Dos proyectos de colonización de ciudadanos de origen polaco
Lanusse y Wanda, con un origen común pero con destinos muy distintos
La primera colonia comenzó con una notable prosperidad hasta avanzar a una progresiva desaparición. La segunda no para de crecer con diversas alternativas
Capilla. | Es una de las construcciones históricas de 1945 que permanece en pie.
Colonia Lanusse. Esta localidad nació junto a Colonia Wanda, de la cual depende administrativamente y dista unos 38 kilómetros. Por camino de tierra, la vía de acceso inevitable es la ruta provincial 277, que se conecta al norte con la ruta provincial 19. Su nombre es en homenaje al gobernador del Territorio Nacional (1896 y 1905), Juan José Lanusse, reconocido como el impulsor del proyecto de colonización. Tuvo su momento de gloria económica en las décadas del '50 y '60, cuando era un progresista poblado, con aserraderos y laminadoras en plena producción, con la explotación del monte nativo, a los que se sumaban cultivos diversos, como yerba mate, tabaco, té y tung, entre otros.
En la actualidad, los propios pobladores señalan el notable retroceso de Lanusse. Ahora no llega al medio centenar de familias de colonos, cuando concentró a más de 2.500 habitantes en su época de esplendor. En 1991 se censaron 67 personas, y en 2001 su población se consideró rural dispersa.
En cambio, según el censo de 2010, Wanda cuenta en la actualidad con 15.529 habitantes.
Lo que queda de la primera época en Lanusse es una escuela, una iglesia y un Centro de Atención Primaria donde concurre un médico cada semana.
Entre las cosas que fueron desapareciendo, junto al último aserradero, Garumí, se encuentra un puesto de Gendarmería, un improvisado salón de cine en 1953 y el también desaparecido club social.
Origen y desarrollo
Wanda, por su lado, es un nombre femenino de origen polaco. Existen varias versiones acerca del nombre. Una está vinculada al de una hija del mariscal y político polaco Josef Pilsudski (1867-1935), quien resistió al dominio de Polonia por el zar ruso y, luego en 1920, al frente del ejército, salvó a su país de la invasión rusa.
Otra versión señala que el nombre de la ciudad es en homenaje a una princesa de Cracovia que se llamaba así, quien al haber sido obligada a contraer matrimonio contra su voluntad, prefirió suicidarse arrojándose a las aguas del rio Vístula.
Lo cierto es que Colonia Wanda tiene sus inicios con la adquisición de tierras por parte de la Compañía Colonizadora del Norte Sociedad Anónima, a través de una fracción de 2.400 hectáreas. Fue escriturada el 18 de mayo de 1934. Se delimitó la sección Tupicuá, otra fracción de 2.875 hectáreas. Dio lugar además a la sección Puerto, con unas 2.915 hectáreas para la Colonia Gobernador Juan José Lanusse. Estas dos colonias, de esta manera, comenzaron el proceso de población en el año 1936 con agricultores venidos de Polonia.
En el año 1938, en total 40 familias se radicaron en Wanda.
Muy pronto pasaron a contar con 150 familias las localidades de Wanda y Lanusse. Lo que prometía ser un rápido desarrollo tuvo su freno como consecuencia del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Esta contienda impidió que llegaran otros 400 inmigrantes que planificaban arribar a estas tierras.
A pesar de ello, Wanda fue surgiendo a raíz del punto estratégico que la sostiene aún hoy. Entonces, el río Paraná fue la principal vía de transporte y comunicación. Años después lo es la ruta nacional 12, sumada en la actualidad, a la ruta provincial 19.
Mirando al río
Al crearse por el decreto 1.421, en el año 1956, la comisión de fomento fue denominada Colonia Wanda. Los orígenes hablan de familias que se posicionaron para trabajar en la zona del puerto en crecimiento por el año 1960 por la ventaja que ofrecía el río.
Para el año 1970, con un censo se descubría que todo habría cambiado rápidamente. Esta energía positiva de crecimiento se potenció en la década de los '70, cuando llegó la anhelada cinta asfáltica, y en año 1976 se creó la empresa Alto Paraná S.A., que llegó para afianzar el crecimiento de Wanda. La empresa generaría miles de puestos de trabajo. Ello, en contraste a la pérdida de la fuente laboral por el cierre de la laminadora que estaba en la Colonia Lanusse. Esto produjo una importante migración interna de pobladores a Wanda.
Estos habitantes buscaban estabilidad laboral y vías de comunicación como el asfalto con la ruta 12 y su proximidad al río.
De esta manera, se fortaleció el perfil forestal de la región, en desmedro de la producción agrícola y a favor de la urbanización. En el censo de 1980, el resultado marcaba unos 1.999 habitantes y 471 viviendas. En 1980, todo crecimiento se acentuaba para la hoy ciudad de las piedras. Allí apareció la construcción de la represa sobre el arroyo Urugua-í, 13 kilómetros al norte, y se pavimentó parte de la ruta provincial 19, en el tramo que la unía con Gobernador Lanusse.
Brillante descubrimiento
En esa época se produjo el descubrimiento accidental de los yacimientos de piedras preciosas, donde a diferencia de otros lugares, su explotación permitió a Wanda un perfil netamente turístico, llegando en la actualidad a ser el segundo destino más visitado, todo ello potenciado por su cercanía con las Cataratas y la reciente consagración de éstas como una de las siete maravillas naturales del mundo. En el censo de 1991, Wanda aparece con 7.496 habitantes, con un crecimiento del 275%, el más alto en la provincia por ese entonces.
Una migración por la crisis
La irrupción de la crisis argentina del 2001 nuevamente produjo una migración interna en ésta zona, produciéndose un desplazamiento de las regiones urbanas hacia las rurales.
De ésta manera, surgen nuevos asentamientos rurales como Paraje Nueva Argentina, Tirica, Sierra Morena y Sarandí, que totalizan algo más de 500 familias de pequeños productores que buscaron en el cultivo de la tierra, en pequeñas unidades productivas, la manera de su sustento.
Hoy, Wanda se perfila con su potencial forestoindustrial siendo el asiento de la mayoría de las empresas forestales prestadoras de servicios (cosecha forestal, transporte, talleres industriales), teniendo como segunda actividad económica al turismo con su atractivo, que son las minas de piedras semipreciosas, y posicionándose como prestadora de servicios al turismo con alojamientos, gastronomía y otros.
En tercer lugar -todavía de una manera incipiente- y tomando en cuenta el potencial que tiene con esas más de 500 familias de pequeños productores, tiene la oportunidad de producir alimentos en parte del sector rural, teniendo en cuenta su proximidad a importantes centros de consumo.
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