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Tema: Persecución contra Bordaberry.

  1. #1
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    Persecución contra Bordaberry.

    17 de noviembre de 2006, 8h21
    Un juez ordena prisión para el ex dictador uruguayo Bordaberry
    MONTEVIDEO (Reuters) - El ex presidente de la dictadura militar uruguaya Juan Bordaberry y su ministro de Asuntos Exteriores Juan Carlos Blanco se sumaron el jueves a la lista de encarcelados por crímenes ocurridos durante el gobierno de facto, acusados de los asesinatos de dos legisladores en 1976. Un juez de Montevideo envió a prisión a ambos ex políticos por coautoría en los homicidios de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y los militantes tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw, secuestrados y asesinados en mayo de 1976 en Buenos Aires. Según medios de prensa locales, Blanco ya se encuentra recluido en la principal cárcel de Montevideo y se había emitido una orden de captura para el ex presidente. Sin embargo, el juez de la causa debe aún especificar el tiempo de la pena que deben cumplir. En septiembre, la justicia envió a prisión por primera vez desde el fin del gobierno de facto a casi una decena de militares retirados por desapariciones de personas ocurridas en la dictadura. Bordaberry, de 78 años, fue elegido en 1971 y tres años después disolvió el Congreso para mantener el poder en una alianza con los militares, que lo desplazaron en 1976. Blanco ya había sido encarcelado durante un año a partir del 2002, acusado de participar en el secuestro y asesinato de la maestra Elena Quinteros, militante de izquierda, en 1976. El ex canciller se enfrenta también a una petición de procesamiento en Argentina por el asesinato de los legisladores. Por su parte, Bordaberry espera por una decisión en otra causa judicial en Uruguay por violación a la Constitución al permitir el golpe de Estado. "Recibí el fallo con gran emoción por mí, por todo el país, por todo lo que ha sufrido este país y porque empiece la justicia a regir, cosa que venimos pidiendo todos estos años", dijo la abogada demandante, Hebe Martínez Burlé, al canal de televisión estatal. "Habló la justicia", dijo el presidente Tabaré Vázquez minutos después de divulgarse la decisión del juez. Tras el fin de la dictadura - en 1985 -, se aprobó una ley que prohibió los juicios a policías y militares acusados de violaciones a los derechos humanos y en esa norma se ampararon los posteriores gobiernos para frenar investigaciones sobre el destino de las víctimas. Vázquez, un oncólogo socialista, fue el primer presidente que excluyó casos de la ley de amnistía para investigar el destino de desaparecidos secuestrados en el exterior, así como para ordenar la búsqueda de tumbas clandestinas en terrenos militares, donde se descubrieron los restos de dos militantes comunistas. Unos 200 uruguayos desaparecieron durante el gobierno militar, la mayoría secuestrados en la vecina Argentina en operaciones conjuntas de las fuerzas de seguridad que fueron conocidas luego como "Plan Cóndor". Varios fueron traídos al país en vuelos clandestinos y luego ejecutados. /Por Patricia Avila/.*.

  2. #2
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Carta donde el Presidente Juan María Bordaberry explica los sucesos y su conversion al Carlismo.

    !!LIBERTAD PRESIDENTE BORDABERRY !!!!!!!!!!!!! yA!!!!!! VIVA EL HISPANIDAD Y LA TRADICION, ABAJO LAS REPUBLICAS MASONICAS!!!!!!!!


    Mensaje enviado por:
    Juan María Bordaberry

    Montevideo, 8 de junio de 2002
    De mi mayor consideración:
    Por medio del común amigo Dr. Alvaro Pacheco Seré, he recibido su invitación para la presentación de la revista de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII, en su nueva etapa que deseo y auguro fecunda para la difusión de los principios cristianos del orden político que profesa y constituyen su razón de ser.
    Extenderme en las razones por las cuales no me es posible asistir, como sería mi deseo, implica entrar indebidamente en lo personal; resumámoslo diciendo que la libertad "democrática" no me ha agraciado con tan preciado don.
    Quedo, como es natural, muy honrado y reconocido por la invitación.
    Me siento identificado con los principios que proclama el trilema Carlista. No se trata, sin embargo, de un impulso circunstancial ni menos una afiliación de larga data. Dios Nuestro Señor ha querido que recorriéramos un largo camino de pensamiento para llegar a ello. En nuestro país, al tiempo de nuestra formación académica, no se concebía –y en esas fuentes bebíamos– otro sistema político que el asentado en los principios de liberalismo democrático. No digo masónicos, porque esa filiación sí cuidaba de no mostrarse al joven ávido de conocimientos y de "porqués". Con esa adhesión al sistema político –no conocía otro– acepté ser Presidente del Uruguay en momentos harto difíciles y por esa razón. No demoró mucho (poco más de un año) en presentarse la contradicción entre la defensa de las ideas liberales y la efectiva defensa del orden y la paz de la sociedad uruguaya y el restablecimiento del principio de autoridad que para ello se requiere ineludiblemente. El Parlamento, vana pretensión de sustituir la soberanía divina por la de los hombres, fue disuelto; el gobierno se ejerció con el sostén de las Fuerzas Armadas y aquellos valores fueron restablecidos, para dar base a la búsqueda del bien común de la sociedad que los había perdido.
    Si hablo en plural es porque el camino recorrido, antes y después, lo fue inseparablemente con el entrañable amigo Pacheco Seré.
    La exigencia constitucional de convocar a elecciones en noviembre de 1976 nos hizo ver que no había otro camino que consolidar institucionalmente la situación de paz y orden que estaba viviendo el país. Y en esa situación había autoridad, no había partidos políticos, no había sufragio universal, había libertad, pero no para difundir el error y el mal. Es decir, no había vigencia de los fundamentos liberales de nuestro sistema político. Creo que el pueblo uruguayo estaba maduro para aceptar este cambio. No lo estaban en cambio los mandos militares, inficionados por la masonería, que rechazaron mi propuesta y al tiempo de sustituirme en la Presidencia, anunciaron su propósito de retornar al pasado.
    A partir de ese momento, en la paz del retiro, pero sobre todo de la conciencia, seguimos profundizando con avidez en el camino hacia la Verdad que los hechos nos habían hecho entrever. Conocimos y escuchamos hombres ilustres; leímos a sabios en ciencias políticas; hicimos amistades que nos enseñan y nos honran. Conocimos la Europa cristiana, tan denostada entre nosotros. No pudimos apartarnos del camino, porque una vez que se percibe la Verdad, ya no se puede abandonar más.
    Y es en el Carlismo donde sentimos nuestro punto de llegada. DIOS, porque no puede haber instituciones que no se fundamenten en el derecho natural, lo que supone rechazar las soberbias construcciones del hombre que lo contradigan. PATRIA, porque la sociedad de los hombres tiene que profesar un amor profundo y permanente a su lar, de donde extraerá la fuerza para resistir los embates del mal. Y REY, porque, ¿quién puede imaginar sin espanto una autoridad que no tenga que rendir cuentas a Dios?
    Me he extendido más de la cuenta y le pido disculpas por ello; en verdad, no he querido limitarme a un acuse de recibo y a un agradecimiento protocolar, guardando para mí mis sentimientos y convicciones.
    Rogándole haga llegar éstos a la Hermandad, a su Consejo Directivo y con un recuerdo especial para el Capellán, que tanto bien ha hecho entre nosotros, se despide de Vd. en Cristo N.S.
    Juan María Bordaberry

  3. #3
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Madrid/Montevideo, 17 noviembre 2006. Ha causado estupor la noticia de que un juez de Montevideo ha dictado orden de captura contra el ex presidente uruguayo Juan María Bordaberry y contra el que fuera Ministro de Asuntos Exteriores, Juan Carlos Blanco. La presidencia de Bordaberry, elegido en 1971, fue un paréntesis de gobierno católico en un país, Uruguay, dominado habitualmente por la masonería. Los supuestos hechos con los que ahora intentan mezclarlo habrían ocurrido en Buenos Aires, Argentina, en 1976, año en que el Presidente Bordaberry fue depuesto por los militares uruguayos.

    Entre las primeras reacciones, las Juventudes Tradicionalistas de España han hecho pública la nota siguiente:


    LIBERTAD PARA JUAN MARÍA BORDABERRY


    En una inusitada decisión político-judicial, el ex presidente uruguayo Juan María Bordaberry, de 78 años de edad, ha sido encarcelado por unos hechos ocurridos en Buenos Aires hace más de treinta años. No puede dejar de señalarse que Juan María Bordaberry accedió a la presidencia de acuerdo con la legalidad entonces vigente, tras obtener más del 40% de los votos, después de una brillante carrera como senador y como ministro en la que destacó su eficaz gestión de las carteras de Agricultura y Ganadería. El clamor que exigía firmeza contra la insurrección tupamara le llevó a asumir poderes extraordinarios, como extraordinaria era la ofensiva revolucionaria de la subversión.

    El regreso al poder la izquierda masónica en Uruguay explica este injusto procesamiento. Como ha manifestado Pedro Bordaberry, hijo del ex presidente y ex Ministro de Turismo en el gobierno de Jorge Battle (1999): "Hasta se llegó a sumariar a una juez que dictó una sentencia favorable a nuestro padre, algo nunca visto en el Uruguay (…) nuestro homenaje a aquellos jueces que soportaron y aún hoy soportan esa presión política", destacó.

