Por favor. ¡¡A ver si ahora va a resultar que lo que la FSSPX ha estado pidiendo todos estos años era que se le levantara la "excomunión" a toda costa y a cambio de transigir doctrinalmente con lo que fuera...!!Fuente: Secretum meum mihi
Condiciones resultantes del encuentro del 4 de Junio de 2008 entre el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, y el obispo Bernard Fellay:
1) El compromiso de una respuesta proporcionada a la generosidad del Papa.
2) El compromiso de evitar cualquier tipo de intervención pública que no respete la persona del Santo Padre y que pudiera ser negativa para la caridad Eclesial.
3) El compromiso de evitar la pretensión de un magisterio superior al Santo Padre y de no poner a la Fraternidad en contraposición a la Iglesia.
4) El compromiso de demostrar la voluntad de actuar con honestidad en su plena caridad eclesial y en el respeto de la autoridad del Vicario de Cristo.
5) El compromiso de respetar la fecha —fijada para el final del mes de Junio— para responder positivamente. Esta será una condición requerida y necesaria como preparación inmediata a la adhesión para tener la plena comunión
Si ese hubiera sido el problema no hubiera habido caso Lefevbre ni excomuniones desde 1970 hasta 1988... ni por supuesto el año pasado hubiera habido motu propio reconociendo (implicitamente) que la postura tradicional sobre la Misa de la FSSPX era correcta.
Lo que debe hacer la FSSPX es mantenerse íntegra en sus posiciones y no ceder un palmo.
No olvidemos que sin esa rigidez no hubiera habido motu propio el año pasado, ni nadie se acordaría ahora de la misa tridentina.
El problema no es de la FSSPX sino de los dirigentes vaticanos y los obispos, todos modernistas en general.
Y qué bien le viene al tradicionalimo "bienpensante y conformista" que haya otros, como la FSSPX, que hagan el trabajo sucio, para luego sacar ellos pecho beneficiándose de esas conquistas.
Esos mismos que ahora condenan a la FSSPX por no plegarse a reconocer el Vaticano II, no dudarían en aplaudir al papa si (Dios lo quiera y esperemos que no muy tarde) alguna vez desautorizara tal concilio; son ellos, además, los mismos que callaban como muertos estos últimos lustros pasados antes del Motu propio sobre la recuperación de la misas tridentina y ahora se tiran faroles, mientras la FSSPX trabajaba en silencio.
Esta gente sí que son el verdadero cáncer dentro de la Tradición. Con amigos así ¿qué falta le hacen a la Tradición los enemigos?
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