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Tema: La historia de Juan Ortiz, inspiración de Pocahontas

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    La historia de Juan Ortiz, inspiración de Pocahontas

    La historia de Juan Ortiz, inspiración de Pocahontas

    por José Carlos Mena | Feb 10, 2022





    Nunca nos hemos sabido vender

    Como dije en mi artículo dedicado al naufrago Pedro Serrano, la historia de España, y sobre todo la época de los exploradores y conquistadores, está tachonada de hazañas y curiosidades que bien merecen libros y películas. Otros, sobre todo autores ingleses, han sabido copiar esas historias y transformarlas para su beneficio. Y es que nunca hemos sabido vendernos.


    Todos conocemos la historia de Pocahontas, la hija de un jefe indio, que salvó de morir al conquistador británico John Smith. Y sobre todo, desde que Disney adaptó al cine esa historia de amor, ese encuentro entre el inglés y la nativa, ha alcanzado notoriedad y trascendencia. Pero se olvidan de que, al parecer, ese relato se inspira en las crónicas sobre el cautiverio de un joven español llamado Juan Ortiz, que tuvo lugar un siglo antes. Romance y aventura a partes iguales. Es curioso.

    Expedición de Pánfilo de Narváez

    Y resulta que Juan Ortiz, sevillano de nacimiento, se enroló en la expedición de Pánfilo de Narvaéz a La Florida, allá por el año 1528, principios del siglo XVI, tan prolífico. Fue una de tantas expediciones que recorrieron el sur de la actual EEUU y que pusieron el germen del imperio español, dejaron huellas imperecederas.

    Y aquella expedición, como también era normal en la época, salió mal, fue un fracaso, al sufrir las inclemencias del tiempo y, sobre todo, la fuerza iracunda de un huracán que destrozó la flota. Entre los pocos superviviente, se encontraba Núñez Cabeza de Vaca, que se merece un artículo extenso y que pronto hablaré de sus maravilloso viaje y sus peripecias. Pues bien, también se salvó del naufragio el joven Juan Ortiz.

    Hernando de Soto y Juan Ortiz

    Cuentan las crónicas que, años varios después, en 1539, cuando los españoles de la expedición de Hernando de Soto, otra gran aventura que recorrió miles de kilómetros por el sur de Norteamérica, estaban a punto de enfrentarse a una tribu belicosa, en la zona de Tampa (Florida), escucharon las voces de un hombre que gritaba, a viva voz: “¡Soy cristiano! ¡Soy cristiano! No me matéis” Y resulta que era Juan Ortiz pero ¿Cómo había logrado sobrevivir tanto tiempo?

    Los españoles supieron después de su historia apasionante y de que había salvado de morir gracias a la intervención de Ulele, una de las hijas del cacique indio de la tribu de los Tocobaga, localizada en Ucita, que, al parecer, se enamoró del joven sevillano e impidió que lo quemaran vivo. Más tarde, marcado por las quemaduras, lo libró de ser sacrificado a los dioses y, finalmente, lo puso bajo la protección de Mucozo, líder de los Timucua, un tribu rival, antes de que su padre lo matase.

    El relato de Garcilaso de la Vega

    El inca Garcilaso de la Vega, en su obra “La Florida Inca”, publicada en 1605 lo cuenta así:

    no desconfíes de mí, ni desesperes de tu vida, ni temas que yo deje de hacer todo lo que pudiere por dártela, si eres hombre y tienes ánimo para huirte, yo te daré favor y socorro para que te escapes, y te pongas en salvo. Esta noche que viene a tal hora y en tal parte hallarás un indio, de quien fío tu salud y la mía; el cual te guiará hasta un punto que está a dos leguas de aquí. Llegando a él, le mandarás que no pase adelante, sino que se vuelve al pueblo antes que amanezca, porque no le echen de menos y se sepa de mi atrevimiento y el suyo, y por haberte hecho bien, a él y a mí nos venga mal. Seis leguas más allá del puente está un pueblo, cuyo señor me quiere bien y desea casarse conmigo, llámese Mucozo, dirásle de mi parte que yo te envío a él para que en esta necesidad te socorra y favorezca, como quien es. Yo sé que hará por ti todo lo que pudiere como verás. Encomiéndate a tu Dios, que yo no pude hacer más en tu favor”

    El germen de la leyenda de Pocahontas

    Esta bonita historia de amor la recoge el escritor César Cervera en su libro “Superhéroes del Imperio español. Los hombres que forjaron la historia de España”. En el capítulo dedicado a Cabeza de Vaca cuenta los hechos relacionados con Juan Ortiz, de su cautiverio, de su supervivencia, de los tormentos sufridos y de su salvadora. César dice en su libro: “si Ortiz se salvó de ser el plato principal de una ceremonia caníbal fue por la intervención de la hija del jefe, una historia de amor interracial que se adelantó casi un siglo a Pocahontas”.

