Lamentablemente la Autodemoliciòn continua...
Otro paso más de Francisco contra la Misa
Cancelada Misa Tradicional en Roma
La nueva Inquisición (*) progresista instalada en la Santa Sede desde el 19 de Marzo del año que acaba de terminar, ha dado un paso más en contra de la Misa Tradicional; lo cual agrega otro elemento a favor de quienes pensamos que la causa principal de la salida de Benedicto XVI, ha sido el motu proprio Summorum Pontificum.
El 1º de Enero pasado, el Papa acudió en visita privada a la Basílica de Santa María Mayor, Salud del pueblo Romano, cuyo arcipreste es el cardenal Santos Abril y Castello quien, según se dice, pertenece al riñón del actual poder vaticano.
Por casualidad, o causalidad, opinen nuestros lectores, el siguiente sábado 4, primero del mes de Enero, fue interrumpida una costumbre que llevaba ya catorce años: según informa Chiesa e post concilio el arcipreste Abril y Castello canceló la celebración de la Misa Tradicional que desde fines del siglo pasado se realizaba cada primer sábado de mes en honor de la Virgen, en la capilla Cesi de la mencionada Basílica romana.
Recordando que Summorum pontificum está vigente, el blog que informa sobre la abolición de la misa tradicional en desagravio por las ofensas inferidas al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen, dice que "hoy el arbitrio se ha vuelto norma", lo cual nadie puede negar sinceramente.
El plan de destrucción que lleva adelante Francisco sigue viento en popa. Pues ya no podemos creer en modo alguno que tanto sus reiteradas e imprudentes declaraciones como el ataque evidente a la misa tradicional sean producto de la improvisación.
Dicen que Bergoglio y Abril y Castelló hicieron buenas migas cuando el primero era Arzobispo de Buenos Aires y el segundo Nuncio de Su Santidad; en la terraza de cuya nunciatura, dicen... sólo dicen, que el embajador vaticano solía tomar sol desnudo.
De ser cierto, quizá tuviera alguna enfermedad por la que necesitara poner sus partes pudendas al alcance directo de Febo.
El Blog Messainlatino informa que el Coetus Summorum Pontificum de Roma ha escrito al Papa para pedirle que haga respetar el derecho de los fieles y ordene restituir la celebración en Santa María Mayor. Intentaremos publicar el petitorio a la brevedad pero, si no fuera tan grave la cosa, les diríamos a estos fieles romanos: ¡Qué la inocencia les valga!.
p/d: Dirán que el título del post es exagerado, pues no consta que sea Francisco el promotor de la medida. Pues lo rectificaremos cuando corrija a Abril y restituya la Misa. Por ahora, dados sus antecedentes, no podemos concederle el beneficio de la duda.
(*) Usamos el término Inquisición en el sentido que le da el mundo, enemigo de la Iglesia, pero sin consentir con ese significado. Es en definitiva una ironía.
Ilustra esta entrada: Misa Tridentina celebrada un primer sábado de 2010 en la capilla Cesi de Santa María la Mayor
Página Católica: Otro paso más de Francisco contra la Misa
Lamentablemente la Autodemoliciòn continua...
Todo parece indicar que moriré sin haber asistido nunca a una misa de rito tridentino...
¡Viva la Nueva España! ¡Viva la madre patria Española! ¡Viva la santísima virgen de Guadalupe!
Yo nunca he asistido a una, pero voy yendo ya de su lado, porque he leído muchas cosas que no me convencen de su santidad Francisco (sobre la postura autodemoledora), aunque su caridad y humildad es alabada cosa que yo mismo lo hago, pero por otro lado está dando como dice el Señor de coces contra el aguijón.
Y yo creo que también me quedaré con el deseo de asistir a una Misa Tridentina.
"Vive en el mundo como sino hubiera más en él que Dios y tu alma: para que no pueda tu corazón ser detenido por cosa humana." SJ+
La bella y la bestia
Varios lectores del blog quedaron disconformes con la equiparación que hice en la entrada anterior entre Juan Pablo II y Francisco. Alguno, incluso, introdujo la metafísica aristotélica para mostrar mi error, lo que llevó a un tercero a sostener que yo había afirmado que la causa eficiente de Francisco era Juan Pablo II. Disparates.
