Del blog de nuestro añorado Ordóñez:
IN HOC SIGNO VINCES
Pudo desaparecer el Imperio Romano como tal. Podríamos hablar de Arcadio, Honorio, Alarico; y de la madre que los parió a todos. Pero este no es sólo un tema " histórico ".
A día de hoy, algunos hablan mucho de las " raíces cristianas de Europa ". ¿ Pero qué es eso ? Pues mientras no pocos pagos europeos seguían sin ser evangelizados, la ribera euro-mediterránea, parte del Asia y el Norte del África mantenían una Civilización Cristiana heredada de Roma. De la Roma que se fue perfeccionando cuando el emperador Constantino abrazó la Santa Cruz....De hecho, no pocos reyes ostrogodos y/o visigodos acudieron a Bizancio y así se " revistieron ". Por ello, el mismísimo Sacro Imperio acude a Roma como fuente de legitimidad. Por ello, los pueblos que deambulaban por las estepas, ya fueran germanos, eslavos, etcétera; se fueron civilizando al calor de Roma, cuya unidad imperial se había extendido por muy diversas etnias y tres continentes, fraguando en la práctica una vocación universal. Vocación universal que a los siglos demostraron las Españas, desde los mediterráneos comienzos y el propósito de Reconquista de la Tingitana hasta el Nuevo Mundo. España como la heredera más clara de la Roma Occidental; así como en un momento dado, y después de la consolidación de las terribles embestidas del Islam, la Santa Madre Rusia recogió el abrigo bizantino.
¿ Qué raíces cristianas ? No son ésas las de los burócratas, financieros o materialistas varios. Tampoco las de los racistoides analfabetos. Son las de San Agustín ( De Hipona, África Romana ) o Santo Tomás de Aquino. Las de la Mística Española y Santo Tomás Moro. Las de los Cruzados que pelearon por reconquistar Tierra Santa, nuestra misma Reconquista, los Almogávares, los Tercios de Flandes o el polaco Juan III Sobieski derrotando al Gran Turco en Viena. La de la Escolástica, las Misiones Americanas y los Zuavos Pontificios; las raíces que estaban presentes en las Cruces de San Andrés, San Jorge, Santiago, Santo Sepulcro de Jerusalén o Malta; y no la de los nacionalismos revolucionarios que han acabado con nuestra verdadera esencia. La de una sociedad que peleaba por lo suyo sin materialismo ( Por más que la insoportable historiografía marxista se empeñe en lo contrario ), cuya organización respetaba la diversidad desde el municipio ( * ).
Ésas son nuestras raíces. Ésa es nuestra raíz: ROMA; y lo que de ella se heredó, refrendado por el Nazareno Hijo de Dios que en la Cruz murió por nuestros pecados, cuyo mensaje se extendió desde la Palestina del arameo y el griego hasta la lengua del Lacio y a posteriori por todo el Orbe. De su seno heredóse, de lo espiritual a lo mundano.
En nuestros días nos llegan noticias de ciertos acercamientos de los " ortodoxos " al Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI. Hace poco, el mismísimo Patriarca de Constantinopla ( Aún invadida por el terror mahomético ) se atreve a hablar contra la leyenda rosa que domina nuestras supuestas raíces ( Desde la " Ilustración " al genocidio revolucionario....). Algunos quieren revestir eso con " raíces cristianas ".....El caso es que los pueblos que heredaron el cisma oriental han sido sacudidos tanto por el islamismo como por las más trágicas revoluciones. Y aun así, conservan una fuerte espiritualidad, unas tradiciones; que por ejemplo nosotros, tras años de ¿ nacional-catolicismo ? hemos tirado a la basura pronto y sin rechistar. Basta ya de cesaropapismos. Que vuelvan a Roma. ¡ Volvamos a Roma todos ! Sin odios, sin rencores ( Muchas veces provocados por los siempre egoístas nacionalismos ). Y juntos todos, con esa fuerza que posibilitó la Conquista de América o Siberia, volvamos a encontrarnos en nosotros mismos; en Comunión con el ejemplo de los Santos y en la Fidelidad a la Santa Iglesia Universal. Ésos son nuestros mejores lazos para derrotar a la Revolución de una vez por todas.
¡ Unidos con la Cruz, venceremos !
( * ) " Brindo por el municipio español, hijo del municipio romano....". Marcelino Menéndez Pelayo.
http://lasantaalianza.blogspot.com/2...no-vinces.html
Estimado Hyeronimus:
Mientras haya un solo cristiano-occidental, pervivirá la cultura de mayor magnificencia que haya conocido la Humanidad. Una cultura insuperable por estar transida de sobrenaturalidad. Una cultura cuyo Bien Común se identifica con el de la Iglesia.
La apostasía reinante ha borrado casi los vestigios espirituales de la civilización europea, renegando incluso ante la evidencia de las reliquias materiales que proclaman a voces la herencia a la cual nos debemos. En efecto somos hispano-romanos. Esa es la cultura que heredé de mis padres y éstos de mis ancestros que hicieron la Conquista de estas tierras para la Cristiandad, en aquel entonces identificada solo con España. Nunca me cansaré, Dios mediante, de proclamar el sumo honor que me entraña mi abolengo español. Abolengo de la Patria más gloriosa que haya conocido la Historia. Sí, como decía el R.P. Osvaldo Lira, soy chileno por lo que tengo de español y nieto de Roma, como bien dijera Don Jaime Eyzaguirre.
La romanidad implica la universalidad buena, a la que siempre ha aspirado nuestra Madre la Iglesia, y a la que se contrapone el nacionalismo que pone el bien particular de unos pocos (o sea un interés) sobre el Bien Común, que es necesariamente el mejor bien al que puede aspirar cada uno. La promesa de Nuestro Señor es indefectible. Lo que prometió a Constantino nos lo promete a cada uno de los hijos del Imperio: IN HOC SIGNO VINCES.
LA MUERTE MENOS TEMIDA DA MÁS VIDA
(Divisa de don Pedro de Valdivia, Conquistador de Chile, Padre de mi Patria)
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