El apocalipsis según Leonardo Castellani:
Muy interesante. Y como indica el nombre se puede acceder "gratis". Muy buen texto para meditar este Adviento en espera de Nuestro Señor.
http://www.gratisdate.org/nuevas/apo...is-default.htm
Los perros y la fe
JUAN MANUEL DE PRADA
Han sido muchas las veces en que la fe ha sido arrojada a los perros; y, cuando ya parecía que los perros la iban a devorar, han sido los perros los que perecieron. En las deslumbrantes páginas que rematan El hombre eterno, Chesterton computa hasta cinco ocasiones (pero fueron muchas más) en que la Historia parecía que iba a presenciar el fin de cristianismo; y otras tantas en que el cristianismo volvía a alzarse de sus ruinas, mientras sus enemigos se extinguían en la noche de los tiempos. Cuando el nominalismo crece triunfante sobre los escombros de la Edad Media, aparece Tomás de Aquino en la silla de Aristóteles; cuando el Islam galopa a rienda suelta, gritan como un trueno miles de jóvenes exultantes, hijos espirituales de Francisco de Asís, que elevan al cielo un bosque de flechas; cuando el paganismo renacentista se infiltra en las mismas estructuras de la Iglesia y desemboca en la disgregación de la Reforma, surge el aguerrido Ignacio de Loyola. Y así sucesivamente en todos los crepúsculos de la Historia, una y otra vez, hasta llegar a nuestros días: cuando ya parece que la fe está a punto de sucumbir, cuando ya los hombres que la profesan parecen cansados y claudicantes, surge un movimiento que les devuelve el ímpetu; y siempre se demuestra que, cuanto más irremediable parece la claudicación, más pujante es el resurgimiento.
Y es que, como concluye Chesterton, la fe cuenta con un Dios que sabe cómo salir del sepulcro. Todas las épocas han tratado de emborrachar a sus hijos con vinos rebajados, con vinos agriados, con vinos que esconden un veneno o un somnífero; y, en todas las épocas ha terminado brotando, como una potente catarata carmes, la fuerza nutritiva del vino original. Y los hombres que se habían resignado a emborracharse con vinos adulterados, tras probar ese vino original, han vuelto a pronunciar aquellas palabras de gratitud que pronunciaron los invitados a las bodas de Caná: «Tú has guardado el buen vino para el final». El vino adulterado de nuestra época se llama laicismo; y como todos los vinos aguachirles o ponzoñosos que se le han ofrecido a la Humanidad desde que el mundo es mundo, le dice al hombre que Dios no existe, le dice al hombre que él mismo es Dios, le promete la liberación de todas las ataduras, el Paraíso en la Tierra y un porvenir plagado de bienaventuranzas; y el hombre, engolosinado, bebe de ese vino hasta quedarse ahíto, para luego descubrir que todas esas promesas se resumen en una resaca sobresaltada de bascas y mareos.
Entonces, el hombre borracho de ese vino adulterado, mientras se deja arrastrar plácidamente por la corriente de su tiempo, mira en su derredor y descubre a lo lejos un barco frágil, zarandeado por el oleaje, que sin embargo se obstina en navegar a contracorriente. Y entonces reflexiona: «Yo tal vez esté muerto; y, puesto que nado a favor de la corriente, ni siquiera me habría dado cuenta. Pero para navegar como lo hace ese barco frágil hace falta estar vivo, porque sólo lo que está vivo puede navegar a contracorriente». Y, mientras el hombre ve pasar a su lado, arrastrados por la corriente, a todos los sofistas y demagogos que lo aturdieron con sus promesas, decide subir a ese barco al que una fuerza sobrenatural impulsa en sentido contrario. Y, subido a ese barco, vuelve a sentirse vivo.
La Iglesia es ese barco frágil que navega a contracorriente. La singladura que promete es áspera y fatigosa, a diferencia del plácido abandono que augura dejarse arrastrar por la corriente. En su sufriente itinerario, ese barco es asaltado por piratas, desgarrado por luchas intestinas, acechado por bajíos y arrecifes, zarandeado por mil tempestades, pero el timonel que lo guía jamás desvía el rumbo. Y, cuando ya parece sucumbir a las Escilas y Caribdis que le lanzan mil dentelladas, vuelve a resurgir, dejando atrás a la jauría. A veces llegan hasta la prensa ecos de ese combate sempiterno: mientras el laicismo se afana en retirar los crucifijos de las paredes, 268.000 españoles más que el año pasado han decidido colaborar a través de la declaración del impuesto sobre la renta en esa singladura a contracorriente. Son 268.000 españoles más deseosos de sentirse vivos, hartos del vino adulterado que les sirven en la taberna del laicismo. Y su número no hará sino crecer.
www.juanmanueldeprada.com
El apocalipsis según Leonardo Castellani:
Muy interesante. Y como indica el nombre se puede acceder "gratis". Muy buen texto para meditar este Adviento en espera de Nuestro Señor.