    Según Garcilaso de la Vega, en su libro, fue Baltazar de Gallegos quien encontró al pobre Juan, cautivo, desnudo y quemado por el sol. Y, a punto de confundirlo con un nativo dijo: “Cristiano soy, señores; no me matéis ni matéis estos indios, que ellos me han dado la vida”. Y a partir de aquí se unió a la nueva expedición, siendo de enorme utilidad para comunicarse con las diferentes tribus.

    Pero Juan Ortiz, a pesar de haber sobrevivido a la tortura, a pesar de haber contemplado de cerca la muerte y sufrir los rigores de una tribu que mejor lo quería muerto, sucumbió poco después en aquella nueva expedición. Sí, atravesó el Mississippi, atravesó gran parte del continente y sobrevivió a la terrible batalla de Mobile. Pero no pudo soportar las inclemencias del tiempo y sucumbió. Ya no estaba su amada, la hija del cacique para salvarlo.

    Crónica de un romance

    El cronista de Elvas, Álvaro Fernández, que acompañó a Soto en su expedición y recogió su increíble viaje, dejó constancia de la historia de Juan Ortiz y su salvadora. 200 años después fue divulgada por los anglosajones para dar lugar a la leyenda de Pocahontas. En libro “Banderas Lejanas” de Fernando Martínez Laínez y Carlos Canales Torres, también se menciona este episodio.

    Otra historia más digna de mención, otro episodio digno de libros, de ser recordado, de no ser olvidado.

    Aquí os dejo un enlace de un artículo de ABC: La verdadera historia sobre Pocahontas

    Y otro enlace de un artículo en El economista: El negocio de copias historias




    https://sonrisasenelcamino.es/la-his...de-pocahontas/

  2. #2
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    Re: La historia de Juan Ortiz, inspiración de Pocahontas

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    El negocio de 'copiar' historias: todos conocen a John Smith y Pocahontas, pero muy pocos a Juan Ortiz y Ulele





    31/07/2018


    Hace unos días estaba revisando los artículos que publiqué hace unos años en la Gaceta Newspaper de Tampa (Florida), un periódico trilingüe (inglés, castellano e italiano) fundado en 1922 por el cubano Victoriano Manteiga, y me llamó lo atención uno publicado en agosto de 2014. Realmente no fue el artículo en sí, sino una imagen, junto a mi texto sobre Churchill, en la que se anunciaba la apertura de un restaurante llamado Ulele en Tampa. Era la imagen de una preciosa estatua situada frente a la entrada del restaurante que representa a la princesa Ulele con una mano levantada como suplicando...

    Aquella princesa debía tener una historia... ¡Y vaya si la tenía!

    El 17 de junio de 1527 partía de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) la expedición encabezada por Pánfilo Narváez cuyo destino era la colonización de la Florida. Tras varios contratiempos (deserciones, tormentas y huracanes, decisiones erróneas…) llegaron a la bahía de Tampa (Golfo de México) en abril de 1528.

    Después de los primeros contactos con los nativos de la zona, en este caso pacíficos, Narváez decidió dividir la fuerza en un contingente terrestre y otro marítimo: trescientos hombres por tierra hacia el norte y los tres barcos, con el resto de la expedición, navegarían por la costa siguiéndoles de cerca por si los necesitaban.

    El contingente terrestre, con Narváez al frente, fue avanzando hacia el interior, haciendo suyo todo lo que encontraba y dejando a su paso demasiados enemigos. Hasta que entraron en el territorio de los apalaches. Sus andanzas les precedían y éstos no estaban dispuestos a sufrirlas en sus carnes. Las emboscadas, el robo de suministros y el continuo acoso obligaron a Narváez a abandonar la idea de adentrarse más al norte y decidió regresar a la costa para buscar el refugio de sus barcos. Pero ya no estaban.

