Discurso de Mons. Ricardo Blazquez en la Asamblea plenaria.
La evangelización con la espada es evangélica?
Si el mensaje de Dios es amor cabe la violencia como recurso?
Me gustaría recoger vuestras opiniones.
Saludos.
Discurso de Mons. Ricardo Blazquez en la Asamblea plenaria.
La evangelización con la espada es evangélica?
Si el mensaje de Dios es amor cabe la violencia como recurso?
Me gustaría recoger vuestras opiniones.
Saludos.
Bueno, la fe no es "imponible". Se podrá obligar a una persona a practicar tal o cual rito, pero la fe sólo la da Dios.
Otra cosa es que el sagrado derecho a la libertad religiosa deba ser amparado, y la mejor forma de amparlo sea el Estado confesional católico, que nos preservaría de totalitarismos laicistas.
Un Estado católico, para no caer en contradicción, no podría imponer la catolicidad. De otra forma, sería contrario a la doctrina de la Iglesia. Dicho de otra forma, sería anticatólico en su esencia.
Un saludo.
"La Verdad os hará libres"
"Pues sabéis muy bien, Venerables Hermanos, se hallan no pocos que aplicando a la sociedad civil el impío y absurdo principio que llaman del naturalismo, se atreven a enseñar «que el mejor orden de la sociedad pública, y el progreso civil exigen absolutamente, que la sociedad humana se constituya y gobierne sin relación alguna a la Religión, como si ella no existiesen o al menos sin hacer alguna diferencia entre la Religión verdadera y las falsas.» Y contra la doctrina de las sagradas letras, de la Iglesia y de los Santos Padres, no dudan afirmar: «que es la mejor la condición de aquella sociedad en que no se le reconoce al Imperante o Soberano derecho ni obligación de reprimir con penas a los infractores de la Religión católica, sino en cuanto lo pida la paz pública.» Con cuya idea totalmente falsa del gobierno social, no temen fomentar aquella errónea opinión sumamente funesta a la Iglesia católica y a la salud de las almas llamada delirio por Nuestro Predecesor Gregorio XVI de gloriosa memoria (en la misma Encíclica Mirari), a saber: «que la libertad de conciencia y cultos es un derecho propio de todo hombre, derecho que debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda sociedad bien constituida; y que los ciudadanos tienen derecho a la libertad omnímoda de manifestar y declarar públicamente y sin rebozo sus conceptos, sean cuales fueren, ya de palabra o por impresos, o de otro modo, sin trabas ningunas por parte de la autoridad eclesiástica o civil.» Pero cuando esto afirman temerariamente, no piensan ni consideran que predican la libertad de la perdición (San Agustín, Epístola 105 al. 166), y que «si se deja a la humana persuasión entera libertad de disputar, nunca faltará quien se oponga a la verdad, y ponga su confianza en la locuacidad de la humana sabiduría, debiendo por el contrario conocer por la misma doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, cuan obligada está a evitar esta dañosísima vanidad la fe y la sabiduría cristiana» (San León, Epístola 164 al. 133, parte 2, edición Vall)."
Pío IX, encíclica Quanta cura
Por "sagrado derecho a la libertad religiosa" sólo puede entenderse el derecho de la Iglesia católica a predicar y organizarse con entera libertad.
El "Estado confesional católico" es un estadio medio entre el régimen de Cristiandad y el pleno liberalismo. En España siempre hemos aspirado a restaurar la Unidad Católica, que no es un Estado confesional (no hay confesionalidad, estrictamente hablando, hasta que aparecen las constituciones liberales) sino una situación de hecho: aquí somos católicos todos. Quien no lo sea, calle o márchese.
Última edición por Chanza; 30/04/2007 a las 15:35
Chanza: Muy interesante. Gracias.
De todas formas, dado que no existe la Cristiandad, ¿cree usted que las palabras de Pío IX pueden aplicarse hoy día?
¿No nos habremos equivocado en algo?
La historia de la Iglesia está llena de correcciones.
Una cosa es la Cristiandad y otra el paganismo actual. En nuestros días, ¿no habremos de considerarnos forasteros en tierra extraña? ¿No tendremos que aceptar que estamos en una situación de inferioridad de fuerzas?
Queramos o no, no es posible decir "calle o márchese". ¿Quién los echa? ¿Con qué medios?
Y conste que pienso que la sociedad era mejor en tiempos de Pío IX que ahora. Y que la gente era más feliz. Y que existían menos errores en el ambiente.
Un saludo.