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Última edición por Tradición.; 06/12/2008 a las 13:35
Por fin, llegó Castellani
A España, porque, al menos por lo que respecta al abajo firmante, todas las obras del genio argentino Leonardo Castellani (1899-1981) son ediciones de allende el océano. El libro iniciático del castellanismo que acaba de ver la luz se titula “Cómo sobrevivir intelectualmenteq al siglo XXI” y consiste en una selección de los artículos más importantes del egregio escribano, realizado por Juan Manuel de Prada, que, dicho sea de paso, se ha lucido, tanto como seleccionador como en calidad de introductor.
De Prada establece un parangón entre el jesuita argentino y el periodista británico Chesterton. Dado lo que castigo a los lectores de Hispanidad con GKC, no necesito explicarles que soy, como el chiste vasco, netamente partidario.
¿Por qué no se conoce a Castellani? Pues por lo mismo que no se conoce a Chesterton. Porque ambos genios se dedicaron, preferentemente, al artículo periodístico, es decir, al estilo literario por excelencia del mundo moderno, y eso se lo pone muy difícil a los historiadores. Se precisa gente con capacidad de síntesis, virtud intelectual extraña. Pues bien, De Prada posee esa virtud: su selección de textos hace más sabroso que nunca a Castellani.
Dice De Prada que Chesterton y Castellani sólo se diferencian en el carácter jovial del primero. Sí, es cierto, pero es que el laico Chesterton era sabio y santo, mientras Castellani, quizás por hispano, quizás por jesuita, bastante tenía con ser sabio y buena persona.
La diferencia no sólo es de jovialidad: es que yo todavía no he encontrado un autor como don Gilbert, capaz de meterse en todos los charcos de “escribir un libro a la menor provocación”, sin, no ya insultar, sino, ni tan siquiera adjetivar a las personas. Los adjetivos duros de Chesterton eran para los personajes, para lo prototipos, jamás para las personas. Por eso, todos los enemigos de Chesterton se rendían antes a su bonhomía que a sus argumentos (ante éstos salían escaldados, unos lo reconocían, otros le tildaban de dogmático). Castellani alaba a Chesterton pero, sobre todo, al otro miembro del 'Chesterbelloc', al amigo personal de GKC, el anglo-francés Hilaire Belloc, porque don Hilario era menos caritativo que su compañero de pelea.
Castellani no es un santo, pero es otro sabio, como Belloc: une erudición y deducción, análisis y síntesis, retórica y dialéctica, memoria y entendimiento, practicidad y brillantez. Pobre del que caiga en sus manos: no expresa opiniones, sino juicios sin posibilidad de apelación. La ironía puede resultar atroz y don Leonardo es sarcástico, inmisericorde con la necedad. Los gigantes se vuelven enanos porque don Leonardo no deja títeres con cabeza. Es el niño que grita que el emperador va desnudo, y no conforme con la evidencia, se empeña en demostrarlo, y demuestra la desnudez vergonzosa del archipámpano. Andre Gide, Anatole France, Renan, Nietzsche, Ortega y Gasset, HG Wells, Jean Paul Sartre, todos en 'porreta picada' ante el recto pensar, o quizás el pensamiento recto, de don Leonardo. Ojo, dándole a cada uno lo suyo, con el uso de la virtud más oculta del mundo moderno -la ecuanimidad- como bandera. ¡Sencillamente gozoso!
Castellani es uno de esos críticos con el que aprendes más, lees más y llegas más allá que con el original. El mal crítico tiene algo de parásito, el bueno, es la superación del autor.
Puestos a encontrarle algún fallo a la espléndida selección realizada por Juan Manuel de Prada sólo echo de menos una mayor presencia de la obra cumbre de Castellani: su trilogía sobre el Apocalipsis, sin duda lo mejor que se ha escrito desde San Juan de Patmos. Ahí el genio porteño demuestra que si estúpido resulta el iluminismo sobre el fin del mundo, no menos estúpido es el desprecio sobre la cuestión por un cristiano. Es decir, que Castellani se sitúa en el otro extremo del péndulo que ocupa el arquetipo más necio que ha diseñado la civilización actual: el brujo materialista. Pero comprendo que la trilogía sobre el Apocalipsis es simplemente imposible de introducir en un resumen salvo que el editor, Alex Rosal, pretendiera un libro de 1.000 páginas, en lugar de uno de 300.
Pero créanme: Castellani es un mundo nuevo y, encima, esta vez contamos con un guía de primera, porque la tarea de De Prada, al menos yo sería incapaz de coronarla. Allá ustedes si no visitan el nuevo mundo.
Eulogio López
http://www.hispanidad.com/completo.aspx
ALACRAN: Me he topado con tu desafortunado comentario sobre nuestro entrañable Padre Castellani, a quién conocí y traté asiduamente, quién me honró con su amistad y fue mi maestro mas preclaro.
La página de COPE te vendió "carne podrida" y tu, sin más, la compraste, agregando de tu cosecha otras inexactitudes; que en nombre de la verdad y caridad se deben desmentir y aclarar.
Por lo que veo, no has leido nada de la monumental obra de Castellani. Te invito a hacerlo, y así podrás comprobar por tí mismo su extraordinaria figura.
Además, te sugiero que leas lo que han dicho de Castellani los distintos foristas en este hilo.
