EL GRITO DEL CRISTERO :
Al amanecer me fusilan; la noche se pasa,
Fui al combate ataviado de blanco,
Me capturaron en Jalisco masónicos soldados,
Y me defendí como pude, no lejos de casa,
Por no tolerar las ofensas hacia la Santa Iglesia,
Por no aceptar tan cruel dictadura,
Proclamóse esta revuelta, que no niego dura,
Pero sí necesaria, por la Fe, con la mejor destreza,
Al sentido grito de “ ¡ Viva Cristo Rey ! “,
Con Nuestra Señora de Guadalupe por bandera,
La defensa de la Tradición, la mejor seña,
Reunida, pues, tan gallarda y mejicana grey,
En la Nueva Galicia de la Nueva España,
Como en tantas otras partes de este Virreinato,
Sublime heroísmo de tlaxcaltecas y “ viriatos “,
Han desarrollado gentes de hazañas,
No niego que tristeza hay en el ambiente,
Mas en nuestro interior sentimos el regocijo del Cruzado,
El deber cumplido por nuestro Dios amado,
El consuelo del rezo; la actitud del mejor valiente,
No nos ha asustado su brutalidad, nada hemos de temer,
Aceptamos el martirio hasta las últimas consecuencias,
Labramos en estos días, con todo, gratas experiencias,
Por demostrar lo simple y complejo del cumplimiento del deber,
Dicen que el águila, para subir al nopal pidió permiso,
Y que buenas flores de Jalisco trajeron de la Andalucía,
Pienso en Méjico; en su honda y popular algarabía,
En estos momentos que nada tienen de indecisos,
Se van escuchando rancheras patrióticas,
Se nutre el folklore de buenos sentimientos,
Con todo, por estos amargos padecimientos,
Seguirán en la lucha, de seguro, esas milicias melancólicas,
No queremos que el Estado maleduque a nuestros hijos,
Ni que borre nuestra Historia, nuestra herencia,
No toleramos más barbarie contra la Santa Iglesia,
Y sabremos que la Cruz no caerá en el olvido,
Siento que ya llega la hora, que llega el fin,
Recuerdo el rosario rezado por las mujeres de mi familia,
Mi cuerpo está frío, mi alma, altiva,
Toda una vida con sus más y sus menos pasa ante mí,
La espalda se va resintiendo de tanto escalofrío,
En unas cuantas casas de bien llorarán,
Pero, en toditas ellas muy bien sabrán,
Que los cristeros mueren sin temor y con brío,
¡ Oh Sagrada Cristiada de Méjico ! ¡ Oh tierra novohispana !
¡ Oh antiguo cetro imperial de la América del Norte y del Centro !
Morimos por tu salvación, no por tu espectro,
En comunión entregamos la vida por la Tradición Santa,
Guadalajara en un llano, Méjico en una laguna,
Los charros aún se imponen imperiosos,
Reminiscencia salmantina; del leonés brioso,
Tierra que sufre; nobles patriotas en lucha…..
Semblanzas de un gran Imperio Católico nos motivan,
En los parajes más recónditos y hostiles,
No nos asusta, pues, el poder de sus fusiles,
No claudicamos ante los enemigos de Dios y la Virgen María,
Se escuchan ruidos; los pájaros nos advierten,
Que el sol presto está para salir,
El amanecer llega, también el morir,
Pero no por ello permaneceremos inertes,
Las emociones más profundas nos abarcan con sublimidad,
La mirada hacia el cielo, rezando la oración última,
La tierra dejaremos, más el Reino de los Cielos nos escucha,
Hemos luchado por Méjico, por la Cristiandad,
Aderezan los fusiles, escupen los más imbéciles insultos,
En hermandad, mis correligionarios y yo les desafiamos,
Nada hemos de temer, esta vida pronto se habrá acabado,
Pero la Santa Causa nunca perderá el calor del culto,
Toda esta valiente tropa nuestra, de buena ley,
Conmigo han de morir, por la defensa de Dios,
Ante la tiranía, juntos, nos disponemos con valor,
A morir gritando aquello de : ¡¡¡ VIVA CRISTO REY !!!
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