Ésta era una de las esperanzas que yo tenía puestas en Francisco desde el primer momento. Pensaba que este hombre podría generar en muchísimas personas divididas por la visión política y sesgada de la vida, las suficientes cotradicciones para hacerles romper muchas cosas. Y creo haberlo dicho en alguno, o en varios, de mis mensajes esperanzados que escribí aquí mismo cuando comenzó su andadura Francisco.
Opino como tantos y tantos que ven en el aborto un holocausto de unas proporciones tan terroríficas que dejan pequeño a la mayoría de las barbaridades que la historia nos ha mostrado que el hombre es capaz de haber realizado hasta ahora. Ahora bien, yo, como Francisco, tampoco soy de derechas. Es más, detesto profundamente a estos autodenominados 'pro-vida' a los que, como bien denuncia Kontra, no se les cae el aborto de la boca, mientras votan al PP (por mucho que digan taparse las narices cada vez que se acercan a la urna..).
Es más, incluso me distancio, siempre lo he hecho, del mismo término 'pro-vida', porque yo no me considero uno de ellos. Yo denuncio el aborto, y punto. Estoy en contra de que la humanidad retorne en masa al paganismo y vuelva de nuevo a institucionalizar los sacrificios humanos de niños. Pero no tengo que ponerme la etiqueta de 'pro-nada', para poder criticar aquello con lo que estoy profundamente en contra. Es repugnante ver cómo, parece ser, a la luz de lo que vemos, si uno dice estar contra el aborto, ha de estar también a favor de las reformas laborales de cualquier gobierno liberal, y si uno está en contra del sistema capitalista, por no sé qué extraña conjetura, uno también debe de ser favorable, o al menos, permisivo con el crimen del aborto. Es una rara simbiosis ideológica de términos contrapuestos que jamás he comprendido.
Por eso Francisco me pareció que podría servir de revulsivo tanto para los unos como para los otros, si conseguía romper esa dinámica a la que nos ha acostumbrado el sistema. Yo, por ejemplo, como Adriano, en términos políticos muchos me podrían considerar un rojazo estatalista (foribundamente anticapitalista), pero no por ello voy a entrar en la dinámica de los comunistas y demás ralea progresista en lo que respecta al aborto o al odio a la religión. Y por otra parte, siendo católico, amo a N.S.Jesucristo, aunque soy un gran pecador, y amo también a su verdadera Iglesia, Madre nuestra, como la Santísima Virgen María, y no por ello voy a unirme con todos esos derechistas que toman a la Iglesia de rehén para justificar sus crímenes económicos y demás tropelías.
Por eso me gustó, en un principio, decía que me agradó la elección de Francisco. En mi ignorancia pensé que podría romper esa dinámica y, como tu dices, hacer retornar a la fé de la Iglesia a algunos izquierdista que, por una razón que comprendo perfectamente, les puede haber hecho sentirse alejados. Al mismo tiempo que podría hacerles bajar de su falso pedestal beatífico, y quitarles la careta, a tantísimos derechistas que, vestidos de católicos... son auténticos herejes que abrazan el luteranismo y el liberalismo. Pero hoy, decia, me ha defraudado, me está defraudando muchísimo, Francisco.
Quiero un papa que se mantenga fiel a la tradición recibida, tan firme defensor de la fé como San Ignacio de Loyola, y tan alejado de la dinámica impuesta por el liberalismo en política, de la falsa confrontación entre derecha e izquierda, como estaría cualquier defensor de la verdadera Fé y la Tradición de nuestra Iglesia.
¿Por qué no podemos tener un papa como León XIII (por poner un ejemplo) en nuestros días?. Absoluta firmeza en la defensa de la tradición doctrinal católica y completa oposición a todas las desviaciones y herejías de las izquierdas y las derechas que nos ha dado la lacra nacida tras la revolución francesa.
Realmente Satanás parece haber hecho una hoguera y ya no es solo humo lo que se cuela por las rendijas, las ventanas y las grietas de nuestra querida Iglesia.
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