Es un grave error considerar a Castellani como un "subversivo". Su doctrina fue de una absoluta ortodoxia. Me atengo a lo dicho al respecto por Hyeronimus.
Acerca de la expulsión de los Jesuitas... fue una infamia de la Orden, que lamentablemente perdió a su máxima inteligencia y si le hubieren hecho caso, no habrían terminado siendo la punta de lanza de la Teología de la Liberación, entre otros errores. En esto, como en tantas cosas, el Padre fue profético.
Tampoco es cierto que sea "famoso después de muerto". En nuestro país el liberalismo, las logias, los de la "linea media"; el progresismo, y demás yerbas, nunca lo quisieron y lo condenaron a la conspiración del silencio, mientras vivía, al igual que después de muerto.
En cuanto a la "época super católica del caudillo o de Perón"; hay mucho hilo en el carretel... En la Argentina fue en gran medida el catolicismo, liberal, demócrata cristiano y progresista el que destituyó al General Perón y hasta el día de la fecha lo siguen detestando.
En lo atinente al "super catolicismo" que mencionas, en la época de Franco, si dicho catolicismo hubiera sido real y verdadero; es obvio que no habrian arribado al poder quienes lo hicieron a la muerte del caudillo.
De más está decir que Castellani no fue en modo alguno "un tipo de medianias"; por el contrario, al estilo de San Pablo, dió el buen combate y mantuvo la Fe; fueron precisamente los "medianos", los mediocres, los necios y, sobre todo, aquellos que ya sabemos, los que lo persiguieron impiadosamente.
Alacrán: no basta que un cura sea "teólogo", para ser bueno... he conocido y conozco a muchos "teólogos" que espantan... y que Dios nos pille confesados antes de leer sus "refritos".
Sin perjuicio de ello, te informo que Castellani era doctor en Teología, en Filosofía y en Psicología; además de saber Castellano, Latín, Griego, Francés, Inglés, Alemán, Italiano, Portugués, Catalán, e incluso aprendió el Danés para poder leer a Kierkegaard. De allí salió su magnífico libro "De Kierkegaard a Santo Tomás".
Pero por sobre todo fue un hombre bueno, integro, un verdadero singular, con una inteligencia privilegiada, a más de un humor chestertoniano. A ello se adiciona que vivió en una pobreza franciscana y una sorprendente frugalidad en sus comidas.
Si quieres saber algo del Padre Castellani, y está a mi alcance, cuenta conmigo.
Quedo a tus órdenes.
Estimado Juan Vergara:
Así que Dios le concedió la bendición de que el P. Castellani fuera su maestro y amigo. Nos honraría mucho si nos contara anécdotas y experiencias, así como cosas que aprendiera de él.
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Estimado Facón: Aclaro que no tengo nada contra la página COPE, a quién no conozco. Tampoco he leido lo que allí dicen de Castellani. Mis líneas solo obedecen a los dichos de Alacrán, quién cita ese sitio.
Agredezco tu comentario y voy a intentar llegar a COPE, a fin de constatar lo que exponen sobre el Padre Castellani.
En cuanto a anécdotas del Padre; prometo remitir una conferencia que ofrecí sobre el mismo.
Si bien es algo larga, puede ser util como una visión panorámica de la vida de nuestro buen cura.
Un abrazo.
Estimado Hyeronimus:
Qué bueno habernos conectado. En este foro soy un novel principiante y me he enriquecido, entusiasmado y he seguido con deleite tus valiosisimos aportes, que aprovecho para agradecer.
Con relación al Padre Castellani, como le comenté a Facón, Dios mediante les enviaré al foro una charla que dí sobre él, hace ya muchos años y, si bien es extensa, creo que puede venir bien como una reseña del legendario personaje que fue el entrañable cura.
Un abrazo.
no no a ver, yo no defiendo la COPE, no me gusta nada, se jactan de católicos pero son liberales católicos, pero en este programa y ese día tuvo lugar la presentación del libro por Juan Manuel de Prada, un periodista ultimamente muy fiable. Yo solo digo que estuvo bien ese día, escuchalo que te va a gustar. Saludos
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Instrucciones de eyección por Castellani
Este mundo de hierro que nos ha tocado vivir es un avión que ha entrado en pérdida y que se va a estrellar. Es cuestión de tiempo. Y digamos que es cuestión más bien de poco tiempo que se estrelle. A quien quiera que estemos en esta aeronave no nos queda sino eyectarnos y salvar la vida. Mejor dicho: eyectarnos y salvar el alma, pues de esto se trata. Y no es fácil en medio del ansia y de los nervios encontrar las instrucciones de autoeyección. Hete aquí que el Padre Leonardo Castellani nos las brinda. Estas instrucciones están en el último libro editado de él, y primero editado en España: Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI, del que ya JSarto diera cuenta en esta bitácora.
Instrucciones de eyección, repito, que distan mucho de las órdenes y ultimátums de deyección a que el asfixiante mundo que vivimos nos somete.
Juan Manuel de Prada es, aparte de un católico a machamartillo, un cada vez más famoso y notorio escritor español dotado de un alto octanaje de incorrección política. El ha hecho la selección de textos del libro de Castellani. Una selección sabia para quien desee introducirse en Castellani al punto de que me atrevo a decir que este libro es, con mucho, la mejor tarjeta de presentación del Padre Castellani que hay en este momento.