"La Verdad os hará libres"
Interesantes aportaciones. La fe auténtica no se puede imponer, como decía Cirujeda una fe basada en el amor no puede ser impuesta, seria una contradicción en si misma, cuando no una blasfemia?
Por otra parte un estado católico basado en el sometimiento absoluto no me parece razonable. Entiendo que hay puntos de vista de tradición basados en valores eternos, fe, patria y rey, pero en un modelo democratico se debe imponer el mínimo común a todos los ciudadanos, esto es, la carta de los derechos humanos, ir más allá es cometer discriminaciones ya sea por religión, raza, sexo...Un paso atrás en la historia.
Si defendemos la libertad del catolicismo para propagar su mensaje hemos de entender que ésta viene amparada en nuestra sociedad por la Constitución, que reconoce el derecho a la libertad de culto, igual para el budismo, hinduismo, judaismo, islamismo...etc...
Si se cree en el libre albedrío cada uno deber tener la libertrad para elegir una opción religiosa y practicarla.
Saludos.
Última edición por Hispaniae; 30/04/2007 a las 22:30
Estimado HISPANIE:
Entiendo que sus comentarios, en especial el último, obedecen a un total desconocimiento de la doctrina católica al respecto, porque sus opiniones se oponen diametralmente a las verdades sostenidas por la única Fe verdadera y digna de respeto que es la enseñada por la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, la única fundada por Cristo Nuestro Señor.
La democracia, tal cual se entiende hoy en día, está condenada por el magisterio de la Iglesia en innumerables documentos, y constituye la máxima expresión de la anticristiandad (es decir la organización de la sociedad según la voluntad popular y no según la voluntad divina). Lo que la Iglesia siempre ha enseñado es una sociedad jerárquica en la cual se debe discriminar (sí, discriminar, esa bella palbra tan odiada por Satanás, el adalid del igualitarismo, y todos sus secuaces) conforme a las excelencias particulares de los individuos y los distintos niveles de las organizaciones sociales. Porque no somos iguales, por ejemplo, tenemos los hombres (cabezas de la sociedad) distintos deberes y atribuciones respecto de aquellas que no lo son, las mujeres. En cuanto a las otras "religiones", solo se pueden tolerar cuando su erradicación constituye un mal mayor que el bien que se pretende obtener. Y conste que la Iglesia solo la admite la tolerancia civil (o sea que a las sectas se les permita existir sin estar autorizadas a efectuar culto público), por ningún motivo la tolerancia religiosa ( o sea admitir como verdad formal siquiera uno de sus "dogmas"). De ahí la bendición que constituyó para la Hispanidad aquella gloria suya que fuera su Tribunal del Santo Oficio y que nos librara de tantos males, alejando la corrupción y la barbarie "europeas", hasta el triste episodio de su disolución. Por otra parte, que una constitución (que no es más que un panfleto liberal), promulgue la libertad religiosa o cualquiera de los así llamados "Derechos Humanos" (También condenados por infinidad de documentos pontificios y quintaesencia del anticatolicismo), para nada implica que sean propios y verdaderos derechos, puesto que se oponen a los de Dios y por tanto es un deber despreciarlos y desconocerlos, en cuanto antinaturales.
En último lugar, cabe señalar que la Iglesia jamás a permitido las conversiones forzosas y siempre las ha castigado con las peores penas, pero algo muy distinto es transigir con el error y el cinismo luciferino del liberalismo y su credo masónico. Ud. se equivoca del todo al afirmar que la libertad religiosa, no discriminación, democracia, etc. son logros o progresos, todo lo contrario, porque el único progreso es relativo a Dios, no al hombre. Mucho más civilizados e infinitamente más avanzados que nosotros fueron los hombres del siglo XIII y los de la España de los siglos XIV al XVII, que supieron comprender que su mayor empeño no podía sino consistir en defender la Ciudad Cristiana, edificada gracias a la Fe que, por la gracia de Dios y mediante su Santa Iglesia, le heredaran nuestros mayores.
Atte. C. YÁÑEZ D.
La Fe auténtica sí se puede imponer y debe imponerse. El problema es el “cómo”.
La tesis católica correcta, antes de la catástrofe conciliar y de la Ley de Libertad de Cultos en España derivada de la anterior, (ambas de mediados de los años sesenta), era la de que en las naciones de mayoría católica el Estado tenía obligación de ser católico y promulgar leyes que no fueran contrarias a la religión católica y a ser posible asentir a lo que la Iglesia dijera en las materias mixtas Iglesia-Estado.
