La Batalla de Bailén y la ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén

Del 7 al 9 de octubre se celebra la recreación de la Batalla de Bailén


E. FUENTES Y R. CORDERO


Castillo Almohade. Baños de la Encina

Castillo de Baños de la Encina



En la Ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén se recorren 17 municipios de la provincia: Santa Elena, La Carolina, Vilches, Baños de la Encina, Linares, Bailén, Andújar, Arjonilla, Arjona, Lopera, Porcuna, Jaén, Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos, Alcaudete y Alcalá la Real. En este reportaje destacamos algunos castillos espectaculares de Jaén, el territorio con mayor concentración de fortalezas de Europa.

Castillo Almohade. Baños de la Encina


El Castillo Almohade de Baños de la Encina es una de las fortalezas más antiguas de Europa y uno de los máximos ejemplos de la arquitectura militar islámica. Este castillo ha servido como estancia real, cementerio parroquial e incluso como escenario de cine. Levantado sobre el cerro del Cueto, se construyó en época almohade y alcanzó su máxima importancia en los últimos años del Califato de Córdoba. Desde su terraza puede admirarse la belleza del Valle del Guadalquivir. En el interior del recinto amurallado hay un yacimiento arqueológico donde se aprecian las huellas de los asentamientos humanos durante la Edad del Cobre.

Además de este castillo, en Baños de la Encina puede visitarse el Camarín del Cristo del Llano y el yacimiento arqueológico de Peñalosa. Cerca de esta localidad se encuentra Linares, donde bien merece una visita el yacimiento íbero-romano de Cástulo. Quien decida acercarse por estos lares puede completar su visita con actividades en la naturaleza ligadas al Parque Natural de la Sierra de Andújar.

Recreación de la Batalla de Bailén

Bailén volverá a celebrar durante los días 7, 8 y 9 de octubre de 2016 uno de los eventos más destacados de su calendario de actividades anuales, la Recreación de la Batalla de Bailén. Serán quinientos los participantes de esta edición, ataviados con sus uniformes de época y pertenecientes a la Asociación Napoleónica Española. El sábado es el día grande.


Castillo del Trovador Macías «El enamorado». Arjonilla


Castillo Trovador Macías

Cuenta la leyenda que el Trovador Macías y su enamorada doña Elvira, casada con otro hombre, vivieron entre las paredes de este castillo una tormentosa historia de amor que acabó con la muerte del trovador. Tanto eco tuvo este romance que en su día inspiró a Lope de Vega y, siglos después, al romántico Mariano José de Larra, autor de «El doncel de don Enrique el Doliente». Aún hoy la trágica historia de amor de estos amantes sigue siendo el argumento central de las jornadas medievales que cada otoño se celebran en el municipio.

De origen musulmán, fue remodelado por los monjes calatravos en el siglo XIII. Fue entonces cuando se dotó a la fortificación de una torre en cuyo aposento más alto se cree que estuvo preso y murió Macías. También es en esta época cuando se construye la ermita de Santa Catalina, convertida con el tiempo en capilla del castillo y en la que, hasta el siglo XVII, todavía existía el sepulcro del joven trovador.


Castillo de Santa Catalina, Jaén

Anochecer en el castillo de Santa Catalina


Como buena parte de los castillos jienenses, éste también fue erigido por los musulmanes. El lugar elegido fue la cima del cerro sobre el que se asienta la ciudad. Allí, levantaron una enorme alcazaba que, en el siglo XIII, los cristianos transformaron. A partir de ese momento constó de tres fortificaciones claramente diferenciadas: el Castillo de Abrehuy, el Alcázar Viejo y el Alcázar Nuevo. Sobre las dos primeras fortalezas se construyó en 1965 el actual Parador Nacional de Turismo. Actualmente se conserva el Alcázar Nuevo.

Este Castillo de Santa Catalina tuvo también un especial protagonismo durante la Guerra de la Independencia, al convertirse en un importante centro de operaciones para las tropas napoleónicas. Desde su privilegiado emplazamiento se pueden contemplar unas vistas únicas de gran parte de la provincia, de la ciudad de Jaén y, especialmente, de su Catedral.

Además de estas fortificaciones, Jaén ofrece al visitante un atractivo casco antiguo donde merece la pena pararse y darle un reposo al cuerpo en los Baños Árabes y disfrutar del tapeo de la ciudad. Imprescindibles resultan las visitas a la Catedral de la Asunción y al Museo Provincial, donde sobresale la más importante muestra de escultura ibérica del mundo. La Vía Verde del Aceite y el yacimiento arqueológico de Puente Tablas también suponen buenos atractivos para quien decida visitar Jaén.



