Este texto del Rey Don Carlos VII siempre ha sido uno de mis preferidos. Precisamente esta parte la colgué con folios, físicamente, en varios tablones de mi facultad, comparándolo con la austeridad de JC. Ni que decir tiene que duró pocas horas hasta que las autoridades bolonio-neoliberales se apresuraron a quitarlo (curiosamente, dejaron intactos los carteles del 15-M y otros folletos ateizantes). De todos modos, tuve constancia de que varios compañeros lo leyeron y les pareció de muy buen sentido común y de tino, lo que el Rey legítimo dijo en su día. Pues cuando uno lee sus palabras, es difícil no percatarse del amor que dimana cada una de ellas, y de la sinceridad con las que las imprime.

Un saludo y que viva el Rey.