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Tema: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    'SANTIAGO DE LINIERS' 2012-05-17

    Qué virrey


    Horacio Vázquez-Rial



    Un documento inédito justifica un libro de historia. Quince lo hacen inevitable, puesto que sería deshonesto por parte del historiador mantener oculto un tesoro que pertenece a la humanidad. Esas quince cartas de Santiago de Liniers a su padre y hermanas están en mi poder por un generoso acto de amistad y confianza.


    Las cartas inéditas a las que me refiero fueron transcriptas y preparadas para su publicación (que no se realizó) por el general Louis Du Roure en 1995, con el título Jacques de Liniers, vice-roi de la Plata, par sa correspondance à sa famille: la Asociación Jacques de Liniers, de Orleans, las cedió para esta obra y Javier Liniers Bernabeu, amén de ser nuestro generoso intermediario, ha tenido a bien traducirlas para su empleo en el presente volumen.

    La transmisión de esos documentos se realizó por la vía del hermano mayor del virrey, como explica Du Roure en la introducción a su recopilación:

    El mayor, Santiago Luis Enrique, que fue coronel de infantería, caballero de San Luis, poeta y músico, dilapidó su fortuna. Antes de la revolución recorrió España, Inglaterra y Portugal y más tarde la Argentina, donde murió en 1809. Se casó el 26 de Abril de 1781 con Charlotte-Marie-Félicité Le Normand d'Etioles. Ellos son los abuelos en 4ª generación de mi esposa, que es la propietaria de las diferentes cartas (creo que no publicadas) en las que me apoyo para hacer este trabajo.

    La tarea que se impuso Javier Liniers Bernabeu como traductor de esas cartas, con el único fin inmediato de contribuir al presente libro, fue enorme. Y no estuvo exenta de dudas y temores, superados por último en el curso mismo de la labor. En el prólogo que escribió para esa versión, que sólo existía hasta hace unos meses en soporte digital y en impresiones para uso privado –luego, el propio Liniers Bernabeu hizo una edición bilingüe muy reducida de los documentos–, dice:

    Debo confesar que, como descendiente directo de Santiago Liniers, sentí algo de miedo al empezar a leer la correspondencia personal de mi antepasado por si pudiera desprenderse de su contenido alguna sombra de duda sobre la rectitud de su conducta, pero, a medida que fui avanzando en la lectura, se fueron despejando mis temores al comprobar que todo lo que había sabido de él a través de sus biógrafos y, sobre todo, por su hoja de servicios militares, se confirmaba e incluso se acrecentaba todavía más. Es de destacar, en este sentido, la que se puede considerar su última carta, enviada a su suegro, Martín de Sarratea, el 10 de julio de 1810 y que se puede considerar un verdadero testamento ideológico, dada la proximidad de su fusilamiento, en el que resume su vida y sus principios. En este texto, auténtico monumento a la lealtad, despeja definitivamente todas las suspicacias que, derivadas de su condición de francés, alimentaron su absurda sustitución en el virreinato por un personaje, Hidalgo de Cisneros, que, al contrario que él, verdadera pesadilla del expansionismo inglés, había sufrido la gran desgracia de haber caído batido por la armada británica en la trágica batalla de Trafalgar, de donde salió milagrosamente con vida cuando mandaba el Santísima Trinidad, buque insignia de la armada española [...]

    La existencia de las cartas que he traducido al español ha sido conocida por mí hace muy poco tiempo gracias a la asociación Jaques de Liniers, con sede en Orleans, que me ha entregado el gran trabajo realizado por el general Louis Du Roure al transcribir a máquina de escribir los originales que obran en poder de su mujer, que es descendiente directa del hermano mayor del virrey, el Conde de Liniers, que aparece repetidamente en los escritos. El trabajo, en el que me ha ayudado y supervisado Dominique Hardy, ha sido lento y árido, sobre todo en su primera parte, por haber trascrito literalmente Louis Du Roure dichas cartas con el fin de resaltar el "francés pintoresco" en el que escribía nuestro personaje. La verdad es que agradezco sinceramente que el general haya realizado la inestimable labor de pasar a un francés legible la segunda parte de las cartas, pues de otra manera creo que no habría sido capaz de terminar la traducción.

    Espero que la difusión de estas cartas [...] no supongan variación alguna en la trayectoria de nuestro personaje, y sí puedan servir para avanzar en el conocimiento de la figura de Santiago de Liniers y para aclarar definitivamente muchos de los acontecimientos que tuvieron lugar y le afectaron a él durante su vida; sobre todo, en los años anteriores a las invasiones inglesas. También considero que resultan sumamente interesantes a la hora de comprender las dificultades que soportó nuestro personaje durante las diferentes etapas de que se compone su enmarañada existencia y cómo se sobrepone, con la gran fe que le caracteriza, a los reveses sufridos en su patria adoptiva y a la sensación de soledad que le sobreviene en muchos momentos por la lejanía de su familia y su tierra natal. Confío igualmente en que todo esto pueda contribuir al enaltecimiento de su persona, no solo en Argentina, sino también en España, país al que sirvió sin fisuras y, por qué no, en Francia, de donde procedía con su gran carga de nobles virtudes que le granjearon el apelativo de "el último caballero" otorgado por alguno de sus biógrafos.

    ***


    Todo nuevo relato de acontecimientos que ya han sido narrados supone, a la vez que una reiteración, una superación inclusiva y un incremento de información –en caso contrario, no tendría sentido emprender la tarea– y una crítica de los precedentes, que en el caso de Liniers no son demasiado abundantes: tanto la biografía del gran hombre escrita por Paul Groussac (1907) con prosa inimitable como las publicadas por Exequiel César Ortega (1944) y por Bernardo Lozier Almazán (1989) son, cada una en su medida, grandes contribuciones. No olvido la primera, Biographie de Jacques de Liniers, Comte de Buenos-Ayres & Vice-Roi de La Plata, de Jules Richard, publicada en Niort a mediados del siglo XIX, que tiene dos méritos: el de inaugurar la recuperación de la figura del virrey y el de proporcionar una genealogía de la cual, con correcciones, se han servido todas las demás. Hay que dejar constancia de la particular utilidad de algunos trabajos parciales sobre determinados períodos o aspectos de la vida de Liniers, que me fueron de enorme utilidad a la hora de abreviar la búsqueda documental: La "Real Fábrica de Pastillas" de los hermanos Liniers, de José Luis Molinari (1959), Don Santiago de Liniers, Gobernador interino de los treinta pueblos de las Misiones guaraníes y tapes, de Julio César González (1946), o las obras imprescindibles de Juan Beverina: El Virreinato de las Provincias del Río de la Plata, su organización militar (1935) y Las invasiones inglesas al Río de la Plata (1939).

    Como bien expresara Julio César González (1946) en su extenso trabajo sobre Liniers en su papel de gobernador de las Misiones,


    todas las biografías de Liniers consideran con relieve y características propios su actuación pública a partir de las Invasiones Inglesas, y como aspectos secundarios y meramente accesorios los sucesos anteriores, dejando sensibles lagunas que pasaron inadvertidas al juicio de los historiadores posteriores, quienes siguieron sus huellas sin variar mayormente sus conclusiones, ni interesarse por nuevas investigaciones, en el convencimiento de que se había agotado el estudio acerca de las actividades de este personaje.

    Si hoy me atrevo a añadir unas páginas a la historia de don Santiago de Liniers y Bremond, caballero de San Juan, es en parte debido a que la generosidad de la familia Liniers en Francia y en España me ha permitido disponer de esas cartas del virrey que definen con mayor precisión algunos aspectos de su vida, sobre todo en lo relativo a los años previos a su actuación ante las tropas inglesas en el Río de la Plata; y en parte debido a notables avances en el ámbito de la investigación sobre la política británica para América: especialmente, la difusión del Plan Maitland por Rodolfo Terragno, que introduce variaciones, tanto teóricas como cronológicas, que inciden sobre el sentido y el propósito de las tentativas de invasión de Buenos Aires de 1806 y 1807.






    A ello se agrega el hecho de que se carezca hasta la fecha de una obra en la que se incluyan por extenso ciertos documentos, reiteradamente mencionados pero condenados a la lectura en archivos y bibliotecas. Vaya por delante el ejemplo del muy citado Memorial al Rey Carlos IV sobre el estado de la Misiones Guaraníes y lo que en relación con ellas se podría haber hecho, de no haber mediado la incuria colonial, la obtusa visión de los funcionarios a cargo del virreinato, y la burocracia cortesana. Julio César González, en el libro del que tomamos su opinión unos párrafos más arriba, dedica 269 páginas de la apretada tipografía de una cuidada edición universitaria (el doble en una edición comercial corriente) a glosar la acción del Liniers gobernador, pero no reproduce en ningún lugar el texto completo: remite a la única ocasión en que fue impreso (por Groussac, que no supo valorarlo, en La Biblioteca, que él mismo hacía, en el Tomo XII, ¡en 1896!) y a la copia manuscrita existente en el Museo Mitre de Buenos Aires.

    Por otra parte, creo que es hora, después de muchas décadas de furibunda crítica a la dependencia argentina del imperio británico, de poner algunas cosas en su sitio; la primera y más importante de las cuales es la que ya sugería Groussac en la edición de 1807 de su libro sobre Liniers, al decir que el destino de éste le deparó "la suerte inesperada de iniciar la independencia de un pueblo": la reconquista y la defensa de la ciudad de Buenos Aires por su propia población, sin ayuda alguna de la metrópoli (y en más de un momento contra alguno de sus funcionarios locales), sumadas al hecho de darse un gobernante sin aguardar órdenes de Madrid, proponen una independencia de hecho de la remota colonia. Sucesos, además, todos ellos originados en una decisión absolutamente libre, sin influencias ajenas, lo cual la hace más significativa, si cabe, que la tomada en 1810, cuando ya el reclamo de libre comercio representaba, de manera específica, libertad de comercio con Gran Bretaña. Sabemos ahora que las independencias de las naciones americanas encajaban en los más estudiados planes de los ingleses, algo dado por supuesto por los críticos del imperialismo británico en el Río de la Plata, y lamentablemente explícito en la Representación de los Hacendados y el Plan de Operaciones de Mariano Moreno, de los que nos ocupamos oportunamente, pero no probado definitivamente hasta la investigación de Terragno.

    Creo que todo esto se puede decir hoy sin temor a que ello vaya en desmedro de la figura del Libertador San Martín, guerrero aquilatado que comprendió que, en lo esencial, el Plan Maitland era el más sabio para obtener la libertad de estos pueblos, y que el resto se vería una vez logrado ese objetivo. A decir verdad, a medida que se va descorriendo la cortina de la historia oficial de San Martín, mayor resulta el valor del personaje, oscurecido y reducido en su inteligencia política por la institucionalización de su memoria. En todo caso, éste no es un libro sobre el Libertador, sino sobre su predecesor más directo en el campo militar, el primer caudillo popular del Plata, don Santiago de Liniers, o, como él mismo resolvió firmar, Santiago Liniers.


    NOTA: Este texto es el prólogo a SANTIAGO DE LINIERS, el más reciente libro de HORACIO VÁZQUEZ-RIAL, que acaba de publicar la editorial Encuentro.