Rescatamos esta entrevista que la agencia vaticana Zenit le hizo. Y no se pierdan por nada, especialmente quienes nunca han degustado el manjar de Castellani, Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI.
Rafael Castela Santos
Sobrevivir intelectualmente en el siglo XXI se ha convertido en todo un desafío. Para afrontarlo, Juan Manuel de Prada, uno de los escritores españoles más leídos, ofrece un consejo: leer la obra del padre Leonardo Castellani.
Por este motivo, la editorial española LibrosLibres acaba de publicar Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI, una selección de artículos del sacerdote argentino, realizada por De Prada, prologada y anotada por él mismo.
Los escritos de Castellani han sido agrupados en cinco partes: “Primero política”, “Visiones de España”, “El canon occidental”, “Ortodoxia”, “El drama educativo” y “Digamos la verdad”.
Esta edición supone un acontecimiento literario en España, donde hasta ahora no había llegado el pensamiento de este autor.
ZENIT ha conversado sobre ello con De Prada, quien en los últimos años ha ido creando expectación en torno a Castellani citándole continuamente en sus muy leídas colaboraciones de prensa.
--¿Por qué se habla del padre Leonardo Castellani como de “el Chesterton de la lengua española”?
--Juan Manuel de Prada: Bueno, creo que si hay en la lengua española un escritor católico que admita parangón con Chesterton este es, sin duda alguna, Castellani. Con esto no quiere decirse que el lector de este libro vaya a tropezarse con una especie de imitador o epígono de Chesterton ni nada parecido. Castellani es un escritor de una personalidad única, no imita a nadie ni admite imitaciones: y éste es el primer rasgo del escritor verdadero. Pero, como Chesterton, nos subyuga por el fondo y por la forma. Un apologeta de la fe sin un estilo literario distintivo acaba resultando insufrible, incluso a quienes están convencidos, y no digamos a quienes es preciso convencer. Castellani, al igual que Chesterton, tiene un estilo vibrante, lleno de delicias formales; un estilo que al principio puede resultar difícil al lector desprevenido, pero con el que, una vez degustado, uno desea alimentarse siempre. Si Chesterton es un campeón de la paradoja, Castellani lo es de la ironía y el sarcasmo, en la mejor tradición cervantina. Y su pensamiento, envuelto en ese estilo tan peculiar y sabroso, tiene la capacidad para adentrarse en los grandes asuntos de su tiempo, y para anticipar los del tiempo que viene; de ahí su profunda actualidad, como ocurre en Chesterton. Ambos, por lo demás, son defensores de la ortodoxia; y su capacidad dialéctica, su vocación polemista, son simplemente irresistibles. Ambos, en fin, son capaces de tratar los asuntos más graves con humor; y los asuntos más leves con gravedad. ¿Qué más puede pedirse?
--¿Cómo es posible que un autor de esta categoría haya permanecido casi en el anonimato fuera de Argentina, e incluso allí no haya recibido una mayor atención?
--Juan Manuel de Prada: Esta pregunta casi podría formularse al revés. ¿Cómo es posible que un autor de esta categoría haya logrado, aunque sólo sea mínimamente, salvar la barrera del olvido? Pues habría que empezar señalando que nunca en la Historia se había consolidado una dictadura ideológico-cultural tan monolítica y protegida por la propaganda como la que padecemos en la actualidad. Chesterton, es cierto, ha logrado sortear esa dictadura gracias a que fue apreciado literariamente por Borges; pero los borgianos que “redescubrieron” a Chesterton ya empiezan a arrepentirse, porque saben que han metido al enemigo en casa. Eso que yo llamo el Matrix progre es una máquina perfectamente engrasada, que exalta a autores mediocres siempre que sean favorables a su hegemonía; y condena al ostracismo a cualquiera que ose infringir su dictadura. Esto ocurre con autores contemporáneos, y también con los que ya murieron. Y, naturalmente, un autor como Castellani, azote de todas las falacias que sostienen los cimientos del Matrix progre, tenía que ser silenciado por los repartidores de bulas que mueven el cotarro cultural; de ello depende su hegemonía. Más triste es que los propios católicos no le hayan prestado una mayor atención. Esto demuestra que el Matrix progre ha logrado confinar a los católicos en un gueto de ostracismo; y que los católicos se han conformado con tan triste destino.
--Da la impresión de que Castellani iba por libre, no se casaba con nadie: aplicaba su fervor apologético lo mismo a la actualidad política, que a los problemas internos de la Iglesia, que a poner en solfa a los grandes santones intelectuales y literarios de nuestro tiempo ...
--Juan Manuel de Prada: Esto es una de las mayores delicias de su escritura. Castellani era lo que los franceses llaman un maître à penser, un escritor que no sólo nos deslumbra con sus agudos pensamientos, sino que nos ayuda a pensar. Y ello es porque se trata de un verdadero sabio, y no de uno de esos sabios de pacotilla que alumbra nuestra época. Todo su pensamiento se nutre de la fe; y esa fe le transmite un emocionante “ardor por la verdad” que se contagia a cualquier asunto que trate. Naturalmente, tal ardor le reportó innumerables enemigos...
