Simón Bolívar y la Santa Alianza
En septiembre de 1815 el rey Federico Guillermo III de Prusia, el emperador Francisco I de Austria y el zar Alejandro I de Rusia se unen luego del Congreso de Viena para consolidar la Santa Alianza. Si bien en un principio su fundamento era meramente religioso, en noviembre de 1815 el canciller de Austria, Klemens von Metternich, reemplazó el tratado original por uno de corte netamente político en noviembre de 1815 con la inclusión de Inglaterra (por lo cual se le llamó la Cuádruple Alianza) y Francia (en 1818), la cual buscaba imponer el absolutismo como política de Estado ante cualquier tentativa liberal en Europa.
Metternich dijo al respecto: "Un espíritu de innovación o, mejor dicho, de desorden amenaza la calma de todos los Estados. Es preciso ponerle un instinto de conservación, buscar la consolidación y fortificación de las instituciones que exigen… antiguas o modernas, lo mismo da, con tal de que tengan un origen legítimo que deben ser mantenidas a todo trance".
En España, la revuelta de Rafael del Riego (1820) trajo el Trienio Liberal (1820-1823), donde los liberales restauraron la Constitución de Cádiz de 1812 e hicieron varias reformas. Fernando VII invocó a la Santa Alianza para auxiliarlo, y Francia envió un ejército, denominado “Los Cien Mil Hijos de San Luis”, al mando del duque de Angulema, para reponer el orden absolutista del monarca español.
Estos acontecimientos tuvo incidencia en la América española, que estaba gestando su independencia.
Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O’Higgins y otros líderes militares combatían contra los ejércitos realistas de España para conseguir la independencia de los países suramericanos. Poco a poco, consiguieron victorias resonantes: San Martín y O’Higgins vencían a los realistas en Maipú (Chile, 1818), Bolívar hacía lo propio al norte en Boyacá (Colombia, 1819) y Carabobo (Venezuela, 1821). Con la victoria de los patriotas, al mando del general Sucre, en Ayacucho (Perú, 1824) sobre los realistas, al mando del virrey La Serna, se aseguraba la independencia de la América del Sur.
Ya en 1825, con la independencia asegurada, se escucharon fuertes rumores acerca de una invasión planeada por la Santa Alianza, y que tendría como objetivo el istmo de Panamá. Por otra parte, las continuas expansiones del territorio del Imperio del Brasil hicieron temer a Bolívar y a varios políticos argentinos de que Brasil estaba en connivencia con la Santa Alianza.
La idea de una posible conspiración del Imperio brasileño con la Santa Alianza europea en contra de las repúblicas sudamericanas está presente, entre otros testimonios documentales, en una carta de Bolívar al general Francisco de Paula Santander, fechada en Puno (Bolivia) el 6 de agosto de 1825, que decía lo siguiente:
"Hoy he recibido comunicaciones de Buenos Aires, dirigidas al general Sucre, por las cuales sabemos finalmente que la misión de Buenos Aires del general Alvear y el doctor Díaz Vélez trae, entre otros objetos, la invitación formal y expresa de hacerle la guerra al Brasil, de acuerdo con Buenos Aires, que está haciendo esfuerzos por recobrar la Banda Oriental y Montevideo. Como este negocio es gravísimo, no me dejaré arrastrar de pronto ni por la gloria ni por las lisonjas. Desde luego, yo no puedo disponer de las tropas de Colombia sin consentimiento de su gobierno. Por lo mismo deseo que V. consulte al Congreso y a los agentes ingleses sobre el modo con que Inglaterra vería una guerra de nuestra parte con el Brasil. A primera vista no parece útil más que a Buenos Aires, pero como la Santa Alianza puede, con el tiempo, aprovecharse del Brasil para atacarnos, será muy útil consultar a la Inglaterra de antemano sobre esta materia (...)".
Ante esto, y teniendo conocimiento de las acciones en España por el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis, Bolívar toma acciones militares y diplomáticas. Las primeras consisten en enviar un contingente militar al mencionado Istmo, y nombrar al general Antonio Valero de Bernabé como Jefe Militar del Departamento del Istmo (actual Panamá). Las segundas consistieron en convocar a un Congreso Anfictiónico (es decir, formado por naciones de un mismo origen, idioma y cultura, en este caso las de Hispanoamérica), a celebrarse en la ciudad de Panamá, entre junio y julio de 1826.
A este congreso asistieron diplomáticos de la Gran Colombia, Perú, México y la Federación Centroamericana (que actualmente son casi todos los países de la América Central). Como observadores asistieron delegados de Gran Bretaña y los Países Bajos. El proyecto de este Congreso era formar una confederación de países para protegerse de intromisiones extranjeras, además de colaboración mutua. Bolívar opinaba acerca de la confederación lo siguiente: “La Santa Alianza será inferior en Poder a esta Confederación, siempre que la Gran Bretaña quiera tomar parte en ella como miembro constituyente. La Gran Bretaña alcanzaría, sin duda, ventajas considerables por este arreglo”.
Es así como en carta al General Francisco de Paula Santander (vicepresidente de la Gran Colombia) denomina el Congreso de Panamá como Liga Santa en contraposición a la Santa Alianza; y la conveniencia de contar con mecanismos propios para resolver eventuales disputas entre nuestras naciones.
El resultado de todas estas acciones fue disímil: no hubo la esperada (y temida) invasión de la Santa Alianza, y las decisiones tomadas en el Congreso de Panamá no surtieron efecto, pues nunca fueron aplicadas por los países que lo suscribieron.
Fuentes:
http://www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_04.html
http://www.comunidadandina.org/documentos/docIA/IA27-9-00.htm
http://www.argentina-rree.com/3/3-003.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Alianza
http://www.simon-bolivar.org/bolivar/c_a_de_panama1.html
http://www.elgrancapitan.com/articulos/articulo.php?pindarticulo=art0000105&pcreador=Hans%20Joachim%20Marseille&ptiene_html=1&pfecha=09.02.2005
- http://vienabudapest.superforos.com/viewtopic.php?t=41 -
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