En su época, Don Philippe Rogier fue un compositor de gran reconocimiento y jerarquía e incluso llegó a ser director musical de la corte del SMC el Rey Felipe II de las Españas y las Indias. A partir de los descubrimientos realizados en iglesias de la América Hispana, su obra ha empezado a ser revalorada. En el año 2001 el investigador Español Alejandro Massó descubrió en la Catedral Primada de Quito una copia original de un cantoral publicado en el año 1598 que contiene seis misas de su autoría. Una de ellas y tal vez la más importante de todas, es la Missa Philippus Secundus Rex Hispaniae dedicada a Su Majestad el Rey. Para la historia de la música en la America Hispana, el descubrimiento de esta misa en la Catedral de Quito es de suma importancia pues abre la puerta a la investigación a fondo de una época hasta ahora desconocida, constituyéndose en una breve muestra de la gran riqueza musical que une a dos continentes, el Europeo y el Americano, desde el tiempo en que establecieron los primeros lazos de unión permanente.
Intervención de D. Daniel Crespo Cuesta, vicepresidente del IECH, en la Casa de Benalcázar el 2 de noviembre de 2013.
Estimados amigos y visitantes:
Con la venia del señor Presidente del Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica - IECH, don Francisco Núñez del Arco, y en el marco del proyecto “Difuntos, el poder del adiós”, organizado por la Red de Museos del Centro Histórico y el Sistema Metropolitano de Museos y Centros Culturales de Quito, el Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica se congratula y honra con su presencia, además de la oportunidad de ser el punto de inicio de la Marcha Fúnebre de Cierre, colofón a la serie de eventos que se han desarrollado en el marco del mencionado proyecto.
En tal virtud, quisiera aprovechar unos brevísimos minutos para iniciar esta marcha con una reflexión acerca del monarca SMC el Rey Felipe II, titulada el papel de la muerte y la memoria.
Don Felipe II, hijo de SMC el Rey Carlos I de Castilla y León, de las Indias y de las Españas, y Emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, nació en Valladolid en 1527, y gobernó al Imperio Español desde 1556 hasta su muerte en 1598. Su largo reinado de 42 años es considerado por muchos como la cúspide de la Monarquía Hispánica, y se vio marcada por una serie de victorias militares y expansión, además de alguna que otra derrota.
Entre sus logros más importantes se encuentra la erección del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, como tributo a su sonada victoria frente a Francia en la batalla de San Quintín, del 1o de agosto de 1557. En este monumental palacio, el más grande de su época, el monarca mandó erigir bajo la basílica del conjunto una Cripta Real, donde se encuentran enterrados casi todos los Reyes Españoles desde su padre. Con este acto, la creciente centralización del poder en la figura del Rey, propia de la Edad Moderna española, adquirió además un aspecto adicional fuertemente simbólico, al crearse un Panteón Real donde la presencia física y espiritual de los Reyes pasados sean un elemento legitimador más de la monarquía. Cómo no recordar en este sentido el papel similar que tuvieron las momias de los Incas pasados en el Cuzco, “cuya destrucción por las tropas de Quisquis” durante la guerra civil inca demuestra la importancia que las mismas tenían dentro del imaginario político como elementos de legitimidad.
Y a este Rey, que supo hacer el simbolismo funerario un componente más en su programa de centralización del poder, cuando fue llamado por la muerte se lo lloró e todos los rincones de su vasto Imperio, desde el corazón de Europa hasta las Filipinas. Y esto tiene una particular conexión con nuestra ciudad, debido a que en el año 2001, el investigador Español Don Alejandro Massó encontró en los archivos de la Catedral una copia de un libro de partituras (esto es, un cantoral), que data de 1598, que incluye seis misas, obras del autor Don Philippe Rogier, siendo la más importante de ellas la denominada Missa Philippus Secundus Rex Hispaniae, compuesta ese mismo año como misa de honras fúnebres para el recientemente fallecido rey.
Los músicos ecuatorianos Gustavo Lovato y Miguel Juárez, investigaron el folleto realizado por Massó y las partituras originales, grabando un disco posteriormente en base a estas, en cada parte de la misa se introduce una misma melodía (cantus firmus): Philippus Secundus Rex Hispaniae.
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Gran descubrimiento y gran revaloración de nuestro pasado y de nuestro Rey SMC Felipe II.
Saludos en Xto Rex et Maria Regina
Pro Deo Patri et Rex
No se ama lo que no se conoce
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