Re: Obispos fariseos
No es un asunto para reír y si para llorar, o para echar las muelas. Hoy la Iglesia católica está llena de imbéciles, con sotana unos y sin ella otros pero por si mismos y juntos o por separado, afortunadamente, no son, ni representan, a la Iglesia. Son incrustaciones o son excrecencias, da igual, pero utilizando el símil de los cascos de los buques que de vez en cuando hay que calafatearlos, a la Iglesia habría que hacerle igual.
Una cosa es el amor al prójimo, mandato de Nuestro Señor que acepto plenamente, y otra ser idiota. Del mismo modo que Él nos dijo que había que amar a nuestros enemigos, no dudó en sacar el látigo y limpiar el Templo de tanta mierda como se había aposentado allí, sin que las "autoridades" de entonces hiciesen nada por evitarlo. Todas estas situaciones de hoy recuerdan a las de entonces, y del mismo modo que Cristo tuvo que evangelizar a los Apóstoles, hoy habría que re-evangelizar a la Iglesia, empezando por los prelados que parecen haber olvidado sus deberes morales, no sólo los legales, por miedo, por desidia, por abandono, por indiferencia y, en cualquier caso, por la pérdida de la fe.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores