es parte de tus bienes lo que das al pobre; le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no sólo para los ricos». Así, cree el Bergoglio que la propiedad privada no es un derecho absoluto, sino que tiene que estar subordinada al bien común.
Francisco también abordó las palabras de Pío XI en su encíclica «Quadragesimo Anno» contra el imperialismo internacional del dinero, para afirmar que sólo «a los que se sienten golpeados y castigados por sus denuncias les parecen exageradas las palabras de este Papa». «Pero no era exagerado, dijo la verdad después de la crisis económica y financiera de 1929. Como buen alpinista, veía las cosas como era, porque sabía ver lejos». De hecho, dice que la opresión a los pobres es un pecado.
Claro que a veces (aunque no sean muchas) Francisco dice cosas que están bien. Como el proverbial reloj parado, que dos veces al día da la hora exacta. El problema es que Francisco es como el Corán, o como los documentos del Concilio Vaticano II. Aquí dicen una cosa, y más allá otra muy diferente. Contradicciones y ambigüedades. Con una mano se va levantando y con la otra se va derribando. Y lo malo es que derriba más que construye.
EL PUÑETAZO A GASBARRI
JUAN MANUEL DE PRADA
DESDE que iniciara su pontificado, el Papa Francisco ha contado mayormente con el aplauso del mundo, que es la compañía más perniciosa para el cristiano, según se desprende de las Bienaventuranzas (donde se nos enseña que más bien debemos ser injuriados y calumniados por el mundo, si ansiamos una recompensa grande en el cielo). Este aplauso del mundo lo ha logrado el Papa con un lenguaje campechano (a veces de una campechanía un poco farolera o «chanta», que diría un argentino) y un involuntario embarullamiento en cuestiones doctrinales sensibles, que ha sido aprovechado con regocijo por los demoledores de la Iglesia para llevar el agua a su turbio molino.
Pero el mundo, que aplaude al Papa cuando conviene a sus fines demoledores, lo ha censurado muy acremente por señalar que la libertad de expresión tiene límites; y lo ha injuriado por introducir en su discurso (mediante la anécdota del imaginario doctor Gasbarri que, por insultar a su mamá, se gana un puñetazo) un lenguaje campechano que hasta ahora le había alabado. Aquí Francisco, aunque sin diseccionar debidamente los conceptos de libertad religiosa y libertad de expresión, ha hablado con la voz de Dios; por eso el mundo lo condena e increpa. Y es que lo que el Nuevo Orden Mundial llama «libertad religiosa» no es más que una tolerancia socarrona de todo tipo de creencias, sean verdaderas, falsas o mediopensionistas, de tal modo que todas valgan lo mismo; o sea, NA-DA. Y una vez que ha conseguido, merced a la llamada «libertad religiosa», que la religión valga NA-DA, el Nuevo Orden Mundial erige su religión propia, imponiendo una serie de dogmas inatacables contra los que no hay libertad de expresión que valga. Esta es la razón por la que el Nuevo Orden Mundial establece penas para quienes bromeen sobre la sodomía o estigmatiza a quienes osen discutir el darwinismo. Porque, para el Nuevo Orden Mundial, la sodomía o el darwinismo son dogmas sobre los que no se puede bromear ni discutir; en cambio, creer en la Santísima Trinidad es como ser fan de los X-Men: una opción rocambolesca y friqui que «tolera», siempre que se mantenga vergonzante y cohibida en la intimidad, pero de la que se carcajea públicamente, permitiendo que quienes son fans de los Guardianes de la Galaxia o de Batman y Robin lo hagan también, empleando si les apetece las palabras más sucias y heridoras. En todo caso, y poniéndose muy tolerante y consensual, el Nuevo Orden Mundial puede aceptar la existencia de un Gran Arquitecto que ha puesto en marcha el universo, desentendiéndose luego de él y dejando que sus criaturas se lo monten a su gusto, progresando ellas solitas hacia la perfección; pero no puede aceptar la existencia de un Dios con atributos personales que mantenga relaciones personales con los hombres imperfectos, como un padre las mantiene con su hijo desvalido.
Por eso el mundo se escandaliza de que el Papa esté dispuesto a sacudir un puñetazo al doctor Gasbarri. Y le replica, furioso, que la obligación del cristiano es poner la otra mejilla, sin entender que ese pasaje evangélico se refiere a las ofensas que se infieren a uno mismo (y, aun así, debe saberse interpretar, porque el Nuevo Orden Mundial lo utiliza para convertir a los cristianos en un rebaño de eunucos que se dejan maltratar); ante las ofensas inferidas a Dios, según nos enseña Cristo con los mercaderes del templo, el cristiano debe responder con santa ira y un azote de cuerdas en la mano. O, dicho más campechanamente, con el puñetazo al doctor Gasbarri. Con esas palabras que han puesto al mundo como a la niña del exorcista, Francisco se ha hecho acreedor a una recompensa grande en el cielo. Tú eres, Francisco (¡hoy más que nunca!), Pedro.
Histórico Opinión - ABC.es - lunes 19 de enero de 2015
Y esta es una muestra de lo que comenta Juan Manuel de PRADA. Ya sé que el autor del siguiente artículo de Prensa es "persona non grata", pero si aquí queremos ir teniendo cada vez más influencia en la opinión pública, no nos queda otra que tratar los temas con toda la extensión y profundidad posible, aunque en ocasiones nos tengamos que tapar la nariz.
COMENTARIOS LIBERALES Al terror llaman respeto
F. JIMÉNEZ LOSANTOS Actualizado: 18/01/2015 21:56 horas
UNA DE las consecuencias más terribles de los 17 asesinatos de París por terroristas islámicos es lo mucho que ha gustado a los que sueñan con tener a una pandilla de criminales de su cuerda, partido o religión que silencie por el terror a cuantos los critican. El caso más asombroso ha sido el del Papa, empeñado en probar que la paloma del Espíritu Santo, como la de Alberti, se equivocó al hacer sucesor de Juan Pablo II, casi asesinado por el islamista Alí Agca en la Plaza del Vaticano, a un pugilista de blanco que, como vulgar matón peronista, no se ha identificado con las víctimas del islamismo, sino que ha explicado las razones de sus asesinos.
El mismo islamismo salvaje que masacra en París con fría saña a humoristas ateos, policías de uniforme y compradores judíos, es el que degüella y destierra a cientos de miles de católicos en Siria, Irak o África, muchos protegidos heroicamente por misioneros españoles. Pero el Papa, en vez de llamar a combatir a los que asesinan católicos, ve «normal» atacar a los que no respetan su fe como ellos quisieran. Los terroristas se proclaman Dios y su verdugo: ¿eso es «defender a mamá»?
Bergoglio no llama a defender la libertad de cultos, que incluye la libertad de no respetar las religiones, ni a proteger a los cristianos que son masacrados en Asia y África.
El jesuita argentino ha preferido identificarse con Jomeini que con Ratzinger, el último gran teólogo que defendió la superioridad moral de una Fe, la católica, capaz de dialogar con la Razón en medio de la sociedad civil, que nace de «dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César».
Y más triste aún es ver a algún católico jaleando al vicario de Cristo como un machote «políticamente incorrecto». ¿Hay algo más vilmente correcto y politiquero que echarles la culpa a las víctimas del islamismo?
Obama, Zapatero, Erdogan y otros héroes se han adelantado a Bergoglio. Los terroristas vascos y catalanes han atentado durante décadas contra los que no respetábamos a su Cataluña y su Euskadi, han asesinado a cientos que no observaban el respeto que dictaban ellos a una lengua, un territorio o la orden de largarse. «Algo habrá hecho», decían del muerto. Y los curas vascos callaban y otorgaban. Algunos sueñan con «monaguillos suicidas».
Al terror llaman respeto | opinion | EL MUNDO
Resulta evidente que F. JIMÉNEZ LOSANTOS no ha entendido la metáfora del puñetazo, pero si le ha salido la vena talibán que pone a los derechos de las personas por encima de las propias personas, lo que es un absurdo en términos. Y digo esto porque las religiones están formadas por personas, no por entelequias espirituales de las que cualquiera puede cachondearse. Leía esta mañana la opinión de un bárbaro mental en esa opción de comentar cualquier noticia u opinión, que se da ahora a todos los gilipuertas que tienen un "ordenata". Y despotricaba el fulano contra la "debilidad de los dioses" por sentirse ofendidos. Por ello, él de preferir, afirmaba que se inclinaba por Thor que al menos se defendía a martillazos. De verdad, no se puede ser más tonto ni a plazos. El individuo demostraba ser uno de tantos que no se entera de nada. Por ello seguro que celebra el monigote de la Coca~Cola en "navidades", y le vale lo mismo un dios de cómic.
El problema está en el dedo que ha apretado el gatillo, cuyo problema estaba -y van a seguir igual-, en que miraban ese dedo sin entender antes que hasta para criticar hay que respetar. A mi no me gusta nada, nada, nada, nada, y no me hace ni la más mínima gracia, cualquier alusión no respetuosa hacia Dios, la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen o la Santa Madre Iglesia, pero yo no me he liado ni a puñetazos, ni a tiro limpio, contra la patulea de tirios y troyanos que se creen con todo el derecho del mundo a joderme, y pido disculpas por la expresión pero estoy hasta las cachas de que me tomen por un meapilas. Pues, ¡no señor!, todo, TO-DO tiene un límite, y el límite de la libertad de expresión, que pertenece a las personas, está limitado por el derecho de esas mismas personas a ser respetadas, y es que a nadie medianamente avispado se les escapa que la libertad de cada uno termina empieza donde comienza la de los demás. Por lo demás, recordar al señor JIMÉNEZ LOSANTOS , que todavía no lo he visto lamentar con la misma intensidad las salvajadas que esos mismos islamistas están llevando a cabo contra cristianos e iglesias en países como Nigería.
En nombre de la libertad y la tolerancia defienden la tolerancia para ellos, para que puedan seguir ofendiendo a Dios y al prójimo, a todos los demás. Tolerancia para ser intolerantes. Hipocresía pura. Por ejemplo, esta portada de un número atrasado de Navidad. Huelgan todos los comentarios.
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Traducción de la portada:
¡Feliz Navidad! Cagaos en los nacimientos (belenes, pesebres), liquidad a los minusválidos, fusilad a los militares, estrangulada a los curas, aplastad a los polis, incendiad los bancos.
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Me pregunto si habría algún modo de enviarle públicamente a JIMÉNEZ LOSANTOS semejante escoria de portada.
Bien pensado, esta vez Prada no estuvo tan fino como habitualmente.
La cáscara de banana
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El Santo Padre pisó una cáscara de banana y el resbalón le dejó varios moretones.
Todos nos quedamos pasmados. Tuvimos que esperar casi dos años pero, finalmente, el Obispo de Roma se animó a decir algo de una cierta incorrección política. Por primera vez en su pontificado, dijo lo que los medios del mundo no quería escuchar y, contrariamente a lo que esperaban, no se colgó un cartelito con la leyenda “Je suis Charlie”.
A tal punto llega la inanidad del discurso bergogliano que los católicos nos complacimos por una brevísima declaración que horas después debió ser aclarada por el vocero de la Santa Sede, no sea que se pensara que el Papa está en contra de los valores democráticos del mundo moderno. Por cierto, la declaración pontificia es más que mediocre. Su objeción fue un recurso a un argumento meramente humano (el insulto a la madre) cuando deberíamos haber esperado la mención a la blasfemia (el insulto a Dios). Pero a tanto, claro, no se atrevió.
¿Habrá sido que en ese momento el avión pontificio atravesaba una nube habitada por un ángel particularmente celoso del nombre divino que le dio un bofetón para que reaccionara? ¿Habrá sido que afloró, sin darse cuenta, los restos de su formación cristiana que en alguna zona de su alma aún debe estar arrumbada? ¿Habrá sido el cansancio acumulado en su viaje a Ceylán que le permitió visitar de incógnito un santuario budista pero que, en cambio, le impidió visitar a los obispos católicos de la isla? ¿Habrá sido un sigo de “hipercorrección política” destinada a congraciarse con los musulmanes?
¿Mi opinión? Se le escapó: estaba descontrolado, como pueden ver en este video.
El mundo salió a pegarle, y a pegarle duro. Algunos periodistas, incluso, pidieron su renuncia. En esta ocasión, no podemos estar más de acuerdo con ellos. Notable la reacción de su gran admirador, el filósofo Gianni Vattimo. Hace apenas dos meses había declarado, refiriéndose al pontificado de Francisco: “Estoy feliz. Francisco salvó a la Iglesia del suicidio al que la estaban empujando sus antecesores en base a la lectura literal de las Sagradas Escrituras y los dogmas”. Y un año antes, que Bergoglio era un papa “con estilo”. Pero el sábado pasado cambió de opinión. No es cuestión de andar poniendo en duda la literalidad del dogma de la libertad de prensa.
El texto de Vattimo hace agua por varios costados. Por ejemplo, afirma que “un Estado laico no se propone elaborar sus leyes sobre la base de un principio natural”. Sin embargo, tres párrafos más abajo considera que “el límite del respeto de la persona no puede ser otro que la dignidad de todas las personas, que es lo que las leyes deben garantizar". Ahora bien, ¿eso no es un principio “natural”? Claro que ni siquiera frente a los endebles razonamientos del filósofo del pensamiento débil puede erigirse el Papa Francisco, quien no podría fundar su prepoteada en un silogismo de tres juicios. Los teólogos de rodillas a quienes él sigue (Kasper, Bruno Forte, Tucho Fernández) han desmontado la filosofía tomista, la teología, la lógica aristotélica. Sólo quedan caprichos, doxa: “me parece que si insultan a tu madre le podés dar un puñetazo” “Pero si el insulto es al padre no”. “Sí, al padre no. Pero a la hermana sí”. “A la lora no”. “No, a la lora no, pero si
insultan a la ecología o a la madre Tierra sí”. Es una pelea de enanos en el barro.
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Las contradicciones del discurso pontificio son ya de tal modo flagrantes que rozan lo trágico. Hace pocos días, en un pequeño santuario mariano de la diócesis de Perugia, fue escandalosamente profanada la imagen de la Santísima Virgen que allí se venera. Mientras había fieles en oración, ingresaron cinco inmigrantes musulmanes, destrozaron la imagen a patadas y luego orinaron sobre ella. Mons. Paolo Giulietti, obispo de Perugia y devoto francisquista, salió presuroso a declarar: “No podemos atribuir este acto de vandalismo a un episodio de odio religioso. Es importante no alimentar la desconfianza mutua”. Cualquier cosa antes que levantar siquiera una sospecha sobre nuestros hermanos musulmanes. Es que no podía hacer otra cosa el prelado. El mismo Santo Padre nos ha enseñado hace poco que “los migrantes, por su propia humanidad y sus valores culturales, amplían el sentido de la fraternidad humana”. Es decir, cuantos más inmigrantes, mejor: más humanidad, más valores culturales, más fraternidad.
- ¿Qué hacemos, Santidad, con los musulmanes del ISIS que están degollando a los cristianos iraquíes y sirios?
- ¡La puerta siempre abierta para el diálogo! ¡Nunca cerrar una puerta! (Ver aquí la declaración)
- ¿Qué hacemos, Santidad, con los musulmanes que insultaron a nuestra madre, la Santísima Virgen, profanando su imagen?
- “Los que insultan a la madre deben esperar un puñetazo. Es normal. Es normal. No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás, no se pude ridiculizar la fe”.
No está demás repetir la reflexión que hemos hecho en esta página más de una vez: resulta difícil de entender cómo una institución bimilenaria como la Iglesia, con toda su historia y experiencia, haya podido elegir para su cargo más alto a un personaje de tan manifiesta ineptitud. La culpa es de los cardenales… y de Benedicto XVI.
The Wanderer
'Para ser buenos católicos no hay que ser como conejos' ; Franciscus, ipse, dixit
Lo comentamos con disgusto en Ex Orbe al poco de la inolvidable elección, y desde entonces ha habido que repetirlo casi cada mes, por alguna indiscreta, importuna y/o desafortunada expresión de PP Franciscus: El Papa no puede hablar así.