Lo cual no quiere decir que se obligara a todo el mundo a ser católico (y a imponerle la fe), sino que el no-católico habría de serlo a pesar del entorno católico: es decir, que todo operaba para que el católico lo siguiera siendo y que el que no lo fuera o quisiera dejar de serlo lo fuera por convicción personal, pero sin violentarle la conciencia en absoluto: si no quería ir a misa no iba y se acabó; si no quería casarse por la Iglesia, que apostatara y se casara por lo civil…etc. Lo cual tampoco le daba derecho a publicar escritos anticatólicos y a ejercer públicamente otros cultos (eso podía hacerlo sólo en privado).
Se respetaba que una mayoría católica quería “democráticamente” una legislación en sentido católico.
El problema de “imponer” la fe y el evangelio dentro de ese contexto no tiene sentido, dado que se parte de que la mayoría de la población es católica. Lo que no se quería en absoluto era que se impusieran las tesis laicas de los anticatólicos.
EL TERMINO MEDIO ES CASI IMPOSIBLE entre unas y otras.
Pero repito que imponer forzosamente “en conciencia” siempre ha estado prohibido por la Iglesia, al menos en los tiempos modernos.
Lo cual no da derecho a pasar a la tesis contraria como se ha hecho (con los previsibles resultados catastróficos que padecemos): que para no “violentar” a una minoría de ateos, el Estado de una nación mayoritariamente católica (como España) ha de legislar en sentido laico; que es la nefasta tesis que desde el Vaticano II se ha inculcado a todos los católicos de naciones originariamente de mayoría católica, que ya lo tienen asumido como un dogma de fe.
Me parecen muy interesante vuestras respuestas, valoro sobremanera de este foro el nivel de argumentación de sus participantes.
En nuestro caso español, entiendo que sí el catolicismo es la religión mayoritaria y la Constitución es aprobada por los ciudadanos, la mayoría de católicos han abandonado la idea de un estado católico en favor de un estado aconfesional.
Por otra parte, que diferencias podrían haber entre las teocracias islámicas y estados católicos o no sin una separación entre fe y leyes?
Respecto a la crítica del igualitarismo, el mensaje fundamental de la Iglesia, el Evangelio, predica la igualdad de los hombres como hijos de Dios, por encima de naciones, razas, incluso familias o posiciones sociales. Quizás sea ésta una de las fuentes de las que derivan los derechos del hombre y la democracia a la "Europea", contrapuesta al modelo anglo-americano basado en el trabajo y el liberalismo economico.
Quizás el término medio no pueda existir, pero ninguno de los extremos caen en la justa medida.
Hispaniae:
Me atrevo a sugerirle que se plantee si algunas ideas que, según creo, usted cree definitivas, lo son en realidad.
Vivimos en un contexto en que parece que cualquiera que critica la democracia es un enemigo de la libertad.
Mire usted: Yo no me considero demócrata, pero sí defensor de la libertad. Creo que estamos enfangados en un montón de conceptos políticamente correctos que, en realidad, limitan la libertad de las personas.
Si usted es cristiano (parece que sí), le remito a las palabras del Evangelio de San Juan: "La Verdad os hará libres". Hay, por tanto, una subordinación de la libertad a la Verdad. Sólo quienes conocen esa Verdad pueden ser libres.
En el momento en que el valor supremo es la libertad, caemos en un relativismo esclavizante y deshumanizador.
Le sugiero que lea completas algunas de las aportaciones de este foro; Gothico, por ejemplo, puede parecer intolerante. Pero si lee usted todo lo que escribe, verá que hay mucho de aprovechable.
Vuelvo al principio de esta intervención: ¿Y si resulta que la democracia, la constitución, las elecciones y todo ese conjunto no son realmente defensores de la libertad?
En mi opinión, sólo existe libertad en una sociedad cristiana. Existe, por ejemplo, el respeto a la conciencia individual. Existen leyes justas, basadas en los valores cristianos. Existe una ayuda, que nace del propio ambiente, para la juventud.
Saludos.
"La Verdad os hará libres"
Agradezco su respuesta Cirujeda, ante todo que quede claro que no trato de repartir carnets de democrata, o de defensor de la libertad, no quiero polemizar ni que nadie se siente ofendido, solamente planteo preguntas para encontrar respuestas y enriquecernos todos más.
En mi revisión de ideas considero evidente que la democracia no es un sistema perfecto y si perfeccionable, concretamente en listas abiertas, mayor participación directa del ciudadano... a pesar de ello, no se me ocurre otro sistema más avanzado y que haya permitido mayor crecimiento social y economico en la historia de la humanidad. Cuando hablo de libertad, hablo de derechos reconocidos a los ciudadanos, y no imagino un mayor reconocimiento de derechos, por tanto de libertad, en todo nuestro Occidente, recordemos el comunismo y fascismo como regimenes que suprimen la libertad del individuo por un supuesto "bien colectivo" que acaban en la total ruina moral y material.
