La gira de la exposición 'Dalí, paintings & films' acabará en Nueva York después de pasar por Florida y Los Ángeles



FERRAN COSCULLUELA
GIRONA
Salvador Dalí ha vuelto a Estados Unidos, pero esta vez lo ha hecho a través de una exposición itinerante que tiene todos los ingredientes para ser un éxito. Dalí, paintings & films se inauguró el 14 de octubre en el Los Angeles County Museum of Art (LACMA) y acabará su recorrido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma), donde se exhibirá a partir del próximo 29 de junio. Antes, pasará unos meses en el Salvador Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida), el centro que alberga la mayor colección privada del artista.
La muestra, que repasa la estrecha relación del pintor ampurdanés con el mundo del cine, consta de un centenar de piezas (pinturas, dibujos, fotografías y manuscritos), y se complementa con la proyección de películas como Un chien andalou (1929), L'Age d'or (1930), Spellbound (1945) y Destino (1946), entre otras.
La exposición ha viajado a Estados Unidos procedente de la Tate Modern de Londres, donde ha cosechado un gran éxito de visitas. En la exposición se destaca la especial colaboración del pintor con directores como Luis Buñuel, Alfred Hitchcock o Walt Disney, así como su relación con los hermanos Marx, sobre todo Harpo, a quien Dalí consideraba su alma gemela.
En la presentación que se llevó a cabo en Los Angeles estuvieron presentes algunos de los hijos de la popular familia de humoristas estadounidenses, así como Roy Disney, sobrino del conocido director de dibujos animados, que puso de manifiesto la percepción visionaria que compartían el creador del universo Disney y el pintor catalán.
Dalí tuvo muy presente el cine durante toda su vida, porque consideraba que era una forma de entretenimiento de masas que ignoraba las convenciones establecidas por la cultura elitista. Este compromiso le impulsó a realizar algunas incursiones en el séptimo arte (como guionista, realizador y director) y a la vez tuvo mucha influencia en algunas de sus obras, como El gran masturbador (1929), Guillem Tell (1930), Metamorfosis de Narciso (1937) o Retrato de Laurence Olivier en el papel de Ricardo III (1955).
En una entrevista publicada en el Harper's Bazaar, en 1937, el genio ampurdanés afirmó: "Hollywood está listo para ser consumido por las llamas del surrealismo".
Durante su estancia en EEUU, cuando en Europa se desarrollaba la segunda guerra mundial, Dalí mantuvo una relación con los estudios de Hollywood que fue más allá de las películas de vanguardia. Su influencia quedó reflejada en secuencias como la de la pesadilla de la película El padre de la novia (1950) o la estética alucinógena de Viaje fantástico (1966).
A pesar de que aún faltan ocho meses para que llegue a Nueva York, el Moma ya anuncia la exposición en su programa de actos. Los responsables del centro justifican así la vigencia de la muestra: "Filmar era una pasión para Dalí y la visión cinemática acabó convirtiéndose en un modelo para su propio trabajo".


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