Tuve el placer de conocer y ser amigo del querido D.Ricardo Curutchet, si bien en la gran diferencia de años que nos separaban nos unía un común nacionalismo católico, comunión de ideas y mismas amistades. Lo recuerdo siempre sonriente, valiente, un buen hombre, buen argentino y buen amigo, va mi homenaje a su querida memoria. Bueno es tenerlo presente ya que fue el alma de la revista Cabildo.
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