    "El estado de derecho y el prestigio de nuestros juristas era una de las pocas cosas que nos quedaban en nuestro país", agregó, resaltando que la familia permanecerá junta: "Esto no nos doblegará. Estaremos junto a nuestro padre que es un hombre de fe y creyente, que está bien de ánimo y que tiene la conciencia limpia", afirmó.

    "Vamos a enfrentar este momento unidos y con los mismos valores de como lo hemos hecho siempre. Juntos, peleando por la verdad, porque no es metiendo preso a un inocente que van a encontrar la justicia, todo lo contrario. Metiendo preso a un inocente van a lograr la injusticia y no la justicia que están buscando".

    Una vez más se manifiesta la falacia liberal de la separación de poderes.

    Resulta oportuno recordar la toma de posesión en Uruguay del presidente Tabaré Vázquez, en marzo de 2005: mientras Felipe, hijo del jefe de Estado constitucional de España, asistía con su mujer Letizia a ese acto —pleno de demagogia—, S.A.R. Don Sixto de Borbón visitaba en al católico ex presidente Bordaberry —creado caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita por despacho de 3 de mayo de 2006— y se reunía con destacadas personalidades del tradicionalismo de la Banda Oriental. Todo nuestro apoyo a Juan María Bordaberry.

  4. #4
    Avatar de Tradición.
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    del Portal de la Tradición www.carlismo.es

    Juan María Bordaberry (Montevideo 17 de junio de 1928), presidente de Uruguay entre 1971 y 1976, fue creado Caballero de la Legitimidad Proscrita junto a otras personalidades del mundo hispánico el pasado 3 de mayo de 2006 en atención a su compromiso con la Hispanidad y su defensa del carlismo.
    Como el mismo ex presidente explica para él el Carlismo "ha sido un punto de llegada en estos últimos años". Pero no podemos desconocer que en su acción de gobierno aplicó principios orgánicos, restauró la autoridad y propició el avance económico y social de los uruguayos -sus medidas políticas fueron el detonante del comienzo de la salida de las diversas crisis económicas de los años 60-, de tal modo que se merece el reconocimiento de los carlistas y de los españoles de buena voluntad.



    La injusta encarcelación a que ha sido sometido a sus 78 años de edad, después de algunos años de acoso político que han restringido notablemente sus libertades personales -en los que ha recibido el aliento y la visita tanto de S.A.R. Don Sixto como de miembros de su Secretaría Política-, sólo se puede explicar dentro del proceso general de neomarxistización del continente americano, en el contexto del rearme de la narcoguerrilla colombiana, de la demagogia bolivariana y antiespañola y el ensalzamiento por los gobiernos argentino, chileno y uruguayo de las criminales guerrillas marxistas de los años 70 que dejaron decenas de miles de muertos en sus territorios, así como de la perversa dictadura castrista que mantiene a la Isla en una cárcel, con un tremedo atraso social y económico que hace que las clases populares quieran abandonarla en cuanto las siniestras autoridades policiales les den un respiro.

    El proceso contra el ex presidente Bordaberry está pleno de irregularidades. Los dogmas jurídicos tan cacareados por los liberales ceden ante la pretensión política. Al margen de la adhesión o desafección al ex presidente Bordaberry muchos uruguayos han puesto de relieve, en público y en privado, la pregunta esencial sobre la independencia entre los poderes y sobre cuál es el papel del artículo de la ley de caducidad en el que le da al Poder Ejecutivo la capacidad para determinar que delitos están amparados en la voluntad popular de no juzgar y cuáles no. Se han desconocido asimismo los plazos procesales, fundamento de la seguridad jurídica, pues la causa fue archivada por considerarla prescrita. También pese al dogma de la "soberania nacional" de las repúblicas hispanoamericanas los hechos ocurridos en Buenos Aires no han sido esclarecidos por la justicia argentina, por lo que el juez Timbal (que decretó la encarcelación de Bordaberry) se basa en endebles hipótesis. Es más, pese a la ligereza y frivolidad con la que la prensa maneja estos asuntos, en el fallo que determina la encarcelación no se les imputa haber ordenado represión contra los opositores marxistas, sino conocimiento de los hechos "por su cargo institucional". Eso pese a que fueron las mismas Fuerzas Armadas, que presuntamente ejecutaron materialmente los hechos, quienes precisamente en el año 1976 depusieron al entonces presidente Bordaberry.

    Reiteramos todo nuestro apoyo y nuestras oraciones por Juan María Bordaberry, haciéndonos partícipes del apoyo del pueblo uruguayo a su ex presidente.

  5. #5
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Estimados amigos: les agradezco de corazón las oraciones por mi padre. Quizás las necesitemos más nosotros su hijos que él mismo, que en su cruel reclusión carcelaria por el linchamiento jurídico-mediático con apoyo del gobierno izquierdista uruguayo, detenido y encarcelado el cuerpo pero evidentemente no el alma, donde está la verdadera libertad, está con una entereza que todos sus hijos, nietos, sobrinos y amigos le envidiamos.
    Me tocó, estimados amigos, conducirlo hasta allí, luego del vergonzoso fallo de un juez presionado por los medios y por el gobierno, con la acusación infame de una fiscal revolucionaria, luego de un proceso de atropellos jurídicos indignos de éste país. No puedo decir que la experiencia de haber estado sus últimas horas de libertad con él hayan sido agradables. Pero sí les aseguro que la lección que nos está dando, con la entereza del que cree en el verdadero Juez, del que tiene su conciencia tranquila, del que enfrenta el martirio con agradecimiento, es para nosotros, un formidable e inolvidable testimonio de Fe.
    Muchos de ustedes conocen la historia de mi padre, Juan María Bordaberry, de modo que no es necesario que les recuerde su trayectoria política. Sólo les diré a los que no la conocen, que mi padre fue electo presidente del Uruguay en 1972 en un país en caos de todo tipo, agredido por la guerrilla revolucionaria marxista “Tupamaros”, en un momento de la historia, como tantos cíclicamente hay en la historia, a la que la democracia liberal lleva a los países en su progresivo e irreversible deterioro de la sociedad. Luego de un alzamiento militar, y al cabo de unos meses de crisis política, tomó la decisión, en 1973, de disolver el parlamento y gobernar al país hasta la derrota militar de los Tupamaros y al ordenamiento de toda la sociedad, cosa que, liberado el país de la agresión marxista y del lastre de sus compañeros ideológicos más conservadores los partidos políticos, se logró con gran rapidez. Estando próximo la culminación de su período de gobierno, y enfrentado a la necesidad de entregar el poder en 1976, propuso a las fuerzas armadas la creación de un estado y una organización de la sociedad en base a los principios cristianos, hecho que es el verdadero motivo por el cual hoy se le toma venganza. Venganza de la izquierda, pero como todos ustedes se imaginarán, con la intervención en la oscuridad de la inmunda masonería, tan fuerte en éste país.
    Depuesto inmediatamente después de su propuesta, en 1976, dejó la actividad y se retiró a su verdadera ocupación que es la producción agropecuaria. Unos días antes de ser depuesto fueron asesinados en Buenos Aires, dos ex-legisladores uruguayos, Michelini y Gutiérrez Ruiz, por unos pistoleros argentinos que buscaban un botín del dinero que manejaba Michelini, que era todo producto de los robos y recompensas por secuestros de los Tupamaros, y de las libras de oro producto del un robo famoso de los Tupamaros a la familia uruguaya Maihlos, que se ocupaba de comercializar el Sr. Gutiérrez Ruiz.
    Este asesinato en Argentina, por esos pistoleros, y con esos móviles, fue confirmado, incluso públicamente por unas grabaciones que le hizo mi hermano, por el secretario actual de la presidencia, abogado que estuvo vinculado a las informaciones por los derechos humanos de la época. Como también demostraron esas grabaciones, y frente a tres millones de teleespectadores, la palabra del hijo de Michelini, denunciante y actual senador, de que tenía la convicción de que mi padre “…no emprendió acción alguna contra el suyo..”
    No hay pruebas de ningún tipo. No creo que sea necesario que se los diga. El proceso está totalmente viciado de nulidad desde que ya había sido juzgado por éstos casos hace 20 años, y ahora se lo vuelve a juzgar, ignorando los fallos anteriores. ¡Y el non bis in idem al que tienen derecho todos los ciudadanos?! La suprema Corte de Justicia, ignorando el procedimiento especial que prevé la constitución para juzgar a presidentes o ex-presidentes, ¡lo mandó a un juzgado penal común, sin asumir su exclusiva responsabilidad, pasado el plazo legal correspondiente por más de 18 años, sin un juicio político de la asamblea general como marca la ley, y lo peor de todo,sin derecho a defenderse! Los jueces que fallaron a favor de mi padre fueron presionados, perseguidos, una jueza que mandó archivar un caso a favor de mi padre ¡fue sumariada por haberlo hecho, como dice textualmente el sumario administrativo, por el fallo favorable a Juan María Bordaberry! Un tribunal de apelaciones, escuchando a una fiscal revolucionaria, extendió el plazo de prescripción del supuesto delito, en más de 20 años, ¡por tratarse de un sujeto peligroso! Pocos conocen personalmente a mi padre. Pero brevemente les diré que tiene 78 años, vive en el campo, está jubilado, escribe y lee, los domingos incondicionalmente va a misa a la única capilla en Uruguay que reza la misa según el rito tradicional de San Pío V, hace 40 años que tiene un solo pulmón, debe dormir sentado por problemas digestivos, toma 12 medicamentos diferentes por día y se agita de subir 10 escalones seguidos. El peligro real es que se les muera y de ese modo se queden sin trofeo de venganza.
    Está claro que esto es una venganza política en apariencia, y lo es, pero en el fondo filosófica, por el atrevimiento de cuestionar a la democracia liberal masónica, y lo que es peor, haberlo denunciado sin desfallecer hasta callarlo. O más bien “silenciarlo”, para utilizar terminología masónica.
    No fue una experiencia agradable. Pero les aseguro que fue conmovedora. Y removedora de los más profundos sentimientos cristianos. La oración compartida con mis padres –a veces me pregunto si mi madre, Josefina Herrán, tiene la fuerza de un roble y el corazón de una rosa por su ascendencia navarra, porqué no me he ido a vivir con ese pueblo maravilloso antes- , y los consejos de mi padre frente a la situación, son dignos de recordar para siempre. Brevemente, y extractando, me explicó que no nos preocupáramos por él, que con el corazón en Cristo y con la compañía de Nuestra Santísima Madre no hay que temer nada. Que nos preocupáramos de nosotros y de nuestros hijos, para que volviéramos a recatar a la justicia de éste país, que una sociedad sin ordenamiento de derecho no puede convivir. Me dijo además, que el hombre puede estar aparentemente libre caminando por la vida pero estar preso de su conciencia, de sus odios y resentimientos, mientras que puede estar encerrado entre cuatro paredes, y con la conciencia tranquila, y ser el hombre más libre del mundo, esperando al verdadero Juez, el que no se equivoca.
    Nos pidió especialmente a nosotros que le inculcáramos a sus nietos, que tanto adoran a su abuelo, que no odien a los que le hacen esto, que el odio está mal inspirado y no es bueno para ellos ni para la sociedad. Que luchen, pero sin odio.
    Pero para no hacerlo más largo, les termino diciendo que éste fenomenal personaje que es Juan María Bordaberry, les cuento que además encontró un aspecto positivo en ésta brutal injusticia: “…no te olvides que el martirio es camino de santidad…” , de modo que él cree que debemos agradecer la oportunidad que el Señor le ha dado para acercarse a la salvación.
    Agradezco mucho a todo ustedes, en especial por sus oraciones. Que además les pido que las hagan por nosotros, para que podamos vivir una vida, al menos parecida a la de él, para que con la misericordia de N.S. y con la intervención de María Santísima, podamos merecer sus promesas de salvación, no por lo poco bueno que hayamos hecho sino olvidándose de todo lo malo, promesas del que mi padre indudablemente está en mejor posición de merecer. Un abrazo a todos en Cristo N.S. y María Santísima. ¡Y que viva Cristo Rey!