El Papa no trasluce, en absoluto, un nivel cultural/intelectual como el que sería esperable. Que en el siglo XXI un cardenal no sepa hablar con soltura en inglés debería ser suficiente motivo para no estar en la lista de los papables. Las escenas de Ceilán y Filipinas han rozado el bochorno, con el Papa predicando con un traductor al lado. Su predicación es torpe, de muy poca calidad. Hasta el español que habla es pobrísimo, sembrado de modismos argentinos, muy mal pronunciado y lamentablemente versionado al italiano. Continuamente da sensación de improvisación, de que sus homilías y discursos son una sarta de ocurrencias mechando un texto o un guión apenas esbozado.
No sé decir de quién sería la peregrina idea de poner al Papa a dialogar con los periodistas durante los vuelos de ida o vuelta, cuando viaja. Si tal anómala forma de comunicación ya causó al muy prudente, comedido y discreto Benedictus XVI un par de disgustos y provocó sendas equívocas tandas de dimes y diretes papal-periodísticos, es obvio que al improvisador incontenible siempre a-protocolario PP Franciscus semejante medio puede convertírsele en un peligroso instrumento. Con eso no se bromea. Alguien se lo debería decir. Alquien se lo debería recordar. Alguien debería repetírselo cuantas veces haga falta. Muchas veces. Todos los días varias veces. Como el 70 veces 7 petrino, amoldado ad casum.
Digo todo esto por lo que ha dicho en el avión de vuelta de las Filipinas, algo inaudito, grosero, impropio, hiriente:
Algunos creen que para ser buenos católicos debemos ser como conejos
Ha dicho más. Incluso insinuando algo que él sabrá qué, que yo no quiero saber. También ha pedido disculpas por lo que iba a decir, y que no se le interprete mal y que tal y tal y tal...Pero lo que ha dicho, lo ha dicho.
Tiene a su favor que las mamás conejas católicas y los papás conejo-católicos del Opus Dei, de Comunidades Neocatecumenales y de los mejores sectores católicos se callarán y no reclamarán. Incluso reaccionarán rezando más por él, por el Papa que les ha llamado 'conejos': Matrimonios y familias de conejos. Y que no son buenos católicos por haber engendrado hijos, los hijos que - Ecclesia semper dixit - son una bendición de Dios.
Siento vergüenza, vergüenza sacerdotal. Y pena, porque soy hijo de Padres que quisieron tener muchos hijos, cinco al fin, con mucho sufrimiento, pero mis padres engendraron nueve, entre vivos y malogrados, todos queridos, amados todos, llorados también.
Quiero bendecir y encomiendo a las familias, matrimonios, padres e hijos que sentirán las hirientes palabras de PP Franciscus. Les digo que no son ellos los equivocados.
No se lo merecen. No se merecen un Papa que hable así de ellos.
No nos merecemos un Papa que nos hable así.
+T.
EX ORBE
No soy del Opus y tengo amigos que pertenecen a él, no comulgo con alguna de sus ideas, aunque son gente maravillosa. Pero lo del papa no tiene nombre, se mete en unos sembraos que no debe pisar y tampoco sabe salir bien de ellos.
Lo que le están haciendo a los cristianos del mundo y nuestra pasividad, será un pecado que nos perseguirá siempre.
Los caminos de Dios son inescrutables. Como se ha señalado más arriba, la culpa es del Colegio Cardenalicio...pero con Benedicto XVI a la cabeza; y lo digo yo, que era (con matices) bastante partidario de ese Papa.
Cada día estoy más convencido que fue un grave error, y un terrible pecado, abandonar así a la Iglesia tal como hizo. A mí me dio un malísimo fario aquel día, exactamente igual que el momento justo en que eligieron a Bergoglio. Recuerdo que, un segundo después del nombramiento, Fernández de la Cigoña que era el experto invitado en la cadena en la que yo estaba viendo la ceremonia, hizo (aunque no se vio) un gesto de total desaprobación; entonces otro invitado le preguntó en voz baja (aunque audible): "¿Pero es que no te gusta NADA?". No hubo respuesta, automáticamente todos los invitados se pusieron a hablar maravillas del nuevo Papa; yo pensé involuntariamente: "ya está hecho", y se me pusieron los pelos como escarpias.
Es muy posible que tengamos que pagar el precio "moneda a moneda" todos los católicos; y Ratzinger el primero.
Por cierto, acabo de recordar que quien le hizo la pregunta Fernández de la Cigoña en aquel justo momento, fue Alberto de la Hera.
La familia Conejín
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Me llamó la atención la vulgaridad ya totalmente desembozada de la conferencia de prensa del Papa Francisco durante su viaje de regreso de las Filipinas. Pensé que era solamente la traducción al español de la maliciosa Elizabetta Piqué para La Nación. Me fui entonces a la versión original italiana. Y no era culpa de la traductora. Era el mismo Francisco hablando nuevamente con una vulgaridad propia de fonda romana.
Pero el problema no es ya la forma, que ha dejado prácticamente de escandalizarnos. El problema es el contenido y el desparpajo con el que dice las sandeces más inconcebibles que parece mentira que sea el Romano Pontífice quien las está diciendo. Recuerdo la expresión que se le escapó por lo bajo a un importante cardenal de la Curia durante el último Sínodo: “Ma come mai può dire tante stronzzatte?”, que en buen criollo sería: “¿Pero cómo puede decir tantas pelotudeces?”.
No es necesario que discutamos en este espacio –ya lo han hecho en muchos blogs colegas- la chabacana y, sobre todo, ofensiva expresión que utilizó hacia las familias católicas que, generosamente, deciden tener una prole numerosa. (Se puede leer aquí el testimonio de una madre al respecto) Lo que resulta pasmoso es la inconsistencia e irresponsabilidad del discurso del Pontífice.
Es importante leer la respuesta a la pregunta del periodista alemán Christoph Schmidt: “Io credo che il numero di tre per famiglia, che lei menziona, secondo quello che dicono i tecnici, è importante per mantenere la popolazione. Tre per coppia. Quando si scende sotto questo livello, accade l’altro estremo, come ad esempio in Italia, dove ho sentito – non so se è vero – che nel 2024 non ci saranno i soldi per pagare i pensionati. Il calo della popolazione. Per questo la parola-chiave per rispondere è quella che usa la Chiesa sempre, anch’io: è “paternità responsabile”. Come si fa questo? Col dialogo. Ogni persona, col suo pastore, deve cercare come fare questa paternità responsabile. Quell’esempio che ho menzionato poco fa, di quella donna che aspettava l’ottavo e ne aveva sette nati col cesareo: questa è una irresponsabilità. “No, io confido in Dio”. “Ma guarda, Dio ti dà i mezzi, sii responsabile”. Alcuni credono che – scusatemi la parola – per essere buoni cattolici dobbiamo essere come conigli. No. Paternità responsabile. Questo è chiaro e per questo nella Chiesa ci sono i gruppi matrimoniali, ci sono gli esperti in questo, ci sono i pastori, e si cerca. E io conosco tante e tante soluzioni lecite che hanno aiutato per questo.
Podemos recordar ahora las aburridas peroratas del papa Francisco sobre la necesidad de un laicado maduro y la nocividad del clericalismo dentro de la vida de la Iglesia. No sabemos dónde queda la autonomía de los laicos en lo que se refiere a los asuntos temporales cuando es un clérigo, o mejor aún, “el” clérigo, quien les indica la cantidad de hijos que deben tener –“tres hijos por pareja”, ha dicho el Santo Padre-, sino que en varias ocasiones indica a los matrimonios que recurran a los pastores –es decir, a los clérigos- a fin de que negocien con ellos la cantidad de hijos que deben traer al mundo y, consecuentemente, cómo evitar los embarazos no deseados. Concreta y brevemente: los clérigos deben meterse en el lecho conyugal a fin de tratar asuntos tan íntimos como es la vida conyugal de los cónyuges.
Algunos opinan que, en realidad, el Santo Padre está dando un mensaje a favor de los métodos anticonceptivos. No lo creo. El Santo Padre dice lo que se le pasa por la cabeza, sin medir consecuencias, sin detenerse a pensar un momento en sus palabras. Es un gran irresponsable.
¿Hasta cuándo deberemos escucharlo decir tantas… sandeces?
The Wanderer
DESHONRA DE LAS PALABRAS Y LOS SIGNOS
Se puede tener muchos hijos sin por eso concebirlos "en serie", ni es dable suponer que porque sean muchos los nuevos comulgantes ofrecidos a Dios por los esposos -y de Dios recibidos como otros tantos dones- resulten éstos gazapos por asimilación.
No vale la pena detenerse a largo en la concreta fatuidad de la última deposición papal, que ya la cortedad del registro y del caletre le estampan una firma reconocible a cuanto Francisco farfulle, a muchas leguas. Baste sólo notar por enésima vez lo que resulta tedioso enunciar: Bergoglio reprende de preferencia a aquellas conductas y actitudes que, reducidas casi a ceroen los tiempos que corren -en que la cualidad de «católico» acaba por ser apenas nominal-, perviven en aquellos ínfimos grupos que, según la conocida imagen de la medición del Templo que nos ofrece el Apocalipsis, han tomado el Sancta Sanctorum por refugio, hollado el atrio por los gentiles (abundemos: por los deportistas faranduleros, por los judíos recalcitrantes, por los transexuales, etc.). ¿A quién perturba si no -por lo minúscula e irrastreable- aquella porción de fieles que aún practica obras exteriores de devoción, que cumple el ayuno eucarístico y recuerda las disposiciones requeridas para comulgar o que secunda la iniciativa divina, llenando la casa de hijos cuando el Señor les dio el don de la fecundidad? ¿No son señas éstas, de tan minoritarias hoy, que no debieran inquietar al católico rendido a la simbiosis con el mundo?
Conste que ya ni siquiera atendemos a la importunidad de la exhortación, que en todo caso hoy lo que cunde es la reticencia a propagar la vida, a expensas de aquel cambio de hábito procreativo que los historiadores sitúan como dimanado del crack financiero del '30, reforzado por la 2ª Guerra Mundial, y que reemplazó el tipo habitual de familia (en la que ocho o diez hijos no eran nada extraordinario) por la llamada "familia tipo", formada por el matrimonio y dos críos, y que el auge posterior de los medios anticonceptivos y el egoísmo exacerbado por el culto del consumo redujeron aún más. Como suele verificarse en la psicología de todo progresista, Francisco se quedó en otros tiempos, en los de su niñez y primera juventud, cuando en la conciencia de muchos católicos el choque entre los hábitos inveterados y los nuevos usos impulsados por la aceleración demencial de la historia fue malamente resuelto, a menudo por la incoherente y doble pertenencia a la Iglesia en retirada y al mundo hipertrofiado, a menudo también por el sencillo expediente de la apostasía. La doble vertiente moderna del subjetivismo y del empirismo iba a evidenciar sus trágicas consecuencias en estos tiempos: el misterio de un Dios trascendente e imperceptible a los sentidos no podía ser sino objeto de escándalo para un hombre crecientemente habituado -a la zaga de la revolución industrial y de la Revolución, a secas- a un clima mental de altivo naturalismo. Los judíos piden signos... Pero ocurre que, a gusto o a disgusto, en lo profundo del corazón el hombre efectúa su perentorio juicio, y es común la paradoja ¡ay! de fallar contra Dios y decirse aún católico.
Lejos, muy lejos estamos de aquella saludable concepción de los antiguos según la cual el nombre -la palabra- contiene la cifra de la cosa. Resabio del donum scientiae del que gozó Adán, por el que éste les puso el respectivo nombre a todos los seres de la naturaleza -incluida la mujer-, la confianza en el poder de reproducir la realidad mediante el nombre debió ser una de la principales prendas del poder del espíritu, pese a lo maltrecho que esté se encontró después de la caída. Esta función elemental, vigente pese al pecado y que involucra a la cognición, a la lógica y a la ética ha quedado ferozmente dañada por el largo proceso de apostasía, que afecta -aunque las apariencias nos muestren a los hombres muy activos y vivaces en sus negocios y placeres- una especie de necrosis de muy improbable reversión. De aquí la resemantización compulsiva que agravia al ser de las cosas, tan palpable en la degradadísima política de nuestros días; de aquí el despliegue de las más crueles paradojas, incluso a instancias del Trono que roza el cielo: que el hogar católico pueda ser llamado "conejera" y los que se fían de la gracia por sobre las humanas fuerzas puedan tildarse de "pelagianos". De aquí que pueda permitirse barbotar sus cuatro graznidos sobre la "paternidad responsable" un irresponsable del calibre de Bergoglio.
Hace unos días, cuando las inopinadas palabras de Francisco acerca del puñetazo que le merecería quien insultara a su madre (expresión del límite a la omnímoda "libertad de expresión" que proclaman liberales y marxistas de consuno) levantaron inusitada polvareda, induciendo al lloriqueo de tantos plumíferos que las tenían por lesivas de sus falaces principios (e incluso como justificadoras de ¡la violencia de género! sic!), la Santa Sede se apresuró a emitir un pedido público de disculpas, protestando que habían sido mal interpretadas. Del abultadísimo elenco de palabras en agravio de la fe, de la Iglesia, de Dios mismo que le hemos soportado en estos casi dos años, Francisco no consideró nunca pertinente hacer ninguna aclaración. Más clara, la límpida agua de la alta montaña.
Lengualarga más que el oso hormiguero, parlero compulsivo, gesticulador sin tope para oprobio de toda santidad, Francisco es un fenómeno de rigurosa actualidad, consonante con la caída vertical del honor de las palabras y los signos. Bien dijo Calderón Bouchet, en referencia a los temores de Jean Cocteau acerca de la proximidad de los tiempos en que «los imbéciles tomarían las lapiceras y se pondrían a escribir», que no era el del poeta francés «el temor de un sabio que ve a Satanás empujando a los tarados, pero sí el de un esteta que ve la depreciación de la inteligencia provocada por dos terribles fuerzas convergentes: la aristofobia de los mediocres y el criterio puramente económico del negocio editorial». Hoy podemos afirmar con pleno derecho que los tiempos previstos por Cocteau llegaron hace rato y para quedarse, y que el morbo de la idiocia se ha extendido no ya sólo a los que empuñan la pluma, sino a los que tienen por oficio transmitir los dones sacros. Y que Satanás haya urgido a esa vergüenza de mitrados que no sabían cantar el Veni Creator a emplazar en el Solio a un Rey Momo resulta, a esta altura, una hipótesis muy ajustada a los horrorosos hechos sucesivos.
http://1.bp.blogspot.com/-LhFv6mC6LW...2B08.07.18.png La bendición que reclaman las masas prometeicas
In exspectatione
LAS FAMILIAS NUMEROSAS SON UNA BENDICIÓN DE DIOS
Amados hijos e hijas, dirigentes y representantes de las Asociaciones por las Familias Numerosas de Roma e Italia, esta vuestra visita debe contarse entre las que traen el más profundo placer a Nuestro corazón. Bien conscientes estáis del animado interés que Nos tenemos en la vida familiar, y de cómo nunca dejamos pasar una oportunidad de señalar su dignidad multilateral, de reafirmar sus derechos y defenderlos, de inculcar los deberes que supone; en pocas palabras, hemos hecho de ella uno de los puntos centrales Nuestra enseñanza.
Es este mismo interés en las familias que Nos hace aceptar pasar cuando menos unos momentos con grupos familiares que vienen a Nuestra casa (siempre que los deberes de Nuestro oficio no imposibiliten esto), y por eso, en esta ocasión, consentimos en ser fotografiados en medio de ellos, a fin de dejar una especie de registro perdurable de Nuestra alegría y la suya.
Padre de la familia humana
¡El papa en medio de una familia! ¿No es ese el lugar justo donde pertenece? ¿No es él (en el sentido espiritual más elevado de la palabra) el Padre de la familia humana entera que ha renacido en Cristo y en la Iglesia? ¿No es a través de él, el Vicario de Cristo en la tierra, que se pone en práctica el maravilloso plan de la Sabiduría creativa, el cual plan ha conferido a toda la paternidad humana el destino de preparar una familia escogida para el cielo, donde el amor del Dios uno y trino la envolverá en un abrazo singular y eterno y se dará a sí mismo como la herencia que ha de hacerla perfectamente feliz?
