Gabriel García Moreno
Presidente de Ecuador.
Al rexpeto he encontrado una nota de Carmen Margarita publicada por la revista Item Cristero la cual quiero compartir con todos Ustedes:
¿Por que por segunda vez?
Al final de las biografías sobre Anacleto Gonzáles Flores, es común en algunos autores hacer la referencia del momento en que fue torturado y poco después fusilado, para colocar al final éstas postreras palabras, que se dice, fueron pronunciadas por el mártir : “Escuchen por segunda vez este grito las Américas, yo muero, pero Dios no muere...”
La referencia es bien concreta: Américas y Dios no muere.
Gabriel García Moreno fue presidente católico de Ecuador –país del continente Americano-, de los años 1861 a 1865 y de 1869 a 1875. Precisamente por su política apegada completamente a la doctrina católica, las sectas masónicas de aquel tiempo lo condenaron a muerte; fue un caso público y por lo tanto bien conocido.
El 17 de julio de 1875, García Moreno, envió a SS Pío IX una carta en la que le anunciaba los designios de las logias de asesinarle y pedía la su bendición del Santo Padre para obtener la gracia de derramar su sangre por Cristo.
El día 6 de agosto de 1875, como era su costumbre, se dirigió a la iglesia de Santo Domingo para oír Misa. Rayo, uno de los conjurados, impaciente por el retardo... hizo decir al Presidente por uno de sus cómplices que se le esperaba para un negocio urgente... cuando García Moreno había dado aproximadamente ocho pasos hacia la puerta del Palacio de Gobierno, Rayo, que le seguía, sacando de debajo de su capa un machete, se lo hundió por la espalda...
Tendido en el suelo..., el Presidente yacía moribundo, sin movimiento, cuando Rayo... se precipitó sobre él para acabarlo. “ ¡Muere, verdugo de la libertad¡”, exclamó surcándole la cabeza con su cuchillo. Y el héroe cristiano murmuró por última vez: “!DIOS NO MUERE!”.
-Así- En los últimos momentos de su existencia, Anacleto demuestra su firmeza, y sin ningún alarde de vanagloria, también su conocimiento y su honestidad intelectual, pues hace referencia a las palabras de otro gran hombre, y le concede su crédito al autor.
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