GANADERÍA, COMERCIO Y RED URBANA EN LAS ÁREAS DE INFLUENCIA DE LOS REINOS DE LEÓN Y CASTILLA ( RECONQUISTA )-BREVERÍA- - :
Con el avance de las respectivas reconquistas, se alargaban hacia el Sur los caminos ganaderos, las cañadas y, con las expediciones de saqueo que permitían capturar partidas importantes de cabezas de ganado aumentaba la cabaña. Los Fueros de la época nos parlamentan de la importancia de la ganadería y mencionan rebaños de cerdos, vacas y ovejas, que a finales del siglo XIII debieron convertirse-si no lo eran ya antes-en la principal riqueza de las áreas de influencia de los territorios reconquistados por los Reinos de León y Castilla. Hacia el 1100, una trashumancia de alcance reducido enlazaba los pastos de verano de la Cordillera Cantábrica y del Sistema Central con los pastos de invierno de la Extremadura del Duero y de la Transierra. Los ganados de las instituciones monásticas de las Tierras Viejas y de los concejos competían en el disfrute de los derechos de pasto otorgados por la Institución Monárquica.
Fue en la segunda mitad del siglo XII y el primer cuarto del XIII cuando las cosas empezaron a cambiar en el sentido de aumentar enormemente la dedicación ganadera de los pueblos de Castilla y de León se asomaban a los enormes pastizales de las llanuras del Guadiana que permitieron organizar una trashumancia más larga y provechosa. Ya en la segunda mitad del siglo XII, a pesar del peligro de la criminal secta almohade, Cuenca, Toledo y Plasencia, y las Órdenes Militares de Calatrava, del Hospital y de Uclés, mandaban sus rebaños a la cuenca del Guadiana.
Desde finales del siglo XII, la expansión ganadera estuvo acompañada de una puja por el control de las zonas de pastura entre señores y comunidades de pastores de fuerza desigual; avanzando siempre la forma de la gran propiedad.
Hay numerosos ejemplos de conflictos entre concejos generalmente a causa de las zonas de pasto de los límites ( estremos ) entre los alfoces respectivos. La rivalidad podía involucrar a varios concejos y forzar la formación de hermandades para la protección mutua de los ganados y de las acciones ofensivas que las iuntas o asambleas de ganaderos decidieran emprender. Con frecuencia, después de un luengo periodo de tensiones, las pujas eran resueltas por el arbitraje de un tribunal nombrado al efecto ( medianedo ) o por el Rey.
El incremento de la producción ganadera de la Extremadura del Sur, la Transierra y la nueva frontera plantea inevitablemente el tema del mercado, e invita a reflexionar sobre el crecimiento de la población y del consumo interno, el incremento de la red urbana y de la circulación comercial y la progresiva inserción de una parte de las economías castellanas y leonesas en el comercio internacional.
Superada la crisis de principios del siglo XII, al norte del Duero y también en las zonas más meridionales, progresó la circulación monetaria, se incrementó la red urbana y se reactivó la circulación comercial. Desaparecido el generalizado trueque, circuló abundantemente la moneda musulmana, diferentes tipos de moneda ultrapirenaica y castellana, lo cual cabe ser interpretado como consecuencia y desarrollo manifestado del comercio.
Circulación monetaria y comercio serían difícilmente explicables sin una red de mercados urbanos. En el siglo XI, al norte del Duero, habían prosperado las villas y ciudades del Camino de Santiago ( Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Sahagún, León, Astorga, Santiago ) y la vieja capital del Reino Astur : Oviedo; al sur de este río, las ciudades tenían un aspecto de fortalezas rurales organizadoras de la repoblación ( Salamanca, Ávila, Segovia ); y así se veía en la Transierra Toledo.
En el siglo XII surgieron dos importantes ciudades en León : Valladolid y Palencia. En el Cantábrico, cuando el Arzobispo Diego Gelmírez combatió con eficacia la piratería, la pesca y el comercio marítimo con los países del Norte Atlántico ( Inglaterra y Flandes ) empezaron a adquirir mayor significación. Como lógica consecuencia del desarrollo de las actividades económicas y del crecimiento de la población en esta zona, los Reinos y los señores otorgaron Fueros que buscaban la protección de la producción y el comercio, amén de estabilizar a poblaciones en rápido crecimiento. De ésta época, o bien datan o bien consolídanse, por ejemplo, Pontevedra y La Coruña en el Reino de Galicia, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera y Laredo, en la costa cántabra, esto es, la Castilla Marinera, y San Sebastián, en el vascongado litoral. Fundaciones como Vitoria o Tolosa surgen en las fronteras con Navarra; cosas de la Monarquía para consolidar los límites de sus dominios….Una villa o ciudad de realengo también podía nacer o prosperar por el empeño del rey en contrarrestar en una área determinada el peso del elemento señorial. Los señores podían hacer lo propio en defensa de sus intereses. Tal es el caso de Bilbao, fundada en el año de 1300 por el Señor de Vizcaya.
Hacia el 1200, las redes urbanas de León y Castilla aparecen bien perfiladas y los núcleos poblacionales, alejados entre sí por la geografía, aproximábanse por las actividades socioeconómicas comunes. Los tejidos flamencos, ingleses o franceses, por ejemplo, llegaban a los puertos castellanos y vascongados, de donde solían pasar a Vitoria o a Burgos para su distribución en el interior ibérico. Estos tejidos y otros productos, transitando generalmente por Palencia y Valladolid, abastecían a las ciudades del Duero ( Salamanca, Alba de Tormes, Ledesma, Medina del Campo, Ávila, Segovia, Sepúlveda ) y, a través de ellas, a las de la Transierra ( Toledo, Talavera de la Reina, Madrid, Alcalá de Henares, Guadalajara, Brihuega, Hita, Sigüenza, Atienza, Medinaceli ) y de las llanuras de La Mancha y de la Extremadura Leonesa ( Ciudad Real, Coria, Cáceres, Badajoz ). En sentido inverso, circulaban hacia el norte productos venidos de la España que aún sufría el yugo islamista y excedentes de la producción ganadera.
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