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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
DEFENDIENDO AL VIRREY SOBREMONTE, PARTE 3
Ya hemos hecho dos publicaciones en defensa y desagravio del virrey Rafael de Sobremonte, constantemente vapuleado por la historiografía liberal, unitaria e independentista argentina por el hecho de haberse retirado tácticamente a Córdoba durante la invasión inglesa de 1806, siguiendo órdenes terminantes del virrey Vértiz que decían que la persona del virrey no debía ser capturada por el enemigo. Semejante actuación fue elogiada por el cabildo de Córdoba, ciudad en la que Sobremonte reunió un ejército de 3000 hombres en solo 18 días, con el que se aprestó a volver a Buenos Aires a enfrentar a los ingleses. La razón por la que no entró en combate fue porque Liniers ya los había derrotado; no porque fuera un traidor y un cobarde.
Finalizada esta introducción, vamos a exponer algunos conceptos extraídos de la obra 'Historia de la Argentina' de Editorial Océano, tomo I, en donde se retrata en su auténtica dimensión la labor militar realizada por el Marqués:
Medidas de progreso
Sobremonte luchó contra los portugueses, recuperando para España muchas leguas de terreno con poblaciones rurales dilatadas y estancias repletas de ganado. En plena campaña debió interrumpir su marcha por orden del virrey del Pino, a causa de haber llegado a Buenos Aires la noticia de la paz concertada entre España y Portugal. Sobremonte fundó el pueblo de San Fernando, sobre el Río de la Plata, e inició la obra de un canal destinado a evitar las inundaciones del terreno y facilitar el comercio y la industria de la región del delta. Cerró un acuerdo con los indios pehuenches; proyectó reformas en el sistema de reducciones de los indios del Chaco, y auxilió con tropas veteranas a las campañas de la Banda Oriental, en las regiones que eran atacadas por los indios o los ladrones de ganado. También puso especial empeño en eliminar el agio en la venta del trigo, para lo cual habilitó dos mercados en Buenos Aires.
Autorizó el funcionamiento de la nueva Casa de Comedias, permitió la salida de ciertos productos libres de derechos y combatió el contrabando. Intensificó la acuñación de moneda en Potosí y la extracción de plata en el Alto Perú; introdujo, además, la vacuna contra la viruela. Después de la primera invasión inglesa dispuso la aplicación de un impuesto temporal sobre el azúcar, los vinos y los aguardientes, nacionales y extranjeros, cuyo producto se destinaba a cubrir los gastos de carácter militar. Gestionó de la metrópoli la ampliación y mejora de recursos militares, haciendo saber sobre el estado indefenso en que se encontraban «estas plazas y sus costas» por la escasez de tropa, la falta de fortalezas, la insuficiencia de armamento y de vestuarios. Envió a España los planos de las fortificaciones proyectadas para Montevideo, informó sobre el estado de la artillería, el armamento y las municiones que existían en los puertos del sur y en las Islas Malvinas. Requirió con insistencia el aumento del número de reclutas, así como la mejora de sus sueldos; autorizó el corso contra las naves británicas, y gestionó el eventual auxilio de la escuadra francesa como aliada de España.
Autores mal informados ignoran la actividad que cumplió en este orden, su dedicación y competencia; dice el coronel Beverina: «El marqués de Sobremonte fue uno de los militares de más sólida preparación profesional y de criterio más acentuado entre los jefes españoles que prestaron sus servicios en el Virreinato del Río de la Plata».
Retirada a Córdoba
Cuando Sobremonte conoció la situación de guerra con Gran Bretaña convocó a los jefes militares a una junta que se reunió el 2 de abril de 1805. La metrópoli estaba demasiado absorbida en sus propios asuntos, para prestar los auxilios que reclamaba sin descanso el virrey Sobremonte. El 27 de junio de 1806 los ingleses, al mando de Beresford, entraron en Buenos Aires. Sobremonte manifestó no estar dispuesto a perder el virreinato porque hubiera caído la capital. Su retirada a Córdoba fue muy rápida, como también lo fue su regreso. Se lo acusó de ineptitud y cobardía por este hecho. Mientras los ingleses se veían forzados a concentrarse en Buenos Aires, el virrey volvió de Córdoba con un ejército de tres mil hombres, reunidos en dieciocho días, para arrojar de la capital al invasor. El 12 de agosto se había logrado la reconquista en un movimiento de reacción heroico e inesperado. El virrey llegó cerca de Buenos Aires y se enteró de que el cabildo abierto, convocado el 14 de agosto, lo había relevado del mando de la ciudad y había confiado la comandancia militar a Santiago de Liniers. Sobremonte accedió, después de haber resistido, y pasó a Montevideo. Sabedores de que el grueso de las fuerzas virreinales estaba protegiendo a Buenos Aires, los invasores con una escuadra más poderosa que la anterior iniciaron esta vez sus operaciones por la Banda Oriental. Sus jefes, los generales Auchmuty y Sterling, le intimaron a rendir Montevideo, lo que Sobremonte rechazó de la manera más categórica.
La superioridad de los ingleses era notoria; la resistencia del virrey se debilitó y tuvo que entregar la plaza. Al frente de sus tropas se batió en el combate del Buceo, y en tres acciones tomó la ofensiva para repeler a los invasores, hasta que, finalmente, tuvo que admitir la derrota. Cayó Montevideo y los ingleses encontraron después en Buenos Aires una resistencia tenaz. El 10 de febrero de 1807 una junta de guerra, movilizada por el ayuntamiento de Buenos Aires, destituyó al virrey de sus funciones. Sobremonte permaneció en la capital casi tres años más, esperando y reclamando justicia. A fines de 1809 regresó a España y allí prosiguió su demanda hasta lograr que se le hiciera juicio, en el cual resultó absuelto.
El 11 de junio de 1814 el rey Fernando VII lo ascendió a mariscal de campo y lo nombró consejero de Indias. El 31 de diciembre de 1815 cesó en sus funciones y se retiró a vivir primero en el Puerto de Santa María y luego en Cádiz. Estaba condecorado con la gran cruz de San Hermenegildo. Tras una larga enfermedad falleció en Cádiz el 14 de enero de 1827."
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1449086693795
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Este video ya lo había puesto anteriormente (no en este hilo) pero no me percaté de los datos que acompañaban al clip, así que va de nuevo:
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Los Pincheira: Los últimos defensores del Imperio.
Reseña de la montonera realista de los hermanos Pincheira, los últimos defensores del Imperio Español en América.
Para interiorizarse de la historia real, sugerimos el excelente trabajo:
www.eculturismo.com.ar/Textos/Pincheira.*pdf
Las imágenes corresponden a:
Recreación de Milicias Realistas, cortesía de Fernando Valle Leal
www.reenactorchile.foroactivo.net
Fotos y videos de la Cueva de los Pincheira:
Recreación histórica realizada por el Comité de rescate histórico del Valle de Las trancas.
La música es la canción "Ojos incandescentes", del grupo chileno "La Ley", y fue la canción característica de la teleserie "Los Pincheira", que se basó en la historia de la montonera, pero "omitiendo" que eran "realistas" y ambientando los hechos a inicios del siglo XX.
El mismo guión se reeditó en Norteamérica bajo el nombre "Los Plateados"
LETRA DE LA CANCIÓN:
Que más nos da, sin no nos quieren escuchar
Que más, nos da Si solo quieren dominar
Nuestras tierras, y los que sientes su dolor
Sus banderas, de lucha son una traición
Somos fuerza y pasión, en la oscuridad,
resistiremos hasta el final
Coro:
Frente a frente el universo y la verdad,
unen sus fuerzas para poder brillar
Frente a frente en el camino encontrarás,
ojos incandescentes...
Que más está dispuesto a sacrificarse
Somos su oposición a la indignidad,
resistiremos hasta el final
Frente a frente el universo y la verdad,
unen sus fuerzas para poder gritar
Frente a frente en el camino encontrarás,
ojos incandescentes, miradas que te iluminan, el amor es inminente...
Cuando el día abre sus brazos, ilumina todos sus pasos,
cuando el día abre sus brazos, ilumina todos sus pasos,
cuando el día abre sus brazos, ilumina todos sus pasos,
cuando el día abre sus brazos, ilumina todos sus pasos...
Frente a frente el universo y la verdad,
unen sus fuerzas para poder brillar
Frente a frente en el camino encontrarás...
https://www.youtube.com/watch?v=glKPNFGcbcQ
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Fuente:
https://www.youtube.com/watch?v=glKPNFGcbcQ
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
DE LOS FUSILADOS POR LOS LIBERTADORES:
Revisando mi QUITO FUE ESPAÑA me cruzo con el Púñug Camacho, guarandeño, realista criollo... fusilado en nombre de la "libertad"...
Se destaca entre estos realistas criollos el Púñug José Camacho, testimonio de la fidelidad al Rey de la plebe de Quito, de Guaranda en particular, quien participara desde un principio en la campaña realista, adhiriéndose al batallón de 600 locales que se formó en Guaranda para avanzar sobre Quito en 1810 por el coronel Arredondo.
Después de la “Independencia de Guayaquil” en 1820, se incorporó al mando bajo el coronel Fominaya con otros 22 jinetes locales todos, y fueron estos los únicos que se midieron con las avanzadas de Urdaneta. Con sus fieles jinetes que ya sobrepasaban la treintena siguió combatiendo contra los separatistas. Púñug –dormilón en quechua- era alto, fornido, blanco, de nariz aguileña, barba y pelo azafranados; hablaba de corrido y se caracterizaba por sus generosidad y por su profunda fe católica, en su dormitorio conservaba un Cristo con potencias de oro y un cuadro de la Sacra Familia en marco de plata, junto a estos estaban sus lanzas, pistolas y trabucos, un “híbrido menaje”.
Después del triunfo de los independentistas, Camacho no pudo sentar plaza en su querida Guaranda debido a la tenaz persecución que llevaban a cabo los colombianos del nuevo gobierno, siendo Púñug el más perseguido, inclusive poniendo precio a su cabeza. Sin poder vivir en el pueblo, arruinado en sus negocios, siguió prestando resistencia, “vitoreando al Rey” y dando “mueras a la República”.
El gobernador Araujo quien aborrecía a José Camacho, finalmente dio con él en 1823 gracias a una delación traicionera. Es capturado en una cueva dónde se había refugiado en la campaña de la sierra central y es llevado a Babahoyo en la costa, dónde es sometido a un tribunal sumario o consejo de guerra, ante este exclama: “Agradezco al Señor Defensor; mas exceptuando lo de ladrón, que nunca lo he sido, todo lo demás es cierto, y aun digo que se ha omitido mucho de lo poco que he hecho por mi Rey”.
Es sentenciado a muerte por su fidelidad, se dirige al patíbulo, sacerdotes le auxilian, besa el crucifijo que le presentan y se dispone a morir; “Se acerca, el oficial de la escolta y le ordena se arrodillé: se niega resueltamente; pero vuelven los sacerdotes a exhortarle, y les obedece. Mas en el instante de sonar los tiros, se levanta y recibe de frente la descarga” alcanza a clamar -¡Viva el Rey! siendo las últimas palabras de Púñug Camacho, guarandeño del estado llano, fusilado por orden de los “libertadores” en nombre de la libertad, los derechos del hombre y la independencia a costa de todo lo demás.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1449596266490
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
LA ARMADA DE COCHRANE, CON LA QUE SAN MARTÍN PASÓ DE CHILE A PERÚ, TENÍA 1400 SOLDADOS BRITÁNICOS Y ESTADOUNIDENSES
(en inglés)
The Chilean squadron under Cochrane's command consisted of seven vessels in all, three frigates, three brigs and a sloop. Two of the frigates were former East Indiamen.
Chile had no naval tradition and was therefore reliant on foreign sailors to man the ships. A recruiting campaign in Britain and North America had proved remarkably succesful and by 1819 had attracted 1400 officers and seamen. Two-thirds of the seamen and almost all the officers were British or American. In addition to the sailors a force of some four hundred marines was recruited, all of whom were Chilean.
Fuente: Cochrane the Dauntless: the life and adventures of Thomas Cochrane, 1775-1860 de David Cordingly.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1449616137204
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Nótese cómo O'Higgins ofrece "el oro desentrañado de las montañas de este país" a cambio de la industria de los británicos. Es decir, son los propios próceres los que ya están delineando la relación económica leonina entre los países hispanoamericanos y los grandes centros de poder mundial, en los que unos exportan materias primas y los otros manufacturas y tecnología, como desgraciadamente aún sucede en la actualidad.
Norberto Galasso, autor de cuya obra extraemos esta cita, menciona además que esta carta "es entregada por O'Higgins a San Martín y remitida por este al vizconde de Castlereagh". Este dato es importante porque significa que no podemos desvincular a San Martín de las relaciones que se establecen con Inglaterra, ya que los sanmartinianos siempre dicen: "Oh, pero que quienes rodeaban a San Martín fueran pro-británicos, no significa que él lo fuera", siempre intentando desvincularlo de cualquier aspecto que lo pudiera manchar.
Fuente de la información (libro "Seamos libres y lo demás no importa nada: vida de San Martín"):
https://books.google.com.ar/books?id...ntañas&f=false
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1450133478166
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
¿INDEPENDENCIA "TRADICIONALISTA Y CATÓLICA"? PARTE 1
Uno de los mitos, o, mejor dicho, de las mentiras que promueven los independentistas hispanoamericanos, sobre todo dentro de los sectores católicos, es que la independencia fue "tradicionalista y católica", además de anti-liberal, porque "las ideas liberales no se conocían en América, sino que llegaron mucho después", "las juntas fueron una reafirmación católica frente a la política regalista, jansenista y anti-cristiana de los ateos masones Borbones", y también que "nos independizamos por Suárez y no por Rousseau".
En una serie de publicaciones nos proponemos demostrar que los próceres de la independencia, no solo no eran tradicionalistas, sino que estaban imbuidos del pensamiento ilustrado dieciochesco anglo-francés. ¿Cómo la independencia va a ser un movimiento tradicional y escolástico cuando Jeremy Bentham, el padre del utilitarismo, era amigo de varios jefes libertadores como los venezolanos Miranda y Bolívar o el argentino Rivadavia?
En esta primera entrega lo que presentamos es una frase de la auto-biografía de Belgrano, prócer argentino y creador de la bandera, en donde admite estar influenciado por las ideas revolucionarias francesas. Todavía más, este señor tradujo al castellano el Farewell Adress (discurso de despedida) de George Washington, a quien se proponía imitar. Estos datos son suficientemente aleccionadores sobre la procedencia ideológica de los sujetos que llevaron a cabo la nefasta secesión de las Indias.
Como siempre, los documentos de primera mano que publicamos están debidamente documentados. La frase de Belgrano se puede encontrar en cualquier lado, pero la fuente de donde la extrajimos es la obra 'Belgrano, la revolución de las ideas' del historiador Diego Valenzuela.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1450133478171
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
“Ocultos los vecinos en sus casas, contraídos los artesanos en sus talleres, lóbregas las calles, en nada se pensaba menos que en ingerirse e incorporarse a tan inicuas pretensiones, especialmente cuando bajo el pretexto de fidelidad, de patriotismo y de entera unión entre americanos y europeos se descubrían sin disimulo los designios de independencia y de odio a todos los buenos vasallos de V.M.”
- Baltasar Hidalgo de Cisneros a Su Majestad Católica don Fernando VII.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...pszfzqpdck.jpg
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Agualongo es sinónimo de lealtad a Dios, al Rey a España contra los cerdos agentes ingleses que nos separaron de la Madre Patria.
Extraído del muro de Eduardo Cortés.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Las medidas represivas contra los peninsulares adoptadas por Monteagudo (amigo de San Martín) en el Perú
"Monteagudo, en el Perú, tiranizaba realmente a los españoles. Por todas partes circulaba un decreto impresionante. El 20 de abril de 1822 había prohibido a los españoles usar capa, para que no escondiesen armas; formar grupos que pasasen de dos personas; salir después del toque de oraciones, bajo pena de muerte, y llevar armas, también bajo pena de muerte y confiscación d...e sus bienes. Este decreto era llamado bárbaro, y el gobierno de San Martín, despótico. Mosquera había exigido sumas enormes a los españoles con amenazas terribles."
Fuente: De Gandía, Enrique, La independencia americana, Ed. Mirasol, 1961, página 75.
Imagen: Bernardo de Monteagudo.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1451443313795
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Mirada católica de la Revolución de Mayo...
antes del "relato"
Nuestros padres, ya cuando se afanaban por organizar la
república, y dar sólida base à las instituciones libres, como cuando
conquistaban su independencia en los campos de batalla, cometieron muchos y muy
graves errores. No puede negarse que las doctrinas políticas y sociales que
prevalecieron entonces, y que fueron acogidas sin criterio por un entusiasmo
irreflexivo, han influido no poco en sus estravios, y en las calamidades que han
aflijido à estos paises. Discípulos de la filosofia del siglo XVIII, y sin otro
evangelio que el ‘Contrato Social’, sus teorias revolucionarias contribuyeron
poderosamente à romper todos los lazos de la subordinacion
social.
La Relijión: Periodico de los
intereses morales y relijiosos de la Republica Arjentina (dir. Félix
Frías*), Nº 6, sábado 19 de septiembre de 1857.
*Aunque algunos "nacionalistas" no lo quieren a
Frías, por su anti-rosismo, el hecho es que fue tenido, pacíficamente hasta hace
poco, como un paladín de la defensa del catolicismo en la Argentina. Cf. R.P.
Cayetano Bruno SDB, "Félix Frías", Mikael: Revista del Seminario de Paraná
(), año III, Nº 9, 3º cuatrimestre de 1975.
http://4.bp.blogspot.com/-F7n4y1YQLb...9_112012-F.jpg
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: Mirada católica de la Revolución de Mayo... antes del "relato"
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Otra más de Bolívar y su anglofilia, que condenó a los prósperos Reinos de Indias a convertirse en dependencias y satélites del imperio británico, con los múltiples empréstitos que contrajo, con los tratados comerciales que firmó, con las minas que vendió o quiso vender, etc. Sobre todo esto haremos sendas publicaciones en el futuro.
Fuente: Simón Bolívar
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1452625973947
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
La verdad que cambia la Historia de la Conquista Española
Dr. Julio Carlos González: Secretario Técnico del Presidente Juan D. Perón y luego de la Sra. María Estela Martínez de Perón, Presidente de Argentina luego del fallecimiento del Gral. Perón en 1974.
https://www.youtube.com/watch?v=PESDqFPQCAc
https://www.youtube.com/watch?v=PESDqFPQCAc
Gran video.
:aplauso:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
LA ANGLOFILIA DE BUENOS AIRES
Al diplomático estadounidense en Buenos Aires, John Murray Forbes, le preocupaba la mayor trascendencia que el gobierno de Martín Rodríguez, a través de actitudes expresadas concretamente por Rivadavia, le adjudicaba a las festividades de Gran Bretaña, mientras demostraba escaso entusiasmo por los Estados Unidos:
“No quiero terminar esta comunicación sin mencionar una prueba más del favoritismo del Gobierno [de Buenos Aires] hacia los ingleses, a que me he referido más de una vez. Poco tiempo después del reconocimiento de la independencia de este país, nuestros compatriotas [los estadounidenses residentes en Buenos Aires] celebraron el 4 de Julio. La fecha fue saludada por descargas de artillería de nuestros barcos mercantes, por la mañana, al mediodía y al caer la tarde y nuestro pabellón fue izado junto con el de este país. Todo lo que el Gobierno hizo fue izar un instante su bandera a mediodía, disparar un solo cañonazo y arriar de inmediato la bandera. En cambio, cuando los ingleses celebraron el 23 del corriente (San Jorge) el aniversario del Rey, la bandera del Gobierno flameó durante todo el día y a la puesta del sol se hizo por el Fuerte un saludo regular de once cañonazos. ¡Y todo eso, sin un simple representante oficial inglés ni un solo cañonazo disparado de su parte! En el banquete de esa noche Rivadavia, ministro de Gobierno y gobernador en ejercicio, pronunció el siguiente brindis, que apareció en la Gaceta Oficial: ‘Al Gobierno más sabio, el inglés. A la Nación más moral y esclarecida, Inglaterra’. Estos episodios no merecen una mención formal, pero muestran de qué lado sopla el viento”.
- John Murray Forbes al secretario de Estado John Quincy Adams, 30 de abril de 1823.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1453429762016
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
CUANDO EL SENADO CHILENO NOMBRÓ A GEORGE CANNING "REDENTOR DE CHILE"
Tras la separación de España, el comercio y las inversiones inglesas no carecían de importancia y la influencia británica era poderosa en Chile. A mediados de 1824, Canning fue "apodado, incluso en el Senado, por todos los miembros del Estado, Redentor de Chile", según oficio enviado por el cónsul general Christopher Nugent al propio Canning, fechado el 30 de julio de ese año. Más adelante, el no otorgar Gran Bretaña su reconocimiento a la independencia provocó cierto encono, pero esto no tuvo consecuencias graves para los intereses comerciales británicos. El empréstito del gobierno chileno fue emitido en Londres; las minas más importantes operaban con capital británico; el promedio del comercio inglés ascendía a más de cuatro millones de dólares anuales; existían agencias comerciales inglesas en todos los puertos; sus agentes se habían casado con mujeres chilenas, e, incluso, la Constitución de 1831 era tan inglesa como yanqui.
Fuente: Rippy, J. Fred, La rivalidad entre Estados Unidos y Gran Bretaña por América Latina (1808-1830), Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1967, páginas 77-78.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1453429762015
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Es más o menos lo que decimos siempre, y admitido por uno de los "próceres". Las guerras de secesión dejaron a los viejos reinos de Indias sumidos en la anarquía y el caos, y esto fue lamentado y reconocido por sus propios protagonistas, quienes lloraron sobre la leche derramada y se dieron cuenta de que el proceso había terminado en un rotundo fracaso. Estos sujetos, que no entendían nada de política, no fueron capaces de leer el momento histórico en el que les tocó vivir, y ver que el enemigo no era España, sino las potencias ascendentes (Gran Bretaña, Francia, EEUU) y que solo España era capaz de gobernar las Indias y mantenerlas unidas.
Fuente (excelente artículo sobre San Martín):
http://institucional.us.es/revistas/rasbl/19/art_8.pdf
https://scontent-lax3-1.xx.fbcdn.net...17&oe=57394183
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Una bofetada a San Martín
Está por publicarse un libro que causará debate. Se trata de José de San Martín... ¿Un agente inglés?, del abogado santiagueño, Antonio Calabrese
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Rolando Hanglin
PARA LA NACION
Martes 04 de septiembre de 2012 • 20:00
En estos días se está publicando un libro que causará debate. Obra del abogado santiagueño Antonio Calabrese. Su título es: José de San Martín... ¿Un agente inglés? El estudio de Calabrese constituye una bofetada a San Martín y a los que (como yo mismo) admiramos al General como ejemplo de rectitud, de hombría, de moral y de personalidad. Pero también. de profundos misterios.
Hasta los fanáticos de San Martín debemos aceptar el aporte de Calabrese, sobre todo porque no es un insulto lanzado al aire, sino el fruto de un estudio racional. Lo que jamás debemos hacer es silenciarlo, como en cierto modo sucedió con un libro de características similares: San Martín y la Tercera Invasión Inglesa", de Juan Bautista Sejean (1997, Editorial Biblos).
La tesis de Calabrese es, fundamentalmente, la siguiente: José de San Martín vino al Río de la Plata para cumplir una misión que le había confiado Gran Bretaña, de la que era agente. ¿Agente. rentado? Esto no lo dice Calabrese, y sería muy difícil demostrarlo.
El capítulo "Los amigos ingleses" contiene una abrumadora enumeración de políticos y militares británicos que incidieron poderosamente en la aventura del general. No se trataba de aficionados, viajeros curiosos o naturalistas, sino de profesionales de la guerra y el espionaje que sabían muy bien lo que hacían.
"Según el Dr. Calabrese, don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos"
William Carr Beresford, invasor y gobernador (1806) de Buenos Aires, donde procedió a robarse prolijamente los caudales del virreinato, provenientes de las minas de Potosí, luego paseados en triunfo por las calles de Londres a bordo de seis carros repletos, fue jefe del Libertador en la batalla de Albuera y en el sitio de Badajoz. En estas circunstancias, por efecto de la alianza anglo-española, San Martín también compartió filas con su gran amigo Lord MacDuff, conde de Fife, y con el capitán William Miller, a quien luego se llevaría al Perú.
Puede aducirse que Beresford y el almirante Home Popham no robaron dineros "de la Argentina" sino de España, destinados a la Península, y que Inglaterra y España eran las dos grandes potencias marítimas de aquel tiempo, que se pirateaban mutuamente. Se aducirá también que San Martín no hizo más que cumplir con sus órdenes militares cuando le tocó combatir en las guerras peninsulares junto a aquellos señores, ya que su patria (España) e Inglaterra fueron aliadas, contra Napoleón, durante aquel lapso preciso.
Un hermano del conde de Fife, Sir Alexander Duff, había comandado el 88 Regimiento Connaught Rangers en 1806, durante la Primera Invasión, y su íntimo amigo Samuel Ford Wittingham actuó en la Segunda Invasión, año 1807.
Dice Calabrese: "Fue Duff quien introdujo a San Martín en la órbita inglesa, dándole a conocer los planes británicos para la América del Sur. Duff financió además su salida de España, presentándole a quienes podían suministrarle un pasaporte inglés. Eran Sir Charles Stuart, Barón de Rothesay, y el propio Beresford, virtual gobernador de Portugal por orden británica. Estos dos hombres pusieron a San Martín, en cuatro meses, a bordo de la fragata George Canning, en busca de su destino".
Uno puede preguntarse: ¿Y los otros militares que venían a bordo de la Canning, es decir Carlos María de Alvear, Matías Zapiola, Chilavert, el alemán barón de Holmberg. eran todos agentes ingleses, contratados por Stuart?
"El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood"
En fin. Según el Dr. Calabrese, que en esto coincide con Juan Bautista Sejean y se apoya en las notables investigaciones de Rodolfo Terragno ( Maitland & San Martín ) don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos.
Retomamos la lista: los hermanos John y William Parish Robertson, empresarios de gran éxito en la Argentina, Uruguay y Paraguay, primos de un legendario diplomático inglés en el Río de la Plata: Sir Woodbine Parish.
John Parish Robertson es protagonista de un hecho insólito, ya que se encuentra "por casualidad" con San Martín en el convento de San Lorenzo, cuando faltan horas para el bautismo de fuego de las armas argentinas. Invitado por el Libertador, contempla el combate de San Lorenzo desde el campanario de la iglesia. Al día siguiente, compartiría un desayuno con el jefe vencedor y el vencido en el comedor del convento.
Según el historiador inglés H.S. Ferns, tanto John como su hermano William Parish reportaban a su abuelo Bath, de Londres, quien era informante de las autoridades británicas.
El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood, quien se encontraba en Buenos Aires entre septiembre de 1812 y julio de 1813. Se hicieron amigos, Heywood y San Martín, hasta el punto de que, cuando el General lleva a su hija Mercedes a Europa, la pone bajo la tutela de la señora de Heywood. La historia personal de Heywood, por otra parte, es totalmente cinematográfica: marinero de tatuaje y abordaje desde los 15 años, participó del "Motín del Bounty", que sirvió de base a un film inolvidable.
Otro ilustre amigo británico de San Martín: el médico James Paroissien, el primer extranjero a quien se concede la ciudadanía argentina. Según apunta Rodolfo Terragno, no era médico ni químico. Para Calabrese: viene como refuerzo tras la primera invasión inglesa y, al enterarse de que se ha producido la Reconquista, recala en Montevideo, donde pasa a servir como auxiliar de cirugía con el grado de subteniente, en el ejército de Whitelocke, que preparaba la segunda invasión, de 1807. Podemos colegir que se trataba de un práctico en medicina de guerra, algo así como un enfermero. Pero Calabrese concluye terminantemente: Paroissien era, en realidad, un espía consumado, con nutridos antecedentes.
La segunda parte de la columna podrá leerla el martes próximo
Más sobre Pensamientos incorrectos
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Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1505082-u...a-a-san-martin
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Una bofetada a San Martín (Segunda parte)
El General sigue siendo el hombre del misterio y, a mi modo de ver, lo seguirá siendo hasta que terminemos de entenderlo
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Rolando Hanglin
PARA LA NACION
Lunes 10 de septiembre de 2012 • 21:06
(Esta columna es continuación de la publicada el martes pasado, con referencia al libro de Antonio Calabrese: "José de San Martín... ¿Un agente inglés?").
Otro agente británico: John Miers, quien en 1818, o sea en las vísperas de la invasión de Chile, llega para efectuar supuestas observaciones sobre el cobre chileno, pero en lugar de viajar a Chile se dirige a Mendoza, donde tiene una serie de reuniones con el Libertador. Se ha dicho que el Sr. Miers "cultivaba el dibujo" y realizaba "estudios y observaciones". Dejó numerosas láminas sobre la topografía de Cuyo y el Puerto de Buenos Aires. Lugares estratégicos, de los que cualquier potencia de aquel tiempo necesitaba poseer mapas y planos adecuados. Posteriormente, en un libro de memorias titulado Travels in Chile and La Plata dice Miers textualmente: "Fui luego a visitar al general San Martín y a entregarle cartas, que también traía para él". Se pregunta Calabrese: "¿Qué cartas? ¿De quién? ¿Se las entregaba después de un año, al encontrarse con San Martín en Mendoza, en 1819? ¿O eran instrucciones previas a la partida para el cruce de los Andes, y debían ser entregadas en el momento justo?".
Otro personaje: Robert Staples, especie de cónsul británico informal en Buenos Aires.
Y uno más: el Sr. Robert Proctor, hombre de gran fortuna personal, que llega a Buenos Aires en 1823 con su familia, para luego viajar con ella al Perú, donde examina la situación existente, y bajar luego a Mendoza, donde ya se encontraba San Martín, al final de su periplo, como esperando instrucciones. También explica Proctor en una nota publicada en Londres, en 1825, que "como tenía cartas para el célebre general, tuve oportunidad de verle mucho...."
¡Otro viajero acarreando cartas de Londres! Este detalle recurrente perturba a Calabrese.
Más ingleses alrededor de San Martín: Mr. Samuel Haigh, nacido en Londres, que llega a Buenos Aires en 1817 con un barco de 180 toneladas, y desde allí se traslada por tierra a Chile. Llega a Valparaíso la noche del 29 de octubre, en que justamente San Martín organiza un baile en honor del comodoro William Bowles, alto jefe de la escuadra británica en el Plata. El invitante es otro súbdito inglés, Mr. Richard Price. Pero lo más extraordinario es que, una vez en Chile, Haigh transfiere su cargamento y vende el barco a unos compatriotas suyos, de profesión corsarios, que ponen el buque al servicio de la armada chilena. En meteórica carrera, Haigh es agregado al Estado Mayor del Ejército de los Andes y -según Calabrese- actúa en la batalla de Maipú.
"¡Otro viajero acarreando cartas de Londres! Este detalle recurrente perturba a Calabrese"
El comerciante se convierte, así, en militar.
Calabrese sigue enumerando británicos: John Thomond O´Brien, irlandés como Miller, ambos militares profesionales con actuación en Waterloo y en las guerras peninsulares.
Calabrese cita a Terragno: "Antes de iniciar la expedición a Chile, San Martín se mantuvo en contacto con el comodoro Bowles, nuevo comandante en jefe de la estación sudamericana de la Armada Real, a quien el Libertador confió, en Buenos Aires, sus planes y problemas". El extraordinario académico inglés John Lynch, autor del gran estudio titulado San Martín, de rara objetividad, relata: "El comodoro Bowles se encontraba en Río de Janeiro, pero San Martín buscó al cónsul británico Robert Staples para transmitir sus ideas y necesidades a Londres. Le gustaría tener en consideración, explicó, las opiniones del gobierno británico sobre sus operaciones futuras en Chile y Perú. Necesitaba buques de guerra y oficiales, y requirió la presencia de la marina británica en la costa del Pacífico para proteger al comercio de la agresión de España". Dice también Bowles: "Me aseguró que, en caso de surgir una revolución anti-inglesa, volvería del Perú para oponérsele... El genio y la disposición de San Martín son ciertamente favorables a Gran Bretaña".
Aquí encontramos un tropiezo en la argumentación de Calabrese: si San Martín era un agente, su genio, su disposición y su voluntad personal no tenían mayor importancia, ya que en cualquier caso debía obedecer las órdenes de sus patrones.
De cualquier modo, la participación británica en la Revolución de Mayo es impresionante, antes y después de la gesta militar de San Martín. Calabrese cita a Terragno: "San Martín anticipó sus planes a los ingleses, solicitó ayuda y la recibió, hasta cierto punto". Según Calabrese, esa "ayuda hasta cierto punto" fue en verdad enorme, porque se trataba de cumplir un plan inglés.
"Si San Martín era un agente, su genio, su disposición y su voluntad personal no tenían mayor importancia, ya que en cualquier caso debía obedecer las órdenes de sus patrones"
Este Plan era el famoso boceto estratégico de Lord Thomas Maitland, descubierto por Terragno en archivos escoceses. Este proyecto (uno de los quince o más, presentados al Almirantazgo antes de 1800) incluía la concentración de fuerzas en Mendoza, el cruce de los Andes, la toma de Chile, el viaje por mar hasta El Callao y Lima, de modo de conquistar el Perú, que era el corazón del potencial español en América. En el proyecto de Maitland se mencionaba, incluso, la toma de Lima sin violencia, por el "peso de la opinión", tal cual se obstinó en hacerlo San Martín.
El plan originario de Thomas Maitland, asesorado por el experto John Hippisley, comprendía la participación de una flota británica que, desde el Pacífico, acompañaría y cubriría a las tropas destinadas al asalto de Lima. En principio, San Martín no disponía de semejante flota. Pero...
La flota que acompañó el desplazamiento de San Martín estaba encabezada por Lord Thomas Cochrane. Contaba con tres fragatas, dos bergantines, una goleta y un navío. La fragata "O´Higgins", al mando de Thomas Sackville Crosbie. La "Lautaro", de Martin John Guise, que había combatido en Trafalgar a las órdenes de Nelson. La "Independencia", de Robert Forster. El "Galvarino", de John Tooker Spry. El "Araucano", de William Carter. La "Moctezuma", de John Young. El "San Martín", de William Wilkinson. Comisario y juez de la flota: Mr. Henry Dean. Los altos mandos, la totalidad de la oficialidad y 600 sobre 1600 tripulantes eran todos de nacionalidad inglesa.
Sinceramente: da toda la sensación de una flota oficial británica...
Ahora bien. Calabrese resuelve en breves líneas el famoso tema de la masonería: San Martín era masón, y lo fue hasta su muerte, pero esto no tiene la menor relevancia, pues también lo fueron civiles y militares, sacerdotes y mariscales, nobles y plebeyos, ingleses, españoles, argentinos, unitarios, federales. La masonería no tenía un papado, una jefatura política, por tratarse de una fraternidad secreta de orientación liberal y de estructura horizontal.
En la masonería había monárquicos, como San Martín, y demócratas como Bolívar.
Entonces: ¿Qué relevancia tiene el hecho de que San Martín, lo mismo que Bolívar, O´Higgins, Belgrano, Güemes y otros revolucionarios americanos, como Miranda el precursor, hayan recibido ayuda inglesa? ¿Acaso los españoles no contribuyeron a la Emancipación de los Estados Unidos de América, lo que les valió el rencor eterno de Inglaterra?
Es que Calabrese tiene un reproche esencial contra el Libertador: a su juicio, el General separó la Argentina de Chile, perdió Uruguay, Alto Perú y Paraguay. Con ello, todos nosotros perdimos la oportunidad de convertirnos en los Estados Unidos de América del Sur, una poderosa nación bioceánica. Todo para beneficio y conveniencia de Gran Bretaña, potencia experta en partir países, inventar estados tapones y fraccionar territorios para negociar cómodamente con gobiernos pequeños y débiles.
"¿Qué relevancia tiene el hecho de que San Martín, lo mismo que Bolívar, O´Higgins, Belgrano, Güemes y otros revolucionarios americanos, como Miranda el precursor, hayan recibido ayuda inglesa?"
Resta preguntar si este resultado (melancólico) es sólo culpa de San Martín, y no de toda la generación de Mayo.
De cualquier modo, la obra de Calabrese resulta impactante. Sus fuentes son Bartolomé Mitre, Norberto Galasso, Patricia Pasquali, Juan Bautista Sejean, José María Rosa, Rosendo Fraga, Rodolfo Terragno, Ricardo Piccirilli y otros autores de prestigio. En las líneas iniciales, el autor dice con amargura: "Nos ha interesado solamente la verdad, por dura que esta fuera, aunque tengamos que dejar mucho a nuestras espaldas por conseguirlas, aunque su hallazgo nos lleve el alma en jirones..."
Y al final: "Se nos inculca que debemos la paternidad de la patria al Gran Capitán. Una patria que lo rechazó, en la que él no quiso vivir ni morir, y a la que no sirvió. Al contrario, se sirvió de ella para cumplir el plan de Lord Maitland".
San Martín sigue siendo el hombre del misterio y, a mi modo de ver, lo seguirá siendo hasta que terminemos de entenderlo. Para encontrar -como dice Calabrese- la verdad, que nunca es demasiado dolorosa. Sólo se trata de comprende quienes somos.
Entre las preguntas que quedan sembradas, hay una básicamente humana: ¿No sabía San Martín que, al traicionar su juramento de fidelidad a España, quedaría privado para siempre del contacto personal con su propia madre, Gregoria Matorras, que vivía en Orense con María Elena San Martín, hermana de José? En efecto, este hombre nunca volvió a pisar España (donde lo esperaban con un patíbulo preparado) ni a ver a su madre y hermana.
"San Martín sigue siendo el hombre del misterio y, a mi modo de ver, lo seguirá siendo hasta que terminemos de entenderlo"
Cada hombre se fija una misión y resuelve su vida en ella. Anclado en una España que naufragaba en el caos, tal vez San Martín dijo su frase: "Serás lo que debas ser, o serás la nada". Sin orígenes nobles que lo llevaran más arriba en su carrera (era sólo hijodalgo) y compartiendo "tenidas" con influyentes amigos ingleses que podían dar una mano, tal vez fue allí en Cádiz o en Londres (1811-1812) donde San Martín conoció los bocetos estratégicos de Maitland, Lord Nicholas Vansittart y otros, y se arrimó a la única potencia que podía solventar una aventura como la Independencia de las naciones sudamericanas. No sólo podía, sino que había resuelto (así lo estipulaban los planes del Ministro Castlereagh) dejar de intentar la conquista de esos países, para promocionar su independencia y hacerse de mercados para su pujante industria comercial. Que estaba bloqueada en Europa por el poder de Napoleón.
La Argentina e Inglaterra han estado vinculadas desde el principio, desde la fundación de Buenos Aires, según testimonia H.S. Ferns (1966, Argentina y Gran Bretaña en el Siglo XIX) y llegaron a constituir una redituable alianza comercial y cultural. ¿Qué los ingleses se quedaron con un vuelto, llamado Islas Malvinas? Eso también es indudable. Ya en su momento, a través de los estudios estratégicos examinados por Castlereagh, Albión se proponía "fomentar la independencia de las antiguas colonias españolas", sin apoderarse de ellas, sino sólo de algunos enclaves útiles, como podrían ser las Malvinas-Falkland.
Pero esta cuenta pendiente sale del tema. Sólo intentamos marcar los cabos sueltos y alentar futuras investigaciones, más allá de la audaz ponencia del Dr. Calabrese.
Más sobre Pensamientos incorrectos
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Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1507197-u...-segunda-parte
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"... preferí mil veces ponerle el pecho a las balas antes de adquirir el deshonroso título de revolucionario."
- José Manuel de Goyeneche, general realista, al rebelde y masón Juan Martín de Pueyrredón, 4 de octubre de 1812.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1454215813075
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Comentario de la página CLAMOR:
Para los que siguen negando que el escudo nacional argentino sea invento de la masonería...
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Sello de lacre acuñado por la Asamblea General Constituyente del Año XIII, con el Escudo Nacional y la leyenda: Exército Auxiliar del Perú.
Documentos Escritos. Sala X
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1454216052667
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Fuente:
https://www.facebook.com/ArchivoGene...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"He dicho poblaciones hostiles, porque es preciso se sepa que la Independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes; que las clases elevadas fueron las que hicieron la revolución; que los ejércitos españoles se componían de 4/5 partes de hijos del país; que los Indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Reino, como que presentían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República." -Gral. Joaquín Posada Gutiérrez, separatista neogranadino, teniente de Bolívar, en sus Memorias Histórico-Políticas, Bogotá, 1881, pág. 301.