Antes que estados catolicos, musulmanes, judíos o de cualquier otra religión es necesario hablar de que valores defienden. En teoría todas las religiones aspiran a unir al ser humano con Dios o almenos a satisfacer su ansía espiritual, pero es en la práctica cuando realmente se observan las bondades de unas y otras.
Un cierto igualitarismo es necesario y casi indispensable pues como ibamos a convivir en la tierra 7.000 millones de seres humanos, con sus países, lenguas, religiones, trabajos, familias sin un cierto común denominador? los derechos básicos dan respuesta a ello, posibilitando una cierta convivencia y justicia. Es decir, desde un punto de visto evangélico, no son justos los exclusivismos ni las desigualdades y sufrimientos causados por el hombre.
El hombre no debería corromper la belleza que desprende el espíritu religioso dandole un uso partidista o colectivo que desemboque en la práctica del mal.
Por ello no entiendo determinadas actitudes contrarias a la defensa de la Paz o el entendimiento cuando el Evangelio si se puede definir de alguna manera es un mensaje de Paz y amor. De ahí radica la fuerza del cristianismo y la supervivencia durante 2000 años, por el espíritu de esa predica. Desde luego como imperio se hubiera agotado en pocos siglos, como todos los imperios de la tierra construidos bajo la espada y la opresión.
A pesar de no ser un sistema ideal, si da más libertad y derechos el sistema democratico que otros basados en utopías.
Saludos.
Última edición por Hispaniae; 02/05/2007 a las 19:56
Sobre la libertad religiosa:
http://ar.geocities.com/catolicosale...religiosa.html
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Estimado HISPANIE:
El sistema más utópico que pueda existir es precisamente el democrático, puesto que, entre otras cosas se funda en los siguientes errores:
1º Originar el poder en el pueblo asumido como una sociedad de iguales.
Cosa del todo imposible porque todo poder viene de Dios y no de la chusma. Resulta imposible metafísicamente que un ser humano, en cuanto igual a otro, le confiera poder a este último, si antes no le ha sido conferido por otro que le sea superior en dignidad (la progresión infinita implica absurdo). De ahí que necesariamente se reconozca la desigualdad de dignidades, porque una sociedad de iguales es imposible (basta con análizar el caso de la unidad fundamental de la sociedad que es la familia, en la cual todos tienen distintos deberes y atribuciones). Es tan absurdo este principio democrático que el mismo sistema dispone que la mayoría absoluta sea el 50% más 1; o sea, al desconocer la autoridad originada en Dios no queda más que acudir a la fuerza, aunque en este caso astutamente soterrada.
2º Ser el gobierno "del pueblo del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
Ningún ser se puede gobernar a sí mismo, ya que implica otorgarse normas, partiendo por aquellas que constituyen su principio de operaciones, o sea su naturaleza. Y como nadie puede ser causa de sí mismo, necesariamente ha de ser causado por otro que por ser la causa eficiente de un agente ( en este caso el pueblo o sociedad) le imprime su causa final. Asimismo, la finalidad del creado no puede ser él mismo sino que siempre le es externa, porque no existen las criaturas inútiles (absurdas en cuanto no constituyen un bien para ninguna otra) que en definitiva contradirían el principio de unidad del ser (mantenido en la creación en el hecho de apetecer toda criatura a otra en cuanto posee una perfección de la cual carece). El fin de la sociedad (el pueblo) es su bien común, el cual no depende de él sino que obedece a una comunión espiritual con los ascentros y la heredad llamada patria y quew en definitiva se identifica con Dios mismo.
3º Pretender la separación de los poderes del estado.
Autoridad viene de augeo (crear, aumentar). No es autoridad quien ejecuta, pero no legisla ni juzga y es absurdo promulgar leyes sin tener el poder de imponerlas. De ahí todo el ridículo formalismo de tramitación de leyes en los regímenes democráticos (de hecho la ley es tal cuando la sanciona y promulga el ejecutivo), que no tiene otro propósito que imponer la ley y observar su cumplimiento el mismo que legisla y ejecuta. Cuando se rompe la unidad entre los poderes se produce anarquía. Este palabrerío cuando es aplicado por los demócartas más consecuentes, vale decir, los más insensatos no produce sino caos.