Lo que yo dije y sostengo es que el Concilio Vaticano II fue una tragedia para toda la Iglesia y lo papas posteriores están todos impregnados de ese espíritu conciliar que ha terminado desfigurando a la Esposa de Cristo. Hago una salvedad: considero que el Papa Benedicto XVI intentó efectivizar en varios aspectos de su pontificado la continuidad de la Iglesia, dando al Vaticano II el lugar que le corresponde y quitándole la etiqueta de “acontecimiento profético de refundación de la Iglesia” que poseía.
En ese último artículo, dedicado al sínodo de la Amazonia que amenaza con un clamoroso naufragio según los medios de prensa, y comentando el escándalo de los rituales paganos de los que había participado el Papa Francisco, dijo que “si sacamos la vulgaridad y la ramplonería, Bergoglio no es peor que Juan Pablo II”. Y para probar esa afirmación, incluía algunas fotografías en las que se ve al Papa polaco no solamente participando sino siendo el protagonista de rituales paganos: es sujeto de la “bendición” de un chamán, y una “sacerdotisa” realiza sobre él un ritual de limpieza. Y los contextos en los que se dio no cambian los hechos; hay que reconocer la evidencia que muestran los registros gráficos y periodísticos.
Absolute, además, sostengo que Juan Pablo II fue peor que el Papa Francisco al menos en un aspecto, el más importante de todos, y me refiero por supuesto a la liturgia. Wojtyla aceleró la reforma litúrgica iniciada por Pablo VI. Podría haberla frenado o anulado, o al menos podría haber impuesto una celebración de la nueva misa apegándose de un modo estricto al nuevo misal, es decir, en latín y ad orientem, pero no solamente no lo hizo sino se distinguió por incorporar a sus celebraciones pontificias un sinfín de creatividades que no dejaron de ser imitadas en todo el mundo.
Y habló de lo que sé y de lo que vi. Y no solamente por televisión. En los años ’90 viví en Roma y participé en repetidas ocasiones en las liturgias papales tanto en la basílica como en la plaza de San Pedro. Y he participado también de liturgias celebradas por el Papa Francisco.
Cualquiera que lea las entradas de este blog puede saber cuál es mi opinión sobre Bergoglio, y mantengo lo que he dicho. Pero eso no significa que deba negar la evidencia, y considerarlo la Bestia, mientras que sin criba alguna y por un mero sentimiento de nostalgia de los tiempos pasados, deba considerar a Juan Pablo II como la Bella. Y señalo las diferencias:
1. Las misas pontificales celebradas en San Pedro -basílica o plaza- por el Papa Francisco, son integralmente en latín, excepción hecha de las lecturas y la oración de los fieles.
En el caso de Juan Pablo II, la única misa en latín que celebraba durante el año era la misa crismal. El resto de las misas, eran en italiano, con incrustaciones en cualquier otra lengua que viniera al caso.
2. En las misas pontificales celebradas por el Papa Francisco se conserva una tradición propia del rito de la misa papal que desapareció con la reforma litúrgica: la presencia de un diácono latino y un diácono griego, y el canto del evangelio en ambas lenguas.
En el caso de Juan Pablo II, en la única misa donde se mantenía esta tradición era en la misa in coena Domini en San Juan de Letrán.
3. En las misas celebradas por el Papa Francisco, tanto en la basílica como en la plaza, no se da la comunión en la mano. Yo he visto cómo los ministros, aún cuando los fieles ofrezcan con insistencias sus manitas “en forma de cuna”, le depositan la sagrada forma en la lengua. Insisto, en ningún caso se da la comunión en la mano.
En el caso de las misas celebradas por Juan Pablo II, una práctica común de la que yo he sido testigo, era que los ministros daban en la mano la comunión a los fieles que estaban junto a la valla, y éstos la iban pasando hacia los que estaban detrás. Era el pasamano de la comunión. Y me comentaban sacerdotes amigos que solían asistir a las ceremonias papales para ayudar a distribuir la eucaristía, que los maestros de ceremonias pontificias les advertían que estaba prohibido negar la comunión en la mano.