En la imagen: Nótese la bandera británica (dentro del óvalo rojo) en el barco del "Traslado de los restos del Libertador" - del dibujo "Embarco de los restos de El Libertador en la bahía de Santa Marta", 1842, de Carmelo Fernández, Caracas, Litografía por T. Aagard. El artista venezolano Carmelo Fernández fue designado por el gobierno de ese país para acompañar a la Comisión oficial que viajó en 1842 a Santa Marta, Colombia, a fin de conducir al suelo natal las cenizas del "Libertador". A Fernández se le encomendó la misión de dibujar las escenas más notables de las ceremonias. Tomó, pues, apuntes del natural.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psesrb8egq.jpg
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
San Martín y su estrecho vínculo con los ingleses
arte de la vida de Don José de San Martín en un análisis hecho por el Director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría y, además, autor del libro "San Martín y los Británicos".
Por Rosendo M. Fraga.
Hemos repasado las figuras de catorce ingleses que tuvieron contacto y vinculación con San Martín a lo largo de su vida. Militares que sirvieron a sus órdenes como Miller y O´Brien que fueron sus amigos y confidentes; marinos como Guisse y Cochrane, quien lo atacó; otros al servicio de Gran Bretaña, como Heywood y Bowles que también fueron amigos del Libertador. El médico y militar Paroissien, colaborador, amigo y también confidente.
Figuras que surgen en el inicio de su carrera americana como Mc. Duff y Robertson, y reaparecen luego cuando llega a Gran Bretaña después del renunciamiento. Viajeros que lo conocen, lo tratan y dejan testimonio de estos encuentros que constituyen elementos históricos importantes para conocer a San Martín, como los que dejan Haigh, Miers, Hall y Proctor, y también visiones críticas como la de Mary Graham. Hay británicos en la trayectoria de San Martín en todas sus etapas, sin duda se trata de la nacionalidad que más presencia tiene en toda su actuación y su simpatía por los ingleses es un hecho evidente. Es que San Martín es un liberal en lo ideológico, pero un hombre de orden en lo político, como surge de varios de los testimonios que hemos transcripto en este trabajo.
En ese momento histórico Gran Bretaña era el modelo político que combinaba el orden con el liberalismo y ello, en mi opinión, explica sus simpatías. Respecto a la posición de San Martín frente a Gran Bretaña durante la gesta emancipadora, coincido con el juicio del historiador británico John Lynch quien afirma: "En el curso de la liberación, San Martín nunca pidió ayuda directa de Gran Bretaña a fin de obtener dinero, armas o soldados. Lo que él más quería era su apoyo moral y su benévola influencia. ...Aunque, él más que nadie, sabía que Latinoamérica debía ganar su propia independencia, era el que más quería su marco internacional que limitara a España y a la Alianza europea.
La barrera contra la intervención europea era el poder marítimo británico. Esto era lo que San Martín quería de la política británica, y esto es lo que recibió". Agrega el historiados argentino Ricardo Piccirilli: "...de las vinculaciones personales que poseyó (San Martín) algunas de ellas decisivas en la vida activa, y otras cordiales en la hora de los recuerdos, los británicos desempeñaron un papel importante en el ordenamiento de algunos de sus actos y en el registro de sus afectos". A su vez, Sir John Balfour, sostiene que: "Soldados, comerciantes, marinos y diplomáticos británicos dejaron constancia de las altas cualidades de San Martín.
El homenaje contenido en sus escritos por sus cualidades como jefe, su grandeza moral y la magnitud de sus actos, constituyen interesantísimas fuentes de información que podemos consultar con provecho y placer..." Por su parte el historiador argentino Pérez Amuchástegui expresa: "Es indudable que San Martín consideraba imprescindible el reconocimiento de la independencia americana por Inglaterra" y Rodolfo Terragneo sostiene que "San Martín, como hemos visto, buscó el apoyo británico. Esto no lo hace menos patriota. La conducción de toda guerra requiere una política de alianzas".
En mi opinión, la estrecha vinculación que tuvo San Martín con los británicos -la que fue diversa, compleja y a veces conflictiva-, constituyó un aspecto importante de su gestión y no fue consecuencia de una estrategia sistemática de Gran Bretaña para rodear, manipular y dirigir a San Martín, como algunos sugieren hoy. Muchas relaciones y encuentros fueron circunstanciales y no producto o resultado de una maniobra dirigida desde Londres. Recordar esta vinculación, al cumplirse el sesquicentenario de la desaparición del Libertador, permite mirar con perspectiva histórica, casi dos siglos después, los lazos que unen a Gran Bretaña y la Argentina.
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Fuente:
San Martín y su estrecho vínculo con los ingleses - Actualidad | Diario La Prensa
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Novela de Jorge Icaza, ecuatoriano criollo que en su obra relata lo que padecerian los antiguos vasallos de España de etnia indígena después de la guerra civil "independentista", incluyendo el impuesto que pagarían por el simple hecho de ser "indios". Así como la dominación feudalista que los seguidores de Bolívar impusieron a los mestizos e indios en las haciendas latifundistas que recibieron como pago por su apoyo a Bolívar y sus secuaces.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psxa1mmc2d.jpg
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Fuente:
https://www.facebook.com/Hispanistas...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
La Conquista británica de España, XIX
16 febrero, 2016
Rafael Altamira Cesáreo Jarabo Jordán, CJJ, Hispanoamérica, La columna de Jarabo 0 Comments
http://eldiariodelamarina.com/wp-con...le-780x280.jpg
“Patriotas” financiados por Londres, traidores a su nación
Rodolfo Terragno señala que ”en 1817, luego de tomar el control de Chile, San Martín envió a José Alvarez Condarco a Londres, a fin de contratar un jefe para la flota que debía llevar al ejército libertador a Perú.
Alvarez contrató a Cochrane”[1] , y el 17 de Abril de 1817 escribía una carta a Guillermo Bole, comandante británico, en la que entre otros asuntos señala el que resultaba común a San Martín con la Gran Bretaña:
“Mr. Staples informará a Usted de todo y bajo estos principios haré cuanto esté a mis alcances para la terminación de una guerra desastrosa, y exterminación del poder español en esta América.” [2]
Todos los comandantes de la escuadra sanmartiniana eran súbditos británicos. Aquí la relación de los mismos.
Escuadra de la Expedición “Libertadora”
- Comisario y Juez de la Flota: Henry Deán
- Tripulación: (1.600 hombres), de ellos 600 británicos
JEFE DE LA ESCUADRA: Thomas Cochrane
- Fragata Independencia: Robert Forster Segundo de Cochrane
- Navío San Martín: William Wilkinson
- Bergantín Araucano: William Carter
- Goleta Montezuma: John Young
- Fragata O’Higgins: Thomas Sackville Crosbie. En él viajaba Cochrane
- Fragata Lautaro: Martin John Guise combatió en Trafalgar
- Bergantín Galvarino: John Tooker Spry
En 1818, San Martín convenció a O’Higgins de dirigir, en su condición de jefe del estado chileno, una carta al Príncipe Regente británico mientras él mismo envió una carta similar a Castlereagh, el 12 de enero de 1818 en la que decía:
“La Inglaterra, que ha tenido la gloria inmortal de haber dado la paz al Antiguo Mundo, se cubriría de nuevos laureles prestando igual beneficio al nuestro. Son demasiado conocidos los sentimientos benéficos de Su Alteza Real el Príncipe Regente de Gran Bretaña para dejar gemir a la humanidad ultrajada de estos países.” [3]
San Martín informó a Bowles que el agente del gobierno chileno en Londres, Antonio José de Irisarri, estaba facultado para ofrecer a Gran Bretaña la cesión de la isla Chiloé y el puerto de Valdivia, así como una reducción de derechos para todos los buques británicos durante 30 años, a cambio de asistencia militar. San Martín agregó que un príncipe de la familia real británica sería bienvenido como monarca suramericano, a condición de que la monarquía a establecer fuera de orden constitucional” [4]
Entraría en Lima el 10 de Julio de 1821, desde donde proclamaría la independencia de Perú el 28 de Julio de 1821. “El 5 de abril de 1819, el Ayuntamiento de Supe es el primero en declarar su independencia, a consecuencia de la travesía de Cochrane por las costas del Perú.”[5]
[1] Terragno, Rodolfo. Maitland & San Martín. Pag. 168
[2] Terragno, Rodolfo. Maitland & San Martín. Pag. 206
[3] Terragno, Rodolfo. Maitland & San Martín. Pag. 208
[4] Terragno, Rodolfo. Maitland & San Martín. Pag. 209
[5] Arenal Fenochio, Jaime del. Cronología de la independencia (1808-1821). Pag. 117
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Fuente:
La Conquista británica de España, XIX • Diario de la Marina
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Esto lo dice un liberal, masón, partidario de la independencia de América:
«La España, en verdad, concedía a la América todo lo que ella tenía, y dio a sus colonos, por efecto de la lejanía, tal vez más libertad y más franquicias municipales que las que gozaban sus propios hijos en su territorio.»
–Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
A PROPÓSITO DE LA BANDERA NEGRA
No, los primeros en enarbolar la bandera negra no fueron los anarquistas. Históricamente fueron los realistas criollos (décadas de 1810 y 1820), monárquicos convencidos, quienes primero empuñaron la bandera negra como símbolo de oposición al engendro bolivariano, al menos en el territorio del Reino de Quito que es la realidad que me interesa para los fines políticos inmediatos en relación a la utilización de éste símbolo. La guayaquileña Doña Mercedes Moreno y Morán de Butrón, madre de Don Gabriel García Moreno, por ejemplo, izaba la bandera negra cada 9 de octubre como forma de expresar su rechazo a lo que se llamó independencia. Más hechos y menos ideología.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
LA ESQUIZOFRÉNICA HISTORIA DEL ECUADOR:
Nuestra historia oficial, difundida mediante la educación formal confunde y divide a propósito a los ecuatorianos, facilitando de esta forma su control y sometimiento mental. La futilidad de la historiografía oficial contiene contradicciones insalvables que afectan a las psiquis de quienes la conocen, contradicciones que sólo pueden considerarse salidas de mentalidades esquizofrénicas o mal intencionadas, o producto de ambas. ¿Cómo entender que los Incas pasan de ser genocidas y brutales invasores extranjeros que sometieron al épico y rebelde pueblo caranqui quitu-cara, verdadero núcleo de la nacionalidad moderna ecuatoriana en episodios como Yahuarcocha cerca de 1520 y que esos mismos incas en 1534 sean heroicos resistentes a la invasión colonial española, entregando su vida por el núcleo de la nacionalidad moderna al cual anteriormente habían arrasado? ¿O cómo explicar que los libertadores son en 1822 padres de la patria, colosos y redentores nacionales a los cuales les debemos homenaje y tributo eterno, sin quienes seguiríamos en el oscurantismo y la explotación colonial y que los mismos libertadores para 1830 sean militaristas extranjeros, tiránicos usurpadores de la soberanía nacional, causantes de la postración de la república? ¿Cómo asumir los hechos de que la “generosidad del apoyo británico a la Independencia” se transforme casi de inmediato en medio de dominación a través de la Deuda Inglesa en la época republicana o cómo se puede considerar a la independencia como un hecho puramente local latinoamericano con la determinante actuación de las potencias internacionales sobre el continente en ese período? No, estas contradicciones no son producto del azar o de la casualidad, son el resultado del interesado criterio de quienes escribieron la historia para beneficio propio y perjuicio de todos los demás.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
LOS INDIOS DE SANGOLQUÍ: ABAJO EL MARQUÉS DE SELVA ALEGRE, ARRIBA EL REY
Mediante proclama pública en 1804, los indios de Sangolquí se manifestaron contra Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre, líder independentista, quien sería presidente de la Junta Suprema de Quito del 10 de agosto de 1809, textualmente en los siguientes términos:
«El marqués para hacerse Rai (rey) chiquito, lo ha puesto al mestizo Betancur de su teniente y de su diezmero, por cualquier cosa ya está con Betancur, mete a ese indio al obraje, pégale ciento, si no hallan pollos, pégale 50, si no traen gallinas y huevos, pégale 25, por ello lluchitico (desnudo) ha de caer entonces, SI SE DIERA CUALQUIER ALZAMIENTO NO HA DE SER CONTRA NUESTRO REY Y NUESTRO MONARCA, sino contra muchos, ladrones, tiranos.»
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
QUITO ESTUVO ADVERTIDO DESDE 1800 CONTRA LOS PLANES INGLESES, LA MONARQUÍA LO SABÍA, SABÍA DE LA CONSPIRACIÓN A GRAN ESCALA, CARLOS IV NO ERA NINGÚN TONTO COMO NOS PRETENDEN HACER CREER: Carta reservada nº 1 del Presidente de Quito, barón de Carondelet, al Ministro de Estado, acusando recibo de la Real Orden reservada de 3 de julio de 1800 sobre la conducta que debería observar con los insurgentes, de quienes se tenía noticia estaban unidos con Inglaterra para preparar la independencia de éste Continente.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Son los BANCOS INGLESES los que NOS DEBEN a nosotros, y no nosotros a ellos. La economía actual está construida sobre bases falsas. Para empezar, nos deben el tesoro del Río de la Plata, unas 5 TONELADAS DE PLATA, saqueadas en junio de 1806, de las cuales, aunque una parte se habría perdido, unos dos millones de duros, a su valor actual, están en el Banco de Londres. Abajo, una página inglesa de la época. Un personaje parece disfrutar del asunto. El título es ''Dollars of Buenos Ayres''.
contratiempo
El Tesoro que nunca más volvió al Río de la Plata - Diario 26
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
BOLÍVAR, EL TERRORISTA ENEMIGO DE LOS AMERICANOS - SECUESTRO, EXTORSIÓN Y COACCIÓN COMO MODUS OPERANDI CONTRA POR QUIENES DECÍA LUCHAR:
Acuartelado en Nueva Granada a inicios de 1820, Bolívar -un rebelde guerrillero levantado en armas para conseguir sus fines tal como las FARC o el ISIS- constata que la mayoría de la población -o sea los mestizos y criollos, ni hablar de los indios y los negros- no es "adicta" a su causa, de hecho menciona que sólo 4 personas del poblado donde se encontraba le son "adictas". Así estando en su cuartel general de Sogamoso (centro oriente de la actual Colombia) ordena mediante oficio de 29 de marzo al "sargento mayor" Félix Soler que: "Yo estoy resuelto a hacer pasar por las armas a todos los que resultaren delincuentes. Este acontecimiento -la falta de "adicción" a él y a su causa- me ha determinado a ordenar a los gobernadores de la provincia del Norte que procedan inmediatamente a asegurar todos los curas y vecinos de sus respectivas provincias, notoriamente enemigos de la causa -o sea que, por ejemplo, si sólo cuatro eran amigos de la casa donde estaba, todos los demás eran enemigos-, los remitan a mi cuartel general, embarguen sus bienes y pasen al beneficio del Estado -léase la banda de subversivos comandada por él- todo lo que sea útil para su servicio y del ejército, y se deje el resto a las familias de los que sean casados; y para que esta disposición produzca un efecto, la hago extensiva a todas las demás provincias del Departamento (Cundinamarca), en las cuales la hará V.E. ejecutar. Mi intención es remitir todas estas personas a Venezuela, en donde servirán como rehenes con respecto a la posterior conducta de sus familias, a las que se les hará entender que su padre, hermano o deudo perderá la vida si el gobierno de Cundinamarca recibe el menor perjuicio de ellas; y los mismos individuos que van presos, serán advertidos de hacer a sus familias los encargos correspondientes en este particular, con lo que se consigue evitar que el mal sea mayor y asegurarnos del buen proceder de una MULTITUD de personas desafectas."
(Archivo Nacional de Bogotá, Salón de la Colonia, "Secretaría de Guerra y Marina", tomo 325, folios 374 reverso a 375 reverso.)
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
OTRA PRUEBA DOCUMENTAL DE QUE LOS BRITÁNICOS PLANEABAN FOMENTAR LA SECESIÓN DE LAS INDIAS
Como si no tuviéramos ya suficientes pruebas para demostrar que la secesión de las Indias fue parte de un proyecto británico para reemplazar a España en la hegemonía del hemisferio occidental, en esta ocasión os presento una más, por si quedaban dudas al respecto.
Se trata de una edición del periódico The Times del 8 de enero de 1808 en que se manifiestan las intenciones inglesas de fomentar nuestra separación a causa de los fallidos intentos de conquistarnos en 1806 y 1807, así como del fracaso de Francisco Miranda en Venezuela hacia la misma época. Es muy breve:
"Hubo una época en que semejante plan (se refiere al plan de conquistar las Indias por la fuerza) tenía un aspecto cautivante; ahora parece verse estorbado por diversas dificultades. Debemos ya sea obligar a los sudamericanos a declarar su propia independencia, o debemos convencerlos".
Las últimas palabras son harto significativas. En las Indias tanto odiábamos a España, tan grande era nuestro deseo de secesión que tenían que venir los británicos a "obligarnos o convencernos" de que debíamos ser independientes.
A pesar de todo este cúmulo de pruebas que existen de los planes británicos, los nacionalistas sanmartinianos seguirán tachándonos de conspiranoicos y seguirán burlándose de nuestras investigaciones con el objeto de desprestigiarnos. Desgraciadamente para ellos, cada vez más gente está abriendo los ojos ante la realidad de la documentación histórica (que no miente y está ahí para quien quiera verla) y tomando conciencia sobre la verdad de los hechos.
La fuente bibliográfica de donde he extraído la cita del periódico es la conocida obra 'Pequeñas guerras británicas en América Latina' del historiador anglo-argentino Alexander Graham-Yooll (Editorial Belgrano, 1998, página 47), quien en su libro expone y admite (como lo admite cualquier intelectual serio y honesto) el fuerte influjo que los intereses británicos ejercieron en el proceso de secesión.
Curiosamente, los nacionalistas sanmartinianos detestan a Graham-Yooll. El hecho de que este reconocido historiador haya contribuido decisivamente a destruir varios mitos sostenidos por la patriotería local seguramente no es un hecho ajeno al odio que le profesan.
Quedad con Dios.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Los crímenes “olvidados” de Simón Bolívar
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Habían perdido la noción del tiempo los 382 españoles que hacía casi un año llevaban encerrados en aquellas mazmorras de Valencia; así como los 300 prisioneros de La Guaira y los 518 de Caracas. Mal alimentados y sedientos, con grilletes en tobillos y muñecas que les despellejaban la piel, hacinados entre vómitos, orines y heces.
Sumaban 1.200 españoles (de los cuales dos tercios eran canarios) prisioneros de guerra en parte, y en parte civiles capturados sin haber entrado en batalla, por el mero hecho de haber nacido en la España peninsular o en el archipiélago canario. En efecto, la orden de ejecución dictada por Simón Bolívar había llegado a Caracas y a La Guaira el 11 de febrero de 1814.
El 12 por la mañana comenzó el exterminio tanto en Caracas como en La Guaira. Los presos fueron sacados a la calle de a dos sujetos por cadenas, a golpes y culatazos; los enfermos y heridos a rastras; los ancianos que apenas podían andar atados a sillas. Las madres, esposas e hijas que acudieron a las prisiones, desesperadas ante aquella barbarie que se iba a perpetrar a sangre fría, fueron apartadas a violentos empujones, e incluso algunas arrastradas al paredón con sus hombres. Muchos prisioneros reclamaron su libertad pagada con anterioridad con sus bienes a las autoridades rebeldes. De nada les valió.
Los fusileros se turnaban con los que arrastraban al suplicio a los reos. Hasta que Arismendi ordenó no gastar más pólvora, cara y escasa, y emplear las picas, sables y machetes para acabar con la vida de aquellos famélicos desgraciados
Los pelotones de fusilamiento comenzaron la masacre. Los españoles caían abatidos por el fuego. Los fusileros se turnaban con los que arrastraban al suplicio a los reos. Hasta que Arismendi ordenó no gastar más pólvora, cara y escasa, y emplear las picas, sables y machetes para acabar con la vida de aquellos famélicos desgraciados. Algunos, sabiéndose muertos sin remisión, trataron de defenderse yendo contra sus verdugos, quienes se ensañaban a estocadas y mandobles salvajes en los brazos, piernas, vientres y cabezas.
La masacre continuó durante los días 12, 13 y 14. Muchos yacían agonizantes en el suelo ensangrentado y fueron rematados reventándoles la cabeza con grandes piedras. Una enorme pira se hizo con los cuerpos desmembrados, donde ardieron estando vivos aún muchos de ellos. En Valencia, presidida la ejecución por el propio Bolívar, fueron asesinados los 382 españoles durante los días 14, 15 y 16. El hedor a carne quemada y los gritos de los que agonizaban quedó grabado en la memoria de los testigos de aquella cruel masacre. El hedor a carne quemada y los gritos de los que agonizaban quedó grabado en la memoria de los testigos de aquella cruel masacre.
Así transcurrieron los hechos según los datos publicados en La Gaceta de Caracas nº 14 de 1815, a los que dio luz el historiador colombiano Pablo Victoria en su libro La otra cara de Bolívar (2010), bajo el sello de Editorial Planeta Colombiana, S.A. Explica Victoria que cuando Bolívar, impotente, a principios de febrero de 1814, tuvo que levantar el sitio a Puerto Cabello pidió refuerzos a Urdaneta, éste le informó de la imposibilidad de enviárselos. Lo mismo le contestaba Leandro Palacios desde La Guaira, argumentando que su guarnición escaseaba y el número de prisioneros españoles a su cargo era grande. No lo dudó el Libertador, con fecha 8 de febrero, dio orden por escrito de asesinar a los prisioneros de Caracas y La Guaira para así liberar a sus carceleros que engrosarían los refuerzos que requería.
Al enterarse el arzobispo de Caracas, monseñor Coll y Prat, de las intenciones macabras de Bolívar, le escribió suplicándole por las vidas de aquellos desdichados. A lo que Bolívar contestó, con absoluta impiedad, lo siguiente:
“Acabo de leer la reservada de v. s. Illma. en que interpone su mediación muy poderosa para mí, por los españoles que he dispuesto se pasen por las armas. Mas vea v. Illma. la dura necesidad en que nos ponen nuestros crueles enemigos. ¿Qué utilidad hemos sacado hasta ahora de conservar a sus prisioneros y aun de dar la libertad a una gran parte de ellos?… No solo por vengar mi patria, sino por contener el torrente de sus destructores estoy obligado a la severa medida que v. Illma. ha sabido. Uno menos que exista de tales monstruos, es uno menos que ha inmolado o inmolaría a centenares de víctimas. El enemigo viéndonos inexorables a lo menos sabrá que pagará irremisiblemente sus atrocidades y no tendrá la impunidad que lo aliente€ Su apasionado servidor y amigo, Q. B. I. M. de v. Illma. Simón Bolívar”.
He aquí la muestra del más despreciable Simón Bolívar.
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Recientemente, el catedrático de Historia de América, profesor de la ULL, el tinerfeño Manuel Hernández González, ha publicado el libro La guerra a muerte. Simón Bolívar. La campaña admirable 1813-1815 (2015), de Ediciones Idea. En este ensayo recupera aquel Decreto de Guerra a Muerte emitido por Bolívar en la ciudad de Trujillo, en los Andes colombianos, el 15 de junio de 1813, por el que son ejecutados más de dos mil españoles de los cuales 1.600 eran canarios, sólo por el hecho de haber nacido al otro lado del Atlántico.
Bolívar provocó una”limpieza étnica” que acabó con la vida de ¡un tercio de la población venezolana!, en su mayoría inmigrantes, cuando ni españoles peninsulares ni canarios eran sus enemigos
El Libertador advertía a los españoles peninsulares y canarios (que expresamente diferenciaba) en los siguientes términos: “Contad con la vida si apoyáis la independencia; contad con la muerte si sois indiferentes”. Hernández afirma en su libro que Bolívar llevó a cabo esta política sistemática de ejecución de españoles peninsulares y canarios en actos públicos allí por donde pasaba, y que Bolívar provocó una”limpieza étnica” que acabó con la vida de ¡un tercio de la población venezolana!, en su mayoría inmigrantes, cuando ni españoles peninsulares ni canarios eran sus enemigos. Por el contrario, aquellos españoles peninsulares e isleños suponían un pilar fundamental para la economía de Venezuela y de toda la América española, y por tanto para el progreso y bienestar de sus habitantes.
Bolívar provocó una”limpieza étnica” que acabó con la vida de ¡un tercio de la población venezolana!, en su mayoría inmigrantes, cuando ni españoles peninsulares ni canarios eran sus enemigos
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Ya hubo un primer Proyecto de guerra a muerte que dictó Antonio Nicolás Briceño el 16 de enero de 1813, suscrito por Bolívar. Dice Pablo Victoria al respecto que aquel documento cambiaría la cara de la guerra para siempre, dado que hasta entonces, en los escenarios bélicos de Europa y América se había respetado la vida de los prisioneros y la de los no combatientes en la inmensa mayoría de las ocasiones. Este documento “no era más que un desconocimiento [desprecio] del derecho de gentes que buscaba eliminar al contendor mediante una política de exterminio”. Decía uno de los artículos: “Como esta guerra se dirige en su primer y principal fin a destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeos, quedan, por consiguiente, excluidos de ser admitidos en la expedición por patriotas y buenos que parezcan, puesto que no debe quedar ni uno solo vivo”.
Bolívar provocó una”limpieza étnica” que acabó con la vida de ¡un tercio de la población venezolana!, en su mayoría inmigrantes, cuando ni españoles peninsulares ni canarios eran sus enemigos.
Más muestras de la atrocidad del documento firmado por Bolívar. El artículo noveno premia la barbarie de la soldadesca con ascensos inmediatos: “el soldado que presentare veinte cabezas de dichos españoles”, sería ascendido a alférez; “el que presentare veinte, a teniente; el que cincuenta a capitán”. ¿Eran estos “patriotas” soldados o bandoleros?
La historiografía tradicional, en su mayor parte, pasa por alto este execrable capítulo protagonizado por Bolívar. Un capítulo documentado que se ha ignorado por la mayoría de historiadores hispanoamericanos para cuidar la imagen de un genocida que asesinó a más de dos mil españoles indefensos, innecesariamente, dado que no fueron muertos en batalla.
Jesús Villanueva, La opinión de Tenerife
https://somatemps.me/2016/04/02/los-...simon-bolivar/
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
DE COMO SE REPARTIERON AMÉRICA DEL SUR EN LA CITY DE LONDRES DURANTE LA “INDEPENDENCIA”,
en André Maurois, LA VIDA DE DISRAELI, capítulo IV - Negocios, Ed. Palabra, Madrid, 1994, pág. 27.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psrrj8mlzq.jpg
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Fuente:
https://www.facebook.com/22216717786...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
En 1953 no se engañaba nadie...
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psq4irqmll.jpg
Comentarios del autor:
Nicolás Duré
Ariel Bellini, es un informe escocés de 1953 en donde se menciona que la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires bautizó en 1953 una plaza con el nombre de plaza "Ciudad de Banff", en honor al pueblo de Banff en Escocia, cuya guilda de comerciantes homenajeó a San Martin en 1824 tras su retorno de Sudamérica. la pregunta del millón es: ¿por qué se le hace un homenaje a San Martín en una ciudad del imperio británico, por un grupo de comerciantes capitaneados por un masón (James Duff) vinculado con Canning, con el hijo del rey británico y con militares que intentaron conquistar el Río de la Plata durante las invasiones inglesas? Más claro, echale agua...
Nicolás Dure
Francisco, en este enlace se puede ver el documento este y otros más; en 1950, en conmemoración por los 100 años del fallecimiento de San Martín, se hizo una ceremonia en Banff en donde participó el embajador argentino (tarda un poco en cargar): http://www.aberdeencity.gov.uk/nmsrun.../saveasdialog.asp...
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Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
EL PUEBLO Y EL REY:
El pueblo quiteño era profundamente monárquico, de hecho lo es todavía, por eso ama a los caudillos de todos los colores, siempre que sean c...audillos, y no podía ser de otra forma, la Monarquía era la institución milenaria que había conocido y asegurado su existencia, desde sus dos vertientes, la europea y la aborigen americana. La república es una anomalía en su historia. El pueblo de Quito, la choleada quiteña, su gente llana y sencilla estaba por el Rey. En el proceso revolucionario de 1809-12 se lo ve activamente participar porque justamente creían de buena fe que lo estaban haciendo por su Rey, además de la vinculación clientelar de algunos de sus sectores con los clanes Montúfar y Sánchez de Orellana, en los cuales confiaban plenamanete. ¿Cuál fue la reacción de la plebe frente a la Junta Suprema de agosto de 1809? Para Pedro Fermín Cevallos, con su acostumbrado desdén por el pueblo dice: "... la parte ignorante de la población... se mostró asustada de un avance que venía a poner en duda la legitimidad del poder que ejercían los presidentes a nombre de los Reyes de España, y fue preciso perorar en el mismo sentido a las tropas para no exasperarlas." Torrente por su parte refiere de la siguiente manera la forma que Salinas dispuso la jura del nuevo gobierno: "... pero como hechase mano del estandarte de la plebe para tremorarlo en el acto del juramento, se dirigieron las castas a su tribuno Antonio Bustamante para que estorbase tamaña profanación. El tribuno tomó con calor aquella causa, Salinas se desconcierta. Teme! pero volviendo de su primera alarma, da un grito retórico a dicho acto en favor del monarca español, victorea su Real persona, y deja embaucada aquella gente tan sencilla como fiel." El pueblo era profundamente realista, sólo las maquinaciones y la instrumentalización tumultuaria de los dirigentes revolucionarios a base de engaños y la usurpación del nombre del monarca logró hacer de él una marioneta para sus propósitos en determinadas ocasiones. Si así fue al inicio, la posición del pueblo en la etapa final del separatismo, a diferencia de lo que dicen los fanáticos bolivarianos que hablan de histeria colectiva por Bolívar, sin especificar como concluyen aquello, fue abiertamente hostil a la tropa y los líderes insurgentes, los documentos lo revelan, ese pueblo quiteño escapaba de la fuerza de las reclutas, de las exacciones, de los abusos, de las matanzas que protagonizaron sus "libertadores", no se constata su presencia voluntaria o "fervorosa" por participar en el proceso separatista, sino más bien todo lo contrario, huye de aquello, escapa, se interna en los campos, las montañas y los bosques. Vitorea al Rey el mismo 24 de mayo de 1822 y proclama con su sal típica: ¡Último día de despotismo y primero de lo mismo!
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Fuente:
https://es-la.facebook.com/francisco...91405217776264
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
9 de marzo de 1812 Arriban al Puerto de Buenos Aires provenientes de Londres, San Martín, Carlos María de Alvear, Francisco Chilavert, Eduardo Holemberg.
Documento: Anuncio de la Gazeta de Buenos-Ayres donde se menciona el arribo de la fragata inglesa George Canning en la que llegó San Martín. 13 de marzo de 1812.
Biblioteca.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1460856819775
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Fuente:
https://www.facebook.com/agn.argenti...type=3&fref=nf
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Tal día como hoy 23 de febrero....
Real cédula de 23 de febrero de 1575 que prohibe a los inquisidores apostólicos el proceder contra los indios.
El 23 de febrero de 1641, Luis XIII de Francia fue proclamado por la Generalidad como conde de Barcelona. Las conversaciones franco-catalanas no fueron entre iguales: los dirigentes catalanes y franceses sólo compartían el enfrentamiento con la monarquía de Felipe IV.Los primeros contactos entre la Generalidad y los franceses se habían en la primavera de 1640, mientras Pau Clarís proclamaba una efímera república catalana.
El 23 de febrero de 1822 Vicente Benavides sufría las mayores vejaciones por parte de las triunfantes autoridades separatistas chilenas. El héroe era arrastrado en un serón por las calles, y tras ser ahorcado, el cadáver quedó en la horca hasta el anochecer, cuando fue descuartizado; las extremidades fueron enviadas a los escenarios de sus actividades, mientras el tronco fue quemado. Un año más tarde, Concepción seguía siendo humillada con la cabeza del héroe encerrada en una jaula.
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Fuente:
https://www.facebook.com/cesareo.jar...07162161870641
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Agentes rioplatenses entre Cádiz y Gibraltar
Comentarios y glosa a Rafael de Riego: El héroe que perdió un Imperio, de Fernando Álvarez Balbuena.
Tras la caída de Napoleón y el regreso de Fernando VII a España, se pone fin a la Constitución de 1812, que funcionaba bajo protección británica. No fue, como ha repetido hasta el hartazgo la historiografía liberal, una década absolutista la que se restauró, pero dio pié a una furiosa campaña de propaganda sobre supuestos actos arbitrarios y tiránicos del que fue "el Deseado" por quien el pueblo español había combatido heroicamente su Guerra de Independencia.
En 1819, un teniente coronel asturiano, veterano de la guerra, liberal y masón, Rafael de Riego se le destina al Ejército de Andalucía, que iba a ser embarcado en Sevilla y enviado a socorrer a las tropas leales de Américaen el Río de la Plata. Pero los jefes y oficiales de estas unidades, en contacto contínuo con los constitucionalistas de 1812 y agentes británicos provenientes de Gibraltar, preparaban el levantamiento militar para llevar al poder a los liberales. Riego, como la mayor parte de los oficiales estaba comprometido en la sublevación, como también lo estaba el propio General en Jefe del Ejército Expedicionario, acantonado en Andalucía, José Enrique O'Donnell, conde de La Bisbal, "personaje de sinuosa conducta y sospechosas lealtades".
El pronunciamiento de Riego del año '20 provocó la sublevación de buena parte del Ejército español, no sólo obligando a Fernando VII a aceptar la Constitución gaditana, sino también porque suspendió el envío de tropas a América cuando aún había alguna esperanza de reconquista.
Dice el autor, y esto es lo que nos interesa ahora, "Lo cierto es que por dichos años residía en Cádiz un potentado comerciante bonaerense, Andrés Argibel [Nota de CLAMOR: Andrés Arguibel y López Cossio; hermano de logia de Alvear, San Martín y Zapiola], quien partidario de la independencia de la provincia del Río de la Plata, logró establecer contactos con el conde de La Bisbal [N. de C.: líder masón]. [...] Después se supo que con ocasión del pronunciamiento de Riego, tanto Argibel como Lezica [N. de C.: Tomás de Lezica, hermano de Ambrosio de Lezica, comerciante y agente británico en el Río de la Plata], contribuyeron al mismo con mil pares de zapatos y doce mil duros, hecho que puso muy al descubierto la protección de los americanos al alzamiento de las tropas […] En una línea muy parecida se expresan otros historiadores hispanoamericanos. Así Santiago Arcos apunta que un verdadero pánico se apoderó de la ciudad de Buenos Aires cuando se supo que una fuerza expedicionaria se estaba preparando para salir de España. Si bien este temor quedó apaciguado al saberse que Puyrredón [sic] había enviado una considerable cantidad de dinero a los masones españoles. También Léon Suárez viene a confirmar la vital actuación de Puyrredón [N. de C.: Juan Martín de Pueyrredón, director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, amigo y sostén de José de San Martín] resaltando su audacia e inteligencia al realizar una activa propaganda para evitar un embarque que les podía resultar funesto. Añade que tanto Argibel como Lezica, desde Cádiz, se movieron clandestinamente con mucha eficacia, dando sin límite alguno cuanto dinero estimaron conveniente."
[N. de C.: Arguibel y Lezica recibieron ayuda de Judah Benolier (o Benoliel) y de Richard McCall. Benoliel, judío sefardí, era presidente de la Cámara de Comercio de Gibraltar, además de cónsul honorario de Marruecos y de Austria en la colonia británica. McCall, norteamericano, ex cónsul de los EE.UU., era en ese entonces un riquísimo agente naval en Gibraltar. Según está documentado, ambos (¿agentes británicos?) manejaban las comunicaciones entre la Buenos Aires rebelde y los liberales de Cádiz y Madrid.]
["Emprendí por fin la obra de insurreccionar el mismo ejército que debia obrar nuestra ruina. D. Ambrosio Lezica, negociante de esta ciudad, fue encargado de dirigirse á su hermano D. Tomás, establecido en Cádiz, para iniciar sus relaciones con los gefes {sic} de aquel ejército... Los señores D. Tomás Lezica y D. Andrés Arguibel, naturales de Buenos Aires y establecidos con crédito en la plaza de Cádiz, fueron los agentes que llevaron á su término aquella riesgosa empresa. Fueron facultados para invertir las sumas de dinero que fuesen necesarias y autorizados para empeñar la responsabilidad del gobierno á todo lo que obrasen conducente al intento. La eficacia y destreza con que se manejaron apareció en el resultado. El ejército de la Isla de León se insurreccionó, la terrible espedicion que nos amenazaba se convirtió en daño del mismo que la formó y la República Argentina se vio por este medio libre y triunfante de sus enemigos. ¡Honor eterno a los nombres de Lezica y Arguibel entre los amigos de la libertad!" (Juan Martín de Pueyrredón, Refutación a una atroz calumnia hecha con demasiada ligereza a un general de la República Argentina por Mr. Alejandro H. Everett, ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de Norteamérica en la Corte de España {1829}.)]
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: Agentes rioplatenses entre Cádiz y Gibraltar
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Pedro Calisto Muñoz.
Fervoroso realista quiteño, fusilado por los "patriotas" en 1812.
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María Dolores Borja y Tinajero
fiel realista quiteña, perseguida hasta la infamia por Bolívar junto a toda su familia.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
LOS SÁNCHEZ DE ORELLANA O LA VIVEZA CRIOLLA
La familia Sánchez de Orellana fue quizá la más poderosa de la Presidencia de Quito durante los siglos XVII Y XVIII. Criollos ricos y ennoblecidos, y estos sí que criollos viejos, no hijos ni nietos de peninsulares, sino con siglos de criollaje americano encima para la época de la “independencia”, nacidos sus primeros progenitores en suelo americano a inicios del 1600, oriundos del sur del país, de la parte alta de El Oro actual, de Zaruma para ser preciso. Además de las primeras dignidades nobiliarias creadas para criollos quitenses: Marqueses de Solanda, de Villa Orellana, vinculados por matrimonio al también Marquesado de Villarocha, sin contar todos los otros títulos vinculados a la creación de cada uno; ostentaron el poder económico y político que casi ninguna otra familia pudo unir. No especifiquemos en cada caso el sinnúmero de cargos políticos y militares locales que ejercieron cada miembro de esta familia porque para eso se necesitaría un libro y esto es apenas una nota: Alcaldes ordinarios, Tenientes de Corregidores, Corregidores, Justicias Mayores, Regidores perpetuos, Maestres de Campo, Generales de Caballería, Capitanes de Caballería ligera de Milicias de Quito, etc. Remitámonos, nada más, a tres ejemplos de esta familia que figuraron como las máximas autoridades políticas en la Provincia de Quito. 1) Antonio Sánchez de Orellana y Ramírez de Arellano, I Marqués de Solanda, nacido en Zaruma (1651), fue Maestre de Campo, Gobernador y Capitán General de Mainas y Corregidor y Justicia Mayor de Loja. 2) Fernando Félix Sánchez de Orellana y Rada, III Marqués de Solanda, nacido en Latacunga (1723), fue el único quitense –criollos de otras partes de América los hubo- que ocupó la Presidencia de la Real Audiencia de Quito –a pesar de haber estado prohibido por la Corona que los nacidos en las jurisdicciones pudieran llegar a esos cargos en los mismos lugares a fin de evitar nepotismo y tráfico de influencias- (1745-1753, es decir llegó a la presidencia a los 22 años, quizá el más joven en ese puesto), el máximo cargo político en nuestro territorio entonces. 3) Clemente Sánchez de Orellana y Riofrío, I Marqués de Villa Orellana, nacido en Cuenca (1709), además de haber sido Alcalde Ordinario de su población natal varias veces, fue Corregidor de Cuenca, Gobernador del Cabildo de Quito, Alguacil Mayor de la Inquisición en Loja, además Maestre de Campo. Se lo reconoce como uno de los primeros que propiciaron las ideas separatistas en Quito desde la Sociedad de Amigos del País. Sin embargo de todo esto, se dice y se insiste desde la ignorancia o la mala fe, que los criollos no tenían acceso al poder político local en ninguna forma. Fue justamente la familia Sánchez de Orellana la que mayor poder político ejerció; descontado el económico de hecho, durante la época hispánica y aunque el pretexto criollo que se erigió para la revolución separatista contra las demás Españas fue que nunca tuvieron acceso a éste, por “ironías” de la vida, fueron los mismos Sánchez de Orellana, los más privilegiados en cargos políticos y militares, quienes sostuvieron la más fanática posición separatista y republicana a partir de 1809. Viveza criolla por no llamarle sinvergüencería, para que sus descendientes quienes me leen no quieran crucificarme. Después, al final del día, yo soy el malo por razonar y mostrar estas cosas.
