Europarlamentarios: una historia de escándalos - 2892695 - elEconomista.es
Los diputados europeos no ganan para escándalos. Desde hace años han ido saliendo de forma recurrente en los medios de comunicación los desmanes que sus señorías comenten en su retiro a Bruselas, minando poco a poco la confianza de los electores. La últimas fotografías de eurodiputados fichando a la entrada a la sede del Parlamento para cobrar las dietas es sólo una gota en un gran océano de malas praxis.
Hasta hace dos años uno de los grandes escándalos en el que se vieron envueltos los eurodiputados vino po runa especie de 'tarifa plana' que sus señorías cobraban por trayecto en avión en clase 'business' entre su casa y el Parlamento Europeo. Se descubrió que muchas de sus señorías lo que hacían era viajar en clase turista o en aerolíneas de bajo coste, para embolsarse la diferencia con el precio de la clase 'business'.
Esto obligó a que el Parlamento Europeo obligase a presentar el recibo y se les reembolsa en función de lo que han pagado realmente. En este sentido llego a haber europarlamentarios que se llegaron a domiciliar lo más lejos posible para justificar trayectos más largos con independencia de dónde vivía realmente.
Jornadas de tres días
Otro motivo de repoche constante y una de las grandes críticas que desde siempre se han hecho a los parlamentarios europeos es que, pese a que la semana laboral comienza el lunes y acaba el viernes, la mayoría llega el martes y se va el jueves, con el pretexto de tener más tiempo para estar en contactos con sus circunscripciones electorales. En estas circunstancias resulta desolador acudir a las reuniones de los lunes o los viernes donde los escaños vacios suelen ganar por goleada a los ocupados.
Empleo familiar
Otro de los grandes escándalos que han salpicado en los últimos años a los parlamentarios europeos fueron las acusaciones de contratar a familiares con el dinero puesto a su disposición para dar trabajo a secretarias y asistentes. Tras desvelarse el escándalo, el europarlamento tuvo que prohibir este tipo de prácticas, pero sin embargo ahora han logrado subir en 1.500 euros el presupuesto para estos gastos, un aumento presupuestario que choca de frente con el resto de las administraciones públicas de la UE que están en pleno afán por recortar sus gastos.
Actualmente, los parlamentarios españoles cobran un salario base de 2.800 euros brutos mensuales, a lo que hay que añadir complementos por razón del cargo que van desde los 700 euros de un portavoz adjunto, a los 9.700 euros que le corresponden al presidente del Congreso, entre dietas, gastos de libre disposición y otras variables.
Un iPad a cada parlamentario
El año pasado, la Eurocámara anunció que compraría una tableta (iPad o similar) a cada uno de sus eurodiputados. La noticia corrió como la pólvora por los medios de comunicación y Bruselas justifico su decisión como la alternativa más barata que habían barajado para facilitar el acceso de sus señorías a Internet. Bruselas justificó el uso con que sus señorías usaban ordenadores con Microsoft Word 2003 como parte del software instalado, que, a su entender, se había "quedado anticuados".
El precio individual de cada iPad podría superar los 590 euros. Lo cual, si se realiza el cálculo, arroja un valor total de medio millón de euros, y no de 4,3 millones de libras (unos cinco millones de euros).
Entre promesas y elefantes
La utilidad del Parlamento Europeo está a caballo entre ser una tumba de elefantes y una cantera para jóvenes promesas. Alejandro Agag, ahora yerno de José María Aznar, se forjó a su paso por la Eurocámara, antes de abandonar la política y pasar al mundo de los negocios. Tras la primera derrota electoral de Rajoy ante Zapatero, los escaños del PP se llenaron de ex ministros como Pilar del Castillo.
El PSOE también ha recurrido a la Eurocámara para recolocar a ex ministros defenestrados por José Luis Rodríguez Zapatero como Juan Fernando López Aguilar. A otra vieja gloria del PSOE, Josep Borrell, lo lograron aupar incluso a la presidencia de la Eurocámara.
Doble sede
El Parlamento Europeo tiene dos sedes, lo que es una fuente de despilfarro ya que una semana al mes se produce una peregrinación de eurofuncionarios, eurodiputados y demás personal, entre Bruselas y la localidad francesa de Estrasburgo.
Pero en este caso no es culpa de la Eurocámara, que desearía acabar con esta incomodidad. Francia inscribió la doble sede en el Tratado de la UE, que sólo puede ser modificados por unanimidad, para garantizar una fuente de ingresos a la deprimida localidad alsaciana cuyos hoteles, bares y restaurantes están a rebosar, al menos una semana al mes.
"QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"
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