--En la edición que ha preparado (Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI) destacan las críticas de Castellani a filósofos y escritores que se consideran intocables: Sartre, Joyce, Nietzsche. ¿Encontrará el lector en esta obra pautas para definir una visión católica de la cultura?
--Juan Manuel de Prada: Indudablemente. Una visión que encandilará a cualquier lector que no tenga la visión lastrada por las anteojeras de los prejuicios. Tanto en los autores que defiende –Chesterton, Belloc, Bloy, Wodehouse, etc.- como en los que denuesta (que incluyen también, por cierto, a muchos santones de las letras españolas) subyace una radical y subversiva “apuesta alternativa” por otra cultura posible. Se trata de la cultura que el Matrix progre ha decidido ocultar, para imponer hegemónicamente la suya. Y esa propuesta alternativa no puede ser sino católica; porque, en contra de lo que algunos creen, la única alternativa cultural posible a la cochambre que hoy nos invade no es ideológica, sino religiosa. Religiosa, al menos, en sus fundamentos; otra cosa es que, por cálculo estratégico, esa apuesta deba usar la acción política, como el propio Castellani defiende en un artículo titulado “Primero política”, que he recogido en este volumen.
--Leo en uno de los artículos: “El sacerdote debe odiar el fariseísmo en todos sus grados; es el primer deber de su ministerio celar la pureza de la virtud de la religión”. ¿Fue éste el gran empeño vital de Castellani?
--Juan Manuel de Prada: Fue, sin duda, uno de sus grandes empeños. Castellani fue víctima del fariseísmo; y sabe que el fariseísmo corrompe el corazón de la fe, vaciándolo de su sustento. Castellani nos recuerda que, entre los cimientos de la predicación de Jesucristo se hallan, junto a las ocho Bienaventuranzas, las siete Maldiciones que lanzó contra los fariseos. Casi todos los males que afligen hoy a la Iglesia, como los que la afligían mientras él vivió, tienen su raíz en el fariseísmo. Castellani lo intuyó genialmente, anticipándose en varias décadas a los que iba a ocurrir tras el Concilio Vaticano II. Lo que Péguy llamaba “conversión de la mística en política” –esto es, el fariseísmo- fue lo que descompuso a las órdenes religiosas en los años postconciliares: pensaron que la consecución de la justicia en la tierra podía anteponerse a la predicación del Evangelio. Y esta sustitución de la religión por la ideología –de izquierdas o de derechas- es un peligro que subsiste hoy.
--Usted ha destacado en alguna ocasión la pobreza del autor. ¿Cómo fue su vida en ese sentido, como escritor?
--Juan Manuel de Prada: Castellani no se casó con nadie, y esto, naturalmente, se paga. Además, se mantuvo firme en su ortodoxia, que como nos enseñó Chesterton es la única forma de heterodoxia que nuestra época no admite. Castellani dijo en alguna ocasión que si hubiese sido un “jesuita heterodoxo” habría sido honrado con todo tipo de distinciones. Pero se mantuvo fiel a sus convicciones, se mantuvo encadenado a la Verdad, y esto lo obligó a vivir siempre en la estrechez –si no penuria- económica. En vida apenas obtuvo reconocimientos, ni durante los mandatos de Perón ni con la dictadura de Videla. Y, tras su muerte, la izquierda triunfadora en lo político y en lo cultural se ha esforzado por acallar su inmenso legado. En el prólogo de este libro refiero una anécdota que resume el carácter de este gran escritor. En 1974, Videla invita a almorzar a la Casa Rosada a Borges, Sábato y el propio Castellani. Durante la comida, el único que reclama clemencia para los detenidos e intercede por el escritor Haroldo Conti es Castellani, mientras Borges y Sábato callan; al salir de la Casa Rosada, Borges y Sábato se deshacen en elogios de Videla ... mientras Castellani se marcha a su casa, sin decir palabra a los periodistas. Hoy Borges y Sábato son autores consagrados; Castellani ha sido condenado a las tinieblas exteriores. Quien tenga oídos para oír ...
--¿Qué futuro le augura ahora que por fin rompe en España la barrera del silencio?
--Juan Manuel de Prada: Quiero pensar que Castellani será un revulsivo intelectual para los lectores que se asomen a las páginas de este libro. Y que a la publicación de Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI se sucedan otras ediciones de su obra. Creo que Castellani puede convertirse en uno de los grandes referentes para el lector católico inconforme con la alfalfa que le sirve el Matrix progre ... y en general para todo lector que no se halle cómodo en un mundo en el que, bajo los ropajes de la sacrosanta democracia, triunfa la más feroz tiranía de pensamiento que vieron los siglos. A todos ellos va dedicada la edición de este libro.