En la imagen: Clemente Sánchez de Orellana y Riofrío, I Marqués de Villa Orellana y Caballero de la Orden de Santiago, tal como consta en su retrato que reposa en el Museo Nacional de Medicina.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Siempre hubo rutas del dinero. Tenemos falsos próceres como Juan Larrea y Domingo Matheu, que eran contrabandistas y servían directa o indirectamente al comercio británico y en perjuicio de sus compatriotas:
Las rutas del dinero en la revolución de Mayo
¿Que pasaba con el dinero en la revolución de Mayo?
https://www.youtube.com/watch?v=q4LwFr6lGuU
https://www.youtube.com/watch?v=q4LwFr6lGuU
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
En 1910 nadie se engañaba.
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Concurso: Dónde está esta placa ?
Respuesta: Torre de los Ingleses.
La Torre Monumental, popularmente llamada Torre de los Ingleses, fue donada por los residentes británicos a la República Argentina en 1910, en ocasión del Centenario de la Revolución de Mayo. A lo largo del siglo, el monumento se convirtió en fiel testigo del desarrollo urbano y durante años fue la puerta de entrada a la Ciudad... de Buenos Aires por su vecindad con la terminal de los ferrocarriles de la Estación Retiro, el Puerto de la Ciudad y el Hotel de Inmigrantes, hoy convertido en museo.
Se ubicó en el predio donde se hallaba la Usina de Gas de Retiro, distribuidora del combustible para el alumbrado público.
Con sesenta metros de altura, la Torre está revestida con una combinación de ladrillos rojos y piedra labrada y dividida en seis registros. La estructura se emplaza sobre un basamento con cuatro escalinatas a cada lado y vertederos en sus esquinas.
La construcción
La piedra fundamental de la Torre fue colocada en mayo de 1910. El edificio se comenzó a construir hacia fines de noviembre de ese año y se inauguró el 24 de mayo de 1916.
Para su ejecución se realizó un concurso, ganado por el arquitecto Ambrose Poynter, hijo del presidente de la Real Academia de Londres. Poynter concibió la Torre según el estilo renacentista, tendencia imperante en Inglaterra a fines del siglo XVI, época que corresponde a la Fundación de Buenos Aires por Juan de Garay.
La obra se demoró debido al comienzo de la Primera Guerra Mundial. La construcción se confió a la empresa Hopkins y Gardom Ltd. Material, técnicos y obreros especializados vinieron de Londres.
El mirador, el reloj y sus campanas
El mirador de la Torre, a 40 metros de altura (6º piso), permite apreciar el barrio de Retiro, la terminal ferroviaria y el Puerto de Buenos Aires.
En el 7° piso se encuentra el reloj, gracias al cual en su origen también se llamó al monumento Torre del Reloj. Posee cuatro cuadrantes de opalina de 4,40 m de diámetro, con un péndulo que supera los 4 mts. de altura y pesa 100 kg. El reloj es de la prestigiosa relojería Gillett & Johnston, de Croydon England, de 1914, réplica - más pequeña - del que está en el Big Ben.
Sobre la maquinaria continúa la estructura de la Torre, rodeada por un balcón-balaustrada y coronada por una cúpula octogonal cubierta de láminas de cobre y cabriadas de acero, en cuya cima gira una veleta. El lugar alberga cinco campanas de bronce (la mayor de ellas, de 7 toneladas) y el carillón, de 3 toneladas, que suena cada cuarto de hora.
Escudos y emblemas
Sobre la entrada principal y las restantes caras de la Torre existe un friso en el que se alternan triglifos y metopas ornamentadas con soles y diferentes emblemas del Reino Unido de Gran Bretaña. Puede reconocerse la flor del cardo, emblema de Escocia (desde el año 1540), la rosa de la Casa Tudor, el dragón rojo de Wales y el trébol de Irlanda.
A la altura del primer registro se encuentran los escudos del Reino Unido de Gran Bretaña y de la República Argentina. Además, se destacan los emblemas de Inglaterra y Escocia. Un unicornio y el león rampante enmarcan dos leyendas escritas en francés: “Dieu et mon droit” (“Dios y mi derecho”) y “Honni soit qui mal y pense” (“Deshonor al que piense mal de esto”), Orden de la Jarretière en Inglaterra.
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Fuente:
https://www.facebook.com/AbccArgenti...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Sin palabras...
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Congreso de Tucumán. Secreto. Exposición de Manuel Belgrano proponiendo la adopción de una monarquía incaica como forma de gobierno.
6 de julio de 1816.
Documentos escritos. Fondo Congreso General Constituyente. Legajo 1 Doc. 7.
Transcripción:
Sesión Secreta del día 6 de Julio por la mañana de 1816.
Señores Presidente. Vicepresidente. Serrano. Paso. Anchorena. Sáenz. Darregueira. Rivera. Acevedo. Gorriti. Pacheco. Bulnes. Bustamante. Aráoz. Medrano. Godoy. Maza. Uriarte. Oro. Gascón. Malabia. Gallo. Loria. Salguero. Castro. Thames. Cabrera.
Reunidos los Señores Diputados en la Sala del Congreso a las nueve de la mañana, con asistencia de los que se anotan al margen, después de discutidos y acordados los puntos que constan del acta pública de ese día, el General Don Manuel Belgrano en virtud de las órdenes que se le comunicaron en el anterior (tachado) , avisó estar presente, e introducido a la sala y tomando asiento en ella en el lugar que le fue señalado, el Señor Presidente le hizo entender que la soberanía le había llamado para que sus exposiciones sobre el estado actual de la Europa, ideas que reinaban en ella, concepto que ante las Naciones de aquella parte del globo se había formado de la revolución de las Provincias Unidas y esperanza que estas podían tener de su protección, de todo lo cual lo creía ilustrado después del desempeño de la comisión a que fue destinado, pudieran orientarla más extensamente de tan interesantes objetos, estando advertido que en el seno del Congreso había una comisión que entendía exclusivamente en asuntos de relaciones exteriores, y que no debía hacer exposiciones o contestar de un modo capaz de mandar idea de ellas y exponer el secreto; en cuya conformidad, contestando a las preguntas que se le hicieron por varios Señores Diputados, el citado General expuso todo lo que sigue:
Primero: que aunque la revolución de América en sus principios, por la marcha majestuosa con que empezó, había merecido un alto concepto entre los poderes de Europa, su declinación en el desorden y anarquía continuada por tan dilatado tiempo, habría servido de obstáculo a la protección, que sin ella se habría logrado de otros poderes, debiéndonos en el día contar reducidas a nuestras propias fuerzas.
Segundo: que había acaecido una mutación completa de ideas en la Europa, en lo respectivo a formas de gobierno; que como el espíritu general de las naciones en años anteriores era republicarlo todo, en el día se trataba de monarquizarlo todo; que la nación inglesa, con el grandor y majestad a que se ha elevado, no por sus armas y riquezas, si por una Constitución de monarquía temperada, había estimulado las demás a seguir su exemplo; que la Francia la había adoptado: que el Rey de Prusia, por sí mismo, y estando en el goce de un poder despótico, había hecho una revolución en su reino, y sujetádose a bases constitucionales iguales a las de la Nación inglesa; y que esto mismo habían practicado otras naciones.
Tercero: que conforme a estos principios, en su concepto la forma de gobierno más conveniente para estas provincias sería la de una monarquía temperada; llamando la dinastía de los incas por la justicia que en sí envuelve la restitución de esta casa tan inicuamente despojada del trono por una sangrienta revolución, que se evitaría para en lo sucesivo con esta declaración y el entusiasmo general de que se poseerían los habitantes del interior, con sola noticia de un paso para ellos tan lisonjero, y otras varias razones que expuso.
Cuarto: que el poder de España en la actualidad era demasiado débil e impotente por la ruina general a que la habían reducido las armas francesas, discordias que la devoraban, y poca probabilidad de que el gabinete inglés le auxiliase para subyugarnos, siempre que de nuestra parte cesasen los desórdenes que hasta el presente nos han devorado; pero que al fin, siempre tenía más poder que nosotros, y debíamos poner todo conato en robustecer nuestros ejércitos.
Quinto: que la venida de tropas portuguesas al Brasil no era efecto de combinación de aquel gabinete con la España, pues que la Casa de Braganza jamás podría olvidar la cooperación de la España a la entrada de los franceses en Lisboa, y desgracias que ha sentido por ella*; que el verdadero motivo de la venida de esas tropas era precaver la infección del territorio del Brasil; que el carácter del Rey D. Juan era sumamente pacífico y enemigo de conquista, y que estas provincias no debían temer movimientos de aquellas fuerzas contra ellas.* Después de todo lo cual y -evacuadas- otras preguntas que se le hicieron por algunos señores diputados, y se omiten por menos interesantes, se retiró de la Sala y terminó la sesión.
*Que enviado Salazar por el gabinete español cerca de S. M. F. para pedir temporalmente, y mientras se subyugaban estas provincias, la posesión de la isla de Santa Catalina había recibido una terminante negativa y sólo se le habían ofrecido los auxilios que el derecho de gentes exigiera
*Que a él se le había prometido en aquella Corte observar exactamente el armisticio mientras el Gobierno de las Provincias Unidas no faltase por su parte, y que así se había permitido, a pesar de reclamaciones del enviado español, la libre entrada y salida de aquel reino a los hijos de estas provincias
Trasladada
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
lunes, 4 de abril de 2016
Domingo Matheu: Corriendo el velo de un interrogante
Son numerosos los personajes de la Revolución de Mayo de 1810 y de la Independencia de 1816 cuyo protagonismo y presencia en momentos cruciales de la historia no ha podido ser explicado por los historiadores de manera fehaciente y definitiva. Hijos de comerciantes italianos, ocasionales "viajeros" británicos, oficiales napoleónicos en fuga llenan las páginas de nuestros libros de historia sin que nadie se pregunte el porqué de su casual estrellato.
Uno de estos figurones enigmáticos es Domingo Matheu, español peninsular, vocal de la "Primera Junta", residente de la "Junta Grande", financiador de las campañas militares de los insurgentes, director de las primeras fábrica de armas y sastrería militar, luego (sorpresivamente y de un día para otro) se retira de la vida política, muriendo 14 años después en tiempos de Rosas, quien lo llena de honores, otorga una jugosa pensión a su viuda y mandar levantar un monumento.
¿Quién fue este hombres? ¿cuál es su origen familiar? ¿cuáles fueron sus inicios comerciales? ¿por qué emigra a Buenos Aires? ¿qué relación guarda con un "famoso" político liberal gaditano y con un famoso nacionalista catalán? ¿por qué es electo para la Primera Junta y, luego, queda como presidente cuando Saavedra marcha al norte? ¿por qué se lo hace responsable de armamentos y demás pertrechos militares? ¿de dónde sacaba el dinero para financiar a las milicias revolucionarias porteñas a pesar del supuesto cerco que existía sobre el puerto de Buenos Aires? ¿por qué se retira de la vida política? ¿fue masón como sostienen algunos autores? ¿tuvo algo que ver con la sublevación de Riego? ¿por qué tanta preocupación de Rosas y sus ministros por honrar a un personaje secundario que hacía casi 15 años que había desaparecido de los corrillos de la política?
Lo poco que nos dice la historia oficial* nos dice que Domingo Bartolomé Francisco Matheu nació el 4 de agosto de 1765 en Mataró, hijo de Juan Pablo José Benito Matheu Ros y de Antonia Xicola Visens. Se formó en las Escuelas Pías de su ciudad natal, destacándose en los estudios de matemática. Siguió luego estudios de navegación y se convirtió en piloto. Asociado con su hermano mayor Miguel, obtuvo un permiso para el comercio con Indias y se estableció en Cádiz. Estuvo en Cuba, Filipinas y las islas Canarias. En 1791 abre una sucursal de la Casa Matheu en Buenos Aires y, 1793, sorpresivamente se muda a esta ciudad.
[*Lo poco que tenemos de sus datos filiatorios corresponden a la investigación que realizó el Dr. Carlos Ibarguren hijo, "Hombres de Mayo", Genealogía nº 13, complementada tiempo después por Alberto Hernán Lammirato, "Apuntes sobre la familia de Domingo Matheu", Genealogía nº 19.]
En la capital del Río de la Plata se opuso a las regulaciones comerciales del monopolio español que protegían las manufacturas y producciones del interior por mucho que protestaran los comerciantes del puerto.
Tras la primera de las Invasiones Inglesas a fines de 1806, se unió al cuerpo de Miñones, convirtiéndose en teniente de la 2ª compañía comandada por el también catalán Juan Larrea (luego tan revolucionario y enigmático como nuestro biografiado). Debido a que su jefe estaba enfermo, durante la segunda invasión, la de 1807, tuvo a su mando la unidad. Se retiró del combate de Miserere, pero salvó su honor al participar de la Defensa de Buenos Aires. Por su rol en ella, en 1809 fue premiado con una Orden Real.
El 25 de mayo de 1810 (por razones jamás aclaradas) es incluido en lo que la historiografía oficial denomina Primera Junta como vocal junto a Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan J. Castelli, (su paisano) Juan Larrea, y presidente Cornelio Saavedra y los secretarios Mariano Moreno y Juan J. Passo. Nombres que todos los niños deben aprender de memoria. Cuando Saavedra tuvo que dirigirse al Norte para dirigir el Ejército en persona, dejó su cargo al comerciante catalán Matheu.
Contribuyó económicamente con las expediciones militares al Paraguay y Alto Perú.
Con el establecimiento del Primer Triunvirato a fines de 1811, reemplazó a Taragona al frente de la primera armería, donde contó con la ayuda de armeros germano-británicos como J. Frye y F. Lamping. Y, en 1813, durante el Segundo Triunvirato, tuvo a su cargo la confección de uniformes militares. Un hecho curioso (que han señalado repetidas veces historiadores uruguayos como Washington Reyes Abadie et alt.) es que Matheu no tramita su ciudadanía rioplatense hasta este momento.
En 1817 se retira y no volvemos a tener demasiadas noticias hasta su muerte en 1831.
Tomás M. de Anchorena, el 28 de marzo de 1831 (mismo día de la muerte del Prócer), manda levantar un monumento sepulcral en el Cementerio del Norte (hoy, Recoleta).
Hasta aquí "la historia".
Historiadores como Luna (cf. La independencia argentina y americana) y Scenna (cf. Mariano Moreno) especulan que Larrea y Matheu hayan sido incluidos en la Junta en un intento por equilibrar la composición de carlotistas, alzaguistas (**), militares, comerciantes y clérigos. El problema es que eso no explica por qué no fue incluido el propio Álzaga (en representación de los comerciantes peninsulares) o los miembros del Cabildo (en representación de los viejos vecinos), la Audiencia (en representación de las autoridades virreinales tradicionales), etc.
[**El R.P. Cayetano Bruno SDB, La Argentina nació católica y en Historia Argentina, llega a calificar a Matheu de "alzaguista" (¡!).]
Vicente Fidel López nos dice que "fué uno de los personajes más benéficos y activos de la Revolución de Mayo". Y, en otro párrafo, nos da una pista: Matheu era "liberal de tradición". ¿A qué se refiere?
No sabemos mucho de la vida de Matheu anterior al 25 de mayo de 1810. ¿Por qué se muda a Buenos Aires en 1793? ¿Tal vez porque, tras el asesinato del rey francés Luis XVI por la Revolución francesa, España en la Primera Coalición contra la Republique y ya no era un lugar seguro para los liberales "de tradición"?
¿Y qué fue de su familia? Su hermano Miguel Pedro Matheu y Xicola continuó con la casa comercial en Cádiz, asociado con sus hijos (Miguel María, Manuel, Juan, Tomás y Pablo Matheu Batallín), importando productos británicos (cf. Diario de las Sesiones de Cortes de 1873).
De entre ellos, se destacará Pablo Matheu Batallini que se dedicará a la política. En 1821 será regidor del ayuntamiento durante el período constitucionalista de Cádiz y un año después, tras los sucesos de Julio, será miembro de la Junta Consultiva formada en la misma ciudad y que llevó al poder a los "liberales exaltados". En 1823 será comandante de la Milicia Nacional. Durante la llamada (por la historiografía liberal) "década ominosa", Pablo Matheu desaparece del mapa. Recién volvemos a verlo en 1836 como alcalde cuarto del ayuntamiento gaditano y, nuevamente, como comandante de la Milicia Nacional. Se presentará a elecciones en octubre del mismo año. Y lo veremos en los primitivos núcleos "progresistas", junto a su sobrino José Matheu, que fue regidor liberal-progresista del ayuntamiento en tiempos de la "Reina Regente", durante la Primera Guerra Carlista. Pablo Matheu salió a hacer frente, sin mucho éxito, a la expedición carlista a Andalucía del Gral. Gómez. Incorporado a las Cortes liberales, Pablo Matheu fue uno de los firmantes de la nueva Constitución. En tiempos de la "regencia" de Espartero, Pablo Matheu, hermano del prócer argentino, fue síndico del ayuntamiento de Cádiz en 1841-42. Tras pasar en la oscuridad durante la Década Moderada, reaparece como miembro de la Junta Revolucionaria de Cádiz en apoyo del Manifiesto de Manzanares.
Su hermano Tomás Matheu Batellini ocupará distintos cargos en la Milicia Nacional del Trienio Liberal. Posteriormente pasará a Guatemala, donde formará familia. Otro hermano, Juan, emigrará a Guatemala, donde morirá en 1875. Un sobrino, Manuel Matheu Parodi, emigrará también a Guatemala y será abuelo del célebre compositor Manuel de Falla.
Sobrino nieto será Francisco de Asís Matheu Fornells ("Francesc Matheu i Fornells"), poeta en catalán y editor de textos catalanistas, uno de los representantes de la Renaixença.
Consta en el volumen III de la Biblioteca de Mayo: Colección de obras y documentos para la historia argentina, en la Autobiografía que entregó el hijo del Prócer, Martín, al gobierno de Buenos Aires, que Domingo Matheu seguía en contacto frecuente con su hermano Miguel y sus hijos de Cádiz, por medio de buques británicos (ver, por ejemplo, en la página 540).
Recordemos que, quizá por su proximidad con Gibraltar, Cádiz fue centro de expansión del liberalismo, no siempre idílico y desinteresado, sino muchas veces alimentado por agentes británicos... y rioplatenses (cosa que probaremos en próximas entregas).
En fin, son datos. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: Domingo Matheu: Corriendo el velo de un interrogante
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Los sanmartinianos/bolivarianos y sus argumentos contradictorios.
La Monarquía hispánica estaba tan en decadencia, súper ultra debilitada y a punto de estallar en mil pedazos que para derrotarnos a los realistas (que recibimos exiguo apoyo de la península y éramos prácticamente todos mestizos, indígenas, negros y blancos nacidos en las Indias que queríamos seguir siendo súbditos de Su Majestad Católica) fue necesario que los procerzuelos pidan a gritos el apoyo militar y financiero de británicos, franceses, holandeses de Curazao, estadounidenses, etc., se bajen los pantalones ante la masonería anglo-franco-escocesa y aún así les tomó más de 14 años de guerra derribar al imperio español en las Indias.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Uno de los argumentos usados por los nacionalistas católicos para defender el supuesto catolicismo tradicional de sus próceres predilectos (Belgrano, San Martín) es la de sus actos en pro de la religión católica.
Acá vemos un oficio del director supremo Pueyrredón (el amigo de San Martín) notificando al Congreso de Tucumán la proclamación de Santa Rosa de Lima como patrona de la Independencia. ¡El masón confeso de Pueyrredón podía tener actos en pro de la religión, ¿por qué no otros?!
Recordemos que para cierta masonería, la religión es conviente para el mantenimiento del orden entre los súbditos, siendo que --para la masonería-- el pueblo es en general inculto y supersticioso, y debe ser "ilustrado" poco a poco.
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Congreso de Tucumán. Oficio de Juan Martín Pueyrredón notificando la proclamación de Santa Rosa de Lima como patrona de la Independencia Nacional. Buenos Aires,
7 de octubre de 1816.
Documentos Escritos. Sala VII. Legajo 5, documento 104.
IMAGEN ILUSTRATIVA
Transcripción:
Soberano señor:
He mandado circular en todo el territorio de la Unión la soberana sanción que aclama por patrona de la Independencia Nacional el Estado a la gloriosa virgen americana Santa Rosa de Lima. Lo que tengo el honor de avisar a vuestra soberanía en respuesta a la comunicación del 18 de septiembre próximo anterior.
Dios guíe a vuestra soberanía.
Buenos Aires, 7 de octubre de 1816.
Soberano Señor
Martín de Pueyrredón
Vicente López
Soberano Congreso Nacional
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Procesión de la Virgen, siglo XIX.
Litografía de Carlos Enrique Pellegrini. Inventario 1045.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
PUERTO RICO LE DIJO NO A SIMÓN BOLÍVAR!
El 25 de enero de 1816 tropas rebeldes venezolanas invadieron en el puerto oriental de Fajardo, Puerto Rico, como un primer intento de robarle Puerto Rico a España, pero fueron derrotadas por los españoles y puertorriqueños españoles. Posteriormente, Guillermo Ducoudray intentó realizar un expedición a Puerto Rico en 1821 y en marzo de 1825 una segunda invasión de tropas venezolanas se realizó en Punta Borinquen, Aguadilla. Al ser contraatacadas por los españoles y puertorriqueños españoles, tienen que retirarse a sus barcos. El ataque a Fajardo en enero de 1816 fue realizado por el barco del corsario Luis Brión, natural de Curazao. Luis Brión era uno de los “corsarios insurgentes” reclutado por Bolívar, quién ayudo a formar la fuerza naval de la Gran Colombia.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Los Próceres de Mayo y el espionaje británico
El 12 de diciembre de 1804, España declara la guerra a Gran Bretaña. Era la respuesta ante un acto de piratería del almirante Cochrane que, con la excusa de evitar que los tesoros de América fuesen a parar a las arcas de Napoleón, había capturado cuatro fragatas venidas de Montevideo.
En una de éstas, el buque "Clara", viajaba la familia de Diego de Alvear, quienes fueron llevados a Gran Bretaña. El hijo de don Diego, Carlos María, recibiría una educación bastante decente en institutos ingleses, con los años pasaría a América con los miembros de la Logia Lautaro y lo demás es historia conocida.
¿Cómo supo Cochrane del cargamento? Un irlandés de apellido Burke.
Hacía dos años que James Florence Burke se había asentado en Buenos Aires. Vino acompañado y recomendado por el comerciante Tomás O'Gorman. O'Gorman era hijo de un médico que había llegado al Río de la Plata en la expedición de Pedro de Cevallos.
O'Gorman que, aunque criado en el Plata, sirvió en el Ejército Británico y se retiró con el grado de Capitán, casó con la francesa Anne Perichon, oriunda de la isla de Mauricio en el Índico (Île de France, en aquel tiempo, que pocos años después pasaría a dominio británico), venida al país con sus hermanos Jean-Baptiste, Étienne y Louis. O'Gorman y Perichon serán los abuelos de la "famosa" Camila. Ana Perichon, "la Perichona", será acusada de amante y luego concubina de Liniers por los enemigos de éste. Entre ellos, Álzaga la acusará de espiar a Liniers para los británicos y, finalmente, el Virrey la enviará al exilio, donde, en Río de Janeiro, será amante de Lord Strangford.
En Buenos Aires, Burke será vinculado por Juan Bautista Perichon, a quien había conocido en Madrid, al grupo librecambista e independentista del que formaban parte Castelli, Rodríguez Peña, Vieytes, Irigoyen, Warnes, Maestre y Belgrano.
Sabemos de los registros del Foreign Office que Burke tuvo una entrevista con Sir David Baird y Sir Home Popham a bordo de un buque anclado en la bahía de Todos los Santos frente a la costa de Brasil el 10 de noviembre de 1805.
Éste es el mismo Burke al que se refiere el almirante Sidney Smith, desde Río de Janeiro, en un informe a Lord Castlereagh del 24 de febrero 1809, confirmando que seguirá en Buenos Aires como propaganista de la causa independentista.
Ya hacía un año que, debido a la urgencia de la campaña en la Península Ibérica que había desviado a la tercera invasión inglesa de Buenos Aires del futuro Wellington, Gran Bretaña había descartado el sometimiento militar de América y, en cambio, era ahora su objetivo estratégico alentar la independencia (y el libre cambio) en las posesiones indianas de España (teórico aliado momentáneo, pero no muy confiable).
Sabemos que en Buenos Aires operaban como partidarios "ruidosos" del librecambismo los primos Castelli y Belgrano, los hermanos Rodríguez Peña, Donado, Passo, Vieytes, el cura Alberti, Terrada, Darregueira, Chiclana y Guido.
Gran Bretaña necesitaba urgentemente mercados en los que colocar los excedentes de su producción y ofrecía ingentes beneficios económicos para los comerciantes locales que ayudaran. Obviamente, beneficios que se extendían a gestores, transportistas, abogados, etc., necesarios para esta operación a gran escala.
En aquella época en Gran Bretaña, los límites entre la marina mercante y la de guerra eran bastante grises, las acciones de piratería, con o sin autorización superior, eran moneda corriente, y el gobierno británico, gracias a su política de hechos consumados, la apoyaría en caso de ser beneficiosa o la rechazaría (castigando con las máximas penas a los implicados) en caso de resultar un fracaso. Así fue con la aventura del almirante Popham.
Éste al menos desde la década de 1790 estaba vinculado a los círculos que frecuentaba el caraqueño Miranda, clubes semisecretos donde aparecen también otros personajes que tendrán significancia histórica en unos años: O'Higgins, Carrera, Lord McDuff, Baird, etc.
En 1805 Popham presenta un proyecto para capturar el estratégico Cabo de Buena Esperanza, en posesión de Holanda, entonces aliada de Francia. Aunque no pidió permiso en ese momento, sabemos por sus contactos con el norteamericano William Pio White, residente en Buenos Aires, que pretendía continuar con el Río de la Plata. Su amigo de logia, el general David Baird estaría a cargo de la operación militar.
Tras la captura del Cabo, Baird reclutó a un oficial de carrera destacado para acompañar a Popham en su siguiente operación: el brigadier William Carr Beresford, un irlandés, hijo ilegítimo de un noble descendiente de reyes, veterano de Canadá, Córcega, India y Egipto. Tras el fracaso de las Invasiones Inglesas, con una fuga de película en medio, absuelto de culpa y cargo, será sucesivamente oficial del Ejército Británico y del Portugués, llegando a ser gobernador de la isla de Madeira. El Duque de Wellington, a quien acompañaría en la campaña de 1811, resaltaría las condiciones personales y militares de Beresford. Multicondecorado, será creado Vizconde y Par del Reino Unido, con un escaño en la Cámara de los Lores. En 1815, siendo ministro plenipotenciario en Río de Janeiro, proveerá pertrechos y asesoramiento militar a las fuerzas brasileñas que invadían la Banda Oriental. Morirá en su propiedad de Kent a comienzos de 1854, sobreviviendo a su cuñado, Denis Pack, amigo íntimo y compañero de armas en Buenos Aires en 1806.
El entonces coronel Pack era en 1806 jefe del Regimiento Nº 71. Era éste uno de los regimientos que, tras la derrota de las fuerzas jacobitas, el gobierno británico había formado con highlanders escoceses para pelear en el exterior. Con cetro de hierro, cualquier escocés encontrado culpable de crímenes tan diversos como contrabando de whisky, vagancia, robo de ganado, lecturas revolucionarias, jacobitas o protestantes no-conformistas, tenía la opción de combatir para el naciente Imperio Británico en el exterior en alguno de estos regimientos nuevos. Además, iban en la expedición Robert Arbuthnot al frente de los Dragones Ligeros y James Frederick Ogilvie con las piezas de la Real Artillería.
En la tarde del día 27 de junio, bajo una copiosa lluvia, más de mil seiscientos soldados británicos entraban marchando en la ciudad de Buenos Aires, la columna principal avanzando dificultosamente por la actual calle Defensa. Se encomendó al comerciante catalán Juan Larrea, socio de Matheu, que redactara la rendición (texto que fue rechazado y reescrito por el brigadier británico).
Según testificaron los mismos protagonistas sorprendidos, como Gillespie y otros, los invasores fueron recibidos con una simpática acogida por las señoritas, mientras los señoritos adoptaron las vestimentas, costumbres y modales ingleses. El 1º de julio, Martín de Sarratea y su cuñado León de Altolaguirre ofrecieron una recepción a los principales jefes británicos. Los vecinos principales competían por alojar en sus casos a los oficiales británicos. En nombre del Consulado, el futuro prócer de Mayo, Castelli pronunció una arenga pro-inglesa, manifestando su adhesión al Imperio británico.
Inteligente, Beresford otorgó seguridades respecto a las personas y bienes de los porteños, garantizando la práctica de la religión católica romana (como habían hecho en Gibraltar, las Antillas o Malta) y se concedió la libertad de comercio. Pronto las mercaderías británicas invadieron las tiendas de Buenos Aires.
María Sánchez, mujer del capitán de puerto Martín Jacobo Thompson (de una familia de comerciantes de origen inglés residentes en Cádiz) que servía de enlace con la Royal Navy, en cuya casa se cantará por primera vez el Himno Nacional argentino, se muestra entusiasmada por los "jabones de olor" que traían los británicos en sus buques mercantes.
Parecía que los porteños realmente creían en el "honor, generosidad y humanidad del carácter británico" del que hacía alarde Beresford en su proclama.
Los empleados y funcionarios civiles, militares y eclesiásticos del Virreinato residentes en Buenos Aires se agolparon para jurar lealtad al rey británico Jorge III para no perder sus cargos ni arriesgarse a ser tomados prisioneros. Sólamente se resistieron el superior de los Bethlemitas y el Obispo (como ya dijimos), en actitud que los honra. (Como señalamos en otra ocasión, los bethlemitas pagarían cara su osadía, recibiendo toda la furia de los revolucionarios de Mayo de 1810.)
Belgrano optó por escapar a la Banda Oriental posiblemente enterado de los aprestos reconquistadores que estaban teniendo lugar allí. Por el contrario, su primo hermano Castelli, gracias a la ayuda del agente británico White, trabó amistad con Beresford... una amistad que se prolongaría por muchos años incluso después de 1807.
El prior de los dominicos, fray Gregorio Torres, no sólo juró fidelidad al monarca líder anglicano sino que envió una carta a Beresford alabando la suavidad del gobierno inglés y las sublimes calidades del general británico. Prohibía asimismo conspirar con los invasores.
El nefasto Deán Funes, que traicionará a Liniers y liderará el Partido Saavedrista, lamentará en su Ensayo de la historia civil el que las armas británicas no hubiesen vencido.
Por lo bajo, deja constancia Gillespie, los británicos despreciaban a estos verdaderos cipayos.
El documento de rendición redactado ahora por Beresford fue presentado a los porteños recién el 2 de julio, cuando ya los caudales del Virreinato habían caído en su poder y eran embarcados con destino a Londres y distribuido el resto entre los jefes (Baird, Popham y Beresford) y el pago de la tropa, y el agradecimiento a los que ayudaron a dar con el tesoro: el norteamericano William P. White, el ex director de El Telégrafo Mercantil Dr. Francisco A. Cabello, Pedro Menéndez Argüelles, el ex alcalde de la Santa Hermandad Francisco González (que sirvió de guía a los británicos en su camino a Luján), Juan Gallardo, Isidro Naranjo, Manuel Collantes y el capitán Vicente Capello (que actuó como intérprete).
González integraba una red en la que también participaban el cochabambino Manuel A. Padilla, el porteño Saturnino Rodríguez Peña y el inglés Paroissien. Padilla y R. Peña serían bien remunerados por Su Británica Majestad en años venideros luego de participar del 25 de mayo de 1810. De Paroissien, uno de los primeros ciudadanos argentinos naturalizados y asistente de San Martín, ya hablamos.
Después del fracaso de la segunda de las Invasiones Inglesas, Peña y Padilla escaparían a Río de Janeiro en un pequeño buque de guerra británico que, al efecto, les proveyó el almirante Murray en persona. Ya en Río, Rodríguez Peña le escribe al Conde de Linhares una carta donde afirmaba que los principales vecinos de Buenos Aires estaban convencidos de la necesidad de independizarse de España. Saturnino J. Rodríguez Peña recibiría una pensión de £300 anuales del gobierno británico por sus servicios.
En 1810, el número de abril de The Monthly Report informa que en Buenos Aires coexisten dos partidos que se odian mutuamente: el de "los nativos [sic] que utilizan permanentemente palabras como comercio libre" y el de los que rechaza el comercio con Gran Bretaña. Los segundos, dice, controlan el ayuntamiento porteño, pero no por mucho tiempo. Los librecambistas están listos para tomar el poder.
El 14 de mayo llegaba al puerto la goleta británica "Mistletoe", comandada por el Tte. Robert Ramsay (otro que estará entre los primeros ciudadanos naturalizados). Diez días después la Revolución era un éxito y se iniciaba el camino de la independencia.
Bibliografía:
- Juan Martín Biedma, Los Rodríguez Peña y la emancipación argentina (Buenos Aires: Taladriz, 1959).
- Vicente O. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino (Buenos Aires: Elche, 1968).
- Henry Stanley Ferns, Britain and Argentina in the Nineteenth Century (London: Clarendon, 1960). Hay traducción al castellano con el título Gran Bretaña y Argentina en el siglo XX (Buenos Aires: Solar, 1966).
- Jorge Fondebrider, Versiones de la Patagonia (Buenos Aires: Emecé, 2003).
- Alexander Gillespie, Gleanings and remarks collected during many months of residence at Buenos Ayres and within the Upper Country, with a Prefatory account of the Expedition from England until the surrender of the Colony of the Cape of Good Hope, under the joint command of Sir D. Baird, G.C.B. K.C. and Sir Home Popham, K.C.B. (Leeds: B. Dewhirst, 1818). Hay traducción al castellano como Buenos Aires y el Interior (Buenos Aires: Hyspamérica, 1986).
- Bernardo Lozier Almazán, Beresford gobernador de Buenos Aires (Buenos Aires: Galerna, 1994).
- Ignacio Núñez, Autobiografía (Buenos Aires: Imprenta Congreso, 1996).
- Carlos Roberts, Las Invasiones Inglesas (Buenos Aires: Emecé, 2000).
- Oscar Tavani Pérez Colman, Martínez de Fontes y la fuga del General Beresford (Buenos Aires: Dunken, 2005).
- Enrique William Álzaga, La fuga del General Beresford, 1807 (Buenos Aires: Emecé, 1965).
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: Los Próceres de Mayo y el espionaje británico
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Importante documento que demuestra el carácter revolucionario y antitradicional de la Junta porteña de 1810.
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Expediente de la Junta de Gobierno por el cual se le restituye el empleo al regidor Thomas de Anchorena, y se declara malos patriotas al síndico procurador y a ...los capitulares. Buenos Aires, 30 de noviembre de 1810.
Documentos Escritos. Sala VII. Fondo Lamas, legajo 36.
Transcripción:
Buenos Aires, 30 de noviembre de 1810.
Visto este expediente con lo que resulta de las actuaciones y demás documentos que se han traído a la vista, se declara que el Regidor D. Thomas Anchorena, ha llenado todo los deberes de su empleo, manejándose con el celo de un verdadero patriota; en su consecuencia se le restituye a su empleo en que debería continuar hasta la conclusión de este año reponiéndolo en todos sus honores con buena opinión y fama, a que justamente es acreedor, y se le reserva su accionar contra los demás capitulares por los daños y perjuicios que se le han ocasionado.
A los demás capitulares, incluso el síndico Procurador, se le declara malos patriotas, e incapaces de obtener ningún empleo público en estas Provincias, y aunque el Crimen de Estado, de desconocer furtivamente y sin representación competente una autoridad soberana, exigía otros ejemplares castigos por equidad y contemplación a sus familias, sobrease en la prosecución de la causa, multándose a cada uno en mil pesos que deberán entregarse dentro de tercero día bajo apercibimiento de embargo, con destino a los gastos de la expedición, sin que en el término de seis años, puedan pisar en esta ciudad ni doce leguas alrededor, debiendo residir el síndico Leyva por todo este tiempo, en la ciudad de Catamarca, y lo acordados = Cornelio de Saavedra = Miguel de Azcuénaga = Don Manuel Alberti = Domingo Matheu = Juan Larrea = Don Mariano Moreno: Secretario.
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Nicolás Duré
No es cierto que los revolucionarios fueran autonomistas y no independentistas. Desde antes de que Fernando VII volviera al trono de España, ya había intenciones de realizar la independencia, como lo prueban numerosos documentos, de los cuales voy a citar algunos a continuación.
En primer lugar, existe una carta del 19 de junio de 1812 remitida a Lord Strangford, embajador británico en Río de Janeiro (y gran aliado de los revolucionarios de Buenos Aires), por el coronel Rademaker (otro inglés amigo de los revolucionarios). La carta es citada por Ernesto Fitte en su obra 'El precio de la libertad, la presión británica en el proceso emancipador' y dice así:
"Seriamente, así debe entenderse para que el caso sea real. Este Pueblo (el de Buenos Aires) está determinado a implantar una República Democrática, y parece voluntarioso en perder su vida y fortuna, antes que desistir en el camino trazado".
Claramente, como lo indica esta carta, en una fecha tan temprana como 1812 los porteños ya pensaban en proclamar su independencia de España a través del establecimiento de una "república democrática" (aunque también se hayan barajado planes monárquicos).
Por si eso no fuera suficiente, veamos ahora una carta de Belgrano a Pío Tristán, de 1813, a pocas semanas de la batalla de Salta, citada en el libro 'Ni con Lima ni con Buenos Aires'; dice así:
"Amado Pío: No se puede continuar con la esclavitud y dependencia de España, de la cual un mar nos separa...".
Aquí claramente Belgrano está tratando de atraer a Pío Tristán a su bando independentista. Repito, no es cierto lo que repiten los nacionalistas católicos, Díaz Araujo a la cabeza, de que los criollos se mantuvieron siempre fieles a España y solo cuando F VII volvió al trono y restauró el absolutismo decidieron independizarse. En realidad, el mismo Saavedra lo confiesa en su auto-biografía, al decir que se utilizó "el manto de Fernando VII".
Otro punto interesante es que los nacionalistas católicos niegan la influencia británica y las ideas liberales en nuestra separación de España. Para lo que fue la influencia inglesa en el proceso de secesión, recomiendo leer la obra 'Gran Bretaña y la independencia del Río de la Plata' del gran John Street (quien incluso menciona la nota de Gillespie según la cual 3 miembros de la Junta firmaron su cuaderno en 1806; es decir, no solo González hace alusión al dato), y con respecto al ideario liberal, huelga decir que tanto Belgrano, como San Martín, Monteagudo (gran anti-clerical, secretario de San Martín en Perú), Bolívar, Nariño y tantos otros estaban influenciados por las obras de la Ilustración anglo-francesa, y no eran "tradicionalistas católicos" como tanto claman los nacionalistas. Belgrano, por ejemplo, en su auto biografía afirma que durante su estadía en España se apoderaron de él las ideas de libertad e igualdad, y además tradujo al castellano el Farewell Adress de Washington, con lo cual las influencias liberales y dieciochescas no eran ajenas a su bagaje cultural. Lo que pasa es que los nacos usan como chivos expiatorios a Castelli y a Moreno para tapar el hecho de que el resto de los próceres también eran liberales (aunque se podría admitir que lo eran en un sentido más conservador que estos dos citados).
