Las vidrieras
A pesar de las graves pérdidas sufridas durante la Guerra Civil Española, la Catedral de Toledo es uno de los edificios castellanos que más vidrieras medievales ha conservado.
Hay algunas vidrieras anónimas de principios del siglo XIV, especialmente ubicadas en el rosetón del hastial norte del transepto (el correspondiente a la Puerta del Reloj), y en algunas partes de la girola.
A partir del siglo XV, la catedral toledana cuenta con una gran colección de vidrieras documentadas, realizadas por Jacobo Dolfin y Luys Coutin (1418-1428), Enrique Alemán (1484-1492) y Pedro Bonifacio y Pedro el Francés (ca. 1492-1495).
Las tres puertas monumentales
La catedral de Toledo cuenta con las puertas de la fachada norte del crucero, la del costado sur y las tres de la fachada principal del oeste (una correspondiente a cada nave).
Puerta del reloj
De las tres portadas, la más antigua es la del Reloj (fachada norte del crucero) realizada alrededor del año 1300 e inspirada en las puertas del crucero de Notre Dame de París. En ella aparecen los Magos, en el costado izquierdo con un sonriente paje.
El parteluz está ocupado por una bella Virgen sonriente que sujeta con su mano izquierda al Niño Jesús.
El Tímpano está compuesto de varias bandas o frisos donde se esculpieron con maestría las escenas de todo el Ciclo de la Natividad, dispuestas de izquierda a derecha y de abajo a arriba.
Puertas de la Fachada Principal: Perdón, Juicio Final y del Infierno
Poco después, en la primera mitad del siglo XIV se acometieron las tres grandes y monumentales portadas de la fachada principal. En este caso, lo lento de los trabajos de edificación de las naves, ha hecho que sean las menos interesantes desde el punto de vista iconográfico, aunque muy apreciables escultóricamente.
A pesar de ser de comienzos de este siglo, la iconografía y estilo es un tanto conservador y están relacionadas con las del siglo XIII.
La puerta central es denominada de El Perdón y lleva en su tímpano la escena de la imposición de la casulla a San Ildefonso. Hay que advertir la calidad con que están esculpidos los personajes representados.
También hay que fijarse en la estatua estilizadísima de Cristo que ocupa el mainel.
La puerta de la izquierda (correspondiente a la nave septentrional más próxima a la central) se llama del Infierno y el tímpano es ocupado por rostros entre hojarasca.
La puerta de la derecha (correspondiente a la nave meridional más próxima a la central), llamada del Juicio Final. En ella se representa el habitual Maiestas Domini rodeado de ángeles con los instrumentos de la pasión y junto a la Virgen y San Juan que ruegan por los hombres. Debajo, en dos bandas superpuestas aparecen los salvados resucitando y saliendo de sus sepulcros, mientras que abajo, los condenados son arrastrados por diablos.
Relieves decorados con los escudos de Castilla y León rodean sendos tímpanos descritos.
Puerta de los Leones
La puerta de los Leones (también llamada Puerta Nueva o de la Alegría) está en el brazo meridional del crucero y es la más tardía de todas, de la segunda mitad del siglo XV. Se llama así no por ningún elemento propio sino por las estatuas que coronan las columnas de la verja exterior.
En ella participan los mejores artistas del momento en España, como Hannequín de Bruselas, Juan Alemán, Egas Cueman o Francisco de las Cuevas. Además de su monumental estructura, son muy sobresalientes las figuras de los Apoóstoles de las jambas y la Virgen del parteluz.
Claustro
A partir de 1389 se inicia el claustro (VER IMAGEN INFERIOR) adosado al costado septentrional de la iglesia.
Su promotor fue el arzobispo don Pedro Tenorio y para construcción debió comprar un terreno que se empleaba como feria de comerciantes.
El maestro que se ocupó de la construcción fue Rodrigo Alfonso, que se alejó de cualquier intimismo en el proyecto del claustro y buscó unas dimensiones y proporciones monumentales.
Por que si monumental es el tamaño del cuadrilátero (tanto que cada uno de sus lados es equivalente a la longitud de las naves hasta el transepto), más lo es la luz de los enormes arcos apuntados de sus crujías.
Las bóvedas de las galerías siguen siendo cuatripartitas sencillas, como sucede en las naves del templo.
CATEDRAL TOLEDO
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