"Yo pienso que en los ambientes tradicionalistas, por ejemplo, quizás existe un ambiente demasiado agresivo. Por ejemplo: al cardenal Kasper yo puedo criticarlo muy fuertemente, puedo pensar que incluso quizás se encuentre en pecado grave, pero él sigue siendo un cardenal de la Iglesia católica a quien yo debo cierto respeto; no por lo que dice o por su persona sino por su cargo, por su investidura cardenalicia. Y esto vale también para con el Papa, a mi juicio, aunque uno no esté totalmente de acuerdo sobre muchas cosas. Yo no coincido con aquellos tradicionalistas que lo llaman en vez de Francisco, simplemente “Bergoglio”, con desprecio. Si yo lo encontrase debería incluso besarle la mano por el respeto debido al Papa, al reconocerlo como tal. Pero si alguien creyera que no es el Papa, entonces el discurso cambiaría, obviamente. Pero yo pienso que Francisco, salvo prueba en contrario, es el Sumo Pontífice. También incluso aquellos cardenales que son pésimos cardenales los acepto como cardenales de la Iglesia. Yo los podré combatir, pero debo mantener un tono respetuoso en la confrontación. Esto entiendo que es
un equilibrio difícil y que hay una cierta tentación, sobre todo en los pueblos latinos, de ser por momentos hasta agresivos, pero creo que hay que hacer un esfuerzo para encontrar este equilibrio."
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