Para concluir, tan solo diré que las consecuencias de una secesión prematura y provocada por los británicos están a la vista de todos: división, pobreza, dependencia económica, gobiernos inoperantes y vende patrias que por 200 años nos han vendido a los ingleses primero, y a los yanquis después, a partir de las medidas librecambistas establecidas desde mayo de 1810 cuando el edicto de expulsión de los ingleses por parte de Cisneros quedó en el olvido y los British se quedaron en el Río de la Plata para no irse nunca más. Conocida es la anécdota del capitán Montagu Fabian diciendo que ahora todos los ingleses se irían a vivir al Río de la Plata dada la amistad del nuevo gobierno con Gran Bretaña. Es verdad que en España también se recibió ayuda inglesa, pero hay una diferencia: en España se luchaba contra el usurpador Napoleón, se peleaba contra el extranjero francés, contra una raza invasora, mientras que en las Indias se luchaba contra hermanos, contra nuestra propia sangre, porque, por si no lo sabían, los ejércitos realistas en un 90% estaban compuestos por indios, mestizos y negros que luchaban por Dios, la Patria y el Rey.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
EL FIN DEL IMPERIO ESPAÑOL Y SUS MITOS (I)
La independencia de los territorios españoles del continente americano es uno de los episodios más interesantes, pero a la vez, de los menos estudiados de nuestro pasado. Mientras vivimos preocupados por futilidades y en medio de absurdas polémicas, El 200 aniversario de estos trascendentales sucesos va transcurriendo sin pena ni gloria.En las repúblicas de Hispano América se están realizando los mayores homenajes en las efemérides patrias. En algunos casos, se han creado auténticas mitologías nacionalistas cuyo parecido con la realidad es mera coincidencia, y lejos de retractarse, estas visiones falseadas (y antiespañolas) cada día cobran más vigencia. Cierto es que los académicos de historia, por lo menos los más rigurosos, tratan de ofrecer una visión más equitativa. Pero estos esfuerzos no parecen permear demasiado en las instituciones y la sociedad.El ánimo de estas líneas que siguen es hacer descubrir al lector la historia verdadera de la emancipación americana; sin patrioterismo, pero sin vergüenza. Debemos derruir los mitos sobre los que se sustenta la visión oficial para comprender mejor el mundo en el que vivimos. Ofrecemos nuevas armas para el combate dialéctico contra los enemigos de lo hispano, y motivos para mantener bien alto nuestro orgullo. De lo que fuimos, lo que somos y –ojalá- lo que seremos.http://soulguerrilla.com/wp-content/...4/DIASTIAS.jpg
1 – LA CRISIS
Durante siglos los territorios pertenecientes al imperio español fueron patrimonio de la monarquía, considerados a este respecto en pie de igualdad con el resto, teóricamente al menos. Con el ascenso de los borbones el sistema de gobierno cambió en pos de la mentalidad reformista de la nueva dinastía. Por primera vez se empezó a considerar a los territorios ultramarinos como colonias. Convino a los intereses económicos españoles, mejoró la recaudación de los impuestos, la administración de justicia y la organización de los ejércitos. De hecho, fue necesaria para organizar un cuerpo de funcionarios leales a la corona y difícilmente corruptibles; casi siempre de la península para evitar nepotismos. Pero fue un paso en falso que destruyó la esencia misma de lo que siempre había sido el Imperio español. El ideal inspirador desde los Reyes Católicos no se trataba de la dominación de una nación sobre unos territorios ajenos, sino de la integración de todos a una cultura y valores comunes, tal y como había hecho Roma en el mediterráneo.De esta manera, muchos americanos quedaron decepcionados con esta nueva política y comenzaron a sentir a España como algo ajeno , aun cuando ellos mismos fueran españoles tanto por sangre como por ley; al relacionarla con la distante metrópoli, y no sin cierta razón. Las disposiciones reales fueron muy restrictivas en ocasiones. Por ejemplo, en Nueva España, la ley prohibía el matrimonio entre un funcionario español peninsular en ejercicio y una criolla. El reformismo ilustrado, aún con innegables buenas intenciones, sembró la inevitable discordia que estallaría unas décadas después. Como veremos más adelante, muchos emancipadores hispanoamericanos del siglo XIX lo que deseaban en el fondo el regreso del antiguo régimen, que es decir, de la más pura tradición hispánica.Nadie era ajeno a este estado de cosas. El último arzobispo de Charcas (Perú) monseñor Moxó y Francolí, dijo hacia el 1800: “Que la América no era una colonia, sino una parte integrante de la monarquía y que los americanos eran iguales a todos los demás españoles.”
El arzobispo tenía muy clara la conciencia de lo que eran sus fieles: españoles de América; que respondían a los mismos deberes, pero que a su vez, demandaban los mismos derechos tantas veces negados. El ilustre marino Jorge Juan redactó en un informe una visión muy ilustrativa de lo que ocurría en la sociedad del momento:“ No deja de parecer cosa impropia… que entre gentes de una nación, una misma religión, y aún de una misma sangre, haya tanta enemistad, encono y odio, como se observa en el Perú, donde las ciudades y poblaciones grandes son un teatro de discordias y continua oposición entre españoles y criollos(…)Basta ser europeo o chapetón, como le llaman en el Perú, para declararse contrario a los criollos; y es suficiente el haber nacido en las Indias para aborrecer a los europeos…”
En otras zonas debía ser peor.A este tenso panorama social vino a añadirse un escenario internacional nuevo y que puso contra las cuerdas el sistema político del imperio. La independencia de los Estados Unidos en 1783 sentó un claro precedente de lo que pudiera ocurrir más tarde en la América Hispana. La revolución francesa al poco sentó otro, no menos peligroso. Las nuevas ideas se abrían paso inexorable, y sobre la burguesía comercial de los criollos más que nadie. La mecha estaba lista para ser prendida.
EL PLAN DE ARANDA
Estos sentimientos no fueron desconocidos en Madrid, capital del imperio. Sorprende comprobar hasta qué punto en las altas esferas se disponía de buena información a pesar de la enorme distancia y de la lentitud de las comunicaciones en la época, quizá tuviera algo que ver eficiente sistema de información que España tenía. Fue José Ábalos, intendente de la capitanía de Venezuela y por tanto conocedor de la situación de primera mano, el que propuso el primer plan de independencia pactada para Hispano América, una manera de prevenir antes que curar. La propuesta llegó a oídos del Conde de Aranda, el cual la modificó sustancialmente para elaborar una memoria que presentó al rey Carlos III en secreto. Aquí se puede leer la carta que el ministro le envió al monarca detallándole el proyecto.El gran estadista español no se engañaba respecto a la situación. Después de la independencia de las Trece Colonias el destino del imperio se presentaba muy negro. Tomando el plan de Ábalos, proponía desprenderse pacíficamente de todos los territorios ultramarinos en América excepto Cuba y La Española, sellando pactos de familia y alianzas permanentes. Hombres sabios e ilustrados como él sabía a lo que estábamos jugando; pero como le ocurrió -y le ocurre tanto a la gente brillante de España- no fue escuchado. Años más tarde, el valido Manuel Godoy, un tipo que no era tan tonto como se le retrata, hizo una propuesta parecida. Aún no había comenzado la invasión francesa y España estaba a tiempo de salvar los muebles, como vulgarmente se dice. Pero tampoco se hizo nada por aplicar el plan ni ningún otro semejante. Cuando hacia 1821, ya en la fase terminal de la dominación española en América, el gobierno del Trienio Liberal trató de ofrecer un acuerdo basado en el plan Aranda a los revolucionarios. Pero entonces la guerra ya estaba casi perdida para la causa y sólo quedaba el Perú como territorio realista, por lo que todo cayó en saco roto. Con la ventaja del tiempo que ha pasado, y estando tan de moda la “ficción-histórica”, se podría reflexionar de lo que hubiera ocurrido si se hubiera aplicado un proyecto así, muy similar a la Commonwealth británica. Hoy en día, Australia y Canadá; pese a ser estados independientes, están unidas profundamente a Gran Bretaña toda vez que comparten la misma monarquía, numerosas instituciones y alianzas indestructibles ¡incluso en la bandera nacional australiana conservan la Union Jack con orgullo, que sería como si la bandera de un país hispanoamericano contuviera la española! Desde luego, la historia del mundo hispano hubiera sido otro.
2 – LOS COMIENZOS DE LA INSURECCIÓN
Existieron numerosos desórdenes y levantamientos que precedieron a la revolución hispanoamericana, mas ninguno fue de gran importancia excepto uno: la rebelión de Túpac Amaru II. Este hombre se nombró así en referencia al último caudillo inca depuesto por el conquistador Francisco Pizarro. Túpac se erigió como líder de una gran revolución de la región de Cuzco en el 1780, en el virreinato del Perú. Fracasó estrepitosamente, pero tuvo un fuerte apoyo popular entre sectores indígenas, indignados por los aumentos de impuestos desde la corona. Puede ser catalogada como la única verdadera revolución patriota americana por haber sido protagonizada, esta sí, por indios. Pero aunque Túpac Amaru sea reconocido como parte de la identidad nacional peruana, sin embargo no tiene nada que ver con lo acontecido posteriormente ni con ningún otro movimiento de juntas autónomas americanas, ni de los movimientos constituyentes americanos, ni tampoco con el establecimiento de los nuevos estados independientes americanos. Todas las demás fueron protagonizadas por criollos, que es decir, por españoles de América.En 1808, Napoleón invadió la península e impuso a su hermano José como nuevo rey de España; la patria se dividió entre los que apoyaban el gobierno de los ocupantes y las juntas que proclamaban la lealtad a Fernando VII. Cuando llegaron las noticias a América, se desató una terrible inestabilidad: nadie sabía cómo obrar. Las autoridades virreinales debían teóricamente acatar a José Bonaparte, pero no lo hicieron; decantándose en unos casos pro acatar a la junta central suprema, en otros, manteniéndose a la expectativa y obrando por su cuenta. Mientras tanto, se produjeron movimientos diversos por todas partes sin una finalidad evidente, de 1808 a 1810 trascurrieron acontecimientos que pudieron haber terminado de cualquier manera. En México y Argentina se celebró el bicentenario en el año 2010 (1810-2010) con fastos y celebraciones de un calibre espectacular; pero en realidad es incorrecta la fecha, puesto que en ningún caso se proclamó independencia alguna…más bien al contrario.El cura Hidalgo, considerado padre de la independencia de México, proclamó la fidelidad absoluta al monarca Fernando VII. Lo mismo hizo la primera junta surgida de la revolución de mayo en Buenos Aires. Lo mismo proclamó el primer congreso de Nueva Granada. Si la independencia era el objetivo oculto de los revolucionarios (muy probable en los independentistas de Buenos Aires y de Bogotá, dudoso en otros) se guardaron muy bien de proclamarlo desde un principio. ¿Por qué no lo hicieron, si lo tenían todo a favor? España estaba bajo ocupación militar y las autoridades estaban inactivas, expectantes entre las órdenes que pudieran llegar de la Junta Central y los movimientos revolucionarios. Los ejércitos reales eran escasos en número y dudosos en su lealtad en gran parte. Les hubiera sido muy fácil proclamar la independencia en ese momento. Quizá el pueblo no hubiera aceptado de primeras una separación, sin más; habida cuenta de que todos se seguían considerando españoles. Después, con la guerra y la propaganda, poco a poco se irían modificando los términos para hablar abiertamente de independencia y república. Nunca se reconocerá en un libro de texto de historia oficial el apoyo del pueblo a la monarquía y a España pero ¿por qué no pensarlo? No es la única evidencia que lo demuestra y en las próximas líneas veremos más.Sobre la lealtad proclamada hacia la monarquía y España de los “padres de la independencia” no cabe duda alguna, no hace falta bucear en oscuros archivos secretos para encontrar evidencias. Están ahí mismo:
Ésta es la proclama del 10 de mayo de 1810 en Buenos Aires:Juráis a Dios nuestro señor y a estos santos evangelios reconocer la Junta Provisional Gubernativa de las provincia del Río de La Plata a nombre del Sr Fernando Séptimo,para guarda de sus augustos derechos, obedecer sus ordenes y decretos, y no atentar directa ni indirectamente contra su autoridad, propendiendo publica y privadamente a sus seguridad y respeto.Todos juraron y todos morirán antes que quebrantes la sagrada obligación que se han impuesto.
El cura Hidalgo proclamaba lo siguiente en su “Grito de Dolores”:“¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!”
Los próceres de la independencia de Nueva Granada no se quedaron atrás:¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?
Lo mismo podría decirse del bando de la junta gubernativa de Santiago de Chile en 1810:
ƒ¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?
La junta gobernativa de Quito de 1811 estaba presidida por Juan Pío de Montúfar, hijo de español y criolla, que firmó tan patriótica proclama:El actual estado de incertidumbre en que está sumida la España, el total anonadamiento de todas las autoridades legalmente constituídas, y los peligros a que están expuestas la persona y posesiones de nuestro muy amado Fernando VII de caer bajo el poder del tirano de Europa, han determinado a nuestros hermanos de la presidencia a formar gobiernos provisionales para su seguridad personal, para librarse de las maquinaciones de algunos de sus pérfidos compatriotas indignos del nombre español, y para defenderse del enemigo común
Un deseo eficaz, un celo activo, y una contraccion viva y asídua á proveer, por todos los medios posibles, la conservacion de nuestra Religion Santa, la observancia de las leyes que nos rigen, la comun prosperidad y el sostén de estas posesiones en la mas constante fidelidad y adhesion á nuestro muy amado Rey, el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores en la corona de España; ¿no son estos vuestros sentimientos? – Esos mismos son los objetos de nuestros conatos.
3 – ¿ESPAÑOLES CONTRA AMERICANOS?
Aún existe en el imaginario colectivo de los pueblos americanos, y en parte de la propaganda oficialista – en Venezuela, por ejemplo- la idea de que la emancipación de las nuevas repúblicas fue una guerra de liberación de los habitantes de América contra unos supuestos ocupantes españoles. Se trata de un auténtico disparateque increíblemente aún tiene su público. Como dice el historiador Tomás Pérez Viejo en su ensayo Criollos contra peninsulares: la bella leyenda:Una afirmación que hoy muy pocos historiadores se atreverían a mantener de forma explícita pero que sigue siento el trasfondo último del relato hegemónico sobre las independencias americanas.
http://soulguerrilla.com/wp-content/...4/tas_35_3.pngAparte de otras importantes razones, hay un problema de números que hacen insostenible esta teoría: la proporción de españoles peninsulares (y digo “peninsulares” porque españoles eran todos) respecto al de americanos en Las Indias era insignificante. En ciudad de México, por ejemplo, el censo de 1811 cifra apenas un 2% de peninsulares. En Buenos Aires no pasaban del 4%. Similares proporciones o menores hallamos en Bogotá, Cartagena o Lima. Hablamos de las urbes más importantes y donde más peninsulares debían residir de toda América. No nos deben extrañar estas cifras, dado lo difícil del transporte y las comunicaciones de la época, además de que España era un país poco poblado. Y con estos datos en la mano ¿cabe pensar en una guerra entre europeos y americanos como dicen? Hubiera durado cuatro días.Más bien fue al contrario: la mayoría de estudios serios coinciden en señalar que el apoyo, explícito o pasivo, a la monarquía hispánica fue muy extendido entre todas las razas y clases sociales. El sentimiento independentista pudo ser mayoritario en el estuario de La Plata, y con más dudas, en Santiago de Chile. En Nueva Granada sólo fue mayoritario entre las élites criollas; mientras tanto, en Nueva España y el Perú –bastión realista de las américas- fue claramente minoritario.La inmensa mayoría de los que lucharon bajo las banderas del Imperio habían nacido en América. Una expedición de 1815 al mando de Pablo Morillo que arribó en las costas de Venezuela fue la única tropa europea de tamaño considerable que se llevó al Nuevo Mundo, con 10.000 soldados. Además, hemos de tener en cuenta que el carácter de la guerra quitó protagonismo a los ejércitos regulares. Pensemos que con los medios de principios del XIX era completamente imposible tejer estrategias en un escenario tan inmenso y diverso. América no era la Europa llana y bien comunicada de las guerras napoleónicas, sino un continente entero lleno de territorios inhóspitos, desérticos, abruptos y difíciles incluso para la vida. En consecuencia, en vez de grandes ejércitos imposibles de mover y abastecer, casi todo el peso de la lucha lo llevaron fuerzas irregulares de muy diversa procedencia; guerrillas de montoneros, indígenas, milicias locales, etc… éstas estaban siempre conformadas por americanos; indígenas y mestizos en la inmensa mayoría. Así por ejemplo, en el Virreinato del Perú, los oficiales y suboficales del Ejército Real del Perú hablaban en la lengua quechua para dirigir a las tropas amerindias ya que era la que éstas hablaban en su gran mayoría. Estas tropas “del país” se movilizaron para sus respectivos teatros de guerra locales, y con raras excepciones partieron fuera de sus lugares de origen. De esta forma, y también para los independentistas, las personas identificadas con las múltiples castas de amerindios mestizos (cholos), o de negros mestizos (mulatos o pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso de la tropa realista dependiendo del predominio étnico en la población en cada lugar. Las guerras de independencia no fueron sino guerras civiles entre americanos.Gran parte de los mandos militares realistas e incluso de los cargos políticos estuvieron ocupados por criollos, e incluso por mestizos en algunas ocasiones. Si bien es cierto que generalmente se prefería optar por peninsulares para asegurarse la lealtad, durante el conflicto las circunstancias obligaron a la promoción de españoles americanos; los cuales en ocasiones demostraron superar en lealtad y valor a los europeos (así lo declaró en una ocasión el virrey novohispano Calleja) Por mencionar algunos que alcanzaron altos grados: José Manuel de Goyeneche, natural de Arequipa, fue mariscal del ejército realista del Alto Perú. Agustín de Iturbide, oriundo de Nueva España, fue comandante realista durante una década hasta que las circunstancias lo convirtieron en independentista. Guillermo Marquiegui, oriundo de Jujuy, actual Argentina, fue de los mejores comandantes de caballería de Los Andes. Antonio Vigil, peruano que llegó al grado de general; y Francisco Picoaga, llegó también a ser mariscal de Campo, que fue capturado y asesinado por sus enemigos en 1815. Pío Tristán, Miguel Aráoz y Arce, Felipe Rivero y Lemoine… podríamos seguir con esta lista un largo rato, pero valga como muestra. En apartados posteriores mencionaremos más.Incluso existieron casos de españoles nacidos en España que tomaron parte del bando de Bolívar y San Martín. Y no fueron pocos. El más conocido es Vicente campo Elías, prócer de la independencia de Venezuela. Otros: Xabier Mina, un famoso guerrillero navarro que se enfrentó a las tropas de Napoleón, desembarcó en México para apoyar el movimiento independentista y después fue derrotado por el virrey Apodaca. El ceutí José María Fernández fue partidario de la independencia de Chile, y el vasco José María Fagoaga y Leyzaur, de México.Añadamos para finalizar este apartado con una afirmación quizá chocante, pero real: realmente los próceres de la independencia eran españoles y nunca dejaron de serlo. San Martín, hijo de españoles; peleó por España en la Batalla de Bailén y dos de sus hermanos se mantuvieron leales al rey. Su sangre, su religión y lengua eran españolas. Lo mismo que Bolívar, Itúrbide…y tantos otros. Incluso el sentimiento privado de muchos de estos personajes estuvo con España por más que públicamente manifestaran lo contrario. Esto no es una suposición, sino un hecho real, demostrado por el testimonio de un boletín secreto de la época de la independencia publicado en Buenos Aires en 1937.
4 – LA OTRA CARA DE BOLÍVAR
Bolívar, San Martín, O,Higgins, Sucre…apellidos que en América conforman auténticos mitos nacionales. Dado que ellos fueron los principales artífices de la independencia de sus países es justificable que así sea. Sin embargo, sus vidas encierran episodios poco gratificantes para sus defensores, siempre silenciados por la propaganda oficial.El caso más polémico es el del más renombrado de todos: el mismísimo Simón Bolívar. Bolívar fue racista, cosa que choca bastante con la idolatría que le profesa el que se ha erigido en actual paladín del llamado “neoindigenismo”. El “Libertador” volvió a gravar a los indios con un antiguo impuesto que ya había sido abolido y que pesaba sobre ellos por el solo hecho de serlo. Son conocidas también sus expresiones insultantes hacia y sobre ellos. Cuando la expedición por él comandada llegó al Perú, restableció la esclavitud de los negros, que habían sido declarados libres por San Martín. Y como colofón, decretó que las tierras comunales que pertenecían a los indígenas peruanos, concedidas por autorización real (que en ocasiones eran previas a la conquista) se enajenarían por el estado, para venderlas después a precio de saldo a sus amigos criollos acaudalados. Esta medida condenó a la hambruna a cientos de pueblos amerindios.Visto lo visto, no de extrañarnos que en numerosos territorios los últimos realistas fueran los indios. Por ejemplo, en Colombia: los pastusos fueron partidarios férreos de la corona y mantuvieron guerrillas hasta una fecha tan tardía como 1830, en la guerrilla del caudillo Huachaca. Lo mismo ocurrió en Chile: los araucanos habían llegado a proponer en 1813 “formar para la defensa del Rey una muralla de guerreros en cuyos fuertes pechos se embotarían las armas de los revolucionarios”. Como respuesta a su lealtad a la corona, fueron vilmente masacrados por los próceres chilenos. Uno de los últimos reductos realistas de Suramérica fue la islita chilena de Chiloé, donde los indígenas fueron prácticamente exterminados. Y por supuesto, en el Perú, donde las víctimas de las medidas boliviarianas estuvieron combatiendo en guerrillas hasta principios de 1830.
5 – EL PAPEL EXTRANJERO Y LA MASONERÍA
Los mayores beneficiados de la independencia no fueron los pueblos de Hispano América, ni siquiera sus élites criollas, sino los británicos. Su papel fue determinante, hasta límites insospechados que los historiadores oficialistas no se atreven a reconocer –aunque no lo puedan negar-Hay que ver los antecedentes históricos del hecho. Carlos III le declaró la guerra a Gran Bretaña durante la guerra de independencia de EE.UU. La apertura de un segundo frente de batalla debilitó militarmente la posición británica en el continente americano, y resultó vital desde el punto de vista estratégico para el inicio de las victorias de los rebeldes. Esto unido a la ayuda económica y a la reconquista de Florida, hizo que los norteamericanos reconocieran la ayuda española; tanto que durante la parada militar del 4 de julio, Bernardo de Gálvez, el conquistador de Florida, desfiló a la derecha del mismísimo George Washington en reconocimiento a su labor y apoyo a la causa americana.Como era de esperar, los británicos, de todo menos tontos, no se quedaron de brazos cruzados y empezaron a conspirar de todas las maneras posibles para devolvernos el golpe. Y lo hicieron muy bien.Su participación fue más velada, en forma de dinero e influencias, que directa. Aun así, no faltaron tropas británicas en momentos clave, pese a que la nación insular se encontraba teóricamente en paz con España (aliados de hecho durante la Guerra de Independencia) Una legión británica de 2000 hombres tuvo un papel decisivo en Carabobo, que fue la batalla más importante para la independencia venezolana. La flota de Thomas Cochrane intervino para ayudar a lograr la independencia de Chile, impidiendo el socorro de los realistas chilenos desde el Perú y contribuyendo al ataque sobre el Callao en 1826, último bastión realista. Pero tales intervenciones puntuales sólo fueron la punta del iceberg.La anglofilia prendió como un voraz incendio entre los principales políticos de las independencias. Resulta sumamente ilustrativo que el primer presidente argentino, en 1826, haya sido un anglófilo del calibre de Bernardino Rivadavia, que gustaba de escribir extensas cartas a sus amigos ingleses en los que tanto elogiaba a Inglaterra como insultaba a España. En sus tiempos, al parecer, hasta los reglamentos para los debates de la nueva Cámara de Diputados eran los del Parlamento inglés. No debe extraños que La primera nación en reconocer la independencia de las Provincias Unidas fuera Gran Bretaña, que lo hizo oficialmente en febrero de 1825, cuando la guerra aún no había cesado.Pero más importante aún que las maquinaciones de los gobiernos fue el papel de una organización: la masonería. En los próceres, unida a la anglofilia estaba la afiliación casi unánime como masones. Es difícil verter juicios objetivos sobre el papel de la masonería en Hispanoamérica, dada la opacidad de la información y las dificultades para separar el grano de la paja . Obviamente, tuvo gran importancia a la hora de las independencias; lo que no se sabe es cuánto. Algunos dicen que aún hoy las organizaciones masónicas siguen controlando al 100% los países de América, otros que su papel está magnificado por teorías conspiracionistas. Suponemos que la verdad estará en algún punto medio.Los símbolos comunes de la masonería se encuentran en las enseñas nacionales, monumentos y en general, en cada testimonio de las independencias. Todos los grandes próceres fueron parte de alguna logia. La más famosa era la Logia Lautaro fundada por el venezolano Francisco de Miranda…en Londres. El objetivo principal de esta logia era la independencia de Hispano América, con inspiración en las ideas liberales de la revolución francesa y un intenso odio a todo lo que representara el Antiguo Régimen. Todos estos líderes habían estado en Inglaterra en algún momento o tenido amigos ingleses, y todos eran profundos admiradores, ora del inglés, ora de la Francia napoleónica. El asturiano Rafael Del Riego, responsable de la revuelta en la expedición de Cabezas de San Juan (1820), episodio que dio un golpe mortal a la causa realista, fue también masón, lo que no es casual.Que conste que no hablamos aquí de una gran conspiración masónica orquestada desde la sombra. El ser masón no es una causa de ser revolucionario, sino más bien una consecuencia de ciertas ideas y principios que estaban en contra de la monarquía y a favor de un nuevo orden de las cosas. Además, hay muchas ramas diferentes dentro de la masonería que en ocasiones difieren mucho entre sí. También debe reconocerse que hubo muchos masones partidarios de la unidad del imperio (como los generales Rodil y Espartero) si bien fuera de España predominaron los primeros de manera aplastante.
http://soulguerrilla.com/index.php/2016/05/09/el-fin-del-imperio-y-sus-mitos-i/
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Bolívar y el Decreto de Guerra a muerte: se ascendía a capitán a quien cortara 50 cabezas de españoles
En el mes de enero de 1813, antes de que empezara la campaña de Bolívar, el caudillo venezolano Antonio Nicolás Briceño junto a otros oficiales patriotas diseñaron un plan para liberar Venezuela -cercano a una proclama xenófoba bordeando los límites del genocidio- a la que se dio el nombre de Convenio de Cartagena. Entre sus artículos destacados podemos citar:
En el nombre del pueblo de Venezuela se hacen las proposiciones siguientes para emprender una expedición por tierra con el objeto de libertar a mi patria del yugo infame que sobre ella pesa. Yo las cumpliré exacta y fielmente pues las dicta la justicia y que un resultado importante debe ser su consecuencia.
Primero: serán admitidos a formar la expedición todos los criollos y extranjeros que se presenten conservando sus grados. Los que aún no han servido obtendrán los grados correspondientes a los empleos civiles que hayan desempeñado y en el curso de la campaña tendrá cada cual el ascenso proporcionado a su valor y conocimientos militares.
Segundo: como el fin principal de esta guerra es el de exterminar en Venezuela la raza maldita de los españoles de Europa sin exceptuar los isleños de Canarias, todos los españoles son excluidos de esta expedición por buenos patriotas que parezcan, puesto que ninguno de ellos debe quedar con vida no admitiéndose excepción ni motivo alguno; como aliados de los españoles los oficiales ingleses no podrán ser aceptados sino con el consentimiento de la mayoría de los oficiales hijos del país.
Tercero: las propiedades de los españoles de Europa sitas en el territorio libertado serán divididas en cuatro partes, una para los oficiales que hicieren parte de la expedición y hayan asistido a la primera función de armas haciéndose su reparto por iguales porciones con abstracción de grados, la segunda pertenece a los soldados, indistintamente las otras dos al Estado. En los casos dudosos, la mayoría de los oficiales presentes decidirá la cuestión […]
Noveno: para tener derecho a una recompensa o a un grado bastará presentar cierto número de cabezas de españoles o de isleños canarios. El soldado que presente 20 será hecho abanderado en actividad, 30 valdrán el grado de Teniente, 50 el de Capitán…
Cartagena de Indias, 16 de Enero de 1813. Antonio Nicolás Briceño
Esta proclama fue transformada en decreto por Simón Bolívar el 15 de junio de 1813, llegando a conocerse como el Decreto de Guerra a Muerte.
https://somatemps.me/2016/05/15/boli...-de-espanoles/
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
27/oct/1813 #BICENTENARIO Fallecimiento del Dr. José Mejía Lequerica.
EL DUQUE DE WELLINGTON Y JOSÉ MEXÍA LEQUERICA, EL QUITEÑO MÁS INFLUYENTE DE LA HISTORIA UNIVERSAL DE LOS DOS ÚLTIMO SIGLOS:
“Será en Cádiz, precisamente, que las Cortes que representaban la precaria soberanía de una España acosada nominarán a Wellington, en 1812, como jefe supremo de los ejércitos de liberación. Esa fundamental decisión no emergerá de un pacífico, universal consenso. Tan solo el denuedo de unos pocos diputados terminaría por asegurar su histórico nombramiento. Un hombre esencial a la designación de Wellington provenía de lejanas y andinas latitudes: José Mejía Lequerica será uno de los principales responsables de su elevación al cargo” (María Helena Barrera-Agarwal en "Mejía secreto")… cambiando con esto el curso de la historia europea y mundial para siempre.
Napoleón es cada vez más atractivo para mí.
En la imagen: Sir Arthur Wellesley, duque de Wellington, en un retrato pintado por Francisco de Goya.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psgll9jpgc.jpg
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Fuente:
https://www.facebook.com/22216717786...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
No hubo escarapelas en 1810
Publicado el 18.05.12 por Daniel Balmaceda
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Uno de los grandes mitos de la historia argentina es el de las escarapelas. Suelen relacionarse con la Semana de Mayo, pero es apenas una cadena de confusiones. Las escarapelas eran distintivos de los ejércitos. Las usaban en los morriones del uniforme y servían para distinguir, en medio del combate, a compañeros de enemigos. Por lo tanto, creer que se repartieron a los vecinos es tan disparatado como sería que los French y Beruti de hoy repartieran distintivos del Comando de la 3ra División de Ejército entre los civiles que estuvieran en la histórica Plaza.
Es muy curioso el origen de la palabra escarapela, ya que se trata de una pelea entre mujeres. Primero debemos aclarar que el término pelea surgió de “tomarse de los pelos”. Escarapela se denominaba al enfrentamiento entre dos personas que se arañaban y se tiraban de los pelos. Hay un término muy similar, escaramuza, que también implica los arañazos característicos de una pelea entre mujeres. A la cicatriz que les quedaba en la cara también se le llamaba escarapela. Y de allí derivó para transformarse en el nombre del distintivo que usaron los ejércitos.
French y Beruti, entonces, no repartieron escarapelas. En todo caso, distribuyeron cintas. Pero si lo hicieron, no eran celestes y blancas. Las celestes y blancas aparecieron recién -como distintivo- en marzo de 1811. Son los colores que eligió la Sociedad Patriótica (los morenistas) y recién fueron exhibidas en la Plaza de Mayo en 1811, durante la Asonada del 5 y 6 de abril. Esos dos días alcanzó su punto máximo el enfrentamiento entre saavedristas y morenistas. French, Beruti y sus seguidores, comprometidos con la Sociedad Patriótica, las usaron en aquellas jornadas.
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Fuente:
No hubo escarapelas en 1810 - Blogs lanacion.com
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Dejamos el enlace de la noticia en que además se explica con gran claridad por que la gente prefería al Rey:
¿EstarÃ*a mejor Chiloé siendo española? Chilote alza bandera de resistencia hispana - BioBioChile
No está demás aclarar que el joven de la foto no pertenece al Partido Realista, sin embargo su compromiso y el de todos los chilotes con la causa hispana es para nosotros causa de gran alborozo.
¡Viva Chiloé hispanista y monárquico, grande es tu fidelidad!
Muchos saludos, y mucha fuerza a Chiloé en estos difíciles momentos.
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Fuente:
https://www.facebook.com/partidoreal...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"Los defensores del Rey"
"...Más de algún realista, seguramente, lucha con la convicción de que, tarde o temprano, será la suya una causa perdida.
"Pero combaten como lo hicieron siempre los españoles: con valor y con nobleza; se defienden como leones; acorralados, aún quieren los últimos, con una obstinación de poseídos, guardar por las antiguas selvas de Arauco la bandera del Rey, entre indios y bandoleros."
Fernando Campos Harriet*, Los defensores del Rey,
est. prelim. de Jaime Eyzaguirre (Santiago: Edit. A. Bello, 2ª ed., 1976)
Fernando Campos Harriet (1910-2003). Estudió Derecho en la Universidad de Concepción, egresando en 1932. Fue profesor en su alma máter y en la Universidad de Chile. Su Historia Constitucional de Chile es aún hoy (después de siete reediciones) el libro de texto obligado para todos los estudiantes de Derecho. En el campo historiográfico propiamente dicho, fue el gran investigador del mal llamado "periódo colonial", de Chile en general y de Concepción en particular; saliendo de su pluma numerosísimos ensayos originales. Fue miembro de número de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, del Instituto de Chile, de la Academia Chilena de la Historia, de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, del Instituto O'Higginiano y de la Sociedad de Historia de Concepción, de la que fue presidente. Además fue honrado como miembro correspondiente del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano y de la Real Academia de la Historia. Era Caballero de Honor y Devoción de la Soberana y Militar Orden de Malta. Asimismo era infanzón de Illescas. En 1988 fue galardonado con el Premio Nacional de Historia. En 1989 fue declarado Hijo Ilustre de la Ciudad de Concepción.
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: "Los defensores del Rey"
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"En diez años que llevamos de nuestra revolución...": El lamento de un paisano
Tomado del Diálogo Patriótico de Bartolomé Hidalgo (1820) que fue publicado en El Parnaso Oriental, o Guirnalda poética de la República Uruguaya (Montevideo: Imprenta de la Caridad, 1835).
Bartolomé José Hidalgo (*Montevideo 24/VIII/1788; †Morón 28/XI/1822), el Poeta de la Patria Vieja o el padre de la poesía gauchesca, pone estos versos en boca de Jacinto Chano, capataz de una estancia en las islas del Tordillo, que son "la vocalización purísima de la resignación que se impuso a todos los pueblos de las Españas de América desde el poder del dinero" al decir del Dr. Julio González.
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: "En diez años que llevamos de nuestra revolución...": El lamento de un paisano
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
El Cabildo procedió al nombramiento de Vocales de esta Junta que quedó formada y reconocida en el día 24 de Mayo: pero no contentos los facciosos con que yo quedase de Jefe, pues sus ideas eran terminantes a otros reprobados intentos, procedieron revolucionariamente contra aquella resolución [del Cabildo], nombrando nueve personas de su facción que carecen las más de todo concepto y confianza pública [por haber participado de la fuga de Beresford, la revolución de 1809, etc.]..., y quedé separado absolutamente del mando, aunque con las distinciones y honores proprios de mi empleo y graduación."
"Las providencias que empezó a adoptar la nueva Junta manifestaban muy bien sus ideas, pues fue una de ellas la de desarmar a los Europeos [excepto a los británicos, de más está decirlo]; mas no me hubiera prevenido en contra, si no hubiese visto otras demostraciones más categóricas, cuales fueron la resistencia a reconocer el supremo Gobierno de Regencia, la impugnación que en sus papeles públicos hacían a la legitimidad del nuevo Gobierno, el empeño de llevar adelante la convocación de un Congreso general del Virreynato en ocasión de estar llamados a las Cortes los Diputados de las ciudades de América, la expulsión de los oficiales de la Marina Real, y el propalar abiertamente los de su partido que contaban con la protección de la Inglaterra para sostener su independencia."
"La Ciudad de Montevideo se decidió abiertamente contra estas ideas, y lo mismo practicó la de Córdoba: únicas principales de que se tenía noticia al tiempo de mi salida: La primera reconoció y juró el nuevo Gobierno de Regencia; y el Tribunal de la Real Audiencia excitó a la Junta para que igualmente procediese la Capital de Buenos Ayres [del virreinato] al expresado reconocimiento con el fin de conservar la unión y dependencia de aquellos Dominios con las Provincias de la Nación que están libres de la Tiranía francesa, evitar la división en asunto tan importante, y calmar los ánimos de los Europeos recelosos e inquietos por las señales que advertían en la Junta y tropas que seguían su causa, de abandonar la de la Nación, y dirigirse separadamente a un sistema de independencia bajo apariencias y simulaciones difíciles de conciliar con sus obras."
Deposición del Virrey Cisneros
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Fuente:
https://www.facebook.com/CLAMOR.X/?fref=nf
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Conmemoración de la batalla de Pichincha en el Templo de la Patria de Quito (Ecuador).
Curiosa la bandera que está en tercer lugar contando desde la izquierda, ¿no?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"(…) los residentes británicos actuaron como grupo de presión para favorecer sus propios intereses y proteger a sus miembros. La primera comunidad británica de Buenos Aires nació en 1806. Las nuevas oportunidades comerciales que ofrecía la invasión de Popham atrajo individuos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda.(…) Los miembros de la comunidad británica en Buenos Aires realizaron principalmente servicios comerciales como negociadores, intermediarios, banqueros y agentes m...arítimos. Una gran cantidad de comercio de importación y exportación pasó por sus manos. A través de su capital comercial, la experiencia y las conexiones con los británicos, se afianzaron en Buenos Aires e influenciaron a la comunidad de esta ciudad en general..."
- Vera Blinn Reber, British Mercantile Houses in Buenos Aires, 1810-1880 (traducido por Francisco Hotz).
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
EL FIN DEL IMPERIO Y SUS MITOS (II)
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En contrapartida a los extensos panegíricos que se introducen en las mentes de los jóvenes americanos; en los libros de texto españoles un hecho tan trascendental como la independencia hispanoamericana se resuelve en un párrafo. Como si todo hubiera ocurrido de un plumazo y no fuera digno de mención. Así se oculta el hecho de que la guerra fue un episodio que duró más de 15 años, que tuvo causas muy profundas, que su naturaleza fue cambiante, que experimentó avances y retrocesos, que fue muy diferente en unos sitios que otros y, sobre todo, que sus resultados explican parte de la situación que América y España viven aún hoy en día.Remarcamos una vez más que se trató de una Guerra Civil americana. Defender el imperio más grande de la historia durante tantos años y a lo largo de tantos frentes no se hubiera podido conseguir más que con el apoyo decidido de grandes capas de la población del Nuevo Mundo. Con todo, en ocasiones la lucha de los realistas fue heroica, porque la situación internacional era claramente desfavorable a los intereses españoles. La todopoderosa burguesía criolla de Buenos Aires, Bogotá, Santiago, etc… unida a la intervención británica tenía muchos más medios económicos que el imperio en sí, lo cual no significa que entre los contrarios a la monarquía no hubiera también un apoyo nutrido de mucha gente descontenta o ilusionada por las nuevas cosas. Por supuesto, los independentistas contaron con guerreros de increíble bravura y genio inmortal, que son sistemáticamente homenajeados y reconocidos en todo momento por las repúblicas que emanciparon.La causa realista también tuvo sus héroes, con ejemplos de virtud y valor dignos de figurar en páginas brillantes de la historia que sin embargo están día de hoy injustamente enterrados de nuestra memoria. Me propongo rescatarlos del olvido para darles el justo reconocimiento que se merecen aquellos que lo dieron todo por una causa tan digna como su contraria.
