No dudo de que La Habana esté francamente mal, pero creo que que habría que valorar más cosas:
- En España y en la mayoría de países occidentales, incluidos EE.UU., se puede ver casas ruinosas del mismo tenor. Incluso barrios enteros de varios kilómetros.
- Seguramente la sanidad cubana no es tan buena como vende la izquierda europea, pero siempre será mejor que la de Estados Unidos. Ejemplo:
http://www.nytimes.com/2013/08/04/he...anted=all&_r=0
(Profesional estadounidense de clase media-alta, con seguro médico contratado, es incapaz de afrontar el el pago del implante de una prótesis de cadera. Sólo lo consigue haciendo "turismo sanitario" en Europa.)
- El embargo de EE.UU. es un factor muy importante a la hora de explicar la pobreza cubana, aunque no anule el fracaso del régimen comunista.
- Que anden con coches y enseres viejos, o que sus casas presenten un aspecto ruinoso, no es algo de lo que presumir, pero pienso que tampoco tampoco deberíamos perder cierta perspectiva crítica. En la pobreza puede haber cierta dignidad que no hay en las opulentas, y a la vez miserables, sociedades occidentales. Más absurdo que el que se caigan las casas es, por ejemplo, lo que ocurre en España, donde hay cientos de miles de casas vacías que nunca serán habitadas, porque ni hay gente suficiente para habitarlas, ni tenemos el dinero para pagarlas. Y todo esto en un contexto donde muchos españoles se han quedado en la calle o no pueden costearse una vivienda desde la que formar una familia con garantías, aunque, eso sí, tengamos el último "gadget" electrónico a precio irrisorio, construido por chinos esclavizados.
- Es completamente cierto que Cuba es uno de los países donde predomina la mentalidad antinatalista y abortiva; por cierto, una cosa bastante absurda en alguien que se proclama patriota y antiimperialista, como Fidel, que debería estimular precisamente lo contrario. Sin embargo, no perdamos de vista que últimamente el régimen ha hecho cambios importantes en su relación con la Iglesia católica. Quizá ya es tarde para reorientar el régimen en un sentido más positivo, pero valoremos que las alternativas que se ofrecen a sustituirlo tampoco son muy "santas"; aunque lógicamente no tenemos por qué elegir entre los dos males.
En ningún momento pretendo negar lo que comentáis acerca de Cuba, que conocéis más que yo, sino aportar una perspectiva complementaria.
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