http://casadesarto.blogspot.com/
Una recomendación
JUAN MANUEL DE PRADA
Sábado, 13-12-08
ME han escrito muchos lectores interesándose por el escritor argentino Leonardo Castellani, a quien desde hace algún tiempo cito con profusión en mis artículos, y pidiéndome que les recomiende alguna de sus obras. Como las obras de Castellani eran inencontrables en España, no me quedaba otro remedio que remitirlos a las procelosas aguas de internet y desearles una pesca afortunada; pero desde hace unas semanas Castellani está accesible para el lector español en una edición que yo mismo he preparado, donde recojo algunos de sus escritos más sabrosos y aguerridos sobre los asuntos más diversos: política, religión, literatura, educación... y España. La obra se titula Cómo sobrevivir intelectualmente en el siglo XXI, y está publicada por LibrosLibres. Me permito recomendársela a mis lectores, en la seguridad de que no los defraudará: porque la lectura de Castellani puede encandilar, puede subyugar, puede también cabrear y -si quien lo lee es muy progre- hasta ocasionar desarreglos similares a los que padece la niña de «El exorcista». Pero defraudar no defrauda nunca.
No defrauda porque tiene un estilo vibrante que bebe por igual en manantiales bíblicos y cervantinos. Y no defrauda, sobre todo, porque expone sus ideas como si fuesen aventuras, gozosas pesquisas en pos de la verdad, acompañadas siempre por un humor disolvente y socarrón que derriba los espesos muros de la mentira como si estuviesen hechos de alfeñique. Castellani se distingue, además, por sostener todas las posturas estéticas, filosóficas y religiosas demonizadas por el Matrix progre; y esta vocación quijotesca de singularidad es la que explica que un escritor de su categoría haya sido silenciado por los repartidores de bulas del cotarro cultural. En su escritura hay una cualidad persuasiva y una voluntad polemista que provocan en el lector un movimiento de adhesión muy similar al que suscita Chesterton, con quien guarda algunas similitudes: como Chesterton, Castellani profesa el gusto por la paradoja, la vocación acérrima de ortodoxia, el sentido del humor para encarar los asuntos más graves y la gravedad para abordar los asuntos más nimios. Para mí, Castellani es el Chesterton de la lengua española, aunque lo separan de él muy evidentes rasgos de estilo y carácter: como ocurre con Chesterton, lo que nos encandila de la escritura de Castellani es que, a la vez que nos regocija con sus delicias formales, nutre de esqueleto y musculatura nuestro pensamiento; a la vez que nos divierte, estimula nuestra inteligencia, la dota de un andamiaje robusto y la impulsa por caminos nunca antes transitados. Castellani es lo que los franceses llaman un maître à penser.
¿Y cómo es posible que un escritor tan dotado, tan formidablemente original, haya permanecido todo este tiempo arrumbado en los desvanes de la incuria? El Matrix progre es una máquina perfectamente engrasada que exalta con contundencia a autores mediocres o zarrapastrosos, siempre que sean favorables a su hegemonía; y que, con idéntica contundencia, condena al ostracismo a cualquiera que ose infringir su dictadura, aunque sea genial. Ocurre con autores contemporáneos, y también con los que ya murieron; y, naturalmente, un autor como Leonardo Castellani, azote de todas las falacias que sostienen los cimientos del Matrix progre y escarnecedor inmisericorde de todos los santones entronizados por la modernidad (¡qué páginas desternillantes encontrará el lector del libro que recomiendo, dedicadas a Joyce o Sartre!), tenía que ser silenciado por los repartidores de bulas que mueven el cotarro cultural; de ello depende su hegemonía. Más triste es que los propios católicos no hayan prestado a Castellani la atención que merece: en lo que se demuestra que el Matrix progre ha logrado confinar a los católicos en un gueto de ostracismo; y que los católicos se han conformado con tan triste destino, acatando su condena a la irrelevancia cultural.
Pero quiero pensar que aún queda gente refractaria a las directrices evacuadas desde los púlpitos del Matrix progre. A ellos va dedicado Cómo sobrevivir intelectualmente en el siglo XXI: regálenselo estas Navidades y, después de degustarlo, regálenlo también a algún progre que tengan a mano, para ver cómo patalea y echa espumarajos mientras lo lee.
http://www.abcdesevilla.es/20081213/...-20081213.html
Ando por la mitad del libro (lo compré el jueves), es un libro excelente.
A parte de su mensaje claramente ortodoxo derrocha pasión por la palabra, haciendo un uso claro y exacto de los términos. Lectura obligada, tanto por su fondo como por su exquisitas formas.
Un genio desconocido
10.12.08 | 12:37. Archivado en
Leonardo Castellani: Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI. Los escritos más polémicos del Chesterton de la lengua española.. Libros Libres, Madrid, 2008, 334 pags.
Por fin llega Castellani a nuestras librerías. Magnífica ocasión para que los españoles se encuentren con él. Y seguro que ese encuentro va a llevar a no pocos a querer leer más de este sacerdote argentino indescriptible.
Inteligente, brillante, desmesurado, genial, provocador, tal vez con un punto de locura que no falta en muchos de los grandes hombres, irritante a veces, sugerente siempre... Y libre, sobre todo, libre.
Esta aproximación a su pensamiento que hace Libros Libres no es una antología aunque pueda parecerlo. Porque a Castellani es imposible antologizarlo. No se pueden escoger sus mejores escritos. Todos son los mejores. El libro recoge cuarenta y nueve artículos que se leen con entusiasmo y desasosiego. Todos interpelan, destruyen, abren ventanas, animan, hacen pensar.