MÉXICO
El Virreinato de Nueva España incluía México y toda Centroamérica hasta el itsmo de Panamá. Vivió un desarrollo ajeno a las demás corrientes independentistas: la guerra comenzó antes pero acabó pronto. Durante un lustro, mientras Sudamérica estaba entre sangre y fuego, México vivía una relativa paz. La inmensa mayoría de los criollos apoyaron a los realistas. La independencia no la proclamó un masón anglófilo, sino un monárquico católico y tradicionalista como era Agustín de Itúrbide.El movimientohttp://soulguerrilla.com/wp-content/...13-300x361.jpg independentista mexicano tiene oficialmente su origen en el ya citado “Grito de Dolores” del cura Hidalgo, en Puebla. Pero como tantas otras afirmaciones oficiales, no es verdad. Dos años antes, un grupo de criollos desafectos intentaron conspirar en la capital, pero fue un pronunciado fracaso; teniendo que exiliarse en el interior del país para conjurarse. La rebelión de 1810 tuvo una gran acogida por el pueblo, quizás porque, como ya se ha dicho en el capítulo anterior, el levantamiento de Hidalgo fue en nombre de Fernando VII y de la religión católica. En principio, pareciera que los primeros combatientes insurgentes pensaban combatir contra las autoridades virreinales que se habían rendido a Napoleón. Por supuesto, éstas no habían hecho tal cosa, pero tampoco defendieron enérgicamente a la junta de España; en otras palabras: no supieron qué hacer ante el caos; consecuencia de lo cual, la insurgencia lo tuvo muy fácil para venderse como defensora de la monarquía.Eran sobre todo mestizos de clase baja los que conformaron el grueso del ejército levantado por Hidalgo y otros insurrectos, que acudieron a la llamada del resentimiento y la ira contra los terratenientes ricos y los comerciantes. Fue por tanto una auténtica revolución social y no independentista, así, los líderes, como Allende, clamaban a la “aniquilación de los “guachupines” (españoles) pero en la práctica asaltando a cualquiera de tez blanca. Bajo el estandarte de la Virgen de Guadalupe decenas de miles de mexicanos se unieron con inusitado fervor; no sólo combatieron, sino saquearon y quemaron ciudades enteras como Valladolid o Guadalajara, que quedaron arrasadas con el beneplácito de sus caudillos (con la honrosa excepción, hay que decirlo, del cura Hidalgo) Ante estos hechos los criollos de la capital reaccionaron cerrando filas en torno a las autoridades del Virreinato. Al frente del ejército real se puso el brillante militar Félix Calleja, con poca fortuna al principio siendo derrotado por las numéricamente superiores fuerzas insurgentes. El enfrentamiento decisivo tuvo lugar en la localidad de Puente de Calderón en enero de 1811. Los insurrectos habían logrado reunir a más de 100.000 combatientes, una cifra enorme para la época; aunque se tratara de una tropa sin instrucción y mal equipada. Al frente Calleja apenas comandaba unos 6.000 soldados. Contra todo pronóstico, venció el segundo, cayendo la mitad del enorme ejército insurgente en la batalla y dispersándose el resto. Hidalgo fue capturado y ejecutado poco después, concluyendo así la primera fase de la independencia.Los desórdenes causados por los primeros insurgentes provocaron que a partir de ese momento la mayor parte del pueblo rechazara al movimiento independentista, que no volvió a tener tanta fuerza. Por eso la rebelión encabezada por José María Morelos y Mariano Matamoros fue más débil que la primera. En esta fase (1811-1815) pese a algunas derrotas puntuales, las principales ciudades continuaron bajo control de los lealistas. Para intentar granjearse la simpatía de los pueblos indígenas, Morelos y otros caudillos apelaron a las glorias aztecas y a la mitología maya, pero no lo consiguieron. La emancipación, ya se ha dicho hasta el cansancio, ni la idearon, ni la protagonizaron ni laconsumaron los indios. Después de una exitosa campaña insurgente en 1814, El virrey Venegas, considerado blando y liberal, era sustituido por el enérgico y muy capaz Félix Calleja. Además, en España el panorama cambiaba: Fernando VII regresaba al trono español y prometía refuerzos para sus partidarios en América. El regreso de “El deseado” hizo que la sociedad mexicana, muy conservadora y menos influida por el liberalismo que en otras latitudes, afianzara su apoyo a la monarquía. Con sus enérgicas medidas el nuevo virrey iba a propinar una derrota tras otra a sus enemigos: al poco de llegar al poder, Mariano Matamoros fue apresado y ejecutado, acorralando a Morelos con los pocos seguidores que le quedaban. Éste pidió ayuda a la desesperada a James Madison, presidente de los EE.UU por entonces, pero fue desoído. Finalmente, el también novohispano Itúrbide le vencería en batalla y lo capturaría para hacerlo fusilar más adelante, dejando al movimiento descabezado y con muy poca fuerza.Quizá por sus métodos demasiado expeditivos y sanguinarios, en 1816 Calleja era substituido al frente del Virreinato por José Apodaca, oriundo de Cádiz. Este hombre fue renombrado por su elevada clemencia, así, nada más llegar el poder ofreció el indulto a todo rebelde que dejara las armas. Las cédulas de indulto expedidas por el almirante Apodaca en todo el tiempo de su virreinato fueron 60.000, cifra que expresa por sí sola su política. La combinación “poli-malo, poli-bueno” de Calleja y Apodaca tuvo muy buenos resultados. La causa independentista en México parecía liquidada, y sólo unas pocas partidas de guerrilleros seguían desafiando la autoridad virreinal; que en realidad actuaban como bandidos sin bandera, con asaltos, violaciones e inseguridad en los caminos. En 1817, Xabier Mina, un famoso guerrillero navarro que había luchado contra Napoleón, intentó reavivar la llama insurgente al desembarcar con 200 mercenarios norteamericanos en las costas de Veracruz y proclamándose “comandante de la República Mexicana”. Su intentona fracasó estrepitosamente, siendo derrotado, aprehendido y finalmente mandado fusilar. Para 1818 el movimiento independentista en México había desaparecido.http://soulguerrilla.com/wp-content/...-1821.svg_.png¿Cómo es que llegó a consumarse la independencia entonces? Todo cambió merced a los acontecimientos de 1820 en la península. El golpe de Riego en Cabezas de San Juan inauguraba el trienio liberal en España, lo que causó conmoción en Nueva España, donde los partidarios del absolutismo eran mayoría. El virrey Apodaca, muy a disgusto hubo de aplicar la constitución de Cádiz. Esto provocó que los reaccionarios mexicanos se aliaran con los escasos insurgentes que quedaban en la llamada “Conjuración de la profesa” para asegurarse el mantenimiento de la religión católica como oficial, evitar la infiltración de la masonería y otras contundentes medidas propias del absolutismo. Esta conjuración estaba liderada por Agustín de Itúrbide, el mismo que había aplastado una y otra vez el movimiento independentista. Se puso al frente del ejército llamado “Trigarante”, con más de 20.000 hombres, y avanzó hacia Ciudad de México. Nadie le detuvo: se estima que habían muerto más de 250.000 personas en Nueva España después de más de diez años de lucha, por lo que es de estimar que las gentes estaban hartas de guerra y deseaban la paz a cualquier precio. También las autoridades españolas querían evitar más sangre. Vicente Guerrero e Itúrbide propusieron el Plan de Iguala, que consistía en convertir a México en un estado independiente bajo una monarquía con un borbón al frente y ligándose de manera indisoluble a España, que además podría conservar ciertas posesiones en el continente. Pero se toparon con el carácter cerril de Fernando VII y el fanatismo del gobierno liberal en Madrid. Avanzaron entonces para atacar, pero como los representantes de la corona (encabezados en ese momento por el irlandés O´Donojú) sabían que no contarían con el apoyo del pueblo por mucha constitución que tuviesen, decidieron finalmente pactar con los trigarantes la independencia definitiva. Así, de un plumazo, sin batallas, sin revoluciones y sin gritos; México se convirtió en un imperio independiente. Está claro que de no ser por el golpe de Riego, México, si bien se hubiera independizado tarde o temprano, no lo hubiera hecho entonces ni de esa manera. Quizá mediante una independencia pactada mucho más ventajosa para ambas partes, como la del Plan de Iguala, que desafortunadamente no se pudo conseguir.La historia no acaba aquí, pues los acontecimientos de 1824 ocurridos en México parecieron abrir una ventana de oportunidad a España para intentar la “reconquista” del virreinato. La caída del Imperio de Itúrbide provocó una enorme inestabilidad en la naciente república, que tuvo hasta un conato de guerra civil. A sabiendas de los planes del gobierno de Madrid, los mexicanos trataron de enviar una flota para hostigar la isla de Cuba ; pero la operación resultó un fracaso y la marina mexicana perdió la mayor parte de sus buques en sucesivas batallas a lo largo de 1828. Al año siguiente, Fernando VII ordenó atacar México con el ejército que la historia ha denominado “Expedición Barradas” por estar al mando del general canario Isidro Barradas Valdés, un intento de “reconquista” quizá muy ingenuo dada la escasez de tropas (apenas 3.000 hombres) mal planificado y peor ejecutado. Quizá el método de la violencia fue contraproducente para ganarse el apoyo del pueblo mexicano a la corona, que aún existía. Barradas y sus hombres desembarcaron para tomar la importante ciudad de Tampico, pero el ejército mexicano se movió rápidamente al mando del general Santa Anna y, reuniendo una tropa muy superior, procedió a atacar a los españoles. Así se libro el combate del Fortín de La Barra, el último choque militar de la expedición y de la historia de la independencia mexicana, ocurrido en el transcurso de la noche del día 10 y la mañana del 11 de septiembre de 1829. Fue una victoria española obtenida con una gran inferioridad numérica, pero la situación insostenible al no recibir refuerzos desde Cuba les obligó a capitular, con honrosas condiciones. Así se retiraron las últimas banderas españolas de tierras mexicanasPor su parte, Centroamérica pasó a ser posesión del Imperio Mexicano, hasta la disolución de éste en 1824. Entonces se proclamó la independencia, lo que no ocurrió a cargo de ningún americano sino del vizcaíno Gabino Gaínza, brigadier del ejército español, que cambió de bando in extremis y se invistió presidente de la Confederación Centroamericana. Pocos años después esta débil unión se rompió en la constelación de mini-estados que conocemos hoy, la mayoría de los cuales viven entre la inestabilidad, la pobreza y la dominación yanqui. Al contrario que en el resto de América, donde los libertadores han sido deificados, en las repúblicas de Nicaragua, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Guatemala esto no ocurre porque, simplemente, no los tuvieron. Sus territorios se corresponden con las antiguas audiencias reales y su independencia no se debe a otra cosa que a una decisión puramente administrativa, carente de reivindicación popular alguna.La república mexicana utiliza con fines reivindicativos el mito del México ancestral originario, como atestigua la figura de la serpiente emplumada de los aztecas en el escudo nacional. Curiosamente, esa defensa del indígena del pasado (que dejó de existir con la conquista española) no se complementa con una defensa del indígena presente, que vive en muchas ocasiones marginado y discriminado. Cuando Emiliano Zapata inició sus reclamaciones dentro del marco de la revolución mexicana, lo hizo exigiendo que se reconozcan los títulos de propiedad sobre las tierras otorgados por la corona española y que se pasaron por el arco del triunfo los caciques del México independiente que se apropiaron de dichas tierras comunales.Agustín de Itúrbide:
Itúrbide, oriundo de la ciudad mexicana de Valladolid, era hijo de un acaudalado comerciante español y una criolla; fue durante toda su vida un hombre de profundas convicciones tradicionalistas en contra de las nuevas ideologías que sacudían al Viejo y el Nuevo Mundo. Como sintiera desde muy joven la llamada de las armas, se unió al ejército real de la Nueva España, al que servía con el grado de teniente cuando comenzó la revolución de Hidalgo.Desde el comienzo de la guerra combatió con encono a los insurgentes, y fue recompensando por su audacia militar siendo ascendido a comandante en muy poco tiempo. Durante una de las primeras campañas en el norte del país, fue rodeado por las tropas de Hidalgo e invitado a unirse al movimiento insurgente. Pero a pesar de estar en una posición débil, al mando de apenas 600 hombres, se negó a cambiar de bando y procedió a defenderse con bizarría, logrando salir con vida para participar poco después en la decisiva batalla de Puente de Calderón. Allí se convirtió en la mano derecha del que a partir de 1813 sería Virrey de la Nueva España, Félix María Calleja. En la campaña posterior de 1811-1814, Agustín Itúrbide llevó el mando de los ejércitos realistas, y fue la pesadilla de Morelos y demás insurgentes, a los que venció una vez tras otra. En su hoja de servicios relumbran Puruarán, donde venció a Matamoros para después mandarlo ejecutar, y las Lomas de Santa María; donde destrozó la tropa de Morelos, siendo éste también ejecutado al poco. Los realistas habían triunfado e Itúrbide era el hombre fuerte de la Nueva España, aclamado por doquier, sirviendo con lealtad primero a Calleja y después al siguiente virrey Apodaca.Como ya se ha comentado, los acontecimientos de 1820 en España le alteraron sobremanera. Ahora, la Madre Patria, caída en las garras de su tan detestado liberalismo, ya no era el referente de la defensa de la religión católica y la monarquía absoluta como era hasta entonces. Pensó entonces en encabezar un movimiento para conseguir una independencia pactada, respetando la monarquía española pero permitiendo dirigir sus propios asuntos. Quizá veía que la dominación de Madrid era ya inviable, como por otra parte ya había vislumbrado el conde de Aranda décadas antes. Además, con este golpe de mano atraería a los pocos insurgentes que quedaban hacia las ideas tradicionalistas. Al mando del ejército trigarante (por tres garantías: independencia, unión y religión católica) llegó a capital de México sin violencia y allí se proclamó emperador de México. Fue un régimen monárquico de ideología católica y conservadora, completamente opuesta a las demás repúblicas nacientes de América. Sólo dos años duró su imperio, pues fue depuesto por una conjuración de republicanos masones, los cuales por poco no perdonaron la vida a Itúrbide, mandándolo al exilio en Europa. Años más tarde trató de regresar pensando que podría recobrar el apoyo popular, pero nada más volver a pisar tierra mexicana fue apresado y mandado fusilar por los mismos que en su día le habían proclamado caudillo de la independencia.En México no hay monumento a este hombre ni se cuenta entre los llamados “próceres”. No se hacen películas ni homenajes públicos. Les da vergüenza porque Iturbide era realista, borbónico, ultramontano y ultrarreacionario Todo lo contrario a las masónicas y anglófilas élites mexicanas. Por eso prefieren enseñar mitología y no contar la verdad, porque les duele. En México se reverencia a Hidalgo y Morelos como libertadores, pero es una falsedad. Estos hombres encabezaron un movimiento popular aplastado por Itúrbide, quien los mando ejecutar.Y como gran paradoja para finalizar: quien proclama la independencia es el mismo hombre que aplastó el movimiento de independencia: Agustín de Itúrbide.
COLOMBIA, VENEZUELA Y ECUADOR
Los territorios de estos tres estados modernos formaban parte del Virreinato de Nueva Granada. La guerra en la región fue durísima y despiadada; duró 13 años (1810-1823) se cobró la vida de decenas de miles de personas y arruinó la economía y el comercio local.Luego de la proclamación de autogobierno, la poderosa burguesía criolla de Bogotá y Cartagena pudo montar un gran ejército para servir de brazo armado a sus aspiraciones. Bolívar (alma de la rebelión) Nariño, Jorge Tadeo Lozano y otros insurrectos se las prometían bien felices, dado el estado de desgobierno en el reino y la ocupación napoleónica de España. Sin embargo, la respuesta del pueblo llano no fue tan favorable como esperaban, siendo, en ocasiones, claramente partidaria de la monarquía. La persecución contra los “españoles” y todo afecto a la corona fue terrible; si bien las represiones de los realistas no se quedaron atrás. Otro grave problema de los revolucionarios fue su extrema división. De haber sido una “Guerra de liberación patriótica” como sugiere la propaganda nacionalista, todos hubieran ido a una contra el “opresor español”. Todo lo contrario: una auténtica constelación de caudillos que cambiaban de bando en cuestión de semanas, llevados por la ambición de poder personal y riquezas. Cartagena busca ser independiente de Bogotá, los revolucionarios de Venezuela se declaran independientes, en la capital se crea el “estado de Cundinamarca” presidido por Antonio Nariño; mientras, gran parte de las comunidades, incluidas muchas indígenas, se declaran fieles al rey (por ejemplo, la región de Pasto, de mayoría indígena y mestiza, fue férreamente realista hasta mucho después del final de la guerra) En 1811 los principales insurrectos, con Bolívar al frente, crean Las Provincias Unidas de Nueva Granada en unhttp://soulguerrilla.com/wp-content/...2016/05/35.jpg intento por unir a la fuerza el sueño de la Gran Colombia, comenzando así una brutal guerra civil entre centralistas y federalistas. En Quito no se quieren dar por enterados. Proclaman su propia junta, mientras el representante de la corona, el oscense Javier Urlés, con 86 años en aquél momento, es brutalmente apaleado hasta la muerte por los autodenominados “patriotas”.Para 1813, Bolívar parece imparable tras vencer en una serie de brillantes campañas. Pero el signo de los acontecimientos comenzó pronto a cambiar. Basándose en la gran parte de la población y del territorio que era leal a la corona, los realistas emprenden una contraofensiva general. En Venezuela, el general español José Tomás Boves levanta de la nada una fuerza compuesta por mulatos y mestizos en la región de los Llanos. Confiado por sus superiores fuerzas, Bolívar marcha a su lucha, pero el ejército del “libertador” es masacrado en la batalla de la Puerta (junio de 1814) escapando apenas él mismo y pocos más, teniendo que refugiarse en Jamaica. Caracas vuelve a manos realistas tras 4 años.Lo mismo ocurrirá en el resto del Virreinato al año siguiente. En la península, la guerra de la independencia ha terminado y el restablecido Fernando VII pretende recobrar por la fuerza todos los territorios en rebelión. A pesar de la devastación bélica y de la ruina financiera de España, se hace posible el envío de una gran expedición al mando del general Pablo Morillo. Son 10.000 soldados en 120 buques, el refuerzo más grande que llegó a América desde Europa durante toda la guerra. A pesar de sus medios limitados, esta expedición es suficiente para aplastar militarmente la rebelión. A finales de 1815, la real marina sitia Cartagena de Indias, la fortaleza que Blas de Lezo mantuviera inexpugnable 70 años atrás, que esta vez cae en manos españolas. Unos días después Morillo ocupa Bogotá; y poco más tarde, el cántabro Juan Sámano, mariscal de campo de los ejércitos de su majestad, vence de manera aplastante a los insurrectos de Quito en las Cuchillas de Tambó y restablece el virreinato en el territorio. Este período lo denominan los historiadores colombianos con el incorrecto término de la “Reconquista española”. Las autoridades virreinales castigaron con fuerza a la élite criolla partícipe del proyecto independentista, dejando a un lado al pueblo llano, considerado como títere de esta élite. Como ocurría también en México, pareciera que para mediados de 1816 la causa insurgente había sido totalmente sofocada.
No era esto verdad en modo alguno. Fernando VII ordenó la máxima dureza y los militares cumplieron las órdenes, desatándose una gran represión que reavivó con fuerza los odios y rencores preexistentes. Fue sin duda un gravísimo error, que cuando se quiso rectificar, era ya irreversible. Bolívar regresa a Venezuela y emprende la llamada “guerra a muerte”, un período caracterizado por la violencia extrema por parte de ambos bandos que devastará la región. Algo que nunca se leerá en un libro de historia oficial hispanoamericano es que Bolívar fue responsable de romper varias veces el armisticio entre los bandos y cometer las peores masacres de la historia de Venezuela. Sus fuerzas se hacen cada vez más fuertes, generosamente ayudado además por Gran Bretaña. Morillo es capaz de vencer a Bolívar por segunda vez en La Puerta (junio de 1818) retrasando dos años la toma de Caracas. Pero tras otra serie de campañas, y con Morrillo de regreso a España, se suceden un rosario de victorias independentistas como Bocayá (1819), Carabobo (1820) y Pichincha (1821) tras las cuales los realistas comienzan a retirarse.Sin refuerzos poco pudieron hacer contra una fuerza enemiga creciente. En enero de 1820, la expedición punitiva más grande que se organizó, con 20.000 soldados, no pudo partir debido a la rebelión de Rafael del Riego. Si aquella expedición hubiera tenido lugar finalmente, sin duda hubiera supuesto un duro revés para los independentistas, aunque quizá sólo para prolongar la agonía del virreinato quizá unos años más hasta su ya inevitable final. En 1823 cayó Maracaibo, el último reducto realista en la región.No obstante, la última resistencia realista en Colombia la protagonizó el caudillo mestizo Agustín Agualongo. Al frente de una partida de indios y desharrapados de la región de pasto, fue el terror de la naciente república colombiana hasta su captura, tras la cual fue fusilado. Se cuenta que gritó al pelotón que le ejecutaría:“¡viva el rey!”. Comenzaba así la Gran Colombia, el sueño de Bolívar. El nombre de esta nueva república no era casual: sus creadores Reivindicaban a Colón(Colón – > Colombia) Para que se enteren los chavistas y sus amigos coleteros de España.Pablo Morillo:
Natural de Zamora (1775 – 1837) Morillo fue de esos hombres nacidos para la milicia,de acción, pocas palabras y enorme heroísmo; nacido en una familia humilde pero que llegó por propios méritos a ser la autoridad militar española de mayor rango en América. Primero se enroló en la armada, sirviendo en todas las batallas famosas de la época (San Vicente, Trafalgar) para posteriormente pasar al ejército, donde siguió acumulando méritos. Al llegar la invasión napoleónica, Morillo se apuntó rápidamente a la resistencia, desde la periferia logró contener el avance francés durante un tiempo. Ya era coronel, con 34 años, cuando dirigió sus tropas en la batalla de Puentesampaio (Galicia) en 1809, quizá la más exitosa de su carrera. Los españoles mal pertrechados y en inferioridad numérica, asestaron un golpe letal a una tropa de la todopoderosa Grande Armeé, dirigida por el reconocido mariscal Ney. Los invasores hubieron de abandonar Galicia, que fue la primera tierra española liberada del dominio francés. En la decisiva batalla de Vitoria (1813) Morillo estuvo también, al mando de una de las tres alas del victorioso ejército español.Morillo era ya el militar español más popular y renombrado, pero su nombre iba a hacerse aún más famoso con su participación en la Guerra de Independencia de Nueva Granada. Al regreso de Fernando VII al trono, fue nombrado por el rey como Capitán General de Venezuela. Aunque el poderío de la marina real no era ni la sombra de lo que había sido, España fue capaz de organizar una poderosa flota para auxiliar a los realistas de América, que contaba con varios navíos de línea y cientos de buques de transporte. Poco más de 10.000 soldados fueron los alistados para la expedición, la cual pasará a la historia con su nombre de “Expedición Morillo”.La llegada de Morillo y sus hombres fue el golpe de gracia a la segunda intentona revolucionaria colombiano-venezolana, ya tambaleante en aquél momento. Con la caída de Bogotá a finales de 1815 casi todo el territorio del Virreinato vuelve al dominio real. Morillo trató de ser clemente en un principio, pero por la traición de un grupo de líderes a los que había conmutado la pena de muerte,no vio otra salida que imponer su autoridad con extrema violencia. Ya se ha dicho arriba como finalmente no pudo contra el creciente poderío independentista a pesar de ser de los pocos que logró derrotar a Bolívar en batalla. Justo antes de su regreso a España, firmó con el caudillo rebelde el “Tratado de regularización de la guerra” que, aunque fue incumplido por Bolívar reiteradas veces, supuso un hito en el trato humanitario entre ejércitos. Porque pese a que las órdenes de Fernando VII y las conjuras de los independentistas, circunstancias que le obligaron a actuar con dureza, en el fondo Morillo debió ser un hombre bondadoso, como demostró tras derrotar a Bolívar en La Puerta al declarar:“Sálvense a los prisioneros y respétense sus vidas”
Algo que no tenía porqué hacer y que tenía prohibido en teoría, pero que vio necesario para parar la locura de muerte y sangre en la que se había sumido aquella parte de la bella América. Fue quizá su última orden antes de volver a España en 1818. De mentalidad absolutista, Morillo fue maltratado y degradado en el cargo por el gobierno del trienio liberal. Pero en 1824 fue justamente restituido tras participar en la restauración absolutista. Sus problemas de salud le hubieran obligado a salir del servicio activo, pero fue requerido una vez más para luchar, esta vez en la Guerra Carlista, al mando de un contingente gubernamental. No llegó a ver el final de esta guerra y murió en Francia, en 1837, donde trataba de recuperarse con baños termales de una grave enfermedad. Terminaba la vida de un hombre del que se no se conserva ni un sólo testimonio en su contra por parte de aquellos que lo conocieron. Y tal como reza una inscripción en un monumento de su ciudad natal:“tan rico en honores, como pobre en hacienda, hasta el punto de no poder, a su muerte, otorgar la dote de viudedad a su mujer, habiendo consagrado toda su vida a su patria y al servicio leal y desinteresado al Rey, que tan mal le pagó”
José Tomás Boves:
La vida del asturiano Boves (Oviedo, 1782- Batalla de Urica, 1814) da para inspirar películas, y de hecho inspiró un filme venezolano hace unos años. En el país en el que murió es una figura muy reconocida pese a ser parte de los leales a la corona (incluso Chávez lo mencionó en alguna ocasión) lo que contrasta con el absoluto olvido de su memoria en su patria natal.Nació en una familia pobre, y como se había quedado ya desde niño huérfano de padre, no tuvo más remedio que buscarse la vida muy joven. Tras cursar estudios básicos en el instituto de Naútica y Mineralogía que Jovellanos fundara poco antes, en Gijón; se enroló en la marina prestando servicio en diversas embarcaciones. Pero no mucho después fue acusado de contrabando y un tribunal militar lo mandó exiliado a Puerto Cabello, en la que por entonces era Capitanía General de Venezuela. Una vez allí, se trasladó a la región de los Llanos, una tierra dejada de la mano de Dios donde casi no había españoles y la mayor parte de los habitantes eran negros o mulatos. Se casó con una mulata llamada María Trinidad Bolívar (enorme paradoja) y allí vivieron en paz hasta el estallido de la rebelión independentista.En un principio colaboró con la causa de los insurrectos, prestándoles apoyo financiero. Sin embargo, por motivos que se desconocen, fue declarado traidor por la junta de Caracas; entonces, los insurrectos saquearon e incendiaron el negocio de Boves para posteriormente asaltar su domicilio, donde asesinaron a su mujer delante de sus propios ojos. Fue apresado, pero, en uno de esos espectaculares giros que da la historia, poco antes de su fusilamiento, un batallón realista al mano del teniente Monteverde liberó a Boves de calabozo. No nos debe extrañar que a partir de ese momento Boves viviera con el deseo de venganza permanente sobre sus antiguos “socios”; con lo cual se unió a la tropa española que asaltaría Caracas en el verano de 1812, acción que puso fin a la Primera República de Venezuela. La rebelión parecía sofocada y boves era ascendido a comandante. Pero la guerra iba a reiniciarse muy pronto…La Segunda República de Venezuela (1813-1814) fue proclamada con un caudillo de talla a su frente: Simón Bolívar. Mientras tanto, Boves volvía a los Llanos, a la tierra que le vio llegar al Nuevo Mundo y donde forjó su familia. Poco podía pensar Bolívar que su mayor quebradero de cabeza iba a ser aquel humilde asturiano, liberado por poco, que carecía de medio alguno para detener la revolución. Porque en un principio parecía que nadie podía pararla. Todos los comandantes realistas fueron vencidos y sus ejércitos dispersados, en una campaña rápida y tenaz. Sólo quedaban los Llanos por ocupar. Nada se sabía de Boves, pareciera que durante aquellos meses se lo hubiera tragado la tierra…¿Qué había pasado?El asturiano no había parado en todo ese tiempo. A falta de cualquier ayuda de España o incluso de América, tuvo que ingeniárselas sólo. Entonces convocó a los llaneros, mulatos y negros muy pobres en su inmensa mayoría, y les dijo “Muerte a los blancos” . Él, por supuesto, era blanco; pero con esta consigna apuntaba directamente sobre los criollos terratenientes que se habían sumado a la rebelión, acusándoles de provocar las carestías y los desastres que los llaneros experimentaban en sus carnes. No fue difícil convencerlos. Así, en muy poco tiempo Boves se puso al frente de una enorme fuerza de desharrapados que, sorprendentemente, se convirtieron en un magnífico ejército. Bajo la bandera rojigualda y un estandarte de fondo negro con una calavera (como hiciera el legendario general carlista Ramón Cabrera años más tarde) los llaneros llevaron a cabo una guerra de guerrillas devastadora que puso en jaque a la naciente república. Pronto se hicieron famosos y temidos por sus métodos crueles, entre los que se incluía arrasar pueblos enteros y exterminar a sus habitantes, método en el cual sus adversarios no se quedaron atrás. En pocos meses Boves se hizo dueño y señor de la mitad del territorio venezolano.Alarmados, los miembros de la junta de Caracas enviaron a la mejor de sus fuerzas con la esperanza de sofocar a la rebelión realista que amenazaba sus excelsos patrimonios y sus gargantas. 10.500 soldados bien armados y pertrechados al mando del gran Bolívar, el que cual pensaba que sería una victoria fácil, teniendo en cuenta que se enfrentaba a una tropa de milicianos que carecían de armas de fuego. Pero se equivocó totalmente: en junio de 1814, cuando los dos ejércitos se encontraron en un lugar llamado La Puerta, los 8.000 jinetes de Boves se dirigieron a galope contra las huestes de la Junta. La carga de los lanceros, sin un sólo gramo de pólvora, es aún hoy motivo de estudio en las academias militares de medio mundo por su tremenda efectividad: Bolívar y sus hombres fueron absolutamente barridos en unos pocos minutos. Fue el mayor desastre militar del celebérrimo prócer venezolano, pues su ejército fue aniquilado; apenas sobrevivieron unos cientos y él mismo salvó el cuello por muy poco. La situación había dado un vuelco total y los realistas podían acometer la ofensiva, en la cual, por supuesto, Boves y sus ya célebres llaneros tuvieron el papel principal. Al poco llegó un pequeño refuerzo de España dirigido por el comandante canario Morales. Éste unió sus fuerzas a las de Boves y se dirigieron a combatir a las últimas tropas del ejército revolucionario, que alcanzaron en la localidad de Urica, lugar donde se libró la última batalla. Fue otra victoria aplastante y de hecho, puso fin a la segunda república venezolana. Pero los Llaneros sufrieron la pérdida de su legendario comandante. Boves murió al recibir un lanzazo en pleno pecho. Su cuerpo fue enterrado con honores y con el dolor de unos hombres que causaron estupor en el mundo entero gracias a él.Se le conocía como El urogallo (ave autóctona de Asturias) o el León de los Llanos. Hoy en día se pone en tela de juicio su lealtad a España y a la causa realista. Hugo Chávez declaró que Boves realmente no era realista…¿Por qué lo dijo? Quizás porque Boves es, aún hoy, un personaje admirado en Venezuela y especialmente en su región de los Llanos. Quizás por no querer aceptar que hasta 1815, por lo menos, la mayoría de los venezolanos eran monárquicos y el conflicto vivido no fue uno entre países sino una guerra civil donde España simplemente auxilio a esa mayoría. Y quizás porque, si Boves combatió con tanto encono, fue por el crueldad extrema conque fue tratado por los “próceres venezolanos”. No en vano fue la sed de venganza por la muerte de su mujer el motor de su inigualable bizarría.
EL FIN DEL IMPERIO Y SUS MITOS (II) | Soul Guerrilla
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
UNA PROPUESTA PARA HUMILLAR A ESPAÑA
“A Proposal for Humbling Spain”; con tal alevosía se tituló este manuscrito de 1711 publicando veinte años después en Gran Bretaña a precio de tan un sólo chelín. Fue escrito por un alto cargo británico que viajó a diferentes lugares del continente americano y poseía información privilegiada, se rumorea que pudo ser John Pullen, gobernador de las islas Bermudas por aquel entonces.
Dentro del mismo se comentan las maravillas de la región del Rio de la Plata y del Reino del Perú, así como la felicidad de sus habitantes que nadaban en rica abundancia; “La fertilidad de este feliz país excede de la creíble. Sus ricas llanuras, que son las mayores del mundo, de cincuenta y algunas de 60 leguas de circunferencia, están tan cubiertas de ganado que no pueden creerlo sino aquellos que lo pueden ver” (…) “Las perdices son a penique la pieza y que la carne de vaca, ternera, cordero, liebre, conejo, pollos, aves salvajes, etc., etc., valen proporcionalmente y en cuanto a la saludable del clima que corona todas las bendiciones, no es excedido por nada en la superficie del globo y por esta razón fue llamada Buenos Aires.”
Esta prosperidad y riqueza provenía de las minas del Bajo Perú (hoy Bolivia), pero no solo de ellas pues la unión de la América Española funcionaba como un sistema en el que cada parte del mismo tiene su vital importancia. Por ejemplo los trabajadores de las minas, -que pese a lo que se cree no estaban en régimen de esclavitud pues descansaban en domingo y les eran pagados todos los jornales los que no podía exceder de las ocho horas diarias-, necesitaban la carne de vacuno de las tierras gobernadas por Buenos Aires, pero aun era más importante la yerba del Paraguay; el licor con la infusión de esa hierba en agua caliente endulzada con azúcar era aquella bebida casi milagrosa que daba las fuerzas necesarias para el trabajo en las minas de Chile y Perú sin lo que no hubiera sido posible la extracción de metales. Hoy estos países citados son repúblicas que se dan la espalda.
Igualmente en caso de invasión los virreyes tomaban cartas en el asunto estableciendo ejércitos desde cualquier punto por muy alejado que sea para enviarlos en ayuda. El autor se lamenta de la siguiente forma de que esto no ocurriera en las colonias británicas de Norteamérica, el embrión de los que ahora es Estados Unidos; “Me irrita y me preocupa el observar que en nuestras colonias contiguas al continente, esta falta de previsión; porque estoy seguro que si una fuera atacada por el enemigo, el gobernador de la siguiente, a pesar de estar bien dispuesto, encontraría como la cosa más difícil imaginable, el juntar 500 hombres para marchar a la ayuda de sus vecinos, a pesar de que estuvieran seguros de ser ellos los próximos.”
La ruta comercial hasta Chile y Perú, que es en lo que se hace especial énfasis en esta propuesta para humillar a España, se iniciaba por mar desde Cádiz (España) hasta Porto Vello (Panamá), allá desembarcaban las mercancías y tras atravesar el istmo en carros tirados por animales de carga volvían a embarcarlas ya en el océano Pacífico y con el viento normalmente en contra hasta el Callao (Perú), desde ahí una parte se iba en dirección Manila (Filipinas) y otra al puerto de Arica (Chile), una vez ahí se volvía a desembarcar la mercancía que se trasladaba unas 150 millas hasta Potosí (Bolivia). Y el camino inverso hasta Cádiz se realizaba siguiendo el mismo itinerario desde la Villa Imperial de Potosí, consideraba la ciudad más española de Sudamérica con mayor importancia aún que el Paris, el Berlín o el Londres de aquella época
Una vez explicada la ruta comercial escogida por los españoles, en el manuscrito se recalca los motivos por los que no navegaban por el rio de la Plata y después tomaban un llano y placentero camino de sesenta días que había hasta Potosí, ya que era mucho más rápido y menos costoso por esa otra ruta. Esta elección era debida que si se abandonaba la ruta habitual la economía de todas las poblaciones intermedias desde Panamá al Bajo Perú decaería de forma considerable afectando también a la importante industria textil de Quito (Ecuador), se abandonarían pueblos y ciudades quedando el territorio debilitado para posibles invasiones de potencias enemigas de España. De modo que la ruta del río de la Plata sólo la consideraron como un plan B para burlar a los enemigos en el caso de que se tomara los puertos de Porto Vello o Cartagena de Indias (Colombia) bloqueando así la ruta comercial. Así pues, y aunque el documento esté lleno de las típicas descalificaciones a los españoles como avaros, necios y perezosos, al llegar a este punto el autor no puede evitar hacer un breve elogio; “Debe admitirse que los españoles han procedido, en el asunto en debate, con buen juicio”.
De modo que, analizando el autor esta situación, la propuesta para humillar a España era apoderarse de la ruta rioplatense invadiendo Buenos Aires y apoderándose de las plantaciones de hierba del Paraguay, de ese modo la maquinaria económica de las Indias Occidentales Españolas quedaba paralizada y los españoles estarían obligados a comerciar con ellos, decidiendo los ingleses el precio en oro y plata que quisieran para proveerles de su ansiada yerba.
Algo importantísimo de este documento es que, aunque escrito en 1711, deja claro que no hay fecha exacta para la consecución del objetivo, luego no importaba cuando se lograra, lo relevante era lanzar la propuesta a la sociedad para que quedara bien impregnada en el imaginario colectivo inglés, a ello se debe el bajo precio del librito a tan sólo un chelín para darle la mayor difusión posible. Entonces así se confiaba en que algún día se llegara a hacer real una propuesta similar aunque pasaran décadas tras la publicación de este título. Lo cierto es que a raíz de ahí es cuando empieza el interés geopolítico, estratégico y comercial por la zona, con dos intentos de invasión de Buenos Aires al final del Virreinato, la firma de tratados de exclusividad británica para navegación por el interior del país durante Las Provincias del Rio de la Plata, avasallamientos políticos y económicos unidos al acto de ocupación ilícita de las islas Malvinas durante la Confederación Argentina… y así podríamos estar nombrando hechos hasta nuestros días.
El cónsul inglés en el Plata, Woodbine Parish, describía en 1837 a un recio gaucho de las pampas: “Tómense todas la piezas de su ropa, examínese todo lo que lo rodea y exceptuando lo que sea de cuero, ¿qué cosa habrá que no sea inglesa? Si su mujer tiene una pollera, hay diez posibilidades contra una que sea manufactura de Manchester. La caldera u olla en que cocina, la taza de loza ordinaria en la que come, su cuchillo, sus espuelas, el freno, el poncho que lo cubre, todos son efectos llevados de Inglaterra” (Woodbine Parish, Buenos Aires y las Provincias del Río de la Plata, Buenos Aires, 1958). Argentina recibía de Inglaterra hasta las piedras de las veredas.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
'SANTIAGO DE LINIERS' 2012-05-17
Qué virrey
Horacio Vázquez-Rial
http://s.libertaddigital.com/fotos/n...al-liniers.jpg
Un documento inédito justifica un libro de historia. Quince lo hacen inevitable, puesto que sería deshonesto por parte del historiador mantener oculto un tesoro que pertenece a la humanidad. Esas quince cartas de Santiago de Liniers a su padre y hermanas están en mi poder por un generoso acto de amistad y confianza.
Las cartas inéditas a las que me refiero fueron transcriptas y preparadas para su publicación (que no se realizó) por el general Louis Du Roure en 1995, con el título Jacques de Liniers, vice-roi de la Plata, par sa correspondance à sa famille: la Asociación Jacques de Liniers, de Orleans, las cedió para esta obra y Javier Liniers Bernabeu, amén de ser nuestro generoso intermediario, ha tenido a bien traducirlas para su empleo en el presente volumen.
La transmisión de esos documentos se realizó por la vía del hermano mayor del virrey, como explica Du Roure en la introducción a su recopilación:
El mayor, Santiago Luis Enrique, que fue coronel de infantería, caballero de San Luis, poeta y músico, dilapidó su fortuna. Antes de la revolución recorrió España, Inglaterra y Portugal y más tarde la Argentina, donde murió en 1809. Se casó el 26 de Abril de 1781 con Charlotte-Marie-Félicité Le Normand d'Etioles. Ellos son los abuelos en 4ª generación de mi esposa, que es la propietaria de las diferentes cartas (creo que no publicadas) en las que me apoyo para hacer este trabajo.
La tarea que se impuso Javier Liniers Bernabeu como traductor de esas cartas, con el único fin inmediato de contribuir al presente libro, fue enorme. Y no estuvo exenta de dudas y temores, superados por último en el curso mismo de la labor. En el prólogo que escribió para esa versión, que sólo existía hasta hace unos meses en soporte digital y en impresiones para uso privado –luego, el propio Liniers Bernabeu hizo una edición bilingüe muy reducida de los documentos–, dice:
Debo confesar que, como descendiente directo de Santiago Liniers, sentí algo de miedo al empezar a leer la correspondencia personal de mi antepasado por si pudiera desprenderse de su contenido alguna sombra de duda sobre la rectitud de su conducta, pero, a medida que fui avanzando en la lectura, se fueron despejando mis temores al comprobar que todo lo que había sabido de él a través de sus biógrafos y, sobre todo, por su hoja de servicios militares, se confirmaba e incluso se acrecentaba todavía más. Es de destacar, en este sentido, la que se puede considerar su última carta, enviada a su suegro, Martín de Sarratea, el 10 de julio de 1810 y que se puede considerar un verdadero testamento ideológico, dada la proximidad de su fusilamiento, en el que resume su vida y sus principios. En este texto, auténtico monumento a la lealtad, despeja definitivamente todas las suspicacias que, derivadas de su condición de francés, alimentaron su absurda sustitución en el virreinato por un personaje, Hidalgo de Cisneros, que, al contrario que él, verdadera pesadilla del expansionismo inglés, había sufrido la gran desgracia de haber caído batido por la armada británica en la trágica batalla de Trafalgar, de donde salió milagrosamente con vida cuando mandaba el Santísima Trinidad, buque insignia de la armada española [...]
La existencia de las cartas que he traducido al español ha sido conocida por mí hace muy poco tiempo gracias a la asociación Jaques de Liniers, con sede en Orleans, que me ha entregado el gran trabajo realizado por el general Louis Du Roure al transcribir a máquina de escribir los originales que obran en poder de su mujer, que es descendiente directa del hermano mayor del virrey, el Conde de Liniers, que aparece repetidamente en los escritos. El trabajo, en el que me ha ayudado y supervisado Dominique Hardy, ha sido lento y árido, sobre todo en su primera parte, por haber trascrito literalmente Louis Du Roure dichas cartas con el fin de resaltar el "francés pintoresco" en el que escribía nuestro personaje. La verdad es que agradezco sinceramente que el general haya realizado la inestimable labor de pasar a un francés legible la segunda parte de las cartas, pues de otra manera creo que no habría sido capaz de terminar la traducción.
Espero que la difusión de estas cartas [...] no supongan variación alguna en la trayectoria de nuestro personaje, y sí puedan servir para avanzar en el conocimiento de la figura de Santiago de Liniers y para aclarar definitivamente muchos de los acontecimientos que tuvieron lugar y le afectaron a él durante su vida; sobre todo, en los años anteriores a las invasiones inglesas. También considero que resultan sumamente interesantes a la hora de comprender las dificultades que soportó nuestro personaje durante las diferentes etapas de que se compone su enmarañada existencia y cómo se sobrepone, con la gran fe que le caracteriza, a los reveses sufridos en su patria adoptiva y a la sensación de soledad que le sobreviene en muchos momentos por la lejanía de su familia y su tierra natal. Confío igualmente en que todo esto pueda contribuir al enaltecimiento de su persona, no solo en Argentina, sino también en España, país al que sirvió sin fisuras y, por qué no, en Francia, de donde procedía con su gran carga de nobles virtudes que le granjearon el apelativo de "el último caballero" otorgado por alguno de sus biógrafos.
