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Iniciado por
Miguel Ayuso
– ¿Cómo se puede hacer frente a la influencia estadounidense que hay en América? Y eso sumado a otros agentes que, si bien no están coordinados con Estados Unidos, tampoco son afines al resto de los países americanos, como Venezuela.
– Voy a empezar por el final. Venezuela es un país con elementos comunistas, pero la oposición es peor que el gobierno venezolano. Guaidó es un masón que se ha presentado con el mandil y, yo no quiero defender a Maduro, pero desde luego no comparto la manía del mundo conservador, al servicio de los Estados Unidos, y pienso también en muchos que se hacen pasar por “tradicionalistas” o “contrarrevolucionarios”, que siguen hablando y actuando como si el comunismo nunca hubiera realmente desaparecido y como si fuese realmente el enemigo del presente. El enemigo siempre ha sido el liberalismo, el comunismo no es más que una derivación —no en línea recta, quizá en derivación dialéctica— del liberalismo. No me hablen de marxismo cultural, que no es más que liberalismo radicalizado. Por eso la revolución de mayo del 68 demostró que los comunistas se hacían liberales. Los que siguieron a Gramsci, Althusser, Marcuse, todos estos autores llamados neomarxistas, lo que son es liberales. El viejo comunismo ya no existe. En España, por ejemplo, Podemos es un partido postcomunista. Son partidos nihilistas que van en contra de toda moral. Ahora, sobre el resto de la pregunta, Estados Unidos es una potencia mundial y el resto de los países están girando sobre su órbita, porque básicamente son colonias. Los países europeos son colonias americanas desde los años cuarenta, después de la Segunda Guerra Mundial. Hablando de política, me parece que esto es un tema de David contra Goliat. Tenemos unos medios humanos y materiales limitados, y Estados Unidos es una gran potencia. Lo que está claro es que si no hacemos nada, pues el asunto solo se va a agravar. Si nosotros hacemos algo puede que no consigamos nada, pero si nos damos cuenta de que hay un problema y somos conscientes de él, nuestra obligación es ser coherentes en nuestro actuar para intentar resolverlo. Yo siempre pongo el ejemplo de que los milagros nunca son ex nihilo. Estos siempre parten de una base material. En la multiplicación de los panes y los peces come una multitud ingente. Sí, pero había allí un muchacho que tenía cinco panes y dos peces. Nuestro Señor no crea de la nada la comida para 5.000 personas, lo hace a partir de algo. No conocemos los resultados de nuestras acciones, o de quien sean, que honradamente pueden ser minúsculas, pero que en la concepción de la Providencia Divina pueden estar ligados a resultados de otro tipo. En todo caso, de lo que no podemos eximirnos es de nuestra responsabilidad de hacer lo que es nuestra obligación. Si nosotros vemos donde está la verdad, pues tenemos que defenderla, tenemos que predicarla y combatir a sus enemigos. Aunque haya una cierta desproporción de fuerzas.
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