Castellani (1899-1981) es una fuerza de la naturaleza que chocaba con todo. Hasta consigo mismo. Sebastián Randle le escribió una extensa biografía que interrumpió con la tormentosa salida del sacerdote argentino de la Compañía de Jesús. Se devora como una apasionante novela de aventuras. Y deja una inmensa insatisfacción. Por no saber que le aconteció después a este sacerdote incapaz de respetar lo mediocre, lo vulgar, lo zafio. Y otras muchas cosas. La moda, las figuras que no lo son o lo son sólo en la credulidad de los necios, hasta el lenguaje. Como si el respeto sólo lo mereciera Dios Nuestro Señor. Y algún lector necio pensará tal vez que ni Él. Pero eso sería problema del lector y no de Castellani. En eso no tiene quiebra.
Habla de todo. Y mal de mucho. Con qué pluma, qué cultura, qué brillantez, qué inteligencia. No se compartirán todos sus juicios pero todos interpelan, hacen pensar, irritan, entusiasman... ¿Es el Chesterton español? Yo no me atrevería a asegurarlo. Pero es tan grande como el genial converso. Tan gigante.
Yo hay un pecado que desconozco: la envidia. Dicen que los vanidosos carecen de ella pues no se van a envidiar a sí mismo. Pues a mí, de mayor, me gustaría ser como Castellani. No porque anhele su vida, tan rota, sino su personalidad, su libertad, su pluma, su desgarro, su amor a la Iglesia pese a haber peleado tanto con tantos eclesiales, su entrega a Dios, tan luchada, tan probada y siempre vencedora.
A todos os recomiendo su lectura. Y me atrevería a deciros que no devorarais el libro. Un artículo al día. Leído con calma. Aprendiendo de él e incluso hasta peleándoos con él. Seguro que termináis enriquecidos. Y fortalecidos. Frente a la basura hoy imperante.
Es un libro apasionante. Como Castellani.
http://blogs.periodistadigital.com/l...798#more207798
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Estimado compatriota Juan Vergara, un gusto poder conocer, aunque mas no sea por este medio a un amigo de Castellani, espero sinceramente que pueda deleitarnos con alguna que otra anecdota.
In Christo et Maria Sanctissima
Cristian
No vi la respuesta de Alacrán, ¿qué es lo que dijo?
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Veo que hay varios enlaces a biografías del Padre que están mal y pecan por exageradas cuando no mentirosas. El P. Castellani fue (es) un grande sin necesidad de que se lo doctoree o se le den honores que no tuvo. Recomiendo mucho la biografía escrita por el Dr. Sebastián Randle (Ediciones Vórtice [ventas@vorticelibros.com.ar]).
Además, recomiendo la sección Castellanianas del sitio Et Voilà!
http://tollers.jack.googlepages.com/etvoil%C3%A0!
Sobre Castellani solo puedo decir que era UN PROFETA, con todo el significado de la palabra.
Respecto a lo dicho por la COPE, no es cierto que se le criticara, al contrario, Javier Esparza llevó a su programa a De Prada y no hicieron más que elogiarle, si queréis oirlo aquí está el enlace: http://www.cope.es/19-11-08--descubr...ticia_ampliada
Alacrán, te recomiendo que leas a Castellani y verás como cambias de opinión, rectificar es de sabios.
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Estmados amigos, colocó aquí la referencia del nuevo libro que se edita en España sobre Castellani. un saludo a todos y disfrutenlo.
Catálogo
Pluma en ristre
ISBN: 978-84-92654-42-0
Autor: Leonardo Castellani
Precio: 20.00
Comprar on line: TiendaLibres [19.00 €]
Pluma en ristre recoge escritos de Leonardo Castellani que hasta ahora habían permanecido inéditos en forma de libro. En ellos derrocha el ingenio y la profundidad analítica que le han convertido en un autor de referencia en Argentina y, ahora también, en España. La extraordinaria calidad literaria de su obra ha conquistado tantos lectores, o más, que su amplitud temática, que abarca desde la teología y la filosofía a la política y la crónica cultural. De él puede decirse con propiedad, conforme a la sentencia clásica, que nada humano le era ajeno.
Edición, prólogo y notas de Juan Manuel de Prada
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Enrique Rodríguez / El Semanal Digital
Tolkien pudo escribir «El Señor de los Anillos» gracias a un sacerdote del Puerto de Santa María
Primero fue Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI, con el que miles de lectores calmaron el gusanillo que les había introducido Juan Manuel de Prada. Tenían que leer, insistía en sus artículos, a un tal Leonardo Castellani (1899-1981), sacerdote y escritor polifacético, jesuita a la antigua usanza (teólogo por la Gregoriana, psicólogo por la Sorbona), de rectilínea ortodoxia y atrabiliaria pluma, a quien habían separado de la Compañía de Jesús y prohibido decir misa durante unos años terribles para él, que sublimó escribiendo textos maravillosos por su originalidad literaria y su infrecuente hondura de pensamiento.