    __________________________

    Fuente:

    Horacio Vázquez-Rial - Qué virrey - Libertad Digital

  2. #2
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Como en la Francia revolucionaria, San Martín ordena militarizar a los niños.

    _________________________


    Campaña Libertadora. El general San Martín ordena que se enseñe a los niños a manejar armas. Mendoza, 1816.


    Documentos Escritos. Sala VII. Fondo Lamas, legajo 52.

    Foto ilustrativa.

    Transcripción:


    Historia.

    La voy a escribir con sencillez y verdad.

    La dedico al gran pueblo de Buenos Aires porque en Buenos Aires se dio el Grito Sagrado de Libertad el 25 de mayo de 1810.


    En el año 1816 no había más que una Escuela Fiscal en la Provincia de Mendoza, el preceptor y el director de la escuela lo hacían el R.P. Fray José Lamas de la orden del religiosa del Seráfico San Francisco de Asís, oriental, hijo de Montevideo, este ilustre fraile, de regular estatura, bella persona, cortés cariñoso y excelente orador sagrado, discreto, muy patriota, trato y maneras finas lo que le da más realeza y brillo poseía ese don precioso que él… le da a algunas criaturas, la modestia y la humildad, era en fin un sacerdote modelo y es servidor de la provincia. El General San Martin, Gral. en jefe del ejercito de los Andes le dijo a su maestro (ya estaba en esta escuela) que aprendiesen los niños el ejercicio del arma de Infantería; el padre abrazo con entusiasmo patrio la idea de nuestro ilustre libertador. En la escuela había unos cuantos niños que entendían perfectamente bien en manejo de aquella arma como también las evoluciones. Díjonos el maestro que disciplináramos a los niños, así se hizo; lo que hicimos fue apartar a los muchachos de los más grandes que fueran capaces de manejar armas de fuerza como ser tercerolas (estas armas hechas de …).


    Arreglamos las compañías con sus respectivos Oficiales, Capitanes, Tenientes, Alfares, Sargentos y Cabos. El maestro hizo reconocer a uno de nosotros comandante de este batallón el cual…fue a marchar y a cambiar el paso, y al mismo tiempo evoluciones pronto aprendieron todo porque todos eran patriotas entusiastas.


    Después se dio al batallón fusiles de palo con baqueta y bayonetas para enseñarles el manejo del arma, lo que pronto aprendieron.











    Niños jugando, c.1920.
    Documento Fotográfico. Álbum Aficionados. Inventario 214892.


    __________________________

    Fuente:


    https://www.facebook.com/ArchivoGene...36905793001301

  3. #3
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    El 24 de mayo de 1810, finalmente, el cabildo de Buenos Aires accede a nombrar una Junta de Gobierno, presidida por el Virrey. Saavedra y Passo, que eran miembros de ésta, renuncian, haciendo fracasar el proyecto. Al día siguiente, a punta de pistola, los cabildeantes nombrarán a la Junta revolucionaria, sin el Virrey ni los miembros de las corporaciones virreinales.

    _________________________



    24 de mayo de 1810

    El Cabildo forma provisionalmente una Junta de Gobierno presidida por el ex Virrey Cisneros. Tras las protestas, Cornelio Saavedra y Juan Jos...é Castelli lo intiman a renunciar.



    Fotografía: Balthasar Hidalgo de Cisneros, c.1810.

    Documento Fotográfico. Álbum Notables.

    Documento: Nota de Balthasar Hidalgo de Cisneros a la Primera Junta del Gobierno Patrio, solicitando le indiquen su situación laboral, 29 de mayo de 1810.

    Documentos Escritos, Sala X 24–4–14.





    Transcripción:

    Aunque en el oficio pasado por esa Junta de Gobierno en su primer Acta que presidí, al Excelentísimo Cabildo en la noche del 24 del corriente, es que renunciando toda ella por los motivos que se expresaron, se les decía tuviera entendido se me debían conservar las preeminencias del Empleo de Virrey, del que, por las circunstancias ocurridas me he separado, y aunque no me sean desco...nocidas en el orden regular que siempre se ha observado, espero sin embargo para no excederme un punto de las intenciones de la Junta, se sirva detallarme el sentido literal a que deba arreglar mi conducta en esta parte, evitando de este modo el que el Público forme de ella errados conceptos.

    Dios guíe a V.E. Buenos Aires 29 de Mayo de 1810.

    Excelentísimo Señor

    Balthasar Hidalgo Cisneros.

    Escritura lateral:

    29 de mayo 1810

    Contéstese a S.E. avisándole que se le guardarán todos los honores, distinciones y privilegios correspondientes según las leyes y ordenanzas a su actual graduación y empleo, y que le tratarán con la mayor brevedad de asignarle una dotación competente a su elevado carácter.

    Firman miembros de la Junta de Gobierno.










    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/agn.argenti...09951545988621

  4. #4
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    'Cara a Cara con Rosalía' celebra la Independencia del Ecuador - 11 de Agosto del 2013 (4)

    Publicado el 12 ago. 2013


    'Cara a Cara con Rosalía' dialoga con Francisco Núñez del Arco, Presidente del Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica, para tratar el tema de la Independencia del Ecuador desde el punto de vista de la herencia española que marca la identidad mestiza de los ecuatorianos






    https://www.youtube.com/watch?v=EAXQV0cHsFU

  5. #5
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?


  6. #6
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    El 7 de junio de 1810 (a sólo dos semanas de la Revolución de Mayo) comenzó a publicarse la "Gazeta de Buenos Ayres", órgano oficial de prensa de las ideas patrióticas y liberales de los insurgentes, que hacía las veces de boletín oficial. Fue fundada por la Junta, dirigida por Mariano Moreno y, a partir de diciembre, por el deán Gregorio Funes, jefe del Partido Saavedrista, quien ya escribía en ella (Funes tuvo a su cargo dar la noticia y justificar los asesinatos de Liniers y demás compañeros mártires). Imagen: documento Archivo General de la Nación "Gazeta de Buenos Aires" del 7 de junio de 1810 (Documentos Escritos, Biblioteca, Celesia). El lema de la Gazeta decía en latín: "La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido" (Tácito lib. I Hist.).


    _________________________


    7 de junio de 1810 Comenzó a publicarse la "Gazeta de Buenos Aires", primer órgano de prensa de las ideas patrióticas y liberales de los nativos, fundada por Mariano Moreno. Desde 1938 se festeja el Día del Periodista, en homenaje a este periódico.

    Documento: Gazeta de Buenos Aires, 7 de junio de 1810.

    Documentos Escritos. Biblioteca. Celesia.

    Transcripción:

    "La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido" Tácito lib. I Hist.







    __________________________

    Fuente:


    https://www.facebook.com/agn.argenti...type=3&theater


  7. #7
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    MEDIDAS REPRESIVAS CONTRA LOS PENINSULARES EN BUENOS AIRES



    La lucha contra el peninsular va a significar la proscripción sin inmediato reemplazo de una parte importante de las clases altas virreinales; aun en la más apacible Buenos Aires, los españoles peninsulares tienen, desde 1813, legalmente prohibido el comercio menudo, lo que no impide que todavía por largos años figuren a la cabeza en las contribuciones forzosas para sostener la causa revolucionaria. Toda su vida aparece trabada por limitaciones: les está vedado andar a caballo, salir de su casa por las noches; no pueden ya ser albaceas ni tutores.

    Fuente: Historia contemporánea de América Latina, Tulio Halperín Donghi.





    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater

  8. #8
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    La leyenda rosa del nacionalismo católico nos dice que los independentistas querían "salvar" a España, que no pretendieron separarse culturalmente de la Madre Patria, bla, bla, bla... Pero siempre hay documentos que tienen la mala costumbre de desmentir esa leyenda rosa.


    En carta al director supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, el Congreso de Tucumán informa nuevas medidas contra los españoles peninsulares: el cobro de un impuesto especial.


    _________________________



    Congreso de Tucumán. Oficio de Juan Martín de Pueyrredón comunicando que impondrá un impuesto forzoso a los españoles europeos.

    Tucumán, 13 de mayo de 1816.

    Documentos Escritos. Sala VII. Legajo 5, documento 21.


    Transcripción:


    Soberano señor:

    Con fecha 6 del corriente me dirige vuestra soberanía la resolución que ha tomado a fin de que se exija de los españoles europeos de esta ciudad, y su campaña y de las demás ciudades y dependencias del gobierno de esta provincia de Tucumán, un empréstito forzoso de veinticinco mil pesos con la calidad de haberse de pagar al año contado desde que termina la guerra y condición de satisfacer el interés corriente desde el vencimiento del plazo si la estrechez del Erario no alcanzare a pagar los Principales. Pueda de mi cargo la prescripción de los medios más adecuados al pronto verificativo de tan importante resolución; con lo que satisfago al precitado de vuestra soberanía.

    Dios guíe a vuestra soberanía los muchos y felices años que ha menester el Estado. Tucumán, mayo 13 de 1816.

    Soberano señor

    Martín de Pueyrredón


    Soberano Congreso Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata













    ________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/El-otro-Bic...0078674699744/


  9. #9
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Que pasó realmente en la Semana de Mayo de 1810 cronicatv 1


    Patricio Lons en una entrevista exclusiva nos cuenta qué pasó realmente en la Semana histórica de Mayo de 1810





    https://www.youtube.com/watch?v=dIl_KWCjwH0

  10. #10
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    «Don Eusebio Zuloaga me contaba que no hace muchos años le guió un cacique indio por las montañas de Bolivia. El indio se apoyaba en un bambú que tenía en el puño una vieja onza española. "¿Quién es ese?", le preguntó Zuloaga, señalando con el dedo la efigie de la onza. "El rey de Castilla, mi rey", repuso el indio. "¿Cómo tu rey? Aquí en Bolivia tenéis un presidente", observó Zuloaga. Pero el indio se lo explicó todo: "Ese presidente lo nombra el rey de Castilla. Si no fuera por eso, ¿crees tú que yo me dejaría mandar por un mestizo?" Sin duda ha habido gobernadores en Bolivia que, hasta hace pocos años, han querido fortalecer su prestigio haciendo creer a los indios que los designaba el rey de España. Ello no muestra sino que la obra protectora de los indios, a que se dedicó durante tres siglos la monarquía católica española, por medio de toda su organización gubernativa y eclesiástica, ha echado raíces tan profundas en los pueblos de América, que no pueden concebir otra autoridad legítima que la que ella designa.»


    Fuente: Ramiro de Maeztu, Defensa de la Hispanidad.





    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater
    Última edición por Mexispano; 20/06/2016 a las 04:46

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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    25 DE MAYO DE 1810.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.

    "El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires."

    El Dr. Julio C. González fue profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desde 1965 hasta el 24 de Marzo de 1976, es profesor de Estructura Económica Argentina en al Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora desde 1989. Durante el gobierno constitucional del 25 de Mayo de 1973 al 24 de Marzo de 1976 fue, entre otros cargos, director de Asuntos Jurídicos de la presidencia de la Nación y luego secretario técnico.