  6. #6
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Todos sabemos como se las gastan las logias de la República Oriental... En fin realmente vergonzoso que se pasen por el forro el non bis in idem y el foro especial que tiene el señor Bordaberry, a parte que meter en la cárcel a una persona con esa edad y condiciones es un cástigo infrahumano y una venganza personal en toda regla. Espero que triunfe la justicia verdadera y aunque desconozca el sistema legal uruguayo(por lo que has dicho es como el español más o menos) puedes contar conmigo Tengo un amigo Uruguayo y su suegro fué sargento a las ordenes de Bondaberry y la verdad lo que me cuenta de los tupamaros pone los pelos de punta, ya que mataban a reclutas y a cualqueira en el centro d ela ciudad y protagonizaban terribles y crueles emboscadas contra los militares.

    Animo!

  7. #7
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Todo el apoyo mío y del movimiento patriótico al gran Presidente y aun mejor persona y cristiano que es Juan María Bordaberry.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  8. #8
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Conmovedor el testimonio de Santiago Bordaberry que no hace sino reafirmar aún más nuestra adhesión al ex presidente católico y nuestra reprobación del cinismo liberal. Quedamos a las órdenes de la familia para que disponga lo que haga falta por el ex presidente.

    En diversos lugares de España varios sacerdotes han dado la noticia del encarcelamiento de Bordaberry y han pedido oraciones por él.

  9. #9
    Avatar de Arnau Jara
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.




    ¡Gloria y Honor
    a los soldados de Cristo Rey!

    ¡No parar hasta conquistar!
    Vita hominis brevis:
    ideo honesta mors est immortalitas

    Que no me abandone la Fe,
    cuando toque a bayoneta,
    que en tres días sitiamos Madrid
    y en otros quince la capital, Lisboa.


    Sic Semper Tyrannis

  10. #10
    Avatar de Tradición.
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    CRISTIANISMO Y ECONOMÍA
    Por Juan María Bordaberry
    Cuando en los países del cono Sur americano se reinstalaron los sistemas políticos basados en el diseño institucional llamado democrático, pasados unos primeros tiempos de euforia demagógica (como en el Perú de Alan García o en la Argentina de Raúl Alfonsín) y, advertidos los dirigentes políticos demócratas de que ese camino arriesgaba la vigencia misma de la institucionalidad restaurada, optaron, en el plano de lo económico, por lo que internacionalmente se denominaba economías de mercado, sistemas que se desprenden del pensamiento liberal.
    Con ello, además de ponerse a tono con los países occidentales (y así además tener acceso a recursos crediticios), confiaban en poder activar sus economías para evitar dificultades y descontento (aún no se había desmembrado la Unión Soviética). En honor a la verdad, tales ideas ya regían, al menos en Argentina, Chile y Uruguay, con variada suerte en los resultados por razones que sería demasiado extenso desarrollar aquí.
    Sin adentrarse en la base filosófica del liberalismo económico, digamos que sus instrumentos en esas circunstancias fueron la eliminación de los controles cambiarios y de las tasas de interés, así como del proteccionismo en el comercio exterior para que la intemperie de la competencia internacional obligara a la eficiencia y evolución técnica de la producción nacional, y la eliminación de las trabas de los numerosos controles estatales.
    Pero el objetivo básico proclamado fue y sigue siendo la disminución del déficit fiscal, fuente de inflación, porque obliga, para cumplir con las obligaciones del Estado, a la emisión de moneda sin respaldo real. Esto lleva inevitablemente a elevar la reducción del Estado a la condición de objetivo principal. Largo tiempo de vigencia de sistemas políticos partidocráticos, de demagogia, de utilización del propio Estado como el gran empleador y protector determinaron que el cambio se iniciara bajo fuertes protestas, que continúan, considerando injusto el tratamiento que recibían vastos sectores acostumbrados a depender del amparo del sector público comparado con el que se daba a la actividad económica, destrabándola para que pudiera desarrollarse.
    Detrás de todo esto había toda una definición de fondo. Nada más gráfico que el proceso ocurrido en Alemania, cuando la democracia cristiana dejó de triunfar electoralmente gracias al prestigio personal de Konrad Adenauer. El partido socialista llegó al poder para quedarse largos años, hasta que se registró un hecho poco valorado pero decisivo en la evolución política y económica de los países europeos. El minoritario partido liberal alemán era el fiel de la balanza.
    Tanto el partido socialista como la democracia cristiana necesitaban de su concurso para poder triunfar. Su apoyo al socialismo mantuvo a éste en el poder y se basaba en sus medulares ideas liberales de justicia social, acorde con sus principios de defensa del Hombre con mayúscula y sus derechos. Sin embargo, en poco recordado congreso del partido liberal en la ciudad de Karlsruhe, sin variar los principios, el partido entendió que con su defensa del hombre a través del Estado, había hecho de él un esclavo. Dependía del estado para trabajar, para su profesión, para educar a sus hijos, para su salud, para su ancianidad. Con ello la personalidad del individuo se había ido desdibujando, su acostumbramiento a esperararlo todo del Estado le había quitado la facultad de desarrollar sus facultades naturales de iniciativa e imaginación. Llegó a la conclusión que el liberalismo económico, por entonces ya prestigiado por la opinión de reconocidos especialistas, era instrumento más adecuado para la proyección del Hombre con mayúscula hacia la realización de sus más altos destinos temporales. El Estado paternalista cayó en desgracia, sustituido por la economía de mercado. El partido liberal alemán apoyó a la democracia cristiana y el socialismo volvió por largo tiempo al llano.
    Este episodio, bien mirado, tuvo otra consecuencia trascendente, además de la que surge de lo dicho, que vale la pena destacar, a riesgo de extender demasiado estas consideraciones: el Estado paternalista cayó y con el tiempo fue arrastrando en su caída a todos los partidos socialistas europeos, que adoptaron en la España de Felipe González, en la Francia de Miterrand y Jospin, en la Inglaterra de Tony Blair y en la propia Alemania de Schröder, los principios del liberalismo económico, abandonando sus ahora caducas ideas de justicia social realizada a través de la acción directa del Estado. Hoy cuesta imaginar qué variantes puede traer un cambio de partido en alguno de esos países. Ellos se producen más por la atracción personal de los candidatos, por la habilidad de sus asesores de imagen o las denuncias, probadas o no, de corrupción.
    En fin, con esta justificada condena al gigantismo del Estado, desembarcó el liberalismo económico en esta parte de América, prácticamente contemporáneamente a la restauración democrática.
    El dilema liberal
    No podríamos discrepar con los principios básicos del liberalismo en la economía, bien que no los llamaríamos liberales. Ellos incluyen conceptos cristianos contenidos en la doctrina y el magisterio, tales como la subsidiariedad del Estado, el derecho de propiedad y la libertad para el trabajo privado. No podemos compartir, no obstante, los principios en que se asientan tales conceptos ni mucho menos aceptar sin más sus consecuencias.
    La rebelión atea, racionalista y liberal que fue inficionando la Europa cristiana durante los siglos XVII, XVIII y XIX, hasta destruir todo el edificio secular y llegar a la sociedad de hoy —que ya no podemos llamar cristiana— fue sustituyendo lentamente todas las instituciones anteriores a medida que las destruía.
    Como en todos los órdenes en que fue sustituyendo la organización cristiana de la sociedad por una construcción puramente humana y artificiosa, también en el campo de las relaciones económicas encontró contradicciones entre la realidad de las relaciones de los hombres, criaturas de Dios moviéndose en armonía con una naturaleza por Él creada y la arquitectura soberbia que se pretendía implantar.
    En efecto, si el hombre es libre de toda atadura proveniente de una moral objetiva, ¿cómo puede privársele de un afán desmedido de lucro y de causar con ello perjuicio a otros? El intercambio de bienes, las relaciones de trabajo, los beneficios que se puedan obtener, no pueden estar regulados por una moral y un concepto de justicia objetivos y aceptados por todos, porque eso sería violentar la intimidad intelectual de cada uno. La apetencia de los bienes materiales será el motor de las relaciones entre los hombres y los medios para obtenerlos sólo estarán limitados por la conciencia de cada uno, la que también valorará individualmente los perjuicios que la búsqueda de esos bienes puede ocasionar a los demás.
    De estas ideas, nacidas de la aplicación a ultranza del liberalismo en lo económico, derivan consecuencias demasiado crudas aún para el liberalismo más acérrimo. Adam Smith intenta suavizar las consecuencias sin renegar de los principios. Es así que no sólo no condena el egoísmo sino que lo considera moralmente aceptable, diciendo que es loable que el hombre cuide de sus intereses y condenable que no lo haga. "El cuidado que dedicamos a nuestra propia felicidad," dice "e incluso a nuestros propios intereses, se manifiesta en múltiples ocasiones como un principio de acción en extremo plausible. Los hábitos de economía, de industria, de discreción, de cuidado, de aplicación, generalmente son considerados como el fruto de motivos egoístas y, sin embargo, se les reputa como cualidades loables, que merecen la aprobación de todos. La negligencia, la prodigalidad, el desorden, se reprueban unánimemente, no porque impliquen una falta de altruismo sino una falta de atención del individuo en lo que respecta a sus propios intereses".1
    Agrega, a su vez, Baltra Cortés: "El interés propio deja de ser algo vituperable y se le reconoce como motivo plausible del comportamiento humano. El capitalismo funciona sobre la base de una finalidad única: el logro de ganancia, lucro o beneficio. Nada tiene que ver con el altruismo o la benevolencia".2