4º La igualdad ante la ley
El rasero del igualitarismo que desconoce las excelencias particulares y el valor de los privilegios fundados en los altos servicios prestados o en la legitima heredad de antepasados ilustres, no es sino la eclosión del resentimiento fundado en la envidia. Este principio desconoce la diferencia entre igualdad esencial y la accidental. La enseñada por Cristo a través de su Iglesia es la esencial y nunca la accidental, de ahí la existencia de la jerarquía (etimológicamente orden sagrado) no solo natural (creada) sino que de la artificial (dispuesta por los hombres). Dios no puede crear seres iguales, porque implica la redundancia (que es un absurdo) de dos agentes que obran (tienen una determinada capacidad o potencialidad) identicamente por el mismo fin. Libertad e igualdad son términos mutuamente excluyentes, teniendo en consideración que todo derecho se fundamenta en un deber (A Dios le debemos incluso la existencia, ya que nos crea ininterrumpidamente) el que a su vez implica una capacidad. De ésto se sigue que nadie, excepto Dios, tiene derechos absolutos.
En cuanto a la paz predicada por el Evangelio, Nuestro Señor expresamenta lo enseña y así permanentemente los Sumos Pontífices, que la Paz de Dios no es la de los hombres. La paz de la ONU, por ejemplo, cimentada en principios ateos y masónicos, violenta la paz de Dios, fundada en la justicia de su Reino (Que en esta Tierra es la Iglesia visible). "La Paz es la tranquilidad del orden" y éste a su vez "la recta disposición de las partes", por lo tanto si el orden no es según Dios no hay Paz de Dios. La misma Iglesia enseña que "Quien no siembra conmigo desparrama. El que que no esta conmigo esta contra mí". No hay término medio. Esta conformidad del poder político con las normas predicadas por la Iglesia, en modo alguno implica teocracia, porque esta implica un clero gobernante y aquella una armonía entre la espada y la cruz, fundada en la conformidad del orden temporal con los principios católicos.
En cuanto a la supuesta perfección de la actual democracia por sobre antiguas formas de gobierno, es tan abrumadora la evidencia y cantidad de información en contra de esta creencia infundada, que creo no vale la pena argumentar en su contra en estas líneas sino sugerirle consultar en temas afines en este mismo foro o bien la lectura de libros como "Nostalgia de Vázquez de Mella" o " El Orden Político" del R. P. Osvaldo Lira pérez, "El Hombre Animal Político" de Don Juan Antonio Widow, o bien las obras de Don Álvaro Dor´s, por ejemplo. El sofisticadísimo entramado político del Imperio bajo Don Felipe II ha sido una de las más bellas obras políticas jamás alcanzadas en la historia de la Humanidad. Vale la pena asomarse por él, ante el cual las aflora toda la grosera constitución de las democracias modernas.
En último término cabe aclarar el concepto tan traído y llevado del amor. El amor predicado por la Iglesia nada tiene que ver con el sentimiento humano que recibe el mismo nombre. La virtud teologal de la Caridad (el amor divino) tiene por objeto a Dios mismo y consiste en la conformidad de nuestra voluntad con la divina; es decir, solo si nuestra voluntad tiende hacia Dios le amamos y ésto lo podemos obrar únicamente en estado de gracia. Por eso hubo abundancia de caridad en las Santas Cruzadas, en el Santo Oficio y en la Epopeya de la Conquista, porque fueron empresas queridas e impuestas por la Iglesia (cuya voluntad de imponer es de Fe que no se puede oponer a la de Dios), cuyos medios y fines, aunque implicaran violencia, se ordenaron a Dios.
Atte. C.YÁÑEZ D.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
Última edición por CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN; 03/05/2007 a las 02:49 Razón: Corregir errores de forma
Estoy bastante de acuerdo con esto y con lo que comenta Cristián Yáñez pero ya que hoy no es una situación "de hecho", a nivel individual SÍ podemos ejercer como tal "de hecho". Me explico: lo que no se puede permitir es que en nuestros países hispánicos, católicos, se abran webs que directamente atacan la unidad y a la Iglesia Católica. Hace poco hubo un caso de un blog muy anticatólico y si se unen fuerzas, mucha juventud española lo hizo, se pone un cerco al del blog para presionarle a CERRARLO. No será "calle o márchese", que sería lo IDEAL, pero sí es mucho mejor que no hacer nada.
Es verdad que la libertad de culto ni muchas libertades de la democracia derivan de la fe cristiana. Pero sí el amor a nuestros enemigos, que es un mandato del mismo Jesucristo.
