El barbaro, jajjaja, muy bueno tu comentario.
Pero ya en serio, estimado, no , el sujeto no se cree iluminado , es solo un discurso, una tactica politica mas, para ir a caza de incautos .Creeme que como bien dice la escritura, el numero de ellos es infinito, y asi, cuando por cada desastre que se manda siempre encuentra algun culpable ( la cIA, uribe, el pato Donald, y este ultimo no lo digo en sentido figurado) habra alguien dispuesto a tragarlo. Los progres de hoy usan , curiosamente, de los famosos principios de Goebbels.
El gobierno argentino no sigue el modelo economico comunista,(mas bien una especie de "capitalismo prebendario estatizante") pero es discursivamente similar.
Esto es de "La Nacion Diario" ( diria Castellani) de hoy, a veces hay alguna que otra cosa interesante en el periodico de Mitre.
La oratoria K, una marca registrada
El matrimonio Kirchner ha impuesto un estilo sin calma interior, propio de quienes sólo hablan con la navaja en las manos
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Viernes 22 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa
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Tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como su esposo han hecho esfuerzos sostenidos para cultivar un estilo oratorio muy especial, ajeno a lo que podía conocerse en el azaroso desenvolvimiento de la política interna. Lo menos que puede decirse es que ha sido un estilo sin calma interior, propio de quienes sólo hablan con la navaja en las manos.
Nada hay para celebrar. Todo ha constituido un espectáculo de decadencia, pero no porque en el fuego anterior y habitual de la política sus grandes protagonistas hubieran rehuido el verbo encendido, incisivo y a veces hasta implacable con el adversario. Lo novedoso ha sido que en estos últimos siete años el discurso que ha prevalecido en nuestros gobernantes ha estado invariablemente relacionado con la violencia verbal abierta o elíptica, siempre con arrestos de campeones en la descalificación y la denuncia.
Esa crispación ha hecho que el nombre de los gobernantes haya quedado asociado como marca de identidad. Allí donde van por el mundo se los reconoce por el ojo presto para identificar enemigos e ignorar la cortesía. Se comprenderá entonces que ese asunto haya gravitado sobre la atmósfera general del país y arrastrado a las principales figuras del oficialismo aguas abajo en la consideración pública.
Se ha dicho que no se conoce una guerra sin momentos de paz. Observaba Roland Barthes, cuya visión de las cosas no ha de incomodar a quienes hoy se jactan de progresistas, que entre dos escaramuzas la gente vacía tranquilamente sus vasos de cerveza. La actitud de nuestros gobernantes desconoce, en cambio, el valor de un sorbo de sosiego, el de un momento de reflexión y, sin duda, el de abrir un espacio sincero al diálogo. No se sabe bien por qué. En el orden personal les ha ido muy bien en la vida, sobre todo durante el denostado gobierno militar del que dicen no ser deudores de nada.
En la conferencia de prensa de anteayer la Presidenta fue demasiado lejos. Si quiso atacar a una empresa periodística, a la que ha tomado desde hace tiempo por propiedad enemiga, el golpe bajo referido de modo implícito a la identidad de los hijos de su accionista principal no ha hecho más que acentuar la atención en un asunto en especial. Se refiere al grado de escrúpulos del círculo político gobernante para procurar, como fuere, la humillación de quienes con él disienten.
Así no se combate la disidencia y menos cuando las cuestiones que se aluden se encuentran en manos de la Justicia. Un jefe del Estado no puede colocarse en papel subalterno al del propio penalista acuciado no sólo por anteponer todo al interés del querellante que representa, sino también por cobrar honorarios, que, a veces, es cierto, se pagan en la especie de los dividendos políticos. Así perderán el Gobierno y sus autoridades el último atisbo de respeto que corresponde preservar en nombre de los intereses permanentes de la República.
La sociedad argentina está perpleja con estas demasías. Está perpleja, como se señaló ayer en esta columna editorial, por la abrupta cancelación del viaje de la Presidenta a China en violación de todas las normas y tradiciones que gobiernan la relación diplomática y amistosa entre los miembros de la comunidad de naciones. Desde las más altas instancias políticas se han generado con harta frecuencia hechos y palabras desmesuradas, impropias de las jerarquías que comprometen, pero con esta marcha a paso forzado la Presidenta está actuando como si quisiera superar los cuestionables antecedentes del gobierno que nominalmente encabeza y el del anterior, ejercido por su marido.
Se lanzan con ligereza insinuaciones con la voluntad de herir el prestigio de instituciones y personas, y se formulan juicios enconados en todas las direcciones. De ese modo, se hace más fácil preguntar quién ha estado desde 2003 a salvo del rencor político de la facción dominante que reconstruir la lista innumerable de destinatarios de sus dardos y maledicencias: desde los partidos y dirigentes de la oposición hasta la prensa libre, desde la Iglesia hasta gobiernos extranjeros del más diverso calibre político, desde empresarios y economistas conscientes de la dignidad frente al poder de turno hasta jueces y fiscales dispuestos a afrontar las consecuencias de sostener la independencia y el honor.
No quedaba, pues, a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) otra alternativa que volver a emitir, como acaba de hacerlo, una nueva declaración de protesta por "la sucesión de graves descalificaciones a medios de prensa por parte de las más altas autoridades del país". Ha debido recordar, además, que la difusión de noticias de dominio público y hallazgos periodísticos mal podría asociarse, como lo ha hecho la Presidenta, con "oscuras teorías conspirativas." ADEPA también ha considerado que "pretender homogeneizar el discurso público es otra forma de autoritarismo".
La Presidenta se ha permitido anunciar, a pesar del resto de su última intervención pública y de recientes medidas sobre medios de comunicación, que está dispuesta a morir para que en un diario se sigan escribiendo "las mismas mentiras" de todos los días. Con la mano en el corazón, señora, ¿acaso esa frase la patrocina el Indec?
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Dos apostillas finales sin mucho que ver.. (o si)
a)Es curiso, por ejemplo , que los progres argentinos, llamen "fascistas" a los liberales conservadores de La Nacion ( Hablan como si Mitre hubiera tenido algo que ver con Jose Antonio), demuestra una total ignorancia de categorias y cultura polìtica , pero bueno, hablamos de progres.
b) Hablando de pendulos, estimado Josean, hablemos de EEUU , vieron o que ocurrio en Massachusets? Parece que la estrella de Obama, tan fulgurante un año ha, empieza a volverse meteoro, porque va en picada y se quemaCon respecto a Chavez, reitero lo dicho, en cierta forma si retrocede, pero recordemos, al hbalar de socialismo, el mito de la Hidra de Lerna y sus cabezas.
Saludos y Paz
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