El sol se pone en Despeñaperros





El sol se pone en Despeñaperros,
En Despeñaperros se pone el sol,
En absoluto creo que yerro,
Si tan bella estampa admiro de corazón,





Soy andaluz, del Reino de Sevilla,
Viajando estoy, dejando atrás
Olivares y montañas, para Castilla
Voy; nervios dentro del bienestar….





Recorrido familiar me resulta,
Olivos, pinos y montañas,
En un cielo inmenso; y ya confusa,
Con cierta aridez, se prevé La Mancha,






Y van llenitos los poderosos olivares,
Y marcan el paso las ventas,
Tierras del buen yantar; un sable
Quijotesco aún busca hazañas sinceras,





Montan su propia escena los pinares,
Que hacia los Madriles se confunden con las jarosas,
Espinosas verdes yerbas, que por estos lares,
Recrean al caminante de alegría montañosa,





Reinos de Jaén, Córdoba y Toledo,
¡ Qué bellas tierras de las Españas !
Conocimiento obligado del peregrino austero,
Hermoso triángulo de la Iberia Santa,





¡ Oh, bella Écija ! Atrás yo te dejo,
Tierra de parte de mis antepasados,
Que vamos para Montoro, que sigue el empeño,
Que La Carlota se pasa, que en Guarromán paramos,





Aparecen tímidas pero fuertes cepas,
Y no muy lejos están los ondulados cerros,
Alguna casona vigilante y sincera;
Y algún verde que la reciente lluvia ha hecho,





Boina roja llevo en mi maleta,
Y una botella de solera rica,
Que para eso mi abuelo tenía su bodega,
¡ Soy sureño, soy carlista !





Y al entrar en el Reino Castellano,
Me doy cuenta de que llego a mi destino,
Conservo la ilusión del joven sevillano,
Que en el viaje recobra su sino,





De celtas, íberos y Roma,
De la Hispania de los Reyes Visigodos,
Recorriendo estos pagos, mi corazón rebosa
De alegría, evocando su Historia, sus modos….





Al centro de la Península Ibérica arribo,
Con gentes de toda España me encuentro,
Y no me equivoco si afirmo,
Que también con gente del Extranjero,





Una jungla de asfalto destruyó el Sur castellano,
Lo mismo que destruye la tierra
Acá y allá; donde el ser es menos humano,
Donde el infierno de alquitrán reina,





Y aún me acuerdo, por eso mismo,
De la hermosura de la naturaleza,
Desde la costa hasta los llanos,
Por el frío de la majestuosa sierra,







El sol se puso en Despeñaperros,
Anaranjado caramelo que encierra su geografía,
Aún evoca el paso de los guerrilleros,
La Piel de Toro es de compleja orografía.