Un cartel de figuras anima la primera cita de la Monumental
• Rivera Ordóñez y Serafín Marín cortaron dos orejas y Esplá brilló con su toreo
Francisco Rivera Ordóñez, ayer, durante su faena en la plaza Monumental. Foto: LAURA GUERRERO
JUAN SOTO VIÑOLO
BARCELONA
TOROS M. L. Domínguez, Jiménez Fernández, Domingo Hernández, Gavira, Santiago Domecq, Jandilla, Gutiérrez Lorenzo y García Jiménez
TOREROS Luis Francisco Esplá (ovación); Finito de Córdoba, (ovación) ; Rivera Ordóñez (dos orejas); Morante de la Puebla, (un aviso y ovación); El Juli, (oreja); Serafín Marín (palmas y dos orejas); Raúl Cuadrado, (dos avisos y ovación) PLAZA Monumental. Tres cuartos de entrada
DÍA 8 de abril
La inauguración de la temporada taurina 2006 se saldó ayer con éxito de público atraído por el tirón de las figuras de un amplio cartel del festival organizado por la plataforma para la defensa de la fiesta. Una cacerolada de grupos antitaurinos, que protestaban por la celebración de la corrida, precedió a la celebración de la corrida de la Monumental.
La amplia jornada reivindicativa se inició a mediodía en la Casa de Madrid, donde la Federación Internacional de Escuelas Taurinas, acordó incorporar a la Escuela Taurina de Catalunya a su ámbito y apoyar la fiesta en Barcelona.
A mediodía ya había ambiente en la Monumental en cuyos pasillos se olía a pastís Paul Ricard gentileza de la destilería francesa que envió a un garçon de café a Barcelona acompañado por numerosos aficionados del sur de Francia, interesados en presenciar el festival con seis figuras del toreo y un novillero. La plaza registró un lleno en sombra y buena entrada en localidades de sol.
Todos los actuantes participaron gratuitamente y la cuadra francesa de Phillippe Heyral, de Nimes, aportó los caballos de picar que lucieron un peto de tela antibala ligero, de 23 kilos de peso.
Entre los asistentes al festejo se encontraban Pedro Balañá, Albert Boadella, José Tomás, Santiago Martín el Viti y otros personajes famosos y del mundo de la cultura.
El festival respondió a la expectación despertada y la Monumental volvió a vivir una de esas tardes para el recuerdo. Gran ambiente en el patio de caballos, a medida que llegaban los matadores y rotundos aplausos al final del paseíllo de los siete espadas. Luis Francisco Esplá dictó una lección de tauromaquia, puso banderillas con poder y al violín y el trasteo muletero tuvo cuajo y entidad ante una res floja de manos.
Finito de Córdoba, precavido y a la defensiva, no estuvo a la altura de la brava res que le correspondió y encima se pasó de faena. El primer coletudo en tocar pelo fue Francisco Rivera Ordóñez que, ante un toro muy gacho, entretuvo al público, con las telas y los rehiletes. También colgó banderillas al violín y corrió delante de la res hasta que se detuvo imitando a El Fandi. Aprovechando la bondad del bicorne, se lució en redondo sufriendo una voltereta y mató de entera.
Morante de la Puebla, ante un cinqueño que se quedaba en el embroque, apuntó detalles de su hermosa tauromaquia y mató aliviándose. Antes de doblar la res, un arenero saltó al ruedo y, en su agonía el toro le echó mano, por fortuna sin consecuencias. El Juli, al que le pidieron que pusiera banderillas, estuvo corajudo y pundonoroso destacando en los redondos. Dejó media en los rubios suficiente.
Con un cinqueño viejo que pegaba tornillazos, Serafín Marín estuvo a merced del bicho y se lo quitó de en medio como pudo. Pero el diestro ofreció el regalo de un sobrero con el que hizo la faena más vibrante del festival, especialmente en el último tercio toreando sobre ambas manos y adornándose con torería. También se lució el novillero Raúl Cuadrado, especialmente en tandas al natural ceñidísimas y espeluznantes que no pudo coronar con los aceros.
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