Un triple testimonio
Mas vosotros no representáis cualesquier familias; vosotros sois y representáis familias numerosas, aquellas que fueron grandemente bendecidas por Dios y que son especialmente amadas y preciadas por la Iglesia como su tesoro más precioso. Pues estas familias ofrecen un testimonio particularmente claro de tres cosas que sirven para asegurar al mundo de la verdad de la doctrina eclesiástica y la sensatez de su práctica, y que redundan, por el buen ejemplo, en gran beneficio de todas las otras familias y de la sociedad civil misma.
Dondequiera que se encuentren familias numerosas, estas dan señal de la salud física y moral de un pueblo cristiano; de una fe viva en Dios y de confianza en su Providencia; de la feliz y provechosa santidad del matrimonio católico.
Nos gustaría decir algunas palabras acerca de cada uno de estos puntos.
Seguramente, una de las aberraciones más perniciosas que ha aparecido en la sociedad moderna, de tendencias paganas, es la opinión de aquellos ansiosos por clasificar la fecundidad del matrimonio como un “mal social,” y que sostienen que cualquier nación que se halle de esta manera afligida debe hacer un gran esfuerzo y utilizar cualquier medio para curar la enfermedad. Esta es la base para la propaganda que pasa con el nombre de “planificación familiar;” en ocasiones es promovida por personas y organizaciones que inspiran respeto a causa de sus posiciones en otros campos, pero que, desafortunadamente, han tomado una postura en esta cuestión que debe ser condenada.
Control de la natalidad
Por triste que sea ver lo generalizadas que se han vuelto las doctrinas y prácticas de este tipo, incluso entre las clases tradicionalmente sanas, es confortante ver indicaciones y pruebas de una reacción saludable en vuestro país, tanto en el campo legal como médico. Como bien sabéis, el artículo 31 de la actual Constitución de la república italiana, para citar solo una fuente, presta “especial atención a las familias numerosas,” y la enseñanza prevalente entre los médicos italianos sigue la línea de una oposición cada vez más fuerte contra las prácticas del control de la natalidad.
Esto no significa que el peligro ha pasado y que hemos destruido los prejuicios que tienden a hacer que el matrimonio y sus sabias normas se sometan a las metas del reprensible orgullo y egoísmo de la sociedad o de individuos. Deploramos en particular aquella sección de la prensa que de vez en cuando vuelve a tomar la cuestión con la obvia intención de confundir a las buenas gentes y de llevarlas al error con pruebas engañosas, con encuestas discutibles e incluso con declaraciones falsificadas de un clérigo u otro.
Obediencia a las leyes naturales
A todos los católicos exhortamos que den amplia difusión al principio, firmemente fundado sobre la verdad, de que el único modo de proteger la salud física y moral de la familia y de la sociedad es mediante la obediencia de todo corazón a las leyes naturales, o mejor dicho, del Creador, y, sobre todo, fomentando un sincero y sagrado respeto hacia ellas.
En este asunto, todo depende de la intención. Podréis multiplicar las leyes y hacer más duras los castigos; podréis dar pruebas irrefutables de la estupidez de las teorías del control natal y del daño que viene como consecuencia de ponerlas en práctica; pero hasta que no haya una sincera determinación de dejar que el Creador continúe con su obra como Él desea, entonces el egoísmo humano siempre encontrará nuevas sofisterías y excusas para acallar la voz de la conciencia (hasta donde pueda), y seguir con los abusos.
Ahora, el valor del testimonio ofrecido por los padres de familias numerosas no yace solo en su rechazo contundente y unívoco de cualquier compromiso deliberado entre la ley divina y el egoísmo humano, sino también en su buena disposición para aceptar alegremente y con gratitud estos dones inestimables de Dios — sus hijos — en la cantidad que a Él le plazca mandar.
Esta actitud libera a las parejas casadas de las ansiedades y remordimientos opresivos, y, en la opinión de médicos excepcionales, crea las condiciones psicológicas ideales para el sano desarrollo de los hijos nacidos a partir del matrimonio. Pues, justo en el comienzo de estas nuevas vidas, elimina todas esas preocupaciones y alteraciones que tan fácilmente pueden dejar marcas físicas o psicológicas en la madre o el hijo.
Exceptuando los casos excepcionales, y Nos ya hemos tenido ocasión de hablar de estos, la ley de la naturaleza es básicamente una de armonía, y lleva a la discordia y a las contradicciones solo en los casos en que su operación normal ha sido alterada por circunstancias particulares que, en su mayor parte, son anormales, o por deliberada oposición de parte de la voluntad humana. No hay eugenesia que pueda mejorar la naturaleza: es buena como ciencia en tanto que no tenga por meta ganar un profundo conocimiento de las leyes naturales y respete estas mismas leyes, si bien en algunos casos sea prudente disuadir a personas que sufren de defectos graves de que se casen (cfr. Enc. Casti connubii, dic. 31 de 1930: A.A.S. 22 [1930] p. 565).
Salud física y moral
De nuevo, el buen sentido común siempre y en todas partes consideraba que las familias numerosas eran una señal, una prueba y una fuente de la salud física; y la historia no se equivoca cuando indica que la principal causa de la decadencia de los pueblos es la violación y el abuso de las leyes que gobiernan el matrimonio y la procreación.
Lejos de ser un “mal social,” las familias numerosas son una garantía de la salud moral y física de un pueblo. En los hogares donde los llantos del bebé resuenan siempre de la cuna, florecen espontáneamente las virtudes y se hace huir al vicio, como si hubiese sido perseguido por la niñez, renovada allí como el aliento fresco y vigorizante de la primavera.
Así que, dejad que el débil y el egoísta tomen ejemplo de vosotros; dejad que la nación os siga amando y agradeciendo por todos los sacrificios que habéis asumido para criar y educar a sus ciudadanos; de igual manera la Iglesia está complacida porque le permitís ofrecer grupos cada vez más grandes y sanos de almas para la actividad santificadora del Espíritu divino.
En el moderno mundo civil la familia numerosa es considerada, por lo general, y con buena razón, como prueba del hecho de que la fe cristiana se vive como debe ser, pues el egoísmo que Nos acabamos de señalar como el principal obstáculo para el crecimiento de un grupo familiar no puede ser vencido exitosamente sin recurrir a los principios éticos y religiosos.
En tiempos recientes hemos visto como las supuestas “políticas demográficas” no han logrado alcanzar resultados notables; y es fácil ver el porqué, pues el interés individual casi siempre vencerá el orgullo y egoísmo colectivo que esta idea a menudo expresa; además, las metas y métodos de esta política degradan la dignidad de la familia y de la persona al colocarla en el mismo nivel que las especies inferiores.
La luz del cristianismo
Solo la luz divina y eterna del cristianismo da plenitud de vida y significado a la familia, y esto es tan cierto que desde el mismo principio, y por todo el decurso de su historia, las familias numerosas han sido consideradas con frecuencia como sinónimo de familias cristianas.
El respeto a las leyes divinas ha hecho que abunden en vida; la fe en Dios da a los padres la fuerza y el vigor necesarios para enfrentar el sacrificio y la autonegación exigidas en la crianza de los hijos; los principios cristianos los guían y ayudan en la pesada labor de la educación; el espíritu cristiano del amor vigila su paz y buen orden, y de la naturaleza parece sacar y conferir las alegrías familiares más profundas a los padres, hijos, hermanos y hermanas.
Aun externamente, la familia numerosa y bien ordenada es una especie de santuario visible: el sacramento del bautismo no es un acontecimiento excepcional para ellos, sino algo que constantemente renueva el gozo y la gracia del Señor. La serie de felices peregrinajes a la fuente bautismal aun no acaban de terminarse cuando comienza la confirmación y la primera comunión, sin perder la misma inocencia. El más joven de los hijos apenas habrá puesto a un lado su trajesito blanco entre las memorias más queridas de la vida, cuando ya aparece el primer velo de bodas para reunir a padres, hijos y parientes nuevos al pie del altar. A ello le siguen más matrimonios, más bautismos, más primeras comuniones, como primaveras siempre nuevas que, en cierto sentido, hacen que las visitas de Dios y de su gracia al hogar sean interminables.
Confianza en Dios
Mas Dios también visita las familias con su Providencia, y los padres, especialmente los pobres, dan claro testimonio de esto al colocar toda su confianza en Él cuando los esfuerzos humanos no son suficientes. ¡Confianza de fundamento sólido y no en vano! La Providencia — en palabras e ideas humanas — no es una suma total de actos excepcionales de la misericordia divina; es el resultado ordinario de la actividad armoniosa de la sabiduría, la bondad y la omnipotencia infinitas del Creador. Dios nunca rehusará los medios de vida a quienes llama a la existencia.
El divino Maestro ha enseñado explícitamente que “la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido” (cf. Mt. 6, 25). Si algún incidente, sea pequeño, sea grande, parece contradecir esto, es señal de que el hombre ha colocado obstáculos en el camino de los designios divinos, o, si no, en casos excepcionales, que Dios tiene planes superiores para el bien; pero la Providencia es algo real, algo necesario por ser Dios el Creador.
Sobrepoblación
El presunto problema de la sobrepoblación de la tierra es en parte real y en parte temido sin razón como una catástrofe inminente para la sociedad moderna; y, sin duda, el surgimiento de este problema y el continuo fracaso por encontrar una solución no se debe a alguna confusión o apatía por parte de la divina Providencia, sino más bien al desorden por parte del hombre, en especial a su egoísmo y su avaricia.
Con el progreso que se ha hecho en la tecnología, con la facilidad de la transportación, y con las nuevas fuentes de energía que apenas están empezando a aprovecharse, la tierra puede prometer prosperidad a todos los que van a morar en ella largo tiempo.
En cuanto al futuro, ¿quién puede prever los nuevos e insospechados recursos que puedan encontrarse en nuestro planeta, y qué sorpresas puedan descubrirse fuera de ella por medio de los maravillosos logros científicos que apenas acaban de comenzar? ¿Y quién puede estar seguro de que el ritmo natural de la procreación será el mismo en el futuro? ¿No es posible que entre en juego alguna ley que moderará el ritmo de la expansión desde dentro? La Providencia ha reservado el destino del mundo para sí.
Es extraño encontrar que los temores de algunos individuos sean capaces de cambiar esperanzas bien fundadas para la prosperidad en una amenaza catastrófica en el momento mismo cuando la ciencia está transformando lo que solía ser considerado como sueños de imaginaciones alocadas en realidades útiles.
De manera que la sobrepoblación no es una razón válida para propagar las prácticas ilícitas del control natal. Es simplemente un pretexto utilizado por quienes desearían justificar la avaricia y el egoísmo; por aquellas naciones, por ejemplo, que temen que la expansión de otras presentará un peligro para su propia posición política y causará una degradación de sus condiciones de vida generales; o por individuos, especialmente los de buena posición, que prefieren el mayor gozo posible de los bienes terrenales a los elogios y el mérito de traer nuevas vidas a la existencia. El resultado final es que quebrantan las leyes fijas y ciertas del Creador so pretexto de corregir los supuestos errores de su Providencia.
Sería más razonable y útil si la sociedad moderna hiciera un esfuerzo más determinado y unviersal para corregir su propia conducta, quitando las causas de la hambruna en las “zonas de crisis” o sobrepobladas, mediante un uso más activo de los descubrimientos modernos para fines pacíficos; una política más abierta de colaboración e intercambio, una economía que vea más hacia el futuro y que sea menos nacionalista; sobre todo, reaccionando a todos los indicios de egoísmo con caridad, y a los de avaricia con una aplicación más concreta de la justicia.
Dios no va a pedir cuentas a los hombres por el destino general de la humanidad; ese es su problema; pero sí exigirá cuentas de los actos individuales que han realizado deliberadamente conforme a los dictados de la conciencia o contra ellos.
En cuantro a vosotros, padres e hijos de familias numerosas, sigan dando testimonio sereno y firme de su confianza en la divina Providencia, y estén seguros de que Él no dejará de recompensaros con el testimonio de su auxilio diario y, cuando sea necesario, con aquellos auxilios extraordinarios que muchos de vosotros ya han sido afortunados de experimentar.
Y ahora unas cuantas palabras sobre su tercer testimonio, palabras que pueden dar nuevas fuerzas a quienes son temerosos y os traen pequeño consuelo.
Las familias numerosas son los arriates más espléndidos en el jardín de la Iglesia; la felicidad florece en ellos y la santidad madura en suelo favorable. Dios quiso que cada grupo familiar, aun el más pequeño, fuera un oasis de paz espiritual. Pero hay una tremenda diferencia: donde el número de hijos no es más que uno, la intimidad serena que da valor a la vida tiene un toque de melancolía o de palidez; no dura tanto, puede ser más incierta y con frecuencia está nublada por temores secretos y remordimientos.
La felicidad en una familia numerosa
Es muy diferente a la serenidad de espíritu hallada en padres rodeados de una rica abundancia de vidas jóvenes. El gozo que viene de las abundantes bendiciones de Dios rompe de mil maneras y no hay miedo de que termine. Las frentes de estos padres y madres pueden estar cargadas de cuidados, mas nunca hay señal de alguna sombra interior que delate ansiedad de conciencia o miedo de un irreparable regreso a la soledad. Mientras la dulce fragancia de una cuna permanezca en el hogar, mientras las paredes de la casa den eco a las voces argentinas de hijos y nietos, su juventud nunca parecerá desvanecerse.
Sus pesadas labores, multiplicadas una y otra vez, sus intensificados sacrificios y su renuncia a las diversiones costosas son recompensadas incluso aquí abajo con el inagotable tesoro del afecto y las tiernas esperanzas que residen en sus corazones; y de él nunca se cansarán ni les molestará.
Las esperanzas pronto se vuelven realidad cuando la hija mayor comienza a ayudar a su madre en el cuidado del bebé, y cuando el mayor de los hijos llega a casa con rostro sonriente y con el primer salario que se ha ganado para sí mismo. Aquél día será particularmente feliz para los padres, pues hará desaparecer el fantasma de una edad vieja pasada en la miseria, y se sentirán asegurados de una recompensa por sus sacrificios.
Cuando hay muchos hijos, a los jovencitos se les ahorra el aburrimiento de la soledad y la incomodidad de tener que vivir en medio de adultos todo el tiempo. Es cierto que algunas veces pueden vovlerse tan animados que os pongan los nervios de punta, y sus riñas pueden parecer pequeños motines; pero incluso sus discusiones juegan un papel efectivo en la formación del carácter, siempre y cuando sean breves y superficiales. Los hijos de familias numerosas aprenden casi automáticamente a ser cuidadosos de lo que hacen y a asumir responsabilidad; aprenden a respetarse y a ayudarse, a ser de gran corazón y generosos. Para ellos, la familia es como lugar de prueba, antes de que salgan al mundo exterior, que será más difícil y más exigente.
Las vocaciones
Todos estos preciosos beneficios serán más sólidos y permanentes, más intensos y fructíferos si la familia numerosa toma como principio rector el espíritu sobrenatural del Evangelio, el cual espiritualiza todo y lo hace eterno. La experiencia muestra que en estos casos, Dios a menudo va más allá de los dones ordinarios de la Providencia, como lo es el gozo y la paz, para conferirle un llamado especial, una vocación al sacerdocio, a la vida religiosa, a la mayor santidad posible.
Con buena razón se ha señalado frecuentemente que las familias numerosas han estado al frente como cunas de santos. Podríamos citar, entre otras, a la familia de san Luis, el rey de Francia, compuesta de diez hijos, la de santa Catalina de Siena, quien descendía de una familia de veinticinco, san Roberto Belarmino de una familia de doce, y san Pío X de una familia de diez.
Cada vocación es un secreto de la Providencia; pero estos casos prueban que un número grande de hijos no impide a los padres darles una crianza excepcional y perfecta; y muestran que la cantidad no trabaja en desventaja de su calidad, sea respecto a los valores físicos, sea los espirituales.
Vigilancia y acción
Una última palabra para vos, directores y representantes de las Asociaciones por las Familias Numerosas de Roma e Italia. Sed cuidadosos de imprimir un sello de dinamismo cada vez más vigilante y fructuoso en la acción que deseáis llevar a favor de la dignidad de las familias numerosas y a favor de su protección económica.