***
Todo nuevo relato de acontecimientos que ya han sido narrados supone, a la vez que una reiteración, una superación inclusiva y un incremento de información –en caso contrario, no tendría sentido emprender la tarea– y una crítica de los precedentes, que en el caso de Liniers no son demasiado abundantes: tanto la biografía del gran hombre escrita por Paul Groussac (1907) con prosa inimitable como las publicadas por Exequiel César Ortega (1944) y por Bernardo Lozier Almazán (1989) son, cada una en su medida, grandes contribuciones. No olvido la primera, Biographie de Jacques de Liniers, Comte de Buenos-Ayres & Vice-Roi de La Plata, de Jules Richard, publicada en Niort a mediados del siglo XIX, que tiene dos méritos: el de inaugurar la recuperación de la figura del virrey y el de proporcionar una genealogía de la cual, con correcciones, se han servido todas las demás. Hay que dejar constancia de la particular utilidad de algunos trabajos parciales sobre determinados períodos o aspectos de la vida de Liniers, que me fueron de enorme utilidad a la hora de abreviar la búsqueda documental: La "Real Fábrica de Pastillas" de los hermanos Liniers, de José Luis Molinari (1959), Don Santiago de Liniers, Gobernador interino de los treinta pueblos de las Misiones guaraníes y tapes, de Julio César González (1946), o las obras imprescindibles de Juan Beverina: El Virreinato de las Provincias del Río de la Plata, su organización militar (1935) y Las invasiones inglesas al Río de la Plata (1939).
Como bien expresara Julio César González (1946) en su extenso trabajo sobre Liniers en su papel de gobernador de las Misiones,
todas las biografías de Liniers consideran con relieve y características propios su actuación pública a partir de las Invasiones Inglesas, y como aspectos secundarios y meramente accesorios los sucesos anteriores, dejando sensibles lagunas que pasaron inadvertidas al juicio de los historiadores posteriores, quienes siguieron sus huellas sin variar mayormente sus conclusiones, ni interesarse por nuevas investigaciones, en el convencimiento de que se había agotado el estudio acerca de las actividades de este personaje.
Si hoy me atrevo a añadir unas páginas a la historia de don Santiago de Liniers y Bremond, caballero de San Juan, es en parte debido a que la generosidad de la familia Liniers en Francia y en España me ha permitido disponer de esas cartas del virrey que definen con mayor precisión algunos aspectos de su vida, sobre todo en lo relativo a los años previos a su actuación ante las tropas inglesas en el Río de la Plata; y en parte debido a notables avances en el ámbito de la investigación sobre la política británica para América: especialmente, la difusión del Plan Maitland por Rodolfo Terragno, que introduce variaciones, tanto teóricas como cronológicas, que inciden sobre el sentido y el propósito de las tentativas de invasión de Buenos Aires de 1806 y 1807.
http://s.libertaddigital.com/fotos/n...go-liniers.jpg
A ello se agrega el hecho de que se carezca hasta la fecha de una obra en la que se incluyan por extenso ciertos documentos, reiteradamente mencionados pero condenados a la lectura en archivos y bibliotecas. Vaya por delante el ejemplo del muy citado Memorial al Rey Carlos IV sobre el estado de la Misiones Guaraníes y lo que en relación con ellas se podría haber hecho, de no haber mediado la incuria colonial, la obtusa visión de los funcionarios a cargo del virreinato, y la burocracia cortesana. Julio César González, en el libro del que tomamos su opinión unos párrafos más arriba, dedica 269 páginas de la apretada tipografía de una cuidada edición universitaria (el doble en una edición comercial corriente) a glosar la acción del Liniers gobernador, pero no reproduce en ningún lugar el texto completo: remite a la única ocasión en que fue impreso (por Groussac, que no supo valorarlo, en La Biblioteca, que él mismo hacía, en el Tomo XII, ¡en 1896!) y a la copia manuscrita existente en el Museo Mitre de Buenos Aires.
Por otra parte, creo que es hora, después de muchas décadas de furibunda crítica a la dependencia argentina del imperio británico, de poner algunas cosas en su sitio; la primera y más importante de las cuales es la que ya sugería Groussac en la edición de 1807 de su libro sobre Liniers, al decir que el destino de éste le deparó "la suerte inesperada de iniciar la independencia de un pueblo": la reconquista y la defensa de la ciudad de Buenos Aires por su propia población, sin ayuda alguna de la metrópoli (y en más de un momento contra alguno de sus funcionarios locales), sumadas al hecho de darse un gobernante sin aguardar órdenes de Madrid, proponen una independencia de hecho de la remota colonia. Sucesos, además, todos ellos originados en una decisión absolutamente libre, sin influencias ajenas, lo cual la hace más significativa, si cabe, que la tomada en 1810, cuando ya el reclamo de libre comercio representaba, de manera específica, libertad de comercio con Gran Bretaña. Sabemos ahora que las independencias de las naciones americanas encajaban en los más estudiados planes de los ingleses, algo dado por supuesto por los críticos del imperialismo británico en el Río de la Plata, y lamentablemente explícito en la Representación de los Hacendados y el Plan de Operaciones de Mariano Moreno, de los que nos ocupamos oportunamente, pero no probado definitivamente hasta la investigación de Terragno.
Creo que todo esto se puede decir hoy sin temor a que ello vaya en desmedro de la figura del Libertador San Martín, guerrero aquilatado que comprendió que, en lo esencial, el Plan Maitland era el más sabio para obtener la libertad de estos pueblos, y que el resto se vería una vez logrado ese objetivo. A decir verdad, a medida que se va descorriendo la cortina de la historia oficial de San Martín, mayor resulta el valor del personaje, oscurecido y reducido en su inteligencia política por la institucionalización de su memoria. En todo caso, éste no es un libro sobre el Libertador, sino sobre su predecesor más directo en el campo militar, el primer caudillo popular del Plata, don Santiago de Liniers, o, como él mismo resolvió firmar, Santiago Liniers.
NOTA: Este texto es el prólogo a SANTIAGO DE LINIERS, el más reciente libro de HORACIO VÁZQUEZ-RIAL, que acaba de publicar la editorial Encuentro.
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Fuente:
Horacio Vázquez-Rial - Qué virrey - Libertad Digital
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Como en la Francia revolucionaria, San Martín ordena militarizar a los niños.
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Campaña Libertadora. El general San Martín ordena que se enseñe a los niños a manejar armas. Mendoza, 1816.
Documentos Escritos. Sala VII. Fondo Lamas, legajo 52.
Foto ilustrativa.
Transcripción:
Historia.
La voy a escribir con sencillez y verdad.
La dedico al gran pueblo de Buenos Aires porque en Buenos Aires se dio el Grito Sagrado de Libertad el 25 de mayo de 1810.
En el año 1816 no había más que una Escuela Fiscal en la Provincia de Mendoza, el preceptor y el director de la escuela lo hacían el R.P. Fray José Lamas de la orden del religiosa del Seráfico San Francisco de Asís, oriental, hijo de Montevideo, este ilustre fraile, de regular estatura, bella persona, cortés cariñoso y excelente orador sagrado, discreto, muy patriota, trato y maneras finas lo que le da más realeza y brillo poseía ese don precioso que él… le da a algunas criaturas, la modestia y la humildad, era en fin un sacerdote modelo y es servidor de la provincia. El General San Martin, Gral. en jefe del ejercito de los Andes le dijo a su maestro (ya estaba en esta escuela) que aprendiesen los niños el ejercicio del arma de Infantería; el padre abrazo con entusiasmo patrio la idea de nuestro ilustre libertador. En la escuela había unos cuantos niños que entendían perfectamente bien en manejo de aquella arma como también las evoluciones. Díjonos el maestro que disciplináramos a los niños, así se hizo; lo que hicimos fue apartar a los muchachos de los más grandes que fueran capaces de manejar armas de fuerza como ser tercerolas (estas armas hechas de …).
Arreglamos las compañías con sus respectivos Oficiales, Capitanes, Tenientes, Alfares, Sargentos y Cabos. El maestro hizo reconocer a uno de nosotros comandante de este batallón el cual…fue a marchar y a cambiar el paso, y al mismo tiempo evoluciones pronto aprendieron todo porque todos eran patriotas entusiastas.
Después se dio al batallón fusiles de palo con baqueta y bayonetas para enseñarles el manejo del arma, lo que pronto aprendieron.
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Niños jugando, c.1920.
Documento Fotográfico. Álbum Aficionados. Inventario 214892.
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Fuente:
https://www.facebook.com/ArchivoGene...36905793001301
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
El 24 de mayo de 1810, finalmente, el cabildo de Buenos Aires accede a nombrar una Junta de Gobierno, presidida por el Virrey. Saavedra y Passo, que eran miembros de ésta, renuncian, haciendo fracasar el proyecto. Al día siguiente, a punta de pistola, los cabildeantes nombrarán a la Junta revolucionaria, sin el Virrey ni los miembros de las corporaciones virreinales.
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24 de mayo de 1810
El Cabildo forma provisionalmente una Junta de Gobierno presidida por el ex Virrey Cisneros. Tras las protestas, Cornelio Saavedra y Juan Jos...é Castelli lo intiman a renunciar.
Fotografía: Balthasar Hidalgo de Cisneros, c.1810.
Documento Fotográfico. Álbum Notables.
Documento: Nota de Balthasar Hidalgo de Cisneros a la Primera Junta del Gobierno Patrio, solicitando le indiquen su situación laboral, 29 de mayo de 1810.
Documentos Escritos, Sala X 24–4–14.
Transcripción:
Aunque en el oficio pasado por esa Junta de Gobierno en su primer Acta que presidí, al Excelentísimo Cabildo en la noche del 24 del corriente, es que renunciando toda ella por los motivos que se expresaron, se les decía tuviera entendido se me debían conservar las preeminencias del Empleo de Virrey, del que, por las circunstancias ocurridas me he separado, y aunque no me sean desco...nocidas en el orden regular que siempre se ha observado, espero sin embargo para no excederme un punto de las intenciones de la Junta, se sirva detallarme el sentido literal a que deba arreglar mi conducta en esta parte, evitando de este modo el que el Público forme de ella errados conceptos.
Dios guíe a V.E. Buenos Aires 29 de Mayo de 1810.
Excelentísimo Señor
Balthasar Hidalgo Cisneros.
Escritura lateral:
29 de mayo 1810
Contéstese a S.E. avisándole que se le guardarán todos los honores, distinciones y privilegios correspondientes según las leyes y ordenanzas a su actual graduación y empleo, y que le tratarán con la mayor brevedad de asignarle una dotación competente a su elevado carácter.
Firman miembros de la Junta de Gobierno.
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http://i87.photobucket.com/albums/k1...psavjrem9c.jpg
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Fuente:
https://www.facebook.com/agn.argenti...09951545988621
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
'Cara a Cara con Rosalía' celebra la Independencia del Ecuador - 11 de Agosto del 2013 (4)
Publicado el 12 ago. 2013
'Cara a Cara con Rosalía' dialoga con Francisco Núñez del Arco, Presidente del Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica, para tratar el tema de la Independencia del Ecuador desde el punto de vista de la herencia española que marca la identidad mestiza de los ecuatorianos
https://www.youtube.com/watch?v=EAXQV0cHsFU
https://www.youtube.com/watch?v=EAXQV0cHsFU
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
El 7 de junio de 1810 (a sólo dos semanas de la Revolución de Mayo) comenzó a publicarse la "Gazeta de Buenos Ayres", órgano oficial de prensa de las ideas patrióticas y liberales de los insurgentes, que hacía las veces de boletín oficial. Fue fundada por la Junta, dirigida por Mariano Moreno y, a partir de diciembre, por el deán Gregorio Funes, jefe del Partido Saavedrista, quien ya escribía en ella (Funes tuvo a su cargo dar la noticia y justificar los asesinatos de Liniers y demás compañeros mártires). Imagen: documento Archivo General de la Nación "Gazeta de Buenos Aires" del 7 de junio de 1810 (Documentos Escritos, Biblioteca, Celesia). El lema de la Gazeta decía en latín: "La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido" (Tácito lib. I Hist.).
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7 de junio de 1810 Comenzó a publicarse la "Gazeta de Buenos Aires", primer órgano de prensa de las ideas patrióticas y liberales de los nativos, fundada por Mariano Moreno. Desde 1938 se festeja el Día del Periodista, en homenaje a este periódico.
Documento: Gazeta de Buenos Aires, 7 de junio de 1810.
Documentos Escritos. Biblioteca. Celesia.
Transcripción:
"La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido" Tácito lib. I Hist.
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Fuente:
https://www.facebook.com/agn.argenti...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
MEDIDAS REPRESIVAS CONTRA LOS PENINSULARES EN BUENOS AIRES
La lucha contra el peninsular va a significar la proscripción sin inmediato reemplazo de una parte importante de las clases altas virreinales; aun en la más apacible Buenos Aires, los españoles peninsulares tienen, desde 1813, legalmente prohibido el comercio menudo, lo que no impide que todavía por largos años figuren a la cabeza en las contribuciones forzosas para sostener la causa revolucionaria. Toda su vida aparece trabada por limitaciones: les está vedado andar a caballo, salir de su casa por las noches; no pueden ya ser albaceas ni tutores.
Fuente: Historia contemporánea de América Latina, Tulio Halperín Donghi.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
La leyenda rosa del nacionalismo católico nos dice que los independentistas querían "salvar" a España, que no pretendieron separarse culturalmente de la Madre Patria, bla, bla, bla... Pero siempre hay documentos que tienen la mala costumbre de desmentir esa leyenda rosa.
En carta al director supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, el Congreso de Tucumán informa nuevas medidas contra los españoles peninsulares: el cobro de un impuesto especial.
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Congreso de Tucumán. Oficio de Juan Martín de Pueyrredón comunicando que impondrá un impuesto forzoso a los españoles europeos.
Tucumán, 13 de mayo de 1816.
Documentos Escritos. Sala VII. Legajo 5, documento 21.
Transcripción:
Soberano señor:
Con fecha 6 del corriente me dirige vuestra soberanía la resolución que ha tomado a fin de que se exija de los españoles europeos de esta ciudad, y su campaña y de las demás ciudades y dependencias del gobierno de esta provincia de Tucumán, un empréstito forzoso de veinticinco mil pesos con la calidad de haberse de pagar al año contado desde que termina la guerra y condición de satisfacer el interés corriente desde el vencimiento del plazo si la estrechez del Erario no alcanzare a pagar los Principales. Pueda de mi cargo la prescripción de los medios más adecuados al pronto verificativo de tan importante resolución; con lo que satisfago al precitado de vuestra soberanía.
Dios guíe a vuestra soberanía los muchos y felices años que ha menester el Estado. Tucumán, mayo 13 de 1816.
Soberano señor
Martín de Pueyrredón
Soberano Congreso Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata
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Fuente:
https://www.facebook.com/El-otro-Bic...0078674699744/
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Que pasó realmente en la Semana de Mayo de 1810 cronicatv 1
Patricio Lons en una entrevista exclusiva nos cuenta qué pasó realmente en la Semana histórica de Mayo de 1810
https://www.youtube.com/watch?v=dIl_KWCjwH0
https://www.youtube.com/watch?v=dIl_KWCjwH0
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
«Don Eusebio Zuloaga me contaba que no hace muchos años le guió un cacique indio por las montañas de Bolivia. El indio se apoyaba en un bambú que tenía en el puño una vieja onza española. "¿Quién es ese?", le preguntó Zuloaga, señalando con el dedo la efigie de la onza. "El rey de Castilla, mi rey", repuso el indio. "¿Cómo tu rey? Aquí en Bolivia tenéis un presidente", observó Zuloaga. Pero el indio se lo explicó todo: "Ese presidente lo nombra el rey de Castilla. Si no fuera por eso, ¿crees tú que yo me dejaría mandar por un mestizo?" Sin duda ha habido gobernadores en Bolivia que, hasta hace pocos años, han querido fortalecer su prestigio haciendo creer a los indios que los designaba el rey de España. Ello no muestra sino que la obra protectora de los indios, a que se dedicó durante tres siglos la monarquía católica española, por medio de toda su organización gubernativa y eclesiástica, ha echado raíces tan profundas en los pueblos de América, que no pueden concebir otra autoridad legítima que la que ella designa.»
Fuente: Ramiro de Maeztu, Defensa de la Hispanidad.
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
25 DE MAYO DE 1810.
¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.
"El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires."
El Dr. Julio C. González fue profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desde 1965 hasta el 24 de Marzo de 1976, es profesor de Estructura Económica Argentina en al Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora desde 1989. Durante el gobierno constitucional del 25 de Mayo de 1973 al 24 de Marzo de 1976 fue, entre otros cargos, director de Asuntos Jurídicos de la presidencia de la Nación y luego secretario técnico.
Aunque en realidad creo que nada hay para celebrar, deseo compartir con todos mis compatriotas un ¡Viva la Patria! .... (lo que sigue es el artículo del Dr. Julio Gonzalez)
25 DE MAYO DE 1810
En Argentina se conmemora un bicentenario. Es decir, se rememoran hechos y actos de gobierno, acaecidos hace doscientos años.
Empero, esos acontecimientos no se explican con veracidad. A través de los medios de difusión se hace un panegírico de adjetivos calificativos y de palabras abstractas como por ejemplo “libertad”, en vez de referirse a libertades concretas y macizas, explicando cuáles fueron y en qué consistieron.
Cicerón (año 106 a 43 AC) definía al Derecho Natural con estos términos: es un derecho “inmutable” y “sempiterno”, “que llama al hombre hacia el bien con sus mandatos” y “lo aleja del mal con sus amenazas” y que “rige para las aves del cielo, para los peces del mar, y para los animales, plantas y hombres de la tierra.” Y “ni el senado, ni el imperio pueden derogarlo nunca.” El cristianismo, a su vez, define el Derecho Natural como la voluntad de Dios creador del hombre (hecho a su imagen y semejanza) y del universo, que es su eterna morada.
El Padre Nuestro dice de manera precisa: “Hágase tu voluntad, aquí en la tierra como (se hace) en los cielos.”
Estos conceptos previos nos permitirán valorar los versos del poeta Bartolomé Hidalgo, que nació y vivió en Montevideo (Uruguay) entre 1788 y 1823. Protagonista y testigo de lo ocurrido en Buenos Aires en 1810, Hidalgo se expresa así:
Hidalgo escribió este poema en 1820.
“En diez años que llevamos
De nuestra revolución
Por sacudir las cadenas
De Fernando el baladrón
¿Qué ventaja hemos sacado?
Le diré con su perdón,
Robarnos unos a otros,
Aumentar la desunión
Querer todos gobernar,
Y de facción en facción
Andar sin saber que andamos,
Resultado en conclusión
Que hasta el nombre de paisanos,
Parece de mal sabor,
¡Y en su lugar yo lo veo
Sino un eterno rencor
Y una tropilla de pobres
Que metida en un rincón
Canta al son de su miseria
No es la miseria un mal son!”
Estos versos son la vocalización purísima de la resignación que se impuso a todos los pueblos de las Españas de América desde el poder del dinero, de poder ganar con su trabajo feliz y honrado “el pan nuestro de cada día.” Por eso los vecinos de Buenos Aires exclamaban el 25 de mayo de 1810: “el pueblo quiere saber de qué se trata.” Ese es el único hecho veraz de esa jornada.
¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.
Lo sucedido en mayo de 1810 tiene este origen:
En 1806 los británicos herejes y maléficos que provenían de la isla europea llamada en esa época “la pérfida Albión” o “capital del satanismo”, conquistaron Buenos Aires. Asesinaron y violaron sin piedad, saqueando casa por casa de ese pacífico y católico ejemplar vecindario.
Su objeto era robar el Tesoro de la Real Hacienda (nombre que en aquella época designaba a un organismo similar al actual Banco Central de la República Argentina). Se llevaron cuarenta toneladas de monedas de oro, equivalentes en la actualidad a 88.000 Millones de dólares norteamericanos, que fueron paseadas por las calles de Londres, ciudad a la que arribaron en el navío Narcisus, procedente de Buenos Aires.
No quedó dinero alguno en la “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”: ni para pagar los sueldos a la administración pública, ni al Ejército argentino fundado por voluntarios en las heroicas jornadas de la Reconquista (12 de agosto de 1806), y luego de la Defensa de Buenos Aires (5 de julio de 1807). Tampoco quedó dinero para las compras mínimas de los artículos de primera necesidad: pan, carne, leche, huevos, frutas y verduras.
Fue por eso que el Virrey Cisneros dictó ingenuamente un Edicto de Libre Comercio con la Nación inglesa “para recaudar recursos para el fisco”, conforme lo disponía textualmente. Este comercio de importación de manufacturas y exportación de cueros regiría desde noviembre de 1809 hasta el 18 de mayo de 1810.
Yañiz y Agüero, síndicos del Consulado, firmaron un dictamen en contra: “De qué vale que lo que ahora se fabrica aquí cuesta cuatro y que con los artículos importados desde Londres se vendan a tres, si por la falta de trabajo que traerá el comprar manufacturas inglesas, no ganaremos ni siquiera uno. Así será imposible vivir.” Empero, estos sabios consejos para el futuro no fueron tenidos en cuenta por Castelli y por Moreno, que eran asesores económicos y jurídicos del Virrey Cisneros.
Ocurrió entonces algo inesperado. El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires. Un jefe militar, secreto súbdito británico, depuso al gobierno; y Alexander Mackinon, presidente del Centro Comercial inglés British Commercial Room, formó la Junta de Gobierno. Tres de sus integrantes eran súbditos británicos de incógnito y Mariano Moreno, abogado de los ingleses, el secretario.
El almirante británico De Courcy, que comandaba la escuadrilla inglesa que sitiaba a Buenos Aires, fue recibido en primera audiencia por la Junta a la que le exigió que el Edicto de Libre Comercio con Inglaterra y sólo con Inglaterra no tuviese fecha de vencimiento.
De esta manera, la primera bandera que la Nación argentina resolvió enarbolar en un acto de soberanía para exteriorizar su rebeldía e independencia, antes de que Belgrano crease la enseña patria, fue la bandera inglesa. [1]
Por su parte, el almirante británico Fabian se dirigió desde las murallas del Fuerte a los curiosos allí reunidos y en un mal hablado castellano dijo que Gran Bretaña se quedará vacía porque todos los ingleses vendrían a vivir a estas hermosas tierras.
Tal lo ocurrido el 25 de mayo de 1810. Semanas después todos los que habían luchado y obtenido las victorias de la Reconquista y la Defensa en 1806 y 1807, fueron asesinados sin juicio previo y sin piedad: Santiago de Liniers, Gutiérrez de la Concha, Felipe de Sentenach, Fray José de las Ánimas (Superior de la Orden Betlemita), Martín de Álzaga muchos otros.
Allí comenzó la involución hispanoamericana y argentina, tal cual lo relatan los versos de Bartolomé Hidalgo que hemos descripto. Involucionar significa achicarse y deformarse, perdiendo la religión católica que era el factor catalizador y determinante de nuestras vidas y de la vida de la nacionalidad.
Con estas reflexiones reimpone elevar cada día con más fervor la Oración de Nuestro Señor Jesuscristo y de de la Santísima Virgen Maria. Que la verdad se devele.
[1] Confrontar Àlzaga, Enrique Williams: “La fuga del general Beresford”, p. 28 – EMECÈ Editores – Buenos Aires, 1966.
EL SAQUEO DEL TESORO DE BUENOS AIRES
Más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda argentina. Ese es el valor actual del tesoro con el que se alzaron los ingleses en la invasión de 1806. El cálculo de Néstor Forero, un investigador que habló del tema en Gualeguaychú, muestra la magnitud del saqueo inglés. ¿Hay razones para pedir un resarcimiento, pese al tiempo transcurrido?.
Buenos Aires fue capturada, así, por las tropas del general Beresford, allá por 1806. La toma duró más de 40 días, en cuyo transcurso los ingleses no se privaron de nada. La invasión estuvo signada por vejaciones, asesinatos, muerte, y robos de todo tipo, según cuentas los cronistas. Un acto de pillaje protagonizado por súbditos de la Corona Británica, que no actuaron por motu propio.
Fue en realidad una acción de conquista armada por el gobierno de Londres, en el marco de una estrategia global de dominación de estas tierras americanas.
Los entretelones y el significado de este traumático episodio -que curiosamente la historiografía oficial refiere casi como una anécdota- están planteados en “El saqueo de 1806”, el libro del investigador Néstor Forero.
Especialista en temas económicos e historiográficos, autor de otros libros como “Deuda externa y Crimen social en Argentina”, Forero se inscribe dentro del “revisionismo histórico” que, siguiendo a Raúl Scalabrini Ortiz o al copoblano Julio Irazusta -entre otros-, viene denunciando la malsana influencia británica en el país.
Esa influencia, que ha sido determinante en el curso de la historia vernácula, es de larga data. En realidad, según esta lectura historiográfica, se remonta a la etapa anterior a la independencia argentina.
Es decir, a cuando el país -junto con otras repúblicas sudamericanas- pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, un bloque geopolítico de 7.000.000 km².
En la disputa por la hegemonía mundial, Inglaterra fue enemiga declarada de España, cuyo poder buscó cuartear, sobre todo saboteando sus posesiones americanas.
Es en este contexto que Forero coloca la toma de Buenos Aires en 1806. Que en realidad, dice, fue la quinta expedición militar británica (no la primera como dice la historia oficial), a la cual precedieron, por caso, desembarcos en Malvinas o Isla de los Estados.
El saqueo del que fue objeto entonces Buenos Aires, por parte de las tropas de Beresford, fue pergeñado con antelación por el gobierno de Londres, dice el autor.
Y da una medida -cuenta- no sólo del sentimiento anti-hispánico de los invasores, ni de la codicia que los dominaba, sino de un plan de dominación urdido con inteligencia.
Así, el primer acto del General Beresford, tras la toma de la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue la exigencia a sus pobladores de los caudales reales, bajo las peores amenazas (pérdidas de vida y patrimonio).
Y aquí la originalidad de Forero: el tesoro robado, girado prontamente a Londres, representa hoy, actualizado a un interés anual del 6%, más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda externa argentina.
Política colonial
Pero además, una vez dueño de la plaza, Beresford tomó una serie de medidas para someter a la nueva colonia -y que según Forero tienen un parecido notable con la política económica que se siguió en Argentina en lo sucesivo.
Así, al apoderamiento ilegítimo de las reservas monetarias del Tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires -el grueso del cual se embarcó a Londres en la fragata más rápida de la de la flota británica, el “Narcissus”-, le siguió el decreto que declaró la “libertad de comercio”.
Esta última medida -sostiene el investigador- “se impondrá para beneficio especialmente de los comerciantes ingleses y de su socia local, la clase acomodada de Buenos Aires”.
Ahora bien, haber secado la plaza de monedas -más allá de que una fracción de los pesos plata se dejaron para mantener el comercio exterior- colocó a la gobernación británica en Buenos Aires en problemas.
La escasez de dinero metálico, producido por el vaciamiento de las arcas de Buenos Aires, conducía a un encarecimiento inexorable de las operaciones de importación de mercadería inglesa.
Pero la gobernación británica no iba “a permitir que los comerciantes locales repararan esa pérdida mediante el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda, ya que el tipo de cambio hubiera saltado por las nubes”, cuenta Forero. Por eso -refiere- “se estipuló un tipo de cambio fijo de 5 chelines por peso, cuando antes de la invasión el tipo de cambio era de 4 chelines y 6 peniques”.
La cuestión de los caudales
Forero llama la atención sobre un dato no menor: los ingleses no pueden alegar que los caudales robados (en total 1.086.208 pesos plata) son un “botín de guerra” (el equivalente a unas 200.000 liras esterlinas de la época) (1). ¿Y esto por qué?. Pues porque el tesoro se hallaba fuera del alcance de los conquistadores al momento de ingresar a la ciudad.
¿Cómo? Es que el virrey Rafael de Sobre Monte, enterado de la invasión, se lo llevó consigo antes hacia Córdoba. Los ingleses tuvieron que gestionar su regreso, luego, bajo amenaza de introducir las peores pestes sobre la población.
Este episodio, es decir la manera en que se obtuvo el tesoro confirma la tesis de que su apropiación fue “sencillamente un robo, perpetrado sin ninguna fundamentación jurídica por parte del invasor”.
En realidad, dice el autor, la acción de Sobre Monte -pese a que el juicio histórico catalogó de deshonrosa-, colocaba la sustracción del tesoro en el marco de una discusión entre las cortes de España y Gran Bretaña, alrededor de los “derechos de propiedad indudable de los españoles”.
“Para ser más ecuánimes diremos que Sobre Monte, más allá de su personalidad, cumplió con su retirada el plan de evacuación trazado en época del virrey Vértiz y que un Tribunal que juzgó su conducta terminó absolviéndolo, aunque eso no le devolvió el prestigio perdido”, comenta Forero.
¿Es posible el resarcimiento?
El autor insiste en la “ilegitimidad” de la incautación de los caudales del tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires. Pero va más allá: en su opinión, a la Argentina y a los países que entonces integraban el virreinato, les asiste hoy el derecho del resarcimiento, pese al tiempo transcurrido.
Forero habla de “derecho de propiedad” conculcado por el invasor inglés. Aunque dicho derecho le pertenecía a los españoles, ahora es nuestro, insiste, en virtud de la “continuidad jurídica e histórica de los Estados”.
Asegura que el “gobierno británico no puede negar su participación” en la operación de saqueo -aunque se escude en el argumento de que fue una acción de particulares-.
“Dado que lo actuado por los súbditos británicos lesiona el Derecho de Gentes, entendemos que el reclamo de reparación por el robo de Buenos Aires es imprescriptible”, razona el investigador.
Y al respecto documenta la existencia de jurisprudencia internacional en este sentido, alrededor de la existencia de fallos que han obligado a ciertos Estados, cuya responsabilidad quedó evidenciada, a reparar el daño cometido contra otros Estados.
Por Marcelo Lorenzo
Publicado en diario El Día, de Gualeguychú, Provincia de Entre Ríos, 21/11/07. http://www.trabajadorescultura.com.a...politica/Notas
Publicado en el diario Times, de Londres, a raíz de la captura de Buenos Aires
Domingo, 12.09.1806 – nuevas buenas en Gran Bretaña
El nuevo gobierno whig (el “Ministerio de Todos los Talentos”) se enteró de la expedición de Beresford el 24 de junio de 1806, cuando le llegó una carta fechada por el general inglés en abril de ese año. El Secretario de Guerra William Windham se tomó un mes para contestar la carta, con la anuencia de Jorge III, manifestándole que como la expedición no había sido oficialmente autorizada y no se conocían los resultados obtenidos, sólo cabía dar instrucciones generales. Ella eran: si habían ocupado una posición, que trataran de mantenerla y, caso contrario, no insistiera en tomarla; que “no se metiera en asuntos de independencia que pretendían los criollos”. Como cierre, le anunciaba a Beresford el envío de refuerzos al mando del general Sir Samuel Auchmuty. Por otra parte, el Almirantazgo remitió una carta, el 28 de julio, a Home Popham, ordenándole, severamente, que se presentara en Londres para rendir cuenta de lo actuado.
Nota de Aclaración: El gobierno inglés mantuvo en secreto la expedición a Buenos Aires, hasta estar seguro de lo que había pasado en la colonia española. Pero el 12 de septiembre de 1806, tras 57 días de navegar, el Narcissus, al mando del capitán Donelly entró al puerto de Portsmouth, con los partes de Popham y Beresford sobre la captura de Buenos Aires. Por telégrafo visual llegó a Londres esa noche y los diarios se hicieron eco de la noticia, en las ediciones de la mañana siguiente.
Lunes, 13.09.1806 – primera noticia
Captura de Buenos Aires. Oficina del Times. Sábado a las 3 de la mañana.
Por un expreso que acabamos de recibir de Portsmouth, tenemos que felicitar al pueblo por uno de los hechos más importantes de la actual guerra. Buenos Aires en este momento forma parte del Imperio Británico, y cuando consideramos las consecuencias a que conduce por su situación y capacidades comerciales, además de su influencia política, no sabemos como expresarnos en términos adecuados a nuestra opinión de las ventajas nacionales que derivarán de su conquista.
Miércoles, 15.09.1806 – de la prensa británica
“Es casi indudable que toda la colonia del Plata tendrá la misma suerte que Buenos Aires; y de las esperanzas lisonjeras presentadas a sus habitantes, en la proclama del general Beresford, ellos verán que está en su propio interés ser colonia del Imperio Británico”. (...) “Como resultado de semejante unión, tendríamos un mercado continuo para nuestras manufacturas, y nuestros enemigos perderían para siempre el poder de sumar los recursos de esos ricos países a los otros medios que tienen de hacernos daño”. (…) “Este país está ahora en una posición mucha más orgullosa de la que ha estado desde que comenzaron las negociaciones con Francia. En Calabria, la excelencia y superioridad de las tropas británicas han sido demostradas al enemigo y a toda Europa. Por nuestro éxito en el Plata, donde un pequeño destacamento británico ha tomado una de las más importantes y ricas colonias españolas, Bonaparte debe estar convencido de que sólo una paz rápida podrá evitar que toda Sudamérica quede separada forzosamente de su influencia y colocada para siempre bajo la protección del Imperio Británico ¿A qué región del mundo habitable podrá entonces dirigirse para conseguir barcos, colonias y comercios?”.
Lunes, 20.09.1806 – desfile en Londres
“A las siete en punto de la mañana, los Leales Voluntarios Britanos se congregaron en St. James’Square y después de disparar tres salvas prosiguieron hasta Clapham, a fin de escoltar hasta la ciudad el tesoro desembarcado del Narcissus, en Portsmouth” relata un testigo presencial, John Fairnburn “A su llegada a Claphamn encontraron el desfile consistente en ocho carretones, tirado cada uno de ellos por seis caballos, adornados con banderas, pendones y cintas azules. En las banderas estaba inscripta la palabra ‘Tesoro’
Los precedía una pieza de artillería de bronce tomada al enemigo. El primer carretón llevaba el estandarte virreinal del Perú desplegado por un marino real; el segundo y tercero, las enseñas tomadas de los muros de Buenos Aires, y los siguientes, las insignias navales inglesas azuleas, rojas y blancas, mostrando el conjunto la más triunfal y grandiosa apariencia. Durante su procesión hacia la ciudad, los Leales Britanos, al mando del coronel Davidson, marcharon a la cabeza de los carretones y el coronel Prescott con los Voluntarios de Clapham los escoltaron a retaguardia. Una muy excelente banda perteneciente a este último regimiento interpretó durante la marcha ‘God Save the King’, ‘Rule Britannia’, etc., y el corazón de todos los británicos se regocijó ante la visión de la escolta.
Tras haber entrado en Londres se detuvieron en el Almirantazgo y luego prosiguieron por Pall-Mall hasta St. James’Square, donde la procesión hizo un alto ante la casa del coronel Davidson y la señora Davison obsequió un par de enseñas con la leyenda ‘Buenos Aires, Popham, Beresford, Victoria’ escrita en letras de oro sobre seda azul, rodeadas por ramas de laurel. El tesoro pasó luego a través de la city hasta el Banco, donde se depositaron más de dos millones de dólares. En el frente de cada carretón figuraban las palabras ‘Caja del Tesoro’.
En las ventanas se agolpaba una cantidad poco común de espectadores ansiosos por ser testigos del triunfo de la Vieja Inglaterra. El capitán Donnelly, del Narcissus, participó de la procesión en una silla de posta” .
Nota de Aclaración: Ese mismo capitán Donnelly recibió, por entregar el tesoro, 5500 libras como flete, una comisión del 2% sobre el total, sin perjuicio de lo que le tocara como capitán, en la repartición a su ejército por la toma de Buenos Aires.
“El tesoro siguió por la city hasta el Banco de Inglaterra, donde se depositaron más de un millón de dólares”.
Sábado, 25.09.1806 – de la prensa británica
“Tal es la fertilidad del suelo, que Buenos Aires, en poco tiempo será probablemente el granero de Sudamérica”.
(…) “Las mujeres de Buenos Aires se consideran las más simpáticas y hermosas de toda Sudamérica, y su manera de vestir denota un gusto superior” (…) “El comercio de esta región bajo el ordenamiento británico, promete ser sumamente ventajoso para ella, y podría abrir mercados de incalculables posibilidades para el consumo de manufacturas británicas. En la medida en que las cargas impuestas a los habitantes sean disminuidas por el gobierno británico, sus medios de comprar nuestros productos se verán incrementados, y el pueblo, en lugar de permanecer andrajoso e indolente, se hará industrioso, y llegará a la mutua competencia por poseer no solo las comodidades, sino lo lujos de la vida”.
Por Marcelo De Biase
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Así se expresaba el jefe realista de Montevideo José María Salazar en su informe sobre la junta revolucionaria de Buenos Aires en 1810 y su famosa "máscara de Fernando VII":
"[...] ni nuestro adorado Monarca, los juramentos más sagrados, la jura más solemne que hacen los Pueblos en señal de su vasallaje, todo es falso en boca de estos infames revolucionarios, que nada encuentran sagrado sino lo que adula su ambición de mando, y sería el dilatarme mucho el comentar tales libelos infamatorios a los derechos indisputables de nuestro desgraciado Monarca, y la dignidad de la Nación tan infamemente ultrajada y tratada, pero lo que más hay que admirar es la seductora política que desde el principio han empleado para engañar a los Pueblos, política que han estado aprendiendo desde la entrada de los Ingleses en la Capital, que fueron los que sembraron la primera semilla de la independencia juntamente con los americanos".
Fuente: https://books.google.com.ar/books?id...alazar&f=false
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
jueves, 4 de agosto de 2011
La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina
En la noche del 7 de febrero de 1819, jugando los oficiales españoles prisioneros en San Luis con don Vicente Dupuy, teniente gobernador, y habiendo perdido éste algún dinero, echó en seguida mano del que tenía delante de sí el coronel Rivero, quien reprendió agriamente el hecho, y a pesar de las instancias de los concurrentes dio un bofetón a Dupuy, cuyos amigos, lo mismo que algunos españoles echaron mano de las armas que había en la habitación. El tumulto que resultó de aquí alarmó la guardia, y los prisioneros españoles, temiendo las consecuencias de este lance, entregaron las que habían tomado, y pidieron perdón a Dupuy, que les fue concedido, y les empeñó su palabra de honor, que si lo dejaban salir calmaría la efervescencia de la guardia y del populacho. Salió en efecto, mas en vez de apaciguar los espíritus difundió la alarma, y excitó al pueblo a vengar los insultos que había recibido de los godos, nombre con que se designaba a los realistas. Dupuy entonces volvió a entrar en la habitación con algunos soldados y gente armada, y el brigadier Ordóñez, el coronel Morgado y seis oficiales más fueron asesinados. El coronel Primo, viendo la inevitable suerte que le esperaba, se tiró un pistoletazo y se mató. Todos los españoles que se encontraron por las calles fueron pasados a cuchillo, y muchos fueron también muertos en sus casas: han sido cincuenta los asesinatos cometidos en este fatal día, y de los oficiales españoles retenidos en San Luis sólo dos se libraron de la muerte. En recompensa de esta acción tan memorable ha sido ascendido Dupuy a coronel mayor y agraciado con la legión de mérito de Chile.
— William Bennet Stevenson, A historical and descriptive narrative of twenty years’ residence in South America: Containing the travels in Arauco, Chile, Peru, and Colombia: With an account of the revolution, its rise, progress, and results (Hurst, Robinson & Co., 1825).
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Vicente Dupuy (1774-1843)
"el carnicero" de San Luis, de comerciante a revolucionario ...y vuelta
El autor de estas líneas, Mr. Stevenson, fue uno de los famosos “observadores” británicos (“viajero y pintor” dice la leyenda rosa) que siguieron a las tropas “patriotas” en sus peripecias.
Uno de los personajes que se destacó por su brutalidad en esta matanza fue Facundo Quiroga, futuro caudillo riojano, quien en esta oportunidad utilizó como maza los grillos que llevaba puestos habiendo sido detenido previamente por protagonizar algunos desmanes entre la tropa “patriota”.
La leyenda rosa nacionalista, en parte tomando como cierto lo que la inquina personal hizo decir a Vicuña Mackenna contra Bernardo Monteagudo, culpa a este último de tal acción. Por supuesto que no va a culpar a Dupuy, protegido de San Martín. Pero lo cierto es que, años después de este hecho, el “Libertador” llamará al célebre jacobino Monteagudo a su lado en Lima.
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Fuente:
C. L. A. M. O. R.: La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Plano de Buenos Aires en 1713. A la derecha puede verse la "casa de campo El Retiro", donde después del Tratado de Utrecht, Gran Bretaña (por intermedio de la Compañía del Mar del Sur) fundará su "asiento", desde donde los británicos comerciarán esclavos y otros bienes. Aunque el asiento de Buenos Aires será suprimido poco después, Retiro seguirá siendo "el barrio inglés" hasta bien entrado el siglo XX. No casualmente, allí tendrán su cuartel los granaderos de San Martín. No por casualidad, allí estarán las oficinas de las compañías navieras británicas, los ferrocarriles británicos, etc.