    __________________________
    1. Adam Smith, «Teoría de los sentimientos morales», parte VII, sección II, capítulo III. Citado por Alberto Baltra Cortés, «Adam Smith», pags. 34 y 35. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 1979.
    2. Alberto Baltra Cortés. Op. cit. pág. 35.




    Smith pensaba, enseñaba y escribía hacia fines del siglo XVIII, en plena efervescencia del pensamiento liberal, con el aplauso de la burguesía que se aprestaba, con la revolución francesa, a ser dueña de todos los medios de producción, y de la inglesa que ya lo era, y a las que no podía menos que entusiasmar la justificación moral del lucro. No se crea que Smith defendía los abusos a que podía llevar la conducta del hombre liberado de los frenos de la moral cristiana; por el contrario, formado en la Universidad de Glasgow, tan alejada de Roma en todo sentido, y tras unos años en Oxford, intrascendentes para él, quería encontrar un fundamento que sustituyera aquella base moral. El resultado es una intrincada elaboración en la que se confunden elementos económicos, históricos y psicológicos, sin llegar nunca a lo metafísico.
    Europa entra en el siglo XIX con la riqueza en nuevas manos, manos desguarnecidas de principios morales que frenaran el afán de lucro y con el inicio de la gran revolución industrial. La fuerza laboral y artesanal entró indefensa en este tiempo de tan profundos cambios. La revolución había abolido las corporaciones y los gremios, de raigambre medieval, por medio de la famosa ley Le Chapelier; las logias revolucionarias no querían más organizaciones que ellas mismas y la masa amorfa de los ciudadanos.
    El transcurso del siglo marca la reacción de los ahora asalariados, que empiezan a defenderse de las injusticias de la sociedad industrial, por todos conocidas. El marxismo da sus primeros pasos y en 1872 aparece el "Manifiesto Comunista". París vuelve a ensangrentarse en luchas callejeras: ahora la rebelión anarquista contra la burguesía, que la aplasta sin piedad. En Francia y Alemania surgen movimientos católicos que intentan armonizar el pensamiento cristiano con las nuevas condiciones de relación entre el capital y el trabajo.
    Aparece, en fin, la democracia cristiana. Al respecto, dice Ploncard D´Assac : Si la sociedad capitalista del siglo XIX muy a menudo se mostraba dura y egoísta, esto mostraba un deterioro de la fe y de la caridad cristianas bajo la presión del liberalismo económico. El agregarle el liberalismo político no era ninguna oportunidad de mejorar la situación. Todo el esfuerzo debió cargarse en la recristianización de las clases dirigentes. El resto hubiera venido por añadidura. Se necesitaba decir aristocracia cristiana y no democracia cristiana".3
    El masón Clemenceau, pragmático e irreductible, se opuso a la presencia de la Iglesia dentro de las instituciones republicanas, diciendo: "La Iglesia es como nosotros: o lo es todo o no es nada".
    El liberalismo económico campea por sus cabales: es la plenitud del tiempo del "laissez faire, laissez passer".


    3. Jacques Ploncard D´Assac, «La Iglesia y la revolución», México 1970.

    El siglo se cierra en 1892 con la Encíclica "Rerum Novarum" del Papa León XIII, que expresa con amplitud y realismo el pensamiento de la Iglesia, a la luz de la doctrina católica, condenando tanto las soluciones socialistas como el mal uso de la riqueza. Es de hacer notar especialmente la afirmación del hombre frente al Estado, lo que hace al condenar al socialismo, así como la legitimidad de la intervención del Estado cuando se trata de hacer respetar los derechos de los débiles y los pobres. Es decir, subsidiariedad del Estado frente a la iniciativa y la actividad privadas y también rechazo al neutralismo del Estado cuando el juego de las condiciones económicas conduce a situaciones de injusticia.
    Desde luego que uno u otro extremo deberá ser juzgado con un recto espíritu cristiano porque, de lo contrario ¿cómo se juzga lo justo y lo injusto?
    El Siglo XX
    El siglo XX se inicia, pues, con el liberalismo económico en su plenitud, con su inevitable secuela de injusticia en una sociedad cada vez más descristianizada.
    La figura luminosa de San Pío X representa la vigencia de la tradición católica frente al avance del modernismo, condena el error del concepto ateo de libertad, en términos tan amplios que es legítimo pensar que incluye la libertad irrestricta en las relaciones económicas. En su alocución del 3 de noviembre de 1903 dice: "La Iglesia no teme la libertad pero condena la desatinada licencia en el pensar y en el obrar, con arreglo a la cual no existe autoridad humana ni divina, ni hay ningún derecho inviolable. La consecuencia de ello es que, desaparecidos los fundamentos del orden y la disciplina, los Estados caminan hacia la ruina, porque tales licencias son la corrupción de la libertad y no la libertad propiamente dicha".
    Las injusticias que padecen los trabajadores industriales van cimentando una reacción de clase. El siglo ve también la lenta afirmación de una organización sindical de trabajadores, pero no en un orden vertical de gremios y corporaciones cristianas, prohibidas por la revolución un siglo atrás, que propendían a la armonía y la unidad de las sociedades, sino en una división horizontal, condición básica para la lucha de clases, azuzada por los agitadores revolucionarios radicales durante todo el siglo. Un desafiante Jaurés puede citar a Mirabeau: "Tened cuidado: no desdeñéis ese pueblo que todo lo produce y al cual, para hacerse temer, bastaría con permanecer inmóvil".4
    Dos acontecimientos marcarán todo el resto del siglo. La Primera Guerra Mundial, más allá de los cuatro años de horrores de muerte y sufrimiento, permitió a los dirigentes masones de la política mundial desmembrar el Imperio Austro Húngaro, último Imperio cristiano de la historia, y hacer caer la última Monarquía católica de Europa. El Tratado que puso fin a la guerra echó la simiente de la Segunda Guerra Mundial, tan sólo veintiún años después, también con su carga de dolor y que significó además, el cambio del centro de gravitación de la política mundial de Europa a Estados Unidos.
    4. Jean Jaurés. «Causas de la revolución Francesa», pág. 76. Grijalbo, 1979
    De unaEuropa cada vez más descristianizada y abierta al error modernista, pero con la madurez de veinte siglos de historia, a un poderoso y rico estado joven, lleno de ambición plutocrática y política, sin madurez ni cultura propia.
    La instauración del primer estado comunista en Rusia creando la Unión Soviética, inmediatamente después de finalizar la Primera Guerra mundial, fue el segundo hecho que pesó durante casi todo el siglo, llegando a dominar la mitad de Europa y buena parte del orbe, con la complicidad, al menos culpable, de las naciones triunfantes en la contienda.
    La economía liberal en tiempos de turbulencia
    El primer hecho a destacar es el fortalecimiento de las organizaciones laborales. De ser un débil mecanismo de defensa frente a la injusticia de un descarnado liberalismo económico, va constituyéndose en una fuerza social organizada y de envergadura, que empieza a pesar en el plano político. El proletariado, consecuencia inevitable del concepto puramente materialista del capital, crece y agranda sus filas en la misma medida en que se extiende el campo de acción del industrialismo y el comercio capitalistas.
    Durante años el socialismo y el comunismo soviético descalificaron peyorativamente al capitalismo, contraponiéndolo a sus ideas colectivistas. El comunismo, bueno y justo; el capitalismo, malo e injusto, fue el maniqueísmo dominante durante casi todo el siglo. El mundo occidental, llamado así por oposición al Este sovietizado, sintió el golpe de la acusación implícita en los calificativos y no se atrevió a llamarse a sí mismo capitalista, prefiriendo calificarse como democracia.
    Belloc, escribiendo en el primer tercio del siglo XX, ayuda a colocar el término "capitalismo", en su lugar: "...La palabra «capitalismo» usada en esta forma, como nombre para la gran calamidad que, en su madurez, amenaza la existencia misma de nuestra Sociedad, no significa el derecho a la propiedad desarrollada fuera de toda medida...El Capitalismo constituye una calamidad no porque defienda el derecho legal a la propiedad sino porque representa, por su propia naturaleza, el empleo de ese derecho legal para beneficio de unos pocos privilegiados contra un número mucho mayor de hombres que, aunque libres y ciudadanos en igualdad de condiciones, carecen de toda base económica propia. Por lo tanto, la calamidad básica que de una manera drástica llamamos capitalismo, debiera, con más precisión llamarse «Proletarianismo», dado que las características del mal estado de la sociedad que hoy llamamos «Capitalismo» no consisten en el hecho de que unos pocos tengan propiedades sino en el hecho de que la mayoría, aún cuando desde el punto de vista político sean iguales a sus amos y libres para ejercer todas las funciones inherentes a un ciudadano, no pueden disfrutar la libertad económica completa". "La presencia de un proletariado tan amplio es la que imparte el tono a todo el conjunto de la sociedad y lo que hace que ella sea una Sociedad Capitalista".5
    5. Hilaire Belloc: «La crisis de nuestra civilización», pags. 154 y 155. Editorial Sudamericana, Buenos Aires – 1979.