    Aunque en realidad creo que nada hay para celebrar, deseo compartir con todos mis compatriotas un ¡Viva la Patria! .... (lo que sigue es el artículo del Dr. Julio Gonzalez)



    25 DE MAYO DE 1810

    En Argentina se conmemora un bicentenario. Es decir, se rememoran hechos y actos de gobierno, acaecidos hace doscientos años.

    Empero, esos acontecimientos no se explican con veracidad. A través de los medios de difusión se hace un panegírico de adjetivos calificativos y de palabras abstractas como por ejemplo “libertad”, en vez de referirse a libertades concretas y macizas, explicando cuáles fueron y en qué consistieron.

    Cicerón (año 106 a 43 AC) definía al Derecho Natural con estos términos: es un derecho “inmutable” y “sempiterno”, “que llama al hombre hacia el bien con sus mandatos” y “lo aleja del mal con sus amenazas” y que “rige para las aves del cielo, para los peces del mar, y para los animales, plantas y hombres de la tierra.” Y “ni el senado, ni el imperio pueden derogarlo nunca.” El cristianismo, a su vez, define el Derecho Natural como la voluntad de Dios creador del hombre (hecho a su imagen y semejanza) y del universo, que es su eterna morada.

    El Padre Nuestro dice de manera precisa: “Hágase tu voluntad, aquí en la tierra como (se hace) en los cielos.”

    Estos conceptos previos nos permitirán valorar los versos del poeta Bartolomé Hidalgo, que nació y vivió en Montevideo (Uruguay) entre 1788 y 1823. Protagonista y testigo de lo ocurrido en Buenos Aires en 1810, Hidalgo se expresa así:


    Hidalgo escribió este poema en 1820.


    “En diez años que llevamos

    De nuestra revolución

    Por sacudir las cadenas

    De Fernando el baladrón

    ¿Qué ventaja hemos sacado?

    Le diré con su perdón,

    Robarnos unos a otros,

    Aumentar la desunión
    Querer todos gobernar,

    Y de facción en facción
    Andar sin saber que andamos,

    Resultado en conclusión

    Que hasta el nombre de paisanos,

    Parece de mal sabor,

    ¡Y en su lugar yo lo veo

    Sino un eterno rencor

    Y una tropilla de pobres

    Que metida en un rincón

    Canta al son de su miseria

    No es la miseria un mal son!”


    Estos versos son la vocalización purísima de la resignación que se impuso a todos los pueblos de las Españas de América desde el poder del dinero, de poder ganar con su trabajo feliz y honrado “el pan nuestro de cada día.” Por eso los vecinos de Buenos Aires exclamaban el 25 de mayo de 1810: “el pueblo quiere saber de qué se trata.” Ese es el único hecho veraz de esa jornada.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.


    Lo sucedido en mayo de 1810 tiene este origen:

    En 1806 los británicos herejes y maléficos que provenían de la isla europea llamada en esa época “la pérfida Albión” o “capital del satanismo”, conquistaron Buenos Aires. Asesinaron y violaron sin piedad, saqueando casa por casa de ese pacífico y católico ejemplar vecindario.

    Su objeto era robar el Tesoro de la Real Hacienda (nombre que en aquella época designaba a un organismo similar al actual Banco Central de la República Argentina). Se llevaron cuarenta toneladas de monedas de oro, equivalentes en la actualidad a 88.000 Millones de dólares norteamericanos, que fueron paseadas por las calles de Londres, ciudad a la que arribaron en el navío Narcisus, procedente de Buenos Aires.

    No quedó dinero alguno en la “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”
    : ni para pagar los sueldos a la administración pública, ni al Ejército argentino fundado por voluntarios en las heroicas jornadas de la Reconquista (12 de agosto de 1806), y luego de la Defensa de Buenos Aires (5 de julio de 1807). Tampoco quedó dinero para las compras mínimas de los artículos de primera necesidad: pan, carne, leche, huevos, frutas y verduras.

    Fue por eso que el Virrey Cisneros dictó ingenuamente un Edicto de Libre Comercio con la Nación inglesa “para recaudar recursos para el fisco”, conforme lo disponía textualmente. Este comercio de importación de manufacturas y exportación de cueros regiría desde noviembre de 1809 hasta el 18 de mayo de 1810.

    Yañiz y Agüero, síndicos del Consulado, firmaron un dictamen en contra: “De qué vale que lo que ahora se fabrica aquí cuesta cuatro y que con los artículos importados desde Londres se vendan a tres, si por la falta de trabajo que traerá el comprar manufacturas inglesas, no ganaremos ni siquiera uno. Así será imposible vivir.” Empero, estos sabios consejos para el futuro no fueron tenidos en cuenta por Castelli y por Moreno, que eran asesores económicos y jurídicos del Virrey Cisneros.

    Ocurrió entonces algo inesperado. El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires. Un jefe militar, secreto súbdito británico, depuso al gobierno; y Alexander Mackinon, presidente del Centro Comercial inglés British Commercial Room, formó la Junta de Gobierno. Tres de sus integrantes eran súbditos británicos de incógnito y Mariano Moreno, abogado de los ingleses, el secretario.

    El almirante británico De Courcy, que comandaba la escuadrilla inglesa que sitiaba a Buenos Aires, fue recibido en primera audiencia por la Junta a la que le exigió que el Edicto de Libre Comercio con Inglaterra y sólo con Inglaterra no tuviese fecha de vencimiento.


    De esta manera, la primera bandera que la Nación argentina resolvió enarbolar en un acto de soberanía para exteriorizar su rebeldía e independencia, antes de que Belgrano crease la enseña patria, fue la bandera inglesa. [1]

    Por su parte, el almirante británico Fabian se dirigió desde las murallas del Fuerte a los curiosos allí reunidos y en un mal hablado castellano dijo que Gran Bretaña se quedará vacía porque todos los ingleses vendrían a vivir a estas hermosas tierras.

    Tal lo ocurrido el 25 de mayo de 1810. Semanas después todos los que habían luchado y obtenido las victorias de la Reconquista y la Defensa en 1806 y 1807, fueron asesinados sin juicio previo y sin piedad: Santiago de Liniers, Gutiérrez de la Concha, Felipe de Sentenach, Fray José de las Ánimas (Superior de la Orden Betlemita), Martín de Álzaga muchos otros.


    Allí comenzó la involución hispanoamericana y argentina, tal cual lo relatan los versos de Bartolomé Hidalgo que hemos descripto. Involucionar significa achicarse y deformarse, perdiendo la religión católica que era el factor catalizador y determinante de nuestras vidas y de la vida de la nacionalidad.

    Con estas reflexiones reimpone elevar cada día con más fervor la Oración de Nuestro Señor Jesuscristo y de de la Santísima Virgen Maria. Que la verdad se devele.


    [1] Confrontar Àlzaga, Enrique Williams: “La fuga del general Beresford”, p. 28 – EMECÈ Editores – Buenos Aires, 1966.



    EL SAQUEO DEL TESORO DE BUENOS AIRES

    Más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda argentina. Ese es el valor actual del tesoro con el que se alzaron los ingleses en la invasión de 1806. El cálculo de Néstor Forero, un investigador que habló del tema en Gualeguaychú, muestra la magnitud del saqueo inglés. ¿Hay razones para pedir un resarcimiento, pese al tiempo transcurrido?.

    Buenos Aires fue capturada, así, por las tropas del general Beresford, allá por 1806. La toma duró más de 40 días, en cuyo transcurso los ingleses no se privaron de nada. La invasión estuvo signada por vejaciones, asesinatos, muerte, y robos de todo tipo, según cuentas los cronistas. Un acto de pillaje protagonizado por súbditos de la Corona Británica, que no actuaron por motu propio.

    Fue en realidad una acción de conquista armada por el gobierno de Londres, en el marco de una estrategia global de dominación de estas tierras americanas.

    Los entretelones y el significado de este traumático episodio -que curiosamente la historiografía oficial refiere casi como una anécdota- están planteados en “El saqueo de 1806”, el libro del investigador Néstor Forero.

    Especialista en temas económicos e historiográficos, autor de otros libros como “Deuda externa y Crimen social en Argentina”, Forero se inscribe dentro del “revisionismo histórico” que, siguiendo a Raúl Scalabrini Ortiz o al copoblano Julio Irazusta -entre otros-, viene denunciando la malsana influencia británica en el país.

    Esa influencia, que ha sido determinante en el curso de la historia vernácula, es de larga data. En realidad, según esta lectura historiográfica, se remonta a la etapa anterior a la independencia argentina.

    Es decir, a cuando el país -junto con otras repúblicas sudamericanas- pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, un bloque geopolítico de 7.000.000 km².

    En la disputa por la hegemonía mundial, Inglaterra fue enemiga declarada de España, cuyo poder buscó cuartear, sobre todo saboteando sus posesiones americanas.

    Es en este contexto que Forero coloca la toma de Buenos Aires en 1806. Que en realidad, dice, fue la quinta expedición militar británica (no la primera como dice la historia oficial), a la cual precedieron, por caso, desembarcos en Malvinas o Isla de los Estados.

    El saqueo del que fue objeto entonces Buenos Aires, por parte de las tropas de Beresford, fue pergeñado con antelación por el gobierno de Londres, dice el autor.

    Y da una medida -cuenta- no sólo del sentimiento anti-hispánico de los invasores, ni de la codicia que los dominaba, sino de un plan de dominación urdido con inteligencia.

    Así, el primer acto del General Beresford, tras la toma de la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue la exigencia a sus pobladores de los caudales reales, bajo las peores amenazas (pérdidas de vida y patrimonio).

    Y aquí la originalidad de Forero: el tesoro robado, girado prontamente a Londres, representa hoy, actualizado a un interés anual del 6%, más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda externa argentina.



    Política colonial

    Pero además, una vez dueño de la plaza, Beresford tomó una serie de medidas para someter a la nueva colonia -y que según Forero tienen un parecido notable con la política económica que se siguió en Argentina en lo sucesivo.

    Así, al apoderamiento ilegítimo de las reservas monetarias del Tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires -el grueso del cual se embarcó a Londres en la fragata más rápida de la de la flota británica, el “Narcissus”-, le siguió el decreto que declaró la “libertad de comercio”.

    Esta última medida -sostiene el investigador- “se impondrá para beneficio especialmente de los comerciantes ingleses y de su socia local, la clase acomodada de Buenos Aires”.

    Ahora bien, haber secado la plaza de monedas -más allá de que una fracción de los pesos plata se dejaron para mantener el comercio exterior- colocó a la gobernación británica en Buenos Aires en problemas.

    La escasez de dinero metálico, producido por el vaciamiento de las arcas de Buenos Aires, conducía a un encarecimiento inexorable de las operaciones de importación de mercadería inglesa.

    Pero la gobernación británica no iba “a permitir que los comerciantes locales repararan esa pérdida mediante el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda, ya que el tipo de cambio hubiera saltado por las nubes”, cuenta Forero. Por eso -refiere- “se estipuló un tipo de cambio fijo de 5 chelines por peso, cuando antes de la invasión el tipo de cambio era de 4 chelines y 6 peniques”.



