Discurso de Geert Wilders en la apertura de su juicio.
21 Enero, 2010
Ayer dió comienzo en el Juzgado de Amsterdam el jucio a Geert Wilders, en el cual se dictaminará si las afirmaciones por las que se le requiere son constutitivas de delito, o están amparadas por la libertad de expresión. Los cargos de los que se le acusa son: incitar el odio hacia los musulmanes, incitar al odio y la discriminación contra los musulmanes por motivo de su religión e incitar al odio y la discriminación contra los marroquíes y los no-occidentales, por motivos raciales.
Las denuncias partieron de individuos y grupos de la izquierda, y al principio la fiscalía no encontró motivos suficientes para proceder contra él, pero esta apreciación fué invalidada por el Juzgado, que ordenó a la fiscalía iniciar los procedimientos. Posteriormente se amplió para incluir los cargos por racismo. La pena máxima por estos cargos es de dos años de prisión. De momento se ha aplazado tras la sesión inicial, y la vista siguiente será el 3 de febrero.
Aquí os dejo las palabras de Geert al inicio del juicio, en un esclarecedor discurso sobre sus puntos de vista de cara al juicio. La traducción inicial, procede de Vlad Tepes.
Sr. Portavoz, jueces del juzgado,
me gustaría hacer uso de mi derecho a hablar durante unos pocos minutos.
La Libertad es el más precioso de todos nuestros logros, y el más vulnerable. La gente ha dedicado sus vidas a ella y ha dado sus vidas por ella. Nuetra libertad en este país es el resultado de varios siglos. Es la consecuencia de una historia que no conoce igul y nos ha traido a donde estamos ahora
Creo con todo mi corazón y mi alma que la libertad en los Países Bajos está en peligro. Que aquello que es nuestra herencia, aquello con lo cual generaciones pasadas sólo pudieron soñar, esta libertad, no es ya algo dado, ni algo patente.
Yo dedico mi vida a la defensa de nuestra libertad. Sé cuales son los riesgos, y pago un precio por ello todos los días. No me quejo al respecto; es por decisión propia. Lo veo como mi deber y por ello por lo que hoy estoy aquí.
Sé que las palabras que en ocasiones uso son en ocasiones duras. No es mi intención perdonar a una ideología de conquista y destrucción, pero no lo estoy más a ofender a la gente. No tengo nada en contra de los musulmanes. Tengo un problema con el Islam y con la islamización de nuestro país, porque el Islam está en oposición a la libertad.
Las generaciones futuras se preguntarán cómo nosotros, en el año 2010, en este lugar, en esta sala, nos ganamos nuestro más preciado logro. Se preguntarán si hay libertad en este debate para ambos bandos, y así también para los críticos del Islam, ¿o si sólo un bando de esta discusión tiene derecho a ser oído en Holanda?. Si la libertad de expresión en HOlanda se aplica a todos, ¿o sólo a unos pocos?. La respuesta a esto es a la vez la respuesta a si la libertad todavía tiene un hogar en este país.
La Libertad no ha sido nunca propiedad de un pequeño grupo, sino siempre la herencia de todos nosotros. Estamos todos bendecidos por ella.
La dama Justicia lleva una venda en los ojos, pero tiene muy buen oido. Espero que escuche las siguientes frases, alto y claro:
No es sólo un derecho, sino también un deber de la gente libre, el hablar en contra de cada ideología que amenace la libertad. Thomas Jefferson, el tercer presidente de los Estados Unidos, estaba en lo correcto: El precio de la libertad es la vigilancia eterna.
Espero que la libertad de expresión triunfe en este juicio.
En conclusión, señor Portavoz, jueces del juzgado.
Este juicio trata claramente acerca de la libertad de expresión. Pero este juicio es también el procedimiento para establecer la verdad. ¿Son las afirmaciones que he realizado y las comparaciones que he hecho, como se citan en el requerimiento, verdaderas?. ¿Si algo es verdad, entonces puede ser todavía punible?, Esta es la razón por la que os insto a no sólo mi petición de que se pueda oir a los testigos y expertos sobre la materia de la libertad de expresión, sino que os pido explícitamente que honréis mi petición de escuchar a testigos y expertos sobre el Islam. No me refiero solamente al Sr. Jansen y al Sr. Admiraal, sino también a testigos y expertos de Israel, Estados Unidos, y el Reino Unido. Sin esos testigos, no puedo defenderme adecuadamente y, en mi opinión, este no sería un juicio justo.
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