    Hemos señalado el tiempo en que Belloc, historiador católico por sobre todo, incursionaba en estos temas, para que se pueda imaginar, sin mucho esfuerzo, cómo era la sociedad de su tiempo, seguramente dominada en lo económico por un liberalismo mucho más crudo que el del tiempo subsiguiente, pero asentado en los mismos principios. No obstante, tiene el mérito de marcar la distinción entre la propiedad y su mal uso y con ello, la necesidad de un código de moral objetiva para impedir, o al menos sancionar socialmente, esto último. Implícitamente también, está señalando la diferencia entre las denostadas instituciones gremiales de origen cristiano medieval, que no sólo por la civilización en que estaban insertas sino por su propia estructura, no hacían posible el enfrentamiento de clases y la injusticia en las relaciones económicas.
    Es de toda evidencia que sigue la enseñanza de "Rerum Novarum": la doctrina católica considera el derecho de propiedad como inseparable de la condición de persona humana, pero condena su mal uso cuando es fuente de injusticia.
    Pero en un mundo que abandonaba el cristianismo progresivamente, fueron otros los factores que introdujeron cambios en las políticas económicas. Por una parte, la Unión Soviética era una realidad insoslayable, por más que su nacimiento y consolidación respondiera a la debilidad de unos y a la audacia de unos pocos. Su infiltración en los países europeos, a través de los partidos de izquierda, era una realidad en la que es difícil discernir si las corrientes socialistas europeas temían o estimulaban, tal el grado de su irresponsabilidad.
    Sólo España enfrentó al comunismo en una guerra heroica y al precio de centenares de miles de vidas, en una verdadera guerra de religión, como lo demuestra la posterior condena por las potencias masónicas.
    La democracia, por su propia definición y por tener la misma raíz atea, está imposibilitada para enfrentar al comunismo como un enemigo, rechazando y condenando su ideología. Prefiere, en cambio, intentar quitarle argumentos, aprobando normas que van mejorando progresivamente la condición de los trabajadores. Esta conducta, en un sistema político que obliga periódicamente a captar la simpatía del electorado, va pavimentando el camino a la demagogia, comprometiendo la estabilidad económica de los países. Una intrincada trama de normas legales de amparo al trabajador va conformando una rama del derecho positivo que equipara el poder del capital, antes libérrimo, con el de los asalariados, antes desguarnecidos.
    Otro fenómeno confluye para consolidar el equilibrio de poder entre el capital y el trabajo: los gobiernos empiezan a tomar a su cargo funciones antes en manos privadas, algunas de las cuales hacen directamente a la seguridad de las clases menos pudientes: salud, vivienda, previsión social, educación.
    Es el tiempo de la planificación estatal, de los programas, de las metas, de los estímulos a las actividades que se consideran de mayor interés, de la fijación de precios y salarios.
    El neo liberalismo en Hispanoamérica
    Pero todo esto tiene un costo que llega a ser insoportable. La fiscalidad debe crecer para sustentarlo y llega a ser disuasiva para la rentabilidad del capital que, si puede, emigra en busca de mejores condiciones o de lo contrario, deja de invertir perdiendo competitividad. El péndulo oscila hacia el otro lado, como se ha visto al inicio, tratando de disminuir el rol paternalista del Estado.
    La economía liberal, como lo quería Adam Smith, es aceptada como una consecuencia congruente e inevitable del liberalismo racionalista y como un fenómeno independiente, que puede ser objeto de una ciencia, con sus leyes propias que no pueden ser violentadas —en todo caso investigadas y utilizadas— pero nunca contrariadas.
    La liberalización de la economía, sin excesos de injusticia, era necesaria en estos países, ahitos de intromisión estatal demagógica. Pero por desgracia no vino sola sino atada a los altos intereses financieros internacionales, con su cabeza en Washington. Ya no se necesitan bayonetas ni "marines": basta con cortar los créditos o subir las tasas de interés. Hispanoamérica ya no es libre para insertar valores cristianos en un sistema económico liberal. Sus representantes ya no pueden y —porqué no decirlo— no quieren, dejar de ir a la Corte del dólar.
    Sobre la base de estas ideas y estas realidades, retorna el liberalismo económico a ser el fundamento teórico de las medidas de estos países para la reactivación de su actividad. No es fácil, porque aunque se consideren las leyes económicas como leyes naturales inevitables, no tienen categoría de valores morales y recaen, en definitiva, sobre personas humanas. Una honda brecha se abre en la sociedad: entre quienes son perjudicados por las nuevas políticas y quienes las defienden. La izquierda radical revolucionaria, siempre hábil y rápida para acuñar nombres que pronto ella misma hace denigratorios, utiliza el término "neo liberalismo". Con ello evita hablar de capitalismo, con lo cual correría el riesgo de ser identificada con la ahora caída Unión Soviética y no encontrar techo donde guarecerse.
    Los defensores del liberalismo suelen citar como ejemplo la Alemania de post-guerra, levantándose de sus cenizas con el liberalismo económico de Ludwig Erhard. No parece comparable: el alemán es un pueblo disciplinado y ordenando, que salía de una guerra devastadora por la cual había sufrido gran padecimiento y destrucción.
    Nuestros países, al contrario, vienen de tiempos de bonanza, en los cuales la demagogia política derrochó los recursos, elevando la condición económica de quienes fueron beneficiarios, inocentes del camino a donde llevaba la dilapidación de recursos.
    Pero hoy esa condición social es una realidad que no puede ser desconocida al formular en las políticas, lo que supone incorporar un elemento de orden moral en la consideración de las políticas a adoptar.
    La búsqueda infructuosa de un fundamento moral para el liberalismo económico viene, como hemos visto, desde los tiempos del propio Adam Smith. Pero sus acérrimos defensores no aceptan esa intrusión: la economía de mercado se sustenta en leyes intocables que distribuyen los bienes con justicia.
    Hace algunos años el Dr. Ramón Díaz, profesor uruguayo de economía y que ha ocupado prominentes cargos públicos, escribió en un diario montevideano un memorial con motivo de la muerte de Hayek, en el que recuerda una carta enviada por Keynes a Hayek. En ella Keynes defiende la planificación, pero reclama reglas morales en su aplicación: "... será segura", (la planificación moderada) dice Keynes "si los que la practican están rectamente orientados en sus mentes y en sus corazones hacia la cuestión moral". Rechaza Díaz irónicamente toda participación de la moral en las reglas de la economía, lo que califica como "subirse al púlpito".6
    Una brecha se ha abierto, como queda dicho, y en ella intervienen frecuentemente hombres y jerarquías eclesiásticas no siempre, a mi juicio, cumpliendo cabalmente con su misión pastoral. En primer término, pronunciándose siempre a favor de los perjudicados parecen plegarse a la antinomia pobres buenos—ricos malos, que tanto daño ha hecho a la paz de las sociedades modernas.
    En segundo lugar parece no advertirse que esta opción entre liberalismo y socialismo —vamos a llamar las cosas por su nombre— no es cristiana. El péndulo oscila porque los hombres, olvidados de Dios y endiosados ellos mismos, no encuentran fórmulas de paz y justicia.
    Es oportuno recordar a León XIII en "Rerum Novarum": "Por eso, si ha de haber algún remedio para el mal que hoy padece la sociedad humana, este remedio no puede ser otro que la restauración de la vida y de las instituciones cristianas".7

    Juan María Bordaberry
    Montevideo, 26 de mayo de 2001
    6 «El Observador Económico», Montevideo, 31 de marzo de 1992.
    7 «Rerum Novarum» (22) "Acción de la Iglesia".