Castillo Calatravo, Lopera





En el centro urbano de la localidad de Lopera se encuentra el Castillo Calatravo construido, una vez más, sobre los restos de una primitiva fortaleza árabe.

La principal característica de este Castillo Calatravo es su gran dimensión y su buen estado tras la rehabilitación a la que ha sido sometido. Está formado por dos torres de homenaje rodeadas por una extensa muralla almenada. Tiene además un amplio patio de armas y aún conserva los restos de lo que fue una capilla gótica. Junto con el Pósito o la Casa de la Tercia (siglo XVI), el Castillo Calatravo es el monumento más significativo de Lopera y uno de los más importantes de la Ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén.

Además de estos monumentos, en Lopera es destacable la visita a las trincheras que aún se conservan de una de las batallas más importantes de la Guerra Civil.



Torre de Boabdil, Porcuna

Murallas y Torre de Boabdil, en Porcuna


Una vez más, la historia y la leyenda se fusionan alrededor de una fortaleza jienennse. En esta ocasión, la tradición cuenta que el último rey árabe de Granada, Boabdil, estuvo preso en la gran torre del homenaje (de 28 metros de altura) de esta alcazaba tras caer derrotado en la batalla de Lucena y antes de claudicar ante las exigencias de los Reyes Católicos. De tan singular capítulo del devenir de la historia de España se hereda este nombre: Torre de Boabdil, el vestigio mejor conservado de toda esta construcción. Forma parte de un doble recinto amurallado de época andalusí, cuyo exterior estaba formado por murallas y torreones, y en su interior se encontraba una alcazaba. Ésta fue reformada tras la conquista cristiana por la orden militar de Calatrava, que tanta importancia tuvo en aquella época en la provincia.

La Torre de Boabdil destaca por su imponente altura y su buena conservación. Se trata de una de las construcciones defensivas más bellas de toda Andalucía.

Además de esta torre, en Porcuna y sus alrededores puede visitarse el yacimiento arqueológico de Cerrillo Blanco, la Casa de Piedra, el Museo Arqueológico Municipal de Obulco o la iglesia parroquial, que contiene en su interior pinturas murales de Julio Romero de Torres.




Castillo de Alcaudete




Los monjes calatravos vuelven a tener su papel protagonista en esta fortificación de la localidad de Alcaudete. De origen musulmán (comenzó siendo una atalaya árabe), este castillo es uno de los mejores ejemplos de la importancia que alcanzó en la Edad Media la Orden de Calatrava, a la que el Rey Fernando III El Santo encomendó la defensa de la provincia de Jaén frente al reino de Granada. A mediados del siglo XIII, los calatravos convirtieron este lugar en el bastión más importante de la frontera.

Se trata de una de las fortificaciones mejor restauradas de todo el país, destacando su Torre del Homenaje, una de las construcciones más sólidas y altas de la arquitectura medieval española, que sobresale entre las cumbres de la Sierra Sur. Cuenta con un centro de interpretación en el que se explica con detalle la evolución histórica de esta fortaleza que, tras estar bajo el mando de la Orden de Calatrava, fue un palacio renacentista ligado a los condes de Alcaudete.


Fortaleza de la Mota, Alcalá la Real




Durante más de un siglo, la Fortaleza de la Mota marcó la frontera defensiva entre Granada y Castilla, siendo uno de los sistemas defensivos más complejos de todo Al-Ándalus. No es de extrañar pues la majestuosidad de este conjunto monumental, declarado Monumento Nacional desde el año 1913, ni por supuesto que la localidad en la que se asienta, Alcalá La Real, tome su nombre del término árabe «Al-Qal’a», que significa «la fortaleza». Dada su situación, en un enclave a 1.033 metros de altitud, puede admirarse desde bien lejos la grandiosidad de esta edificación que, tras la conquista cristiana, se convirtió en uno de los centros culturales y de poder más relevantes de todo el reino.

Para conseguir la mejor defensa, esta Fortaleza de la Mota contaba con varios anillos amurallados, haciendo de su perímetro fortificado uno de los más extensos de Andalucía, con siete puertas, tres torres (la Torre del Homenaje, la Torre de la Campana o de la Vela y la Torre Mocha), la alcazaba o la Iglesia Mayor Abacial que, junto con un entramado de calles, barrios, palacetes y bodegas, dominan el recinto monumental y arqueológico de una de las ciudades más emblemáticas de Andalucía.

Actualmente, esta fortaleza alberga el Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera, que nos acerca al día a día de la zona y a cómo la localidad se convirtió en "llave, guarda y defendimiento del reino de Castilla".

Aunque esta fortaleza bien merece una visita por sí sola, también es interesante acercarse al centro histórico de la ciudad, a la única fábrica de cerveza artesanal de toda la provincia o a alguna bodega de vino.


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