    La cuestión de los caudales

    Forero llama la atención sobre un dato no menor: los ingleses no pueden alegar que los caudales robados (en total 1.086.208 pesos plata) son un “botín de guerra” (el equivalente a unas 200.000 liras esterlinas de la época) (1). ¿Y esto por qué?. Pues porque el tesoro se hallaba fuera del alcance de los conquistadores al momento de ingresar a la ciudad.

    ¿Cómo? Es que el virrey Rafael de Sobre Monte, enterado de la invasión, se lo llevó consigo antes hacia Córdoba. Los ingleses tuvieron que gestionar su regreso, luego, bajo amenaza de introducir las peores pestes sobre la población.

    Este episodio, es decir la manera en que se obtuvo el tesoro confirma la tesis de que su apropiación fue “sencillamente un robo, perpetrado sin ninguna fundamentación jurídica por parte del invasor”.

    En realidad, dice el autor, la acción de Sobre Monte -pese a que el juicio histórico catalogó de deshonrosa-, colocaba la sustracción del tesoro en el marco de una discusión entre las cortes de España y Gran Bretaña, alrededor de los “derechos de propiedad indudable de los españoles”.

    “Para ser más ecuánimes diremos que Sobre Monte, más allá de su personalidad, cumplió con su retirada el plan de evacuación trazado en época del virrey Vértiz y que un Tribunal que juzgó su conducta terminó absolviéndolo, aunque eso no le devolvió el prestigio perdido”, comenta Forero.



    ¿Es posible el resarcimiento?

    El autor insiste en la “ilegitimidad” de la incautación de los caudales del tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires. Pero va más allá: en su opinión, a la Argentina y a los países que entonces integraban el virreinato, les asiste hoy el derecho del resarcimiento, pese al tiempo transcurrido.
    Forero habla de “derecho de propiedad” conculcado por el invasor inglés. Aunque dicho derecho le pertenecía a los españoles, ahora es nuestro, insiste, en virtud de la “continuidad jurídica e histórica de los Estados”.

    Asegura que el “gobierno británico no puede negar su participación” en la operación de saqueo -aunque se escude en el argumento de que fue una acción de particulares-.

    “Dado que lo actuado por los súbditos británicos lesiona el Derecho de Gentes, entendemos que el reclamo de reparación por el robo de Buenos Aires es imprescriptible”, razona el investigador.

    Y al respecto documenta la existencia de jurisprudencia internacional en este sentido, alrededor de la existencia de fallos que han obligado a ciertos Estados, cuya responsabilidad quedó evidenciada, a reparar el daño cometido contra otros Estados.


    Por Marcelo Lorenzo

    Publicado en diario El Día, de Gualeguychú, Provincia de Entre Ríos, 21/11/07. http://www.trabajadorescultura.com.a...politica/Notas


    Publicado en el diario Times, de Londres, a raíz de la captura de Buenos Aires

    Domingo, 12.09.1806 – nuevas buenas en Gran Bretaña

    El nuevo gobierno whig (el “Ministerio de Todos los Talentos”) se enteró de la expedición de Beresford el 24 de junio de 1806, cuando le llegó una carta fechada por el general inglés en abril de ese año. El Secretario de Guerra William Windham se tomó un mes para contestar la carta, con la anuencia de Jorge III, manifestándole que como la expedición no había sido oficialmente autorizada y no se conocían los resultados obtenidos, sólo cabía dar instrucciones generales. Ella eran: si habían ocupado una posición, que trataran de mantenerla y, caso contrario, no insistiera en tomarla; que “no se metiera en asuntos de independencia que pretendían los criollos”. Como cierre, le anunciaba a Beresford el envío de refuerzos al mando del general Sir Samuel Auchmuty. Por otra parte, el Almirantazgo remitió una carta, el 28 de julio, a Home Popham, ordenándole, severamente, que se presentara en Londres para rendir cuenta de lo actuado.

    Nota de Aclaración: El gobierno inglés mantuvo en secreto la expedición a Buenos Aires, hasta estar seguro de lo que había pasado en la colonia española. Pero el 12 de septiembre de 1806, tras 57 días de navegar, el Narcissus, al mando del capitán Donelly entró al puerto de Portsmouth, con los partes de Popham y Beresford sobre la captura de Buenos Aires. Por telégrafo visual llegó a Londres esa noche y los diarios se hicieron eco de la noticia, en las ediciones de la mañana siguiente.


    Lunes, 13.09.1806 – primera noticia

    Captura de Buenos Aires. Oficina del Times. Sábado a las 3 de la mañana.

    Por un expreso que acabamos de recibir de Portsmouth, tenemos que felicitar al pueblo por uno de los hechos más importantes de la actual guerra. Buenos Aires en este momento forma parte del Imperio Británico, y cuando consideramos las consecuencias a que conduce por su situación y capacidades comerciales, además de su influencia política, no sabemos como expresarnos en términos adecuados a nuestra opinión de las ventajas nacionales que derivarán de su conquista.


    Miércoles, 15.09.1806 – de la prensa británica

    “Es casi indudable que toda la colonia del Plata tendrá la misma suerte que Buenos Aires; y de las esperanzas lisonjeras presentadas a sus habitantes, en la proclama del general Beresford, ellos verán que está en su propio interés ser colonia del Imperio Británico”. (...) “Como resultado de semejante unión, tendríamos un mercado continuo para nuestras manufacturas, y nuestros enemigos perderían para siempre el poder de sumar los recursos de esos ricos países a los otros medios que tienen de hacernos daño”. (…) “Este país está ahora en una posición mucha más orgullosa de la que ha estado desde que comenzaron las negociaciones con Francia. En Calabria, la excelencia y superioridad de las tropas británicas han sido demostradas al enemigo y a toda Europa. Por nuestro éxito en el Plata, donde un pequeño destacamento británico ha tomado una de las más importantes y ricas colonias españolas, Bonaparte debe estar convencido de que sólo una paz rápida podrá evitar que toda Sudamérica quede separada forzosamente de su influencia y colocada para siempre bajo la protección del Imperio Británico ¿A qué región del mundo habitable podrá entonces dirigirse para conseguir barcos, colonias y comercios?”.


    Lunes, 20.09.1806 – desfile en Londres

    “A las siete en punto de la mañana, los Leales Voluntarios Britanos se congregaron en St. James’Square y después de disparar tres salvas prosiguieron hasta Clapham, a fin de escoltar hasta la ciudad el tesoro desembarcado del Narcissus, en Portsmouth” relata un testigo presencial, John Fairnburn “A su llegada a Claphamn encontraron el desfile consistente en ocho carretones, tirado cada uno de ellos por seis caballos, adornados con banderas, pendones y cintas azules. En las banderas estaba inscripta la palabra ‘Tesoro’

    Los precedía una pieza de artillería de bronce tomada al enemigo. El primer carretón llevaba el estandarte virreinal del Perú desplegado por un marino real; el segundo y tercero, las enseñas tomadas de los muros de Buenos Aires, y los siguientes, las insignias navales inglesas azuleas, rojas y blancas, mostrando el conjunto la más triunfal y grandiosa apariencia. Durante su procesión hacia la ciudad, los Leales Britanos, al mando del coronel Davidson, marcharon a la cabeza de los carretones y el coronel Prescott con los Voluntarios de Clapham los escoltaron a retaguardia. Una muy excelente banda perteneciente a este último regimiento interpretó durante la marcha ‘God Save the King’, ‘Rule Britannia’, etc., y el corazón de todos los británicos se regocijó ante la visión de la escolta.

    Tras haber entrado en Londres se detuvieron en el Almirantazgo y luego prosiguieron por Pall-Mall hasta St. James’Square, donde la procesión hizo un alto ante la casa del coronel Davidson y la señora Davison obsequió un par de enseñas con la leyenda ‘Buenos Aires, Popham, Beresford, Victoria’ escrita en letras de oro sobre seda azul, rodeadas por ramas de laurel. El tesoro pasó luego a través de la city hasta el Banco, donde se depositaron más de dos millones de dólares. En el frente de cada carretón figuraban las palabras ‘Caja del Tesoro’.

    En las ventanas se agolpaba una cantidad poco común de espectadores ansiosos por ser testigos del triunfo de la Vieja Inglaterra. El capitán Donnelly, del Narcissus, participó de la procesión en una silla de posta” .

    Nota de Aclaración: Ese mismo capitán Donnelly recibió, por entregar el tesoro, 5500 libras como flete, una comisión del 2% sobre el total, sin perjuicio de lo que le tocara como capitán, en la repartición a su ejército por la toma de Buenos Aires.

    “El tesoro siguió por la city hasta el Banco de Inglaterra, donde se depositaron más de un millón de dólares”.


    Sábado, 25.09.1806 – de la prensa británica

    “Tal es la fertilidad del suelo, que Buenos Aires, en poco tiempo será probablemente el granero de Sudamérica”.

    (…) “Las mujeres de Buenos Aires se consideran las más simpáticas y hermosas de toda Sudamérica, y su manera de vestir denota un gusto superior” (…) “El comercio de esta región bajo el ordenamiento británico, promete ser sumamente ventajoso para ella, y podría abrir mercados de incalculables posibilidades para el consumo de manufacturas británicas. En la medida en que las cargas impuestas a los habitantes sean disminuidas por el gobierno británico, sus medios de comprar nuestros productos se verán incrementados, y el pueblo, en lugar de permanecer andrajoso e indolente, se hará industrioso, y llegará a la mutua competencia por poseer no solo las comodidades, sino lo lujos de la vida”.


    Por Marcelo De Biase





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    Última edición por Mexispano; 22/06/2016 a las 03:45

  12. #12
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Así se expresaba el jefe realista de Montevideo José María Salazar en su informe sobre la junta revolucionaria de Buenos Aires en 1810 y su famosa "máscara de Fernando VII":

    "[...] ni nuestro adorado Monarca, los juramentos más sagrados, la jura más solemne que hacen los Pueblos en señal de su vasallaje, todo es falso en boca de estos infames revolucionarios, que nada encuentran sagrado sino lo que adula su ambición de mando, y sería el dilatarme mucho el comentar tales libelos infamatorios a los derechos indisputables de nuestro desgraciado Monarca, y la dignidad de la Nación tan infamemente ultrajada y tratada, pero lo que más hay que admirar es la seductora política que desde el principio han empleado para engañar a los Pueblos, política que han estado aprendiendo desde la entrada de los Ingleses en la Capital, que fueron los que sembraron la primera semilla de la independencia juntamente con los americanos".

