poniéndoles entre dicho a sus torpes correspondencias con apercibimiento de proceso en caso de contravención y a otros que, reincidentes con desprecio de las correcciones paternales, permanecían en el infeliz estado de condenación, con público escándalo del vecindario, se les instituyó proceso y se le castigó en conformidad de lo dispuesto por los sagrados cánones, impartiendo para ello el real auxilio y brazo seglar en cuanto a los legos, dejando de esta suerte la vindicta pública satisfecha y escarmiento para que los demás no cometiesen semejantes delitos, mediante lo cual se ha logrado el fruto de haber reformado las costumbres, destruido los públicos escándalos, establecido la paz, subordinación y reconocimiento de los súbditos a sus superiores, manteniendo toda buena correspondencia con todos los jueces y ministros de S.M., en puntual observancia de la real jurisdicción y regalías de S.M., y dejando la visita abierta por las respectivas providencias que resultasen de la visita de los demás lugares de la provincia.


San Juan Bautista de Macarapana


Pasó al pueblo de San Juan Baptista de Macarapana, de indios demorados y de la Real Corona, que está distante poco más de dos leguas de la ciudad de Cumaná, en donde, habiendo dado a entender a sus naturales el motivo de su venida y el deseo del bien espiritual de todos y alivio temporal, publicó su visita en 31 de octubre de dicho año en la parroquial del citado pueblo, se celebró misa solemne, y al tiempo del ofertorio se leyó el edicto de pecados públicos y demás comprehensivo de la visita eclesiástica; después de ésta se visitó el sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento en una custodia de plata, copón de formas consagradas y relicario para llevar el viático a los enfermos, el altar mayor, aras y dos imágenes: una de San Juan Baptista, patrón de dicho pueblo,. Y otra de San Francisco de Asís, con todo lo demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, la pila bautismal, vasos de los santos óleos, y crisma, que halló con todo aseo y limpieza; se hizo la procesión de difuntos en conformidad de lo dispuesto poor el Ritual romano; reconoció los libros parroquiales, ornamentos, bienes y alhajas de dicha iglesia; se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica de todo al cura doctrinero; amonestó a los indios a la permanencia en la religión católica, obediencia y vasallaje a S.M., respeto y atención a su párroco, y a éste el buen tratamiento de los indios, tratándoles con caridad, procurando el que los defectos de estos miserables más bien los remediase la benevolencia que la austeridad, encargando diferentes providencias para el aumento del cultivo divino en aquella parroquial, y se dio cuenta al gobierno para que remediase las vejaciones que recibían los indios de su corregidor.
La feligresía de este pueblo se compone de 395 almas de todos estados, de los cuales los 71 son tributarios, y se confirmaron 102; y concluida en esta forma la visita de dicho pueblo, se restituyó a la ciudad de Cumaná.


Pueblo de Altagracia


De donde en 15 de diciembre del mismo año pasó al pueblo de Nuestra Señora de Altagracia, de indios guaiqueríes, un cuarto de legua distante de ella, y allí publicó su visita, leyéndose el edicto de pecados públicos y de todo lo demás pertenecientes a visita inter Missarum Solemnia, como es costumbre, visitó la parroquial, que es de bahareque, cubierta de teja, fábrica de poca permanencia, por no dar lugar a otra la cortedad y pobreza de sus feligreses; reconoció el altar mayor, en que se coloca la imagen de Nuestra Señora de Altagracia, patrona