¿Acaso es una expresión propia del amor divino matar a los que no son católicos por el hecho no serlo?
Si fuera así, ¿para qué Jesucristo nos habrá dicho que amemos a nuestros enemigos?
Por el contrario, Jesucristo debiera heber dicho que odiemos a nuestros enemigos. Pero no es así.
Lo que dice El Evangelio de San Mateo, Capítulo 5, versículos 43, 44, 45, 46, 47, 48:
Cortesía de: El libro del Pueblo de Dios - IntraText
43 Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a tu enemigo.44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;45 así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Estimado javier:
1. Promover la libertad religiosa y la democracia (la liberal, porque la verdadera prácticamente siempre ha existido en la cristiandad) es herético. Ambos errores se oponen directamente al dogma.
2.Respecto de la libertad religiosa, y tal como enseña la teología católica, cabe distinguir entre tolerancia dogmática y tolerancia civil. La primera es intransable, la Iglesia por orden directa de su fundador Nuestro Señor no puede tolerar en absoluto el más mínimo error. De hecho la función específica del Papado es la conservación intacta del depósito de la Fe, si el Papa se dedica a cualquier otra cosa y descuida este aspecto es un mal Papa porque no cumple con su finalidad. La tolerancia civil implica soportar la difusión de errores por parte de las sectas (protestantes, cismáticos, judíos, etc.) única y exclusivamente cuando puede verse afectado negativamente el Bien Común, o sea las circunstancias no permiten reprimirlas, porque resulta peor el remedio que la enfermedad.
3. La tolerancia, no significa indiferentismo tal como se entiende hoy, sino soportar un mal. Y cabe recalcar este punto, lo soportado es siempre un mal.
4. Combatir el error no implica necesariamente declararle la guerra y comenzar a matar a los herejes y demás infieles, aunque nada impide hacerlo cuando es mandatorio como fueron las santas cruzadas. Combatir el error implica que deben ser rebatidos todos y cada uno de sus errores, particularmente por al iglesia docente, cosa que hoy no hace.
5. Defender la Fe y combatir el error es el oficio que compete por excelencia al Sumo Pontífice, basta ver las durísimas palabras respecto de judíos y herejes que profiriera Nuestro Señor, los apóstoles, y todos los Padres, Doctores y Papas hasta SS Pío XII inclusive.
6. No combatir la herejía es un pecado gravísimo y va directamente contra el primer mandamiento.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
Los mensajes escritos desde el último de Cristián no tienen valor, quedan borrados.
Javier Irrizary, si quieres seguir participando en el foro de religión tendrás que leer primero lo que hay, está repitiendo cosas ya tratadas y de forma caótica y confunsa, perjudicando con ello la misión informativa de este subforo.
Fórmate más y luego inténtalo de nuevo. Si insistes en bombordear el subforo con más mensajes repetidos y mal argumentados te impediré el acceso al subforo de religión de forma permanente.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Donoso:
Es un error reducir la religión a razonamiento silogístico.
Hay dos vías de la verdad: una es la de las verdades dadas directamente por Dios o por su inspiración a los católicos y que constituyen las verdades de fe. La otra vía es la de las verdades adquiridas por medio del razonamiento de las cosas, entre las cuales el razonamiento silogístico lógico es el principal método.
Las respuestas dadas basadas en verdades de fe no vienen de razonamientos silogísticos sino de la Santísima Trinidad o por su inspiración y gracia, y es importante que la gente lo sepa.
Por eso no estoy de acuerdo con la idea de que las respuestas se deban dar siempre por silogismos. El razonamiento silogístico es un método originario en la filosofía griega clásica. Por medio del mero razonamiento silogístico jamás se hubiera llegado a conocer las verdades de fe, porque las verdades de fe vienen de la Santísima Trinidad.
Respetuosamente discrepo de que se reduzca toda respuesta a silogismos. Aunque el razonamiento silogístico tiene una gran validez e importancia, es erróneo pensar que las únicas respuestas válidas deban venir de silogismos.
La racionalidad no está meramente en silogismos o en los diversos métodos de conocimientos usados, sino en dar a cada pregunta o cuestión la respuesta más exacta a la pregunta o cuestión planteada.
De todas maneras, sea por silogismos o sin ellos, la Iglesia Católica es la verdadera fe y la verdadera Iglesia, y el Espíritu Santo no dejará jamás desamparado a los católicos ante las dudas.
Quiero dejar bien claro que no rechazo en nada el razonamiento silogístico, porque es evidente que agudiza la mente y la ejercita con la misma disciplina con que en un gimnasio se ejercitan los músculos del cuerpo.