    Fuente: https://books.google.com.ar/books?id...alazar&f=false





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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    jueves, 4 de agosto de 2011

    La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


    En la noche del 7 de febrero de 1819, jugando los oficiales españoles prisioneros en San Luis con don Vicente Dupuy, teniente gobernador, y habiendo perdido éste algún dinero, echó en seguida mano del que tenía delante de sí el coronel Rivero, quien reprendió agriamente el hecho, y a pesar de las instancias de los concurrentes dio un bofetón a Dupuy, cuyos amigos, lo mismo que algunos españoles echaron mano de las armas que había en la habitación. El tumulto que resultó de aquí alarmó la guardia, y los prisioneros españoles, temiendo las consecuencias de este lance, entregaron las que habían tomado, y pidieron perdón a Dupuy, que les fue concedido, y les empeñó su palabra de honor, que si lo dejaban salir calmaría la efervescencia de la guardia y del populacho. Salió en efecto, mas en vez de apaciguar los espíritus difundió la alarma, y excitó al pueblo a vengar los insultos que había recibido de los godos, nombre con que se designaba a los realistas. Dupuy entonces volvió a entrar en la habitación con algunos soldados y gente armada, y el brigadier Ordóñez, el coronel Morgado y seis oficiales más fueron asesinados. El coronel Primo, viendo la inevitable suerte que le esperaba, se tiró un pistoletazo y se mató. Todos los españoles que se encontraron por las calles fueron pasados a cuchillo, y muchos fueron también muertos en sus casas: han sido cincuenta los asesinatos cometidos en este fatal día, y de los oficiales españoles retenidos en San Luis sólo dos se libraron de la muerte. En recompensa de esta acción tan memorable ha sido ascendido Dupuy a coronel mayor y agraciado con la legión de mérito de Chile.


    — William Bennet Stevenson, A historical and descriptive narrative of twenty years’ residence in South America: Containing the travels in Arauco, Chile, Peru, and Colombia: With an account of the revolution, its rise, progress, and results (Hurst, Robinson & Co., 1825).







    Vicente Dupuy (1774-1843)

    "el carnicero" de San Luis, de comerciante a revolucionario ...y vuelta


    El autor de estas líneas, Mr. Stevenson, fue uno de los famosos “observadores” británicos (“viajero y pintor” dice la leyenda rosa) que siguieron a las tropas “patriotas” en sus peripecias.

    Uno de los personajes que se destacó por su brutalidad en esta matanza fue Facundo Quiroga, futuro caudillo riojano, quien en esta oportunidad utilizó como maza los grillos que llevaba puestos habiendo sido detenido previamente por protagonizar algunos desmanes entre la tropa “patriota”.

    La leyenda rosa nacionalista, en parte tomando como cierto lo que la inquina personal hizo decir a Vicuña Mackenna contra Bernardo Monteagudo, culpa a este último de tal acción. Por supuesto que no va a culpar a Dupuy, protegido de San Martín. Pero lo cierto es que, años después de este hecho, el “Libertador” llamará al célebre jacobino Monteagudo a su lado en Lima.



    _______________________________________

    Fuente:

    C. L. A. M. O. R.: La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


  14. #14
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Plano de Buenos Aires en 1713. A la derecha puede verse la "casa de campo El Retiro", donde después del Tratado de Utrecht, Gran Bretaña (por intermedio de la Compañía del Mar del Sur) fundará su "asiento", desde donde los británicos comerciarán esclavos y otros bienes. Aunque el asiento de Buenos Aires será suprimido poco después, Retiro seguirá siendo "el barrio inglés" hasta bien entrado el siglo XX. No casualmente, allí tendrán su cuartel los granaderos de San Martín. No por casualidad, allí estarán las oficinas de las compañías navieras británicas, los ferrocarriles británicos, etc.

    _________________________________

    Archivo General de la Nación Argentina

    21 de junio a las 11:24 ·

    Fuerte de Buenos Aires, año 1713.

    Documentos Escritos. Mapoteca II-51







    _________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/ArchivoGene...type=3&theater

  15. #15
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    "Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán"

    02 Oct 201226




    HISTORIADOR. Nicolás Breglia. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO


    La pertenencia de Manuel Belgrano a la masonería siempre fue uno de los misterios de nuestra historia. Sin embargo, el historiador de la orden, Nicolás Breglia, ratificó que el prócer no solo fue masón, sino que fundó y presidió en Tucumán la Logia Argentina, luego llamada Unidad Argentina. "Belgrano fue masón. A fines del siglo XVIII, cuando regresó a Buenos Aires desde España, se inició en la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, con carta Constitutiva de la Gran Logia General Escocesa de Francia. Esta logia tenía por objeto lograr la independencia del Virreinato del Río de la Plata de cualquier dominación extranjera", comentó en una entrevista con LA GACETA. La teoría, rechazada por la Academia de Historia, fue expuesta, debatida y ratificada durante las Jornadas Belgranianas que organizó el Observatorio de la Ciudadanía del NOA y de la que participó Breglia como pro-gran maestre de la milenaria orden.

    Pero, además, Belgrano fue más allá con sus ideales masónicos. "Cuando se hizo cargo del Ejército del Norte, fue nombrado presidente de la Logia del Ejército del Norte. Y, durante sus años en Tucumán, Belgrano continuó trabajando masonamente al fundar y presidir la Logia Argentina, que funcionó de acuerdo con el testimonio obtenido por Adolfo Saldías, en la casa de la familia Padilla ubicada en cruz con el Cabildo. Allí, el prócer inició a muchos de sus oficiales en los augustos misterios de la antigüedad", agregó. Sin embargo, Breglia aclaró que esa casa no se trata de la que hoy esta en pie al lado de la Casa de Gobierno, sino de una que estaba al otro lado de la plaza Independencia. "Allí Belgrano se reunía en logia con sus principales oficiales, tales como su lugarteniente Gerónimo Helguera y los coroneles Cornelio Zelaya y Eustoquio Díaz Vélez, también masones", aseveró.



    _________________________________

    Fuente:

    Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán - La Gaceta
    EspadaDeRoma dio el Víctor.

  16. #16
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Lunes, abril 19, 2010

    Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela







    EL NACIONAL - Domingo 18 de Abril de 2010 Siete Días/2


    ¿QUÉ PASÓ EL 19 DE ABRIL DE 1810?


    Debate entre historiadores


    Nacionalidad, soberanía, independencia. Los grandes temas del pasado son motivo de discusiones que se mantienen abiertas


    Los hechos del 19 de Abril de 1810 están claros, pero su interpretación todavía genera debate entre los historiadores venezolanos. Carole Leal, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar, se inscribe en el grupo de estudiosos que consideran que la actuación de los criollos del Cabildo de Caracas no tenía otra intención que la que declararon ese día: constituir una junta autonómica para ejercer temporalmente el poder y conservar los derechos del rey Fernando VII, obligado a abdicar por Napoleón Bonaparte. Ha concluido que la comprensión de la fecha como el momento primigenio de la Independencia no fue más que el resultado de una operación historiográfica que, en suma, logró purificar de su motivación monárquica lo ocurrido aquel día. "El acta habla de nuestro amado rey y señor que Dios guarde".


    Gustavo Vaamonde, investigador de proyectos históricos de la Fundación Polar, analiza lo ocurrido como una "gesta patriótica". "Desde mediados del siglo XVIII existía un sentimiento patrio de la gente que nació en este continente, que veía el territorio y sus recursos como algo propio. Sí respetaban las instituciones monárquicas, pero se concebían a sí mismos como algo distinto y esperaban que su voz se escuchara también diferente". Desde esa óptica analiza el 19 de Abril de 1810: "Es el primer gobierno autónomo en 300 años y se constituye sólo con gente nacida aquí o con españoles radicados aquí. En las proclamas de los días posteriores empieza a aparecer una palabra: venezolanos".


    Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, dice que los hechos no hubieran sido posibles de no haber surgido antes ese sentimiento de vinculación de los hombres con el entorno: "Para llegar allí debías sentirte parte de algo y tener orgullo de esa pertenencia, y sentir que ese paisaje sería mejor si te tenía a ti a la cabeza".


    Un documento clave que confirma esa apología de la tierra circuló en la víspera de los hechos. "Fue un libro, el Calendario, manual y guía de forasteros, que se atribuye a Andrés Bello pero que seguramente fue de autoría colectiva". Es una suerte de guía turística, según el académico: "Hacerla supone que colocas lugares en los que te reconoces y que te llena de orgullo mostrar".


    Un segundo ejemplo es la aparición en la Gaceta de Caracas de la biografía del marqués de Ustáriz, que murió también poco antes de los hechos del 19 de Abril de 1810: "Es el primer caraqueño del cual se sienten orgullosos y por eso escriben su historia". Sobre la valoración de los hechos ocurridos, no tiene dudas: "Fue el debut de la sociedad venezolana en el teatro del mundo. Por primera vez no son actores metropolitanos, ni el libreto lo hacen desde Madrid.


    Un grupo de esa sociedad demuestra madurez para entender desde su perspectiva local el panorama internacional y especialmente el desmoronamiento de España. Y esa fue la clave para que se iniciara la metamorfosis". Los funcionarios españoles, de acuerdo con Vaamonde, advirtieron esas mudanzas que anticipaban una intención independentista detrás de la junta autonómica. "Escriben a la Regencia y lo informan". A Leal esas comunicaciones no la llevan a conclusiones. Considera natural que la burocracia del reino, en una situación de guerra y de alta dependencia de los territorios hispanoamericanos, se alarmara ante sucesos como los de abril de 1810 y escribiera un texto semejante.


    Inés Quintero, también miembro de la Academia Nacional de la Historia, no soslaya el sesgo fernandino de la junta que se instaló en Caracas. Pero rescata un asunto que considera vital. "En esos hechos se resolvió lo más importante: el tema de la soberanía. La toman provisionalmente, mientras vuelve el rey, pero la toman, el poder revierte en la sociedad". Esa decisión inicial condujo a otro problema: la necesidad de decidir quiénes concretamente ejercían esa soberanía. La solución de la junta caraqueña fue revolucionaria: hacer elecciones, tal como se comprendían entonces, con la sola participación de los hombres libres, pero elecciones.


    "Se introdujo el principio de representación y eso no fue poca cosa". Así fue ganando la voluntad de las otras juntas y se dio un giro definitivo a la historia. Quintero lo resume en una fórmula: soberanía, autonomía, representación, ciudadanía y República. Sin unas no hay las otras.




    El 19 de abril de 1810 se celebró el primer referendo de Venezuela Un movimiento popular que fundó la Nación



    Domingo, 18 abril a las 19:48:27


    Para muchos historiadores, aquella gesta tuvo un carácter hondamente civil, encabezada por los aristócratas y burgueses de la época, entre ellos los hermanos Bolívar, Montilla, Salía.


    Aquel dedo negativo del cura José Cortés de Madariaga decidió el destino de un pedazo de tierra llamada Venezuela. Detrás del Capitán General Vicente Emparan, el sacerdote chileno empujó al jefe español a celebrar el primer referendo de que se tenga conocimiento en la provincia allende de los mares de la España monárquica. En efecto, una vez que Emparan preguntara a la población -reunida en Plaza Mayor acerca de si querían que se quedara en el mando- Madariaga levantó la mano y sacudió el dedo índice derecho en señal negativa. La gente siguió las instrucciones del prelado y gritó ¡No!, razón por la cual el funcionario dijo que él tampoco quería el mando.



    LOS ANTECEDENTES


    En ese momento se instaló otra historia. Ese movimiento popular ocurrido el Jueves Santo de ese año de 1810, da pie a la lucha por la Independencia. Emparan había sido nombrado por el rey invasor, hermano de Napoleón Bonaparte, José I, apodado Pepe Botella. Fernando VII había sido derrocado luego de la invasión napoleónica y confinado en una celda, en 1808. Desde su confinamiento ordenó la formación de Juntas Populares "para la defensa de la legalidad y la fidelidad al Rey". En consecuencia, el 29 de mayo de 1808 se proclama e instala la Junta de Sevilla. Caracas sigue el ejemplo dos años más tarde.



