Re: Las catedrales-museos turísticos
Algo similar me sucedió en Covadonga. Quise entrar a escuchar misa y me encontré unos "guardias voluntarios en camiseta" que me impidieron el paso. ¡Cómo! ¿qué no puedo entrar en la Casa de Dios a oír misa?, les pregunté con cara de muy pocos amigos y en un tono que no era amistoso precisamente. Mientras tanto, mi madre en el interior asistiendo al oficio dominical y yo llegando tarde porque fui a intentar dejar el coche en el "aparcamiento turístico" en el que no cabía ni una bicicleta, ¡faltaría más! A todo esto, no llevaba encima, ni oculto ni a la vista, artefacto turístico alguno, vamos que se notaba que iba a misa, pues nada, no había forma de "conmover" pacíficamente a aquellos "ángeles custodios". Menos mal que en escaso tiempo apareció un sacerdote, y hasta llevaba sotana ¡qué escándalo! y le expliqué cuál era mi "problema". "Pero ¿seguro que vas a misa? me replicó. "Pero hombre, ¿es que no se me ve lo que soy?", respondí. Y digo esto porque ni por la edad que tengo, ni por mi aspecto, parecería un turista ni en el Polo. Bueno, finalmente me abrieron las puertas y pude asistir a un "cacho" de misa.
Sin embargo, en el verano anterior a la anécdota de Covadonga si presencié, entre indignado y angustiado, en qué se basan para hacer esto. Fue en Santiago, un escándalo de voces, un gentío impresionante, flases continuos de cámaras, comentarios descerebrados, gentes riéndose y dando vueltas en círculo. Mientras tanto, en la nave central intentábamos oír misa. En varias ocasiones el oficiante tuvo que dirigirse al público para exigirles respeto y ¡nada! la mayoría callaba para a continuación "más de lo mismo". Durante el invierno suelo asistir a la misa en una capilla del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, pues está cerca de mi casa. Pese a la riqueza artística que encierran los pasillos que llevan a ella, y la que hay en la propia capilla, afortunadamente no hay ese "insoportable turisteo", sólo los asistentes. Por supuesto, la iglesia del Monasterio permanece cerrada. Y es que al parecer el chiringuito, el restaurante a rebosar, la "discoteque", la hamburguesa, la playa exhibicionista enarenada, las aglomeraciones en las carreteras, el aceite y el "morreno"..., no son suficientes, hay que "culturizarse", y eso está muy bien, que el saber no ocupa lugar, pero ¡en silencio, en orden, con respeto y sin incordiar!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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