  11. #11
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.



    Artículo de Älvaro Pacheco Seré, que fuera secretario,asesor y amigo del presidente Bordaberry.


    EL CARLISMO IDENTIFICÓ AL ENEMIGO
    Por Álvaro Pacheco Seré
    Miembro Correspondiente en la República Oriental del Uruguay.

    Cuando en la España de 1833 el Carlismo asume la defensa de los derechos dinásticos de Carlos V, interpreta la Fe y las Tradiciones de la Nación. Su reacción es legítima, necesaria y natural, porque la Revolución francesa invasora había penetrado el pensamiento y las instituciones. Quienes percibieron el peligro lo resistieron con las armas, pero también con doctrina. Advirtieron que la monarquía pierde legitimidad de origen y de ejercicio si es liberal, si su poder emana del sufragio, si se le limita en una Constitución. Comprendieron que si la autoridad no viene de Dios, el Rey no puede mandar. Rechazaron instintivamente la identidad entre "pueblo soberano" y Patria. Se opusieron, por respeto a la costumbre, al centralismo que desconocía los fueros históricos.
    Es bajo la "república" que el Tradicionalismo ve justificado plenamente su combate. La tercera guerra carlista —que conduce Carlos VII— en 1873 debe enfrentar ya un nuevo gajo de la Revolución: el socialismo internacional. Donoso Cortés, en célebre discurso de 1849, anuncia "¡La libertad acabó!" y propicia la necesidad de "la dictadura del sable contra la dictadura del puñal". La anarquía estaba a las puertas. Como nueva derivación del principio revolucionario anticristiano, irrumpe en 1881 con huelgas y atentados terroristas. La Revolución descubre gradualmente sus ideas, fines y acción. En 1936, su diabólica inspiración no admite confusiones: la impía segunda república justifica el nuevo y último Alzamiento de la España católica, con el siempre vigente Carlismo aportando jefes, hombres y principios. El Enemigo se llama, ahora, comunismo. La Revolución continúa, incluso mediante cruel lucha interna entre los sectores que la discordia va generando.
    Es mérito y gloria de los carlistas haber entendido la naturaleza de la agresión. Que fue, en definitiva, religiosa. Que procedió de Inglaterra y de Francia, pero que era y es supranacional y contraria a las naciones católicas. Que, mediante la acción de las sociedades secretas, causó la división y la guerra interna en ellas.
    Triunfante la Cruzada en el 39, reinante el catolicismo en el Estado del 18 de julio, el Principio contradictorio esperó la oportunidad, que denominó "apertura" y luego "transición", para renovar su implacable ataque. Similar proceso político ocurrió en otros países de la antigua Cristiandad.
    Esta conocida reseña introductora permite confirmar y exaltar la actitud y el pensamiento carlistas. Es notable cómo identificó, desde el inicio, a un Enemigo que disimuló su naturaleza. El "Manifiesto de Isusquiza" de 1996 expondrá con claridad este reconocimiento: "El Carlismo sigue estando, y nosotros con él, frente a la Revolución . ¡Revolución! Tal es, de nuevo el enemigo, con disfraz o sin él".
    Revolución que se deshace en 1988 del comunismo como poder totalitario, ateo y criminal. Pero que hace resurgir, desde la caída del "muro de Berlín" y de "todos los muros", los "tiempos de anarquía social e intelectual" que condenó San Pío X en la "Notre Charge Apostolique". Anarquía que ya estaba en la llamada Revolución francesa y que actuó en el "Terror". Nunca pudieron los "filósofos" escindir el 89 del 93: causa y efecto. Los vandeanos, como los carlistas, tuvieron visión: "La anarquía, alertaba La Rochejaquelein, es un monstruo al que no se puede matar si no se le hiere en el corazón".
    Proudhon había proclamado, como principios, "en religión, el ateísmo; en política, la anarquía". Bakunin, otro anarquista salido de las logias masónicas más revolucionarias, había lanzado su terrible frase: "Satán es el primer librepensador y salvador de este mundo". Como escribe Jean Ousset en "Para que Él reine": "Apenas la anarquía y el despotismo del número y del tumulto pusieron su mano sobre cuanto era noble o sagrado, fue ya imposible concebir la amplitud de la catástrofe".(1)
    El principismo carlista fue intransigente. Ante una subversión que procura ser total, toda concesión es anticipo de derrota. "Gobernar no es transigir", sostenía el Rey Carlos VII. Las contemplaciones de León XIII con la república, y las condenas de Pío XI a la "Acción Francesa" y su falta de apoyo a los Cristeros, no sirvieron al catolicismo. El Vaticano II es expresión de lo que el Cardenal Ratzinger consideró el "contra-Syllabus" o "reconciliación oficial de la Iglesia con el mundo tal como ha llegado a ser después de 1789". Pablo VI y Juan Pablo II pedirán perdón a perseguidores de la Iglesia. Se ha ignorado el "Sí, sí; no, no" del Evangelio y la admonición de Nuestro Señor: "El que no está Conmigo, está contra Mí".
    El mismo León XIII había denunciado en la "Humanum Genus" que los masones "quieren destruir las instituciones cristianas". Monseñor Lefebvre advertirá en 1989 sobre el objetivo de las sectas masónicas de crear un gobierno mundial con sus ideales contrarios a la Religión Verdadera. Es "el Super-Estado judaicomasónico que completaría política y militarmente la superestructura económica ya existente del capitalismo internacional", que profetizara el Padre Castellani en 1944.(2)
    Apostasía, capital anónimo y anarquía terrorista excluyen hoy a Dios, a la Patria y al Rey. Es imposible ya retomar potestades disueltas de naciones anonadadas. Sólo resta a los Estados su territorio; el poder real está oculto, es usurpador, no sirve al bien común.
    El dinero errante y sus medios de comunicación responden a esta potencia universal dominante. El poder económico se confunde con el poder político, corrompiéndolo. Su otra manifestación son los grupos anárquicos. Ambas actúan en un pretendido y perverso equilibrio en procura de su omnipotencia terrenal. Las "religiones", en sacrílego pie de igualdad, intentan ser su animación espiritual. La Revolución triunfó. Impera el Principio del Mal y sus métodos: la rebelión, la mentira, la discordia. La Verdad, el Bien, la Belleza han sido subvertidos.
    Este antinatural y antijurídico sistema mundial se ha impuesto en base a la satánica sustitución de Dios por un "Hombre" impenitente, con el riesgo implícito del surgimiento de tensiones precipitadoras de tiempos apocalípticos.
    Últimamente, desde Seattle a Génova, las reuniones internacionales de quienes aparentan gobernar los Estados más representativos del poder único han padecido, en nombre de los derechos humanos, el ataque organizado de grupos también internacionales de encapuchados que ostentan el símbolo destructor de la anarquía y sus colores rojo y negro.
    En los países también actúan internamente grupos análogos, emanados de logias revolucionarias, que cuestionan los residuos de autoridad y orden públicos subsistentes en ellos. Agreden instituciones, desde simbólicas sedes legislativas hasta iglesias, centros culturales, educativos o castrenses; cortan rutas; usurpan tierras. Equiparan la delincuencia común a la política. Sostienen, sin respuesta alguna, que los políticos de la democracia provienen todos de la anarquía, incluidos los personajes históricos más ensalzados. El sistema sólo reacciona tratando de reincorporar al anarquista a su seno. Para que pueda ser electo y ser llamado "señor", aunque, desde luego, deberá contener a nuevos violentos libertarios, más principistas en la Revolución.
    La democracia, ficticio régimen político que se utilizó como un dogma para disolver e internacionalizar el poder público legítimo, asiste cómplice, en aplicación de su filosofía liberal, laica y cosmopolita, al accionar criminal de "los que luchan". El derecho natural cristiano e histórico cede lugar a voluntades falsamente representativas que lo desconocen para imponer arbitrariamente el desorden anticatólico.
    Los "excesos" de la violencia se condenan en nombre de la paz y de la democracia. Se ha impuesto una opción extraña al Tradicionalismo: libertad o terrorismo, ocultando que la libertad revolucionaria es causa inexorable de la anarquía y del terror. "Altares a los principios y cadalsos a las consecuencias", como fustigó Vázquez de Mella. Las manifestaciones pacifistas contra la "ETA" en España son dramáticamente significativas. Los terroristas no son enemigos, no hay guerra.
    El Carlismo y el Tradicionalismo vigilaban, impotentes en la acción, mas siempre fieles a la causa superior que su trilema sintetiza. La trágica historia siguiente a sus orígenes fue confirmando su lúcida percepción sobre la magnitud del poder agresor y justificando sus guerras defensivas. Desde la actual perspectiva se puede valorar la instintiva, perseverante y prinicipista reacción carlista, de admirable sentido común.
    Desde que no fue posible combatir con las armas en la mano, el Carlismo redujo su acción a la exposición de la segura doctrina para, junto al Tradicionalismo católico, dar heroica y desigual batalla contra la incontenible Revolución de las sociedades secretas. Esa guardia permanente, fundada en la Verdad, le permite hoy analizar y enfrentar los acontecimientos convulsivos que la discordia causa en el seno del ilegítimo y anticristiano poder mundial.