    UN MOVIMIENTO PRO MONÁRQUICO


    Los mantuanos de Caracas, es decir, los aristócratas y burgueses de la época, así como varios miembros del Cabildo, desconocieron el poder del Capitán general nombrado por José I. De allí que los alzados actuaron en defensa de los derechos del derrocado monarca español, Fernando VII. Ese día de abril nace el espíritu de la Independencia. Se firma un acta donde afirma que se actuó en nombre de Fernando VII y se conforma una Junta de Gobierno que luego propicia la creación de las juntas de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida. Entre los aspectos relevantes del documento está la activación del comercio exterior, la prohibición del comercio de esclavos negros, el nacimiento de la Sociedad Patriótica con la intención de fomentar la agricultura y la industria; así como la fundación de la Academia de Matemáticas. Igualmente, se abren legaciones diplomáticas en Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada. Maracaibo, Coro y Guayana se declararon en rebeldía y desconocieron a la Junta, por lo que se mantuvieron leales a la Corona española. Este evento da paso al 5 de Julio de 1811 cuando se firma el Acta de declaración de la Independencia de Venezuela.



    LOS DIPLOMÁTICOS


    La junta nombra y envía embajadores a José Cortés de Madariaga a Nueva Granada, quien firma acuerdos con un territorio vecino, con el que se propiciaría el intercambio comercial. Mariano Montilla y Vicente Salías son nombrados para negociar con Curazao y Jamaica.Juan Vicente Bolívar, Telésforo de Orea y José Rafael Revenga viajan a Estados Unidos, que ya era potencia y con quien se firman papeles de apoyo a la lucha de liberación y de intercambio comercial y bélico. Por su parte, Simón Bolívar, López Méndez y Andrés bello fueron enviados a Inglaterra, con cuyo gobierno debían mantener la posición de la Junta de mantener su fidelidad a Fernando VII, manteniendo igualmente su autonomía frente al Consejo de Regencia al que desconocían como régimen legítimo. La misión de Bolívar, López Méndez y Bello resultó fallida, por los nuevos acuerdos y tratados de Inglaterra con Francia y España, con la que siempre estuvieron enemistados, pero dadas las circunstancias de que Fernando VII no estaba en el poder, los ingleses desconocieron la lucha de los venezolanos, situación que años después cambió.



    LAS ELECCIONES


    En palabras dirigidas a las Sociedades Americanas, Simón Rodríguez afirmó: "Napoleón quería gobernar al género humano, Bolívar quería que se gobernara por sí, y yo quiero que aprenda a gobernarse". De esta declaración se desprende el carácter democrático de ese hombre que iluminó el sendero de aquellos torvos caminos. Sobre este aspecto, la Junta Suprema convocó a elecciones para reunir el Congreso General de las Provincias, con la idea de asegurar "la transformación del gobierno de facto en un régimen constitucional independiente". De esta justa electoral resultaron elegidos 44 diputados, distribuidos en Caracas (24), Barinas (9), Cumaná (4), Barcelona (3), Mérida (2), Trujillo (1) y Margarita (1).



    OPINIONES DE HISTORIADORES


    Muchas han sido las opiniones de algunos historiadores venezolanos, entre ellos Tomás Straka y Manuel Caballero. El primero señala: "Hay que determinar cómo fue, es de que se trató un movimiento contra Francia y no contra España; y, más aún, cómo, si aceptamos que lo fue, éste llegó a tener un carácter más amplio de adhesión popular que el de la independencia de la corona castellana (…) los historiadores se dividen entre quienes lo evalúan como un acto de fidelidad al Rey y quienes lo ven como una maniobra para poco a poco ir llevando las cosas hacia la independencia absoluta. Nuestra tesis es que hubo un poco de las dos cosas, como casi siempre en la historia -en los fenómenos humanos-, en la que lo paradójico y lo contradictorio no tiene por qué ser raro".


    Más adelante, Straka escribe que "quienes asistieron a la escena y en principio apoyaron no estaban sinceramente indignados por la invasión de Napoleón a España, por las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII -que se suponían hechas bajo una coerción mayor de lo que realmente hubo- y por la simpatía real o intuida que el Capitán general Vicente Emparan y otros afrancesados de su gobierno sentían por El Francés. Los caraqueños ya habían despedido con tumulto a los emisarios de José Bonaparte".


    Acerca de la participación militar en aquellos hechos, Manuel Caballero ha señalado que "Ahí no hubo ninguna participación militar. También el 5 de Julio. Esas son fechas eminentemente civiles. Después la situación derivó y se convirtió en una guerra que al desatarse no tuvo fin durante un siglo, y de allí que se pretenda decir que la historia de Venezuela es la historia de las glorias militares". El historiador larense precisa que la Guerra de Independencia fue una guerra civil. "Por supuesto, usted puede decirme con razón que esa tesis es la de Vallenilla Lanz, porque aquí peleamos venezolanos contra venezolanos". Más adelante afirma que "la que gente que quería la independencia sabía que la impronta monárquica y religiosa era demasiado fuerte, y se iba a estrellar contra un sentimiento que no solamente era de la Corona, sino de todo el pueblo (…) lo que ha dicho Carrera Damas (Germán), el único gobernante por quien el pueblo venezolano su sangre para defenderlo ha sido Fernando VII. Fue lo que hicieron los llaneros de Boves, la guerra civil de los dos lados del océano, el disimulo necesario, como suele suceder en estos procesos". Así mismo, la Guerra de Independencia fue una guerra civil en la que se enfrentaron venezolanos contra venezolanos, hermanos contra hermanos en defensa y en contra del rey Fernando VII. De modo que se trató de la única vez que el pueblo venezolano ha derramado sangre por gobernante alguno.


    _______________________________________

    Fuente:

    Venezuela y su historia: Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela

  17. #17
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    La Patria del Carlismo




    April 11, 2016


    |


    Mario Fidel Bianchetti














    Por Mario Fidel Bianchetti
    Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires.

    La comparación entre las figuras de Liniers y de Beresford pone al descubierto un enfrentamiento de naturaleza conceptual.La figura de Beresford —al final victorioso— con su extraordinaria lucidez, nos señala la clave de la historia de estas tierras. Dice aconsejando a Lord Castlereagh ante los preparativos de una tercera invasión inglesa "a menos que vayamos a darles independencia, será mejor no acercarnos..." (1). Durante los días de gobernador en Buenos Aires, ya había tomado juramento de fidelidad a la corona británica, a muchos “destacados” porteños, entre los que se contaba Juan José Castelli (1).Contrasta aquella figura con ese Liniers humilde, en su fidelidad a Dios, la Patria y el Rey hasta perder la vida, presentándose como uno de los pocos notables, conceptualmente enemigo de aquel. Él es probablemente nuestro último patriota en estas latitudes. Hasta su descendencia, vinculada fuertemente a las filas del Carlismo y sus últimas declaraciones ante la inminencia de su muerte, nos confirman sin duda la claridad de sus ideas (2).Este enfrentamiento, que esconde como siempre el de toda la historia de la Cristiandad —al decir de W. T. Walsh: el de Cristo contra el anticristo— nos trae el recuerdo de aquel discurso que José Antonio pronunciara el 4 de marzo de 1934 en Valladolid (3).Allí José Antonio decía: "El separatismo local es signo de decadencia, que surge cabalmente cuando se olvida que una Patria no es aquello inmediato, físico que podemos percibir hasta en el estado más primitivo de espontaneidad. ... : que una Patria es una misión en la historia, una misión en lo universal." Y aquí viene lo que nos sugiere un paralelismo con aquellos dos conceptos antagónicos."La vida de todos los pueblos es una lucha trágica entre lo espontáneo y lo histórico."Liniers, defendiendo la Patria hasta perder la vida, y los "Castellis y Belgranos" traicionando esa Patria a favor de lo espontáneo, lo primitivo, aprovechándose de un momento de debilidad para ello, hasta poder decir —como José Antonio en el principio de su discurso— ya "estamos sin España", ¡desde luego que no con la tristeza de José Antonio!. Que sigue diciendo: "Cuando se produce la época de decadencia de ese sentido de la misión universal, empiezan a florecer otra vez los separatismos, empieza otra vez la gente a volverse a su suelo, a su tierra, a su música, a su habla y otra vez se pone en peligro esa gloriosa integridad, que fue la España de los grandes tiempos."Creo que el fracaso de los movimientos patrióticos americanos (nacionalismos) se debe a que nunca han defendido la Patria, esa "misión en la historia... misión que en lo universal los diferencia de los demás pueblos", sino "este estado primitivo... espontáneo", porque ello implicaría aspirar a una unidad en la que los egoísmos localistas jamás han pensado (y que nunca el enemigo ha dejado de temer).La intuición y una conciencia sana les ha permitido identificar al enemigo, pero han subestimado su astucia y se han aferrado para combatirlo, a la defensa de una situación de hecho, impulsada por este, en detrimento de la defensa de la verdadera Patria. Y esta es una cuestión esencial: ¡tanto o más importante que conocer al enemigo es saber qué estamos defendiendo de él!Mientras las Españas Americanas se disgregan en ridículas "republiquetas bananeras independientes" —¿de quién?— esgrimiendo los mismos argumentos separatistas de la España de hoy y cayendo en la misma brillante trampa de Beresford, el enemigo arma una grande y poderosa nación, aumentando su extensión y su población con los territorios que nos ha robado.Creemos que el tiempo transcurrido no legitima los separatismos triunfantes: los derechos de la Patria no prescriben.El fruto de mayo no está contenido en la Hispanidad. José Antonio nos enseña a distinguir este "signo de la decadencia", y su defensa no implica la defensa de la Patria sino, por el contrario, la forma más engañosa de combatirla.¡Las Patrias no nacen por designio de los hombres sino de Dios, que esto es "una misión en la historia": un mandato Divino!Sabemos que los himnos y las banderas van a desaparecer: el enemigo ya no los necesita. Los ha usado por casi doscientos años y ha logrado con ello su objetivo estratégico: ha borrado a España de las raíces de los americanos, ha escondido la Patria. La escuela laica, obligatoria y gratuita, con una eficacia increíble, lo ha tenido entre sus fines principales, lo demás sólo lo oculta.Agentes del gobierno mundial ya se asoman como cabecera de playa: basta leer a O’Donnell, Soriano, Efrom. En ellos ya San Martín es masón y Belgrano y Castelli autores de ordenanzas terribles, que ellos mismos se encargan de hacer cumplir sin reparar en el uso de métodos criminales. Luego caerán sus símbolos.Ya se vienen las banderas del gobierno mundial. En lugar de gastar esfuerzos en evitar que caigan las banderas falsas, unámonos para levantar, antes que el enemigo ice las suyas, las banderas de la verdadera Patria, aquella que funda la acción conjunta y milagrosa de Santiago y Recaredo, la Patria del Cid, la Patria de Isabel y de Fernando, la Patria que defiende Liniers hasta su muerte, la Patria en fin, que tiene en el Carlismo su último bastión, hasta la victoria final.(1) Beresford, Gobernador de Buenos Aires - Lozier Almazán, Bernardo P. (Editorial Galerna, 1994)(2) La descendencia carlista de Santiago de Liniers - Lozier Almazán, Bernardo P. (Obra inédita)(3) Obras Completas de José Antonio Primo de Rivera (I, Los Coihues, 1979).

    http://reinosdelasindias.wixsite.com...a-del-Carlismo


    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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  18. #18
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    LA BANDERA, ¿SÍMBOLO DE INDEPENDENCIA O DE BALCANIZACIÓN Y DOMINIO?


