Con la globalización es imposible combatir la pobreza. No por nada, si no porque aunque se recaude todo para la beneficiencia de los más pobres, la estructura de los estados hace que éstos vuelvan a serlo. Para que haya globalización, un Occidente consumista, tiene que existir un Tercer Mundo.
Lo que deberíamos regirnos es por el principio de Justicia Social del Derecho Natural Cristiano. Dejar a cada país que, en lo suyo o en sus intereses, se organice. Una organización a nivel mundial, aparte de ser un exabrupto ( Como un capitalista austriaco mandando sobre la agricultura andaluza, que ya lo conocimos )resulta ser un desastre. No puede ser ni en teoría ni en práctica que esto resulte; por mucho que los demo"cristianos" quieran. No puede ser que las inversiones vayan siempre donde mismo y que tengamos a países como el nuestro, en " camareros mundiales "; cuando no en reductos de hambre como casi toda el África. Aunque no haya que ser totalmente autárquico, el hecho de comerciar con otros países no implica tanta dependencia, siempre y cuando se proteja la industria; el trabajo en general nacional. Ese es el problema del capitalismo, que sólo cuenta el dinero, y no el mérito, el trabajo, el " interés natural ", etc. Ese discurso globalizador, el mismo que Losantos o Vidal, no se sostiene por ninguna parte.
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