    ¿Qué fue del contingente marítimo? Siguiendo las instrucciones de Narváez, habían navegado hacia el norte ignorando que la expedición terrestre había decidido volver al punto de partida. Sin saber nada de ellos, y con los suministros ya escaseando, decidieron regresar a la Habana. Se reabastecieron y regresaron para buscar a Narváez y los suyos. Los barcos registraron la costa durante un año, pero ni rastro.

    Fondearon en la bahía de Tampa y desde uno de los barcos se envió un bote a tierra con cuatro marineros para buscar algún indicio de su paradero. Nada más desembarcar, los españoles fueron capturados por lo indígenas que vigilaban a la flotilla. La expedición terrestre de Narváez había dejado muchas deudas pendientes entre los indígenas y cualquier español que se acercase a su territorio las iba a pagar.

    Fueron llevados ante el cacique Hirrihigua, quien decidió entregar tres de ellos a sus guerreros y reservar a Juan Ortiz para un ritual similar al martirio de San Lorenzo: ponerlo sobre una especie de parrilla y quemarlo vivo. Pero cuando estaba a punto de que le prendiesen fuego, Ulele, la hija del cacique, se abrazó al español y rogó a su padre que le perdonase la vida. ¿Qué daño nos puede hacer un solo hombre?, suplicó la princesa.

    Hirrihigua, a regañadientes, se compadeció de aquel pobre españolito y accedió a la petición de su hija. Juan Ortiz se convirtió en un esclavo de la tribu, obligado a realizar las tareas más penosas y peligrosas. Y a pesar de que con su empeño y laboriosidad se ganó el respeto de gran parte de la comunidad, el cacique seguía recelando de aquel blanquito de cara. De hecho, Ulele volvería a salvarle la vida cuando se enteró de que su padre había recuperado la idea de eliminarlo, y preparó un plan de huida para aquella misma noche. Nunca más se volverían a ver.

    Y hasta aquí llega la historia conocida de Ulele, pero la de Juan Ortiz continúa en la tribu de otro cacique hasta que consiguió escapar y, en 1539, casi doce años después de su captura, se encontró con la expedición de Hernando de Soto. De entre el bosque salió un hombre... "Señores, por amor de Dios y de Santa María no me matéis, que yo soy cristiano como vosotros, y soy natural de Sevilla y me llamo Juan Ortiz...". Desde aquel momento, y hasta su muerte en 1542, cerca del río Misisipi, Juan Ortiz se convirtió en el intérprete que acompañó a Hernando de Soto en la Florida.

    Llegados a este punto, ¿no os recuerda a la historia del explorador inglés John Smith y Pocahontas? A mi, mucho. Demasiado, diría yo.En 1995 se estrenaba la película de animación Pocahontas, una producción de la factoría Disney que relataba la historia de un explorador inglés llamado John Smith y una princesa de los indios nativos norteamericanos llamada Matoaka -lo de Pocahontas era un apelativo cariñoso que se puede traducir como "Traviesa"-, una película convenientemente edulcorada por Walt Disney Pictures y basada en las obras autobiográficas de John Smith.

    La primera referencia a Pocahontas aparece en "A True Relation of Virginia" (1608), pero en ningún momento el explorador habla del pasaje en el que la princesa le salva la vida echándose sobre él y protegiéndolo cuando iba a ser ejecutado por orden de su padre. Este hecho se cita por primera vez en una carta que John Smith envió a Inglaterra en 1616, anticipando el viaje de Pocahontas y su marido John Rolfe, y posteriormente en su obra "The Generall Historie of Virginia" (1624).

    Entonces, ¿ocurrió algo después de 1608 que hiciese "recordar" a John Smith la parte romántica de su cautiverio? Pues sí. Concretamente la publicación en 1609 de "Virginia Richly Valued, by the Description of the Maine Land of Florida: Her Next Neighbour". En este libro, cuyo autor fue el escritor e historiador inglés Richard Hakluyt, se narran, entre otras muchas vicisitudes, los descubrimientos de Hernando de Soto en la Florida o la historia del explorador español Juan Ortiz y la india Ulele.

    Así que, si a lo buenos vendedores que han sido los ingleses a lo largo de la historia le añadimos nuestra legendaria bisoñez en estos menesteres, igual John Smith hizo suya aquella historia ocurrida ochenta años antes de su encuentro con Pocahontas.



    https://www.eleconomista.es/historia...z-y-Ulele.html














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