-BREVERÍA-LA CONQUISTA DE TÚNEZ :
En el año de Nuestro Señor de 1535, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania se embarcó en la ardua empresa de conquista Túnez; la antigua Numidia como parte irrenunciable de la creación ya gestada por aragoneses y lusos de un Gran Oranesado, de la órbita imperial hispánica y, por ende, a cristianizar ante la barbarie y piratería del islam, que ya había anulado la identidad racial y espiritual de bereberes y libios. La Conquista de Túnez era vital para las comunicaciones entre España y sus Itálicos Reinos, gravemente amenazados ante el asentamiento de Barbarroja ( En realidad oriundo de la isla helénica de Lesbos; descendiente de esclavos como tantos otros que tomó el islam ) en la Argelia, que realizaba continuas razzias sobre la fachada iberomediterránea e Italia; siempre fijándose en las costas desguarnecidas ( Recordar la toma del Peñón de Argel, la Batalla de Formentera y las razzias sobre Cerdeña y Mallorca ). El peligro de la amenaza musulmana ( Quinta columna en el Extremo Occidente del poderío del salvaje sultanato turco ) exigía una respuesta contundente del César Carlos, y, el intento de un Imperio en el Norte de África como se venía soñando desde el Medievo, plasmado en el Tratado de Monteagudo y respaldado por la Iglesia Católica.
En Mayo del 1535 las tropas aliadas llegaron a Barcelona. Estaban formadas por 9 galeras del Papado, 6 de la Orden de San Juan, 45 naos y 17 galeras traídas de Génova, 23 carabelas y un galeón enviado por el Rey de los Portugueses, que vinieron a sumarse al grueso de la tropa hispana; así como napolitanos, sicilianos, vizcaínos…Hiciéronse a la mar un 14 de Junio del 1535.
La Imperial Armada desembarcó en el puerto magrebí de Farina con un contingente de 25.000 soldados ( 13.000 españoles, 5.000 italianos y 6.500 alemanes ) en el que de nuevo la imparable y orgullosa Infantería de Las Españas jugaba el papel más importante de tan ardua empresa ( Hombres criados en las distintas regiones forales de la Patria Española, se jugaban la vida de nuevo, en pro de una idea, de una ilusión, de una razón, de un irrenunciable sueño imperial construido a base de tesón y de misionero ideal ). Se decidieron a tomar La Goleta con la dificultad añadida de no poder llevar vitualla ni artillería, la cual tuvieron que transportar a mano por tierra ( Recordemos que un cañón podía llegar a pesar perfectamente como 5 toneladas….); lo cual era ciertamente pesado….Llegaron a La Goleta y dispusiéronse para el asedio. Tras 20 jornadas de asedio, el Emperador Hispánico de la Casa de Austria ordenó el general asalto, precedido por varias horas de bombardeo por mar y tierra, que fueron contrarrestada sin mucho éxito por los islamistas sitiados, que no pudieron impedir la victoria de la Imperial Cristiandad.
El parte de bajas fue el siguiente : 2.000 muertos muslimes por tan sólo 30 cristianos. El día 20 de Julio, las Tropas Imperiales Romano-Germánicas emprendieron camino hacia Túnez, en una penosísima marcha sin casi agua, y con un insoportable calor. Según las crónicas, entre turcos y morunos había unos 120.000; ganaban en número….Esto fue desanimando a los soldados del Cristianismo, pero el Marqués de Aguilar les arengó con aquello de : “ ¡ A más moros, más ganancias ! “. Los moros lanzaron algunas cargas de caballería que se estrellaron contra las picas españolas. Además, perdieron abundante artillería ante el avance de la Caballería Ibérica, replegándose tras las murallas de la tunecina urbe. Dentro de la ciudad se hallaban 20.000 cautivos cristianos ( producto de razzias y piraterías ), que al enterarse de la presencia del Habsbúrgico Emperador se rebelaron, apoderándose de la alcazaba ( Un bastión típico de la arquitectura islámica, imitativa de todo y por todo ) y apuntando la artillería contra el ejército mahometano, que se vio obligado a retirarse. Tras ello, el temible Barbarroja abandonó la ciudad sin ni siquiera atreverse contra Carlos I. El Imperio entró victorioso encabezado por Carlos de Gante el 21 de Junio del 1525, recibiendo el Emperador de Las Españas las llaves de la ciudad y liberando a todos los presos cristianos.
El éxito de la empresa imperial fue más brillante que duradero, por desgracia, ya que retrasó algunas décadas la ocupación turca del tunecino sultanato, pero no impidió las correrías del maldito Barbarroja. Quedó en nuestra memoria aquello de : “ Y vio Túnez lo que nunca vieron los reinos de moros, y fue que los Caballeros de Santiago, orden instituida contra ellos, con sus hábitos hacer la fiesta de aquel santo que tantos milagros ha mostrado en tantos casos….”
Santiago Matamoros, que en América sería conocido como Mataindios, encabezaba la Fe Imperial de aquellos españoles que no creían en el imposible, y que derrochando lealtad a raudales forjaron con la generosidad de su sangre una brillantez de la cual la Historia no parece acordarse. Pero, para eso está el Patriotismo Hispánico….
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