    Una pregunta que me estoy haciendo en estos días con prudencia y respeto por todo lo que hemos sangrado en Malvinas en 1982, bajo el manto de nuestros colores, pero no puedo evitarlo si quiero entender lo que nos ha pasado en estos doscientos años de calamidades sin destino. Los símbolos son importantes para determinar territorios, estados o culturas. Por eso les pregunto, ¿no creen que los ingleses celebraron en sus ánimos internos la nueva bandera de Manuel Belgrano en 1812, dado que la anterior, la borgoñona de los Austrias, que todavía hoy portan el Regimiento 1 "Patricios", el estado de Chuquisaca, el puerto de Valdivia, el archipiélago de Chiloé y los estados de Alabama y Florida, los había derrotado cientos y cientos de veces en las Indias y en Europa?

    Me planteo que tal vez la festejaron, porque a partir de ella hay una bandera rival contra España en América levantada por españoles americanos. Que impulsó una guerra civil donde a ellos les salió todo redondo; se lograron los propósitos ingleses. Dividirnos en múltiples estados aunque compartiésemos tierra, rey, moneda, administración, comercio, rutas navegables, defensa, leyes, lengua y religión para manejarnos mejor al perder todos esos elementos de unión. A partir de nuestra bandera, salió la misma idea de crear banderas en toda América y ese símbolo disparó la balcanización, pues ni siquiera fue una bandera para toda Hispanoamérica, solo para el Río de la Plata. Entonces cada territorio que pretendía convertirse en nuevo estado hizo la suya, la mayoría sin gran valor vexilológico. Nuestra bandera es hermosa y simboliza por lo que luchamos en 1982 y en la Conquista del Desierto y unificó a criollos con inmigrantes, lo que digo es sobre un momento político al comienzo de nuestra historia.

    Recuerdo que el rey Jorge III de Inglaterra le regaló un reloj a Belgrano, aquel con el que le pagó en sus últimos momentos de vida a su médico el dr. Redhead, un escocés que operaba como agente inglés en el norte argentino. La bandera y el proyecto de monarquía incaica favorecían a Inglaterra, aunque Belgrano en su ignorancia no lo supiese. Bastaba con que rompiésemos la unidad para que la banca de Londres viniese en "auxilio" a sepultarnos y dominarnos financieramente, como al fin lo hicieron. Y eso hasta el día de hoy.

    Manuel Belgrano estuvo en Londres con Rivadavia en 1814, dos años después de crear la bandera argentina con los colores borbónicos, cuando fueron a Europa a buscar un príncipe europeo para que reinara en América y a pedirle a Carlos IV°, lo que podemos leer en las "Súplicas de Belgrano y Rivadavia a S.M. el rey Carlos IV°"; para que intercediera ante Fernando VII° y que nos permitiera poder volver a la unidad con España. Belgrano veía que se había abierto una caja de Pandora con todos sus males desparramándose en América, que todavía sigue abierta hasta nuestros días y que mantiene al continente empobrecido. Pero el rey emérito residente en Roma los sacó carpiendo, pues es posible que Carlos IV° supiese que Bernardino Rivadavia tenía instrucciones secretas del Directorio para conseguir un príncipe europeo e independizar a las Indias. O tal vez por torpezas reales de Carlos IV° y Fernando VII°.No es seguro. Quizás nos merecíamos nuestro destino. Probablemente no íbamos a poder escapar de la decadencia de occidente que ya se vislumbraba desde 1789. Es imposible escapar del abismo al abandonar la tradición. Lo que es concreto que es que con el derribo del imperio en América, se cayó el último katehón, el último obstáculo contra el Mal de este mundo y hoy parece no haber potencia cristiana que impida el sombrío futuro que acecha a la humanidad. Pero tengo una esperanza, nuestra bandera ganó legitimidad al enfrentar al cíclope anglicano en 1982, ese monstruo que solo tiene un ojo para verse a si mismo, haciéndole sentir que éramos bravos cachorros criollos y que toda la hispanidad salió en defensa nuestra mostrando las fibras vivientes de nuestro pasado común y las posibilidades de una fuerte unión para enfrentarlos en los acontecimientos por venir en este espeso siglo XXI. Si tomamos conciencia de nuestra civilización común y de nuestro lugar reservado en la historia, podremos enfrentar airosos los conflictos de los próximos tiempos. Y en ese momento y espacio, nuestras banderas unidas y al amparo de las Aspas de Borgoña, como señal de unidad, adquirirán su valor como definitivos símbolos de independencia.


    https://www.facebook.com/lonspatrici...04904456190124









    https://www.youtube.com/watch?v=v1ZS...ature=youtu.be

  19. #19
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    El indio Tomás Velasco y la Batalla de Pichincha


    Una de las actividades de las celebraciones por el centenario de la independencia allá en el siglo pasado, fue la búsqueda de personas centenarias que recordaran los sucesos libertarios. En este marco resulta intrigante la publicación, en El Comercio del 5 de mayo de 1927, de un reportaje realizado sobre un “compatriota” de Guano, Chimborazo –Tomás Velasco– , quien, supuestamente, habría participado en la Batalla de Pichincha. El reportero lo hizo hablar en un lenguaje que calificó de “semi-español y semi-indígena”, que, a su juicio, era el que hablaban todos los de la “raza vencida”, sobre los cuales había pasado la civilización, reforzando así la lengua como marcadora de la “indigeneidad”. El reportero advirtió a sus lectores que, siguiendo la tradición, se tutearon; y, luego, compuso una breve descripción de su entrevistado: el señor Velasco “se pone en posición firme y guiña los ojos para hablar con mayor animación en la expresión fisonómica. Lleva bastón. Lo hacemos sentar y pone una pierna sobre la otra. Se ve que sabe de estilos sociales”. Acto seguido, inició la entrevista preguntando:


    -¿Conocistes a Sucre?

    ¿Socri? Nu amitu. Billitico si hi tinido, pero socri ca, nui visto. Yo pubre ca quí de saber.


    -¿Qué edad tienes?

    Nu si pis, amitu. Yu pobre ca, quí de saber.


    -¿Estuvistes en el combate del 21 de abril?

    Isu sí, amitu. Allá en la luma de Quitu. Cuánta matanza amitu. Los suldadus con unas lanzutas se traspasaban. ¡Jesúa María!


    -¿Conocistes a algunos de los jefes?

    Sí amitu. Mi patrón Antonio Zambrano (independentista) estuvo mandándome. Pobre guambritu era yo.


    -¿Estaban a pie o a caballo los que pelearon?

    Isu ca, quí de sabir amitu. Yo ca juvencitu ira…


    -¿Asististes a la batalla del 24 de mayo?

    Como no puis patrón. ¡Jesús María! Hasta Tulcán mi juí. A la juirza, llevado di soga.


    -¿A qué hora comenzó el combate?

    Di mañanita. Pajaritos ca silvando istaban ya.


    -¿Sabís quién mandaba las tropas?

    Isu ca, no si pis amitu. Yu pubre ca quí de saber pes.


    -¿Y estuvistes en el terremoto de Riobamba antiguo?

    Cumu nu pes, amitu. ¡Jesús María! Curre mas curre me escapé. ¡Jesús María!


    -¿Qué tal era Riobamba?

    Bunitu pueblitu, pero este actual is mejor. Antes ca ciertamente tudito era paja ni mas y pencus. Aura ca, para quis pues cambiadu está.


    -¿A quién conocistes en Riobamba antiguo?

    Nu si pes, amitu. Isu ca… Acaso soi ningún leído ni escrbidu…


    -¿Eres casado?

    Dos veces, ¡Jesús María! Una ca in San Andrés; otra ca in Guano. Siete hijitus tengo, taita amitu.


    -¿Quién te casó en San Andrés?

    Amu taita curita Cipida. Ya viejitu era.


    -¿Y a qué edad te casastes?

    Nu si…


    -¿Trabajastes el cimiento de la catedral?

    Sí amitu, sudandu un mar. Piedrotas pusimos interrandu. ¡Jesús María!


    -¿Quién dirigía los trabajos?

    Nu si…


    -¿Conocistes al Obispo?

    Nu amitu. Isu ca… A la juerza venía. De soga trayendo…



    Al finalizar la entrevista, el reportero informa al lector que no creyó necesario hacer más investigaciones, aunque el “paleontólogo” Félix Proaño, un importante intelectual de Riobamba, le habría sugerido que le mirara las piernas para deducir la edad. Su exploración confirmó que era muy anciano, pero muy bien conservado. Finalmente, para agasajarle y enviar al diario su fotografía lo retrataron en un estudio. El último comentario del reportero es: “¡Qué cara de buen mozo la que puso!”. Creemos que la entrevista debió haber sido leída por el público con incredulidad ya que, por primera vez, se explicitaba públicamente que los indios habían tomado parte en la gesta libertaria, al tiempo que evidenció la participación de los indios, les quitó responsabilidad, al enfatizar que participó en la gesta libertaria por orden del patrón y de manera forzada.

    Si bien las fechas son un poco inconsistentes, bien podría tratarse de una entrevista anterior a la fecha de publicación y guardada especialmente para dicho centenario. Lo cierto es que existe documentación al respecto, sobre la participación forzada de indígenas en las tropas independentistas, la gran mayoría de indios eran realistas.








    _______________________________________

    Fuente:


    https://www.facebook.com/23052595029...type=3&theater

  20. #20
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?



    LA INDEPENDENCIA: MUCHO PEOR QUE LA OBRA DE UN HUMANO IMPERFECTO

    Por Xavier Padilla


    Lamento venir a herir la patológica admiración de mis compatriotas venezolanos por Bolívar, pero su caso fue bastante peor de lo que podría ser excusado con la trillada lisonja enlatada de que fue «un hombre de carne y hueso, que como todo mortal cometió errores». Ojalá sólo se tratase de algo tan razonable y pintoresco. Lo que pasa es que estamos hablando de un hombre de extraordinarios talentos, lo cual agrava sus errores (y aumenta su responsabilidad). Y por ende dicha apología no aplica. Los suyos son imposibles para cualquier hombre ordinario, son mayores que los errores mundanos. Y es que están muy por encima de los comunes. Le quedan pequeñas las excusas corrientes del hombre corriente. Para poner todo en su justa grandeza, empecemos por donde todo empieza: la idea misma de «independencia» (que es entonces algo así como decir que su vida misma fue un error, si le damos importancia a su título de Libertador). Poco importa lo duro y sacrificado que haya sido lograr la independencia si la misma era un error, porque si la falta de libertad no era el problema, entonces la solución no podía ser la independencia. Como dijo Ortega, la solución de un problema falso es un error absoluto.