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Archivo General de la Nación Argentina
21 de junio a las 11:24 ·
Fuerte de Buenos Aires, año 1713.
Documentos Escritos. Mapoteca II-51
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Fuente:
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
"Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán"
02 Oct 201226
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HISTORIADOR. Nicolás Breglia. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
La pertenencia de Manuel Belgrano a la masonería siempre fue uno de los misterios de nuestra historia. Sin embargo, el historiador de la orden, Nicolás Breglia, ratificó que el prócer no solo fue masón, sino que fundó y presidió en Tucumán la Logia Argentina, luego llamada Unidad Argentina. "Belgrano fue masón. A fines del siglo XVIII, cuando regresó a Buenos Aires desde España, se inició en la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, con carta Constitutiva de la Gran Logia General Escocesa de Francia. Esta logia tenía por objeto lograr la independencia del Virreinato del Río de la Plata de cualquier dominación extranjera", comentó en una entrevista con LA GACETA. La teoría, rechazada por la Academia de Historia, fue expuesta, debatida y ratificada durante las Jornadas Belgranianas que organizó el Observatorio de la Ciudadanía del NOA y de la que participó Breglia como pro-gran maestre de la milenaria orden.
Pero, además, Belgrano fue más allá con sus ideales masónicos. "Cuando se hizo cargo del Ejército del Norte, fue nombrado presidente de la Logia del Ejército del Norte. Y, durante sus años en Tucumán, Belgrano continuó trabajando masonamente al fundar y presidir la Logia Argentina, que funcionó de acuerdo con el testimonio obtenido por Adolfo Saldías, en la casa de la familia Padilla ubicada en cruz con el Cabildo. Allí, el prócer inició a muchos de sus oficiales en los augustos misterios de la antigüedad", agregó. Sin embargo, Breglia aclaró que esa casa no se trata de la que hoy esta en pie al lado de la Casa de Gobierno, sino de una que estaba al otro lado de la plaza Independencia. "Allí Belgrano se reunía en logia con sus principales oficiales, tales como su lugarteniente Gerónimo Helguera y los coroneles Cornelio Zelaya y Eustoquio Díaz Vélez, también masones", aseveró.
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Fuente:
Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán - La Gaceta
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Lunes, abril 19, 2010
Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela
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EL NACIONAL - Domingo 18 de Abril de 2010 Siete Días/2
¿QUÉ PASÓ EL 19 DE ABRIL DE 1810?
Debate entre historiadores
Nacionalidad, soberanía, independencia. Los grandes temas del pasado son motivo de discusiones que se mantienen abiertas
Los hechos del 19 de Abril de 1810 están claros, pero su interpretación todavía genera debate entre los historiadores venezolanos. Carole Leal, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar, se inscribe en el grupo de estudiosos que consideran que la actuación de los criollos del Cabildo de Caracas no tenía otra intención que la que declararon ese día: constituir una junta autonómica para ejercer temporalmente el poder y conservar los derechos del rey Fernando VII, obligado a abdicar por Napoleón Bonaparte. Ha concluido que la comprensión de la fecha como el momento primigenio de la Independencia no fue más que el resultado de una operación historiográfica que, en suma, logró purificar de su motivación monárquica lo ocurrido aquel día. "El acta habla de nuestro amado rey y señor que Dios guarde".
Gustavo Vaamonde, investigador de proyectos históricos de la Fundación Polar, analiza lo ocurrido como una "gesta patriótica". "Desde mediados del siglo XVIII existía un sentimiento patrio de la gente que nació en este continente, que veía el territorio y sus recursos como algo propio. Sí respetaban las instituciones monárquicas, pero se concebían a sí mismos como algo distinto y esperaban que su voz se escuchara también diferente". Desde esa óptica analiza el 19 de Abril de 1810: "Es el primer gobierno autónomo en 300 años y se constituye sólo con gente nacida aquí o con españoles radicados aquí. En las proclamas de los días posteriores empieza a aparecer una palabra: venezolanos".
Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, dice que los hechos no hubieran sido posibles de no haber surgido antes ese sentimiento de vinculación de los hombres con el entorno: "Para llegar allí debías sentirte parte de algo y tener orgullo de esa pertenencia, y sentir que ese paisaje sería mejor si te tenía a ti a la cabeza".
Un documento clave que confirma esa apología de la tierra circuló en la víspera de los hechos. "Fue un libro, el Calendario, manual y guía de forasteros, que se atribuye a Andrés Bello pero que seguramente fue de autoría colectiva". Es una suerte de guía turística, según el académico: "Hacerla supone que colocas lugares en los que te reconoces y que te llena de orgullo mostrar".
Un segundo ejemplo es la aparición en la Gaceta de Caracas de la biografía del marqués de Ustáriz, que murió también poco antes de los hechos del 19 de Abril de 1810: "Es el primer caraqueño del cual se sienten orgullosos y por eso escriben su historia". Sobre la valoración de los hechos ocurridos, no tiene dudas: "Fue el debut de la sociedad venezolana en el teatro del mundo. Por primera vez no son actores metropolitanos, ni el libreto lo hacen desde Madrid.
Un grupo de esa sociedad demuestra madurez para entender desde su perspectiva local el panorama internacional y especialmente el desmoronamiento de España. Y esa fue la clave para que se iniciara la metamorfosis". Los funcionarios españoles, de acuerdo con Vaamonde, advirtieron esas mudanzas que anticipaban una intención independentista detrás de la junta autonómica. "Escriben a la Regencia y lo informan". A Leal esas comunicaciones no la llevan a conclusiones. Considera natural que la burocracia del reino, en una situación de guerra y de alta dependencia de los territorios hispanoamericanos, se alarmara ante sucesos como los de abril de 1810 y escribiera un texto semejante.
Inés Quintero, también miembro de la Academia Nacional de la Historia, no soslaya el sesgo fernandino de la junta que se instaló en Caracas. Pero rescata un asunto que considera vital. "En esos hechos se resolvió lo más importante: el tema de la soberanía. La toman provisionalmente, mientras vuelve el rey, pero la toman, el poder revierte en la sociedad". Esa decisión inicial condujo a otro problema: la necesidad de decidir quiénes concretamente ejercían esa soberanía. La solución de la junta caraqueña fue revolucionaria: hacer elecciones, tal como se comprendían entonces, con la sola participación de los hombres libres, pero elecciones.
"Se introdujo el principio de representación y eso no fue poca cosa". Así fue ganando la voluntad de las otras juntas y se dio un giro definitivo a la historia. Quintero lo resume en una fórmula: soberanía, autonomía, representación, ciudadanía y República. Sin unas no hay las otras.
El 19 de abril de 1810 se celebró el primer referendo de Venezuela Un movimiento popular que fundó la Nación
Domingo, 18 abril a las 19:48:27
Para muchos historiadores, aquella gesta tuvo un carácter hondamente civil, encabezada por los aristócratas y burgueses de la época, entre ellos los hermanos Bolívar, Montilla, Salía.
Aquel dedo negativo del cura José Cortés de Madariaga decidió el destino de un pedazo de tierra llamada Venezuela. Detrás del Capitán General Vicente Emparan, el sacerdote chileno empujó al jefe español a celebrar el primer referendo de que se tenga conocimiento en la provincia allende de los mares de la España monárquica. En efecto, una vez que Emparan preguntara a la población -reunida en Plaza Mayor acerca de si querían que se quedara en el mando- Madariaga levantó la mano y sacudió el dedo índice derecho en señal negativa. La gente siguió las instrucciones del prelado y gritó ¡No!, razón por la cual el funcionario dijo que él tampoco quería el mando.
LOS ANTECEDENTES
En ese momento se instaló otra historia. Ese movimiento popular ocurrido el Jueves Santo de ese año de 1810, da pie a la lucha por la Independencia. Emparan había sido nombrado por el rey invasor, hermano de Napoleón Bonaparte, José I, apodado Pepe Botella. Fernando VII había sido derrocado luego de la invasión napoleónica y confinado en una celda, en 1808. Desde su confinamiento ordenó la formación de Juntas Populares "para la defensa de la legalidad y la fidelidad al Rey". En consecuencia, el 29 de mayo de 1808 se proclama e instala la Junta de Sevilla. Caracas sigue el ejemplo dos años más tarde.
UN MOVIMIENTO PRO MONÁRQUICO
Los mantuanos de Caracas, es decir, los aristócratas y burgueses de la época, así como varios miembros del Cabildo, desconocieron el poder del Capitán general nombrado por José I. De allí que los alzados actuaron en defensa de los derechos del derrocado monarca español, Fernando VII. Ese día de abril nace el espíritu de la Independencia. Se firma un acta donde afirma que se actuó en nombre de Fernando VII y se conforma una Junta de Gobierno que luego propicia la creación de las juntas de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida. Entre los aspectos relevantes del documento está la activación del comercio exterior, la prohibición del comercio de esclavos negros, el nacimiento de la Sociedad Patriótica con la intención de fomentar la agricultura y la industria; así como la fundación de la Academia de Matemáticas. Igualmente, se abren legaciones diplomáticas en Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada. Maracaibo, Coro y Guayana se declararon en rebeldía y desconocieron a la Junta, por lo que se mantuvieron leales a la Corona española. Este evento da paso al 5 de Julio de 1811 cuando se firma el Acta de declaración de la Independencia de Venezuela.
LOS DIPLOMÁTICOS
La junta nombra y envía embajadores a José Cortés de Madariaga a Nueva Granada, quien firma acuerdos con un territorio vecino, con el que se propiciaría el intercambio comercial. Mariano Montilla y Vicente Salías son nombrados para negociar con Curazao y Jamaica.Juan Vicente Bolívar, Telésforo de Orea y José Rafael Revenga viajan a Estados Unidos, que ya era potencia y con quien se firman papeles de apoyo a la lucha de liberación y de intercambio comercial y bélico. Por su parte, Simón Bolívar, López Méndez y Andrés bello fueron enviados a Inglaterra, con cuyo gobierno debían mantener la posición de la Junta de mantener su fidelidad a Fernando VII, manteniendo igualmente su autonomía frente al Consejo de Regencia al que desconocían como régimen legítimo. La misión de Bolívar, López Méndez y Bello resultó fallida, por los nuevos acuerdos y tratados de Inglaterra con Francia y España, con la que siempre estuvieron enemistados, pero dadas las circunstancias de que Fernando VII no estaba en el poder, los ingleses desconocieron la lucha de los venezolanos, situación que años después cambió.
LAS ELECCIONES
En palabras dirigidas a las Sociedades Americanas, Simón Rodríguez afirmó: "Napoleón quería gobernar al género humano, Bolívar quería que se gobernara por sí, y yo quiero que aprenda a gobernarse". De esta declaración se desprende el carácter democrático de ese hombre que iluminó el sendero de aquellos torvos caminos. Sobre este aspecto, la Junta Suprema convocó a elecciones para reunir el Congreso General de las Provincias, con la idea de asegurar "la transformación del gobierno de facto en un régimen constitucional independiente". De esta justa electoral resultaron elegidos 44 diputados, distribuidos en Caracas (24), Barinas (9), Cumaná (4), Barcelona (3), Mérida (2), Trujillo (1) y Margarita (1).
OPINIONES DE HISTORIADORES
Muchas han sido las opiniones de algunos historiadores venezolanos, entre ellos Tomás Straka y Manuel Caballero. El primero señala: "Hay que determinar cómo fue, es de que se trató un movimiento contra Francia y no contra España; y, más aún, cómo, si aceptamos que lo fue, éste llegó a tener un carácter más amplio de adhesión popular que el de la independencia de la corona castellana (…) los historiadores se dividen entre quienes lo evalúan como un acto de fidelidad al Rey y quienes lo ven como una maniobra para poco a poco ir llevando las cosas hacia la independencia absoluta. Nuestra tesis es que hubo un poco de las dos cosas, como casi siempre en la historia -en los fenómenos humanos-, en la que lo paradójico y lo contradictorio no tiene por qué ser raro".
Más adelante, Straka escribe que "quienes asistieron a la escena y en principio apoyaron no estaban sinceramente indignados por la invasión de Napoleón a España, por las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII -que se suponían hechas bajo una coerción mayor de lo que realmente hubo- y por la simpatía real o intuida que el Capitán general Vicente Emparan y otros afrancesados de su gobierno sentían por El Francés. Los caraqueños ya habían despedido con tumulto a los emisarios de José Bonaparte".
Acerca de la participación militar en aquellos hechos, Manuel Caballero ha señalado que "Ahí no hubo ninguna participación militar. También el 5 de Julio. Esas son fechas eminentemente civiles. Después la situación derivó y se convirtió en una guerra que al desatarse no tuvo fin durante un siglo, y de allí que se pretenda decir que la historia de Venezuela es la historia de las glorias militares". El historiador larense precisa que la Guerra de Independencia fue una guerra civil. "Por supuesto, usted puede decirme con razón que esa tesis es la de Vallenilla Lanz, porque aquí peleamos venezolanos contra venezolanos". Más adelante afirma que "la que gente que quería la independencia sabía que la impronta monárquica y religiosa era demasiado fuerte, y se iba a estrellar contra un sentimiento que no solamente era de la Corona, sino de todo el pueblo (…) lo que ha dicho Carrera Damas (Germán), el único gobernante por quien el pueblo venezolano su sangre para defenderlo ha sido Fernando VII. Fue lo que hicieron los llaneros de Boves, la guerra civil de los dos lados del océano, el disimulo necesario, como suele suceder en estos procesos". Así mismo, la Guerra de Independencia fue una guerra civil en la que se enfrentaron venezolanos contra venezolanos, hermanos contra hermanos en defensa y en contra del rey Fernando VII. De modo que se trató de la única vez que el pueblo venezolano ha derramado sangre por gobernante alguno.
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Fuente:
Venezuela y su historia: Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Eso fue el "principio del fin"...
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816.
La toma británica del mercado del Plata sigue siendo el aspecto menos difundido de la Revolución.
Haber reducido el relato histórico de la emancipación rioplatense a una pelea entre patriotas puros y españoles malos o 'realistas' sólo ha servido para formar generaciones de argentinos que desconocen hechos de gran importancia en la puja de poderes.
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"¡Queremos saber de que se trata!", gritaban los paisanos criollos afuera del Cabildo. Es fundamental conocer la presión ejercida durante los primeros meses de 1810 por las naves inglesas estacionadas en el Río de la Plata.
La penetración británica comienza con el establecimiento de la logia de masones Excelsior en la ciudad de Buenos Aires.
"A fines de 1806, unos 2000 comerciantes y aventureros británicos, alentados por la noticia de que Beresford había capturado Buenos Aires, partieron rumbo al Río de la Plata acompañando la expedición de refuerzo de Samuel Auchmuty. Al llegar se enteraron de que la ciudad había sido reconquistada por sus habitantes, y en enero de 1807 fueron testigos del sitio y toma de Montevideo por las tropas de Auchmuty. Mientras esperaban la llegada del general Whitelocke para pasar a Bs. As., los comerciantes inundaron la plaza montevideana con mercaderías de todos los gustos y colores. Como sabemos, Whitelocke llegó en mayo, invadió Buenos Aires a fines de junio pero fue vencido en pocos días, y en septiembre los últimos británicos abandonaron Montevideo. A pesar del fracaso final de la expedición, los comerciantes habían logrado ingresar alguna mercadería en Buenos Aires, y en tanto que algunos volvieron a Gran Bretaña para traer nuevos cargamentos, otros, con o sin mercadería, se quedaron esperando una nueva oportunidad en las costas brasileñas. Y la oportunidad llegó a principios de 1808 con la mudanza de la corte portuguesa de Braganza a Brasil." (1)
Firmado el tratado de alianza con España en 1/1809, Inglaterra fue obteniendo autorizaciones para descargar mercaderías en puertos hispanoamericanos. Así comenzó a legalizarse el contrabando existente. En 7/1809 el virrey Santiago de Liniers fue reemplazado por Baltasar Hidalgo de Cisneros.
La petición de los comerciantes John Dillon y John Thwaites, que pretendían descargar mercadería de la corbeta mercante Speedwell, dio lugar a un debate que terminó en el decreto del 6/11/1809 destinado a la apertura temporaria del comercio para países aliados con la condición de que las mercaderías se vendieran por medio de consignatarios españoles y que los comerciantes sólo podían permanecer 40 días para descargar. Thwaites y Dillon ingresaron su mercadería al igual que 17 buques mercantes ingleses que esperaban en la rada exterior del puerto de Buenos Aires.
Luego de la descarga los comerciantes británicos se negaron a volver a sus embarcaciones. El 18/12/1809 unos cincuenta de ellos fueron intimidados a abandonar la ciudad bajo apercibimiento de prisión. Cinco días antes que venciera el plazo para embarcarse, un comité de diez comerciantes encabezados por Alexander Mackinnon, presentó una carta al comandante de la nave de guerra H.M.S. Lightning, apostada en balizas, pidiéndole que intercediera ante Cisneros para obtener una prórroga de aquel plazo. Los firmantes eran: Alexander Mackinnon, Thomas Crockett, Edward Hill, James Ritchie, James Barton, John Smedley, William Dunn, George Dickson, Frederick Dowling y J. Rattray. La presión de los comandantes navales surtió efecto y el Virrey aceptó dilatar por cuatro meses el vencimiento hasta el 18/4/1810.
Mackinnon informó de la situación al ministro George Canning y a Lord Strangford, embajador inglés en Río de Janeiro. El día 10/4/1810 el nuevo Comitee of British Merchants integrado por Alexander Mackinnon, Carleton Allsopp, Robert Staples, John Smedley y Thomas Crocket, volvió a pedir ayuda a los comandantes navales quienes obtuvieron que Cisneros postergara el vencimiento un mes más.
El día 17/5/1810 llegó al puerto una fragata denominada "Juan París", procedente de Gibraltar, portando periódicos londinenses que informaban el derrumbe de las defensas del pueblo español frente a los avances franceses. En esa semana el Virrey quedó desplazado por la Junta Provisoria Gubernativa. Así llegamos al 25 de mayo de 1810.
En 9/9/1810 Alexander Mackinnon logró imponer la firma de un documento que condenaba la actitud del comodoro Robert Elliot, Jefe de la estación naval británica en el Plata, de respetar el bloqueo del puerto de Buenos Aires impuesto por las autoridades de Montevideo. Fue personalmente a Río de Janeiro a conferenciar con Lord Strangford y volvió con una carta de éste para la Junta asegurándole que Elliot no tenía instrucción alguna para secundar el bloqueo dispuesto por Montevideo.
A los pocos meses este grupo de comerciantes fundó la primera institución de la comunidad británica en Buenos Aires. Los British Commercial Rooms o Sala Comercial Británica, ubicada en la posada Doña Clara (Mary Clark) en la barranca (actualmente, calle 25 de Mayo entre Bartolomé Mitre y Perón) a cuadra y media del Fuerte de Buenos Aires. Sirvió durante 20 años de punto de reunión de comerciantes británicos, capitanes de barcos mercantes y comodoros de buques de guerra. Allí se armaban los negocios y se contaba con varios catalejos para observar desde la azotea la llegada de los barcos y recibir noticias trasmitidas desde ellos por medio de banderas.
Debe notarse que los comerciantes Dillon, Thwaites, Staples, Allsopp, Dunn, Barton, Dickson, y otros como John Parish Robertson, James Brittain, Samuel Winter, Daniel Mackinlay, John Appleyard, James Paroissien y Thomas Gowland, llegaron por primera vez al Plata en 1807 con las Invasiones Inglesas acompañando las expediciones armadas. Es decir, que venían con todas las intenciones de avasallar el comercio argentino respaldados por fuerzas militares británicas.
La muerte de Mariano Moreno
El Dr. Mariano Moreno murió envenenado a bordo de la fragata de comercio británica "La Fama". El capitán George Stephenson le administró una sobredosis de emético (cuatro gramos de antimonio tartarizado) en un vaso de agua una tarde que lo halló solo y postrado en su gabinete. Quedando en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra substancia corrosiva la que se le administró, no habiendo las circunstancias permitido la autopsia cadavérica. El cuerpo de Mariano Moreno fue arrojado al mar. (2)
Mariano Moreno viajó a Europa en carácter de Secretario de Gobierno y Guerra a fin de afirmar la alianza con Inglaterra, porque existía un interés recíproco contra la usurpación y miras hostiles de Francia. Fue Moreno quien solicitó ser enviado a Inglaterra.
El 24/1/1811 partió en la escuna de guerra británica Mistletoe a cargo del capitán Ramsay hacia el puerto de la Ensenada, distante a unos 50 km de Buenos Aires. Allí trasbordó a "La Fama".
Su misión más importante e inmediata era concretar una operación de compra de armas acordada entre Cornelio Saavedra, Presidente de la Junta Provisoria Gubernativa y el general Charles François Dumouriez, mercenario francés al servicio de Inglaterra, con el conocimiento de Lord Strangford y el Marqués de Wellington.
Se recuerda que antes de su trasbordo a La Fama, el Dr. Moreno le obsequió a Ramsay y cuatro oficiales británicos, medallas de oro con la imagen de Fernando Séptimo.
Los envíos de armas que iba a supervisar Moreno no eran para pelear contra los españoles sino para suplir la falta de material bélico, ya que Buenos Aires se hallaba en estado de indefensión desde 1808.
Hubiera sido sumamente molesto que una persona de la talla moral del doctor Mariano Moreno controlara esos armamentos, que en la mentalidad de Dumouriez y otros implicados, estaban destinados a provocar la guerra entre criollos y españoles. Por esa razón los ingleses quitaron del medio a Moreno para que no entorpeciera sus planes. El Secretario de la Junta fue envenenado por un capitán inglés.
Los negocios de la guerra
Hacia 1814 las ventas de material bélico dejaron de ser un secreto en el Río de la Plata. El traficante John Parish Robertson (3) recorría nuestros ríos a bordo de su barco "La Inglesita" inflamando la cuenca del Plata con armamentos, municiones y todo tipo de pertrechos. Actitud que le valió ser expulsado del Paraguay en 1815.
El inescrupuloso Parish Robertson rompió con todos los códigos y usanzas comerciales de la época. Fue descubierto en una operación de reclutamiento de combatientes paraguayos a cambio de armamento inglés. Lo hizo a espaldas del gobierno del Paraguay, invocando el nombre del general Alvear, en detrimento del caudillo oriental Artigas. Para ello contó con la protección del Jefe de las fuerzas inglesas estacionadas en el Río de la Plata, capitán Percy.
John Parish Robertson resultó ser un personaje nefasto para las finanzas criollas. Fue el gestor principal en 1824 del famoso empréstito de 1.000.000 de libras esterlinas de la Casa Baring Brothers que hipotecó el futuro de todos los argentinos.
Los hermanos John y William Parish Robertson pertenecían a una familia acomodada de Edimburgo, hijos de un funcionario del Banco de Escocia. Una parte importante del empréstito se diluyó en gastos militares para la Guerra Argentino-Brasileña (1825-1828), de la que fueron proveedores de equipamiento bélico los mismos comerciantes británicos.
Otro personaje de importante actuación en esta operación financiera fue James Brittain, uno de los comerciantes más poderosos durante la época de Rivadavia. Llegó a ser un gran hacendado en la provincia de Entre Ríos frente al río Paraná Guazú. Según el cronista William Mac Cann, Brittain llegó a poseer en 1847: "la mayor extensión de tierras pertenecientes a un súbdito británico en esta parte del mundo", con 200 leguas cuadradas de terreno y puerto fluvial.
La Revolución de 1810 y la Guerra de la Independencia argentina significó para Gran Bretaña la toma o el dominio del floreciente mercado del Plata, además de un excelente negocio de material bélico para su industria.
MGB 2016 - Año del Bicentenario de la Independencia Argentina.
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Fuente:
La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816. | La Gaceta
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Patricio Lons,en Radio Splendid, La Otra Historia de la Independencia de América.
Publicado el 8 jul. 2016
"!LO QUE PERDIMOS Y GANAMOS CON LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA!" La otra cara del Congreso de Tucumán de 1816
Por AM 990 Splendid con Patricio Lons
https://www.youtube.com/watch?v=R99Sghzo2N8&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=R99S...ature=youtu.be
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia
Por Aurelio Gil Beroes
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Caracas, 18 Abr. AVN (Por Aurelio Gil Beroes) .- La posibilidad de que la Gran Colombia, después de 1830, se afirmara como plan geopolítico independiente en el norte de Sudamérica, tal como lo soñaron Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar, fue truncada por una conspiración del imperio británico, que vio en ese proyecto un potencial peligro para sus intereses políticos y económicos en el Caribe.
Así lo sostiene el jurista e investigador Fermín Toro Jiménez, en su libro Historia diplomática de Venezuela 1810-1830.
En entrevista con AVN, que giró en torno a la significación histórica del 19 de Abril de 1810, el autor plantea una interesante hipótesis que da un vuelco a las tesis históricas que la precedieron sobre el origen y el destino final de aquel proyecto.
La historia
El hecho tiene su origen en el 19 de Abril de 1810, cuando los venezolanos independentistas más esclarecidos de aquel tiempo aprovechan la invasión de los ejércitos napoleónicos a España, ocurrida en 1808, y la abdicación del Rey Carlos IV y de su heredero, Fernando VII, para nombrar una junta de autogobierno que, con el pretexto de defender los derechos del usurpado reino de España, en realidad se hace del gobierno de la, para aquel entonces, Capitanía General de Venezuela.
La acción de la Junta de Caracas
Desde un principio los patriotas caraqueños tuvieron muy claro lo que debían y tenían que hacer.
Lo primero que hace la Suprema Junta defensora de los derechos de Fernando VII es tomar el control de los cuerpos militares acantonados en Caracas y asegurar la lealtad de las fuerzas armadas, designando mandos comprometidos con la causa independentista.
Días después, el 25 de abril, designa la Junta Suprema de Gobierno de Caracas, como habrá de llamarse en adelante, integrada por 23 personas, entre quienes figuran José Cortés de Madariaga, Lino de Clemente, José Félix Ribas, Francisco Javier de Ustáriz, Juan Germán Roscio, Feliciano Palacios y Juan Pablo Ayala.
Nótese en este cambio de nombre que desaparece el motivo inicial: ”defensora de los derechos de Fernando VII”.
Una vez nombrada la Junta Suprema de Gobierno, ésta procura el apoyo del resto de provincias del país, y envía emisarios para exponer las razones de la decisión adoptada.
La iniciativa recoge la adhesión de Cumaná y Barcelona, el 27 de abril, de Barinas el 5 de mayo, Margarita el 4 de mayo, Mérida el 16 de septiembre y Trujillo el 9 de octubre.
Guayana apoyó el 11 de mayo, pero el 3 de junio reconoce la autoridad del Consejo de Regencia de España.
Misiones al exterior
Con el mismo objetivo son enviadas varias misiones al exterior. A Inglaterra fueron comisionados Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello, quienes en Londres son recibidos por el Generalísimo Francisco de Miranda, en cuya casa son hospedados.
Desde los mismos acontecimientos de 1808, en España, Miranda, mediante cartas, incita a los patriotas de las principales capitales de Iberoamérica a designar juntas de autogobierno y librarse de España.
A Estados Unidos van comisionados Juan Vicente Bolívar, José Rafael Revenga y Telésforo Orea, mientras que a Jamaica y Curazao marchan Vicente Salias, Mariano Montilla y José Cortés de Madariaga, y a Trinidad, Casiano de Medranda.
Opciones históricas
En torno a la significación histórica de la fecha bicentenaria, Toro Jiménez expresa que justo el 19 de abril comienza el dilema fundamental de la independencia para Venezuela.
En su criterio, dos posibilidades se abrieron ante los independentistas venezolanos.
“La primera -dice- era recurrir al imperio inglés en busca de respaldo para la lucha contra los españoles, objetivo al que respondió la misión diplomática integrada por Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez que viajó a Londres”.
Refiere que Inglaterra, para ese entonces imperio triunfante, era dueña de los mares, pues había destruido a la armada española en la batalla de Trafalgar, en 1805.
“La otra opción, que evidentemente era mirandina y que después Bolívar recoge y transforma en una realidad, era establecer una alianza con los patriotas neogranadinos; contar con nuestros propios recursos y unirnos en una gran confederación para enfrentar al enemigo español".
"Es decir, el núcleo de lo que después fue la República de Colombia, que fue lo que nos hizo a nosotros no sólo poderosos, sino un peligro para el imperio británico en 1830, y que es lo que llevó a Bolívar y al pueblo venezolano, neogranadino, ecuatoriano y panameño en la lucha independentista a asegurar las fronteras en Ecuador y con Costa Rica, en el norte, que es hasta donde llegaba Colombia”.
Y sostiene enfático: “Esto fue un proyecto de Estado serio, de dimensiones extraordinarias, creado por una fuerza de unificación, de integración latinoamericana, que consumió el sueño y el empeño del Libertador Bolívar y de nuestra élite militar”.
Sin embargo, explica que en los libros de historia la República de Colombia, “ésta de la que estamos hablando”, es tratada como una simple quimera, una idea que nunca cristalizó ni existió, “y lo dicen historiadores tanto de izquierda como de derecha”.
Del mito a la realidad
Señala que el análisis de la separación de Venezuela de la Gran Colombia debe pasar del mito a la realidad.
“Es necesaria una investigación histórica, a fondo, que confirme la siguiente hipótesis: la República de Colombia como Estado en sí mismo, en todo el norte de la América del Sur, que iba desde el Esequibo en el oriente hasta el Guayaquil, en el Pacífico, y hasta Costa Rica en el norte, era un gigante potencial para el futuro, como Estado, y se constituía en un peligro y una amenaza para las colonias británicas del Caribe, que eran colonias esclavistas, garantía del desarrollo de la revolución industrial en Inglaterra; el impulso de la locomotora inglesa del capitalismo”.
“Esto, en consecuencia, le garantizaba a Inglaterra el poder para seguir ampliando sus dominios”, apunta.
Rasgos de Colombia
Nuestro entrevistado señala que “Colombia existió desde 1810 hasta 1830, tuvo un gobierno que se instaló sobre la estructura del virreinato de la Nueva Granada y fue una República gobernada por una élite cívico militar, más militar que por civiles, porque la mayoría de estos murió durante la guerra de independencia”.
“Esa República fue una especie de injerto militar venezolano que Bolívar distribuyó muy hábilmente para obtener el control de la unidad”.
"Colombia tenía, además, el ejército más aguerrido del mundo para el momento, formado por 25 mil hombres que habían llegado casi hasta Argentina, y era una república liberal, en capacidad de movilizar su potencial agrícola, a pesar de los daños de la guerra; sus minas de oro y plata y la pujante industria manufacturera de la zona de El Socorro, en la frontera con Venezuela”.
El autor añade otro valor a Colombia como República: “Era una República antiesclavista, que proclamó la libertad de los esclavos en el año 1816, y evidentemente era un peligro ideológico y político para las colonias inglesas del Caribe”.
Estaticidio
El autor sostiene que la desaparición de la Gran Colombia después de 1830 fue un “estaticidio” (asesinato de un Estado) cometido por el imperio británico.
Los documentos ingleses prueban que fue una conspiración y la ejecución del plan le fue encomendada a un oficial inglés, de apellido Flemming, comandante de la estación naval de Inglaterra en Jamaica, que venía de haber ejercido ese cargo en la estación de Gibraltar.
La operación fue financiada a través del gobernador inglés en Trinidad y en ella tuvo un papel relevante la esposa del comandante Flemming, una mujer andaluza, bella y hábil, que se podía comunicar con los venezolanos y neogranadinos.
Esta disolución de Colombia -indica el autor- no hubiese sido posible si para la época (1830) en Venezuela no hubiera existido una nueva clase dominante de comerciantes con rasgos oligárquicos en los principales puertos del país.
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Fuente:
Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia | AVN
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
¿Quién necesita banderas rotas de naciones rotas?
el simbolismo de esta foto es única — en Piedra De Bolivar Bombona Consaca.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psfvmtyqo1.jpg
https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
Macri recibe críticas tras declaraciones ante el Rey de España
http://www.telesurtv.net/__export/14...1718483346.jpg
Macri, junto al Rey de España. | Foto: Día a Día
Macri fue criticado por hablar de "angustia" de los independentistas de 1816 frente a la corona de España, durante los festejos por el bicentenario de la independencia argentina, a los que asistió el rey Juan Carlos.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha sido ampliamente criticado por su discurso ante el rey Juan Carlos, de España, en el que expresó que era probable que los líderes de la independencia hubieran sentido angustia de tomar la decisión de independizarse.
"Deberían tener angustia de tomar la decisión, mi querido rey, de separarse de España", dijo Macri, al hablar en la Casa de Tucumán, frente a la presencia del rey Juan Carlos.
>>Imágenes elocuentes de un festejo al estilo Macri
Este fue el fragmento del discurso más cuestionado y reproducido en las redes sociales por dirigentes opositores quienes han criticado las políticas asumidas por el Gobierno de Macri y que de continuar así, el país “va camino a una agudización de la dependencia”, agregó Jorge Capitanich, exjefe de Gabinete de Cristina Fernández, quien manifestó que "este Gobierno no siente la patria en la piel" y acusó al actual Poder Ejecutivo de "destruir todo en lo que se ha metido".
El 9 de julio de 1816 se firmó la Declaración de Independencia de la Argentina en el Congreso de Tucumán. Las Provincias Unidas del Río de la Plata (nombre de la nación en ese entonces) reclamaban el fin de la dominación ejercida por los reyes de España.
>>Cansancio impide a Macri asistir a desfile patrio
"Hoy estamos ante un conflicto semejante, pero los que están en el Gobierno son los que quieren al país de rodillas frente a los poderosos del mundo, y los que queremos retomar el avance hacia la independencia, la justicia y la igualdad estamos en la oposición. Y tenemos un arduo pero indispensable trabajo que hacer, para recuperar el rumbo", concluyó el dirigente Jorge Rivas.
>>Presidente Macri justifica los tarifazos en festejo patrio
Macri también se refirió a los los trabajadores y consideró que los gremios se tienen que "alejar de lo que pasó en los últimos tiempos, donde creció ausentismo, las licencias, y las jornadas horarias reducidas" y manifestó que "cada vez que un gremio consiguió reducir la jornada laboral todos los argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo, y no está bien".
Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, calificó en su cuenta de Twitter como una "pena que el presidente en su discurso del Día de la Independencia hable así de los trabajadores, que somos la Patria". Entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 hubo 141 mil 542 despidos, según datos registrados en un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). De ese total de despidos, el 52 por ciento correspondió a trabajadores del sector privado y el 48 por ciento a empleados del Estado.
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Fuente:
Macri recibe criticas tras declaraciones ante el Rey de España | Noticias | teleSUR
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
EL FIN DEL IMPERIO III- PERÚ, ARGENTINA Y CHILE
Va a ser 9 de julio, y se conmemora una fecha fundamental: el 200º aniversario de la declaración de independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual república Argentina . Que mejor día para publicar la última parte de la serie sobre el FIN DEL IMPERIO acerca de lo acontecido en el Perú y el Cono Sur del continente.
Capítulo 1 del Fin del Imperio
Capítulo 2 del fin del Imperio
PERÚ
El virreinato peruano fue el principal bastión de los realistas en Sudamérica. Todas las rebeliones que se dieron, débiles en apoyo popular, fueron un estrepitoso fracaso. La independencia del nuevo país hubo de esperar a ser proclamada por José de San Martín al mando de un ejército de rioplatenses, chilenos y muy pocos peruanos. Hasta ese momento, solamente había acontecido una revuelta en Chuquisaca (1809) de corta duración que fue rápidamente sofocada. A diferencia de otros territorios, los criollos se alinearon casi unánimemente del bando lealista. Los que no lo hicieron, montaron un puñado de partidas insurgentes que no alcanzaron ningún éxito reseñable. Sostienen ciertos académicos que la postura de la élite criolla se explica por el miedo a una rebelión de los indígenas. Nosotros no apoyamos esta tesis, si tenemos en cuenta que la mayoría de indígenas, y en general, la mayor parte de los peruanos humildes, fueron también partidarios de la corona.Debe destacarse el papel de un auténtico genio como el de José Fernando de Abascal y Souza. Nacido en Oviedo en 1743, alcanzó el mayor grado militar en España después de una larga carrera; siendo finalmente nombrado Virrey del Perú en 1808. Dentro del caos que se desató a poco después de su llegada al poder, el asturiano fue capaz de reconstruir las instituciones del virreinato, organizar un poderoso ejército de la nada y aún auxiliar a los realistas de otras latitudes, convirtiéndose en la principal autoridad española en Sudamérica hasta su cese en 1816. Abascal es típico personaje español que, de haber nacido en Inglaterra, tendría monumentos y no sufriría el olvido como tantos otros. Más mérito tiene aún la obra del virrey si tenemos en cuenta que en esta primera etapa de la guerra el ejército realista del Perú se encontraba compuesto totalmente por nativos de la región, puesto que los primeros refuerzos europeos no llegarían hasta abril de 1813.Antes de la batalla de Ayacucho (1824) Bolívar dijo a sus tropas que se en enfrentaban al ejército que llevaba “14 años de triunfos”, y no le faltaba razón. Durante más de una década el ejército real del Perú casi contó sus batallas por victorias, más tiempo que la Grande Armeé napoleónica, demostrando ser una fuerza militar dirigida por mandos competentes y una tropa valerosa y leal. El frente de batalla más importante fue en el Alto Perú -hoy Bolivia- contra las expediciones que enviaron los revolucionarios de Buenos Aires (que todavía no habían declarado la independencia) No olvidemos que El Alto Perú pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, que de haber caído bajo poder insurrecto en los primeros compases de la guerra, hubiera supuesto un golpe mortal a la causa realista americana. Así, hasta en tres ocasiones a lo largo de 5 años trataron los ejércitos revolucionarios de asaltar la región, siempre con fuerzas superiores a los defensores, pero siempre fracasando en sus intentos. Se sucedieron numerosas batallas: Huaqui, Sipe Sipe (ambas en 1811) Vilcapuglio (1813) y Viluma (1815) entre otras, donde los invasores fueron completamente derrotados; por lo que el Alto Perú se conservaría para el virreinato peruano hasta la década siguiente. Las tácticas empleadas por los comandantes españoles en la región son todavía hoy objeto de estudio en las academias militares, por su ingenio y gran habilidad. Tales victorias fueron decisivas para evitar la expansión de las Provincias Unidas al norte, y por lo tanto para el nacimiento del estado de Bolivia años más tarde.Hacia 1820, pese a las victorias de Bolívar en el norte y de San Martín en el sur, el ejército real era aún muy poderoso y sus comandantes estaban confiados de resistir cualquier ataque. Incluso San Martín propuso que España reconociera la independencia del Perú, Chile y Río de la Plata, y que se instalara en el Perú una monarquía constitucional encabezada por un príncipe español .Sin embargo, así como ocurriera en México, El triunfo del golpe de estado liberal de Riego trastocó los planes al dividirse los realistas entre dos bandos. En enero de 1821 el virrey Joaquín de la Pezuela, vencedor de Viluma, fue depuesto en un golpe de estado dirigido por el liberal José de La Serna a causa de su ideología absolutista, convirtiéndose el segundo en nuevo virrey, que juraría la constitución de Cádiz. El conflicto entre liberales y absolutistas, mantenido bajo un tupido velo, se desató entonces con toda su virulencia; algo que debilitó mucho la causa de los leales a la corona. No debe chocarnos que un grupo importante de montoneros indígenas se pusieran de parte de Olañeta, abanderado de la causa absolutista. Esta situación era más que pintada para Bolívar, que no desaprovechó la ocasión para avanzar desde el Ecuador con su ejército “libertador”, arrebatando una victoria tras otra a un enemigo cada vez más disminuido. Por su parte, San Martín llegó desde el sur a Lima con su expedición argentino-chilena y allí declaró la independencia del Perú en julio de 1821. Pese a esto, la capital peruana aún fue recuperada un par de veces por los realistas para júbilo de la mayoría de su población; además de la obtención de varias victorias por parte de la Serna y Canterac, ambos brillantes militares. A principios de 1824 los realistas liberales se habían finalmente impuesto a los absolutistas de Olañeta y logrado reunir a todas las fuerzas disponibles, pero era ya demasiado tarde y volvieron a caer en la sangrienta batalla de Junín; tras la cual el resultado de la guerra quedó escrito.En diciembre de 1824 aconteció la batalla de Ayacucho, la cual es renombrada con tintes heroicos en la historiografía hispanoamericana como un hito, recordada con monumentos, plazas y fastuosos actos. Lo cierto es que fue una auténtica comedia que ni siquiera debió producirse. El virrey La Serna reunió a casi todas las tropas disponibles contra un ejército unido bajo el mando conjunto de los “libertadores”. Los realistas eran más numerosos y sobre todo, contaban con decenas de piezas de artillería; frente a unos independentistas que carecían de cañones; lo esperable hubiera sido una victoria. Sin embargo, se trató de una derrota aplastante producida después de una bandada casi sin luchar. Por eso ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como “la traición de Ayacucho” .El autor afirma en su obra Batallas decisivas de la Historia de España que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. Señala a Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, solo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). Los jefes españoles, de ideas liberales y seguramente muchos de ellos pertenecientes a la masonería, se encontraban asqueados de tener que luchar bajo el régimen absolutista de Fernando VII – Recordemos que el trienio liberal había llegado a su fin un año antes- Con todo, como en aquellos tiempos no se entendía otra cosa que no fuera combatir con honor (una capitulación sin batalla se habría juzgado como traición) se tuvo que escenificar una simulación de lucha, resultado de la cual murieron miles de soldados realistas, la mayoría pobres campesinos peruanos. El general José Ramón Rodil, que pese a ser masón era más patriota, se negó a firmar la rendición de Ayacucho y se refugió con las tropas leales en el castillo de San Felipe del Callao, una isla-fortaleza situada justo enfrente de Lima. El asedio fue durísimo, con bombardeos diarios y miles de muertes por bala y enfermedades, pero Rodil y sus hombres fueron capaces de resistir heroicamente durante más de un año y medio, hasta enero de 1826. Viendo que desde España ya no llegarían más refuerzos, a los asediados nos les quedó más remedio que rendirse al final; pero por reconocimiento de su valor les fue permitido regresar a España con salvoconducto (incluido a Rodil) y otros a reintegrarse en en el nuevo ejército peruano con rango y honores intactos.Fueron las últimas tropas regulares, pero no los últimos defensores de la corona en el Perú.En 1825 prendió una rebelión realista liderada por el campesino indígena Antonio Huachaca en las regiones altas del país, y el movimiento, nutriéndose de cientos de pueblos y aldeas indígenas, llegó a reunir a más de 2000 hombres en armas. Sabían lo que les esperaba con la victoria republicana y pretendían que desde España les enviaran apoyos para seguir con la causa (algo que a tales alturas ya era imposible) La batalla decisiva se produjo el 29 de noviembre de 1827 en Ayacucho (sí, otra vez) donde el ejército campesino izó sus banderas con la cruz de Borgoña, y cargaron al grito de “¡Viva el Rey!”. Pero las tropas republicanas, mejor pertrechadas, lograron contener el ataque y contrarrestarlo para acabar desbandando a las tropas de Huachaca. Poco después lograban capturar a los últimos rebeldes. Pero aún hubo más: en enero de 1828, Francisco Javier Aguilera, un militar nacido en Santa Cruz de la Sierra (actual Bolivia) se alzó con un grupo de realistas, organizó una partida de unos 180 infantes y jinetes y se proclamó “General en Jefe del Ejército Real”. Aguilera había participado en todas las grandes batallas del Alto Perú y se había distinguido por su valiente actuación en combate en más de una ocasión. Con su exigua tropa logró ocupar la ciudad de Vallegrande en febrero. Proclamó su fidelidad a Fernando VII y se mantuvo luchando por varios meses en distintos puntos de la zona oriental de Bolivia. Hizo un intento de tomar Cochabamba y otro sobre Santa Cruz de la Sierra en octubre, pero sus fuerzas eran demasiado escasas. Finalmente, Aguilera y sus hombres fueron rodeados en un estrecho valle, donde el comandante peruano Rojas le conminó a rendirse. El general realista se negó y el 30 de octubre al fin aconteció la batalla final, donde la pequeña tropa realista fue derrota finalmente. Aguilera fue capturado para ser fusilado poco más tarde.Así acabaron los últimos y desesperados intentos de los últimos realistas y los pueblos indígenas del Perú para detener el inevitable curso de la historia. Aunque condenados al fracaso desde el primer momento, nos habla de la infinita lealtad que sentían con la corona. Las represalias de los vencedores no se hicieron esperar: además de la opresión brutal a la que fueron sometidos muchos pueblos indios del país, de la que ya hemos hablado; hay que contar la desaparición violenta de alrededor de diez mil españoles residentes a manos de los insurgentes. Se vivieron jornadas de auténtico terror en Lima, con cientos de muertos cada noche, violaciones y saqueos en los barrios donde los peninsulares residían, todo con autorización del nuevo gobierno de la República. Esta matanza no es nunca referida en ningún libro español o americano, pero existió, y debe contarse como lo que fue.José Manuel de Goyeneche: nacido en Arequipa (Perú) en 1776, en el seno de una familia criolla de tradición castrense. Como hacen los grandes hombres de armas de la historia, Goyeneche comenzó desde soldado raso, desde donde llegó a ser uno de los principales altos mandos del ejército español. Se le considera el auténtico fundador del ejército real del Perú; como él mismo escribiera: “la gloria de haber formado con los infelices labradores de las provincias del Cuzco, Arequipa y Puno un cuerpo respetable”Con sus 20 victorias contra la insurgencia contuvo los conatos de Rebelión en el Alto Perú y derrotó a todos los ejércitos invasores provenientes de las Provincias Unidas, recuperando el amplio territorio que hoy ocupa el estado de Bolivia. En 1813 fue reemplazado por Pezuela al frente de los reales ejércitos en el Perú y regresó a España,no pudiendo por tanto participar en las últimas fases del conflicto, algo en lo que al parecer tuvieron que ver turbios manejos desde Madrid, que por animadversión personal le impidieron regresar a América. Uno de tantas felonías que cometió Fernando VII y su gobierno, que al quitar al ejército peruano de su gran comandante pusieron un clavo más en el ataúd de la tumba realista. Aunque herido en su orgullo, Goyeneche se mantuvo siempre fiel al rey la corona, sirviendo los últimos años de su carrera como teniente general de todos los ejércitos de España. Falleció en Madrid en 1846, pleno de honores y reconocimientos a su labor.