4. Los ornamentos litúrgicos que utiliza en Papa Francisco en las celebraciones vaticanas son sencillos y sobrios, sobre todo si los comparamos con el esplendor de los ornamentos que utilizaba el Papa Benedicto pero, en su estilo, mantiene una discreta belleza.
¿Alguien recuerda los ornamentos que utilizaba Juan Pablo II? Yo sí. Y pongo por caso la capa pluvial que utilizó para la apertura de la Puerta Santa en el Jubileo del 2000. Yo estaba allí presente y no podía creer el colorinche esperpento que en el que había envuelto.
Objeción neocon: Es verdad todo lo que dice, pero la culpa no era de Juan Pablo II sino de Mons. Piero Marini, su maestro de ceremonias. El Papa no podía hacer nada.
Respuesta: Quien nombró a Marini -que fue el secretario de Annibale Bugnini- en el oficio de maestro de ceremonias fue el mismo Juan Pablo II en 1987. Si no hubiese estado de acuerdo en las reformas que impuso en la liturgia papal lo podría haber sacado, del mismo modo en que no tuvo ningún prurito de echar de su oficio al maestro del coro pontificio, Mons. Domenico Bartolucci, porque sus cantos eran demasiado tradicionales (Benedicto XVI lo reivindicó más tarde creándolo cardenal). El hecho es que no sólo no echó a Marini de su oficio, sino que lo hizo arzobispo.
Objeción antiFrancisco: Bergoglio mantiene esas prácticas más tradicionales porque se las impone su maestro de ceremonias Mons. Guido Marini, al que heredó de Benedicto XVI.
Respuesta: Seguramente es así, pero si no estuviera de acuerdo con ellas, hace rato que podría haber mandado a Guido Marini de regreso a Génova, como no ha tenido ningún empacho de poner de patitas en la calle a varios miembros de la Curia con los que no simpatizaba.
Y si hablamos de la liturgia en general, ofrezco algunos hechos complementarios:
1. Juan Pablo II, al mismo tiempo que se abrazaba con los líderes de todas las religiones del mundo en Asís y permitía que en las diversas iglesias de esa ciudad se celebraran ritos paganos, excomulgaba a Mons. Lefebvre porque quería seguir celebrando los mismos ritos católicos que se habían celebrado durante más de mil quinientos años en la Iglesia.
El Papa Francisco se ha cansado de dar muestras de amistad y incoraggiamento a los miembros de la FSSPX. Es conocido el hecho de haber concedido licencias a todos los sacerdotes de la Fraternidad para confesar y celebrar matrimonios, y hay muchos otros hechos que no son de dominio público pero que doy fe que son sorprendentes. (En la foto de la izquierda, Buda entronizado en el altar de una iglesia de Asís durante el encuentro promovido por Juan Pablo II).
2. Durante el pontificado de Juan Pablo II estaba terminantemente prohibido celebrar la misa tradicional en la basílica de San Pedro. Los sacerdotes que celebraban misas privadas en los altares laterales eran estrechamente vigilados por los sacristanes quienes tenían órdenes expresas del cardenal Virgilio Noé, acipreste de la basílica, de quitarles las vinajeras si descubrían que alguno de ellos, disimuladamente, celebraba el rito antiguo. Y esto lo conozco por testimonio de los protagonistas.
Durante el pontificado del Papa Francisco, no solamente cualquier sacerdote puede celebrar libremente la misa tradicional en la basílica, sino que al menos una vez al año se celebra en el altar de la Cátedra una misa pontifical en rito romano tradicional. Esto hubiese sido impensable en épocas de Juan Pablo II.
No estoy cambiando el discurso ni estoy diciendo que estamos en el mejor de los mundos. Estoy constatando la realidad. La oposición al Papa Francisco no puede terminar convirtiéndose en una cuestión puramente pasional, desprovista de racionalidad.
The Wanderer: La bella y la bestia
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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Última edición por ReynoDeGranada; 05/02/2020 a las 16:03 Razón: repetido
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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