Yo que creía que la interpretación de las Sagradas Escrituras era competencia del Magisterio de la Iglesia...

Pero no; aquí tenemos a un partidario del libre examen.

En fin, en fin.

El libre examen no en sí malo, salvo que pretendamos extraer de él interpretaciones de las Escrituras de aplicación general; sólo vale para hacer una lectura personal con el fin de encontrar iluminación, consuelo, alegría, ánimo, orientación, etc. Pero nunca aplicarlo a la situación de la Iglesia o darle un sentido erga omnes.

Saludos.