La situación es esperpéntica:

-. Ambos Estados miembros de la misma unión supranacional.
-. Ambos Estados miembros de la misma organización militar.
-. La mitad del personal sanitario en las islas es español.
-. La nacionalidad más numerosa en España después de la española, es la británica con más de millón y medio de residentes.
-. Las líneas aéreas compartidas.
-. Según encuestas publicadas por los medios británicos, el 40% de éstos se vendrían a vivir en España si sus circunstancias personales lo permitieran.

Y aquí continuamos con este problema, con una situación de la que se podrían sacar unos cuantos guiones para las películas de Los Hermanos Marx, y todo porque hay una serie de intereses creados para una banda de forajidos traficantes --los llanitos-- y para unos cuantos pícaros británicos que han instalado allí numerosas sedes empresariales para estafar al fisco británico.

Yo comprendo que les haga ilusión tener frontera con España, es natural, porque cuantos de fuera quisieran españolizarse por empatía, a diferencia de unos cuantos del interior, pero ya va siendo hora de que los gobiernos de España y Gran Bretaña se sienten a elaborar el calendario de traspaso de la soberanía. Naturalmente, para eso tiene que haber un gobierno español digno de tal nombre.