Con respecto a la primera de estas metas, manténganse en línea con las directivas de la Iglesia; con respecto a la segunda, debéis despertar del letargo a aquella parte de la sociedad que aún no está conciente de sus responsabilidades sociales. La Providencia es una verdad y una realidad divina, pero decide hacerse de cooperadores humanos. Por lo general, entra en acción y sale en nuestro auxilio cuando ha sido llamada y llevada por la mano del hombre; le encanta estar escondida detrás de la actividad humana. Si bien es justo reconocer que la legislación italiana puede legítimamente presumir de ser la más avanzada en esta area de ofrecer protección a las familias y, en especial, a las familias numerosas, no debemos cerrar nuestros ojos al hecho de que aún hoy hay un número considerable de aquellas que son lanzadas de un lado a otro, entre el desasosiego y la privación real, y sin culpa suya. Vuestra acción debe tener por meta traer a estas personas la protección de las leyes, y en los casos más urgentes, la ayuda de la caridad. Todo logro positivo en este campo es como una piedra sólida colocada en la estructura de la nación y de la Iglesia; es lo mejor podéis hacer como católicos y como ciudadanos.
Pidiendo la protección divina para vuestras familias y para las de toda Italia, y colocándolas una vez más bajo la protección celestial de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, Os conferimos con todo Nuestro corazón Nuestra paternal bendición apostólica.
Papa Pío XII- 20 de enero de 1958
FIDELIDAD A LA SANTA IGLESIA CATÓLICA : LAS FAMILIAS NUMEROSAS SON UNA BENDICIÓN DE DIOS
Mis hijos, mis seis conejitos
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Peter Rabbit, de Beatrix Potter, hermosa imagen de una mamá católica según Francis
Ahora, según nuestro Obispo de Roma dice, soy una coneja. No una conejita de play -boy, sino una coneja porque quise vivir católicamente con mi esposo y aceptamos todos los hijos que Él quiso darnos. Fueron seis cesáreas exitosas, dos pérdidas y el año pasado me extirparon el útero por un asunto de hemorragias lo que constituyó mi séptima y última cesárea.
Ahora, según nuestro Obispo de Roma dice, soy una coneja. No una conejita de play -boy, sino una coneja porque quise vivir católicamente con mi esposo y aceptamos todos los hijos que Él quiso darnos. Fueron seis cesáreas exitosas, dos pérdidas y el año pasado me extirparon el útero por un asunto de hemorragias lo que constituyó mi séptima y última cesárea.
Como ya una vez les conté, Bensonians: ¿Te vas a ligar? cada vez que tenía un hijo el médico me preguntaba si quería ligarme. Yo le decía que no, que jamás, porque yo no soy dueña de mi cuerpo y si Dios quiere regalarme más hijos yo no soy nadie para negarme. Ni ligarme, ni pastillas, ni métodos anticonceptivos artificiales. Dios sabrá si me da más hijos o no, y así fue, me dio a los que Él consideró.
Poner trancas o impedimentos no es confiar en la Providencia, tampoco es tentar a Dios. Dios sabe a quien le manda hijos y cuantos manda. No me parece que haya que estar preguntándole a un obispo o a un sacerdote cuantos hijos deba un matrimonio tener o no, ni andar haciendo sugerencias acerca del número adecuado según los estudios demográficos. Ese es problema de los esposos y de Dios. Obviamente que hay que ser prudentes, pero todo al final de cuentas, depende de Dios.
A mis hijos en el colegio, cuando recién llegaron como alumnos, se burlaban de ellos y de su madre a la que llamaban...coneja. Hoy pasados los años ya no se burlan, sino que envidian la hermosa familia que Dios les dio, lo unidos que son, lo aplicados que son, y no lo digo porque sean mis hijos, sino porque los católicos estamos llamados a dar ejemplo, a ser luz, y las familias numerosas damos ejemplo. Ejemplos ante un mundo que sólo piensa en términos económicos y que cada hijo significa gastos y dolores de cabeza. Reconozco que no es fácil, que a veces andamos al justo, pero la Providencia nunca nos ha fallado, nunca nos ha faltado nada y nunca nos faltará.
Parece que tendremos que acostumbrarnos a que en cada viaje que emprende nuestra actual pontificia calamidad se mande un discurso desafortunado. Estas cosas duelen y duelen más porque se le otorgan más armas a nuestros enemigos.
Bensonians
Perdón si ya van demasiados artículos posteados sobre la última bergogliada, pero es que no tienen desperdicio.
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¿Mis hijos, fruto de una tentación a Dios?
No sé si cada día estoy más atónita, enfadada, entristecida… Hace tiempo que desconozco cómo calificar mi estado de ánimo. Pero lo que sí que puedo asegurar es que ayer fue una jornada negra, de esas que recordaré durante mucho tiempo. Jamás pensé que podría llegarme a sentirme despreciada por el Santo Padre, y sin embargo, así fue. Que no era esa su intención, creo que no. Pero que ese fue el resultado, sí que lo fue.
Supongo que los lectores de Adelantelafe sabrán la razón. No he escondido jamás que soy madre de cinco maravillosos hijos. Siempre los he considerado mi “corona”, mis regalos de Dios, mis bendiciones. Los he lucido con orgullo, no porque los considere míos (que no lo son), sino porque siempre los he sentido como regalos de Dios, confiados a nosotros (los padres) para devolvérselos algún día.
Hace tiempo que entendí que los hijos no son fruto de la decisión de los padres, sino de Dios. “Antes de que estuvieras en el vientre materno, yo ya te conocía”, así dice el Señor. Todos hemos estado en la mente de Dios desde la Eternidad, por eso, ningún niño es un error para Dios. Lo contrario de lo que se nos quiere convencer ahora por parte de esta egoísta sociedad. Puede que un nacimiento no se dé en las mejores circunstancias, pero “error”, jamás. “Dios siempre escribe recto con renglones torcidos”, se dice.
Los cristianos defendemos la vida como resultado de la voluntad de Dios. Por eso, la defendemos cuando a los ojos del mundo es indefendible: en caso de violaciones, en caso de malformaciones, en caso de peligro para la madre durante el embarazo… Somos escándalo para el mundo, porque para nosotros, todo hijo es una bendición de Dios.
De ahí mi estupor anoche cuando oí las desafortunadas palabras del Santo Padre: “Hay quienes creen que para ser buenos católicos debemos ser (perdónenme por la expresión) como conejos”.
Santo Padre, ¿realmente era necesaria esa expresión? Usted sabía la carga significativa que tenía, de hecho, pidió perdón antes de usarla. Y yo me pregunto, ¿tener muchos hijos es actuar “como conejos”? Pensemos que el Santo Padre quiso decir (ya empiezo con interpretaciones) que los conejos no tienen voluntad para engendrar, que simplemente actúan según criterios de la Naturaleza. Muy bien, quizás quiso decir eso.
Pero no deja de sorprenderme que se “animalizara” de tal forma el acto de concebir un hijo. Porque, el alma humana, tiene un valor infinito para Dios. Y toda alma humana es única, de valor incalculable. ¿Conejos? Santo Padre, no. El mundo piensa eso, el cristiano, no.
El cristiano no debe hacer “hijos en serie”, continuó ayer en el avión.
¡Qué palabras tan duras! Una cosa hecha en serie es algo que carece de valor, porque no es única. Supone también una automatización, donde no interviene la voluntad, la creatividad, el ingenio humano; actuar como robots sin conciencia alguna de lo que se está haciendo. “Hijos en serie…”
¿Mis hijos están hechos en serie? ¿No son únicos para Dios? ¿Le resto valor al primero por el hecho de haber tenido más? ¿El quinto no es una bendición de Dios? ¿Es un número de serie?
Este tipo de expresiones las he oído demasiadas veces en la ONU, cuando se defiende al aborto. Se empieza por cosificar (animalizar) al ser humano y se acaba defendiendo lo indefendible.
Pero el Santo Padre siguió hablando… y comenta que regañó a una madre que estaba embarazada del octavo hijo, porque había sufrido siete cesáreas: “¿Qué quiere, dejar huérfanos a sus hijos? ¡Eso es tentar a Dios!”.
Santo Padre, usted siempre ha dicho que el pastor tiene que oler a oveja. Tiene que estar cerca de ellas, conocerlas, sufrir con ellas. Si fuera así, jamás hubiera regañado a esta madre. Yo he sufrido cinco cesáreas. Y el mundo me ha crucificado. Mucho. Pero a mi marido, aún más.
Para el mundo, como soy cristiana, perdí mi capacidad de decisión y actúo como una autómata. Me dejo embazar, así, sin más. Y a mis hijos, ¡que le den!
Santo Padre, ¡qué injusto! ¿También lo tengo que escuchar de usted? ¿Mi padre espiritual?
Mi marido y yo somos muy conscientes de lo que nos jugamos. Mis hijos, también. Cada embarazo que sufrí a partir del tercero ha supuesto un enorme susto para nosotros. No soy un autómata incapaz de pensar. ¡Ojala lo fuera! El problema es que, para algunos matrimonios, Dios tiene voluntad propia. Por mucho que usted diga que conoce muchos métodos (¿de verdad?, ¿no naturales?) para evitar un embarazo, no son métodos infalibles y menos para algunas parejas.
Precisamente, si la Iglesia permite los métodos naturales, es porque siempre se deja abierta la puerta a Dios. Y… sorpresa, sorpresa (porque Dios siempre sorprende), por alguna “extraña” razón, Dios manda hijos a quien posa su confianza en Él.
Mi cuarto hijo y mi quinto no han sido programados. Tampoco son hijos en serie. Y menos han sido fruto de nuestro tentar a Dios. ¿O si? Escuchamos las enseñanzas de la Iglesia y a pesar de las ENORMES presiones que recibimos para usar métodos no naturales (incluso dentro de la misma Iglesia), a pesar del peligro para mi salud, pusimos nuestra confianza en Él. ¡Qué paso más terrible! ¡Qué duro!
¿Cómo se puede acusar a un matrimonio de querer dejar huérfanos a sus hijos? Yo misma he escuchado esa frase en boca de mucha gente. ¡Y duele! ¿Cómo puede acusar a esa madre tan duramente? ¡Yo no quiero dejar huérfanos a mis hijos! ¡Nadie lo quiere! Pero… creo en Dios. Creo en su voluntad. Y confío en Él. Incluso a costa de mi propia vida. No dijo el propio Jesús, “No hay nadie más feliz que quien da la vida por un amigo”. ¿Acaso no es eso transferible a los hijos?
Cada día de mis últimos embarazos fue consciente de que podían ser los últimos. Mi marido, también. No me reste valor pensando que soy una autómata sometida a una religión sin fundamento. Si hubiera escuchado a esta madre, hubiera oído su lucha diaria por seguir confiando en Dios. En lo dura que es. En lo difícil que resulta. Sobre todo, en un mundo donde es tan fácil como acudir a una farmacia y solicitar un anticonceptivo.
No necesitamos su regañina (ya nos la da el mundo), necesitamos su apoyo. Porque es una decisión difícil, diaria, que pesa.
Y, ¿sabe? Mi cuarto hijo nació en Diciembre. El día del parto me había preparado. Había confesado, y fui a misa con mi marido. Cuando me llevaron en camilla hacia el paritorio, apareció un coro de niños. Habían acudido al Hospital para cantar villancicos a los pacientes. Me hicieron un pasillo y cantaron… ¡Si, cantaron! Luego, bajaron al paritorio y los médicos abrieron las puertas para que pudiese escucharlos. Mi hijo nació a las 12 (hora del Ángelus) bajo los cánticos “Ha nacido Enmanuel”. La enfermera (que no me conocía de nada), cuando lo cogió en brazos se emocionó me susurró al oído “en verdad, éste es un regalo de Dios”.
Y, estoy de acuerdo con ella.
Mi quinto hijo también es de Diciembre. Y ¿sabe? “Curiosamente” también recibió los cantos de los niños. Yo he sobrenaturalizado mis partos. María estuvo presente en ellos. Sentí la comunión de los Santos… Por favor, no le reste sobrenaturalidad a ellos. Ya lo hace el mundo.
¿María tentó a Dios? Si hubiese escuchado al mundo, Jesús no habría nacido. Pero depositó su confianza en Dios. Se fió. Fue generosa.
Finalmente, un apunte. Mis hijos sabían del peligro que corría. Nunca se lo escondí. Rezaron por mí y por sus hermanitos. Y, este verano, cuando fuimos a Lourdes para dar gracias a María por el parto sin incidentes, ¿sabe lo que pidió mi hijo mayor? ¡Otro hermanito!
Creo que un niño nos puede enseñar mucho. Mi hijo me enseñó generosidad. Y valor. Santo Padre, escuche a sus ovejas, por favor, porque nos sentimos perdidas. Qué quiere ir a por las que están fuera del redil, ¡fenomenal!, pero no se olvide de las que estamos dentro. Quizás, ahora más que nunca, estemos necesitadas de un buen pastor.
Mónica C. Ars
¿Mis hijos, fruto de una tentación a Dios? | Adelante la Fe
Me hubiese encantado tener una familia de conejitos, como la de mi padre, 8 hermanos, como la de mi madre, otros 8. Pero no pudo ser, aún así mis hijas, pues no hubo forma de tener al menos un chico, valen por diez cada una de ellas gracias a Dios y no es sólo amor (ciego) de padre.
DUPLICIDAD
«Sea vuestro hablar sí, sí; no, no. Lo demás viene del Maligno» (Mt 5, 37)
Un caso de bilingüismo, como de serpiente. Ayer fue fustigar el fantasma de las familias católicas y numerosas de antaño, como si los fantasmas perturbaran en algo la muda -al parecer perfectiva e irrevocable- de los hábitos y de los principios sobre los que éstos se cimientan; hoy fue «da consuelo y esperanza ver tantas familias numerosas que acogen a los hijos como un verdadero don de Dios». Creemos haber hablado alguna vez de esta sorprendente virtualidad -ya que no virtud- de la glotis de Francisco. La gracia gratis data de la bilocación, de que dan testimonio las biografías de varios santos, se trueca en éste en notoria bilocución. Son habilidades adquiridas en la escuela de aquel santo doctor y fundador de impar progenie: san Perón.
Pero no somos tan simplones como para aceptar las excusas de un farsante consumado. Primero, porque no creemos -como tantos que se esmeran en cubrirle las vergüenzas al rey desnudo- en que sus palabras sobre la familia conejil deban ser situadas en el contexto de su reciente viaje a Filipinas, con el drama de la pobreza extrema ante sus retinas, etc. etc. El verdadero contexto de las palabras de Bergoglio son sus agobiantes dislates de cada día, que autorizan la presunción de que su demasía (ese «lo demás» que excede a la límpida locución esperable de un pontífice) viene de soterra. Y sus palabras aludían a familias católicas, numerosas, como se usaba otrora, hijas de aquella Iglesia que todavía no había abrazado las novedades conciliares, la misma que concita las habituales y coléricas reprensiones del pontífice. Como lo hizo con ocasión de este último viaje, por harta vez:
¿Hace tiempo se decía que los budistas iban al infierno? Pero también que los protestantes, cuando yo era niño, iban al infierno, es lo que nos enseñaban. Y recuerdo la primera experiencia de ecumenismo que tuve: tenía cuatro años o cinco e iba caminando por la calle con mi abuela, que me llevaba de la mano, y en la otra acera iban dos mujeres del Ejército de la Salvación, con ese sombrero que ya no se usa y con ese moño. Yo pregunté: “¿Abuela, esas son monjas?”. Y ella me respondió: “No, son protestantes, ¡pero son buenas!”. Fue la primera vez que escuché hablar bien sobre las personas que pertenecen a otras confesiones. La Iglesia ha crecido mucho en el respeto por las demás religiones, el Concilio Vaticano II ha hablado sobre el respeto de sus valores. Hubo tiempos oscuros en la historia de la Iglesia, hay que decirlo sin vergüenza...Ciertamente, lo dice sin vergüenza. Pero lo más grave del discurso de las familias numerosas, poco notado en general y bien apuntado en un comentario que nos enviaron a nuestra entrada anterior, estriba en la re-interpretación fullera que Bergoglio propicia de la Humanae vitae, aquella Encíclica tan resistida de Paulo VI cuyo objeto fue señalar la ilicitud de los métodos anticonceptivos, y que Bergoglio refunde como mera condena del neo-malthusianismo. «Habiendo relativizado este pronunciamiento magisterial, procede a llevar la cuestión [del uso de anticonceptivos] al fuero interno». Ya lo había hecho su finado amigote, el levantisco cardenal Mejía, desde las páginas de su malfamada revista Criterio en los mismos días de la salida de aquella Encíclica: «la enseñanza de la Sede romana no es un absoluto» porque ésta de la bioética «es la zona más crepuscular y delicada del ejercicio del Magisterio», pues aunque la Iglesia «tiene el derecho a proclamar enseñanzas que se refieren a la ley natural (...) entramos en una zona donde el progreso de los conocimientos humanos, las limitaciones culturales y las transformaciones de la historia tienen su parte». «El límite -culmina Mejía- no es impuesto a la conciencia, sino que brota, en la enseñanza de la Encíclica, de las raíces de la conciencia misma». Francisco recogió el motivo: «el rechazo de Paulo VI no se refería a problemas personales, sobre los cuales pedirá luego a los confesores que sean misericordiosos y que comprendan las situaciones» sino al neo-malthusianismo. No sólo tienen la osadía de afirmar que la ley no está en las cosas sino en el sujeto, que la conciencia es infalible y que un acto malo por su objeto puede dejar de serlo a tenor de las circunstancias (y que el pecado está en las ideologías y en los programas, pero no en los actos personales), sino que pretenden hacer cómplice al Magisterio de esos mismos y venenosos errores. Y de paso, para alivio del montón, se abren las compuertas de un cambio de doctrina respecto de los anticonceptivos.
