Tema: Patientia nostra

Iniciado por DOBLE AGUILA

En sentido estricto, del Concilio Vaticano II sólo es obligatorio para el católico aceptar lo relativo a instrucciones pastorales (pues dicho Concilio fue definido como PASTORAL). Esas declaraciones, pertenecientes a Decretos y Declaraciones Conciliares ("Ad gentes divinitus", "Nostra aetate") afectan a cuestiones dogmáticas, y por lo tanto, por ser contrarias a la Tradición pueden (y deben) ser discutidas en el plano teórico de manera ABSOLUTAMENTE LEGÍTIMA. Por otra parte, la labor pastoral no puede en modo alguno ser contraria a la Doctrina establecida, y si así lo hace, técnicamente es papel mojado.

Esa postura sería correcta si supiéramos que los textos conciliares contrarios al dogma y a la tradición hubieran sido elaborados por error o si, de facto, fueran ignorados o se intentarán enmendar. Pero como ciertamente no es así, el problema de fondo es mucho más grave.

Y ese problema de fondo radica en que los distingos de esa tesis (pastoral/dogmático) sabemos de sobra y desde siempre que son implanteables ante cualquier sacerdote, obispo o jerarquía eclesiástica corriente: quienes no solo no aceptan sino obligan a aceptar el pack vaticano-segundista como dogmático, además. Peor aún, la jerarquía asume como "dogmáticas" todas las, aun más radicales, medidas postconciliares sobre ecumenismo, colegialidad y destrucción de la liturgia, sin posibilidad ni atisbo de crítica. Que, para capear el temporal y calmar nuestra conciencia, platónicamente divaguemos sobre si pastoralidad o si dogmatismo les es totalmente ajeno. Están ferozmente obcecados en el vaticanosegundismo.

Por lo cual el problema práctico es otro: comprobar y asumir la apostasía de las autoridades eclesiásticas y tomar posición. Yo, al menos, estoy en esa fase desde hace bastantes años. En conciencia no puedo obrar de otro modo.