Después del Concilio Vaticano sí se proclamó un dogma: el de la Asunción, por Pío XII. Después, no ha habido nada verdaderamente dogmático. Las constituciones del Concilio Vaticano II que llevan el título de dogmáticas se llaman así porque versan sobre temas de teología dogmática, pero no definen nada ni tienen más valor que el que se les quiera dar. Son eso mismo, "dogmas" en el sentido etimológico original griego, es decir opiniones.
Marcadores