Eso sí: al día siguiente, a alabar a las familias numerosas.
In exspectatione
G.K Chesterton y el Control de la Natalidad
Bebés y Distributismo
G.K Chesterton
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Espero que no sea una oculta arrogancia pensar que no soy excepcionalmente arrogante; o si lo fuere, mi religión me impediría estar satisfecho de mi orgullo. Sin embargo, existe una terrible tentación de orgullo intelectual para todos los que participan de esta filosofía, si miran al caos de filosofías verborrágicas y triviales que nos rodea hoy. A pesar de todo, no hay muchas cosas que me muevan a algo parecido a un desprecio personal. No siento ningún desprecio por el ateo, que es a menudo un hombre limitado, constreñido por su propia lógica a una simplificación muy triste. No desprecio al bolchevique, que es una rebelión contra errores muy verdaderos. Pero existe un tipo de hombre hacia el cual siento lo que sólo puedo calificar como desprecio. Y ése es el propagandista popular de lo que él – o ella – describen absurdamente como control de la natalidad.
Desprecio el control de la natalidad porque, en primer término, es una palabra débil, indecisa y cobarde, que se usa para adobar el apoyo hasta de aquellos que en principio rechazarían su verdadero sentido. El proceso que estos curanderos recomiendan, no controla ningún nacimiento. Solamente asegura de que no va haber ninguna natalidad que controlar. No pretenden, por ejemplo, determinar el sexo o hacer alguna selección al estilo de la seudo-ciencia que llaman Eugenesia. La gente normal actúa para producir nacimientos; y esa clase de personas sólo puede actuar para impedirlos. Pero ellos saben perfectamente bien que deberían escribir prohibición de la natalidad en cualquiera de los centenares de lugares en los que escriben la hipócrita frase control de la natalidad. Saben tan bien como yo que la frase prohibición de la natalidad produciría un escalofrío en el mismo instante en que fuera proclamada en titulares, proferida desde plataformas o distribuida en anuncios, como cualquier otra medicina de curandero. No se atreven a llamarla por su nombre porque su nombre es mala propaganda. Por eso usan una frase convencional y sin significado, que puede hacer parecer a su curanderismo como algo más inocuo.
En segundo lugar desprecio al control de la natalidad porque es una cosa débil, indecisa y cobarde. No es ni siquiera un paso en el embarrado camino que ellos llaman eugenesia; es rehusarse de plano a tomar el primero y más obvio de los pasos en el camino que conduce a la eugenesia.
Una vez aceptado que su filosofía es correcta y su camino de acción evidente, su curso de acción es obvio, pero ellos se niegan a seguirlo y ni siquiera se animan a declararlo. Si las cosas que la cristiandad ha considerado morales no tienen autoridad, porque sus orígenes son místicos, entonces deberían sentirse libres de ignorar toda diferencia entre los hombres y los animales, y tratar a los hombres como animales. No necesitan andarse con vueltas con el rancio y tímido compromiso y convención llamado control de la natalidad. Nadie lo aplicaría a un gato. El camino de acción obvio para los eugenistas es actuar con los bebés como actuarían con los gatitos. Permitan que todos los bebés nazcan, para después ahogar los que no nos gustan. No veo ninguna objeción a esto, salvo la especie moral o mística de objeción que hemos opuesto a la prevención de la natalidad. Esto sería real y razonablemente eugénico, porque podríamos seleccionar los mejores, o al menos los más saludables, y sacrificar aquellos que se llaman los inadaptados. Con el débil compromiso de la prevención de la natalidad, estamos, muy probablemente, sacrificando los adaptados para producir únicamente los inadaptados. Los nacimientos que impedimos pueden ser los de los mejores y más hermosos niños; los que permitimos, los más débiles o los peores. Y esto es verdaderamente probable, porque este hábito desalienta la paternidad precoz de la gente joven y vigoriza, permitiéndoles dejar la experiencia para años posteriores, principalmente por motivos mercenarios. Hasta que no vea aparecer un verdadero líder pionero progresista, que proponga un programa científico bueno y audaz para ahogar a los bebés, no me uniré al movimiento.
Pero existe una tercera razón para mi desprecio, mucho más profunda y por lo tanto mucho más difícil de explicar, en la que están enraizadas todas mis razones para ser lo que soy o intento ser, y, sobre todo, para ser un distributista. Quizás lo más cercano a su descripción sea decir esto: mi desprecio hierve hasta convertirse en mala conducta cuando oigo la sugerencia común de que se impiden los nacimientos, porque la gente desea estar libre para ir al cine o comprar un tocadiscos o una radio. Lo que me hace desear caminar sobre esta gente como si fueran felpudos es que usen la palabra libre. Con cada uno de esos actos se encadenan al más servil y mecánico sistema que haya sido tolerado por los hombres. El cine es una máquina para proyectar formas llamadas imágenes, que transmiten la noción que los más vulgares millonarios tienen acerca del gusto de las más vulgares multitudes. El tocadiscos es una máquina para reproducir el tipo de melodías que ciertos comercios y otras organizaciones eligen vender. La radio es mejor, pero tampoco se salva de lo que marca la modernidad de las tres: la impotencia de los que las reciben. El aficionado no puede desafiar al actor, el dueño de casa gritará inútilmente frente al tocadiscos; la turba no puede apedrear al parlante, sobre todo si es un altoparlante. Las tres forman parte de un mecanismo centralizado que les suministra a los hombres lo que sus patrones piensan que deben recibir.
Pero un chico es precisamente el signo y sacramento de la libertad personal. Es una tierna voluntad libre agregada a las voluntades del mundo; es algo que sus padres han elegido producir libremente y que libremente acuerdan proteger. Ellos pueden sentir cada diversión que les proporciona – que a veces es considerable – verdaderamente proviene de él y de ellos y de nadie más. Ha nacido sin la intervención de ningún jefe o señor. Él es una creación y una contribución: es su propia y creativa contribución a la creación. Además es mucho más bello, maravilloso, entretenido y asombroso que cualquiera de las historias rancias o melodías tintineantes de jazz suministradas por las máquinas. Cuando los hombres han dejado de sentir que es así es porque han perdido la apreciación de las cosas primarias y, por consiguiente, todo sentido de proporción acerca del mundo. La gente que prefiere los placeres mecánicos a semejante milagro, está exhausta y esclavizada. Prefieren la escoria antes que la fuente primigenia de la vida. Prefieren la última, torcida, indirecta, copiada, repetida y exhausta creación de nuestra agonizante civilización capitalista, a la realidad que es el único rejuvenecimiento para cualquier civilización. Son ellos los que abrazan las cadenas de su vieja esclavitud; es el niño el que está listo para el nuevo mundo.
Bensonians
Bue, por lo menos ahora parece que le da lindas sorpresashttp://i207.photobucket.com/albums/b...s/rolleyes.gif:
Visto en Infovaticana.Cita:
Con este Papa vamos de sorpresa en sorpresa
Algunas preocupantes, otras hirientes para quienes creo que no se lo merecen, y que algunos lectores se encargan de protestar, muchas, óptimas. Pero también en las óptimas cabe la sorpresa. Porque no debería sorprender que el Papa dijera cosas muy buenas y muy bien dichas. Parecería que iba en el cargo.
Sería interminable señalar todo lo bueno que ha dicho el Papa Francisco. Muchísimo. Y en algunas cuestiones, muy importantes, con más reincidencia que otros Papas anteriores. Éste no es un Blog pontificio. Hay otras páginas que recogen cuanto el Papa dice. Creo, al menos no es mi intención, que tampoco es un Blog crítico con el Papa. Por mi parte. Que es el Blog. Los comentarios son ya de quienes los hacen. Y bastantes notablemente críticos. Borro lo que me parece impresentable y en lo demás que cada palo aguante su vela. También pienso que no sería labor eclesial eliminar toda crítica a cosas del Papa ocultando una realidad que ahí está. Con razón o sin ella. Por parte de muchos o de pocos.
Hoy me voy a referir solamente a una cuestión seguramente de escasísima importancia. Por segunda vez en su pontificado el Papa se ha referido, positivamente, a un autor que creo que es absolutamente desconocido hoy. Tal vez mis lectores sepan algo de él porque publiqué una recensión de su obra más conocida: El Señor, o el Amo, del mundo.
Me refiero a Benson, hijo de un primado anglicano, converso al catolicismo el hijo, sacerdote y autor leidísimo a comienzos del siglo pasado y del que hoy no se acordaba nadie. Ha habido alguna reedición en España, de la que me hice eco entusiasmado, porque el libro vale la pena, pero lo asombroso, y para mí gratísimo, es que el Santo Padre, ya en dos ocasiones, vamos a una por año de su pontificado, se haga eco, con elogio, de Benson. En novela de doctrina segurísima, ciertamente apocalíptica, y católica a machamartillo.
Ciertamente Francisco es el Papa de las sorpresas. El Benson duplicado es una de ellas. Y no molestará a algunos molestos con el Papa. Aunque lamentablemente la mayoría de ellos no sepan quien es Benson. Leed al inglés y pienso que es posible que a algunos, o a bastantes, les sorprenda la fijación del Papa en él. A los críticos con Francisco pienso que les sorprenderá gratamente. A los entusiastas del Papa, descontando a esa inmensa mayoría de analfabetos eclesiales, tal vez no.
Me pensaba tomar unas vacaciones de este foro, pero me voy a quedar para equilibrar un poco este hilo porque en los últimos meses sólo se postea info de blogs hostiles al Santo Padre (y siempre son los mismos).
Para el mamarracho de Jiménez "non sancto":
Cita:
"“Puesto que la blasfemia viola el honor divino, es un pecado más grave que el homicidio."
(Santo Tomás de Aquino)
FUENTECita:
¿Qué quiso decir el Papa al hablar de "paternidad responsable"?
Roma (Italia) (AICA): Uno de los más cercanos colaboradores del papa Francisco, reveló que el Santo Padre se sintió molesto y dolido por las malinterpretaciones que surgieron de sus declaraciones sobre la familia. El arzobispo Ángelo Becciu aseguró que Francisco no quiso disminuir para nada la belleza y el valor de las familias numerosas y subrayó la confirmación que el Santo Padre hizo de las enseñanzas de la encíclica Humanae Vitae, de Pablo VI.
Uno de los más cercanos colaboradores del papa Francisco, reveló que el Santo Padre se sintió molesto y dolido por las malinterpretaciones que surgieron de sus declaraciones sobre la familia. El arzobispo Ángelo Becciu aseguró que Francisco no quiso disminuir para nada la belleza y el valor de las familias numerosas y subrayó la confirmación que el Santo Padre hizo de las enseñanzas de la encíclica Humanae Vitae, de Pablo VI.
Monseñor Becciu concedió una entrevista al diario italiano Avvenire en la que habló sobre la reacción del Papa, aclaró los puntos oscuros y agregó detalles de esa conferencia de prensa de la que él mismo fue partícipe.
-¿El Papa se ha reconocido en la interpretación preponderante dada por los medios a sus palabras, cuando dijo que para ser buenos católicos no hace falta ser como conejos?
- Al ver los títulos de los periódicos, el Santo Padre, con el que hablé ayer, se quedó un poco sorprendido por el hecho de que sus palabras –voluntariamente simples- no han sido puestas en su contexto respecto a un pasaje clarísimo de la Humanae Vitae sobre la paternidad responsable.
La frase del Papa debe interpretarse en el sentido de que el acto procreador en el hombre es un acto responsable enraizado en el amor y en la recíproca donación de uno mismo. Lamentablemente, a menudo la cultura contemporánea tiende a disminuir la auténtica belleza y el alto valor del amor conyugal, con todas las consecuencias negativas que se derivan de ello.
-Algunos dicen que, hablando de tres hijos por pareja, el Papa ha querido indicar un número “taxativo”...
- ¡De ningún modo! El número 3 se refiere únicamente al número mínimo indicado por sociólogos y demógrafos para asegurar la estabilidad de la población. De ningún modo el Papa quería indicar que ése es el número “justo” de hijos por matrimonio. Cada pareja cristiana, a la luz de la gracia, está llamada a discernir, según una serie de parámetros humanos y divinos, cuál es el nímero de hijos que puede tener.
-Muchas familias numerosas están desorientadas ante la versión que los medios de comunicación han presentado de las palabras del Santo Padre...
- El Papa verdaderamente siente mucho que se haya creado esa desorientación. Él no quería disminuir para nada la belleza y el valor de las familias numerosas. En la audiencia general [n. de r.: del miércoles 21 de enero] afirmó que la vida es siempre un bien, y que tener muchos hijos es un don de Dios por el que hay que dar gracias.
-¿Cuál es entonces la correcta interpretación de la paternidad responsable de la que habla la Humanae Vitae, subrayada por el Papa en diversas ocasiones?
- Es la interpretación que nace de la enseñanza del Beato Pablo VI y de la tradición milenaria de la Iglesia reafirmada en la Casti Connubii [n. de r.:enciclica de Pio XI de 1930]: que no hay que dividir nunca el carácter unitivo y procreativo del acto sexual, y que éste debe inscribirse siempre en la lógica del amor, por la que la persona entera (física, moral y espiritual) se abre al misterio del don de sí misma en el vínculo del matrimonio.
-¿Podemos decir que el Papa ha reafirmado la validez de este documento en todos sus aspectos?
- No tengo la menor duda. El Papa es un gran admirador de Pablo VI, lo ha dicho en varias ocasiones. Además, ha sido él quien lo beatificó. Y en Filipinas, hace pocos días, contemplando una nación tan joven, ha querido subrayar que la posición expresada por Pablo VI en 1968 fue “profética”.
-¿Cómo conciliar entonces la apertura a la vida con las dudas reales de las parejas que deben afrontar tantos problemas, a veces incompatibles con la recepción de una nueva vida?
- Sabemos que esto es un verdadero drama para muchas parejas. Aquí se debería hablar del apoyo económico de los gobiernos a las familias con rentas bajas. De todas formas, como dice a menudo el Papa, es preciso tratar cada caso con misericordia y con mucha atención pastoral. Los problemas pueden nacer de cuestiones médicas, económicas o psicológicas. Para algunos cónyuges, el desafío es enorme, y la Iglesia tiene como primer deber ayudarles y confortarles.
-El Papa se ha referido a la crisis demográfica en Italia. ¿Cuál es el mensaje para los países en la misma situación?
- Podría decir que este gravísimo síntoma sociológico es representativo de una cultura que no tiene alegría ni esperanza, una cultura del descarte. El deseo de tener niños es, de hecho, la prueba de que se cree en el futuro, en lo que uno es. Italia y Europa están perdiendo su identidad, se están volviendo viejas. El espectáculo de la juventud desbordante de los países asiáticos ha confirmado aún más esta percepción del Papa.+
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¿Son deliberadas las contradicciones permanentes en el discurso de algunos clérigos?
A muchas personas les confunde los mensajes aparentemente fluctuantes y contradictorios que algunos clérigos lanzan un día sí, y otro también. Un día parecen opinar blanco, y al día siguiente negro. Estas continuas contradicciones hacen que sea difícil exponer de forma sistemática y clara lo que piensan en realidad, originando una gran confusión sobre sus intenciones. ¿Es esto casualidad? ¿es deliberado?
Como siempre, el Magisterio de la Iglesia tiene algo que decir al respecto. San Pío X, en su encíclica Pascendi contra el modernismo, nos advierte muy claramente de que hay “un gran número de católicos seglares y, lo que es más deplorables, hasta sacerdotes“ que “se ocultan.. no desde fuera… sino en las entrañas misma de la Iglesia y en sus mismas venas” y que tienen un modus operandi muy claro, consistente no declarar nunca su pensamiento de forma clara y sistemática, sin temor alguno a la contradicción, con el objeto de evitar la condenación y reacción:
“su táctica es la más insidiosa y pérfida… consiste en no exponer jamás sus doctrinas de un modo metódico y en su conjunto, sino dándolas en cierto modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contribuye a que se les juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consistentes;“.
Estas personas, continúa el Santo Padre, “so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia… Tales hombres se extrañan de verse colocados por Nos entre los enemigos de la Iglesia. Pero no se extrañará de ello nadie que, prescindiendo de las intenciones, reservadas al juicio de Dios, conozca sus doctrinas y su manera de hablar y obrar. ”
No lo olvidemos nunca.
Miguel Ángel Yáñez
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El juego de las diferencias
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Hay dos personajes que, desde hace ya un buen tiempo, no cesan de avergonzar a todos los argentinos frente al mundo. Ellos son, claro, el Papa Francisco y la Presidente Cristina Kirchner. A tal punto llega nuestra desolación que es frecuente leer comentarios en blogs católicos donde se dice, por ejemplo, que Bergoglio es “como el resto de los argentinos”, o que “no podía esperarse otra cosa de un argentino”. Y tienen razón sólo en parte, o bien, tienen la razón que tienen todas las generalizaciones. Debo decir con pesar que, en las últimas décadas, la mayoría de los argentinos forma parte del grupo al que pertenecen el Papa y la primera mandataria. Pero hay otros argentinos, entre los cuales me cuento, que no somos de esa calaña. Somos pocos, y cada vez menos, pero estamos.
No me interesa escribir una entrada plañidera. No es cosa de caballeros deshacerse en lágrimas y secar los trapos al sol pero sí lo es señalar lo que evidencia a estos personajes calamitosos quienes, a su paso, infringen daños irreparables a un país y a la Iglesia toda.
Y la cuestión es que los acontecimientos de los últimos días han mostrado ya, y de un modo palmario, las innegables similitudes que tienen el Pontífice con la Presidente. Veamos aquí algunas de ellas:
1. La filiación política: Ambos son hijos de San Perón. Como escribe el blog In Exspectatione, ambos poseen las “habilidades adquiridas en la escuela de aquel santo doctor y fundador de impar progenie”. Perón y su movimiento fue el sepulturero de la Argentina que supo ser hasta el año ’40. Es verdad que había mucho para enterrar: era un país con una selecta y eficiente clase dirigente pero liberal y masona, muchas veces anticlerical y que privilegiaba sus vínculos con los sectores occidentales liberales y masones de Francia, Inglaterra o los Estados Unidos. El problema es que, con todo eso, se sepultó la posibilidad de una clase dirigente y, desde ese momento, el país estuvo gobernado por los parias, es decir, por representantes de las clases inferiores incapaces de toda incapacidad para el gobierno y la administración de la cosa pública. Quienes debieran haber cumplido su rol en el teatro de la vida -diría Epicuro- en el honrado oficio de vendedores callejeros de achuras o menajes con el cual se habrían honrado a sí mismos y a la sociedad, se convirtieron en senadores, gobernadores y presidentes de una república. Perón y el peronismo des-ordenaron la sociedad; se mezclaron los papeles; su confundieron los roles; se ensució la política. Y esta es una situación irreversible. Argentina nunca más volverá a ser lo que fue: la nación líder en Latinoamérica por su educación, su cultura y su economía.
2. El peronismo de ambos explica la desvergonzada duplicidad de discursos. Lo hemos visto hasta el hartazgo en el Papa Francisco, diciendo siempre lo que la platea que tiene enfrente desea escuchar, sin importarle que sea exactamente lo contradictorio a lo que dijo un día antes o a las mismas proposiciones de la fe. Omar Bello, uno de los biógrafos del Papa, cuenta el caso de un alto empleado de la curia porteña que fue echado de su trabajo por orden del entonces cardenal Bergoglio. Cuando el pobre hombre se acercó al cardenal para consultarle los motivos de su despido, éste le dijo: “¡Qué te hicieron! Son los viejos empleados de la Curia. No puedo hacer nada. Me torcieron el brazo”. Y así, todos en paz. Bergoglio le dice a los periodistas que los católicos deben controlar la procreación, abriendo disimuladamente una puerta a la contracepción y, un día después, le dice a los católicos que las familias numerosas son una bendición. Y de estos ardides, ¿cuántos llevamos desde el inicio de su pontificado? Cristina, por su parte, en la última semana ha dado un claro ejemplo de la misma política de cambio de discurso sin el menor sonrojamiento de mejillas: el martes, el fiscal Nisman se había suicidado; el jueves, en cambio, había sido asesinado. En 2011 Irán era un país terrorista y en 2012 había que buscar un entendimiento a través de una Comisión de la Verdad. Para ambos peronistas, la verdad, y con ella la realidad, no existen o no tienen entidad apreciable: lo importante es el momento y la conveniencia que marcan las circunstancias. Ayer, era conveniente echar a un funcionario; hoy, cuando soy interpelado por él, es conveniente mostrarme solidario en su desgracia: ¡Qué te hicieron! Doble discurso o mentira a secas sin rubores.
3. Si bien ambos, Bergoglio y Cristina, son parlanchines y les gusta extenderse en palabras y alocuciones, necesitan, sin embargo, de intérpretes que popularicen sus discursos y deseos. Estos lenguaraces suelen ser personajes impresentables que no pasan de paniaguados. En el caso de la presidente argentina, tenemos especímenes como Capitanich y Aníbal Fernández, la espantosa Diana Conti o el católico Julian Dominguez. El Romano Pontífice, en cambio, usa a su ceremoniero Karcher o a su secretario Pedacchio y, cuando la cosa se pone pesada y estos dos pobres infelices son insuficientes, recurre al P. Lombardi o, como en el último caso, a Mons. Becciu.
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4. Bergoglio y Cristina poseen, además, otra característica en común bastante más profunda de las anteriores: ambos son descastados, es decir, no poseen un grupo social de pertenencia. No están adscriptos e identificados a clase o colectivo social determinado lo cual genera en ellos una fuerte dosis de resentimiento. Cristina Fernández, por ejemplo, es hija natural de una mujer que, en su época, era obrera fabril e hincha fanática de fútbol, y que luego que se casa con un colectivero. Su hija jamás aceptó al padrastro y siempre buscó el ascenso precipitado de clase. Cuando joven, cuentan sus biógrafos, era habitual verla asistir a los partidos de rugby, caminando por sus canchas enlodadas con tacos aguja, en busca de algún pretendiente que perteneciera a familias distinguidas cuyos hijos practicaban ese aristocrático deporte. Bergoglio, por su parte y como lo narra el mismo Omar Bello, ha negado siempre a sus padres. Relata que, en una ocasión, hablando con él en su despacho, le preguntó si la mujer mayor de un pequeño retrato que había allí había era su madre. El cardenal le respondió que no, que era la mujer que lo había criado a él y a sus hermanos y por la cual, una vez que ingresó a la Compañía de Jesús, nunca más se había interesado. Muchos años después, cuando ya era arzobispo de Buenos Aires, la mujer se había acerca al arzobispo a pedir ayuda porque estaba sumida en la pobreza. Bergoglio no quiso atenderla y la hizo echar. Tiempo después la buscó, pero era tarde: ya había fallecido en la miseria. La anécdota indica una personalidad particular: no tiene la foto de su madre pero sí la de una empleada doméstica, que había sido muy cercana a él, pero de la que se había desentendido durante décadas. Este renegar y no reconocerse en los suyos produce el resentimiento que se manifiesta de diversos modos. En Cristina, por ejemplo, cargándose de joyas carísimas, Rolex y carteras Vuitton pero, al mismo tiempo hablando delicias de los pobres trabajadores y pestes de la clase media y de los dueños del campo. Bergoglio criticando por televisión a los dirigentes de Cáritas que concurrían a un festejo a un caro restaurante de Puerto Madero y no perdiendo ocasión de mostrar su despecho por todo lo que implique cierta distinción, bueno gusto o meramente cultura, mientras alquila la Capilla Sixtina y los Jardines Vaticanos a los usuarios europeos de Porsche.
5. Ambos personajes están rodeados de una corte de aplaudidores incondicionales. La mayor parte de los argentinos no podemos soportar los discursos en cadena nacional de nuestra presidente en los que, rodeada de ministros, legisladores y empresarios, se desliza entre aplausos y ovaciones a cada una de sus afirmaciones o bromas tontas. En el otro caso, cualquiera puede ver, por ejemplo, el video de la conferencia de prensa del papa Francisco a su regreso de las Filipinas. El P. Lombardi, la inefable Piqué junto con su marido, el ex sacerdote Jerry O’Connell, se deshacen a carcajadas con cada una de las vulgaridades pontificias: conejos copuladores, patadas en “donde no da el sol”, etc.
6. Bergoglio y Cristina, también, tienen una particular inclinación y gusto por romper con las normas del protocolo y la buena educación. Así como Francisco decidió usar sotana blanca casi transparente con pantalones y zapatos negros, Cristina decidió que sus edecanes debían ser mujeres, para lo cual produjo un verdadero estropicio en las Fuerzas Armadas para que las señoras militares que se dedicaban a sus oficios de médicas ascendieran al grado de coronel. Mientras Francisco le dio una silla y un sanguchito de mortadela al guardia suizo que lo custodiaba, Cristina y los suyos se mataban de risa, y de desprecio, cuando los jefes de su guardia personal cumplían los rituales acostumbrados a su llegada a la Casa de Gobierno. Mientras Francisco despreció el usó de las seculares insignias pontificias, Néstor Kirchner jugueteó con el bastón de mando presidencial cuando le fue entregado. Mientras el Papa no asistió, sin aviso previo, a un concierto en su honor que se realizaba en el Aula Pablo VI, los Kirchner dejaron plantada a la reina Beatriz de Holanda en la comida que la soberana daba en su honor en su visita de estado a la Argentina.
El juego de las diferencias o el juego de las similitudes.
The Wanderer
Si lo leyera el turco Asís diría que este tipo es un gil. Esa actitud es típica de algunos porteños que van desde "semo' lo más mejor" a "semo' el cuarto mundo"; en modo alguno nos identifica a todos los argentinos. Y comparar al Santo Padre con Kretina ya es lo último, antes me gustaban algunas notas de ese blog pero en los últimos meses se fue al carajo.
En cuanto a los comentaristas antiargentinos se pueden ir todos a la m*rdahttp://i207.photobucket.com/albums/b...retos/cuss.gif; si escriben en castellano deben ser de otros países hispanos y que yo sepa hoy día no hay ninguno de nuestros países que sea un modelo de virtudes cristianas ("la paja en el ojo ajeno"http://i207.photobucket.com/albums/b...s/rolleyes.gif). Por otra parte, sean hispanos o no, son pésimos católicos ya que están descalificando a hermanos de un país entero, empezando, nada más ni nada menos, ¡¡¡que por el mismísimo Papa!!! Muchas veces yo mismo he señalado lo mal que hacen muchos hispanistas en descalificar a todos los anglosajones; siempre hay que separar la gente de los gobiernos o sistemas malos.
Sin comentarios.
Agregar también que si fuera de otro país hispanoamericano también molestaría, ya que a los dueños del circo no les gusta nada que sea de esta región. En este mismo hilo tenemos una colección de posts donde se lo ataca desde distintas posturas y se le achacan las más variadas ideologías. El último ejemplo es el de Jiménez "Non-sancto"; si el Papa fuera mexicano le diría que es un mariachi o un típico pistolero y si fuera brasilero diría que es "o Papa bossa nova"http://i207.photobucket.com/albums/b...aretos/eek.gif, como es argentino le llama "matón peronista". ¿Qué hacen los obispos españoles que no sancionan a este tipo?, que supuestamente es católico; acá en tiempos del Proceso clausuraron la revista Mad por burlarse del cardenal Caggiano.
¿Por qué le molestaría a algunos "euro-pedos" que este papa sea sudamericano si es hijo de piamonteses?, porque para esta gente los hijos de europeos que nacimos en esta región del planeta nos habríamos transformado en otra cosa vaya a saber porque extraña mutación, no así los nacidos en JUSA, Canadá o Australia. Lamentablemente esta actitud se ve en no pocos españoles peninsulares, Jiménez Losantos en manera alguna es un caso aislado.
Y como si esto fuera poco el inefable Marcos Ghio en su programa talibán dice "en realidad es argentino de nacimiento, el tipo es italiano étnico". Como si existieran argentinos "étnicos"... Y Ghio es italiano nativo, como tantos otros por estos pagos, en fin.
Esto y aquello
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Es un «signo de los tiempos» (signo de descomposición) el frecuente olvido del «et, et» (esto y aquello), cuando se predica de realidades distintas pero complementarias, y la asunción del «aut, aut» (esto o aquello), que contrapone dialécticamente y de manera artificiosa. Los ejemplos son abundantes. Tomamos uno ofrecido por Ratzinger:
«No existe ninguna diferencia entre lo que hoy se suele contraponer como ortodoxia y ortopraxis, como doctrina recta y obrar recto, reflejando por lo general un tono más bien despectivo con respecto a la palabra «ortodoxia»: a quien tiene recta doctrina se le presenta como de corazón estrecho, rígido, potencialmente intolerante. En definitiva, todo dependería del obrar recto, mientras que sobre la doctrina se podría discutir siempre. Sólo serían importantes los frutos que la doctrina produce, mientras que sería indiferente por qué caminos se llega a las acciones justas.
Esa contraposición habría sido incomprensible e inaceptable para la Iglesia antigua, comenzando por el hecho de que la palabra “ortodoxia” no significaba “recta doctrina”: significaba la adoración y glorificación auténtica de Dios».
Otro ejemplo lo tenemos en el sacramento de la confesión. Ciertamente el ministro del sacramento ha de actuar como juez. Pero no sólo como juez, sino también como médico. Como juez, el sacerdote ha de juzgar de la gravedad de los pecados; de la integridad de la confesión; de las disposiciones del penitente. Teniendo siempre presente la infinita majestad de Dios ofendido, ha de ser juez que condene el pecado y absuelva al pecador arrepentido. Y ha de ayudarle a formar una conciencia recta, cierta y segura. Como médico: en cuanto que todo pecado es una enfermedad del alma; el confesor ha de diagnosticar esa enfermedad y detectar sus causas y raíces profundas; proponer el remedio medicinal, adecuado al penitente y a los pecados; curar las heridas (secuelas del pecado) en el alma; imponer una satisfacción.
Sería, por tanto, una contraposición forzada decir que «la confesión no es un juicio, sino una medicina»; o afirmar que «la confesión no es medicina, sino un juicio». Porque la confesión es un sacramento que conjuga ambos aspectos de modo complementario: es juicio y medicina. El equívoco se evitaría introduciendo un adverbio: «sólo», «solamente», «únicamente», «exclusivamente»…
También sería una contraposición artificiosa decir «la confesión es un juicio, y no un encuentro». Porque la confesión es, además de juicio y medicina, un «encuentro» con Cristo que es quien perdona los pecados por la mediación del ministro. El término «encuentro» significa la acción de Cristo por medio de los sacramentos y en este sentido lo emplea el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1097; 1153).
¿Dijo Francisco que la «confesión no es un juicio, sino un encuentro con Dios que perdona»? Así titula la agencia AICA, entre otras. Pero la agencia oficial del vaticano añade la conclusión de sus palabras según las cuales la confesión «más que un juicio, es un encuentro». El audio completo puede escucharse aquí.