El razonamiento silogístico y la dialéctica metódica derivada de los griegos (no la falsa dialéctica de Hegel) son estupendos métodos o instrumentos para ejercitar los músculos espirituales de la inteligencia como por medio del gimnasio se ejercitan los músculos corporales del ser humano.
Jamás desaprobaría el razonamiento silogístico. Pero no puedo estar de acuerdo con la idea de que toda pregunta deba ser respondida por medio de silogismos, porque lo importante ante todo es dar verdadera respuesta a las preguntas.
Si por ejemplo alguien me preguntase de qué color es la estatua de Moisés de Micheangelo, no tengo que recurrir a silogismos. Simplemente miro la estatua y al ver que su color es blanco, respondo a la pregunta: blanco.
En fin, sin otro ánimo que el de aclarar dudas y no el de generar polémica alguna creo que, después de 16 menciones a los silogismos entre ambos mensajes, deberías aclarar algo sobre que partes de los mensajes escritos por otros foristas entiendes que son silogismos. Además, éstos son lógicos, claro, se supone que se fundamentan en proposiciones verdaderas y no en falacias, pero la estructura de base de un silogismo categórico no es la misma que la de un silogismo hipotético. Por otro lado, no alcanzo a entender cómo se puede llegar al conocimiento de ciertas verdades no reveladas si no es mediante deducción silogística. Igual es que estoy equivocado y me gustaría que se me explicase para entenderlo. No obstante, en efecto, la Fe no se impone pero tampoco se propone, si acaso se explica su existencia para ayudar a quien sea a recibir la luz del entendimiento que otorga Dios sobre si mismo a través de la fe.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
¿Quién ha hablado de evangelizar con la espada?
Otra cosa es defender la fe con la espada frente a los enemigos de la fe católica que pretendían aniquilarla; como en la Reconquista española contra los moros invasores o, posteriormente la Europa cristiana frente a los turcos, o las guerras de religión contra los protestantes.
Me parece que esas alusiones a “la espada”, tan fuera de lugar hoy día, proceden de algún estereotipo progresista que identifica maliciosamente, y tergiversando, lo que fue una legítima defensa como un ataque injustificado.
La fe auténtica no se puede imponer, como decía Cirujeda una fe basada en el amor no puede ser impuesta, seria una contradicción en si misma, cuando no una blasfemia?
¿Pero quién está "imponiendo" la fe auténtica?
¿Acaso no viene sucediendo todo lo contrario? Dejar que se eche a perder el catolicismo (desde hace más de 40 años), por una simple cobardía maliciosa de los responsables de su defensa, disimulando esa dejadez, con palabras altisonantes y huecas como (falsa) tolerancia, (falso) ecumenismo y (falso) humanitarismo.
Por otro lado, la Fe no se basa en el “amor”, sino más bien en el asentimiento a la Palabra de Dios revelada a los hombres.
Si defendemos la libertad del catolicismo para propagar su mensaje hemos de entender que ésta viene amparada en nuestra sociedad por la Constitución, que reconoce el derecho a la libertad de culto, igual para el budismo, hinduismo, judaismo, islamismo...etc...
Desgraciadamente sucede como dices.
Pero ese es el desastre que venimos soportando por culpa de las sucesivas traiciones y cobardías tanto de nuestros “pastores” como de políticos que se decían “cristianos”. ¡¡Que un católico en España tenga en teoría, los mismos privilegios que un hinduista...!! ¡qué bien! ¿no?
Pero hay que matizar. La LIBERTAD del catolicismo y de la Iglesia nunca consistió en estar “amparado por una Constitución” (o un gobierno cualquiera). La SANTA libertad católica (la de la antigüedad) era la libertad de predicar el Evangelio por todo el mundo, como Cristo ordenó; y eso a pesar de los gobiernos, porque en caso de conflicto, éstos eran los que debían someterse a la verdad del Evangelio. Ahí está el ejemplo de san Pablo y de los Apóstoles.
Si se cree en el libre albedrío cada uno deber tener la libertrad para elegir una opción religiosa y practicarla.
Ni creer en el libre albedrío ni tenerlo otorga ningún derecho a nadie. El libre albedrío es una simple consecuencia de la libertad moral de la persona, por la cual una misma persona puede optar fatalmente entre el bien y el mal: entre ser un santo o ser un asesino.
Pero no quiere decir que se tenga derecho a obrar el mal, sino que es una consecuencia terrible de la libertad por la que un mismo hombre puede hacer el mal (p.ej, elegir una religión falsa) a pesar de que todo le favorezca para que haga el bien. Nunca el libre albedrío da derecho a hacer algo malo aunque físicamente se pueda (y elegir un culto falso es malo).