EL CONO SUR
Buenos Aires fue el epicentro de la rebelión contra la monarquía en el continente. Tenía que ser allí: en la ciudad más comercial, con una burguesía criolla muy potente influida hasta el tuétano por las ideas liberales y con numerosos agentes ingleses pululando por todas partes. Estos últimos ambicionaban el poder sobre la ciudad del Plata más que ningún otro territorio del imperio español. No en vano, sucedieron dos invasiones inglesas en 1806 y 1807, que hubieron de ser repelidas sin apoyo alguno desde la península. Londres había quedado escarmentado de intervenir in situ, pero iba a hacerlo mucho más fructíferamente a través de sus tejemanejes en la sombra, consiguiendo ganar un espacio de influencia decisivo para el futuro próximo.La revolución de mayo en 1810 provocó la creación de la primera junta autónoma americana y a la larga, fue la más exitosa de todas. Parece claro que el propósito independentista estuvo presente desde el principio (pese a la proclamación de lealtad que hizo la junta) Aún hoy podríamos discutir las motivaciones últimas para obrar de tal modo y, sobre todo, las convicciones que les movieron a ello ¿se trató de un acto patriótico o, en cambio, de una traición? . Lo intentaron enmascarar de alguna manera – por ejemplo, la bandera Argentina posee los colores de la dinastía Borbón- aunque cada vez con menos disimulo. El depuesto virrey Liniers, que no se engañaba respecto a las intenciones de los revolucionarios, opinó lo siguiente:”… la conducta de los de Buenos Aires con la Madre Patria, en la que se halla debido el atroz usurpador Bonaparte, es igual a la de un hijo que viendo a su padre enfermo, pero de un mal del que probablemente se salvaría, lo asesina en la cama para heredarlo.”
http://soulguerrilla.com/wp-content/...rs-300x367.jpgSantiago de Liniers, considerado un héroe por los bonaerenses por su actuación contra las invasiones inglesas, último virrey del Río de la Plata. A pesar de su popularidad, fue fusilado por los insurrectos en 1810.
Pese a que la cita es esclarecedora, no es cuestión de hablar mal aquí de Belgrano; hombre brillante por los cuatro costados, o San Martín, militar de inigualable bravura o del chileno O,Higgins, líder de infinito talento. Ellos tuvieron sus razones de peso para obrar como obraron. Si tú, lector, te pones en su lugar, de ser un bonaerense en 1810 ante la situación tan incierta que se avecinaba ¿hubieras apostado por una metrópoli invadida por un poder extranjero y con una monarquía tambaleante? Seguramente no. Quizá te hubieras lanzado a la causa independentista, con un mar de dudas, quizá arrepintiéndote más tarde; al ser la única determinación con un futuro prometedor. Por eso no debemos tratar de juzgar moralmente ni a favor en contra, sino poniéndonos en el sitio de cada cual.Dicho esto, la actuación de los protagonistas de la junta de mayo fue menos edificante de lo que suele contar la historiografía oficial. Empezando porque la junta, formada en su mayoría por comerciantes onerosos pertenecientes a la masonería, borró cualquier ápice de poder local para poner todo el poder bajo sus manos. Una de sus primeras medidas fue poner al Cabildo de buenos Aires bajo su poder, para hacerlo desaparecer posteriormente. Lo mismo se hará con el Cabildo de Luján, al que se despojará de cualquier poder de decisión. En el Interior, los delegados de la Junta harán exactamente lo mismo; anulando también de paso todos los cabildos indígenas, con toda la autonomía que les representaba abolida de un plumazo por parte de los que tanto se decían defensores de la libertad. Comenzaba así la tradicional política centralista de Buenos Aires, claramente opresiva para las provincias interiores, que no tardaría en provocar conflictos incluso antes de la independencia. En el año 1820 estalló la primera Guerra civil, de las muchas que viviría el territorio argentino a través del siglo XIX. En ésta se independizó el Estado Oriental (después Uruguay) bajo Gervasio Artigas; y otras muchas provincias hubieran hecho lo mismo de no ser por la brutal represión sobre ellas.La lucha de independencia en el territorio del Río de la Plata, centro de la actual Argentina, fue la más corta; Buenos Aires era la única ciudad donde puede atestiguarse que el apoyo popular a la rebelión fue mayoritario -sin olvidar la tremenda represión a los disidentes- El ejército rioplatense era poderoso, bien armado y equipado –en parte con dinero inglés- Los rebeldes contaron además con quizá, el más brillante militar de todas las guerras de Independencia Hispanoamericanas: José de San Martín; además de otros comandantes de gran valía como Belgrano, Güemes, etc… De esta manera, pudieron hacerse con el extenso territorio que hoy conforma la actual Argentina, además de conquistar El Paraguay, pese a la valerosa resistencia del paraguayo Manuel Atanasio, leal a la corona. Sin embargo, no en todas partes la lucha fue tan fácil: en Montevideo la población civil se negó a sumarse a la rebelión y en esa plaza las tropas realistas resistieron bajo el mando del Virrey Elío hasta agosto de 1814. Además, los intentos de invadir el Perú y “exportar” allí la revolución se vieron repetidamente una y otra vez rechazados por las tropas realistas, tal y como hemos visto en el apartado anterior. Muy debilitados los ejércitos de la junta, recibieron una derrota terrible en la Batalla del Yavi, a finales de 1816; tras la cual los realistas del Perú lograron retomar temporalmente las provincias del norte argentino, causando el terror en la capital de las Provincias Unidas. Recordemos que para entonces solo Buenos Aires restaba como importante territorio rebelde a las autoridades españolas merced a los triunfos en otros lugares. Tan fuerte se encontraba la facción realista que en los últimos días de ese año, un ejército realista al mando de La Serna emprendió una campaña llamada “invasión grande”, cuyo objetivo era llegar al misma Buenos Aires. Ya no había posibilidad de tregua dado que el congreso de Tucumán había proclamado oficialmente la independencia el 9 de julio de 1816. A pesar del impulso inicial, la operación fue un fracaso y tras dos meses de combates las fuerzas realistas hubieron de regresar mermadas en hombres y moral al Alto Perú.Mientras tanto, al otro lado de la cordillera, en Santiago de Chile, la bandera de España volvía a ondear en los edificios públicos después de la etapa que los chilenos conocen como la “Patria vieja”. El triunfo inicial de los miembros de la junta de Santiago tras su proclama (1810) no pudo ser respondido por las autoridades de la monarquía. Durante este periodo se crea en Santiago una Junta nacional de Gobierno y el Congreso, para administrar el país durante la prisión del Rey de España, a quien juraban fidelidad (si era real o fingida, quizá nunca lo sepamos) con las fuerzas militares al mando de Bernardo O´Higgins. Es curiosa la historia del principal prócer chileno. Su padre Ambrosio, de origen irlandés, era un militar y funcionario importante al servicio de la corona. Llegó incluso a a ser por unos años Virrey del Perú. Teniendo en cuenta estos antecedentes ¿Qué le llamó a hacer aquello? Sin duda, aparte de sus ideales, el don de la oportunidad y algo más: el importantísimo apoyo británico. La flota de Thomas Cochrane, oficialmente “chilena” pero conformada por ingleses, tuvo un papel determinante en la guerra contra el ejército real de Chile y del Perú. Una vez más los ingleses haciendo todo lo posible, y con éxito, usurpando la soberanía española de ultramar. para sustituirla por su poderosa influencia.A mediados de 1814 el brigadier de los ejércitos reales Mariano Osorio recibe refuerzos por parte del Virrey Abascal, fuerza con la que emprende el contraataque. Pretendía aprovecharse de la división de los dos caudillos insurgentes, O´Higgins y Carrera; dada una querella en la cual el primero era partidario de mantener vínculos con la monarquía hispánica mientras que el segundo quería romper definitivamente. Llegaron incluso a pelear en una escaramuza (en la cual O´Higgins luchó bajo la bandera española) Dada esta situación, el ejército realista ataca con rapidez y da un golpe letal en la ciudad de Rancagua a las tropas de O´Higgins. Éste, que había proclamado antes de la batalla su famosa frase: “O vivir con honor o morir con gloria”; no se aplicó el cuento y prefirió huir hacia los Andes para refugiarse en Las Provincias Unidas del Río de la Plata. Al poco, los realistas entran en Chile y empieza así el período denominado –mal denominado- como “reconquista española”, período en el cual Osorio inició la represión para imponer la autoridad real; una represión fuerte pero no tan dura como la historietografía oficial chilena exagera.Esta situación durará hasta 1817; cuando O´Higgins junto a San Martín invade Chile al frente de un potente ejército compuesto por rioplatenses y chilenos. Sus fuerzas vencen en Chacabuco ese año y consiguen otra victoria en Maipú en abril de 1818, que resultaría decisiva; tras la cual Osorio debe evacuar todas las tropas hacia el Perú; certificándose la independencia chilena. En las islas de Chiloé los chilotes, y los mapuches al sur del territorio serán los últimos leales a la corona, manteniendo guerrillas hasta bien entrada la década de 1820. Por otra parte, debe decirse que O´Higgins trató bien a los españoles residentes; certificando una rápida reconciliación con los otrora enemigos. No fue así en la Argentina, donde las medidas de terror del gobierno de Buenos Aires tuvo su blanco en cientos de peninsulares que sufrieron una cruel represión similar a la ya reseñada en Lima.
EL PEOR DE LOS RESULTADOS POSIBLES
La traumática separación de España con las repúblicas de Hispanoamérica ha supuesto una rémora que sigue muy viva en nuestros días. Los odios enquistados desde hace dos siglos reflotan de cuando en cuando, bien atizados por los enemigos en uno y otro lado del orbe. Las tremendas desigualdades sociales continúan, más grandes incluso que en el pasado; la criminalidad alcanza cotas altísimas, con los países del itsmo, Colombia y Venezuela entre los más peligrosos del mundo, y en fin, el desarrollo económico que experimentan sus economías es todavía muy endeble como para cantar victoria ante la secular inestabilidad que infesta la región. Apenas unas pocas de las repúblicas independientes han alcanzado un nivel aceptable de prosperidad y seguridad.Una gran lección que debemos aprender de las independencias hispanoamericanas es que el cambio político en un país no tiene por qué suponer mayor libertad, justicia o riqueza para sus habitantes; incluso aunque tal cambio se vista con los ropajes de las mejores ideas y las constituciones más avanzadas. La sustitución de las autoridades virreinales por las élites mercantiles criollas supuso una continuidad en todos los aspectos; en unos sitios para mejor, en la gran mayoría, para peor. México recién independiente se convirtió en una monarquía absoluta y después en un régimen controlado por los militares, mientras los norteamericanos empezaban a usurparles territorios en el norte los mexicanos se enfangaban en conflictos civiles augurando el estado fallido que es a día de hoy. Los países centroamericanos han sido verdaderos títeres en manos de los agentes de los EE.UU, conociéndose como “repúblicas bananeras” y han hecho muy poco para solucionar su estado. La Gran Colombia se disolvió y sus antiguos integrantes andan a palos entre sí aún en nuestros días. Que decir de los desencuentros entre los estados andinos: en un principio, intentaron unirse en la confederación Perú-Boliviana, que fue atacada por argentinos y chilenos; estos últimos la destruyeron del todo para evitar la “competencia” de un estado fuerte en la zona. Todavía hoy Bolivia le reclama a Chile parte del territorio litoral que este país conquistó en aquella guerra. Por su parte, Argentina vivió una guerra civil terrible entre los unitarios y los federales que devastó el país, si bien es verdad que a fines del XIX se estaba convirtiendo en una gran potencia económica. Por desgracia, desde hace unas décadas ya no son ni la sombra de lo que fueron. El liberalismo que oficialmente se siguió desde los próceres, muy mal aplicado y que nada tuvo que ver con el de los anglosajones, consiguió la igualdad, sí, pero sólo para igualar a casi todos en la miseria (y sólo el marxismo lo ha superado en crear pobreza) Los gobiernos impusieron el terror por las armas cuando convino, iniciaron guerras terribles y destruyeron la propiedad comunal de la tierra que existía desde época de la monarquía, entre otros lamentables hechos. Esta experiencia debería hacernos desconfiar de los politicastros a ambos lados del atlántico que ganan elecciones mediante el uso recurrente de palabras que suenan bien pero que no concretan en nada como “libertad” “ igualdad” “derechos”, etc…Sobre España, no hace falta más que hacer un somero repaso a la historia del desgraciado siglo XIX para ver las consecuencias de tan terribles hechos.¿Quién acabo triunfando? Al final, los que más ganaron de todo esto fueron los británicos primero, y sus nietos yanquis después. No sólo por lo que hicieron en el Nuevo Mundo, también en España, pues pese a la ayuda prestada durante la Guerra de la Independencia, se pagó a un alto precio. Responsabilidad suya fue la destrucción sistemática de las fábricas españolas de tejidos, un hecho gravísimo que lastró aún más nuestra ya débil capacidad industrial (consecuencia de lo cual tuvimos que comprarles a los ingleses sus paños durante décadas) Pero el imperialismo anglosajón no es sólo político, sino sobre todo, cultural. Próceres argentinos como Alberdi, Mitre o Sarmiento despreciaron la obra civilizadora de España. En México tal pensamiento se elevó a la enésima potencia. Y su sucesor es la ideología bandera de los americanos más progresistas: el indigenismo. Éste tuvo una promoción masiva a través de llamado “El foro de San Pablo”, una doctrina que ha tenido éxitos limitados (en Uruguay por ejemplo) pero fracasos sonados, como el desastre absoluto de Venezuela. Su propaganda se basa en el victimismo y la manipulación histórica elevados a la enésima potencia. Como progresistas, se olvidan que históricamente, los que más invocaron el “progreso” han sido los que más indígenas han matado. Así ocurrió en México durante las matanzas de las guerras de los cristeros, y antes de la revolución, cuando dejaron a los indígenas sin los últimos territorios de los que tenían propiedad otorgada por España. Es hasta gracioso pensar que los indigenistas piensen que en Washington, Londres o Wall Street los ven con preocupación. Todo lo contrario, a los globalistas no les pueden gustar más los estados fallidos y el inmenso odio hacia la patria española. Son todo ventajas para ellos. Incluso se sabe que compañías trasnacionales como Chevron financian el indigenismo en la Patagonia argentina, sin duda para intentar quedarse con los ricos recursos de hidrocarburos del país.Conclusión: Hispano América se independizó del rey de España pero en la mayor parte de los casos fue a caer en tiranías peores. Ya sea en caudillos locales, ya sea en manos de potencias extranjeras con poco aprecio, o ambos a la vez. Veánse sino episodios como la conquista del desierto, la oprobiosa guerra de la triple alianza, o el asesinato de los fueguinos, los patagones y los mapuches. En Argentina los patagones habían sido casi exterminados a fines del siglo XIX, y en Uruguay hicieron lo propio con los charrúas. Todo lo cual no es ajeno a la actitud discriminatoria de la que han sido víctimas los indígenas (que no fueron beneficiarios de la tan cacareada independencia) por sus propios connacionales y que subsiste aun entre las mismas capas mestizas de la sociedad, entre las cuales también es frecuente el “choleo” (es decir, el menosprecio hacia alguien por tener trazas de indio, por ser “cholo”)Dicho lo cual, tampoco se trata de juzgar moralmente estos hechos. Lo cierto es que cada pueblo defiende sus intereses y durante siglos los anglosajones han sido –y son- mejores, al menos en la política. Asumiendo la realidad es la única manera de poder resolverla. Ellos han sido superiores a nosotros y nos han vencido una y otra vez. Las quejas y los lloros no solucionan nada, no vale estar siempre protestando por el “imperialismo yanqui”. El responsable principal del estado de un país es su pueblo.EPÍLOGO
América no se entiende sin España. Por supuesto, tampoco España podría entenderse sin América. Todo aquello que se hace llamar “latino” es en última instancia de origen español y europeo. Esto se aplica a todo, por ejemplo: durante décadas los argentinos reclamaron la anexión de Uruguay ¿en virtud de qué? En virtud de que pertenecían al mismo virreinato. Un virreinato que lo habían fundado y dirigido españoles. ¿Por qué los argentinos reclaman las Malvinas argentinas? Pues por lo mismo: porque anteriormente las Malvinas habían pertenecido a España. No hay nada más absurdo que pensar que las naciones de América son creaciones puramente amerindias o surgidas por generación espontánea. Colombia, llamada así por Cristóbal Colón; Venezuela, así llamada porque los españoles pensaron que se parecía a Venecia, Argentina, llamada “tierra de la plata”…son todas creaciones de España. Ni siquiera México o Perú existirían como tales sin el legado hispano. Y cuando se habla de la hermandad de los pueblos de “Latinoamérica”: ¿Qué es acaso lo que los une sino es la herencia hispánica? para bien o para mal, ése ha sido el veredicto de la historia.JUAN DOMINGO PERÓN LO TENÍA MUY CLARO: PULSE PARA LEER EL DISCURSOHemos hecho un resumen de lo que ha sido la obra de la civilización hispánica en el continente americano, pero no somos capaces aún de responder una pregunta :¿Cómo fue posible? aún dos siglos después de las independencias, se nos hace difícil creer que pudiera haber existido tan vasto imperio. Tres siglos gobernados a distancias de miles de kilómetros, con pequeños barcos de madera, unos pocos de hombres y miles de pueblos diferentes a lo largo y ancho de la bella América. Esos conquistadores fueron, a su vez, los ascendientes de los valerosos emancipadores. Así ,las banderas y las lealtades cambiaron, pero la estirpe se mantuvo incólume.Pero todo eso es pasado, y aunque lo llevemos en el corazón, en el pasado debe quedar. Cesado el temblor del cañoneo y enterrados todos los hombres de ambos bandos desde hace ya siglos, debería ser ya tiempo para abrazarnos fraternalmente. No hay motivos ya para odios ni disputas. Por parte de España, la tradición milenaria de nuestros antepasados, la estirpe celtíbera que aún no ha muerto y un inmenso patrimonio cultural . Por parte de América, las maravillas naturales con las que Europa no puede ni soñar, la riqueza del subsuelo y las enseñanzas de los pueblos indígenas. La simbiosis entre ambos mundos puede formar la más perfecta de las sociedades humanas: civilización griega, romana y cristiana asentada en las tierras más ricas del orbe, inyectada son sangre nueva y joven. Está claro que aún queda mucho -demasiado- por hacer, pero nunca es tarde si la dicha es buena.España y América, si Dios lo quiere, nunca más enfrentadas.RESUMEN DE ARGUMENTOS
FUE UNA GUERRA DE LIBERACIÓN DE UN CONTINENTE
Falso.
En un principio las juntas autónomas reconocieron la autoridad de la monarquía española. Después hubo un período de ambigüedad para finalmente declararse independentistas, pero ya con la guerra avanzada. Varias razones demuestran que la independencia total no fue un plan preconcebido, pero dos sobre todo:
1 – Las juntas de gobierno autónomas de criollos no proclamaron la independencia de España aún cuando lo tenían todo a favor (España invadida por Napoleón)
2 – Los enfrentamientos entre los insurrectos fueron constantes, y se crearon muchas nuevas “repúblicas” al mismo tiempo. Podía haber surgido cualquier cosa.
Los criollos independentistas de corte liberal solían excusarse en el absolutismo de la monarquía para justificar sus reivindicaciones. Con el advenimiento del trienio liberal (1820) ya no tenían la excusa del absolutismo opresor, sin embargo, se negaron a dar marcha atrás. Muchos estaban directamente al servicio del inglés.
FUE UNA GUERRA DE ESPAÑOLES CONTRA AMERICANOS
Falsísimo.
Más del 90% del total de las tropas empleadas en el bando de los realistas eran nativas de América. También americanos eran la mayor parte de los mandos intermedios, y un porcentaje nada desdeñable de los altos mandos. Fue por tanto una guerra civil entre americanos.
LA INDEPENDENCIA BENEFICIÓ A LOS INDÍGENAS, QUE ESTABAN OPRIMIDOS
Al contrario.
Ya antes de la independencia Lo demuestra el hecho de que la gran mayoría de indígenas que combatieron lo hicieron por la corona (así fue en Colombia, Venezuela, Perú, Chile, etc…) Comenzaron a estar mucho más oprimidos y marginados bajo el gobierno de las nuevas repúblicas. Muchas de las comunidades indígenas vieron como de un día para otro se les expropió forzosamente las tierras que habían sido suyas por siglos. Fue una política que aplicó el mismo Bolívar en Perú, por ejemplo.
LA INDEPENDENCIA MEJORÓ LAS CONDICIONES DE VIDA Y OTORGÓ DERECHOS Y PROSPERIDAD A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA
Mentira.
Sólo la burguesía comercial de los principales centros urbanos vio aumentar su prosperidad, y no en todas partes. Para el resto de la población no hubo mejora ninguna, incluso fue a peor, porque muchos habitantes del campo se vieron forzados a abandonar sus terrenos arrebatados a punta de bayoneta. La conflictividad aumentó: de una sociedad en paz se pasó a un escenario de guerras civiles constantes que desolaron países enteros.
EL FIN DEL IMPERIO III- PERÚ, ARGENTINA Y CHILE | Soul Guerrilla
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Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?
No hay tanto que festejar en Mayo amigos
May 13, 2016
Francisco HOTZ
EL ANTECEDENTE REAL DE LA SEMANA DE MAYO
El factor determinante de esta semana fue que tras las invasiones inglesas de 1806 y 1807, las costas del Río de La Plata se vieron inundadas de sajones que se afianzaron en Buenos Aires de manos del contrabando y en desmedro del comercio de los nativos. Para darnos una idea, el número de comerciantes ascendió de 47 en 1804 a 2 000 en 1810 – este número debe interpretarse dentro de una densidad poblacional de 60 000 habitantes [1] para la ciudad de Buenos Aires, de manera que el 3.4% de los habitantes de la city porteña eran británicos–. El principal interés de estos comerciantes era, por supuesto, abolir el sistema registralista y monopolista con España, imponer el libre comercio y así dejar de caminar por la cornisa de la ilegalidad o depender de permisos esporádicos.
Recordemos que tras las invasiones inglesas, la economía del Virreinato quedó asolada, las tropas de Beresford robaron todo el metal precioso que sustentaba el comercio interno (hicieron falta 6 carrozas de 8 caballos cada una, con una capacidad de 5 toneladas por carroza para desfilar nuestro erario por las calles de Londres), sin embargo, los historiadores liberales faltarán a la verdad sosteniendo que la economía estaba en crisis por la mala administración de Liniers. ¿Cómo pretendían que gobierne sin metal?
Tras la huida de Beresford (primera invasión) y luego de John Whitelocke (segunda invasión), cierta minoría burguesa de Buenos Aires quedó “hermanada” con los británicos —como ya vimos— y, como buenos comerciantes, vieron en los invasores la posibilidad de hacer negocios y, a estos fines, les brindaron toda su hospitalidad. También estaban los cobardes, esos nibelungos que trocaron su honor por lástima y que continuarán jugando un rol que por intrascendente fue nefasto en la historia argentina.
Como sostiene la británica Vera Blinn Reber,
(…) los residentes británicos actuaron como grupo de presión para favorecer sus propios intereses y proteger a sus miembros. La primera comunidad británica de Buenos Aires nació en 1806. Las nuevas oportunidades comerciales que ofrecía la invasión de Popham atrajo individuos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda.(…) Los miembros de la comunidad británica en Buenos Aires realizaron principalmente servicios comerciales como negociadores, intermediarios, banqueros y agentes marítimos. Una gran cantidad de comercio de importación y exportación pasó por sus manos. A través de su capital comercial, la experiencia y las conexiones con los británicos, se afianzaron en Buenos Airese influenciaron a la comunidad de Buenos Aires en general (…)[2].
El estado de situación que se estaba atravesando en España con la invasión francesa derivó en que, para enero de 1809, la Junta Central de Sevilla suscribiera con Inglaterra el tratado “Apodaca-Canning”, por medio del cual Inglaterra daría ayuda militar a España contra Napoleón a cambio de facilidades en el comercio con América.
Ya desde noviembre de 1808, apoyadas por la escuadra británica de Río, 31 embarcaciones inglesas repletas de mercadería reposaban sobre las costas de Buenos Aires esperando la señal.[3]
Tras este arreglo nos tocó a nosotros. Un mes después de la firma del tratado, el 11 de febrero, Cisneros es nombrado Virrey por la Junta de Sevilla, y llegará a Buenos Aires casi cinco meses después, el 30 de julio de 1809 tras caer prisionero de los ingleses en Trafalgar. Frente a él, el 16 de agosto, se presentarán Dillon y Thwaites, de la firma John Dillon y Cía., con una solicitud de apenas dos carillas en la que requerían al virrey que les permitiera comerciar los productos que tenían en su buque por única vez.
Resulta envidiable ver como desde el Parlamento, cada movimiento de piezas es correspondido por otro, ejemplo de esto es lo dicho por Dillon y Thwaites al virrey Cisneros:
“pues esa plaza —por Brasil— estaba tan abastecida de toda clase de géneros, que algunos bastimentos no habían podido evacuar la menor parte de ellos; y se tuvo por positivo de que se habían abierto y franqueado, o iba a verificarse pronto al comercio inglés los puertos españoles”. [4]
Esta solicitud derivó en la formación de un expediente tras la consulta al Cabildo, al Consulado, al representante de los comerciantes de Cádiz, y al de los hacendados, Mariano Moreno con su “representación de los hacendados”. El Virrey sabía que el tratado Apodaca-Canning aún no estaba reglamentado y esto fue lo que lo motivó a formar el expediente y hacer la consulta.
Como enseña Rosa [5] citando a Molinari, en el expediente de 1809 pueden verse dos posturas: la de Yáñiz —síndico del Consulado—, y Miguel Fernández de Agüero —apoderado de los comerciantes de Cádiz— ambos favorables al antiguo sistema protector; y la de Mariano Moreno a favor del librecambio, cuya posición será plasmada en la Representación de los Hacendados. [6]
Sigue anotando Rosa que durante el debate, Yáñiz y Agüero defendieron con razones de experiencia y de sana lógica a la economía vernácula, mientras que Moreno, apelando a su doctrina de acopio de citas y erudición, mostraba absoluto desconocimiento de la amenaza que el industrialismo maquinista inglés representaba para la economía del Virreinato. Así lo expresaba Yañiz:
Sería temeridad equilibrar la industria americana con la inglesa; estos audaces maquinistas nos han traído ya ponchos que es un principal ramo de la industria cordobesa y santiagueña, estribos de palo dados vuelta a uso del país, sus lanas y algodones que a más de ser superiores a nuestros pañetes, zapallangos, bayetones y lienzos de Cochamba, los pueden dar más baratos, y por consiguiente arruinar enteramente nuestras fábricas y reducir a la indigencia a una multitud innumerable de hombres y mujeres que se mantienen con sus hilados y tejidos (…) Es un error creer que la baratura sea benéfica a la Patria; no lo es efectivamente cuando procede de la ruina del comercio (industria), y la razón clara: porque cuando no florece ésta, cesan las obras, y en falta de éstas se suspenden los jornales; y por lo mismo, ¿qué se adelantará con que no cueste más que dos lo que antes valía cuatro, si no se gana más que uno? [7]
Por su parte, Agüero daba una lección de conocimiento político y económico, su postura estaba apoyada en su experiencia, observación y sobre todo en su convicción de que el libre comercio conllevaría a la segregación de las provincias que componen el Virreinato, decía lo siguiente:
Las artes, la industria, y aun la agricultura misma en estos dominios llegarían al último grado de desprecio y abandono; muchas de nuestras provincias se arruinarían necesariamente, resultando acaso de aquí desunión y rivalidad entre ellas (…) ¿Qué será de la Provincia de Cochabamba si se abarrotan estas ciudades de toda clase de efectos ingleses? (…) ¿Qué será de Córdoba, Santiago del Estero y Salta? No dejarán de hacer contratos de picote, bayeta, pañete y frazadas, semejantes y acaso mejores que los que se trabajan en las provincias referidas, por la cuarta parte del precio que en ellas tienen (…) Con esto lograrán para su comercio la grande ventaja de arruinar para siempre nuestras groseras fábricas y dar de esta suerte más extensión al consumo de sus manufacturas, que nos darán después al precio que quieran, cuando no tengamos nosotros dónde vestirnos.[8]
En definitiva, lo que parecía ser una tutela de los intereses de los comerciantes de Cádiz, fue a la postre un tremendo vaticinio y alegato en pos de la defensa del interés criollo.
Moreno, por su parte, vivía en su quimera intelectual —pero económicamente rentable—, en su Representación de los Hacendados sostenía básicamente tres premisas para sustentar su posición: 1) existía una “Razón de Estado” que le permitía al virrey violar la prohibición española de comerciar con extranjeros, 2) que la libertad de comercio abriría una fuente inagotable de retornos y 3) que no hay nada más ventajoso para una provincia que la abundancia de efectos que no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio.[9] Manifestaba Moreno en su alegato:
En tan triste situación no se presentó otro arbitrio que el otorgamiento de un permiso a los mercaderes ingleses, para que introduciendo en esta ciudad sus negociaciones, puedan exportar los frutos del país (…). Los que creen la abundancia de efectos extranjeros como un mal para el país, ignoran seguramente los primeros principios de la economía de los estados. Nada es más ventajoso para una provincia que la suma abundancia de los efectos que ella no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio, resultando una baratura útil al consumidor y que solamente puede perjudicar a los introductores —esto se estudia hoy en día como dumping. Que una excesiva introducción de paños ingleses hiciese abundar este renglón, a términos de no poderse consumir en mucho tiempo; ¿qué resultaría de aquí? El comercio buscaría el equilibrio de la circulación por otros ramos, (…) ¿podría nadie dudar de que sea conveniente al país que sus habitantes compren por tres pesos un paño que antes valía ocho, o que se hagan dos pares de calzones con el dinero que antes costeaba un solo par? A la conveniencia de introducir efectos extranjeros acompaña en igual grado la que recibirá el país por la exportación de sus frutos. (…) Estas campañas producen anualmente un millón de cueros sin las demás pieles, granos, y sebo, que son tan apreciables al comerciante extranjero (…) A la libertad de exportar sucederá un giro rápido, que poniendo en movimiento los frutos estancados hará entrar en valor los nuevos productos, y aumentándose las labores por las ventajosas ganancias que la concurrencia de extractores debe proporcionar, florecerá la agricultura y resaltará la circulación consiguiente a la riqueza del gremio, que sostiene el giro principal y privativo de la provincia. ¿Quién no ha visto el nuevo vigor que toma la labranza, cuando después de larga guerra sucede una paz que facilita la exportación impedida antes por el temor del enemigo?
Por lo expuesto solicitaba al virrey, entre otros seis artículos más: “Primera: Que la admisión del franco comercio se extienda al determinado término de dos años, reservando su continuación al juicio soberano de la Primera Junta con arreglo al resultado del nuevo plan. (¿DE QUÉ JUNTA HABLA? LA PRIMERA JUNTA SE FORMÓ EL 24 DE MAYO DE 1810 Y ¿QUÉ PLAN?, EL PLAN DE OPERACIONES ATRIBUIDO A MORENO SE ENCARGÓ EN JULIO DE 1810, ESTO OCURRE UN AÑO ANTES, ¿O YA ESTABA TODO PLANEADO?)
Evidencia Moreno de esta forma un desconocimiento de la parte que los fisiócratas o Adam Smith no cuentan de la novela ni de cómo funciona la economía capitalista. Esto al grado tal que respondía a aquellos que se negaban al libre comercio alegando que nos dejarían sin metales como reserva de valor en los siguientes términos:
Los extranjeros nos llevarán la plata: esto es lo mismo que decir nos llevarán los cueros, el sebo, la lana, la crin, y demás producciones de esta Provincia: la plata es un fruto igual á los demás, está sujeto á las mismas variaciones, y la alteración de su valor proporcionalmente á su escasez ó abundancia, sostiene en ambos casos la reciprocidad de los cambios, subrogando equivalentes del número, que en sí mismo no es de uso ventajoso para el comercio (…) La plata no es riqueza, pues es compatible con los males y apuros de una extremada miseria; ella no es más que un signo de convención con que se representan todas las especies comerciables (…) Estos son principios elementales de la ciencia económica, y ellos garantéan al país de los abultados males que se quieren derivar de la saca de dinero (…).
O Moreno sabía que dentro de los planes británicos estaba crear un banco privado para extraer toda la plata y el oro que no había sido robado durante las invasiones —como veremos en breve—, razonamiento que lo convierte en un agente inglés ilustrado condenándolo definitivamente como un cipayo, o realmente era un intelectualoide que no tenía la más pálida idea de qué era lo que profesaba y compraba la idea de un país desarrollado como Inglaterra, pero se olvidaba que para eso había que hacer todo lo contrario, como EE.UU, evidenciando que jamás tuvo conocimiento de que en la naciente potencia del norte había un hombre de su edad pero con muchas más luces –o patriota– como Hamilton.
Ciertamente, lo más grave no era que Moreno "desconociera" el pensamiento y la acción de Alexander Hamilton sino que, soberbiamente, se considerara a sí mismo como un gran intelectual al tanto de todas las novedades del mundo cuando, en realidad, era completamente ignorante del único pensamiento que podría haber sido de gran utilidad para su tierra natal y para su amado pueblo. Conviene recordar que a comienzos del siglo XIX las noticias viajaban con lentitud, pero que Moreno había tenido diez años para enterarse del exitoso programa económico que, basado en el proteccionismo, había aplicado Hamilton en Estados Unidos.[10]
Si para Moreno la plata era un bien más, ¿por qué Beresford no se llevó un par de cueros en vez de llenar seis carrozas con oro y plata? Para nosotros, que ya hemos revisado a la escuela de Cobden y también hemos leído las propias palabras de las cabezas del Foreign Office, no puede catequizarnos con tan floridos enunciados.
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También cabe preguntarse si Cisneros tenía conocimiento de antemano de lo que ¿debía? hacer, de lo contrario no se explica que Moreno, en 1809, le enuncie que tras los dos años de permiso comercial se prestaría a lo que la “junta “y el “nuevo plan” determinen. Nadie está exento de ignorancia, mas no conocemos junta o plan alguno anterior a mayo de 1810.
Francisco Hotz.
[1] Archivo General de la Nación, Padrones de Buenos Aires, Ciudad y Campaña, 1810-1811. Signatura: IX-10-7-1.
[2] Vera Blinn Reber British Mercantile Houses in Buenos Aires, 1810-1880. Harvard University, 1979. Pág. 41. Traducción del autor.
[3] Ver Marcelo Gullo La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés. Biblos, 2013.
[4] Petitorio de Dillon y Thwaites al virrey Cisneros. En Molinari “La representación de los hacendados de Mariano Moreno”. Citado en José María Rosa Defensa y Perdida de nuestra independencia económica. Huemul, 1974.
[5] Ibídem.
[6] Cuya suscripción fue hecha por el procurador José de La Rosa, dada la incompatibilidad de Moreno por ser funcionario público.
[7] Ibídem.
[8] Ibídem.
[9] Ver Vicente Massot Las ideas de esos hombres: De Moreno a Perón. Sudamericana. 2007.
[10] Marcelo Gullo La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés. Op. Cit. pág. 99
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Fuente:
reinosdelasindias