Una vez más, hacemos nuestra la opinión de don Terzio:
«Desde que comenzaron, dijimos lo que pensábamos: Que los sermoncitos de las Misas de Stª Marta eran impropios del Papa, no apropiados ni a su ministerio ni a sus circunstancias. No recuerdo uno que no haya sido decepcionante, tratándose de quien se trata. El Papa no es, no puede ser, un cura de parroquia que improvisa e hilvana una reflexión desde el ambón. Francisco no puede ser Don Jorge. Pero se empeña en no dejar de serlo, para consternación de quienes mantenemos que el Papa se debe a sí mismo una dignidad incompatible con las formas francisquistas»
El hallazgo de unos huesos pone rostro a la incendiaria toma de Alicante por los romanos - ABC.es
Corrección de enlace: InfoCaótica: Esto y aquello
Gracias, Montealegre. Se me había quedado copiado el último enlace.
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Francisco recibe en audiencia privada a una “pareja” del mismo sexo: transexual “nacida mujer” y “esposa”
El periódico españo Hoy revela una reunión privada en el Vaticano con “Diego” Neria Lejárraga, una mujer de Plasencia, España, y su “esposa”.
Extractos:
El bendito encuentro entre Francisco y DiegoEl Papa recibió el sábado en El Vaticano a un placentino que se siente fuera de la Iglesia desde que se sometió a una reasignación de género.
…
Nunca antes me hubiera atrevido, pero con el Papa Francisco sí; después de oírle en muchas intervenciones, sentí que él me escucharía». Diego Neria Lejárraga es un placentino de 48 años, que el sábado fue recibido por el Papa Francisco en un encuentro estrictamente privado -como tantos otros del Santo Padre- en su residencia de Santa Marta, en El Vaticano, a las cinco de la tarde. Un momento excepcional para cualquier creyente, para miles de ciudadanos en todo el mundo, y único en la vida de Diego. Porque, ahora sí, su espíritu está en paz.
…
la persona que más ha querido en el mundo, «el alma de mi vida», su madre, le pidió que no cambiara su cuerpo mientras ella viviera. «Y por ella en una y mil vidas esperaría siempre». A ella la cuidó durante los últimos años de su vida y uno después de su muerte, cuando Diego cumplió los 40, dio por fin el paso: contactó con una cirujana plástica y comenzó a cambiar su cuerpo…
..
Diego le preguntó al Santo Padre entonces si tal como es hoy, si después de su reasignación de género, hay algún rincón en la casa de Dios para él. Y el Papa Francisco ayer le abrazó en El Vaticano. En presencia de su mujer, con la que muy pronto formará una familia.
…
Hoy su espíritu está en paz
[Fuente diario Hoy, Artículo original] [Actualización: confirmó la información en los periódicos italianos en el Corriere della Sera , Repubblica , Il Giornale , etc.]
Fotografía diario Hoy
Francisco recibe en audiencia privada a una “pareja” del mismo sexo: transexual “nacida mujer” y “esposa” | Adelante la Fe
¿Quién está en la ortodoxia?
Anotaciones de Pensamiento y Critica
LO QUE FRANCISCO OMITIRÁ DECIR EN SU ENCÍCLICA
Si en esta alocada sazón del mundo contásemos al menos con un Papa católico, posiblemente no tendríamos que pasar el trago amargo de la publicación de una encíclica sobre ecología, como la ya largamente anunciada por Su Discretísima Santidad para marzo próximo. O, en caso de que esta carta tuviese que escribirse, la esperaríamos como confutación de la marea ideológica que viene tiñendo la cuestión del medio ambiente, rehusando para tal fin todo consejo que pudiera brindar, v.g., un Leonardo Boff, boffetada de Anagni para un cabal sentido católico de la Creación. Y si las directrices del pensamiento de Francisco no fuesen reiterativas y previsibles como el vicio, saludaríamos quizás en la clamoreada encíclica el arbitraje católico en materia tan tristemente lastrada por errores, omisiones y mistificaciones, según consta hasta el cansancio. Habrá que descontar, por el contrario, que la progenie de Judas continúe pagando en nombre de la Iglesia el consabido tributo al discurso oficial articulado por periodistas y políticos.
Si no fuera por sus desafueros intrínsecos, el discurso ecologista debería despertar sospechas por el sólo hecho de gozar de tanta publicidad, por haber ganado un lugar preeminente en los contenidos de la estragadísima escuela de nuestros años, por concitar las tertulias -con tufo a logia- de varias de las más funestas personalidades de la alta política mundial. Más que auténtica y medular réplica al actual estado de cosas en el mundo, se diría una "disidencia programada", el bocado ofrecido por la élites gobernantes a los tontos que se precian de rebeldes: de hecho ha sido advertido cómo, tras la caída del bloque soviético, el rápido poder aglutinador de las reivindicaciones ecologistas ganó muchas voluntades antes adscritas al discurso marxista y desorientadas ante su pálido finiquito. Huelga señalar, pues, la gravedad de que la Iglesia aparezca cohonestando estas majaderías.
http://www.colsant.quijost.com/13fco/0/7/02imag/21.jpg El Poverello de Asís
ataviado con la jeta de Boff
Y así será, si Dios no fulmina antes a Bergoglio con un rayo como el que sacudió a la cúpula de San Pedro el día de la abdicación de Benedicto. En tanto, y a la espera de documento tan poco promisorio, nos limitamos a adelantar apenas algunas de las cosas que Francisco no atinará siquiera a insinuar en su eco-encíclica. A saber:
- que la Tierra no es un fetiche sino el rastro de la obra del Creador. Que todas las criaturas son vestigia Dei y que entre éstas el hombre, por el poder que se le ha concedido sobre toda la Creación material, es imago Dei, llamado a ser su similitudo según el orden de la gracia. Lo que supone que el fin remoto de todo humano operar no queda circunscrito a los lindes terrenos, sino que se proyecta a la gloria ultraterrena. Limitar esta dignidad, o proponer una dignidad fundada en otro principio, supone también un atentado contra la naturaleza -específicamente: contra la naturaleza humana.
- Porque se debe recordar que el tan blasonado término «naturaleza» entraña un doble significado: el primero, como el «conjunto de todos los seres creados»; el segundo (y hoy más resistido, a expensas de las ulcerosa difusión del existencialismo ateo, el deconstructivismo y demás filfas urdidas a medida de la pequeñez del hombre moderno) supone la «esencia en tanto principio de la actividad». Urge recuperar esta segunda acepción, que pone un coto a la hybris y al desatino contemporáneos. Pues si el hombre atenta contra el equilibrio ecológico -como se lo denuncia en todos los idiomas- es porque finge desconocer que hay unas leyes ínsitas en su misma constitución creatural, y que éstas limitan sus operaciones.
- Lo que dirige la mirada a un Dios que es no sólo misericordioso, como se acostumbra presentarlo para encubrir arteramente nuestros delitos, sino también legislador, pues a todos los seres les dio leyes inmutables, inseparables de su específica consistencia. Y al hombre, como ser de naturaleza compuesta -carne y espíritu-, aparte de las leyes que regulan sus operaciones necesarias le dio preceptos morales, para regular su libertad según el bien. Esto obliga a recuperar, en el contexto de la preocupación por el respeto a la naturaleza, el concepto hoy perimido de «pecado contra natura», que supone una doble y violenta transgresión: contra las leyes que regulan la sexualidad según su específico fin (válidas para todos los animales sexuados), y contra el Decálogo, expresión escrita de lo que llamamos «ley natural». La por muchos motejada como «agenda gay» de Bergoglio (con inclusión de audiencias privadas y abrazos a transexuales) no deja lugar a muy católicas expectativas a este respecto.
- Esto también obliga a censurar la inconsecuencia e hipocresía latentes en la solicitud por el ecosistema de parte de aquellos grupos que cultivan parejamente la indiferencia, la admisión o incluso la promoción del crimen del aborto. Un pontífice que hablara según el Espíritu no dejaría de conminar a los movimientos y dirigentes ecologistas a pronunciarse sobre esta cuestión, y a condenar sin cortapisas toda incongruencia que ésta proyecte sobre el orden lógico aun antes que en el de las conductas -que se verán invariablemente afectadas por aquella inicial defección.
- Por el mismo motivo por el que sabemos que las cosas salieron buenas de las manos del Creador y el pecado del hombre introdujo el desorden en el cosmos, una auténtica mirada católica sobre la naturaleza no puede enturbiarse con mitologías de cuño rousseauniano: nuestro estado es el de naturaleza caída. Por lo demás, la historicidad y la cultura, dimanadas de la condición espiritual del hombre, le son a éste connaturales. Es menester recomendar la enseñanza de aquellos hombres como Chesterton que, firmemente fundados en la ortodoxia católica, propusieron una sensata salida del atolladero de la modernidad a través del distributismo, doctrina informada por principios fundados en la Doctrina Social de la Iglesia. Se debe dar al traste con la distorsión romántica de la naturaleza para trazar el encomio de la ruralidad como soporte y ámbito de la tradición: a trueque del concepto abstracto de «tierra», las concretas tradiciones campesinas con la religión al centro. La gran ciudad moderna es cosa «contra natura» decía Rilke, y Ortega recordaba cómo la urbs imperial romana, en tiempos de su mayor esplendor, miraba asiduamente al campo, donde los propios jefes militares montaban a menudo sus castra y tenían sus quintas no sólo para solaz sino para labranza y ganadería.
No tenemos la esperanza de que Bergoglio trate ni por asomo alguno de estos ítems. Ni que recuerde cuánto el Redentor supo apoyar su predicación de las realidades espirituales en hechos y cosas tomados de la observación diaria de la naturaleza y las sencillas costumbres aldeanas, lo que es suficiente a ilustrar cuánto sea para nosotros inescindible la relación entablada entre ambos orbes -celeste y terrestre- a instancias de la Encarnación. Urge, pues, una mayor atención a los hechos eminentemente espirituales, que son los que dirigen eficazmente las acciones humanas, para lo que no está demás volver a las anécdotas y relatos rurales que, con carácter de advertencia alegórica, pueden indicar las soluciones que se nos viene escatimando en esta hora trágica para el espíritu.
Lo hemos visto esta mañana con nuestros ojos, para no ir tan lejos: bandadas de bandurrias que le ponían un volátil manto de ébano al campo recientemente segado. Resulta que la alfalfa, antes de la siega, había atraído gran cantidad de isocas (pequeñas mariposas entre amarillas y anaranjadizas que dejan sus huevos adheridos en los tallos de las plantas. De allí eclosionan los voracísimos gusanos capaces de dar cuenta en tres o cuatro días de todo un alfalfar). Las faenas mecánicas (corte y enfardado) truncaron el avance de la plaga, y las aves fueron suficientemente atentas como para reconocer el desparramo de vermes en toda la extensión del potrero. Así los querríamos a nuestros pastores, capaces de descender del cielo de la oración y de la bien llevada dignidad apostólica al labrantío de la Iglesia, y de extirpar todos los errores que infestan al Cuerpo Místico de Cristo en la persona de los apóstatas latentes, activos siempre para demoler. Un papa capaz de condenar explícitamente la peste de las malas doctrinas y de separar a los herejes, consciente de la alta e impar autoridad que lo asiste. Capaz también de recordar a los poderes públicos la responsabilidad que les compete de favorecer la verdad y combatir el error, al precio de ser severamente juzgados el día de la cólera de Dios, que será a la vez el tiempo de premiar a los piadosos «y de arruinar a los que arruinaron la tierra» (Ap 11, 18) con sus doctrinas perversas. Incluidas las ambientalistas.
https://c1.staticflickr.com/9/8225/8...260886afa5.jpg Bandurria mora
Lo viene señalando hace años el padre Sanahuja: el proyecto, de parte de empinadas personalidades políticas y financieras internacionales, de sustituir el Decálogo por una así llamada "nueva ética planetaria", promotora de la "vida sustentable". Los únicos "pecados" que esta nueva ética tendrá por tales serán los que afecten directamente a la Madre Tierra, aun al precio de que para fiscales del caso haya que convocar a ecologistas del piso quince. Habría que recriminarle entonces a Bergoglio: ¿a quién sirve que adoptemos la jerga y las gárgaras de los ideólogos y sus ideologizadas víctimas? Si por fuerza de las circunstancias hemos de compartir el planeta con los eco-fundamentalistas, al menos no sufraguemos sus dislates. Recordemos la imperiosa lección de san Jerónimo: con los herejes no debemos tener en común ni siquiera las palabras, para que no dé la impresión de que favorecemos sus errores.
In exspectatione: LO QUE FRANCISCO OMITIRÁ DECIR EN SU ENCÍCLICA
Un poco de cunicultura
Juan Manuel de Prada
Algunos lectores coñones me zahieren por haber publicado en ABC un artículo titulado El puñetazo a Gasbarri en defensa del Papa Francisco, justo el día en que comparaba a ciertos católicos de numerosa prole con los conejos. No soy, desde luego, alguien que se distinga por sus adulaciones a Francisco; de hecho, los fariseos profesionales me pusieron a caldo el día en que publiqué un artículo titulado Los nidos de antaño, lamentando unas penosas declaraciones del Papa. Hace ya algún tiempo que quemé todas mis naves: no aspiro a ninguna prebenda, mamandurria o distinción, de modo que me expreso con la libertad de un hijo de Dios, que es la libertad del que busca la verdad, se despoja de las anteojeras de los respetos humanos y renuncia a falsas glorias mundanas. Creo que quienes me leen (independientemente de que estén o no de acuerdo con lo que escribo) saben que no tengo otro señor sino mis convicciones, que por no ser las que halagan al mundo me valen muchos coscorrones y magulladuras.
En mi artículo El puñetazo a Gasbarri, donde en efecto defendía al Papa, decía también que Francisco «ha contado mayormente con el aplauso del mundo, que es la compañía más perniciosa para el cristiano»; y que este aplauso del mundo Francisco lo ha logrado «con un lenguaje campechano un poco chanta (que diría un argentino) y un involuntario embarullamiento en cuestiones doctrinales sensibles, que ha sido aprovechado con regocijo por los demoledores de la Iglesia». Creo que la referencia a los 'conejos' forma parte de ese lenguaje campechano y de ese embarullamiento.Cada vez que he escuchado unas declaraciones penosas (o simplemente bienquedas) de Francisco me he consolado pensando en aquel pasaje evangélico en que Cristo tiene que increpar a un Pedro inspirado con pensamientos mundanos que lo invita a rehuir su Pasión. Como afirmaba Castellani, «Pedro representa a Cristo y está en lugar de Cristo; y cuando reconoce, confiesa, profesa y proclama a Cristo, habla con la voz de Dios; pero el mismo Pedro como persona privada, hablando con sus fuerzas naturales y con su entendimiento humano, puede decir y hacer cosas indignas, escandalosas e incluso satánicas». Quien niegue esto es un papólatra descerebrado; o, como jocosamente añade Castellani, alguien que confunde el amor al Papa con el fetichismo africano. Porque amar a alguien no consiste en asentir bobaliconamente a sus sandeces, o tratar de justificarlas de modos babosos que injurien la inteligencia. Pienso que Francisco, sobre todo cuando se sube a un avión o tiene un teléfono a mano, propende a la facundia; y a veces su facundia puede incluir alguna sandez que cualquier católico no afectado por el síndrome del fetichismo africano puede señalar con naturalidad.
Observaba Gustave Thibon que, cuando las instituciones son fuertes e inamovibles, están por encima de las personas que las encarnan coyunturalmente. Dante, por ejemplo, incluyó en el elenco de condenados al che fece per viltade il gran rifiuto, refiriéndose a Celestino V (que renunció a la tiara pontificia), sin que por ello se menoscabara el prestigio del papado. Hoy, a diferencia de lo que ocurría en tiempos de Dante, cuando las instituciones se han debilitado y casi nadie las defiende, surge como una putrescencia el fervorín idolátrico, la exaltación grosera y grotesca de las personas que coyunturalmente las encarnan. Pero tales excesos papólatras -tan vacuos- ocurren mientras la Iglesia católica es arrastrada por el fango un día sí y otro también, a veces como consecuencia de sus pecados, pero casi siempre por odium fidei.