    El histórico 11 de setiembre de 2001 alteró la marcha de los sucesos mundiales, sujeta como estaba a difusos pero implacables controles mediáticos, financieros, políticos y, en último caso, militares. Estados Unidos de América era considerada la única gran potencia supérstite; gendarme y ejemplo de la "democracia universal". ¿Pero lo era realmente? Fueron creados sin antiguo régimen, como crisol de razas y pueblos, sin religión unificadora, sin otro poder público que el democrático. ¿Quién gobierna los Estados Unidos? Nunca fueron Nación en el sentido clásico. Fueron hijos de una idea: la libertad, tal como la concibe la Revolución. Ella les impulsa a intervenir en cualquier lugar del mundo, por cualquier método, donde la estimen vulnerada. En eso radica su imperialismo.
    Su fortaleza la constituyen las armas, las comunicaciones y la bolsa que están instaladas en su territorio. No la hicieron capaz de resistir el atentado de terroristas que, en definitiva, son desprendimiento del mismo poder que los creó artificialmente. Los Estados Unidos representan el poder mundial "oficial" que hizo, deshizo y toleró grupos revolucionarios para que actuasen ante cualquier reacción nacional tradicional. Así, utilizando el islamismo, cercaron a Rusia; con el indigenismo, a los restos de Hispanoamérica; con el "Estado vasco", a la España católica; con la causa palestina, al Estado de Israel en cuanto se afirme en su religión y nacionalismo. Es sabido por quienes osan estudiar las actividades de los poderes ocultos que el líder palestino se fotografía saludando masónicamente a interlocutores israelíes; que los líderes de India, Irak, Libia, Jordania, surgieron de logias inglesas; que incluso el de Irán vino de Francia para presidir una "república"; que la estrella de cinco puntas distingue casi todos lo grupos subversivos y también está en la bandera, con los colores de la Revolución francesa, de los Estados Unidos.
    La hora actual exige la comprensión de la razón de ser de la "Unión": "El masón y teósofo americano Henry A. Wallace fue quien convenció al banquero Henri Morgenthau de hacer figurar en el dólar el símbolo de la pirámide inacabada".(3) Y las "Torres Gemelas " de Nueva York eran como las dos columnas ("Jakin" y "Boaz") del templo masónico, que enmarcaban la estatua de la Libertad.
    "El día que se alzaron las columnas" fue el título de un editorial de Ricardo de la Cierva en "ABC", del 19 de junio de 1981. En él señala que "bajo la democracia las columnas se alzan, las logias se reabren", por oposición a cuando la masonería "«abatió columnas», es decir, cerró sus templos y pasó a la clandestinidad". Visto desde el pensamiento tradicionalista, el 11 de setiembre de 2001 se presenta así como "El día que se abatieron las columnas".
    La Revolución —permanente por esencia— no puede sostenerse ni estabilizarse en su triunfo. Continúa generando, aún en su consumación y pese a sí misma, más grupos terroristas y anarquistas por todo el mundo. Son los que avivan su impulso creador porque temen que ella se detenga y abjure de sí misma. La guillotina, como en 1793, sigue funcionando. Había reflexionado también Jean Ousset: "Estas disputas son muy reales, y sería pueril menospreciar su gravedad. Sin embargo, todo ello no perjudica la unidad de la Revolución, pues aunque sus miembros se devoren mutuamente, contribuyen todos, consciente o inconscientemente, al triunfo de la subversión.".(4)
    El judaísmo revolucionario y las logias más radicales no toleran que el poder asentado en Estados Unidos sostenga ninguna causa religiosa ni nacional. Ni la de los propios Estados Unidos, ni aún la del Estado de Israel. Sería renegar de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos. La destrucción de las dos columnas y la herida a la estrella trunca del Pentágono parecen significar que algunas altas instancias, secretas e irreconocibles, decidieron que allí ahora se niega la Revolución. He ahí el verdadero simbolismo de los terribles atentados.
    Así se explica también porqué los Estados Unidos no pueden identificar a su enemigo, que es externo e interno: es "hermano separado". Utilizó solamente aviones estadounidenses; se reveló poderoso en la planificación y ejecución, en la pericia militar de los pilotos y en técnicas de ingeniería para abatir las dos torres; y dominó la información pública para impedir eventuales demostraciones populares de repudio en el mundo, que no las hubo, y que sí se sucederán como condena a ciegas respuestas militares estadounidenses. Por eso es que tampoco hubo previsiones del ataque por parte de los servicios competentes, ni responsabilidades ulteriores.
    La prudencia política ha cedido lugar a la incertidumbre, a la discusión, a la duda. ¿A quién declarar la guerra? ¿Se combatirá al terrorista reconociéndole derechos humanos? ¿Se le considerará "preso político"? ¿se oirá a sus "familiares"? ¿"Ensuciarán" la guerra? ¿Cómo superar el desprestigio que la propaganda liberal ha logrado respecto de las Fuerzas armadas y de toda "represión"?
    Los Requetés sabían que luchaban y morían por Dios y por España en el 36; las Fuerzas Armadas en Hispanoamérica sabían que defendían la Nación ante la agresión revolucionaria. Los Estados Unidos, en cambio, disputan la defensa de la Libertad ante quienes, con métodos asesinos y abyectos, pretenden encarnarla hoy. El campo de batalla es ideal e ilimitado. La ruptura del poder único se extiende y ahonda en todos los países, incluido los Estados Unido. Reina la anarquía.
    Las consecuencias sobre la humanidad son, entonces, imprevisibles. No es posible enfrentar la cuestión en este estado post-revolucionario del mundo. Se perseguirá sin sentido al "terrorismo" como adversario abstracto y se buscará personificarlo en algún líder "disidente", diariamente exhibido en televisión y en fotos. Esta lucha entre los hijos de la Revolución, con acciones descontroladas, será sufrida por poblaciones indefensas, anestesiadas y sin sentido del sacrificio. Ajenas a los motivos, a la profundidad y a la trascendencia de lo que se trata.
    La incapacidad del derecho positivo para resolver la situación creada y la angustiante desorientación generalizada hacen vislumbrar y desear el cumplimiento de las promesas sobrenaturales, hechas por Nuestra Señora en Fátima sobre la conversión de Rusia, y por San Pablo en Carta a los Romanos sobre la conversión del pueblo judío.
    El pacifismo, el ecumenismo y la civilización del amor predicados por el mundo moderno masonizado y, con él, por la Iglesia desde el Vaticano II, han visto cuestionados sus falsos fundamentos. Desde luego, se intensificarán los estudios teológicos sobre el Apocalipsis y los Mensajes marianos. Dios tiene sus designios. Hay que acatarlos y pedirle humildemente Fe, Esperanza y Caridad.
    La Tradición —y con ella el Carlismo— ha conservado lo recibido. Cumplió su deber con las armas y con la pluma. Desde su aparición, supo identificar al Enemigo de Dios, de la Patria y del Rey. Hoy contempla cómo, al apoderarse del mundo, se despedaza víctima de su propio Error.
    Notas:
    1. Jean Ousset: "Para que Él reine"
    1. Ediciones del Cruzamante. Buenos Aires, 1980, página 157.
    2)Citas de la reciente recopilación realizada en Buenos Aires por el Padre J. C. Ceriani, de la Fraternidad San Pío X, titulada: "El R. P. Leonardo Castellani: Un profeta de los últimos tiempos".
    (3)Y. Moncomble: "Les vrais responsables de la Troisième Guerre Mondiale", 1982, página 29, citado por J.C. Lozac’Hmeur y B. de Karer: "De la Révolution. Essai sur la politique maçonnique", Ed. "Ste. Jeanne d’Arc", Villegenon, 1992, página 129.
    (4)Obra citada, página 125.

  12. #12
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    Erasmus está desconectado Socio vitalicio
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Mi solidaridad con Bordaberry; quizá el único político decente que quedaba por estos pagos... El revanchismo de los progres es similar al de los judíos que siguen persiguiendo a patriotas como Ivo Rojnika.



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  13. #13
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    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Desde aquí mi más sincera solidaridad. Baqueano, si vuesa merced quiere facilitar la dirección donde pueda escribirle, no le quepa duda de que por mi parte le escribiré. En la cárcel las cartas siempre se agradecen aunque sean de un mediocre como yo. Un fuerte abrazo. Y que sepa que su señor padre es todo un ejemplo para la Tradición. Bueno, ya lo sabe claro.

  14. #14
    Avatar de CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN
    CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Estimado BAQUEANO:

    Desde ya comprometo mis oraciones por su insigne padre a nuestra Madre Santísima (con las gracias especiales de éste, su mes en Chile). Él ha sido un hombre de pro, que no temiera enfrentarse al flagelo marxista y ateo que ha asolado a nuestras patrias. Sin duda alguna que estas horas de angustia las ha permitido Nuestro Señor para la mayor perfección de un alma predilecta.

