Revista FUERZA NUEVA, nº 144, 11-Oct-1969
NUNC ET SEMPER
Fritz V. Hanlel
La revista alemana “Nunc et Semper” dirige la siguiente carta circular a todos los obispos alemanes (1969), para que usen de su influencia, a fin de que el Papa autorice la celebración de la Misa de S. S. Pío V íntegra, como se ha celebrado hasta hace pocos años, al lado del nuevo Ordo Missae.
Tunzenberg, 15 de agosto de 1969, Asunción de Nuestra Sra.
La preocupación justa y grave que nos causa la estructura de la Misa que nos espera dentro de breves semanas bajo la forma del nuevo ORDO MISSAE, me mueve a enviarle el siguiente escrito, con el ruego que lo quiera someter a una lectura detenida.
Ciertamente, los nuevos textos han sido redactados de un modo que aún se podrían considerar ortodoxos. No obstante, después de un atento examen, se descubre que esta nueva estructuración de la Santa Misa no expresa ya en todas sus partes de modo terminante el carácter genuino y esencial de la Misa.
Hablamos ante todo de las oraciones núm. 19 y 21 -página 84 del ORDO MISSAE- en los cuales ya no puede ser cuestión de una Oblatio en el sentido propiamente sacerdotal, en la que el ofrecimiento (offerimus) ha de estar ligada forzosamente a la acción sacrificial hacia la cual tiende.
En ninguna de las dos oraciones, tal como se presentan ahora, es éste el caso. En ninguna de las dos oraciones hay indicación alguna del genuino acto sacrificial que sigue en el Canon y mediante el cual quedan transubstanciados estos dones de la naturaleza en el glorioso cuerpo y sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Este defecto no queda compensado por la referencia a la “bebida espiritual” y al “pan de vida”. Estas expresiones son demasiado ambiguas y las hallamos demasiado en boca de los que ya no quieren que la Misa sea un culto sacrificial.
Además, se invoca a Dios en las citadas oraciones por dos veces, al modo teilhardiano, como “Señor, Dios del Universo”. Con toda humildad y discreción ante un documento, que al fin y al cabo ha sido autorizado por el Santo Padre, no creemos admisible tal invocación.
La eliminación de la advocación de “Padre” es la tendencia básica del modernismo actual. Si se quiere incluir el universo en el texto de nuestra Misa en su dependencia de Dios, es más que sospechoso que se evite también la palabra “Creador” o “creación”, que sería lo indicado.
Sólo puedo comprenderse como una concesión al ateísmo moderno, que no quiere saber nada de una creación.
Si se quiere hacer o se cree necesaria una nueva estructuración de la santa Misa, por lo menos deberían utilizarse palabras y fórmulas inequívocas y que sirvan para establecer una delimitación frente a los espantosos errores de nuestro tiempo, en lugar de hacer lo contrario.
Si, como nos han hecho saber, incontables teólogos han colaborado en la redacción del texto, se excluye la suposición que se trata de un descuido. Tal idea queda desechada de antemano. No cabe duda: se trata de una tendencia con una meta muy bien calculada. Aquí, para nosotros, solo existe el “Principiis, obstat”.
Si, a pesar de todo, alguien alberga alguna duda en cuanto a la finalidad última a que se nos dirige, se desengañará leyendo el preámbulo del ORDO MISSAE (pág. 15)
Aquí se abandona definitivamente el concepto y la esencia del carácter sacrificial de la Misa.
Si es que la palabra “memoriale Domini”, como término técnico, ha de comprender también el carácter sacrificial de la Misa -lo que no es nada seguro- esto debería expresarse claramente en la definición.
¿Qué es lo que deseamos en la práctica? No puede ser cuestión de cambiar el texto del ORDO MISSAE en un tiempo próximo. Nuestro anhelo, por lo tanto, sólo puede consistir en suplicar encarecidamente el Santo Padre que permita conservar la Santa Misa que se ha celebrado hasta ahora y que es el tesoro más precioso que tiene la humanidad, en su forma íntegra, al lado del nuevo “ORDO”, tal como hizo el santo Papa Pío V en 1570, y como lo ha decretado el Papa actual respecto al Canon romano; el mismo Papa que en la introducción al nuevo ORDO MISSAE también ha producido una elevada alabanza del MISSALE ROMANUM empleado hasta hace poco.
Tal suplica expresaría asimismo claramente que la esencia de la Misa no debe cambiar.
Por lo tanto, no dudamos que es posible que el Papa atienda nuestra súplica si los obispos alemanes -a ser posible, unión con los de otras naciones- usan de su influencia. (*)
Conjuntamente con esta nuestra súplica principal, nos permitimos llamar la atención de los obispos alemanes sobre el hecho de que en la traducción al alemán del tercer Canon del nuevo ORDO, el Instituto litúrgico se ha tomado bastante libertades.
Con respetuosos saludos
PS
Rogamos comprendan que hemos dirigido este escrito no sólo los obispos y obispos auxiliares alemanes, sino que difundiremos todo lo que sepamos sobre este asunto, basándonos en documentación más amplia, que hemos recibido de otro lado, en nuestro próximo cuaderno de “Nunc et Semper”, para ponerlo en conocimiento de un círculo más amplio, pues este asunto nos concierne a todos.
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