Y por supuesto, ni los Gobiernos ni la Iglesia tienen tampoco “libre albedrío” ni "libertad" para proponer un menú de religiones al gusto de cada individuo.
En nuestro caso español, entiendo que sí el catolicismo es la religión mayoritaria y la Constitución es aprobada por los ciudadanos, la mayoría de católicos han abandonado la idea de un estado católico en favor de un estado aconfesional.
Todo eso es cierto, y eso era lo que se temía (por unos) y lo que se pretendía (por otros)
Pero lo decisivo fueron los pasos intermedios que se escamotearon durante la fase constituyente por cobardía y dejadez de los clérigos y de los representantes “cristianos” de aquellas Cortes. La Constitución pudo (y debió) haber sido otra. Pero a los católicos de a pie no se les consultó ni se les dio la más mínima opción. Todo el paquete liberal se votó y aprobó en bloque: el laicismo iba incluido en el equipamiento de serie.
Se arrojó el lastre de la confesionalidad del Estado (que Franco dignamente restauró) ante la inminente llegada al poder de los incendiarios de iglesias de antaño, no fuera a ser que les diera por volver a las andadas con el más mínimo pretexto. Vamos, que se trataba de no enfadarlos y de amansarlos para que no se vengaran de los católicos por su colaboracionismo con Franco y empezaran a hacer de las suyas.
Pero la versión oficial era que había que liberar a la Iglesia de sus enemigos jurados (Franco) y abrazar a sus amigos íntimos: los incendiarios del 31-36. Cosas de la democracia.
La disculpa era “inatacable”: la “Declaración de libertad religiosa” del Vaticano II (interpretada, eso sí, del modo más radical y laico posible, por ateos y modernistas a la par)
Por otra parte, que diferencias podrían haber entre las teocracias islámicas y estados católicos o no sin una separación entre fe y leyes?
Si por “teocracia” quiere entenderse el régimen político-religioso de la Cristiandad Medieval en su apogeo, aquel defendido por Bonifacio VIII (Unam sanctam), no habría nada que oponer. El propio León XIII catalogaba aquella época como ejemplar.
Otra cosa es que aquello, vista la degeneración progresiva e imparable de la especie humana (un caso perdido), desde hace ya muchísimos siglos sea ya no una mera utopía sino algo más bien irreal.
el mensaje fundamental de la Iglesia, el Evangelio, predica la igualdad de los hombres como hijos de Dios, por encima de naciones, razas, incluso familias o posiciones sociales. Quizás sea ésta una de las fuentes de las que derivan los derechos del hombre y la democracia a la "Europea",
Desde hace décadas, ese es el mensaje oportunista de los innovadores católicos para cristianizar la democracia liberal y ganar puntos ante los progresistas y los masones. Pero no cuela; los masones no se lo creen (por favor: que el sabio inventor del liberalismo fue su amado Lucifer… pero los modernistas erre que erre, queriendo chafarles la patente…) los masones siempre tachan a la Iglesia de reaccionaria y contraria a esos derechos (lo cual además de verdadero es un honor…)
Y es que, en realidad, los “derechos” del hombre son invento de los masones. No podía ser de otro modo, tratándose de derechos que divinizan al hombre y sitúan a Dios en la categoría de objeto elegible en virtud del “derecho” a la libertad religiosa.
Finalizo hilvanando la consecuencia ¿lógica? del entramado liberal en la Iglesia, tomado de tus propias palabras:
- Del Evangelio… derivan los derechos del hombre y la democracia
- En España (y en el mundo), en nombre de la democracia, la mayoría de católicos han abandonado la idea de un estado católico en favor de un estado aconfesional
- El Estado aconfesional ( la Constitución) reconoce el derecho a la libertad de culto, igual para el budismo, hinduismo, judaismo, islamismo...etc...
Conclusión necesaria :
Del Evangelio… deriva el derecho a la libertad de culto, igual para el budismo, hinduismo, judaismo, islamismo...etc…, porque el propio Evangelio (la fe auténtica) no tiene derecho a imponerse.
O sea, algo misterioso: que del propio Evangelio derivaría su propia inutilidad pero, misteriosamente, de él derivaría la fortaleza de las religiones falsas que lo niegan o ignoran.
Quizá por eso debe ser que insisten tanto los modernistas en que la Iglesia (o sea, su Iglesia) es un “misterio”…
Última edición por Gothico; 04/05/2007 a las 08:35
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