Benedicto XV dedicó a Dante una encíclica (¡ay, aquellos tiempos en que los papas dedicaban sus encíclicas a asuntos imperecederos!), In praeclara summorum, en la que reconoce que «arremetió con terrible acrimonia contra los Sumos Pontífices de su tiempo»; mas no por ello deja de declararlo el más grande poeta católico de todos los tiempos. Y Pablo VI, en su motu proprio Altissimi cantus, dedicado también a Dante, repetía la misma idea, reconociendo al divino autor de la Commedia como el más elevado fruto del genio católico, sin que sus «reprensiones acerbas» a los Papas manchen tal consideración, pues actuaba de «juez y censor» de «vicios lamentables». Yo creo que intentar halagar al mundo hablando de 'conejos' para referirse a quienes heroicamente crían a sus hijos en un mundo que los mira como si fuesen friquis es algo lamentable. Desde luego, mi pobre pluma vale infinitamente menos que la de Dante; pero la de los fetichistas africanos que alaban o justifican toda palabra inepta salida de la boca papal vale infinitamente menos que la mía.
Un poco de cunicultura
ÉSTA ES LA IGLESIA DE FRANCISCO
¿Quién podría reconocer hoy a la Iglesia en las palabras de aquella constitución dogmática del Concilio Vaticano I, que dicen ser ella «como una bandera levantada para las naciones, [que] no sólo invita a sí a los que todavía no han creído sino que da a sus hijos la certeza de que la fe que profesan se apoya en fundamento firmísimo» (Dz 1794), cuando la misma Jerarquía insta a los infieles a mantenerse en sus falsas creencias y a sus hijos les ofrece una enseñanza mudable y tornadiza, ajena al Magisterio perenne?Extemporáneas se dirían aquellas palabras (o alusivas a otra Iglesia, portadora de sus cuatro notas hoy irreconocibles) que afirman que a ella sola «pertenecen todas aquellas cosas, tantas y tan maravillosas, que han sido divinamente dispuestas para la evidente credibilidad de la fe cristiana. Es más, la Iglesia por sí misma, es decir, por su admirable propagación, eximia santidad e inexhausta fecundidad en toda suerte de bienes, por su unidad católica y su invicta estabilidad, es un grande y perpetuo motivo de credibilidad y testimonio irrefragable de su divina legación». Ciento cuarenta años atrás los padres conciliares hablaban decididamente otro idioma: el de la fe.
Apenas como una muestra del efecto que la apostasía provoca en las costumbres, ahí está la denuncia del fiscal del tribunal del Vaticano, Gian Piero Milano, acerca de que las blasonadas transparencia y reforma francisquistas han dejado el ominoso saldo de un aumento de las prácticas delictivas muros adentro del pequeño Estado. Con menos de 800 habitantes entre cardenales, nuncios, sacerdotes y guardias suizos, en 2014 se abrieron dos investigaciones por tenencia de material pornográfico de menores, a la vez que se advierte un aumento de la criminalidad financiera y del tráfico de drogas (hemos tratado aquí el caso, pronto silenciado por los medios, de la carga de cocaína en el auto del secretario del cardenal Mejía). Lodazal, que no fons signatus. El estatuto monárquico de la Iglesia trocado en una caquistocracia de hecho, y ésta comandada por un bufón cuya elección se deduce fraudulenta, a juzgar por el vejamen en que se incurrió contra la Universi Dominici Gregis, la constitución apostólica que regula los términos del cónclave.
http://4.bp.blogspot.com/-5hOQKhEgsk...co_Sistina.jpg Los astros se horrorizaron esa vez
Entre los dos polos del cinismo y la hipocresía: así naufraga la nueva Iglesia. Cinismo como el del cardenal de peluca y prefecto de los Institutos de Vida Consagrada, João Braz de Aviz, que dedica a los frailes de la devastada orden de los Franciscanos de la Inmaculada sendos documentos en los que los alienta -perífrasis fatigada por diezmilésima vez- a reconocer los "signos de los tiempos", de los negros tiempos que corren. A rendirse, en una palabra, tomando sobre un total de 84 notas (al menos en el segundo de los documentos en cuestión, que el primero arroja similares cifras), 73 del magisterio volátil de Francisco, entre la Evangelii gaudium, fragmentos de homilías, la explosiva entrevista con Antonio Spadaro, etc. De las restantes notas, dos son de Benedicto XVI, dos de Juan Pablo II, dos de la Congregación que dirige el mismísimo peluquín y otras dos de san Ambrosio, sin la más mínima alusión a algún texto magisterial anterior al Vaticano II. Es seguramente una manera de actualizar aquella insistente enseñanza de Francisco acerca del «salir la Iglesia de sí misma», en la más cruda acepción de "tirar por la borda" la propia identidad. Ya lo supo san Gregorio Magno: «de dos maneras podemos salir de nosotros mismos. La primera es cuando nos zambullimos en pensamientos rastreros. La otra cuando nos sublimamos por la gracia de la contemplación. Así el que apacentaba puercos se rebajó a la divagación del espíritu y a la impureza, mientras que el otro [Pedro, cfr Act 12, 7ss.], a quien el ángel rompió las cadenas que lo amarraban -llevado y arrebatado por el espíritu-, fue levantado sobre sí». La equivocidad de la enseñanza post-conciliar, ya con cincuenta años de experiencia, se vuelve diáfana por la evidencia de sus definitivos efectos: «salir de sí mismo» significa para éstos revolcarse en el cieno, teniendo a los cerdos por confidentes de su desgracia.
Hipocresía, decíamos, porque últimamente no le han faltado ocasiones a Francisco para llamar en auxilio de sus entuertos a los santos de otras edades, haciéndolos garantes de los mismos. Hace poco más de un mes manoteó el santo recuerdo del papa Pío XII para avalar su proverbial laxismo en relación con las disposiciones para comulgar (esta vez en lo relativo al ayuno). Ahora se sirve convocar a una jornada de oración mundial por la paz para el día que se cumplan los 500 años del natalicio de santa Teresa de Jesús. «Se va a comunicar a todas las conferencias episcopales para que a lo largo de ese día, después de que el Papa haya comenzado la oración, todo el mundo, incluidos miembros de otras religiones, puedan unirse a ella durante una hora de silencio, al estilo teresiano», informaron con lacónica desvergüenza los divulgadores. Sinceramente, preferimos que Bergoglio omita toda mención a los santos de la Iglesia y continúe ensalzando en cambio a sus Romero, sus Angelelli, sus Arrupe, ya que lo suyo es como de un anti-Midas: lo que toca lo vuelve barro.
Pero no hay razón ¡ay! para creer esto posible. El universalismo católico, tal como lo concibe el Neopapa, supone -después de la razonable purga de los refractarios- sentar en una misma mesa a los opuestos. Ya lo sugiere la tenebrosa alegoría del dragón bueno, con un mediador entre éste y los hombres llamado Pedro, según el cuento ilustrado que se distribuye a instancias del proyecto Scholas Occurrentes, creado por Bergoglio y financiado por entidades de dudosa catadura moral. Un cielo que se confunde con la tierra, la aspiración celestial trocada en roznidos. Astronomía -llamémosla así para el vulgo, para las muchedumbres descristianizadas- que no es sino gastronomía.
http://4.bp.blogspot.com/-26cQS-PXtM...0/foto0825.jpg La paz con el dragón, el último sapo
que nos quiere hacer tragar Francisco
In exspectatione: ÉSTA ES LA IGLESIA DE FRANCISCO
El Dragón “fecundo” de Francisco – Beatriz Reyes Oribe
EL BOSQUE DEL DRAGÓN
http://4.bp.blogspot.com/-26cQS-PXtM...0/foto0825.jpg
LA PAZ. Nº 15 DE LA SERIE DE CLARÍN, CON FRANCISCO A MI LADO.
Cuento: "El bosque de la Paz"
Ayer recibimos este fascículo de unos visitantes amigos de Buenos Aires sorprendidos por lo pedestre de su lenguaje y presentación. Como ellos tienen hijos grandes, ya no están en estos temas, de manera que nos legaron el cuadernillo publicado por Clarín y Scholas Occurrentes – para quienes no lo saben: las escuelas internacionales promovidas por el actual pontífice.
El panfleto (que forma parte de un proyecto de educación en valores) gira alrededor del cuento “El bosque de la paz” de Juan Salvo. Lo he googleado y me he encontrado con que el protagonista del Eternauta lleva dicho nombre, y es el único dato sobre el autor. ¿Será un pseudónimo? Quizás alguien pueda colaborar con algún otro dato sobre el autor.
Pero vamos a lo que quería comentar. El cuento es previsiblemente aburrido como muchos de su estilo con brujas buenas y piratas honrados: recurre al mismo lenguaje vulgar que, se supone, gustará a los niños; hace desaparecer el verdadero conflicto que suele tener el héroe con el villano o con algún ser malvado, para que todo se resuelva en un falso final feliz: en realidad todos eran buenos, hasta los malos; elimina prolijamente todos los motivos tradicionales de los cuentos o invierte su significado. No tiene nada de aquello que atrajo a generaciones a escuchar y a leer cuentos de hadas. No hay un San Jorge, ni una doncella. Tampoco posee reminiscencias del milagro de San Francisco, el que amansó a un lobo.
Se trata de unos aldeanos asustados por un temible dragón, que clava sus garras en la tierra y echa fuego. La aldea busca apoyarse sucesivamente en tres personajes: un guerrero y un armero, quienes abandonan su puesto; finalmente, acuden a un filósofo –curiosamente llamado Pedro-, quien descubre que el dragón era bueno, mientras que sus obras, en apariencia dañinas y peligrosas, eran en realidad fecundas. Cuando Pedro descubre que el Dragón habla y aprende sobre sus gustos, costumbres y funciones, vuelve a la aldea para convencerla de que el dragón es bueno y de que, juntos, pueden vivir en paz.
Lo primero que salta a la vista es la chatura: ninguna visión sobrenatural del asunto, ni menos, la más mínima referencia a Dios.
Además, no está claro por qué los aldeanos pueden confundirse tanto sobre las actividades del dragón. Todo lo que ellos ven y les parece malo, resulta bueno al final del cuento, a partir de la mera explicación del temible animal. No hay ninguna realidad objetiva que los atemorizados aldeanos puedan reconocer como buena obra del dragón. Está el bosque con sus frutos, pero es la antigua fiera la que reconduce su actividad temible a la fecundidad del bosque. ¿La fecundidad de la tierra es obra del Dragón?
Ahora bien, la cuestión central es que, dentro de la cultura occidental, cristiana y bíblica, el dragón es una figura del demonio o de un mal sobrehumano. Que en algunas partes del Oriente los dragones sean figuras benévolas no aporta nada a un cuento occidental. Entonces, no puede dejar de sorprender que Pedro sea el que hable con el Dragón para descubrir que es bueno en el fondo.
Uno podría pensar que en el cuento se rescata el valor del diálogo o de la racionalidad frente a las respuestas violentas; sin embargo, hay una desigualdad entre los antagonistas: de un lado, los hombres; del otro, el Dragón. "Hablando, se entiende la gente"… con las otras gentes; no con los dragones. Esto se ve reforzado por la necesidad de recurrir a un mediador. Mediador entre el Dragón y los hombres…
También es posible imaginar a Pedro como un nuevo Sócrates que fue a la caverna para visitar al Dragón y ser ilustrado por él mismo. Acá el filósofo vuelve a la aldea y nadie lo mata, todos lo obedecen y le creen, del mismo modo que él le creyó al Dragón. Hasta se pueden detectar rasgos iluministas: el pueblo irracional teme a lo desconocido porque vive en medio de sus costumbres tradicionales. El filósofo, más parecido a Kant que a Platón, lo saca de su “culpable ignorancia”. Pero, en definitiva, todo se resume en deponer las armas frente al archiconocido enemigo, el Dragón.
Confiamos en que de tan aburrido no haga daño.
Beatriz Reyes Oribe
Visto en: Homeschooling católico en Argentina Educación católica en el hogar
Nota de NCSJB: El encabezado de la página corresponde a nosotros, y cabe aclarar que el autor del “cuentito infantil” no es Bergoglio, pero fue publicado en el proyecto por él promovido y por lo tanto de su responsabilidad.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista: El Dragón “fecundo” de Francisco – Beatriz Reyes Oribe
El gran silencio
Es muy llamativo. ¿Cómo es posible que el Santo Padre siempre tuvo algo que decir cuando de política argentina se trataba y justamente ahora que el país está atravesando su peor crisis política en treinta años, con asesinato incluido, permanezca en el más absoluto silencio? Fuera que se presentara en el Congreso un nuevo proyecto de ley o que se vislumbrara una división en el interior del algún sindicato, la palabra iluminadora siempre veía de Roma. Y ahora, si siquiera la parlanchina Elizabetta Piqué abre la boca. Solamente ayer, periodista del diario Clarín se animó a decir que el papa Francisco había optado por la prudencia y nos invitaba a todos a aprender a leer sus silencios.
Ajá. ¡A papá mono con bananas verdes! Todos olíamos algo raro, y sucio, detrás. Y un amable informante de este blog me acercó lo que parece la explicación plausible del silencio pontificio. Para evitar probables misericordiasiones, evitaremos dar a conocer el nombre de la fuente. Baste decir que se trata de un importe funcionario de una de las curias más influyentes del conurbano bonaerense.
Finalmente está saliendo a la luz una cosa que yo ya sabía desde hace mucho tiempo y que entiendo es la razón profunda (pero no expresada, obviamente) de la estrategia de seducción que el Bergoglio electo ha desarrollado con Cristina Kirchner. Me explico: el sabía que lo escuchaban [se refiere a escuchas telefónicas ilegales] desde hace años. Y como desde siempre ha tenido una línea directa cuyo número lo daba a los que él quería (yo mismo lo he tenido y usado: teléfono y fax), resultó que por mucho tiempo (ahí sí sin que él lo supiera, a los inicios) los Kirchner grabaron un sinfín de sus tejemanejes de poder. Sin duda que muchas cosas hoy resultan comprometedoras, sobre todo en cómo resolvía cuestiones de moralidad. Y todos sus vericuetos conspirativos. En esos años yo trabajaba en una curia vecina a la de Buenos Aires y también nuestros teléfonos estaban intervenidos por la inteligencia estatal. Como sólo tratábamos cuestiones eclesiales, muy seguido, ante ruidos extraños, mandaba saludos a los muchachos de la SIDE. Yo nunca tuve miedo de que se supiesen cosas que eran pastorales, no tenía nada que ocultar. Bergoglio sí. Y fue amenazado de que se divulgarían sus trapitos sucios. De allí ese hielo en las relaciones entre él y los Kirchner por años.
Pero el 13 de marzo 2013 las cosas cambiaron. Ambos, Bergoglio y Cristina Kirchner, tuvieron unos días para definir estrategias. El gobierno atacó con bueyes idos con su participación en el secuestro de dos curas durante el gobierno militar. Luego, vista la seductora acogida que Bergoglio le dio en el Vaticano, vino la orden del silencio total sobre ese asunto. Pero los otros secretos del pasado ahí estaban, como una espada de Damocles. ¿Qué decidió hacer entonces Francisco? Se hizo kirchnerista y llenó a la presidente de progresivas atenciones. Por miedo. Por miedo a la divulgación de sus secretos.
Ahora que se ha desatado una guerra de espías y un fiscal ha sido asesinado, y ni siquiera la propia Cristina sabe cómo detener las denuncias contra ella misma, ¿no es llamativo el silencio de Bergoglio por los acontecimientos más resonantes de las últimas décadas? Hasta hace unos días él opinaba y mandaba cartas y hacía llamadas hasta de las cosas más nimias. Muchas cosas pueden salir a la luz...
En definitiva, si Bergoglio habla sobre el caso Nisman, diga lo que diga, siempre le pegará al gobierno de algún modo. El escándalo es demasiado grande para intentar siquiera una mínima defensa de los impresentables kirchneristas. Pero el papa también sabe que, si se pone contra el gobierno, aunque más no sea de resfilón, comenzarán a filtrarse las escuchas que tienen de sus conversaciones telefónicas durante años. Y ese podría ser un escándalo que bien podría terminar con su pontificado.
The Wanderer