    A los venezolanos, por haber nacido en la tierra donde «la independencia» es, más que un patrimonio moral sagrado, ya un monumento en sí mismo, jamás se nos ocurrió sospechar que detrás de nuestra «independización» de España pudiera no haber en realidad una España cruel ni ningún yugo déspota y sanguinario. Difícil, por no decir imposible, tener allí siquiera el chance de dudar de tales valores, ya no sólo literalmente intangibles e intocables, sino incuestionables por defecto, censurados de ante mano a la sospecha y por ello mismo tan sospechables. Tal vez sea indispensable haber vivido fuera de Venezuela para no ser víctima de un entorno nada subliminal, nada disimulado, nada discreto, sino impuesto, a la cara, de plazas y monumentos, de cantar obligado el himno en la escuela, de escucharlo a diario en 4 horarios, de lemas y frases de Bolívar que usan a la voz misma de Dios de ventrílocuo; y no sólo como los ojitos de Chávez sino con el Bolívar entero en cada rincón y plaza de la nación. Con o sin caballo, pero ojitos, siempre ojitos al fin. Bolívar, el santo vigilante de su prole libertada, de plaza en plaza y pueblo en pueblo. Guzmán Blanco, el arquitecto, el agente inmobiliario y numismático de nuestra memoria histórica, masón como Simón, regente póstumo de su herencia afrancesada y antiespañola. Demoledor de inmuebles hispanos en pro del estilo galo. Lo central, rendir tributo a Bolívar, a aquel a quien todos los que se repartían o disputaban todo le debían todo. En nuestra república, todos los hombres de poder debieron todo a él, todos sus poderes. Incluida esa gran capacidad de rapiña y posesión, originada con Bolívar. Sin Libertador, ninguna libertad para depredar; sin independencia, que era justamente la licencia para ello, sólo había el «yugo del imperio», esa brisita observadora en el cogote. Por eso la independencia había que erigirla ella misma en monumento. Y había que poblar la tierra hacía medio siglo arrasada por el caudillo, aún medio vacía, con estatuas a la independencia. Hacerla un templo, materia, cuerpo. Llenarla de próceres guardianes y volver a la Patria, ella misma, una alegoría al Padre. No a la inversa. Crear la intimidante, imponente parafernalia marcial de símbolos y héroes en la que ningún niño, hombre ni anciano no creyese. Otra cosa, otro tema, otro asunto es que la muy cacareada independencia valiese lo que costó; es decir, que siquiera fuese cierta… En lo que a nosotros respecta, henos aquí a los hijitos prometidos de la República futura sumando ya varias generaciones gestados en la misma placenta, en la misma ignorancia amniótica acerca de tan falsa «independencia». ¿Pero pueden ser eternos los mitos sin reposar en verdades? Las leyendas parece que sí. Pueden ser ilimitadas, como las fantasías que ellas cuentan. Más grande y más dicha la mentira, más seguro pasa por verdad verídica. A la leyenda negra anti española, creada en Europa por los imperios rivales, había que volverla cierta. Le venía como anillo al dedo al mantuano afrancesado de 1810, productor contrabandista, frustrado por la vigilancia de la Real Hacienda. Oh pobres querubines de pecho, no tenían la libertad necesaria para todo «ello».

    ¿Vemos qué decepcionantemente prosaico resulta ser nuestro origen republicano; cuán vulgar el pretendido grito de libertad de aquella «provincia oprimida»? Tan bajas fueron las pasiones que engendraron a la gran «gesta». En tan mezquinos intereses y ambiciosas apetencias se encuentra el quid revolucionario, la excusa victimista del oportunismo mantuano. No había otra razón para la independencia que adueñarse del comercio, legitimar el contrabando. Bajo la Corona estaba centralizada la economía, pero en perfecta prosperidad y privilegios para el propietario, tanto que se había triplicado la misma en las dos décadas precedentes. Pero para los grandes terratenientes, no era suficiente. ¿No era mejor ser dueños de TODO a la primera de cambios? Sólo había que tomar prestadas las excusas ideológicas a la revolución francesa, y esperar la oportunidad. Montar entonces la conjura con la participación inglesa. Con su mano de obra mercenaria. Estaba aún fresco el resentimiento británico contra España, por haberle Bernardo de Gálvez (49° virrey de Nueva España) fraguado su decisiva derrota en Estados Unidos, consolidando éste su independencia, pasando de colonias a nación. Nosotros ya éramos una. Pero bienvenida pues Gran Bretaña, la rencorosa, al auxilio de esta minoría de mantuanos apátridas, a cambio de riquezas inmediatas y futuras reparticiones de tierra.

    Con Bolívar, acaudalado productor y cuantioso propietario de esclavos (tal vez él mismo de madre esclava por padre autoservido), había pacto garantizado. En un principio vía Miranda. Luego solo, a sus anchas. Hay que saber que el astuto sedicioso caraqueño vendía, por supuesto, de cara a la provincia razones muy distintas para la independencia. Una de ellas era prácticamente un «hit»: sus ridículos «300 años de yugo español», que causó la risa entre dientes hasta en los conjurados. Pero de nada se privaba ni nada detenía al odiador serial de pardos, al futuro exterminador de indígenas y de curas dominicanos. Tenía que legitimar el contrabando, llegar a la cúspide de una gloria imperial, soberana, napoleónica en su lucha antiimperialista (…vaya usted a entender la ensalada).

    Maestro en el doble discurso, hombre de genio en manipular, su bella, imparable libertad para americanos, era sólo la de comerciar con otros reinos, sin Estado español que le respirase en sus nucas, sin ese asfixiante ejercicio civilizante de una política católica en protección de las clases inferiores; mejor la libertad, la de dejar todo a la rosquita de unos cuantos. Para ello estaban todos los mercenarios del universo, ingleses, irlandeses, alemanes, y unos DDHH importados, franceses («expropiación o guillotina»). No, no es una pesadilla prechavista, es una superior. ¿El saldo 15 años más tarde? Un tercio de la población venezolana aniquilada. Un continente balcanizado. La que una vez fuera «la tierra más próspera y apacible del planeta», según Humboldt, y la primera economía del mundo, envidiada, era ahora una triste y desolada región en escombros, un teatro del horror donde el mal superó sus límites, una cultura, un patrimonio hecho trizas. Iglesias y museos saqueados, universidades perdidas. La gran independencia de unos cuantos, para no saber qué hacer, salvo disputarse los desechos de un triunfo sin cosecha, ahora sin nada más que responder, ni saber, sino entregarse a guerras intestinas por otros cien años. Aciaga independencia, la de una codicia interminable. Sombría libertad, la de tan absurdas pérdidas. Todo lo alcanzado en aquella proeza inmensa llamada Nuevo Mundo (en cuyas virtudes los ambiciosos no quisieron ver más que defectos y limitaciones a sus avaros intereses), ido al carajo.

    Fue esta gentecilla la que fundó los verdaderos ranchos mentales del futuro, la que nos sembró en el atraso. Gentuzilla, más bien, condenada a encubrir por siempre que su victoria fue un fracaso, una derrota rotunda, un error de los más crasos. Su negación de las virtudes del imperio, jamás pudo probarla con su independencia. Y nosotros, 200 años más tarde, de dichas virtudes no pudimos enterarnos siquiera. A tal punto fuimos convertidos por ósmosis en defensores, sin saberlo, de una revolución fraticida, parricida y matricida. Somos hispanófobos de cuna sin saberlo, arrancados a nuestra raíz, admiradores de un tirano pueril elevado a rango quasi divino, negador obtuso del Nuevo Mundo, al cual confundió con otra de sus haciendas. Ese mismo demonio que fue capaz de ordenar pasar por las armas a todos los enfermos de un hospital; a todos los civiles que día tras día rechazaban reclutamiento; a 69 españoles sin juicio; a 600 prisioneros en Acarigua; a 1200 prisioneros civiles en La Guaira, Caracas y Valencia; a los náufragos de un barco en Margarita; a todos los prisioneros de Boyacá; a la población entera de Pasto; a cuantos se pudiese en Santa Fe y permitido por dos días a sus soldados violar a las mujeres; a asesinar a varias docenas de curas en Angostura; a todos los españoles civiles a su paso por pueblos y ciudades. Su figura y la de sus secuaces encarnaba el terror, causaba un trauma colectivo que se traducía en respeto, luego en admiración (síndrome de Estocolmo), y finalmente en culto. Doscientos años después, el que vivamos entre una mezcla de ignorancia y de buena voluntad natural hacia nuestros ancestros nos convierte en defensores compulsivos de esa horrenda «gesta independentista», pero podemos descubrir la verdad siguiéndole la pista a la cadena de intereses que remonta el tiempo indefectiblemente de élite en élite; y leyendo también la extensa literatura existente (desconocida en Venezuela, como es de comprenderse) sobre la leyenda negra anti española. Negamos a España, no sabemos nada de ella, la confundimos con el país actual, que es víctima en su suelo de la misma leyenda que fue nuestra propia tragedia en Hispanoamérica; incluso solemos lamentarnos de no haber sido colonizados por otros imperios en vez del español, sin advertir que jamás fuimos colonizados, pues no existíamos aún como país. Sin advertir tampoco que durante la conquista, que fue una conquista por las armas, como todas las conquistas, los nativos muchas veces pactaron una nueva civilización con los conquistadores, y en tal sentido ésta también fue su conquista, una en la que juntos acordaban protegerse sus derechos, incluidos los rangos de nobleza indígena, mientras unidos se enfrentaban a las recurrentes etnias caníbales, siempre colindantes, que en nuestra ignorancia y progresismo indigenista inducido asumimos como pura fantasía; el mismo indigenismo que habla de una población precolombina de 60 millones (90 según el antropólogo-historiador Hugo Chávez), cuando lo cierto es que hoy la población indígena es superior a la de entonces y desmiente todo genocidio. Ya en su tiempo Bolívar (por quien sí hubo, manu-propia, un hispanicidio), se ridiculizó aludiendo al exterminio de unas gentes exóticas que los habitantes de las ciudades veían a menudo aparecer en ellas con sus plumas y pieles pintadas, hablando lenguas no europeas. Según él no existían, insistiendo en su exterminación anterior por los conquistadores. Pero era lo repetido en Europa, y lo que el tonto útil del Viejo Mundo reproducía en América al caletre. Lo sabemos por José Domingo Díaz. Afortunadamente había otros hombres, como éste, de talento, en Venezuela, nuestra refinada y amada provincia del reino; pero fieles a la nación y a quienes la providencia dio la ocasión de relatar el otro lado de las cosas. Durante todo el siglo XIX y todo el XX su libro Recuerdos Sobre la Rebelión de Caracas, escrito y publicado en Madrid en 1829, cuando Bolívar aún vivía, fue marginado por la academia venezolana de historia, por tratarse del relato de un realista. Uno se pregunta si Bolívar alcanzó a leerlo y si no serían las verdades allí expuestas, en una prosa bien superior a la suya, el motivo de la carga moral que lo llevara a la tumba.
    X. P.

    PD: Descargar esta joya aquí (saltar la introducción —leerla después—, ir mejor directamente al comienzo del libro, en la página 55):

    https://drive.google.com/file/d/1myn...w?usp=drivesdk




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    Fuente:

    Xavier Padilla

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