Por cierto, en las lenguas amerindias de Sudamérica se entiende el pasado como lo que está delante (como ya sucedió, se conoce) mientras el futuro está detrás (todavía no se ve lo que va a ser). Marchan de espaldas. Así no se puede progresar. El verdadero progreso consiste en avanzar linearmente desde al pasado recogiendo y transmitiendo todo lo bueno del pasado con los ajustes necesarios según las necesidades del momento, pero siempre fiel a las esencias. "Tradición es progreso hereditario", como dijo Vázquez de Mella.