    Atte. C.YÁÑEZ D.

    EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM

  15. #15
    Avatar de rey_brigo
    rey_brigo está desconectado la TRADCIÓN es la ESPERANZA
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Bordaberry el avance del marxismos en Hispanoamérica.


    La reciente encarcelación del ex presidente uruguayo Don Juan María Bordaberry, es una muestra significativa del avanzado proceso de marxistización de las naciones hispanoamericanas.
    La figura de Juan María Bordaberry no es muy conocida en nuestro país. Unos apuntes biográficos. Hombre vinculado al mundo rural accede democráticamente a la presidencia de la república en el año 1971. Desde la presidencia aplica un programa de reformas política y sociales que inspiradas desde la Doctrina Social Cristiana sacan a la nación de la grave crisis económica que padecía desde la década de los 50, ante la ofensiva terrorista de la guerrilla comunista “Tupa Camarú” se ve obligado a declarar el estado de excepción. En 1976 es derrocado por un golpe militar.
    El proceso judicial abierto contra el ex presidente se remonto al periodo de ley marcial y en el fallo que determina la encarcelación no se les imputa haber ordenado represión contra los opositores marxistas, sino conocimiento de los hechos "por su cargo institucional". Es decir que aplicando esta máxima en España toda la clase política de la transición a esta parte tendría que estar entre rejas.
    El proceso judicial está plagado de irregularidades y a luces vista responde a una persecución política e ideológica promovida por el actual gobierno izquierdista, detrás de la cual se vislumbra la oscura sobra de la masonería con gran influencia en Uruguay.
    Pero como dije arriba, este proceso debe contextualizarse en el actual avance y ofensiva del marxismo en Hispanoamericana.
    A los procesos explícitamente revolucionaros de Cuba, Venezuela, Bolivia o el actual pulso a la legalidad de Obrador en México se debe añadir Lula y Bachelet que si bien huyen de las forma histriónicas y de las proclamas revolucionarias de los primeros comparten con ellos el proyecto de reingeniería social en lo que podríamos denominar un marxismo de tercera generación. Del que por cierto, también bebe nuestro Presidente.
    Frente a esta amenaza la sociedad hispanoamericana se encuentra desorientada y huérfana, y más cuando el discurso liberal al uso entre la su clase política tradicional no sólo se ha mostrado ineficaz a la hora de frenar el avance del marxismo sino contraproducente. Se hace necesaria una respuesta cultural y política por parte de la sociedad libre hispanoamericana desde las ideas conservadoras y contrarrevolucionarias que tan grandes figuras parió el Cono Sur como así son los chilenos padre Osvaldo Lira y el profesor Jaime Guzmán, el argentino Álvaro Pacheco Seré o el brasileño Plinio Correa de Oliveira.


    Pablo Rodríguez Gómez
    -"No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual".
    Groucho Marx

  16. #16
    verdadyjusticia está desconectado Miembro novel
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Desde aquí comprometo mis oraciones para que en Uruguay haya VERDAD Y JUSTICIA.

  17. #17
    Chanza está desconectado Miembro graduado
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    Re: Persecucion contra Bordaberry.

    Cita Iniciado por rey_brigo Ver mensaje
    Se hace necesaria una respuesta cultural y política por parte de la sociedad libre hispanoamericana desde las ideas conservadoras y contrarrevolucionarias que tan grandes figuras parió el Cono Sur como así son los chilenos padre Osvaldo Lira y el profesor Jaime Guzmán, el argentino Álvaro Pacheco Seré o el brasileño Plinio Correa de Oliveira.
    Unas aclaraciones que me parecen necesarias:
    1. Las ideas conservadoras son, sensu stricto, revolucionarias (el conservadurismo, ab origine, es el moderantismo liberal) y no contrarrevolucionarias.
    2. El chileno Padre Osvaldo Lira y el uruguayo (no argentino) Álvaro Pacheco Seré eran tradicionalistas, no conservadores.
    3. En el chileno Jaime Guzmán se aprecian ambas influencias (conservadora y tradicionalista), con cierta tendencia al tradicionalismo que quizá pudo haberse desarrollado, de no haber sido asesinado por los marxistas.
    4. Plinio Corrêa de Oliveira no tiene un corpus de doctrina coherente, pero es fácil observar que sus fundamentos son conservadores (con algún elemento de la democracia cristiana primitiva, que fue eliminando), y el tradicionalismo sólo aditamento.


    Por lo demás: ¡libertad para el Presidente Bordaberry!
    Última edición por Chanza; 22/11/2006 a las 05:23

  18. #18
    Degrelle está desconectado Miembro graduado
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    Re: Persecución contra Bordaberry.

    Mi apoyo para Bordaberry se expresa en las siguientes palabras del gran León Degrelle. Ya he posteado este texto en otra parte del foro, pero encuentro pertinente repetirlo aquí.



    La vida recta





    Los que titubean ante el esfuerzo es porque tienen adormecida el alma. El gran ideal da siempre fuerza para domar el cuerpo, para soportar el cansancio, el hambre, el frío.


    ¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza? Lo esencial es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta y que impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.


    Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica.
    La facilidad adormece el ideal. Le alienta, en cambio, él estimulo de la vida dura que nos hace adivinar lo profundo del deber cumplido, las responsabilidades que hay que afrontar, y la gran misión digna de nosotros.
    Lo demás no cuenta.


    La salud nada importa.


    No estamos en este mundo para comer a horas fijas, para dormir con regularidad, para vivir cien o más años.


    Todo esto es vano y es necio.


    Sólo una cosa cuenta: tener una vida útil; perfilar el alma; estar pendiente de ella, instante por instante; Vigilar sus debilidades y exaltar sus impulsos; servir a Los demás derramar a nuestro alrededor la dicha y la ternura; ofrecer el brazo al prójimo, para elevarnos todos, ayudándonos los unos a los otros.


    Una vez cumplidos nuestros deberes ¿qué más da morir a los treinta años o a los cien años?


    ¡Lo que importa es sentir el corazón encendido, cuando la bestia humana grita extenuada!


    ¡Que se levante y que siga, a pesar de todo!


    Ahí está para eso, para agotarse, hasta el fin.


    Sólo el alma cuenta, y ella tiene que dominar a todo lo demás.
    Breve o larga, la vida sólo vale algo si en el instante de entregarla no tenemos que sonrojarnos de ella.


    Cuando la dulzura de la vida nos invita a la felicidad de amar, la belleza de un rostro o un cielo claro, da una señal que, de lejos, nos llama, cuando estamos dispuestos a ceder ante unos labios o a la luz y a los colores y al descanso de las horas largas, entonces es cuando estrecharemos dentro del corazón todos los sueños nimbados del oro de los instantes de suprema evasión.


    La verdadera evasión es renunciar a las prendas amadas, y renunciarlas en el instante mismo en que su perfume nos hacía desfallecer.


    En esta hora en que hay que rechazar y hundir lo más entrañable de nuestro ser y alzar el amor por encima del corazón, y, por lo tanto, cuando todo es cruel dolor, entonces es cuando también comienza a ser completo y puro el sacrificio.


    Hemos franqueado nuestros propios límites; por fin podemos dar algo. Antes, todavía, nos buscábamos a nosotros mismos y a esas briznas de orgullo y de gloria que corrompen tantos brotes generosos del alma. No damos nada por el puro dar, sin calcularlo antes, pues todo está en uno de los platillos de la balanza, más que cuando, previamente, hemos matado el amor a nosotros mismos. Esto no es fácil, no, porque la bestia humana es reacia a comprender lo que la amargura quiere enseñarnos.


    ¡Qué dulce es soñar con el ideal y construirlo en el pensamiento! Pero es, en realidad, muy poca cosa.


    El ideal hay que construirlo dentro mismo de nuestro vivir.
    Arrancando piedra a piedra, para construirlo a nuestras comodidades, a nuestras alegrías, a nuestro descanso, a nuestro propio corazón.
    Cuando, a pesar de todo, el edificio al cabo de Los años se alza ya, y cuando, a pesar de ello, no sé detiene uno en la faena, sino que se sigue y se sigue, aunque la piedra ya no se deje pulir, entonces solamente es cuando el ideal empieza a volar.


    El ideal vivirá en la medida en que nosotros, nos entreguemos a él hasta morir.


    ¡Qué drama, en verdad, el de la vida recta!



    Léon Degrelle.

  19. #19
    Vivarium está desconectado Miembro graduado
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    Re: Persecución contra Bordaberry.

    Todo mi apoyo y solidaridad para con el Excmo. Sr. Bordaberry y su familia. El Juez Supremo se encargará de impartir justicia para con un siervo fiel... Y también para con aquellos hipócritas y malvados que no defienden ni la justicia ni la dignidad humana, sino pérfidos y espurios intereses partidistas y revanchistas.

    ¡¡ Mucho ánimo !!

  20. #20
    Agusuy está desconectado Miembro novel
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    Re: Persecución contra Bordaberry.

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Quiero agradecer a todos quienes aportaron información sobre este tema, lo que me permitió darme cuenta que Bordaberry es probablemente el hombre más grande de la historia uruguaya reciente.


    ¡Libertad para Bordaberry! ¡Honor y Gloria a él y su familia!

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