Este argentino de Reconquista (Provincia de Santa Fe) era desconocido en España, y aquella primera antología recogió lo mejor de sus mejores textos. Aparece ahora, también publicada por LibrosLibres, una selección de escritos inéditos que ni en su tierra natal habían visto la luz en forma de libro. Prada los ha anotado con un esfuerzo y un cariño que se palpan, para que el lector español no se pierda en la inagotable riqueza onomástica, referencial y lingüística de Castellani. Se titula el compendio Pluma en ristre, y no defraudará a quienes se entusiasmaron descubriendo a un autor de los que enganchan. Tampoco, por supuesto, a quienes lo descubran ahora.
La segunda obra de Castellani en España, ya en librerías
¿Por qué?
Primero, porque Castellani sabía elevarse a los principios de las cosas desde sus comentarios a la actualidad más fungible y perentoria, que plasmaba en artículos "de batalla" publicados en periódicos y revistas militantes. La falta de academicismo de sus pretensiones era compatible con una capacidad analítica sublime que da empaque a todos sus textos.
De lo divino y lo humano
En esta obra, por ejemplo, se agrupan en ocho áreas.
Los siete de "El liberalismo, voilà l´ennemi" desbrozan el carácter ajeno al genio hispánico de esta ideología, y su condición destructora de la sociabilidad natural del hombre. Los cuatro de "El reino del dinero" se adentran en el terreno de la economía, con aportaciones de interés sobre la naturaleza del dinero. Los seis de "De España un poco" brindan al lector sorprendentes y acerbas críticas al Premio Nobel Vicente Aleixandre -no hay que olvidar que Castellani fue un excepcional crítico literario- y una interesante visión de La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, junto a una interpretación sobre nuestra decadencia a la luz de tres siglos de literatura española. Los siete de "Las corrientes de la historia" trazan la evolución de la política y la cultura en su alejamiento del paradigma cristiano, católico, que en un tiempo no tan lejano aún lo informaba todo.
Los diez de "Fariseos y modernistas" reflejan al Castellani más puro y destilado, y el más desconcertantemente único y sin par. (Fue un gran debelador del fariseísmo desde la ortodoxia en un tiempo en el que, en una Iglesia que aún no había estallado tras el Concilio, el modernismo hacía su labor de zapa... denunciando a la ortodoxia por farisea.)
Los siete de "La belleza del dogma" inciden en dicha temática, aunque más en positivo, e incluyen dos artículos muy interesantes que recogen cómo y por qué cambió su posición sobre la obra de Jacques Maritain. Los diez de "Tribulaciones de un crítico de la cultura" desvelan el buen conocimiento que tenía nuestro autor del mundo de los medios de comunicación y de problemas, por ejemplo, del mundo editorial que aún hoy persisten.
Por último, los ocho de "Una política con legitimidad" reflexionan sobre la cuestión fundamental que preocupa en la cosa pública: quién debe mandar, y cómo, para que tengamos la obligación de obedecer.
Una muerte de leyenda
Son en total, pues, 59 joyas, mezcladas en su composición cronológica e incluso estilística –se integran los más circunspectos con los más castellanianos, plenos de ironía y/o de sarcasmo-, pero de una coherencia interna excepcional... que sólo falla en un asunto menor, como es el cambio de opinión de Castellani sobre la prohibición del arzobispo de Buenos Aires a sus sacerdotes de ir al cine. Prada ha incluido los dos artículos en la antología como curiosidad que humaniza a un personaje desbordante en todos los aspectos. Incluso en las aristas, como la forma burlesca en que reproducía el nombre del superior general de los jesuitas que le había apartado de su querida Compañía.
Castellani vivió "pluma en ristre", pero no contra los débiles, sino quijotescamente, con su lanza sólo presta para traspasar a gigantes y mamelucos, en defensa de las cosas sencillas que movían su corazón: Dios, la Patria... o el placer de leer. E incluso el de escribir sin tener que vivir de lo que escribía, como a él, pobremente, le tocó hacer cuando algunos odios eclesiásticos le pusieron en su punto de mira. Y como, aunque escritor genial, vocación de mártir no tenía, se defendió con uñas y dientes. De ahí ese agotado "¡Señor, me rindo!" que proclamó al sentirse mal, un instante antes de caer muerto.
Unidad de mente
La publicación de Pluma en ristre es sólo el segundo paso de la introducción en España de este autor. Ya no hay marcha atrás, porque, como señala Prada en el Prólogo, "leer a Castellani y profesarle una lealtad acérrima son episodios simultáneos de una misma y gozosa aventura del espíritu". Además, añade, este volumen recoge todos los "asuntos predilectos" del escritor argentino, abordados con esa "unidad de mente" (que echa de menos Prada en los medios católicos hodiernos) gracias a la cual un principio inspirador puede iluminar todos los rincones de la realidad.
Bienvenidos, pues, de nuevo al universo castellaniano, que tiene mucho de agujero negro: si caes en él, ya no sales... y concentra una luz tan deslumbrante que pasa desapercibida.
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El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
será que mucho hace que no me paso por aca que no me sale la imagen, en fin rastrearlo por aquí en el link. un gran saludo.
Facón
::.Libros Libres.::
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
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