Re: Origen alternativo de las lenguas romances
Dicho "italiano antiguo" suena a "etrusco", por lo demás y aunque como hipótesis resulta interesante, no le veo un gran porvenir. En parte porque, si bien la lingüística como ciencia es bastante moderna, ella cuenta con poderosas armas en su quehacer: semántica, semiótica, semiología... Y, además, ya desde el análisis estructutalista de Sausurre toda la investigación de las lenguas ya dió ese giro copernicano, es más, prácticamente afectó a casi todas las Ciencias Sociales. ¿ Un ejemplo? en Antropología Social se aplicó al estudio de los mitos entre pueblos ágrafos y así surgió el enfoque estructural funcionalista, cuya máxima expresión ha sido el antropólogo francés Claude LEVY-STRAUSS, el cual sostiene que el método estructural lo que pretende es "descubrir la estructura inconsciente que sirve de base a cada institución o costumbre, naturalmente bajo la condición de que se haga avanzar al análisis lo suficientemente lejos." Y con estas palabras, pronunciadas en 1969, no hacía sino justificar su obra monumental Las Mitológicas, cuatro volúmenes en los que se analizan un millar de mitos de las etnias indias de América, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, en busca de los universales de dichas estructuras profundas.
En este caso, me limito a recordar a un sólo investigador y desde un enfoque etnológico, al tiempo que no afirmo que sus tesis sean ciertas, sino únicamente falsables. Pero es que quien propone que las lenguas romances no provienen del latín, y que éste ya era una lengua muerta en tiempo de Cicerón, se enfrenta a toda la comunidad de filólogos clásicos del mundo y, para completar la faena, a una legión de historiadores del mundo clásico. Desde luego la tarea que le espera si quiere ser tomado en serio, es monumental. No basta con publicar un libro lleno de lugares comunes, tendrá que recurrir a una constante refutación de lo ya establecido para lograr una credibilidad suficiente. Desde luego, se me antoja que es una empresa fuera del alcance de cualquiera que no sea un genio.
Y es que hay que presuponer que este "innovador" no es un Einstein de las letras, sino un investigador más de dicho campo empírico. Lo sorprendente es que nadie más que él se haya dado cuenta de lo que afirma, y aún más, es que anularía toda la investigación llevada a cabo hasta la fecha, incluída la histórica, de aquél periodo y de los siglos posteriores.
Por último, y que me parece más raro todavía es que, cómo no, la Iglesia Católica es culpable de ocultar el "viejo italiano", madre de las lenguas romances e imponernos la madrastra que es el latín. Y yo me hago esta pregunta: ¿Qué interés particular tendría la Iglesia en proceder así?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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